SALMO 151 ¿POR QUÉ NO APARECE EN LA BIBLIA?
Si buscas en tu Biblia el Salmo 151 seguramente no lo
encontrarás, porque es un texto apócrifo que la religión católica no ha
canonizado.
El Salmo 151 es un breve escrito, atribuido a David, que fue
encontrado en Septuaginta. Lleva como nombre Salmo 151 aunque en el texto
original no se le ha dado ningún número, pero se le ha atribuido este número
por orden, es decir, por haber sido el último en descubrirse después de hecha
la Biblia.
También se encontraron versiones en hebreo del mismo salmo,
conservadas en vasijas en las ruinas de Qumrán, los famosos rollos del Mar
Negro. Este salmo apócrifo se encuentra en la antigua versión griega, así como
con algunas variaciones, en la versión en siríaco (también llamado asirio o
caldeo, dialectos del arameo). Es posible que su texto sea resultante de la
combinación de dos salmos apócrifos redactados en hebreo reencontrados en
Qumrán.
¿POR QUÉ NO APARECE EL SALMO 151 EN LA BIBLIA?
Salmo 151
La verdad sea dicha, este Salmo aparece en las versiones
Septuaginta de la Biblia, que fueron creadas en el periodo de creación y
ordenamiento de la Biblia actual (también conocido como periodo
intertestamentario).
En la primera versión en latín, este Salmo ya no aparece, ya
que no fue reconocido por la Iglesia Católica Apostólica y Romana, ni tampoco
por la Católica Ortodoxa. Es por ello que hoy no está en la Biblia que tienes
en casa. Siempre se tuvo dudas de su autenticidad, aunque esta opinión cambió
un poco después de que se hallaron los textos en Qumrán.
Hoy en día, el Salmo 151 sólo es reconocido como texto
canónico por las iglesias ortodoxas y ortodoxas orientales, pero no por los
católicos, judíos y protestantes. Sin embargo, con el pasar de los años lo han
ido incluyendo como anexo o texto complementario en lagunas versiones de la
Biblia Vulgata Latina, en la Biblia Septuaginta griega o en versiones que combinan
ambos libros.
Este es el texto del Salmo 151 que se atribuye a David, y
que relata cómo el Señor lo escoge, por
sobre sus hermanos, para derrotar a Goliat.
SALMO 151
Yo era el menor entre mis hermanos; y el más joven en la
casa de mi padre; y también cuidaba las ovejas de mi padre.
Mis manos tocaban el órgano; y mis dedos se unían al
salterio.
¿Y quién es el que me enseñó? El Señor mismo, él es mi
Maestro, y quien escucha a todo el que le invoca.
Él envió a su ángel, y me llevó lejos de las ovejas de mi
padre; y me ungió con el óleo de su unción [Otros traducen “el óleo de su
misericordia].
Mis hermanos fueron más altos y más bellos que yo; sin
embargo, el Señor no se deleitó en ellos.
Salí a enfrentar al filisteo, y él me maldijo por sus
ídolos.
En la fortaleza del Señor le arrojé tres piedras. Le di en
la frente y cayó a tierra.
Y saqué su espada de su funda y corté su cabeza, y quité el
oprobio de los hijos de Israel.