NEUMATOLOGIA (material extendido)

 NEUMATOLOGIA

 

NEUMATOLOGIA

PREFACIO

(que cada estudiante debe leer)

Neumatología es el estudio científico de cualquera o de todos los

hechos relacionados con el Espíritu. En sus más amplias

ramificaciones abarca una triple división, a saber: ( 1) su relación a la

Teología Propia, o sea, las doctrinas generales relacionadas con el

Espíritu Divino -"Dios es Espíritu" (Jn.4:24); (2) la doctrina de los

seres angelicales, tanto los caídos como los ángeles propiamente

dichos; y (3) el estudio específico del ser inmaterial del hombre, cuya

división del tema ahora se conoce con el nombre de Psicología.

Siendo que la segunda de estas divisiones (la de los ángeles) se ha

estudiado anteriormente bajo el tema de ANGELEOLOGIA, y la

parte correspondiente a la psicología, siendo afines a la Teología

Sistemática, ha sido examinada en esta obra bajo la

ANTROPOLOGIA, el presente volumen estará restringido a lo que

generalmente se reconoce· como los aspectos estrictamente teológicos

de la Neumatología. Esto apela a la consideración de la Persona y

Obra del Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Bendita Trinidad.

En los primeros cuatro volúmenes de esta obra, en donde el

bosquejo general de la Teología Sistemática se ha establecido, el cual

es séptuple, se da reconocimiento de acuerdo a su correcto lugar en la

Deidad, en la empresa total de la redención y en la vida y servicio de

los salvos. Con todo, como en el caso de Cristo y más adelante, un

tratamiento más completo se da a lo que de El se ha revelado del que

se ha procurado en el volumen V bajo el tema de Cristología, se

necesita en este punto, si este trabajo en Teología ha de llenar su

propósito, de contemplar extensamente a la Persona y la Obra del

Espíritu Santo. Un estudio de tal dimensión es el designio de este

volumen.

Cuanto es verdad del Trino Dios lo es también del Espíritu Santo.

Esta afirmación se puede hacer con la misma seguridad acerca del

Padre y del Hijo y, si se observa con relación a la Tercera Persona, se

avanzará hacia la comprensión correcta y estimación de la Persona y

obra del Espíritu Santo. Hay un extraño descuido en cuanto a la

perfecta identidad del Espíritu, y siempre ha sido, entre el público,

negligencia que es deplorada por todo solícito expositor. La iglesia

837

838 NEUMATOLOGIA

cristiana, en su mayor parte carece de una enseñanza amplia y

constructiva respecto al Espíritu Santo, estando en la misma posición

de los doce discípulos de Juan Bautista que Pablo encontró en Efeso,

cuya afirmación sincera y sin excusa fue: "Antes ni aun hemos oído

si hay Espíritu Santo" (Hch.l9: 2). Indudablemente que algunas

causas naturales existen ante el hecho de que los cristianos

generalmente están tan poco informados en cuanto a este tema. ( 1)

No falta una completa revelación sobre el Espíritu Santo; con todo,

el descuido, la ignorancia, el error, son transmitidos de maestros a

discípulos tan Ilbre y efectivamente como lo es la verdad. "Y será el

pueblo como el sacerdote" (Os.4:9) es un principio que podría

parafrasearse de este modo: "Y será el discípulo como el maestro."

De esto en una más amplia significación como un principio, Isaías

escribe: "Y sucederá así como el pueblo, también el sacerdote; como

el siervo, así a su amo: como la criada, a su ama; como al que

compra, al que vende; como al que presta, al que toma prestado;

como al que da a logro, así al que lo recibe" (24: 2). Si el maestro es

dado al descuido, la ignorancia y el error respecto a cualquier punto

de doctrina, difícilmente se podría esperar que el discípulo corrigiera

estas impresiones, excepto en varios casos cuando, habiendo

repudiado el estrecho molde en el que ha sido formado, el alumno

alcance un mejor entendimiento de la revelación que Dios le ha dado.

Realmente, tal ha sido la experiencia de hombres que, bajo la

dirección divina, han estado acordes en el alto honor de afiadir algo al

cuerpo de verdades reconocidas y generalmente aceptadas. ¿No se

refirió Cristo a esto cuando dijo: "Por eso todo escriba docto en el

reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su

tesoro cosas nuevas y cosas viejas" (M t.13: 52)?

Juzgando por la limitada mención que la doctrina del Espíritu

Santo ha recibido de. manos de los que han tratado de escribir obras

sobre Teología Sistemática, fácilmente se descubre la razón que

explica el por qué sus discípulos le dan tán poca consideración al

tema. Casi cada error o énfasis desproporcionado sobre algún aspecto

de parte de unos pocos, son causados por el descuido de la verdad de

parte de muchos. Los errores pentecostales con su indebido uso de

términos bíblicos y sus asunciones nunca se hubieran desarrollado si

la correcta y completa doctrina del Espíritu Santo se hubiera

enseñado regularmente en sus debidas proporciones. De la misma

manera, los cultos sobre la sanidad del cuerpo existen únicamente

por el énfasis que le dan, los cuales no hubieran surgido si la Iglesia

hubiera reconocido y defendido lo que es la verdad en el campo

doctrinal. (2) Una vez más, una razón del fracaso general en

reconocer la Persona y obra del Espíritu Santo se debe al hecho que,

PREFACIO 839

dentro de la posición de In que comprende ordinariamente la verdad

revelada la doctrina del Espíritu Santo no se promulga como un

objeto de fe, como lo son el Padre y el Hijo. No se dice que la

salvación depende de la fe en el Espíritu Santo, como en el caso del

Padre (comp. Ro.4:24), o del Hijo (Jn.3: 16). Solamente cuando se

abordan las más profundas verdades relacionadas con el poder del

Espíritu Santo dentro del creyente es cuando se vislumbra el

pensamiento de la dependencia de la Tercera Persona de la Trinidad.

Así ha resultado como un efecto general que el Padre y el Hijo son

realmente estimados como objetos de la fe salvadora y de algún

modo al Espíritu Santo se priva de la debida consideración. (3) De

manera análoga, el Padre y el Hijo están constantemente asociados el

uno al otro en el texto del Nuevo Testamento. Esto se debe al hecho

de que en una extensa porción de los Evangelios, los que ocupan los

dos quintos de todo el Nuevo Testamento, el Hijo habla como El que

es enviado por el Padre y está haciendo la voluntad del Padre

(Jn.14: 10). Además, no hay declaraciones personales registradas que

procedan directamente del Espíritu Santo (Jn.l6:13); no obstante,

una considerada y cuidadosa lectura del Texto Sagrado da la

impresión de que el Espíritu Santo es el Poderoso Ejecutivo de la

Deidad, y por tanto, Su relación tanto al Padre como al Hijo es tema

de grandes proporciones. ( 4) Finalmente, hay una razón para el

descuido general tocante a la doctrina del Espíritu Santo y se halla en

el hecho que su obra como ejecutor de la Deidad a menudo se

atribuye a Dios en una manera más o menos impersonal. Así la

preciosa verdad de que ciertas cosas son hechas específicamente por

el Espíritu Santo se pierden dentro de una generalización. De estos

cuélltro factores, que juntos son responsables, las más de las veces, de

la falta de dársele la debida consideración a la Persona y obra del

Espíritu Santo, la primera (descuido, ignorancia y error, los cuales

pasan de maestros a discípulos) es la fuente más prolífica de la

dificultad.

Si los hombres del púlpito hubieran predicado y enseñado esta

grande línea de la doctrina ellos mismos hubieran aprendido tanto, y

nadie puede calcular la pérdida en cuanto a la vida práctica cotidiana

del pueblo de Dios que ha resultado al rehusársele esta verdad. La

situación reconocida por todos los que conocen estas doctrinas (y

casi ninguno de los pocos himnos de la Iglesia que hablan de la

doctrina del Espíritu Santo son escriturales) se explica por el hecho

de que no se ha dado la debida atención a este tema. Nada se puede

ganar meramente deplorando las condiciones desafortunadas. Se

necesita enseñanza constructiva, y tanto los pastores como los

maestros harían bien en calcular el gran énfasis que debiera. dársele a

840 NEUMATOLOGIA

este tema, de acuerdo a la extensión con que aparece en el Nuevo

Testamento, más bien que caer dentro y ser parte del prevaleciente

descuido de estas porciones sobre esta verdad vital. Deseamos

encarecidamente que este volumen pueda servir para enseñar a

alguien que a su vez pueda enseñar también a otros. Este tratado es el

curso que en su desarrollo seguirá una división quíntuple: (1) El

Espíritu Santo y la Trinidad, (2) Tipos y Símbolos del Espíritu

Santo, (3) El Espíritu Santo y la Profecía, (4) El Espíritu Santo en

relación con los gentiles e Israel; ejemplo en el Antiguo Testamento,

(5) El Espíritu Santo en relación con los Cristianos. Por causa de su

inmediata relación con la vida y el servicio del creyente, la última

división recibirá mayor consideración.

CAPITULO I

EL NOMBRE DEL ESPIRITU SANTO

Las pruebas de la Deidad y Personalidad del Espíritu Santo se

encuentran sólo en el testimonio divino que se ve en la Palabra de

Dios. No hay información asequible en alguna otra parte con

respecto al carácter y personalidad de ninguna de las Tres Personas

que integran la Deidad. Cualquiera conclusión que pueda deducirse

de una inducción del testimonio de la Biblia respecto a la Deidad y

personalidad del Padre y del Hijo, la misma se deduce de una

inducción respecto al Santo Espíritu. Es posible que la designación

de ESPIRITU que lleva ha inducido a los hombres de todas las

generaciones a suponer que El no es más que una influencia que

emana de Dios, o un atributo de Dios, una perífrasis para indicar la

Deidad. Tales suposiciones, sin embargo, sirven para revelar el hecho

de que los hombres o bien no consideran la Palabra de Dios, o, si

acaso la consideran, no se sujetan a ella. Los autores han escrito

muchas páginas probando la Deidad y personalidad del Espíritu

Santo. La tarea no es difícil, porque cada referencia es, directa o

indirectamente, un testimonio en favor de Su personalidad y Deidad

esenciales. Algunas veces se afirma que los mismos argumentos que

prueban la Deidad del Hijo~ el Cristo, sirven para demostrar la Deidad

del Espíritu Santo, lo cual es cierto en sumo grado; pero, a pesar de

eso, hay una diferencia, porque la Deidad de la Segunda Persona está

comprendida con la asunción de su humanidad a través de Su

encarnación, mientras que en la Deidad del Espíritu Santo no está

involucrado tal hecho. El Espíritu Santo siempre mantiene un modo

de acción que queda totalmente dentro de la esfera de lo que

pertenece sólo a Dios. En este capítulo y en el siguiente se presentan

tres clases de pruebas con respecto a la Deidad, (l) El Espíritu Santo

lleva los nombres de la Deidad, (2) El Espíritu Santo exhibe los

atributos y las perfecciones de la Deidad, y (3) El Espíritu Santo

ejecuta las obras y ejerce las prerrogativas de la Deidad.

l. EL TRIPLE NOMBRE DE LA DEIDAD

Un correcto reconocimiento de Dios (que sólo puede adquirirse a

través de las Santas Escrituras) es esencial en cada paso para la vida y

841

842 NEUMATOLOGIA

el conocimiento humanos. Aunque es cierto que Dios se ha revelado

a Sí mismo, tanto a través de la Palabra Escrita como por la Palabra

Viviente y que Su carácter esencial se refleja en todas Sus palabras y

obras, también El se revela a través de los nombres que ha publicado

como distinciones de títulos que le representan. Es importante

reconocer que Dios ha revelado Sus títulos que lo representan. Es

importante reconocer que Dios ha revelado Sus títulos propios, que

éstos no son en manera alguna meras invenciones humanas o ideales;

y para la satisfacción del Infinito estos apelativos, aunque sólo

parcialmente c.omprendidos por el hombre, publican claramente la

verdad respecto a Dios. Ni un hombre mortal, ni consejo de hombres,

ni un ángel han sido nombrados para seleccionar nombres para Dios.

En la cima de Su estado de santidad y en su más íntima relación con

Dios, Adán fue comisionado para dar nombre a las cosas

recientemente creadas sobre la tierra; pero él nunca tuvo la

presunción de confeccionar un nombre para Dios. En el primer

volumen de esta obra, al considerar LA TEOLOGIA PROPIA, se ha

hecho una extensa consideración sobre los nombres revelados de la

Deidad. Hay que agregar que mientras en el Antiguo Testamento

varios títulos son reconocidos como pertenecientes a las Personas de

la Deidad, el nombre pleno y completo (no nombres) es revelado en

el Nuevo Testamento. Allí el título es "El Padre, y el Hijo, y el

Espíritu Santo." A continuación la desconcertante verdad en relación

a Dios Uno cuya trina subsistencia es presentada.

Escribiendo en sus PRINCIPLES OF THEOLOGY (pág. 24) el Dr.

W. H. Griffith Thomas, declara con relación a LA TRINIDAD según

es enseñada en el Nuevo Testamento:

"Cuando nos hemos acercado a la doctrina mediante la experiencia personal

de redención, estamos preparados para hacer una consideración completa de las

dos líneas de enseñanza que encontramos en el Nuevo Testamento. (A) Una

línea de enseñanza insiste en la Unidad de la Divinidad (1 Co. 8: 4; S tg. 2: 19); y

(B) la otra revela una distinción entre la Divinidad (Mt.3: 16,17; 28: 19; 2

Co.I3:14). Nosotros vemos claramente que (1) el Padre es Dios (Mt.l1:25;

Ro.15:6; Ef.4:6); (2) el Hijo es Dios (Jn.l: 1,18; 20:28; Hch.20:28; Ro.9:5;

He.l:8; Co1.2:9; Fil.2:6; 2 P.l:l); (3) el Espíritu Santo es Dios (Hch.5:3,4; 1

Co.2:10,11; Ef.2:22); (4) el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son distintos el

uno del otro, enviando y siendo enviados, honrando y siendo honrados. El Padre

honra al Hijo, el Hijo honra al Padre, y el Espíritu Santo honra al Hijo (Jn.15:26;

16: 13,14; 17: 1,8,18,23). (5) sin embargo, cualquiera que pudiera ser la relación

de subordinación entre las Personas en operar la redención, los tres son

reputados semejantes como Dios. La doctrina de la Trinidad es la correlación, la

incorporación, la síntesis de la enseñanza de estos pasajes. En la Unidad de Dios

hay una Trinidad de Personas operando la Redención. Dios el Padre es el Creador

y Gobernante del hombre y el Proveedor de la Redención a través de Su amor

(Jn.3:16). Dios el Hijo es el Redentor, Quien se hizo hombre para el propósito

EL NOMBRE DEL ESPIRITU SANTO 843

de nuestra redención. Dios el Espíritu Santo es el 'Ejecutivo de la Deidad'·, el

'Vicario de Cristo' , Quien aplica a cada alma creyente los beneficios de la

redención. Esto lo vemos bien claro en He.l0:7-17, en donde el Padre quiere, el

Hijo opera y el Espíritu testifica. Los elementos del plan de redención así hallan

su raíz, fundamento y manantial en la naturaleza de la Deidad; y la razón obvia

por qué estas distinciones que nosotros expresamos con los términos de

'Persona' y 'Trinidad' no fueron revelados anteriormente a los tiempos del

Nuevo Testamento es que hasta entonces no se había consumado la redención."

No introduciremos aquí de nuevo la discusión del correcto punto

de vista trinitario. El objetivo a la vista en este punto es centrar la

convicción sobre la verdad de que el Espíritu Santo es uno legítimo e

igual miembro del Dios Trino. En el mismo sentido en que el Padre y

el Hijo son Personas, el Espíritu Santo es una Persona. Debe

reconocerse, no obstante, que el término Persona [v1TÓaraat.; -comp.

He.l :3) al aplicarse a cualquiera de las Tres Divinas Personas se

emplea bajo necesarias y reveladas limitaciones. Estas Personas no

son tres Seres separados e independientes; más bien, el pensamiento

de identidad personal señala una distinción indefinible en la

Divinidad, indefinible porque no está plenamente definida por Dios

en Su Palabra. Los intentos que se han hecho por los hombres aun

para ilustrar lo que es la verdad a la manera trinitaria en cuanto al Ser

de Dios, en páginas previas, han sido rechazados, declarando que más

bien conducen a la confusión, produciendo incomprensión, antes que

ayuda.

En la gran comisión (Mt.28:20), se dan instrucciones para bautizar

en el nombre -dicho nombre es Padre, e Hijo, y 'Espíritu Santo- no

en los tres nombres pertenecientes a tres Personas vagamente

relacionadas, sino en el único nombre que pertenece a Dios, cuyo

modo de subsistencia es en el de Tres Personas que son identificadas

como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Si estas distinciones no parecen

representar relaciones familiares a los hombres, se puede observar que

estas no son las relaciones peculiares a los hombres. Ellas significan lo

que es verdad en cuanto a Dios. Esto es peculiar a Dios sin paralelo

en los asuntos humanos. El pronunciamiento de la gran comisión es

uno de los más sublimes, pues declara uno de los títulos divinos, y el

punto que hay que observar y enfatizar en esta conexión es que el

Espíritu Santo es incluido en este nombre. El hecho de que Su

nombre es el tercero en el orden no crea la más leve sugerencia de

inferioridad, siendo que esta secuencia de títulos no trata de

representar un grado decreciente de exaltación o de dignidad.

Naturalmente, si una serie de nombres que son absolutamente

idénticos con respecto al carácter de los designados es el de

nombrarlos, cualesquiera que pudieran ser las razones divinas para el

844 NEUMATOLOGIA

orden en que los nombres aparezcan, tales como dignidad, poder,

autoridad, honor y todo lo que concierne a los atributos divinos, el

último podría haberse mencionado primero, y el primero podría

haberse mencionado por último. Así también el segundo podría

haber cambiado lugar tanto con el primero como con el último. Hay

una razón para el orden en que estos nombres aparecen y que es

enteramente aparte de la idea de una escala descendente en

importancia. En los eternos consejos de Dios, y claro está, por lo

poco que ha sido revelado a los hombres, evidentemente el mismo

orden es establecido. El orden refleja lo que ha sido definido como la

doctrina de procesion. La idea de de procesión (o procedencia) está

basada en lo que parece ser la no complicada enseñanza Bíblica con

respecto a la relación existente entre las Personas de la Deidad. En

reconocimiento de las Escrituras. los grandes credos han hecho

explícitas declaraciones. El credo Niceno afirma: "Y yo creo en el

Espíritu Santo, el Señor y dador de la vida, que procede del Padre y

del Hijo y que juntamente con el Padre y el Hijo, es adorado y

glorificado" (citado por Watson, Theological Institute. I, 628). Así

también el credo de Atanasia, declara: "El Espíritu Santo es del

Padre e Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente

(Watson, loe. cit.). Del mismo modo los Treinta y Nueve Artículos

sostienen: "El Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo, es de

una substancia, majestad y gloria con el Padre y el Hijo, verdadero y

eterno Dios" (citado por Watson, loe. cit.). Y la Confesión de

Westminster afirma: "En la unidad de la deidad hay tres personas de

la misma substancia, poder y eternidad: Dios el Padre, Dios el Hijo, y

Dios el Espíritu Santo. El Padre no es engendrado ni procede de

nadie; el Hijo es eternamente engendrado del Padre; el Espíritu Santo

procede eternamente del Padre y del Hijo" (11 y lll). El Salmo

104:30 declara de la misma manera: "Envías tu Espíritu", y Cristo

dijo: "Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del

Padre, el Espíritu de verdad, el cual proGede del Padre, El dará

testimonio acerca de mí; ... Pero yo os digo la verdad: Os conviene

que yo me vaya; porque si no me fuere, el Consolador no vendrá a

vosotros; más si me fuere os lo enviaré" (Jn.l5:26 y 16:7). El

Espíritu Santo es el Espíritu de Dios y de Cristo, no meramente la

presencia espiritual del Padre o del Hijo; es el Espíritu del Padre

porque es enviado del Padre, y es el Espíritu del Hijo en que El es

enviado de Cristo. Tal como Cristo es siempre la manifestación del

Padre (Jn.l: 18), así el Espíritu es enviado por el Padre y el Hijo.

Estos son hechos externos de la relación que, aunque poco

comprendidos por los hombres, representan poderosas realidades en

la Deidad.

EL NOMBRE DEL ESPIRITO SANTO 845

En una introducción al libro del Dr. A. J. Gordon, The Ministry of

the Holy Spirit, el Dr. F. B. Mayer escribe:

"El cristianismo es acosado por tres corrientes, que operan insidiosamente

para desviarlo de su curso. El materialismo que niega o ignora lo sobrenatural, y

concentra su atención en mejorar las condiciones externas de la vida humana; la

crítica, que es hábil en el análisis y la disección, pero no puede construir un

fundamento sobre el cual puedan edificar y descansar los líderes religiosos; y un

buen gusto literario que se ha desarrollado en gran manera en los últimos

tiempos, dispuesto a juzgar por el poder de la fuerza de las palabras o por la

delicadeza de la expresión. Para todos éstos tenemos una sola respuesta; que es,

no un sistema, un credo, una iglesia, sino Cristo quien murió, pero que vive

eternamente y quien tiene las llaves para abrir las perplejidades, problemas y

fracasos. Aun cuando la sociedad pudiera reconstruirse y ser suplidas las

necesidades materiales en una forma justa, el descontento aparecería en alguna

otra forma, a menos que el corazón fuera satisfecho en Su amor.

La verdad que El revela al alma y que se concentra en El es solo capaz de

mitigar el hambre devoradora de la mente por los antecedentes sobre los cuales

fundar su respuesta a las preguntas sobre la vida, el destino y Dios, que siempre

están llamando a la puerta en demanda de solución. Y los hombres todavía

tienen que aprender que el más alto poder no reside en palabras, o metáforas, o

brotes de elocuencia, sino en la Palabra que mora íntimamente y que se traduce

en obras, que es la sabiduría y el poder de Dios, y que tiene que ver con las

regiones inferiores ·a aquellas con que la mente inútilmente labora. Jesucristo, el

Eterno Hijo de Dios, es la única respuesta suprema a la inquietud y fatiga de

nuestro tiempo. Pero El no puede, ni se revelará a Sí mismo. Cada Persona de la

Trinidad revela a la otra. El Hijo revela al Padre, pero para su propia revelació~

espera el testimonio del Espíritu Santo, aunque con frecuencia es dado

mayormente a través de la Iglesia en forma directa. Entonces, lo que necesitamos

y lo que el mundo espera, es al Hijo de Dios testificado para y revelado en toda

su radiante belleza del ministerio del Espíritu Santo, al animar a los santos, y, a

través de ellos, edifica el santo y místico cuerpo de Su Iglesia. Es necesario

enfatizar esta distinción. En algunas partes parece suponerse que el mismo

Espíritu Santo es la solución para las perplejidades de nuestro tiempo. Lo que

podremos testificar en cierta edad futura no lo sabemos ahora, pero para ésta

está claro que Dios, en la persona de Cristo, es la sola y divina respuesta. Aquí

está el sí y amén de Dios, el Alfa y Omega, que da vista al ciego, sanidad al

paralítico, limpieza a los inmundos, a los muertos vida, las buenas nuevas para

los pobres, tristes y afligidos. Ahora nosotros ansiamos la graciosa dádiva del

Espíritu, porque El puede tomar las cosas más profundas de Cristo y

revelárnoslas. Cuando los discípulos querían conocer al Padre, el Señor les dijo:

'El que me ha visto ha visto al Padre.' Es Su gloria que brilla en mi faz, Su

voluntad que moldea mi vida, Su propósito que se cumple en mi ministerio. Así

el bendito Paracleto hace volver nuestro pensamiento y atención de Sí mismo

hacia Cristo, con quien El es Uno en la Santísimia Trinidad, y a quien El ha

venido a revelar. A través de los siglos de la cristiandad la voz del Espíritu Santo

ha testificado del Señor mediata y directamente. Directamente, en cada

profundo pensamiento de la conciencia humana, en cada avivamiento religioso,

en cada época de adelanto en el conocimiento de la verdad divina, en cada alma

que ha sido regenerada, fortalecida y enseñada. Mediatamente Su obra ha sido

efectuada a través de la Iglesia, el cuerpo de los que creen. Pero, ¡Ay! cuán

846 NEUMATOLOGIA

tristemente Su testimonio ha sido debilitado y estorbado por el instrumento a

través del cual ha venido. El no ha podido hacer muchas obras poderosas a causa

de la incredulidad que han mantenido cerrados y obstruidos esos conductos por

los que El hubiera vertido su alegre testimonio a favor del ausente y glorificado

Señor. Las divisiones en la Iglesia, sus contiendas sobre asuntos de relativa escasa

importancia, su exageración de los puntos de diferencia, su materialismo, su

amor al dinero, posición y poder, su auto estimación de riqueza y abundancia de

bienes y de no tener necesidad de nada, cuando en realidad ella es pobre, y

miserable, y ciega y desnuda. Estas cosas no sólo le han robado su testimonio,

sino que han contristado y apagado al Santo Espíritu y nulificado su testimonio."

Ps. X-XV.

Una vez más una oportuna advertencia para que no dé la impresión

de tomar en cuenta que la doctrina de la procesión implica alguna

variación entre las divinas Personas en exaltación o importancia. Se

ha hecho un esfuerzo en la Teología Propia para defender la Segunda

Persona de la suposición de que El, siendo la manifestación del Padre

y habiendo tenido que encarnarse en forma humana, es inferior al

Padre. También es importante notar que el Espíritu Santo, tal como

aparece Su nombre en el título completo de la Deidad, aunque

siempre enviado por el Padre y el Hijo, es eternamente igual al Padre

y. al Hijo. La gran revelación de que el Hijo es engendrado por el

Padre y que el Espíritu procede del Padre y del Hijo, debe tomarse

sin confundirla con las relaciones humanas; porque, mientras las

Escrituras indubitablemente presentan la doctrina de la Procesión;

estas mismas Escrituras positivamente anuncian la absoluta igualdad

de las Personas dentro de la Deidad. En la Obra de la divina

interrelación que se manifiesta en la redención, el Hijo vino al mundo

para hacer la voluntad del Padre (He. 10:4-7) y el Espíritu está sujeto

a ambos, al Padre y al Hijo; todavía hay que recordar que Cristo se

sujetó también al Espíritu. Está escrito: "Y Jesús, lleno del Espíritu,

volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto" (Le. 4: 1).

De esta manera, la noción humana de que el mayor ha de ser servido

por el menor, es enteramente extraña en lá interrelación divina. El

Hijo no es menos igual al Padre, aunque El busca la gloria del Padre

(Jn. 14: 13), y el Espíritu no es menos igual con el Padre y el Hijo,

aunque El busca la gloria del Hijo (Jn. 16: 14).

El Dr. William Cooke en su Christian Theology ha escrito

efectivamente sobre el Nombre triple de Dios. Copiamos una parte de

su tesis:

"En la gran comisión de predicar el Evangelio a toda criatura, Dios habla de sí

mismo bajo una triple designación, diciendo: 'Por tanto id, y doctrinad a todas

las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu

Santo.' Si en algi.lna parte de la enseñanza de Nuestro Señor fuera requisito un

especial cuidado en el uso de las palabras, a fin de dar a los hombres un correcto

EL NOMBRE DEL ESPIRITU SANTO 847

punto de vista en cuanto a Dios, era aquí: porque aquí hay una declaración del

nombre de Dios; aquí hay un mandato autoritativo de dar a conocer este nombre

al mundo entero; y aquí hay un mandamiento de practicar una solemne

ordenanza en este nombre como un medio especial de publicarlo y perpetuarlo

entre la humanidad. Este triple Nombre, entonces, no tiene un origen humano;

es aplicado por nuestro Señor mismo a la Deidad, y aplicado por El como

para expresar la Naturaleza Divina; y porque es expresivo de la Naturaleza Divina,

El ordena que sea proclamado al mundo entero, como el nombre por el que la

Deidad sería conocida y adorada por toda la humanidad. El negar este nombre es

negar la autoridad de Cristo; el argüir sobre si es apropiado o no es negar Su

sabiduría; el separarlo de Dios es rebelarse contra el más claro mandato de darlo

a conocer. Donde quiera que el Evangelio es predicado, este triple Nombre debe

ser proclamado como el Nombre de Dios; y donde quiera que se celebre el

bautismo ha de efectuarse en este nombre como el Nombre de Aquel a quien

recibimos y conocemos como nuestro único Dios. El Evangelio no puede ser

predicado sin publicarlo, porque está expresamente especificado como una parte

del mensaje del Evangelio. Se destaca como una primera y fundamental

proposición en el sistema del Evangelio. Otras doctrinas se incluyen

indudablemente en el mensaje divino; pero ésta no sólo se incluye, está

expresada, y es expresada porque es la base de todas las otras verdades, y por lo

tanto, debe ser el primer elemento de toda enseñanza evangélica. Siendo tal la

importancia de este Triple Nombre, es satisfactorio el saber que el versículo que

lo contiene es admitido por los hombres de todos los credos como auténtico y

genuino. Aquí no hay discusión, ni aún puede haber diversidad de opinión. El

texto que contiene este Nombre se halla en todas las copias del original griego,

tanto antiguas como modernas, no importa cuánto se aleje en antigüedad.

También se encuentra en todas las versbnes antiguas y modernas, y la traducción

del Nombre Trino de Dios en cada versión es la misma. Y claro está, que no

puede darse ninguna traducción diferente, ya que el texto consta de unos pocos

términos sencillos que admiten sólo una traducción literal. Esto es tan obvio, que

ninguna diferencia se ha sugerido de lo que nosotros sabemos, aún por hombres

de diferentes credos y opiniones. Comentaristas, gramáticos y críticos, aunque

difiriendo en algunos puntos tan distantes como polos opuestos, concuerdan

uniformemente en la traducción de este pasaje. Aun en las Versiones Unitarias

del Nuevo Testamento, el nombre de Dios, como 'el Padre, y el Hijo y el

Espíritu Santo' , en este pasaje está traducido precisamente como lo está en

nuestra Versión. Esta unanimidad, así como la genuinidad y la traducción de este

pasaje es de la más alta importancia, porque reduce el terreno de la controversia

y da una norma de apelación indisputable. Por tanto, tenemos solamente que

someter nuestro entendimiento a la enseñanza de la sabia autoridad, a fin de

obtener claros y correctos conceptos de Dios. A esta norma infalible, entonces,

venimos, y colocándonos ante el oráculo sagrado, preguntamos reverentemente:

¿Quién es el Dios de los cristianos, y cuál es Su majestuoso Nombre? ¿Es El una

Unidad absoluta, un ser dual, o una Trinidad? El versículo que consideramos

nos da una respuesta clara, decisiva, y sin la más leve ambigüedad: ;El es el

Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo.' Entonces aquí se aplican tres apelativos a

Dios, ni más ni menos. Cada nombre es diferente y separado del otro, y todavía

conectados con la conjunción copulativa 'y' . Estamos seguros que estos tres

apelativos son apropiados, porque fueron aplicados a Dios por el Gran Maestro Y

Salvador de la humanidad, quien vino a mostrar a los hombres quién es Dios.

Pero si estos tres apelativos diferentes son apropiados, constituyendo juntos el

Nombre del Siempre Bendito Dios, deben expresar algunas distinciones en la

848 NEUMATOLOGIA

Naturaleza Divina. Aun en estas distinciones debe haber, al mismo tiempo, una

unión esencial; porque los tres nombres juntos constituyen el Nombre de El Dios

Viviente y Verdadero. Guiados por este importante pasaje y el tenor general de

las Santas Escrituras, sostenemos que Jehová, quien es uno en esencia, se ha

revelado a Sí mismo a los hombres como subsistiendo en Tres Personas distintas,

denominadas el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo. No pretendemos definir o

explicar precisamente la naturaleza de esta distinción, porque Dios no lo ha

revelado. Es probable, claro está, que los términos del lenguaje humano son

inadecuados para poder expresarlo, y que nuestras capacidades en esta vida son

demasiado limitadas y débiles para poder recibirlo. Usamos la voz 'persona', por

tanto, bajo cierta limitación -no para expresar la existencia de tres seres

separados e independientes, sino para notar el hecho de una real triple distinción

que existe en la Deidad. En este sentido la palabra 'persona' tiene la sanción

tanto de las Sagradas Escrituras, como la de una venerable antigüedad

eclesiástica, siendo la traducción de la palabra imóaraatc; (hypostasis) como la

usaron los Padres Nicenos, y por nuestros propios traductores cuando designaron

a Cristo como el resplandor de la gloria del Padre, y la misma imagen de Su

substancia (persona) (He. 1: 3). La distinción en las personas de la Deidad es tal,

creemos, como que implica distinto conocimiento, combinado con participación,

unidad e igualdad de la naturaleza y atributos Divinos. No obstante, aquí nos

encontramos con tres sentimientos opuestos, siendo nuestro deber examinarlos y

refutarlos: los Unitarios, los Sabelianos y los Triteistos.

La Teoría Unitaria comprende dos clases de opiniones, que niegan la doctrina

de la Trinidad y contienden a favor de la absoluta unidad de Dios. Los altos

Arrianos sostienen que la persona (o Ser) llamada el Hijo es el jefe de las obras de

Dios, aun más alto que los ángeles; pero los Socinianos lo consideran solo como

un mero hombre. Como para el Espíritu Santo el sentir de los Unitarios es vago y

diversüicado. Algunas veces se le mira como un atributo de Dios, o una

influencia que procede de El; y otras veces sólo como otro nombre de Dios

mismo. Es evidente, a primera vista, que estos aspectos de la Naturaleza Divina

no se derivan del triple Nombre que el Salvador aplicó a Dios en la gran comisión

de predicar el Evangelio. No hay nada en las palabras para justificar la

inferioridad del Hijo; nada, para sostener la noción de que el Espíritu Santo sea

un atributo o una mera influencia que procede de Dios; y nada, para apoyar la

idea de que el Espíritu no es sino otro nombre de Dios mismo. El signüicado

natural y obvio del pasaje decididamente está opuesto a tales nociones. En el

triple Nombre de Dios evidentemente tenemos distinción y co-igualdad

combinadas; porque cada uno que es representado en ese Nombre, para nosotros

está en la misma relación como nuestro Dios. Cómo, al parecer, los puntos

esenciales de la herejía Unitaria están incluidos en el credo Sabeliano, la misma

clase de argumentos escriturales que sirvan para abatir a los unos se aplicarán

para trastornar a los otros ...

La herejía Sabeliana está algún tanto diversificada en sus aspectos menores,

pero en sus principios substanciales sostiene que la Deidad es una Unidad

absoluta; que las distinciones indicadas por los términos 'Padre, Hijo y Espíritu

Santo' no son reales y personales, sino nonimales u oficiales; que el Padre s6lo es

la Deidad en Su carácter paternal; que el Hijo es la misma Persona o Ser

encarnado, o 'Dios manifestado en carne' ; y que el Espíritu Santo es también el

mismo Ser manifestado en Sus influencias espirituales. Ahora, esta doctrina es

igualmente contraria al triple Nombre aplicado a Jehová en la Gran Comisión del

Evangelio, y en la fórmula bautismal. Es, a la verdad, contraria al natural y obvio

EL NOMBRE DEL ESPIRITU SANTO 849

significado del lenguaje. Es asegurar que nuestro Señor ha usado palabras sin

significado; y no sólo eso, sino que las ha usado en un sentido contrario a su

significado usual y propio. Porque en todos los idiomas las palabras Padre e Hijo

son designaciones personales y nunca nominales; y decir que nuestro Señor

intentaba darle un significado meramente nominal a estas palabras, mientras en

todos los i di o m a s ellas tienen un significado personal, es decir que El

empleaba el lenguaje más bien para engañar que para instruir; y no sólo eso, sino

que encomendó a otros el perpetuar la misma impostura hasta el fin del tiempo;

y esto, ¡en una ocasión cuando Su propósito visible era el de hacer que el

Nombre de Dios fuera conocido por toda la humanidad! ¿Podemos concebir

una más odiosa censura de la sabiduría y sinceridad del Maestro y Salvador de los

hombres? Más aún, los apelativos aplicados a Dios en la gran comisión y en la

fórmula bautismal expresan relación; y las relaciones son distintas y personales

tanto como diferentes; tan personales, realmente, que no se pueden aplicar a

nadie propiamente sino a personas; y tan distintas que no son intercambiables,

sino fijas y permanentes en su aplicación personal. Por el hecho de la relación de

un padre a su propio hijo incluye a ambos en una personalidad que no puede ser

resuelta dentro de una metáfora, y una distinción que no puede permutarse;

ambas relaciones están fundadas en la misma naturaleza de las cosas, y son

eternamente inmutables. Un padre no puede ser idéntico a su hijo, y un hijo no

puede ser idéntico a su propio padre. Estos términos, por tanto, aplicados a la

Deidad implican necesariamente ambas, distinción y personalidad; y,

consecuentemente, la teoría Sabeliana es falsa. Igualmente clara es la distinción y

personalidad del Espíritu Santo, porque, ya que se resuelva dentro de un

atributo de Dios, o dentro de una influencia que procede de Dios, o dentro de

otro nombre para el mismo Padre; implicaría los más groseros absurdos y

contradicciones. El Espíritu Santo no sólo se distingue .del Padre y del Hijo por

un nombre distinto, sino que está asociado al Padre y al Hijo en la ordenanza del

Bautismo; y de aquí las herejías Sabeliana y Unitaria implican que el 'bautismo

ha de ser administrado en el Nombre del Padre, y de una criatura y de una

influencia' ; o sea 'en el Nombre del Padre, y de una criatura, y el Padre/

·¿Podemos concebir absurdos más evidentes? ¿Podemos inventar un insulto más

grosero contra el gran Maestro y Redentor de la humanidad? Con este sistema

de interpretación ¿no serían las Escrituras el más absurdo y falaz volumen que

jamás se haya escrito? Por una parte debemos admitir tales desatinos y

blasfemias, o rechazar las teorías que las comprenden. Más aún, el hecho que el

bautismo es una ordenanza religiosa implica la personalidad del Espíritu Santo,

porque ha de ser efectuado en Su nombre, tanto como en el Nombre del Padre, y

el del Hijo. Ahora bien, el Ser en cuyo nombre es efectuada una ordenanza

religiosa, debe ser capaz de aprobar y aceptar la ordenanza ejecutada en su

nombre. Pero poder aprobar y aceptar implica inteligencia. E inteligencia y

conciencia no son las propiedades de un atributo, o de una influencia, sino de

una existencia real y personal. Así el hecho de que el bautismo se ordena

efectuarse en el Nombre del Espíritu Santo presupone su personalidad, tanto así

como se implica la personalidad del Padre y la del Hijo. Mas adelante, las

evidencias de la personalidad del Espíritu Santo, como se exhiben en Sus

atributos,. se aducirán cuando entremos a discutir sobre Su Deidad. Los sublimes

hechos registrados en conexión con el bautismo del Redentor son evidencias

sorprendentes de la distinción y la personalidad de cada Uno de los Tres

Gloriosos. Cuando nuestro Señor condescendió a recibir esta ordenanza de

manos de Juan, los cielos fueron abiertos, y el Espíritu Santo descendió como

850 NEUMATOLOGIA

una Paloma y reposó sobre El, y una voz que procedía del cielo abierto decía:

'Tú eres mi Hijo amado, en quien tengo contentamiento' (Mr. 1:1 O, 11). Aquí

estaba una visible y audible demostración de la distinción y personalidad de cada

una de las Tres Gloriosas Personas. Aquí estaba la presencia del Hijo Encarnado,

sometiéndose al rito del bautismo; la presencia del Santo Espíritu, descendiendo

en forma de una paloma, y llenando Su Humanidad con poder consagrador; y la

presencia del Padre, dando testimonio de Su encarnación y proclamando Su

complacencia en El. Por lo tanto, el Padre no es el Hijo, el Hijo no es el Padre y

el Espíritu Santo es distinto de ambos; así que, la distinción es real, no nominal;

personal, no oficial. Esta gran exhibición de las Tres Personas en el bautismo del

Salvador es una ilustración práctica de la distinción y personalidad propuestas en

la fórmula de nuestro propio bautismo, y desmenuza en mil fragmentos las

herejías Sabeliana y Unitaria.

Otra teoría errónea es la de los Triteistas que sostienen que no hay tres

personalidades simplemente, sino que son tres Seres separados e independientes;

o, en otras palabras, tres Dioses en vez de Uno. No es poco homenaje a la verdad

cuando es atacada por sentimientos diametralmente contrarios unos a otros;

porque en su oposición naturalmente se destruyen mutuamente; y al destruirse el

uno al otro, establecen la doctrina verdadera. Los Unitarios y Sabelianos

sostienen la Unidad Divina; pero niegan la Trinidad. Los Triteístas por el

contrario, sostienen que la Trinidad es tan evidente que niegan la Unidad Divina,

y aseguran la existencia de tres Dioses. La verdad íntegra no es sostenida por

ninguno, pero una parte de esta verdad es sostenida por ambas facciones. Los

errores de cada uno están en lo que los otros niegan, y la verdad, en lo que cada

uno sostiene. Las Escrituras afirman claramente que Dios es tanto Uno en un

sentido como lo es Tres en otro sentido. Y como ellos sostienen ambos puntos

de vista, los dos tienen que ser verdad; y como toda verdad debe armonizar,

existe un sentido en el que la Trinidad es compatible con la Unidad. Por tanto, la

doctrina sólo es ortodoxa cuando no niega ni el uno ni el otro aspecto, sillo que

los combina y los armoniza; que reconoce al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo

tan real y personalmente distintos; y todavía esencialmente Unidos. Esta es la

doctrina Trinitaria, que sostiene una pluralidad, no sólo de nombres, sino de

personas que tienen distinta conciencia con mutua participación de los mismos

atributos y esencia (Sa. ed., pgs. 67-73)."

Obviamente, el Nombre Trino -Padre, Hijo y Espíritu Santoincluye y exhibe todo lo que entra en la doctrina de la Trinidad. Por

el momento, esa doctrina puede ser re~onsiderada en vista al

reconocimiento de igual posición y honor que pertenecen a la

Tercera Persona al lado de la Primera y de la Segunda. Como ya se ha

demostrado bajo la Teología Propia, cuando la discusión se centró en

el modo trinitario de la existencia de la Deidad, el Antiguo

Testamento es el registro concerniente a un Dios con escaso

reconocimiento de Tres Personas, mientras que el Nuevo Testamento

es el registro concerniente al carácter y realizaciones de las Tres

Personas con reconocimiento de Su Unidad esencial. Ningún judío de

los primeros siglos, ni estudiante sea de esta o de la pasada generación

podría echar de menos el significado de la forma plural del Nombre

Elohim. Como el Dr. Griffith Thomas ha señalado en la cita anterior,

EL NOMBRE DEL ESPIRITU SANTO 851

no fue el propóstio divino descubrir desde el principio todo lo que

estaba latente en la doctrina de la Trinidad. En esta revelación, así

como en muchas otras, están "primero, hierba; luego, espiga;

después, grano lleno en la espiga" (Mr. 4:28). Así la revelación

esencial respecto a Dios principia con la intimación que presenta la

forma plural de Elohim Sin señalar una razón para rechazar esta

antigua creencia de que el nombre Elohim implica la Trinidad, ni

descubrir otra razón del por qué para esta terminación en plural que

amerita el tema, los teólogos modernos han buscado rehuir el

reconocimiento de que la Trinidad se ve en este nombre Elohim.

Comunmente se acepta que el nombre Jehová, siendo singular, es una

representación de la unidad de Dios. Está escrito: "Jehová nuestro

Dios (Elohim), Jehová uno solo es" (Deut. 6:4, V. M.). No obstante,

en Génesis 11:6-9 está escrito que el mismo Jehová dijo: "Vamos,

descendamos y confundamos allí mismo su lengua." Como es

corriente, cuando han de acontecer grandes transformaciones, claro

está por cierto, el cumplimiento es garantizado por las Tres Personas;

es decir, cada una por separado puede acreditarse de haber hecho lo

que ha sido hecho. Así, mientras en diferentes tiempos y lugares de la

Escritura se dice de cada Persona haber creado cosas que existen, el

sabio Salomón ha dicho: "Y acuérdate de tus Creadores en los días

de tu juventud" (Ecl. 12: 1 ). El plural Creadores está en armonía con

la revelación completa de la Biblia, en relación con la creación.

Otro reconocimiento de pluralidad dentro de la Deidad, como se

establece en el Antiguo Testamento, se encuentra en la triple

imputación de la adoración proferida por los seres angelicales

registrada en Isaías 6:3: "¡Santo, santo, santo es Jehová de los

ejércitos; toda la tierra está llena de Su gloria! " (V. R.). Después que

Isaías hubo testificado," ¡Ay de mí! que soy muerto, porque siendo

hombre de labios inmundos y habitando en un pueblo de labios

inmundos, mis ojos han visto al Rey, Jehová de los ejércitos"; y

cuando los labios del profeta hubieron sido limpiados con un carbón

ardiendo sacado del altar, fue cuando el Señor preguntó: "¿A quién

enviaré y quién irá por nosotros? " El Jehová singular es así puesto a

la par del pronombre plural nosotros. Entonces sigue la predicción

relativa a la ceguera de Israel, ceguera que es citada varias veces en el

Nuevo Testamento. Es un registro completo de un evento desde la

triple atribución de alabanza hasta el juicio contra Israel. Siendo que

el contexto no permite división, es importante notar que en Juan

12:41, al hablar de Cristo, el Hijo de Dios, se dice en relación a esto,

la visión de gloria de lsaías: "Estas cosas dijo lsaías cuando vio Su

gloria y habló de El"; y otra vez· en Hch. 28:25, respecto a la misma

visión, se implica que fue el Espíritu Santo quien habló a lsaías. Por

852 NEUMATOLOGIA

tanto, se llega a la conclusión que fue el Padre, el Hijo y el Santo

Espíritu quien habló cuando dijo Jehová: "¿A quién enviaré y quién

irá por nosotros? " El hecho importante que de aquí surge es que el

Espíritu Santo está tan esencialmente representado en todas estas

revelaciones de Isaías, como lo están el Padre o el Hijo. ¿No es El el

Objetivo cuando el tercer "santo" es pronunciado? Todavía, otra vez

la bendición del Antiguo Testamento (N m. 6: 24-26), corresponde

perfectamente a la bendición del Nuevo Testamento en 2 Corintios

13: 14. Cuando estas dos bendiciones se leen juntas, la similitud es

evidente: "Jeh0vá (el Padre) te bendiga y te guarde" -"El amor de

Dios ... sea con todos vosotros"; "Jehová (el Hijo) haga resplandecer

Su rostro sobre tí y tenga de tí misericordia" -"La gracia del Señor

Jesucristo (sea con vosotros);""Jehová (el Espíritu) alce a tí Su rostro

y ponga en ti paz"-- "La comunión del Espíritu Santo (sea con

vosotros)." A menos que los hechos sean pasados por alto, es bueno

considerar cómo la Persona y obra del Espíritu están mencionados

definitivamente en el Antiguo Testamento. Sólo cabe citar unos

pocos pasajes: "El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las

aguas" (Gn. 1: 2); "Mi Espíritu no contenderá para siempre con el

hombre" (Gn. 6:5); "Tu Espíritu es bueno" (Sal. 143:10); "No por

fuerza, ni por poder, sino con mi Espíritu, dice Jehová de los

ejércitos" (Zac. 4:6); "El Espíritu de Jehová me hizo" (Job 33:4);

"Derramaré mi Espíritu sobre toda carne" (Jn. 2: 28); "No quites de

mí tu Santo Espíritu" (Sal. 51: 11 ).

Yendo más específicamente al Nuevo Testamento, se descubre que

el progreso de la doctrina Trinitaria alcanza su final y suprema

revelación en Hechos, las Epístolas y el Apocalipsis, en donde se hace

referencia a la Tercera Persona bajo el título de Espíritu cuando

menos 125 veces; y en cada referencia se ve su actuación con toda la

autoridad divina, sabiduría, y gracia. En todos estos pasajes se le ve

separado del Padre y del Hijo. Este gran volumen de verdad y

revelación distintivas serán consideradas· más ampliamente en

posteriores divisiones de este volumen.

II. TITULOS DESCRIPTIVOS

Al concluir en este lugar la discusión de la Tercera Persona tal

como se indica por su lugar en el nombre completo de la Deidad,

puede decirse que todos los nombres con que el Espíritu es conocido

también son meros títulos descriptivos. Es llamado El Espíritu

porque es espíritu; es llamado Santo porque es santo hasta lo

infinito; es identificado como El Espíritu de Dios porque El

pertenece a la Deidad; es llamado El Espíritu de Cristo porque por

EL NOMBRE DEL ESPIRITU SANTO 853

Cristo El fue enviado al mundo. En su libro The Doctrine of the Holy

Spirit (La Doctrina del Espíritu Santo), el Dr. Juan F. Walvoord

presenta un precioso estudio sobre los nombres de la Tercera

Persona. Esto bien puede incluirse aquí:

"Un examen de la revelación Bíblica sobre el Espíritu Santo indicará que en

ninguna parte Le es dado un nombre formal, tal como el que tenemos para la

Segunda Persona, el Señor Jesu-Cristo; pero en cambio le son dados títulos

descriptivos, de los cuales el más común en las Escrituras y más usado es el de

Espíritu Santo. Como Su persona es espíritu puro, al que nada material es

esencial, en la Biblia se revela como el Espíritu. El adjetivo descriptivo santo se

usa para distinguirlo de otros espíritus, que son criaturas. Un estudio de las

referencias al Espíritu Santo por varios títulos en la Biblia revelarán algunos

hechos significativos. Las palabras básicas en el original también son usadas con

referencia a otras entidades distintas del Espíritu Santo. En el Antiguo

Testamento, sin embargo, ruach se usa más de cien veces para el Espíritu Santo.

La cuestión de interpretación entra en el problema. Cummings presenta una lista

de ochenta y ocho referencias al Espíritu Santo en el Antiguo Testamento

(Through the Eterna! Spirit, p. 36). La Standard American Version de la Biblia

por medio de letras mayúsculas indica considerablemente más que esto. De

cualquier modo, los ejemplos son numerosos y bien distribuidos en el Antiguo

Testamento. Cummings anota que el Pentateuco tiene catorce referencias

(ninguna en Levítico); que Isaías y Ezequiel tienen quince cada uno, y que las

referencias están distribuidas a través de veintidós de los treintinueve de los

libros del Antiguo Testamento (Loe. Cit.). El conciso sumario de Cummings

sobre la importancia de estas referencias bien pueden ser citadas: 'Es imposible

decir que los pasajes crecen en número o en claridad con alguna característica

especial de los libros de la Escritura. Parecen no tener relación especial con la

cronología, como aparecen particularmente en Isaías (750 A. C.), en Ezequiel

(590 A. C.), y en los libros de Moisés. Tampoco podemos trazar relación alguna

con la comparativa espiritualidad de los libros, aunque Isaías aparece tan a la

cabeza en esta lista; siendo así que Ezequiel se coloca primero, y Jueces tiene

siete, Salmos tiene sólo seis, Deuteronomio sólo una y 2 Crónicas, cuatro. Pero

es posible discernir que cada uno de los inspirados escritores han captado algún

aspecto especial de la persona o de la obra del Espíritu Santo, que está repetido

en sus páginas. En Ezequiel, por ejemplo, es la acción del Santo Espíritu que

transporta al profeta corporalmente a los lugares en donde se le necesitaba, lo

que sucede en seis de las ocasiones de las quince apuntadas arriba. En Jueces es la

llenura de coraje o fortaleza a lo que se alude en cada uno de los siete pasajes. En

Exodo es como el Espíritu de sabiduría que El es considerado especialmente. En

Su oficio como el dador de la inspiración profética se habla más constantemente

en los libros de Samuel y Crónicas. En Isaías y en los Salmos la doble enseñanza

concerniente al Espíritu es su conexión con el Mesías, por una parte, y lo que

pudiera llamarse sus cualidades personales, tales como el ser contristado u

ofendido por ingratitud o rebeldía, por la otra (/bid., págs. 37 y 38). En el

Nuevo Testamento las referencias al Espíritu Santo son aún más numerosas. La

palabra para Espíritu en el Nuevo Testamento, 1TV€VJ.I.a, se encuentra en 262

pasajes, según Cummings, distribuidos por la mayor parte de los libros del Nuevo

Testamento (/bid., p. 44). Para citar a Cummings, 'Los Evangelios contienen 56

pasaies; los Hechos de los Apóstoles, 57; las Espístolas de San Pablo, 113; y los

otros libros, 36' (Loe. cit.). De estos hechos se puede ver claramente que hay

854 NEUMATOLOGIA

una consistente referencia al Espíritu Santo desde el Génesis 1:2 hasta

Apocalipsis 22: 17, y hay una clara inferencia de que hay un constante y

adecuado ministerio del Espíritu Santo para cada dispensación. Los títulos del

Espíritu Santo como se traducen ordinariamente son objeto de una significativa

clasificación que proporciona un interesante fondo a la doctrina.

De los muchos títulos y variaciones que se refieren al Espíritu Santo, dieciséis

revelan su relación a las otras Personas de la Trinidad. Se hallan once títulos

relacionados con el Padre: (1) El Espíritu de Dios (Gn. 1:2; Mt. 3:16); (2) El

Espíritu del Señor (Le. 4: 18); (3) El Espíritu de Nuestro Dios (1 Co. 6: 11); (4)

Su Espiritu (N m. 11: 29); (S) El Espiritu de Jehová (Jue. 3: 1 O); (6) Tu Espíritu

(Sal. 139:7); (7) El Espíritu de Jehová el Señor (Is. 61: 11); (8) El Espiritu de

vuestro Padre (Mt. 10:20); (9) El Espíritu del Dios vivo (2 Co. 3:3); (10) Mi

Espíritu (Gn. 6: 3); (11) El Espíritu de Aquel (Ro. 8: 11). Se encuentran cinco

títulos que relacionan al Espíritu Santo con el Hijo: (1) El Espíritu de Cristo

(Ro. 8: 9; 1 P. 1: 11 ); (2) El Espíritu de Jesucristo (Fil. 1: 19); (3) El Espíritu de

Jesús (Hch. 16:7 V. R. y Nouvelle Edition Revue avec Paralleles, 1954 -N. del

T.); (4) El Espíritu de Su Hijo (Gá. 4:6); (S) El Espíritu del Sefíor (Hch. 5:9).

Siendo que hay alguna distinción en el significado de varios títulos, lo principal

en su significado es sacar la relación del Espíritu Santo como la Tercera Persona

de la Trinidad, afirmando todos Su Deidad y procesión.

En los títulos se da abundante revelación para mostrar Sus atributos. A lo

menos diecisiete de estos títulos indican los atributos divinos de Su Persona. (1)

La unidad del Espíritu se revela en el título, Un Espíritu (Ef. 4:4); (2} La

implicación del título Siete Espíritus es perfección (Ap. 1 :4; 3: 1); (3) Se afirma

la identidad del Espíritu Santo y la Esencia de la Trinidad en el título El Señor

es el Espíritu (2 Co. 3: 18). ( 4) La eternidad del Espiritu Eterno (He.9: 14). (S)

Espíritu de Gloria connota Su gloria, siendo la Inisma que la del Padre y del Hijo

(1 P. 4: 14}. (6) Espíritu de Vida, afirma la vida eterna del Espíritu (Ro. 8:2).

Tres títulos afirman la santidad del Espíritu: (7) Espíritu de Santidad (Ro. 1 :4),

posiblemente una referencia al espíritu humano santo de Cristo; (8) Santo

Espiritu (Sal.· SI: 11; M t. 1: 20; Le. 11: 13), el título más formal y más

frecuentemente usado; (9) El Santo (1 Jn. 2:20). Cinco de los títulos del

Espíritu Santo se refieren a Su participación como autor de la revelación y de la

sabiduría: (lO) Espiritu de Sabiduría (Ex. 28:3; Ef. 1:17); (11) Espíritu de

Sabiduría e Inteligencia (Is. 11:2); (12) Espíritu de Consejo y de Fortaleza (Is.

11:2); (13) Espíritu de Conocimiento y de Temor de Jehová (ls. 11:2); (14)

Espíritu de Verdad (Jn. 14: 17). La trascendencia del Espíritu se indica en el

título, ( 15) El Espíritu Libre (Sal. 51: 12). El atriblito de gracia se encuentra en

dos títulos, (16) Espíritu de Gracia (He. 6: 29) y (17) Espíritu de gracia y de

oración (Zac. 12: 1 0).

Muchos de los títulos que indican sus atributos también indican sus obras. En

la discusión de los títulos que revelan Sus atributos puede advertirse que el

Espíritu de Gloria (1 P. 4: 14) se compromete a llevar a la gloria a los santos. El

Espíritu de Vida (Ro. 8:2) es el agente de la regeneración. El Espíritu de

Santidad (Ro. 1:14), el Espíritu Santo (1 Jn. 2:20) es nuestro santificador. El

Espíritu de Sabiduría (Ef. 1: 17) el Espíritu de Sabiduría y de Inteligencia, el

Espíritu de Consejo y de Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Temor de

Jehová (Is. 11: 2) hablan de diferentes ministerios de Dios en la enseñanza,

guianza y fortalecilniento de los santos. El Espíritu de Verdad (Jn. 14: 17) tiene

una idea similar. El Espíritu como el manifestador de la gracia, se revela en los

títulos, Espíritu de Gracia (He. 10:29) y Espíritu de Gracia v Oración (Zac.

EL NOMBRE DEL ESPIRITO SANTO 855

12: 1 0). En adición a los precedentes, se le dan dos títulos al Espíritu afirmando

Su obra. (1) El Espíritu de Adopción (Ro. 8: 15) tiene referencia a nuestra

adopción como hijos. (2) El Espíritu de Fe (2 Co. 4: 13), aunque quizá

impersonal, y en este caso no refiriéndose al Espíritu Santo como tal, si se

admite como una referencia, indica el ministerio del Espíritu de producir fe en

nosotros. Otro título del Espíritu Santo y que no incluye el nombre espíritu, no

obstante, es el de Consolador (Paracletos) rrapÓK./1..1JTOC:, según Thayer, cuando se

usa en su sentido más lato, significa 'un auxiliador' , 'socorredor' , 'ayudador' ,

'asistente' ; así el Espíritu Santo fue destinado a tomar el lugar de Cristo con los

apóstoles (Greek-English Lexicon of the New Testament, pág. 483).

Frecuentemente se encuentra en el Nuevo Testamento (Jn. 14:16, 26; 15:26;

16: 7). Revela al Espíritu Santo como uno que está siempre listo para ayudar a

los cristianos. Los muchos títulos del Espíritu Santo con sus múltiples

significados hablan elocuentemente de las bellezas de la Persona y las maravillas

de Sus atributos. Los muchos aspectos revelados hablan de Su Persona infinita,

igual en poder y gloria con el Padre y con el Hijo (Págs. 15-19)."

Si se citaran muchas otras Escrituras combinadas entre sí,

probarían que los títulos de Dios, Jehová, el Dios de Israel, Jehová

Dios, el Dios de los Espíritus, se refieren al Espíritu Santo. Es cierto

que en la divina estimación, el Espíritu Santo es Uno de los Tres

Gloriosos, con la misma autondad y exaltación que pertenecen a la

Deidad.

CAPITULO 11

LA DEIDAD DEL ESPIRITU SANTO

Si acaso pareciere dudosa la personalidad del Espíritu Santo a

algún creyente, no se debe a falta alguna en el Texto Sagrado de

presentar a la Tercera Persona como tal. En lo que atañe a las

Escrituras, el Espíritu se exhibe en conexión con todas las acciones y

características que pertenecen a una Persona divina. De acuerdo con

el relato presentado en la Biblia, el Espíritu Santo, aunque visto en

acción constantemente, nunca se ve en otra forma aparte de aquella

en que aparece constituyendo la Deidad. En esto, como se ha

observado antes, hay una amplia lista de distinciones que anotar

entre lo que comprende la Cristología y· lo que entra en la

Neumatofogía. Un tratamiento digno de la doctrina de Cristo

demanda el reconocimiento de Su nacimiento humano, Su cuerpo,

alma y espíritu humanos, ciertas limitaciones humanas, Su muerte,

Su resurrección, Su actual presencia en el cielo en un cuerpo

glorificado, y Su regreso de nuevo, en forma visible, a la tierra.

Ninguno de estos rasgos distintivos han estado relacionados

directamente con el Padre o el Espíritu Santo. Por tanto,

confiadamente se afirma que toda la esfera de actividades del

Espíritu, así como la de Su propia Persona, está enteramente dentro

de la esfera que concierne a la Deidad. De igual manera, si las

acciones y las características reveladas pueden imitar la personalidad,

la personalidad del Espíritu Santo es sustentada por la evidencia más

que la del Padre, ya que el Espíritu es el ejecutivo, el Creador del

universo, el Autor divino de las Escrituras, el Generador de la

humanidad de Cristo, el Regenerador de l~s que creen y la fuente

directa de todo factor vital en la vida espiritual del cristiano. No

obstante, cosa singularmente extraña, en todas las generaciones los

hombres se han rendido ante una rara incertidumbre con respecto a

la realidad de la Persona del Espíritu Santo. Parece como si del todo

no se leyesen las Escrituras o, si se leyeran, que la mente humana

fuera en sí incapaz de percibir las más sencillas y obvias verdades

respecto a este Miembro de la Deidad. Siendo que todos los hombres

están afectados en algún grado con la incapacidad para recibir la

verdad revelada sobre este tema, se convierte en un valioso motivo de

oración para que El, cuya obra es patentizar al creyente las cosas

relativas al Padre y al Hijo, se evidencie a Sí mismo también.

856

LA DEIDAD DEL ESPIRITU SANTO

l. A TRIBUTOS DIVINOS

857

Es la responsabilidad de cualquier obra que ha de servir como libro

de texto de presentar, hasta donde sea posible, todos los hechos

implicados, aún los más obvios. Así es imperativo que a lo menos

algunos de los atributos del Espíritu Santo serán incluidos como

evidencia respecto a Su perfección divina. Tomándolos todos en

cuenta, el intento incluiría un recuento de todos los atributos de

Dios, ya mencionados en la Teología Propia, porque todo atributo de

Dios se aplica al Espíritu Santo tan plena y libremente, como al

Padre y al Hijo.

l. ETERNIDAD. " ... Cristo, quien por el Espíritu Eterno se

ofreció sin mancha a Dios" (He. 9: 14 ).

Se verá que en esta breve declaración de tan solo doce palabras

todas las Tres Personas de la Deidad están nombradas y que sería

verdaderamente forzar la razón alegar que en tal pasaje la identidad

de la Tercera persona es incierta. De acuerdo a las teorías humanas,

no se podría leer en el texto que Cristo por Su propio espíritu, o que

por un atributo, o por mera influencia, se ofreció a Dios. La

construcción del texto, así como la estupenda empresa que se dice

que ha de ser acometida, requiere una Persona tan grande en un

punto como se demanda de las otras dos. El Hijo se está ofreciendo a

Sí mismo; el Padre está recibiendo; y todo es ejecutado por el

Espíritu Eterno. ¿Sería posible demostrar que la obra del Espíritu en

esta vasta empresa es menor que la del Hijo o que la responsabilidad

del Padre en recibirla? El término eterno, que con toda propiedad

puede también asignarse a Dios el Padre o a Dios el Hijo, aquí es

aplicado al Espíritu Santo. Puesto que este atributo solo a Dios

puede ser aplicado, se concluye que el Espíritu es Dios.

2. OMNIPOTENCIA. "Porque Cristo padeció una vez por los

pecados, el justo por los injustos, para llevamos a Dios, siendo

muerto en la carne, pero vivificado por el Espíritu" (l P. 3: 18).

La resurrección de Cristo es acreditada al poder energético del

Espíritu Santo en este pasaje. Se afirma no menos de veinticinco

veces que Cristo fue levantado por el poder del Padre (comp. Hch.

2:32; Gá. 1: 1), y una vez que Cristo dijo en relación a Su propia

vida: "Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a

tomar" (J n. 1 0: 18 ). Así mismo Cristo dijo: "Destruid este templo

(Su propio cuerpo), y en tres días lo levantaré" (Jn. 2: 19) No

obstante, la inmensurable omnipotencia que puede levantar los

muertos es atribuida al Espíritu Santo. Esta es sólo una de las

realizaciones a que puede hacerse referencia. En verdad, todas las

obras del Espíritu, como se indicará, son obras que demandan

858 NEUMATOLOGIA

omnipotencia divina.

3. OMNIPRESENCIA. "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿y

dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás Tu: y si

en el abismo hiciere mi estrado, he aquí, allí Tú estás. Si tomare las

alas del alba, y habitare en el extremo de la mar, aún allí me guiará tu

mano, y me asirá tu diestra" (Sa. 139:7-10).

Aun cuando no todo el contexto está citado aquí, se ve por el

trozo precedente que la referencia es al Espíritu Santo, la Tercera

Persona. El es Omnipresente. Siempre ha sido omnipresente en la

creación entera; pero también es cierto que ahora, principiando con

el día de Pentecostés y continuando hasta el arrebatamiento de la

Iglesia, El reside en el mundo (Ef. 2: 18-22).

4. OMNISCIENCIA. "El Espíritu escudriña todas las cosas, aún lo

profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del

hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco,

nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios" (l Co.

2:10, 11).

Jamás nada se ha escondido del discernimiento escudriñador del

Espíritu Santo, ni aún "lo profundo de Dios". Más allá de lo que

puede significar lo profundo de Dios, la imaginación humana no

puede descubrir. El texto declara definitivamente que el hombre sin

ayuda no puede conocer las cosas de Dios (comp. v. 14); pero el

Espíritu conoce todas las cosas. Se hace referencia a los. ilimitados

confines de la Omnisciencia, y nadie puede negar que, si el

conocimiento que posee el Espíritu alcanza lo profundo de Dios, de

la misma manera todo lo demás sería comprendido por El. Quien así

sondea el más profundo océano de la verdad y el entendimiento, es

capaz también de discernir los pensamientos y las intenciones del

corazón humano. Los que son tentados a pecar en lo secreto bien

pueden recordar que nada está oculto al Espíritu de Dios. De igual

modo es consolador saber que El observa plenamente cada propósito

sincero, haya o no la habilidad para ejecutar!~.

5. AMOR. "El fruto del Espíritu es amor" (Gá. 5:22).

El atributo del amor pertenece al Espíritu Santo en grado de

infinidad. Más aún, El es quien ejecuta las cosas de Dios. Así El

literalmente ama con divina compasión a través de aquel en quien El

habita. En tanto que ésta es una provisión de inapreciable ventaja

para el cristiano, el punto por reconocerse es que el Espíritu ejercita

la medida completa del amor divino. El es Su fuente.

6. FE. "El fruto del Espíritu es ... fe" (Gá. 5: 22).

La referencia aquí no es a la actitud de fe, como quizá se sugiera

en la Authorized Version (Versión Autorizada); más bien se dice del

Espíritu que reproduce en el creyente la fidelidad divina. Todos los

LA DEIDAD DEL ESPIRITO SANTO 859

pactos de Dios, Sus promesas y sus predicciones, hablan de Su

fidelidad. "El permanece fiel." "Grande es tu fidelidad." El Espíritu

Santo participa plenamente de estos atributos divinos.

7. VERACIDAD. "Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el

Espíritu es la verdad" (1 Jn. 5:6).

Cristo previamente había llamado al Espíritu Santo "el Espíritu de

Verdad." Así puede observarse que el Espíritu no sólo posee la

verdad: El es el Fiel Testigo de la verdad. Como tal, El es el autor

divino de las Escrituras y en ellas ha testificado de la verdad. Una

mentira contra el Espíritu fue castigada instantáneamente con la

muerte (Hch. 5: 1-11 ). Por tanto, la verdad está vital e infinitamente

relacionada al Espíritu Santo.

8. SANTIDAD. "El Espíritu Santo."

Cualesquiera que pudieran ser las distinciones dentro de la

Trinidad, no puede haber duda de que las Escrituras ponen un énfasis

peculiar en la pureza y santidad de la Tercera Persona. El mismo

título de "Espíritu Santo, da testimonio de esta solemne realidad.

Más adelante en este volumen se demostrará que el Espíritu es el que

trata directamente con la naturaleza pecaminosa en el creyente, de

entre las Tres Personas; y es el único poder que existe por el que esa

naturaleza es siempre controlada. La verdad de que El es santo y que

El, por quien Cristo ha obrado trayendo a juicio la naturaleza

pecaminosa, El mismo en sí nunca ha sido deslustrado ni en sombra

por el mal que suprime, también se hará claro. Al principio se ha

indicado cómo le fue inflingida la muerte instantánea a dos personas

en el comienzo de la presente dispensación porque presumieron

mentir al Espíritu Santo. Apoyándonos en la misma verdad con

relación a la distintiva santidad del Espíritu, se recordará que fue un

pecado contra "el Espíritu Santo" que nunca podría ser perdonado.

Sobre esto Cristo dijo: "Por tanto os digo: todo pecado y blasfemia

será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no

les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el

Hijo del Hombre, le será perdonada; pero al que hable contra el

Espíritu Santo no le será perdonado, ni en este siglo ni en el

venidero" (M t. 12:31, 32). Es imposible para el carácter íntimo de

una Persona de la Deidad el ser más santa que el de Otra; la

distinción debe recaer en algún modo dentro de la esfera de la

responsabilidad oficial del Espíritu. Siendo el Divino ejecutivo, la

Tercera Persona puede tener un nombramiento especial para

manifestar, así como para defender la infinita santidad de Dios. Es

con la misma propiedad, entonces, que los seres angelicales tributan a

los Tres Benditos la adoración de "Santo, Santo, Santo es Jehová de

los ejércitos."

860 NEUMATOLOGIA

11. OBRAS DIVINAS

El Dr. William Cooke, al presentar este tema en su Christian

Theology, escribe:

"Hemos visto las obras de la creación atribuidas al Padre y al Hijo, y la misma

autoridad se le atribuye al Espíritu Santo. Después del 'fiat' que hizo existir al

universo, la primera agencia que e~contramos empleada en la confección del

universo es la del Espíritu Santo. Antes que los cielos y la tierra recibieran su

forma -cuando la masa caótica estaba informe y vacía y las tinieblas estaban

sobre la haz del abismo, el Espíritu de Dios se estaba moviendo o cobijando la

inerte y confusa 'masa, penetrándola con Su omnipotente y vivificante energía,

impregnando el cúmulo de cosas con apropiadas cualidades, afinidades y leyes;

arreglando y disponiendo el todo de acuerdo con su inerrable sabiduría y placer

soberano. En cada acto sucesivo de energía creativa participó el bendito Espíritu

porque, dice Job, 'Su Espíritu adornó los cielos' (26: 13), y Eliú dice: 'El

Espíritu de Dios me creó y el aliento del Todopoderoso me dio vida.' Así, si las

obras gloriosas de la creación han sido exhibidas como una prueba de la

existencia y Deidad del Padre y del Hijo, de igual modo es una prueba de la

Deidad del Espíritu Santo. La maravillosa economía de la Providencia implica la

misma agencia omnipotente y omnipresente como la obra de creación. Es,

realmente, una creación continua; una renovación o reproducción perpetuas. El

piadoso salmista reconoce este hecho y atribuye la obra al Espíritu Santo.

Hablando de la absoluta dependencia de Dios de todas sus criaturas, dice:

'Escondes tu rostro, se turban, les quitas el hálito, dejan de ser y vuelven al

polvo. Envías tu Espíritu, son creadas y renuevas la faz de la tierra' (Sal.

104:29, 30). Así cada nueva primavera, y cada generación sucesiva de hombres y

de animales inferiores, como una nueva creación, es una declaración de la

presencia del Espíritu y de su omnipotente energía. En la economía de la Gracia

el Espíritu ejecuta una parte benigna y conspicua. El inicia, lleva adelante y

completa la obra de la Salvación en los corazones de Su pueblo. Es imposible

estimar la inmensa suma de bien moral y espiritual que resulta de Su influencia

santa sobre· el corazón humano. El es el gran manantial de luz y de gracia para el

mundo: la fuente de. santidad; amor y gozo; y, exceptuando el don de Cristo, la

d;\diva de Su agencia es la más grande y más importante bendición jamás

concedida a nuestro mundo caído." -pgs. 154, 155.

Aun cuando mucho ha sido insinuado ·anteriormente en estos

volúmenes sobre la obra del Espíritu Santo y mucho de lo que

todavía aparece ha de ser sobre este mismo tema, para un análisis del

aspecto presente de la verdad es esencial indicar en orden algunas de

las o.bras del Espíritu Santo que porporcionan evidencias respecto a

su Deidad. Estas obras que vamos a enumerar las encaramos con este

propósito a la vista. Después, las enumeraremos de nuevo y

clasificaremos cuando el carácter esencial de cada una de ellas haya

de ser considerado.

l. CREACION. Es verdaderamente significativo que en los

primeros dos versículos de la Biblia dos Personas de la Deidad son

LA DEIDAD DEL ESPIRITU SANTO 861

mencionadas, Dios y el Espíritu de Dios. La combinación de la

Primera y la Tercera Personas es mucho menos frecuente que la

combinación de la Primera y la' Segunda, como en el Salmo 2:2 y

constantemente en el Nuevo Testamento. Se dice que Dios creó,

mientras que "el Espíritu de Dios se movía (cobijaba como

incubando) sobre la haz de las aguas." Si hay alguna división

implícita en la obra creativa no está claro. En el Salmo 39:6 está

escrito: "Por la Palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el

ejército de ellos, por el aliento de Su boca", y Job declara: "Su

Espíritu adornó los cielos, Su mano creó la serpiente tortuosa"

(26: 13). Se ha indicado anteriormente que a cada Persona de la

Deidad se le acredita la creación de todas las cosas; de consiguiente,

siendo que el Espíritu Santo es el Ejecutor del propósito divino, es

lógico esperar Su parte en la creación. Por su incubación, El produjo

todo ser viviente. De esta obra específica del Espíritu Santo Mathew

Henry escribe en su comentario: "El Espíritu de Dios fue el primero

en moverse. "Se movía sobre la haz de las aguas." Cuando

consideramos la tierra informe y vacía pensamos en el valle lleno de

huesos muertos y secos. "¿Pueden vivir éstos? " ¿Puede esta confusa

masa de materia ser formada en un mundo bello? Sí, si el Espíritu de

Vida que procede de Dios entra en ella, (Ez.37:9). Ahora hay

esperanza con respecto a esto; porque el Espíritu de Dios empieza a

obrar, y si El obra, ¿qué cosa o quién puede estorbarlo? Se dice que

Dios hizo el mundo por Su Espíritu (Sal.33:6; Job 26: 13), y por el

mismo poderoso obrero se ejecuta la obra de la nueva creación. El se

movía sobre la haz del abismo, como Elíseo se tendió sobre el niño

muerto, como la gallina que junta sus polluelos debajo de sus alas, y

revolotea sobre ellos para calentarlos y acariciarlos (Mt.23:37); como

el águila que alborota su nidada y revolotea sobre sus pichones (es la

misma palabra que se usa en Dt.32: 11 ). De aquí aprendemos que

Dios no solo es el autor de todo ser viviente, sino que es la fuente de

la vida y la causa de la acción (Gn.l: 2). Aquí se insinúa un paralelo

con la obra del Espíritu al producir la nueva creación espiritual del

presente, y la creación del nuevo cielo y la nueva tierra, se ve al

Espíritu trabajando poderosamente en las primeras dos, pero ningún

dato se nos da en cuanto a Su participación en la última. Dwelling, en

el contraste entre la creación y la evolución, The Companion Bible,

afirma:

"La introducción al Génesis (y a toda la Biblia), Génesis 1:1-2:3 atribuye

todas las cosas al Dios viviente, creando, haciendo, actuando, moviendo y

hablando. No hay lugar para evolución sin una franca negación de la revelación

divina. Una tiene que ser verdad, la otra falsa. Todas las obras de Dios fueron

declaradas 'buenas' por siete veces (Gn. Gn.l:4,10,12,18,21,25,31). Son

862 NEUMATOLOGIA

• grandes' (Sal.111:2; Ap.l5:3). El hombre parte de la. nada. Principia en el

desamparo, ignorancia e inexperiencia. Todo su trabajo procede del principio de

la evolución. Este principio se ve únicamente en los asuntos humanos; desde la

choza hasta el palacio; desde la canoa hasta el trasatlántico; desde el azadón y el

arado hasta los taladros mecánicos, segadoras y atadoras, etc. Pero los pájaros

hacen sus nidos en la actualidad lo mismo que al principio. Al momento que

pasamos la línea divisoria y entramos en la esfera divina, no se ve ni una traza o

vestigio de evolución. Hay crecimiento y desarrollo dentro de, pero no paso,

cambio o evolución entre una y otra especie. Por otra parte, todas las obras de

Dios son perfectas . . . La evolución es sólo una entre varias teorías inventadas

para explicar los fenómenos de las cosas creadas. Los científicos admiten que

ninguna de estas teorías cubren todo el terreno; y el reclamo más grande hecho

por la Evolución, o Darwinismo, es que 'abarca más campo que todas las otras.'

La Palabra de Dios reclama que cubre todo el terreno, y la única manera de

contradecir este reclamo es negando la inspiración de la Biblia a fin de

debilitarla. Este es el trabajo especial emprendido por la así llamada 'Alta

Crítica' , que basa sus conclusiones en proposiciones y razonamientos humanos,

en lugar de basarse en las evidencias documentadas de los manuscritos, como lo

hace la Crítica Textual."- Vol. 1, apédice 5.

El Creador ha declarado cómo fue hecho y Su testimonio demanda

la atención.

2. CONTENCION. Jehová dijo: "No contenderá mi Espíritu con el

hombre para siempre, porque él es carne" (Gn.6:3). La maldad de los

días anteriores al diluvio y la renuencia para atender a la predicación

de Noé aceleró esta predicción de parte de Jehová. Estima su

completo cumplimiento para el tiempo futuro, cuando las ofertas

divinas de misericordia y de gracia y su poder restringente sean

quitados de la tierra (2 Ts.2:7,8). La restricción del Espíritu está

estrechamente relacionada con Su obra de redargüir (Jn.l6:7-ll).

3 INSPIRACION. Hay ciertas empresas divinas de las que se dice

haber sido ejecutadas por las Tres Personas de la Deidad,

notablemente, la creación, la muerte de Cristo y Su resurrección; y

hay empresas divinas que pertenecen específicamente a Uno u Otro

de los miembros de la Deidad. El Padre da al Hijo -no se podría

decir que el Hijo da al Padre, o que el Espíritu da al Hijo o al Padre.

El Hijo se encarna, muere y es levantado de la muerte, asciende al

cielo y vendrá otra vez. Aunque ellos cooperan en lo que pertenece al

Hijo, no hay la menor insinuación de que el Padre o el Espíritu se

hayan encarnado, muerto, ascendido al cielo, o que vendrá otra vez a

la tierra. Hay obras cuya ejecución corresponden sólo al Espíritu

Santo. El propósito de este capítulo del presente volumen es

enumerar a lo menos diecisiete de estas obras específicas del Espíritu

Santo. Tres de las cuales son de suma importancia, siendo que están

en la esfera de la generación y producción, especialmente, la

inspiración de las Escrituras, la generación de la humanidad de Cristo

LA DEIDAD DEL ESPIRITO SANTO 863

y la regeneración de los que creen de entre los perdidos. Parece

probable que la parte que tiene el Espíritu en la producción de la

Palabra· Viviente y su parte en la producción de la Palabra Escrita

están por encima del nivel de aquel acto creativo por el que un alma

e~ regenerada. La estimación humana en la esfera de tales valores

pu~de únicamente ser considerada como una opinión finita. Pqesto

que en la producción de la .Palabra, Viviente el Espíritu añade la

humanidad y en la producción de la Palabra Escrita el EspíritUafiade

la divinidad, se seguiría (según el mismo modo finito de razonar) que

la inspiración de las Escrituras es la más grande empresa del Espíritu

específicamente Suya. Siendo que la verdad procede de Dios y así

está finalmente contenida en los oráculos Divinos, el carácter,

autoridad y dependibilidad de esos Oráculos vienen a ser un asunto

ftmdamental. Naturalmente el problema completo relacionado con la

inspiración de las Escrituras nuevam.ente se levanta en est~ punt<?;

pero es el propósito del tema general únicamente de sefíalar aquello

que es obra peculiar del Espiritu Santo y observar en esa obra la

evidencia de Su Deidad. Que las Escrituras son perfectas, siendo, en

el lenguaje original, las mismas palabras de Dios, como se ha

asegurado y defendido en el Primer volumen, bajo Bibliología; el

propÓsito aquí es demostrar que el Espíritu Santo es el autor divino

de esos oráculos. Una mente imparcial, suficientemente instruida y

capacitada para evaluar relativamente cualquier obra de Dios,

normalmente esperaría tal producción de las Escrituras, y como la de

todas las otras obras divinas, el resultado ha de ser infinitamente

perfecto. Que las Escrituras en los escritos originales son la infalible

Palabra de Dios (una obra maestra del Espíritu Santo)

frecuentemente es demostrado en la apología, al examinar el texto

.mismo. Ese esfuerzo ha sido hecho por muchos hombres fieles, y de

modo concluimos, nada menos que por S. R. L. Gaussen, en un

volumen publicado en inglés en 1842, titulado Theopneusty. En su

definición introductoria de la palabra Theopneustia, declara:

"Así como Dios, quien haría conocer a Sus elegidos, en un libro eterno, los

principios espirituales de la divina filosofía; ha dictado sus páginas durante diez y

seis siglos, a sacerdotes, reyes, guerreros, pastores, publicanos, pescadores,

escribas, tejedores de tiendas. Su primera línea, su última línea, todas sus

instrucciones, comprendidas o no, vienen del mismo autor, y eso es suficiente

para nosotros. Quienesquiera que hubiesen sido los escritores, y cualquiera la

comprensión del libro, todos ellos han escrito con una mano fiel, dirigida, en el

mismo rollo, bajo el dictado del mismo maestro, para quien mil años es como un

día; tal es el origen de la Biblia. Yo no desperdiciaré mi tiempo en preguntas

vanas; sencillamente estudiaré el libro. Es la palabra de Moisés, la voz de Amós,

la palabra de Juan o de Pablo; pero es la mente de Dios y la Palabra de Dios.

864 NEUMATOLOGIA

Tendríamos una idea muy errónea entonces, al afirmar que ciertos pasajes de la

Biblia son de los hombres y algunos otros, de Dios. No, cada versículo sin

excepción es de los hombres; y cada versículo sin excepción es de D10s; sea que

Ifable directamente en su propio nombre, o bien que emplee toda la personalidad

del escritor sagrado. Y como dice San Bernardo, en cuanto a las buenas obras de

los regenerados, 'que nuestra voluntad no ejecuta ninguna de ellas aparte de la

i!"aci~; pero que la gracia también no eJecuta ninguna de ellas sin nuestra

voluntad' ; así podemos decir que en las Escrituras Dios no ha hecho nada sino a

través del hombre y ue el hombre no ha hecho n smo o el Senor. En

e ec o, un per ecto paralelo entre la Theop,neustia y la gracia eficaz. En las

operaciones del Espíritu Santo al redactar lo~•-t!scritos sagrados y las del mismo

Espíritu en la conversión de una alma y el hacer que ésta ande por las sendas de

la santidad, en ciertos respectos el hombre es enteramente pasivo, en otros,

enteramente activo. Dios ejecuta cada cosa; el hombre las hace tod~s; y podemos

decir de todas estas obras, como San Pablo dijo de una de ellas a los filipenses:

'Dios es que obra en vosotros así el querer -Como el hac_er por Su buena

voluntad.' Y vemos que en las Escrituras el mismo trabajo se atribuye

simultáneamente a Dios y al hombre. Dios es quien convierte y el hombre se

convierte; Dios circuncida el corazón, dando un corazón nuevo, y el hombre es

quien debe circuncidar su propio corazón y hacerse un corazón nuevo. 'No

solamente porque debemos emplear los medios para alcanzar tal efecto', dice el

famoso Presbítero Edwards en sus admirables observaciones contra los

arminianos, 'sino por~ue este mismo efecto es nuestra actuación, tanto como

nuestro deber; Dios produciéndolo todo y nosotros efectuándolo todo ... '·

Teóricamente, pOdríamos decir que una religión podría ser divina sin la

inspiración milagrosa de sus libros. Podría ser posible, por ejemplo, concebir una

cristiandad sin Theopneustia; y quizá podría concebirse que todo otro milagro

de nuestra religión fuera un hecho, excepto ese. En esta suposición (que es

totalmente falsa), el eterno Padre hubiera dado a Su Hijo al mundo; el Verbo,

creador de todo, hecho carne, hubiera sufrido la muerte en la cruz por nosotros;·

y hubiera enviado al Espíritu de sabiduría y poderes milagrosos sobre sus

apóstoles; pero todos estos misterios de la redención, una vez cumplidos, hubiera

abandonado a esos hombre de Dios la tarea e escribir e ún su r 1a sabiduría;

y sus escn os nos hubieran presentado solamente el lenguaje natural de sus

~uminaciones sobrenaturales, de sus convicciones y de su carisfad. Un orden de

cosas tal es indudablemente· una vana suposición, diametralmente opuesto al

testimonio de las Escrituras, así como a su propia naturaleza; pero, sin observarse

aquí, eso no explica nada; y que, milagro por milagro, eso de la iluminación no

menos inexplicable que la Theopneustia; sin adelantarnos a decir que la Palabra

de Dios posee un poger djyjno peculiar de ella; tal orden de cosas, si hubieran

sucedido, nos hubieran expuesto a innumerables errores y sumergido en la más

tremenda incertidumbre. Sin seguridad alguna contra la imprudencia de los

escritores, no hubiéramos sido capaces de dar a sus escrito·s la autoridad que

ahora la Iglesia concede a los de Agustín, Bernardo, Lutero, Calvino, o de una

multitud de hombres iluminados en la verdad por el Espíritu Santo. Somos

sabedores lo suficiente de cómo muchas palabras imprudentes y erróneas

proposiciones manchan las más bellas páginas de estos admirables escritores. Y

aun los Apóstoles (en la suposición que acabamos de hacer), hubieran estado

sujetos aún más que ellos, a serios errores, puesto que ellos no hubieran podido

~ner, como en el caso de los doctores de la iglesia, una palabra de Dios, por

medio de la cual pudieran corregir sus escritos. Y ya que fueron 1mpelidos a

formar su propio vocabulario de la ciencia de la religión, pues sabemos que una

LA DEIDAD DEL ESPIRITU SANTO 865

ciencia está más que medio formada cuando se establece su vocabulario. ¡Cuán

fatales errores, qué penosa ignorancia, qué inevitable imprudencia hubiera

necesariamente acompañado en su caso, una revelación sin Theopneustia; y en

cuántas deplorables dudas hubiera quedado la Iglesia! Errores en la selección de

los hechos, errores en la estimación de los mismos, errores al establecerlos,

errores en la expresión de las relaciones que guardan con las doctrinas que

contienen, errores en la expresión de estas mismas doctrinas, errores de omisión,

errores de lenguaje, errores de exageración, errores en la adopción de prejuicios

nacionales, provinciales y partidarios, errores en la anticipación del futuro y en la

estimación del pasado. Pero, gracias a Dios, no sucede así con nuestros libros

sagrados. Estos no~ntienen errores, todos sus escritos son inspirados por Dios.

'Los santos hombres de Dios hablaroñ s1endo inspirados por el Espíritu Santo" ;

·'no en palabras de humana sabiduría, sino en la enseñanza del Espíritu' ; a fin de

que ninguna de estas palabras fueran descuidadas, y estamos llamados a

respetarlas y a estudiarlas aun la más pe~ueña 'j' y el 'tilde' más diminuto;

porque esta escritura es 'purificada como la plata probada siete veces en el

fuego' ; 'es perfecta.' Estos acertos, testimonios mismos de la Palabra de Dios,

contienen precisamente nuestra ultima definición de Theopneustia, y nos

conduce a caracterizarla finalmente como 'ese poder inexplicable del EspíritE_

Divino e·ercido primeramente sobre los autores de las Escrituras a uiarlos

nas a en e emp eo e as p a ras ue habrían de LJSar, y para preservarlos de

o o error así como e toda omisión' "- Págs. 3

Más determinante e impresivo es el argumento en favor de la

inspiración, basado sobre el obvio carácter divino del Texto Sagrado

mismo, es el hecho de que 1!1 Sagrada Escritura es el producto de

Dios, el Espíritu Santo. Las obras de Dios son infinitamente perfectas

y dignas de El, por supuesto. Por tanto, se asume que la Biblia,

~iendo obra de Dios, es excepcional, siendo, como lo es, J(J

monumento literario del Espíritu Santo. Al pensar que existan

errores o imperfecciones, el pnmer- impulso de una mente

verdaderamente devota sería investigar si la dificultad no surge de la

esfera finita del entendimiento humano. El elemento humano en la

Palabra Escrita no arriesga más la infinita excelencia del elemento

divino en esto que la humanidad de Cristo, la Palabra Viviente haría,

arriesgando su propia Deidad. Creer que la Biblia es un documento

infalible es honrar a Su Autor, el Espíritu Santo; es respetar lo que la

lJiblia reclama de sí misma y convenir en las conclusiones de devotos

. ~ruditos de todas las generaciones. Sabemos que los saduceos

negaban la resurrección, negación que realmente no altera el hecho

<le la resurrección, pero solo urgió a Cristo a decirles: "Erráis,

ignorando las Escrituras y el poder de Dios." Toda Escritura es

'Theopneustos [9EÓ7rvevaroc;] declaración hecha en 2 Timoteo 3:16,

la que incluye toda la Biblia. Las Escrituras se originan en Dios y son

Su propio aliento. En el versículo precedente Pablo relata que

Timoteo desde la mnez ha conocido las sagradas escrituras

(letras) (-ypáJJ.IJ,ara). Toda Escritura (-ypaljJi¡) compuesta, como

866 NEUMATOLOGIA

realmente lo es, de letras sagradas, es inspirada por Dios. De acuerdo

con lo que afirma Pedro: "Entendiendo primero esto, que ninguna

prof~cía de la Escritura es de interpretación privada, sino que los

santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu

Santo" (2 P.l: 20,21). La palabra profecía como la usa Pedro en este

pasaje abarca a toda expresión inspirada por Dios, es decir, que no se

limita sólo a predicación. Incluye tanto relatos como pronósticos;

comprende toda escritura. De la misma manera, las declaraciones que

las Escrituras exponen deben ser interpretadas tal como se relatan y a

la luz de todas las otras Escrituras., La profecía no surgió en tiempos

pasados, ni en ningún otro tiempo, de la voluntad del hombre. Los

santos hombres de Dios hablaron guiados o conducidos por el

Espíritu de Dios. El propio , testimonio de los profetas es más

revelador y convincente. Dijeron: "La boca del Señor lo ha dicho."

"El Espíritu del Señor habló por mí, y-Su palabra fue en mi lengua."

"Palabra del Señor vino sobre mi." "Y Jehová puso palabra en la

&oca de Balaam." "Que por.boc~ de tu siervo David has dicho ... "

'~Que el Espíritu Santo habló antes por boca de David.'~ "Las cosas

que Dios había hablado por boca de todos sus profetas." Es muy

claro el testimonio de la Biblia respecto a sí misma de que es la obra

del Espíritu Santo, sus palabras son la infalible palabra de Dios y es,

por tanto, en su perfección tan apropiada para el cielo como lo es

para la tierra.

4. EL ENGENDRAMIENTO DE CRISTO. Qué pudo haber sido la

obra del Espíritu al impartir la vida en la creación no nos es revelado.

Además, la fase de la obra del Espíritu que ahora consideramos es

enteramente aparte de Su obra en la regeneración. El magno acto de

la generación del Espíritu Santo aconteció cuando efectuó la

humanidad de Cristo. Con mucha frecuencia se asume que María

contribuyó con su humanidad y que el Espíritu contribuyó con Su

Divinidad; pero un momento de reflexión nos descubriría que la

Deidad de Cristo le fue propia en toda la eternidad, y por tanto no

fue originada al tiempo de Su concepción. El encarnó cuando su

Persona eterna tomó la forma humana. También es cierto que en esta

instancia, como en cualquiera otra gestación humana, María no

podría haber contribuido más de lo que está asignado a la mujer en la

maternidad; ella nutrió y desarrolló la vida que le fue encomendada.

El Espíritu hizo que la humanidad de Cristo se originara y ese es un

acto de generación. Así lo declara la Escritura: "Y respondiendo el

ángel dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre tí y el poder del Altísimo

te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá

será llamado Hijo de Dios" (Lc.l :35).

5. REDARGUIR. La obra convincente del Espíritu Santo es triple:

LA DEIDAD DEL ESPIRITU SANTO 867

de pecado, de justicia y de ¿uici?, y mucha luz se vierte sobre el

carácter de esteministerio esenctal del Espíritu Santo, cuando se

observa que el fin que El cumple es el impartir la comprensión de los

~~s, entendimiento que resulta en una iluminación esencial para

una inteligente aceptación de Cristo como Salvador personal. La

declaración que Cristo hizo sobre este punto en el discurso del

Aposento Alto dice así: "Pero yo os digo la verdad. Os conviene que

yo me vaya; porque si no me fuere, el Consolador no vendría a

vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando El venga

convencerá al mundo de pecado, de justicia y de jucio. De pecado,

por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no

me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha

sido ya juzgado" (Jn. 16:7-11).

Este desarrollo de la verdad no se dirige a los inconversos, aún

cuando describe una obra del Espíritu Santo en favor de ellos; se

dirige a los salvos y provee inapreciable instrucción con relación al

factor más vital en todo esfuerzo misionero. Mucho se ha dicho al

principio con respecto a este ministerio del Espíritu y el mismo tema

debe considerarse más adelante. Suficiente se habrá dicho aquí si se

ha indicado que esta triple convicción es el método divino de destruir

el velo gue Satán ha echado sobre la mente de cada persona

inconvs,rsa., Acerca de esta ceguera se ha escrito: "Pero si nuestro

evangelio está aún encubierto, para los que se pierden está

encubierto, en los cuafes el dios de este siglo cegó el entendimiento

dé los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de

la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios" (2 Co. 4:3, 4). En el

acto de quitar este velo de la mente de los incrédulos, se obtiene una

clara visión del ~cado de rechazar a Cristo, una visión de justicia

derivada del invisible Cristo en gloria, y del :eerfecto juicio en la cruz.

Que este 'uicio se efectúa enteramente en interés de los no salvos

constituye un reto para la fe. Por eso viene a ser, no a go para

persuadir a Dios que haga, sino el creer en algo que El ya ha hecho.

En efecto, la única responsabilidad humana indicada en todas estas

escrituras terminantes es f!. Es el creer algo cuando se hace la

declaración respecto a la justicia imputada, justicia que es la parte de

todos los salvos. Es como pedir a la fe aceptar y descansar en la

. revelación de ue Cristo h llev ecado individual. El único

pe a o que queda es "que no creen en mí" es decir · o. Este

mmisterio e re argmr e spíritu Santo l}O es de condenación o de

impresionar al pecador con su pecarninosidad; por el ,contrario, es un

mensaJe de buenas nuevas que proclama que Cristo ha muerto, "el

justo por los injustos", y que se ha provisto una perfecta base y

aceptación ante Dios en el Hijo resucitado de Dios. Parte de la,.obra

868 NEUMATOLOGIA

convincente del Espíritu es la conveniente amonestación de las

consecuencias necesarias si este ménsaJe no es creído.

6. RESTRICCION. En la edad presente hay dos ministerios del

Espíritu en favor de los in conversos, que son: el de conviccióD:t y el

de restricción: El ministerio de convicción que acabamos de

considerar, se dirige al individuo, y la única esperanza es que él se

vuelva inteligente y suficientemente a Cristo, reconociéndolo como

su Salvador; mientras que el ministerio de restricción se dirige a todo

el cosmos o mundo en su totalidad. Como el vocablo cosmos implica,

tiene que hacer con el impedimento del mal cuanto sea posible en el

mundo. Evidentemente este refrenamiento no ·tiene en mira evitar

toda iniquidad, algo que efectuaría sin impedimento; pero es más

bien, un ministerio por el cual el mal es retenido dentro de ciertos

límites divinamente predeterminados. El que impide será quitado a

su debido tiempo, y entonces sigue una tribulación sin precedentes,

un período de siete años, antes que el Rey regrese para ejercer

autoridad absoluta en la tierra. Durante estos siete años se

demostrará el verdadero carácter de la iniquidad. Claramente se

asevera que la restricción es para el fin, que el hombre de pecado no

se revelará sino hasta el tiempo señalado por Dios, ese tiempo es el de

la ~gran tribulación. Ese período de angustia no es algo impuesto

sobre la humanidad desde afuera; es simplemente la reacción de la

iniquidad cuando la presente restricción divina sea removida. Es

imposible estimar lo que la iglesia en la tierra, los gobiernos y la

sociedad en generar deben a esta incesante influencia de impeoimtmto

del Espíritu Santo. La Escritura que sustenta este tema, dice: "Y

ahora vosotros sabéis lo que lo detiene (al hombre de pecado) a fin

de que a su debido tiempo se manifieste; porque ya está en acción el

ministerio de iniquidad (desorden, desobediericía); sólo que hay

qu{en (el Espíritu) al presente lo detiene (restringe) hasta que a su

véZ sea "quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo,

a "quien el Sefl.or matará con el espíntu~ (a:Iiento) de Su boca, y

déstruirá con el respl~mdor de Su venid·a (2 Ts. 2:6-8).

· 7. REGENERACION. La palabra 1ra~tyyeveaía, traducida

regeneración, se usa sólo dos veces en -el Nuevo Testamento. En la

primera ocasión (M t. 19: 28) el Sefior habla de la restauración de

todas ias cosas para con Dios, lo que El mismo ha ya efectuado

(comp. 1 Có. 15:24~28). No se dice que esto sea una obra del

Espíritu Santo, sino más bien una obra del Hijo. La segunda vez ·se

hálla en 'I)to 3: S, que dice: "~os salvó no por obras de justicia ,gue

nosotros habíamos hecho, sino por ·Su misericordia or el

lavallliehto e la regeneración y por a renováción en 1 Es íritu

ara estar seguro, la ver a que se expresa con este término

LA DEIDAD DEL ESPIRITU SANTO ~-)

se explica en muchas Escrituras y bajo varias formas, pero sieV

como una obra del Espíritu Santo. El trasfondo de la doctrina de la

regeneración es su necesidad que surge del estad9 universal del

hombre caído. Ya que la necesidad es universal, la demanda por la

regeneración es imperativa en el caso de cada individuo que nace en

el mundo. Nadie puede exceptuarse aparte del Cristo de Dios. En su

conversación con Nicodemo, cuando éste vino a _El de noche (Jn.

3: 1· 21 ), Cristo no reconoció nada aceptable a Dios del carácter

modelo y logros en el judaísmo de este legislador de Israel. Fue a esta

persona a quien Cristo le dijo: "Ne>_Je maravilles de que te dije, os es

necesario nacer otra vez" (o, de arriba); y Cristo dijo con el mismo

propósito: "Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido

del Espíritu, espíritu es." Como la generación humana engendra una

vida "según su naturaleza", así la regeneración divina significa el

impartir una vida procedente de Dios, gue e.s enteramente extraña a

la del hombre cawo. Es la naturaleza divina. Es "Cristo en_\':OSºyos,

la esperanza de gloria" (Col. 1: 27). El Señor dijo: .. "El ladrón no

viene smo para hurtar, y matar, y destruir; Yo he venido parague

tel}gan vida, y para qUe la tengan en abundancfa" (Jn. 10: 10). Más de

ochentaicinco pasajes del Nuevo Testamento sostienen esta realidad

de una vida divina impartida. Ningún cambio en el estado humano

podría ser concebido que pueda ser tan inaccesible y efectivo como

eso de un real nacimiento en una legítima y verdadera relación filial

con Dios. Esta provisión constituye el supremo menstg]Ie Diosa!

hoiñbfe. La regeneración individual, hasta donde el testimonio de las

Escrituras nos indica, es una provisión del Nuevo Pacto. Aunque los

Israelitas estaban relacionados correctamente con Dios como tales

por el nacimiento físico, anticiparon para el futuro la recepción de la

vida eterna como una "herencia" (comp. Mt. 19:29; Le. 10:25-29;

10: 18-30). Tocante a la relación de Israel a la regeneración personal

por el Espíritu Santo, Juan L. Nuelsen escribe en la

INTERNA TI O NAL STANDARD BIBLE ENCYCLOPEDIA: "Sea

que la promesa divina se refiera al final de los tiempos Mesiánicos, o

que se realicen en una fecha más temprana, todas se refieren a la

nación de Israel como tal, y a los individuos solamente hasta donde

· ctllos sean participantes en los beneficios conferidos a la nación. Esto

es cierto aún en donde las bendiciones profetizadas son sólo

espirituales, como en Isaías 60:21, 22. Por tanto, la masa del pueblo

de Israel está todavía tan escasamente enterada del hecho de que las

condiciones en las que estas promesa_s divinas han de ser alcanzadas,

son más que ceremoniales y rituales" ("Regeneration", IV, 2547). El ~L ll'u1ll~

Evangelio escrito por Juan en su capítulo inicial establece que~ lllfV~'>: 1N1t

cosa nueva ha entrado en la línea de la experiencia humana. Este u. • s

870 NEUMATOLOGIA

pasaje declara: "Mas a todos los que le recibieron a los que creen en

Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, los cuales no

son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad

de varón, sino de Dios" (vs. 12, 13); y Pedro describe así a un

cristiano: "Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de

incorruptible, por la ~abra de Dios, que vive y permanece para

siempre" (1 P.l:23). - Corno para la responsabilidad humana en la

regeneración Cristo dijo a Nicoderno: "Porque de tal manera amó

Dios al mundo, que dio a Su Hijo Unigénito, para que todo aquel que

en El crea no .se pierda, más tenga vida eterna", (Jn. 3: 16). Corno

este terna ha de ser considerado más adelante en otra conexión, con

todo, será suficiente agregar que el ser nacido de Dios significa una

inducción al orden de seres celestiales. Ninguno, ciertamente, está

ahora en capacidad de comprender la realidad del hecho en la que

Qios es el que regenera y, pór 'tanto, el Padre legítimo por toda la

eternidad, y el que en El cree viene a ser hijo legítiJ!lo regenerado por

toda la eternidad. La salvación incluye una nueva creación (2 Co.

5: 17), la que es efectuada por el Espíritu Santo corno el ejecutoide

la Deidad. ·

8. ILUM1NACION. Detrás de la iluminación del Espíritu Santo de

los creyentes está la triple condición de necesidad que la reclama,

siendo que todos los miembros de la familia humana están

incapacitados en su poder natural para entender por causa del

-pécado, así mismo por el velo que Satán ha puesto en sus mentes (vea

:2 Co. 4:3, 4), y para poder comprender la verdad, siendo de carácter

celestial, no puede ser percibida aparte de una revelación personal de

dicha verdad operada en la mente y el corazón por el Espíritu Santo.

La Divinidad plena hizo provisión con la que el creyente pueda llegar

a conocer las cosas de Dios, y todo lo que entra en relación con El

requiere un sistema de· pedagogía muy distinto de cualquiera otro

conocido en este mundo y totalmente fuera de la línea de la

experiencia dentro de la que el hombre natural pudiera entrar.

Mucho ha sido hecho ya en este aspecto del ministerio del Espíritu

Santo bajo el terna de Bibliología, y el mismo terna será considerado

en forma más exhaustiva en sección posterior de este volumen. La

Iluminación es específicamente un trabajo ejecutado por la Tercera

Persona, y, tan pronto corno El abre el entendimiento hacia las

Escrituras, El mismo descubre aquello que El ha originado; aun

cuando Cristo declaró que el Espíritu guiaría al creyente a toda

verdad, aclaró que el Espíritu no origina el mensaje que imparte,

' · ~.' . " porque El no hablaría de sí mismo, sino que hablaría todo lo que

~ .. '"" '·; oyere (Jn. 16: 13). En este caso es Cristo quien origina el mensaje . . 'h\. <·•t"' v.;, ·Cristo introdujo esta particular declaración con las Palabras: "Aún

LA DEIDAD DEL ESPIRITO SANTO 871

tengo muchas cosas que dedros, pero ahora no las podéis llevar." Así

en la esfera de "toda verdad", "cosas que han de venir" y, "todo lo

que tiene el Padre", el mensaje surge con el "Hijo" y es repartido en

la mente y corazón de los creyentes por el Espíritu en quienes mora.

A este propósito el Apóstol declara: "Hemos recibido el Espíritu que

proviene de Dios" ( 1 Co. 2: 12). La posición dentro del corazón del

creyente que ahora ocupa el Espíritu Santo asegura la más estrecha

relación, de modo que El, el Espíritu mismo, es así capaz de crear

impresiones en la conciencia del cristiano que parecen haber ocurrido

sólo en su propia mente finita. Toda verdad espiritaul debe ser

impartida por el Espíritu morador en esta forma. Este aspecto

particular de verdad, o triple grupo de "cosas", serán conocidas por

el creyente por medio de la revelación que el Espíritu Santo ejecuta.

De esto afirma el Apóstol: "Antes bien, como está escrito: cosas que

ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las

que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló

a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun

lo profundo de Dios" (1 Co. 2:9, 10). Usando anteriormente el

mismo término como aquí, esto es, "cosas", Cristo implica que "toda

verdad" debe ser mostrada al creyente por el Espíritu Santo (Jn.

16: 12-15). La apelación práctica que los cristianos confrontan aquí

revela la necesidad de un ajuste del corazón y la vida a la mente y la

voluntad del Espíritu Santo para que todo progreso en el aprendizaje

espiritual no sea estorbado.

9. PARACLETO. Cuando los traductores cambian de traducción a

interpretación el resultado puede torcerse fácilmente. En Su discurso

del Aposento Alto (Jn. 13: 1-17:26), por ejemplo, Cristo se refirió al

Espíritu Santo varias veces como Paracletos (1TapáKA11TO~). La

Versión Autorizada (en inglés) traduce la palabra por'Comforter'(en

español, consolador), que es el resultado de la interpretación; esto es,

Paracleto, que significa ayudador, o uno que es llamado al lado como

una ayuda, y, en este caso, el Todo Suficiente. Esto envuelve la idea

de consolar, pero restringirla sólo al acto de consolar, es inadecuado.

En la magnitud del significado de este título descriptivo se podrían

incluir casi todas las actividades del Espíritu, según se presentan en

esta sección del capítulo II. Por tres años y medio Cristo había sido

el Paracleto para aquellos a quienes estaba hablando, El era el Todo

Suficiente. Cuando estaba para dejarlos les prometió 'otro Paracleto'.

De consiguiente, se sigue que lo que Cristo había sido para ellos, el

Espíritu Santo lo continuaría siendo. En su WORD STUDIES el Dr.

M. R. Vincent lo discute en la forma siguiente:

"Unicamente (usado) en el Evangelio de San Juan y la primera epístola del

872 NEUMATOLOGIA

mismo escritor (14: 16, 26; 15:26; 16:7 y 1 Jn. 2: 1). De pará 1rapá al lado de, y

kaleo Ka"Aéw citación, llamar. De aquí, originalmente Uno que es llamado a otro

lado para ayudarle, como un abogado en una corte de justicia. El último uso

Helenístico de TrapaKaA.ew y Trapá.KA.r¡aLc:; que denota el acto de confortar y

confortación dio motivo para la traducción de confortador o consolador, que es

dado a cada paso en el Evangelio, pero que se cambia a Abogado en 1 Jn. 2:1, de

acuerdo con su significado uniforme en el griego clásico. El argumento en favor

de esta traducción es conclusivo en todo respecto. Se argumenta que la

traducción Confortador se justifica por el hecho que, en su sentido original

significa más que un mero consolador, derivándose del latín confortare

(fortalecer}, y que confortados, por tanto, uno que fortalece la causa y el valor

de sus clientes en el tribunal; pero como observa el Obispo Lightfoot, la historia

de esta interpretación muestra que no se ha alcanzado por este proceso, sino que

surgió por un error gramatical, y que por eso esta relación únicamente puede ser

aceptada como una apología posterior al hecho y no como una explicación del

hecho. El Espíritu Santo es, por tanto, por la palabra 1rapÚK"ll.r¡roc;, de la cual

Paracleto es una transcripción, representado como nuestro Abogado o Consejero,

'quien sugiere verdaderos razonamientos a nuestras mentes', y verdadera

dirección a los actos de nuestras vidas, quien convence. a nuestro adversario, al

mundo, del error, y defiende nuestra causa ante Dios nuestro Padre. Hay que

notar que Jesús tanto como el Espíritu Santo están representados como

Paracletos. El Espíritu Santo es el que había de ser el otro Paracleto, y esto

concuerda con la afirmación de la Epístola, 'Abogado tenemos para con el

Padre, a Jesucristo el Justo', Compare Romanos 8:26 y vea Lucas 6:24. Note

también que la palabra otro es li"A"Aov y no erepov que significa diferente. El

Abogado que había de ser enviado no es diferente de Cristo, sino semejante a El

mismo." -11, 243, 244.

En el título Paracleto hay abundante evidencia tanto para la

personalidad como para la deidad del Espíritu Santo. En sus Lectures

on the Doctrine of the Holy Spirit (Disertaciones Sobre la Doctrina

del Espíritu Santo), William Kelly escribe:

"Pero comprendo que la palabra 'Confortador' algunas veces falla (quizá

para la mayoría falla) para dar una adecuada noción de qué es lo que nuestro

Señor Jesús realmente quiso que deduzcamos al ltablar así del Espíritu Santo.

Naturalmente, nosotros de ello podemos colegir, que el término fue usado en

relación a tristeza, que indica a una persona que nos consolaría en medio de las

miserias de este mundo. Y, a la verdad, el Espíritu Santo nos consuela y nos

conforta. Pero esto es apenas una parte pequeñísima de las funciones que la

palabra 'Paracleto' da a entender. Esta es la expresión, si alguien pudiera dar al

efecto una palabra equivalente en nuestro idioma, de la palabra exacta empleada

por nuestro Señor. Pero el significado de la palabra 'Paracleto' no es meramente

'Confortador', sino alguien que está identificado con nuestros intereses, uno

que se encarga de toda nuestra causa, uno que se compromete para vernos a

través de todas nuestras dificultades, quien en todas maneras llega a ser nuestro

representante y nuestro gran agente personal que gestiona todos nuestros

negocios en nuestro lugar. Este es el significado del abogado, Paracleto o

confortador, cualquiera de estos equivalentes que pueda ser preferido. Entonces,

manifiestamente tiene un extenso significado incomparable, además de

LA DEIDAD DEL ESPIRITO SANTO 873

'abogado' por una parte, o 'confortador' por la otra: los incluye a ambos, pero

va mucho más allá de cualquiera de ellos. En efecto, es Uno que es absoluta e

infinitamente competente para sobrellevar cualquier cosa que El pueda hacer a

nuestro favor, cualquiera que fuere o pudiere ser el límite de nuestra necesidad,

cuál sea nuestro deseo en cualquier dificultad, cualesquiera sean las exigencias de

la gracia de Dios para la bendición de nuestras almas. Tal es ahora el Espíritu

Santo; y cuánta bendición es tener tal ConGolador. Pero note aquí que nunca

antes fue conocido. Ya he sugerido, y aún expresado plenamente la convicción,

que nunca será conocido de nuevo, concediendo completamente, hasta cierto

punto, un mayor derramamiento de bendiciones en el mundo venidero. Pero la

presencia personal del Espíritu aquí en la tierra como una respuesta a la gloria de

Cristo en la presencia del Padre, tal estado de cosas nunca puede ser repetido.

Mientras el Sumo Sacerdote está en el cielo, el Espíritu enviado a la tierra

concede una celestial entrada a Su gloria así como a la redención; cuando el

Sumo Sacerdote venga a Su trono terrenal, el Espíritu derramado entonces dará

un testimonio adecuado en esta tierra sobre la cual estará reinando el Señor."

pgs. 87, 88.

1 O. TESTIMONIO. "El mismo Espíritu da testimonio a nuestro

espíritu que somos hijos de Dios" (Ro. 8: 16). En esta obra distintiva

el Espíritu Santo realiza en el creyente lo que ha sido tomado por fe.

No es, por consiguiente, regeneración, o la obra del Espíritu

regenerando al creyente, sino la conciencia de esta nueva realidad, el

reconocimiento cristiano de lo que el Espíritu ha obrado en la

regeneración. Los que han creído en Cristo llegan en su propio

derecho a ser hijos de Dios (Jn. 1: 12), y el mismo Espíritu testifica

que esta gran verdad se ha cumplido. Juan declara en su primera carta

(5: 1 0): "El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí

mismo." La ventaja y bendición de esta obra del Espíritu Santo no

puede ser evaluada. El campo íntegro de la evidencia experimental de

la regeneración es importante, aunque también lleno de peligro, si es

que la confianza se ha hecho descansar en la inestable experiencia

más bien que en la inalterable Palabra de Dios. Una verdad siempre

ha de ser considerada, esto es, que el testimonio del Espíritu, como

todos Sus ministerios que se relacionan con la experiencia de la vida,

será obstaculizado y, a tal grado, imperfecto para el cristiano que no

está en la correcta relación con Dios. Así el más rico testimonio del

Espíritu Santo con respecto a la filialidad no es experimentado en su

totalidad por todos los salvos y esto simplemente porque Su

testimonio es estorbado. Hay muchos en el mundo que son salvos

pero que carecen de esta clase de seguridad. En una esfera más amplia

el Espíritu, siendo El Espíritu de Verdad y el autor divino de las

Sagradas Escrituras, es el Testigo Especial de Dios. Como el Hijo

manifiesta a Dios tanto por Su vida en la tierra como por Su

ministerio en el cielo, así el Espíritu manifiesta a Dios, por Su

testimonio escrito y por la iluminación a través de la cual dicho

874 NEUMATOLOGIA

testimonio puede ser comprendido.

11. UNCION. Morar, y ungir son términos smommos en

Neumatología y, por tanto, dependen de las mismas porciones

bíblicas para expresar su exacto significado. Tan cierto como es que

cada creyente es habitado por el Espíritu Santo, así seguramente

cada creyente es ungido por el Espíritu. Sin referirse a ninguna clase

de cristianos, cuáles éstos sean, el Apóstol Juan escribe: "Pero la

unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no

tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os

enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os

ha enseñado, permaneced en El", (1 Jn. 2:27). No podría haber tal

cosa como un cristiano que ha nacido del Espíritu y que ha sido

hecho particpante de la naturaleza divina, que no haya sido ungido

por recibir el Espíritu. La doctrina de la morada y unción del

Espíritu Santo nos insta a un estudio imparcial, y será considerado en

otro capítulo.

12. BAUTISMO. Mientras priva una trágica confusión relativa a

varias actividades del Espíritu Santo, debida mayormente a la falta de

considerar todo lo que las Escrituras declaran sobre un tema

determinado, ningún aspecto de Su obra en favor de los cristianos es

o ha sido tan pervertido, si se considera en su totalidad, como Su

bautismo. La palabra bautizar, más distorcionada por prejuicios

religiosos que cualquiera otro término, .necesita una cuidadosa

definición. Esto se hace en otras partes de esta obra sobre teología.

Bien podría agregarse aquí, sin embargo, que la palabra {3a.7rr(~w en

sus varias formas presenta un uso primario y uno secundario. El uso

primario que en sí no lleva implicación de que sea usado más a

menudo o que sea de mayor importancia, indica un literal

envolvimiento dentro de un elemento y así llega a quedar sujeto a ese

elemento. Hay que distinguir esta palabra de (3á1rrw (Bapto ), de la

que sumergir es el significado primario, por el cual se incluyen dos

acciones, la de meter y la de sacar. Por otra lado, (3a1rrl~w (Baptizo ),

como ya se ha mostrado, significa inmersión o sumergir, que implica

únicamente el acto de meter sin referencia a ser sacado. Su significado

secundario sin duda se deriva del significado primario, ya que

representa a un objeto que ha sido puesto bajo la influencia de otro

completamente distinto de cualquier envolvimiento físico o

inclusión. Tal es, en verdad, el bautismo de arrepentimiento, el

bautismo para remisión de pecados, el bautismo en el Nombre del

Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; el bautismo por la copa del

sufrimiento, el bautismo de Israel por "Moisés en la nube y en la

mar", y el bautismo por el Espíritu de Cristo. En ninguno de éstos

hay la más remota sugerencia de sumersión y emersión momentánea.

LA DEIDAD DEL ESPIRITUSANTO 875

Lo que es más deseado y plenamente asegurado con respecto a la

unión con Cristo es que no habrá remoción ya sea en el tiempo o en

la eternidad; aun cuando no hay un envolvimiento físico o inclusión,

sino que ha de estar clasificada como en el uso secundario de la

palabra {3a1rrÍ.~w (baptizo) en el que una cosa es puesta bajo el poder

e influencia de otra. Por el bautismo del Espíritu de Cristo, y por

tanto, estando en Cristo, participa de todo lo que Cristo es. Esta

unión vital ·es la base de cada posición y posesión en la que todo hijo

de Dios ha entrado. Obviamente, es un grave error confundir el

bautismo que el Espíritu ejecuta con cualquiera otra experiencia,

cuando El une al creyente con Cristo; o bien, confundirlo con la

llenura del Espíritu, por cuyo ministerio la experiencia y el poder

para la vida y el servicio cristiano son asegurados. Ya que todo lo que

es vital en la relación del cristiano con Dios depende de esta unión

con Cristo, es siempre el punto del ataque satánico a fin de estorbar

cualquiera recta comprensión de ella. Aparte de esta unión 'que

asegura la imputación de los méritos de Cristo, no habría base para

entrar al cielo y estar delante de Dios.

13. SELLO. La presencia del Espíritu en el creyente viene a ser

una identificación distintiva, no observada ni utilizada como tal en

las esferas humanas, sino más bien una marca de discriminación

divina como Dios la mira. "El Señor conoce a los que son suyos" (2

Ti. 2: 19), y ¿mayor marca de reconocimiento podría cualquier

individuo llevar ante la vista de Dios que la de que él es templo del

Espíritu Santo? Así, siendo habitado por el Espíritu el creyente está

sellado. Del mismo modo, el sello habla de una garantía completa.

Ser sellado pertenece a los que son justificados y perfeccionados para

siempre en Cristo. Así, el sello también indica seguridad. El que sella

se hace responsable por el objeto sobre el cual se impone el sello. En

el caso del creyente "él está sellado para el día de la redención."

Mucho de lo sugerido por la función del sello se presenta en Jeremías

32:9-12. El Apóstol Pablo declara:· "El cual también nos ha sellado, y

nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones" (2 Co.

1: 22); "En el cual esperasteis vosotros en oyendo la palabra de

verdad, el Evangelio de vuestra salvación; en el cual, desde que

creísteis fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa" (Ef.

1: 13 ). "Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis

sellados para el día de la redención" (Ef. 4: 30).

14. LLENURA. El ministerio del Espíritu Santo conocido como

llenura, es el propio centro del completo tema de la vida espiritual.

Es el Espíritu cumpliendo en el creyente todo lo que El vino a

ejecutar en ese corazón. Este ministerio representa dos esferas

diferentes de realización. En su lado negativo, la vida espiritual clama

876 NEUMATOLOGIA

por una liberación del poder de los tres grandes enemigos, el mundo,

la carne y el diablo. Por su lado constructivo o positivo, la vida

cristiana demanda la manifestación de la gracia divina, nada menos

que la demostración de las virtudes o poder de aquel que llamó al

creyente de las tinieblas a Su luz admirable. En otro capítulo

posterior de este volumen estos dos aspectos de la vida espiritual

serán investigados y se le dará la debida consideración a la gran

porción de las Escrituras comprendidas en el tema. Se hará una

exposición del plan y la provisión divina por la que el creyente puede

ser salvo del poder y dominio del pecado, así como del hábito y

práctica de pecar, siendo que hay un arreglo de parte de Dios por el

que los no salvos pueden llegar a serlo así de la pena del pecado como

de su estado de perdición. La vida que es libertada no puede

explicarse por medio de las cualidades humanas, o de nuevas

disposiciones del carácter, o bien como algo accidental cómo se ha

efectuado tal cambio. Descansa completamente en el poder todo

suficiente del Espíritu Santo, poder que es asequible a los que siguen

el plan preciso de Dios que El ha revelado. Muy pocos son los que

afirman que hay un plan preciso para la salvación de los perdidos; no

obstante, por otra parte, muy pocos han despertado a la verdad,

igualmente evidente, de que Dios tiene un procedimiento específico

por qué el poder del Espíritu Santo puede realizarse en la vida diaria

del creyente. Aunque tan descuidada, esta forma de vida dependiente

del Espíritu es vital para el creyente más allá de toda medida.

15. INTERCESION. Un pasaje céntrico se consagra a la intercesión

del Espíritu Santo, este es Romanos 8:26-27: "Y de igual manera el

Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir

como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por

nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones

sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad

de Dios intercede por los santos." Sobre este pasaje Dean Alford

escribe:

"El Espíritu Santo de Dios que mora en nosotros, conociendo nuestros deseos

mejor que nosotros mismos, El es quien suplica en nuestras oraciones,

elevándonos a más altos y más santos deseos de lo que nosotros podemos

expresar, con palabras que solamente pueden hallar expresión en gemidos y

deseos: véase el versículo siguiente. <;risóstomo interpreta las palabras del don

espiritual de la oración, y agrega: 'Porque el hombre que es favorecido con esta

gracia al estar orando con ahinco, suplicando a Dios con muchos gemidos

mentales, pide lo que es bueno para todo.' Calvino entiende que el Espíritu nos

sugiere las mismas palabras de la oración aceptable que de otro modo no

hubieran podido ser expresadas por nosotros. Macedonio dedujo de este

versículo que el Espíritu Santo es una criatura, e inferior a Dios, porque El pide

a Dios por nosotros. Pero como hace notar ~gustín: 'El Espíritu Santo gime no

LA DEIDAD DEL ESPIRITU SANTO 877

en sí mismo, consigo mismo, en la Santa Trinidad, sino en nosotros, en que El

nos hace gemir." Aquí no se habla de intercesión en el cielo, sino de una.súplica

en nosotros por el Espíritu morador, de una naturaleza superior a nuestra

comprensión o lenguaje. Pero (opuesto a la palabra indecible, lo's gemidos son, a

la verdad, indecibles para nosotros, pero ... ) El que escudriña los corazones

(Dios) sabe cuál es la mente (intento o empeño, escondido en tales gemidos) del

Espíritu. Se presenta una dificultad en la traducción de la siguiente cláusula. La

partícula con que principia puede significar ya porque o que. Si ha de ser casual,

porque El (el Espíritu) suplica por los santos· de acuerdo a!a voluntad de Dios, y

pareciera que sabe debe tener el significado de aprueba, de otro modo la

conexión no será clara; y así Calvino y otros la han traducido de esta manera:

'Sabe cuál es la mente del Espíritu, que El clama, etc. con (o, de acuerdo a)

Dios." Pero he de confesar que la otra traducción me parece mejor ajustarse al

contexto; y no veo que el significado ordinario de la palabra sabe necesita ser

cambiado. La seguridad que tenemos que Dios, el escudriñador del corazón,

interpreta los gemidos inarticulados del Espíritu en nosotros -no es,

estrictamente hablando, Su Omnisciencia, sino el hecho que el mismo Espiritu

que asi clama, lo hace de acuerdo con Dios, en cumplimiento del propósito

divino, y en conformidad a la buena voluntad de Dios. Todos estos ruegos del

Espíritu son oídos y contestados aun cuando fueren en palabras inarticuladas (o

indecibles). Debemos extender la misma consoladora seguridad a las imperfectas

y equivocadas expresiones verbales de nuestras oraciones, las que en sí mismas

no son contestadas porque nos dañarían, sino que la respuesta es a la voz del

Espíritu que habla a través de ellas, las que nosotros expresariamos, pero no

podemos. Compárese 2 Co. 12:7-10 como un ejemplo en el caso del propio

Apóstol"New Testament for English Readers, nueva edición sobre Ro. 8:27.

Esta provisión divina para el correcto y efectivo ejercicio de la

oración debiera ser asido y reclamado como un privilegio del nuevo

nacimiento por cada uno de los hijos de Dios. Tan importante es la

parte del Espíritu Santo en el privilegio de la oración que una cita

más que explica esta escritura citamos aquí, tomada de W. R. Newell:

"Y de la misma manera también hemos leído que 'nosotros que tenemos las

primicias clamando en nosotros' esperando aquel día bendito de la 'libertad

gloriosa de los hijos de Dios.' Estas palabras 'así mismo' se refieren a esa

oper~n del Espíritu dentro de nosotros, que nos hace, en una verdadera

simpatía, uno con los gemidos de la creación por nosotros. 'Así mismo',

entonces, con esta verdadera maravillosa ayuda, el Espíritu ayuda a nuestra

'flaqueza' en su ignorante débil tr o i s. Note la palabra 'flaqueza' en

numero singu r, porque nosotros no tenemos nada más que flaqueza. No

sabemos cómo orar como conviene. ¡Oh, cuidado con la parlería e insinuañre

locuacidad del predicador 'modernista' y de los 'elocuentes' discursos ante

Dios! No así con Pablo y los verdaderos santos de Dios, que tienen el Santo

Espíritu. En ellos hay el verdadero sentido de absoluta e infinita necesidad, y a la

par de esto el sentido de ignorancia e incapacidad. Con todo, todavía queda el

sentimiento de la ilimitada ayuda del Espíritu Santo -¡bendito sea Dios! El

mismo Es · "tu pide por nosotros con gemidos indecibles. Sabemos que~

interc 1a · · s, pero aquí es el Espíritu el gue está

ffii'ciendo a intercesión dentro de nosotros, el Espíritu que conoce la vasta

878 NEUMATOLOGIA

necesidad abismal de cada uno de nosotros, conoce esa necesidad hasta el

mínimo detalle posible. Gemidos indecibles, expresa de una vez la vastedad de

nuestra necesidad, nuestra total ignorancia e incapacida.d, y el infinito interés

del bendito Espíritu que mora en nosotros. 'Gemidos', ¡qué palabra! y para

ser usada por el Espíritu del Todopoderoso mismo! ¡Cuán somera es nuestra

apreciación de lo que es hecho, tanto por Cristo a nuestro favor, y por el

Espíritu en nosotros! 'Indecibles' , indica entonces las necesidades nuestras, de

las que nuestras mentes nada saben, y que nuestro lenguaje no podría alcanzar a

expresar si percibiéramos tales necesidades. Pero es parte del gran plan de Dios

en nuestra salvación que esta oración efectiva tuviera su lugar. Orando, el preciso

significado de lo que nosotros no podemos captar. Hombres de Dios han

testüicado en cuanto al espíritu de oración que los postra dentro de profundos y

a menudo, contiriuos y largos 'gemidos' . Creemos que tal conciencia de la

oración del Espíritu dentro de nosotros se incluye en este versículo, pero la parte

más importante o principal de los gemidos del Espíritu en nosotros, quizá nunca

alcance la conciencia de nuestro espíritu. Y el que escudriña los corazones sabe

cuál es el intento del Espíritu porque conforme a la voluntad de Dios demanda

por nosotros. Aquí es Dios el Padre el que 'escudriña los corazones' . ¡Cómo

temblamos al pensar en tal escrutinio divino! Pero Dios está 'escudriñando los

corazones' para saber cuál es el intento del Espíritu Santo morador en relación a

un santo, para saber por qué cosa gime el Espíritu a favor de aquel santo, a fin de

poderla suplir El. Porque en el plan de salvación, Dios el Padre es la Fuente;

Cristo, el Canal; y el Espíritu, el Agente. Porque conforme a la voluntad de Dios

demanda por nosotros (los santos). Sentimos que las palabras introductivas ··'la

voluntad de' antes de la palabra Dios solo obscurecen el signüicado. 'Conforme

a Dios' -¡cuán inclusiva, bendita expresión, incluyéndonos nosotros así como a

nuestra salvación y bendiciones, enteramente dentro del amor y poder divinos.

No sabemos pedir como conviene, pero el Espíritu pide por nosotros ·'conforme

a Dios', conforme a Su naturaleza (de la que somos participantes); conforme a

nuestras necesidades, las que El conoce; conforme a nuestros peligros, que El

vigila; de acuerdo a todos los deseos que Eltiene para con nosotros." Roman 's

Verse by Verse, págs. 326- 327.

16. SANTIFICACION. La raíz de la palabra santificación significa,

ser puesto aparte, ser clasificado y específicamente calificado hacia la

realización de un fin particular. Según se presenta en las Escrituras, la

santificación es triple: (a) la posicional, o separación que ocurre

cuando el que cree es unido a Cristo por el Espíritu Santo y así viene

a estar en Cristo. En relación a esto dice la Escritura: "Porque con

una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y

atestíguanos lo mismo el Espíritu Santo" (He. 10:14, 15). Ninguna

clasificación en el cielo o en la tierra es más distintiva, trascendente,

o verdadera que la que opera el Espíritu cuando une al individuo con

C:risto. Este mismo aspecto posicional de la santificación se expone

también en otros tres pasajes: "Mas de El sois vosotros en Cristo

Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, y justificación y

santificación y redención" (1 Cor. 1 :30); "Mas nosotros debemos

siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados del Sefior,

LA DEIDAD DEL ESPIRITO SANTO 879

de que Dios os haya escogido desde el principio para salud, por la

santificación del Espíritu y fe de la verdad" (2 Tes. 2: 13); "Elegidos

según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para

obedecer y ser rociados con la sangre de Jesu-Cristo ... " 1 P. 1 : 2 ).

(b) La santificación también es experimental, en la que por el poder

del Espíritu Santo que operando dentro del hijo de Dios uno es

vigorizado tanto para ser librado del pecado como para ser efectivo

en cada actitud correcta y en el servicio. La santificación progresiva o

experimental se ha dicho que es la voluntad de Dios para cada

creyente, y esto es razonable. Escrito está: "Porque la voluntad de

Dios es vuestra santificación, que os abstengáis de fornicación: que

cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificación y honor" ( 1

Ts. 4:3, 4 ). El progreso en la madurez del carácter por obra del

Espíritu puede ser logrado solo y a través de la Tercera Persona en la

Deidad. (e) La santificación todav¡a será obtenida o realizada en su

tercera y última forma; es decir, los cristianos serán presentados sin

falta ante la presencia de Dios (comp. Ef. 1 :4; Jud. 24) y conformes

a la imagen de Cristo (comp. Ro. 8:29; 1 Jn. 3: 1-3). Así se revela que

la santificación es la obra del Espíritu Santo. Otras Escrituras revelan

que el Espíritu Santo, aun cuando infinitamente santo, es libre para

encargar todos sus ministerios al creyente -aun a pesar de su

naturaleza caída y sus fracasos- siendo que Cristo no solo murió por

los pecados del creyente, sino para que éste muriera al pecado.

17. COMO UNA PRENDA. Este tema final de la lista, recuerda el

pensamiento de un compromiso de matrimonio. Todas estas

ilimitadas bendiciones juntas son aseguradas por la presencia y el

poder del Espíritu Santo en el creyente; son como las arras o prenda,

una previa experiencia de la gloria celestial que ha de venir. Una

prenda es la prima (primer pago) - semejante en calidad, pero sólo

una fracción en cuanto a cantidad, aunque una muestra exacta de la

totalidad - de la segura experiencia del creyente en el cielo. Escrito

está: •'El cual también nos ha sellado, y dado la prenda del Espíritu

en nuestros corazones" (2 Co. 1 :22). "Mas el que nos hizo para esto

mismo, es Dios; el cual nos ha dado la prenda del Espíritu" (5:5).

"Desde que creísteis fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la

promesa, que es las arras de nuestra herencia, para la redención de la

posesión adquirida para alabanza de Su gloria" (Ef. 1: 13, 14 ).

CONCLUSION

Esta lista de las actividades del Espíritu Santo ha sido presentada

en esta sección con el fin de demostrar Su personalidad y Deidad.

Ninguna de las promesas y garantías citadas arriba podrían ser

880 NEUMATOLOGIA

efectuadas en lo mínimo por otro poder que no sea el de Dios. Así se

ha evidenciado que el Espíritu Santo es una Persona y Uno de los

Tres de la Deidad.

CAPITULO 111

TIPOS Y SIMBOLOS DEL ESPIRITO SANTO

Aunque la Biblia abunda en metáforas, símiles, símbolos, parábolas,

alegorías y emblemas -una clasificación de las siete figuras del

lenguaje o discurso- es necesario recordar que detrás de cada forma

de expresión hay verdad oculta, verdad que no ha de ser subestimada

por la forma en que es presentada. Todas estas varias formas de

expresión que emplea la Biblia son directamente seleccionadas y

utilizadas por Dios, el Espíritu Santo. Ellas en ningún sentido

representan únicamente las meras nociones literarias de los hombres.

Es más que un pasajero interés que el Espíritu Santo mismo se

presenta bajo diferentes tipos y símbolos. Los símbolos y tipos que

anunciaba a la Segunda Persona se han efectuado y cumplido

concretamente, en forma visible a través de Su encarnación; pero la

Persona y obra de la Tercera Persona quedan en oculto de lo que lo

inteligible y lo invisible siempre implica. En vista que el

conocimiento en cuanto al Espíritu Santo depende mayormente de

lo que se dice de El más bien que de lo que se ve o se siente, es

necesario prestarle atención a cada insinuación. Aunque en las

Escrituras hay buen número de símbolos secundarios, la lista que se

da aquí se circunscribe a los siguientes, que son muy notorios, o que

describen mejor al Espíritu Santo.

l. ACEITE

Como el aceite se usaba para sanar, para confortar, para iluminar y

para ungir con determinados propósitos, así el Espíritu Santo, sana,

conforta, ilumina y consagra. En la ofrenda de flor de harina,

denominada oblación de presente, de Levítico 2:1-16, en la que

Cristo es tipificado en Sus perfecciones humanas, el aceite aparece

primero mezclado con flor de harina, y luego derramado sobre ella.

Todo esto típicamente anticipa la vida y el ministerio de Cristo en Su

relación singular con el Espíritu Santo, relación mantenida aquí en la

tierra - una relación en la que la humanidad de Cristo fue sustentada

y sus acciones, investidas de potencia por el Espíritu Santo. De igual

modo era posible, y hubiera sido natural, para Cristo haber sostenido

Su humanidad por el Poder de Su propia Deidad; además, como

881

882 NEUMATOLOGIA

hombre, de ser sostenido por el Espíritu Santo y no por la Segunda

Persona, y siendo que Cristo es el hombre ejemplar y el hombre ideal

de Dios, se requiere que El también se apoyara en el Espíritu Santo

con respecto a cada necesidad y limitación que presentara su

humanidad. En tipo (Lv. 2:4, 5, 7) la flor de harina es mezclada con

aceite, sugiriendo que, con respecto a Su humanidad, Cristo fue

engendrado por el Espíritu Santo; y, otra vez (Lv. 2:1, 6, 15), el

aceite derramado sobre la harina anuncia la unción de Cristo por el

Espíritu Santo, como se efectuó en Su bautismo. Hay un real

significado en la ordenanza del sacerdote, en la limpieza del leproso

(Lv. 14: 1 0-32), habría de aplicarse el aceite en la forma prescrita

específicamente. La obra de Cristo en la sanidad física, como en la

transformación espiritual, fue operada por el poder del Espíritu

Santo. La limpieza del leproso es un tipo de los más evidentes en

cuanto a Cristo, ya que prenuncia la salvación del pecado. C. H.

Mackintosh dice lo siguiente:

'Y el sacerdote tomará del log del aceite y lo echará en la palma de su mano

izquierda: y mojará su dedo derecho en el aceite que tiene en su mano izquierda,

y esparcirá del aceite con su dedo siete veces delante de Jehová: Y de lo que

quedare del aceite que tiene en su mano, pondrá el sacerdote sobre la ternilla de

la oreja derecha del que se purifica, y sobre el pulgar de su pie derecho, sobre la

sangre de la expiación por la culpa: y lo que quedare del aceite que tiene en su

mano, pondrá sobre la cabeza del que se purifica; y hará el sacerdote expiación

por él delante de Jehová' (Lv. 14: 15-18). Así, no solo son limpiados nuestros

miembros por la sangre de Cristo, sino también consagrados a Dios en el poder

del Espíritu. La Obra de Dios no es sólo negativa, sino positiva. El oído es ya no

más el vehículo para comunicar contaminación, sino para estar prontos para oír

la voz del Buen Pastor; la mano no es ya más usada como un instrumento de

injusticia, sino para extenderse en actos de justicia, de gracia y de santidad; el pie

no es ya más para hollar las sendas del vicio, sino para andar en los caminos de

los santos mandamientos de Dios; y, finalmente, el hombre en su totalidad es

para ser consagrado a Dios en la energía del Espíritu Santo. Es en gran manera

interesante ver que 'el aceite' fue puesto sobre la sangre de la 'ofrenda por la

culpa (sacrificio por el pecado).' La sangre de Cristo es la base divina de la

operación del Espíritu Santo. La sangre y el aceite van juntos. Como pecadores,

nada sabríamos del último aparte de la base de la p:¡-imera. No se podrá poner

aceite sobre el leproso hasta que la sangre del sacrificio por el pecado fuera

aplicada primero. 'En el cual también desde que creísteis fuisteis sellados con el

Espíritu Santo de la promesa.'· La exactitud divina del tipo evoca la admiración

de la mente regenerada. Cuanto más de cerca lo escudriñamos, cuanta más luz de

la Escritura concentramos sobre el tema, tanto más de su belleza, fuerza y

precisión se percibe y se goza. Todo, como justamente debe esperarse, está en la

más hermosa armonía con la entera analogía de la Palabra de Dios." Notes on

Leviticus, Amer. ed., pgs. 258-59.

Otra vez, en Exodo 40: 10, 13 y 15 se registra el requisito con

respecto a tres ungimientos particulares: el del altar, que habla de la

TIPOS Y SIMBOLOS DEL ESPIRITU 883

muerte de Cristo por el Espíritu eterno; el de Aarón como Sumo

Sacerdote, que habla del Espíritu reposando sobre Cristo (ls. 61: 1 ); y

el de los hijos de Aarón, tipo de los creyentes de esta dispensación y

cuya unción contempla la pr~sente relación del Espíritu Santo con

los cristianos. En la teocracia antigua, los reyes fueron ungidos

(comp. 1 S. 16: 12) como oficiales que fueron (comp. 1 S. 10:1 ); y

todo esto indica la autoridad directa de Dios sobre Su pueblo en esa

forma de Su gobierno.

Un tipo igualmente bello del Espíritu Santo se nota en el hecho

que el aceite servía como una fuente de luz. A los israelitas se les

ordenó proveer el aceite para las luces en el tabernáculo (comp. Ex.

25:6). Dos verdades vitales están implicadas en esta tipología

especial, como son: que Dios Espíritu Santo es la luz esencial y que

el creyente ha de andar a la luz que el Espíritu Santo vierte sobre su

mente y corazón, y haciendo así los creyentes mismos son "como

luces en el mundo." La luz que los cristianos pueden esparcir es una

manifestación de la presencia y poder del Espíritu Santo en sus vidas.

En las luces de los tiempos antiguos había aceite, llama y pábilo, que

servía como intermediario entre el aceite y la llama. Tenía que haber

contacto entre el aceite y el pábilp, así éste habría de estar libre de

partículas de carbón. Tenía que despabilarse para permanecer limpio.

Esta verdad tan esencial es obvia para toda efectividad espiritual. Las

diez vírgenes de Mateo 25:1-13 fueron o sabias o fatuas de acuerdo

con su preparación espiritual, hecho que el aceite simboliza en la

parábola. Cinco habrán de ser excluidas del palacio del Rey cuando

El vuelva a la tierra, y cinco van a encontrarlo con la preparación

debida y entrarán con El en el palacio. Las vírgenes representan a

Israel sobre la tierra esperando el retorno del Mesías con Su Esposa

(comp. Le. 12:35, 36; Sal. 45:8-15).

Aparecen otros tres temas todavía en conexión con la tipología

que representa el aceite. En el Salmo 45:7 hay referencia al "óleo y

gozo". "El fruto del Espíritu es gozo." Mientras que en Salmo

104: 15 se prescribe el aceite para hacer brillar el rostro, y en Salmo

23:5 David alaba a Dios que ha "ungido su cabeza con aceite", todo

lo cual es un presagio de la presencia y poder del Espíritu en el

creyente.

Escribiendo del aceite como un símbolo del Espíritu Santo, el Dr.

Juan F. Walvoord declara:

"Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento el Espíritu Santo

frecuentemente se halla en este tipo. En el tabernáculo, el aceite de oliva puro

que mantiene ardiendo continuamente la lámpara en el lugar santo habla

elocuentemente del ministerio del Espíritu Santo en la revelación y la

iluminación, sin el cual el pan de la proposición (Cristo) hubiera quedado

884 NEUMATOLOGIA

invisible en la obscuridad, y el camino hacia el lugar santísimo no se hubiera

aclarado (Ex. 27: 20, 21). El aceite jugó un papel importante en los sacrificios

(Lv. 1-7). Se usó en el ungimiento de los sacerdotes y en la consagración del

tabernáculo (Lv. 8). Se usó para instalar en su oficio a los reyes ( 1 S. 1 0: 1;

16: 13; 1 R. 1: 39; etc.). En adición a estos usos sagrados, se usaba como

alimento, (Ap. 6:6), medicina (Mr. 6: 13), y aún como un medio de intercambio

(1 R. 5: 11) -Vea International Standard Bible Encyclopedia, s. v., Oil. Los

ejemplos de referencia al aceite en el Antiguo Testamento exceden en número a

los del Espíritu Santo. Según la Concordancia de Young hay 175 referencias al

aceite en el Antiguo Testamento y una docena de veces en el Nuevo, siendo las

más notables: Mt. 25:3-8; He. 1:9; Stg. 5:14. Una referencia interesante en Jn.

3: 34, que habla !lel Espíritu que no se 'da por medida' en Cristo. De los

distintos usos del aceite en la Biblia podemos llegar a la conclusión que el aceite

habla de la santidad, santificación, revelación, iluminación, dedicación y

sanidad." The Doctrine of the Holy Spirit, págs. 22 y 23.

11. AGUA

Este elemento tan común y tan vasto en el mundo sirve como tipo

de juicio (Ej.: el diluvio, la destrucción en el Mar Rojo, y los ríos

descritos por Cristo en Mt. 7:25), de la Palabra de Dios (comp. Jn.

3:5; Tit. 3:5; 1 Jn. 5:6, 8), y del Espíritu Santo. En Su conversación

con la mujer samaritana, Cristo habló del agua que El daría como

"agua de vida", la cual es simbolizada en el tipo como corrientes de

aguas. El Espíritu Santo está tipificado por el agua, y este cuerpo de

verdad es realmente extenso. Como el agua es esencial para la

limpieza, satisfacción, renovación y refrigerio, así el Espíritu Santo es

vital para el hijo de Dios. Este tema general se puede dividir en tres

partes: (a) El Espíritu aplica la sangre de Cristo para toda limpieza,

(b) el Espíritu como morador, y (e) las manifestaciones del Espíritu

fluyendo. Estas tres divisiones aquí son consideradas más

extensamente. (a) El aspecto de limpieza es-tá tipificado por el baño

de los sacerdotes en conexión con su iniciación en su oficio

sacerdotal. Ellos entonces eran bañados enteramente y una vez por

todas por el Sumo Sacerdote (comp. Ex. 29:4; Lv. 8:6), baño que

representa el lavamiento una vez por todas de la regeneración

operada para el sacerdote creyente a su entrada tanto a su estado de

salvo como a su servicio para Dios como sacerdote. Así también, hay

una limpieza constante para el cristiano en su andar, el cual se

anticipa en tipo, por la limpieza provista por el sacrificio y las cenizas

de la vaca roja (N m. 19:2 y sig. ). El antitipo del Nuevo Testamento

está declarado en 1 Jn. 1:9: "Si confesamos nuestros pecados, El es

fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda

TIPOS Y SIMBOLOS DEL ESPIRITU 885

maldad" (comp. Ef. 5: 26). Es el Espíritu Santo el que aplica la

sangre de la limpieza. Como un acto simbólico, Cristo lavó los pies de

los discípulos (Jn. 13: 1-17). (b) Como el Santo Espíritu morador,

Cristo le dijo a la Samaritana: "Mas el que bebiere del agua que yo le

daré será en él una fuente que salte para vida eterna" (Jn. 4: 14). El

Espíritu Santo que habita en el creyente es una realidad y Su

presencia, una bendición inconmensurable, en todos los que El está

siempre activo. Como un pozo artesiano, El está "vertiendo" para

vida eterna. La vida eterna es no sólo ganada y lograda por la

operación del Espíritu Santo, sino que es mantenida, como son todas

sus manifestaciones, por el Espíritu. (e) Con relación al Espíritu

fluyendo, la promesa de Cristo, según San Juan 7:37-39, es central.

Allí está escrito: "En el postrer día de la fiesta, Jesús se puso en pie y

alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed venga a mí y beba. El que

cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de

agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que

creyesen en El; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque

Jesús no había sido aún glorificado." El río mismo es interpretado

por algunos como un tipo aparte del Espíritu Santo, y, en tal caso

mucho se debe al río predicho por Ezequiel que saldrá de la misma

presencia de Jehová en la Era por venir (Ez.4 7: l-12), simbolizando el

vasto aumento de las bendiciones y poder del Espíritu en aquel día.

La gran mayoría de los cristianos interpretan el agua, o ritual, el

bautismo como un signo externo o símbolo de la obra interna del

Espíritu Santo en el creyente. Por tanto, para algunos, este tipo (el

agua) representa todos los aspectos de la obra del Espíritu Santo en

el cristiano; para otros está más específicamente relacionado al

bautismo del Espíritu. Entre los últimos se cree que el "un

bautismo" de Efesios 4:5 se refiere al bautismo por el Espíritu Santo,

pero también incluye su señal externa o símbolo, ambos, el real y el

ritual, juntos combinados para formar el "un bautismo." El acceso

del Espíritu al creyente con todo lo que Su graciosa presencia

garantiza está simbolizado (según se cree) por la aplicación del agua

en el bautismo; y esto, a su vez, corresponde completamente con el

uso típico del agua a través de todo el Antiguo Testamento (comp.

Is.52: 15; Ez.36:25). Un rasgo encomiable de esta interpretación del

rito bautismal se ve en el hecho de que ningún bautismo diverso,

separado o independiente se ha apartado del bautismo por el Espíritu

Santo el cual obligaría a reconocer los dos bautismos -el del Espíritu

y el ritual - a la luz de la aserción de la Escritura que hay "un

bautismo". En toda esta verdad respecto a bautismo, por los que así

lo interpretan, el agua viene a ser una vez más, un emblema del

Espíritu Santo.

886 NEUMATOLOGIA

111. EL FUEGO

Con referencia al fuego como un símbolo del Espíritu Santo, el

finado F.E. Marsh, de Londres, escribe:

"A menudo encontramos que un símbolo puede representar dos o más cosas.

León, por ejemplo, se usa como una metáfora en cuanto a Cristo y a Satán, y

aun con sus diferencias, porque mientras se usa para expresar el valor y hazañas

de nuestro Señor, simboliza la crueldad y ferocidad de Satán (Ap.5:5; 1 P. 5:8).

El fuego también es usado para diferentes cosas. Es un símbolo de la presencia

del Señor, en consecuencia, Jehová apareció a Moisés 'en llama de fuego'

(Ex.3:2). El fuegO es señal de la aprobación divina. Así en conexión con el

tabernáculo (Lv .. 9: 24), en la dedicación del templo (2 Cr. 7: 1), y en el Monte

Carmelo, vino fuego del cielo y consumió el sacrificio como muestra de la

aprobación y aceptación de Dios (1 R.l8:38). El fuego está asociado con la

protección de la presencia de Dios, de aquí que era como 'una columna de

fuego' para los hijos de Israel para iluminarlos y defenderlos (Ex.13:21), y El

promete ser 'un muro de fuego' para Su pueblo (Zac.2:5). El fuego es un símil

de su disciplina y de la prueba. Cuando el Señor purifica a los hijos de Leví, lo

hace como un joyero purifica al oro, por la acción del fuego (Ma1.3:3); y cuando

Cristo escudriña a las siete iglesias, se describe como 'una llama de fuego'

(Ap.l: 14); y cuando los creyentes son probados se les recuerda que 'la prueba

de vuestra fe' es 'mucho más preciosa que el oro, el cual perece, se prueba con

fuego' (1 P. 1: 7). Y así mismo se nos recuerda que 'Nuestro Dios es fuego

consumidor' (He.l2: 29). El fuego es un emblema de la Palabra de Dios, que

arde y calienta. La declaración de Dios a Jeremías fue: 'He aquí que yo pongo

mis palabras en tu boca por fuego' y después, cuando el profeta resolvió no

hablar la Palabra, tuvo que confesar: 'Y dije: No me acordaré más de El, ni

hablaré más en Su nombre; no obstante, había en mi corazón un fuego ardiente

metido en mis huesos; traté de sufrirlo y no pude' (Jer.5: 14; 20:9). El fuego

habla del juicio de Dios. Cuando los hijos de Aarón trajeron el fuego extraño en

su atrevido egoísmo, 'salió fuego de delante de Jehová y los quemó' (Lv.l0:2);

también el fuego es una emblema del Espíritu Santo, porque es comparado a

'Siete lámparas de fuego que ardían delante del trono' (Ap.4: 5), y cuando

descendió en el Pentecostés se compara a 'lenguas repartidas como de fuego'

(Hch.2:3). Directa e indirectamente el poder del Espíritu puede ser comparado

con el fuego. El ardor del servicio, la llama del amqr, el fervor de la oración, la

sinceridad del testimonio, la devoción de la consagración, el sacrificio de la

adoración, y el poder ígneo de su influencia, se atribúyen al Espíritu.".- Emblems

o[ the Holy Spirit, 2a. Ed. pgs. 114,115.

IV. VIENTO

El aliento de Dios es comparado al viento, y pudiera ser como un

juicio (comp. Is.40:24), o como una bendición. Las Escrituras, por

ejemplo, son aliento divino. Después de Su resurrección, Cristo sopló

sobre sus discípulos y dijo, "Recibid el Espíritu" (Jn. 20:22). Así

también cuando fue creado el hombre, Dios sopló en la forma sin

vida y el hombre fue un alma viviente. Cristo comparó la obra del

TIPOS Y SIMBOLOS DEL ESPIRITU 887

Espíritu a la acción del viento al hablar con Nicodemo y le dijo: "El

viento de donde quiere sopla y oyes su sonido, más no sabes de

dónde viene ni a dónde va", así es cualquiera que es nacido del

Espíritu" (Jn.3: 8). Asimismo el Espíritu movió a los santos hombres

de la antigüedad para escribir el Texto Sagrado. Ellos fueron traldos

como una nave es impelida por el viento. Pedro afirma: "Porque

nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los

santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu

Santo" (2 P. 1: 21). El Espíritu vino en el Pentecostés "como un

viento recio que soplaba" y así viene como un poder animador y

vivificante para salvar a los perdidos.

V. PALOMA

Fue en el bautismo de Cristo cuando el Espíritu Santo descendió

sobre El en forma corporal como paloma. De este momento

importante de la vida terrenal de Nuestro Señor, Juan el Bautista

declaró: "Este es aquel de quien yo dije: Después de mi viene un

varón, el cual es antes de mí, porque era primero que yo. Y yo no le

conocía; más para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo

bautizando con agua. También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al

Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre

El. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua,

aquel me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que

permanece sobre El, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo

le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios"

(J n.l: 30:34 ). Hay muchos detalles en que el Espíritu Santo puede

ser comparado a una paloma. Como por el carácter de una paloma,

C. H. Mackintosh en sus Notes on Genesis, escribe acerca de la paloma

que Noé dejó ir del arca:

"' Y sucedió que al cabo de cuarenta días, que Noé abrió la ventana del arca que

él había hecho: y soltó un cuervo, que anduvo de aquí para allá, hasta que las

aguas se secaron de sobre la faz de la tierra.' El ave impura se escapó y halló, no

hay dúda, un lugar en donde descansar en algún cadáver flotante. No buscó de

nuevo el arca... . . 'No así la paloma. Ella no encontró dónde descansar y regresó

a él dentro del arca... y otra vez él envió la paloma fuera del arca, y la paloma

regresó a él en la tarde; y he aquí que traía en su pico una hoja de olivo.'

¡Precioso emblema de la mente renovada la que, en medio de la desolación

circundante, busca y encuentra su descanso y su porción en Cristo; y no sólo eso,

sino también se ase de las arras de la herencia y suministra la bendita prueba de

que el juicio ha terminado, y que una tierra renovada está plenamente a la vista.

Por el contrario, la mente carnal puede descansar sobre cualquier inmundicia.

Las 'hojas de olivo' no tienen para ella ninguna atracción. Puede hallar para sí

todo lo necesario en una escena de muerte y desolación, y por lo tanto no se

888 NEUMATOLOGIA

preocupa de pensar en un mundo nuevo y en sus glorias; pero el corazón que ha

sido instruido y ejercitado por el Espíritu de Dios sólo puede descansar y gozarse

en aquello en que El descansa y se regocija. Descansa en el Arca de Su salvación

'hasta el tiempo de la restauración de todas las cosas.' Que así sea tanto para tí

como para mí, amado lector - que Cristo sea el descanso interior y la porción de

nuestros corazones, que así no podamos buscarlos en un mundo que está bajo el

juicio divino. La paloma regresó a donde Noé, y esperó su tiempo de descanso; y

nosotros siempre encontraremos nuestro lugar con Cristo, hasta el tiempo de Su

exaltación y gloria en la edad que está por venir. . . 'El que ha de venir vendrá y

no tardará.' Todo lo que necesitamos en este caso, es un poco de paciencia. Que

el Señor Dios dirija nuestros corazones en Su amor y en 'la paciencia de Cristo'."

4a. E d. pgs. 104,105.

Este emblema, como todos los demás que se encuentran en las

Escrituras, es escogido directamente, indicado y usado como tal por

Dios, Espíritu Santo.

VI. ARRAS

Mirando hacia ese estado glorioso en la eternidad que espera cada

hijo de Dios, hay un anticipado sabor de eso que le es otorgado al

creyente. Esos dones inmensurables y gracias del Espíritu Santo en

los que los cristianos pueden entrar ahora, son sólo una prenda de

aquellas bendiciones, de aquella incomparable plenitud, que espera

libertarnos de esta esfera de vida. Los frutos que trajeron los espías

de la tierra prometida eran una prenda de lo que la tierra almacenaba

para el pueblo del Pacto. Las joyas que el siervo de Isaac le puso a

Rebeca fueron una prenda de todas las riquezas y el honor de Isaac.

Nada puede añadirse a lo que ya ha sido prometido, cuando se ha

dicho que "todas las cosas son vuestras", y que vosotros "sois

coherederos con Cristo." Con todo, es indispensable notar que los

dones y las bendiciones no son la prenda. Otra vez, como en la

relación que los creyentes tienen con Cristo, la atención se centra no

en las cosas, gloriosas por cierto, sino en Un<l Persona.

VII. SELLO

Este tema, que habla de la propiedad y autoridad del Espíritu

sobre el creyente, y de su seguridad y parte para el día de la

redención, ha sido considerado anteriormente y será contemplado

más. extensamente en otro capítulo de este volumen.

VIII. EL SIERVO DE ABRAHAM

Aún queda un tipo sobresaliente del Espíritu Santo, presentado en

TIPOS Y SIMBOLOS DEL ESPIRITU 889

Génesis 24:1-67. Es la parte del siervo fiel que envió Abraham para

conseguir una esposa para su hijo Isaac. Siendo que en las Escrituras

no se da nombre real al Espíritu Santo, sino que se le conoce

solamente por títulos descriptivos, tampoco a este siervo se le ha

dado nombre alguno. Indudablemente que era el damasceno Eliezer,

mayordomo de la casa de Abraham (Gn.l5:2); más con todo, no se le

da nombre para que el tipo sea completo. Abraham es un tipo de

Dios el Padre en muchos respectos, aquí y en otras partes, como

Isaac es tipo del Hijo de Dios. El siervo es enviado a un lugar distante

para asegurar una esposa para el hijo. Cada paso en este viaje y todo

lo que se cumplió está saturado de abundantes sugerencias relativas a

la misión presente del Espíritu Santo en el mundo y el llamamiento

de la esposa de Cristo. El finado Dr. George E. Guille en un folleto

titulado "Isaac y Rebeca", escribe:

"En este capítulo 24 de Génesis son prominentes tres personas: un padre, el

hijo y su siervo.·El padre y el hijo están ocultos en su casa, la del padre, en Canaán,

mientras que el siervo viaja en busca de la esposa. Canaán es la bien conocida

prefiguración del cielo, a donde Cristo ha ido a preparar un lugar para la llegada

de Su esposa, por quien el Padre ha enviado al Espíritu Santo a la escena de

donde Su hijo fue rechazado. En todo el capítulo (67 versículos) se muestra

cuanto del corazón de Dios se manifiesta en la historia -cómo está preocupado

en la obra de Su Espíritu; solicitando y ganando almas para El."- Continuando

con una descripción del viaje que Rebeca hizo con el siervo el Dr. Guille escribe:

'Él cabalgar en camello no es placentero, y el desierto no tiene encanto, pero

una cosa hizo una delicia cada hora del viaje: el siervo que había jurado a su

señor el traer una esposa, estaba allí, indicando el camino que conducía hasta

Isaac y alentando el corazón de Rebeca al hablarle de él. Una y otra vez él refirió

la historia de su nacimiento milagroso, de su voluntario sacrificio en el Monte

Moría, de su posición, honor y riqueza como hijo amado y heredero de

Abraham, y de su personal amabilidad y dignidad. . . ¡Oh, alma! , ¿conoces tú

de la experiencia espiritual de lo que esto es sólo una figura? El Espíritu que te

ganó para Cristo, está morando en tu corazón, y está guiándote en el camino

hacia el verdadero Isaac. Y a cada paso del viaje El tiene un bendito ministerio

que efectuar. El tomará las cosas de Cristo y te las mostrará" (pgs. 15, 26,27).

CONCLUSION

El invisible, el que nunca ha sido manifestado como lo fue Cristo,

excepto en la forma en que fue identificado por Juan el Bautista,

mediante el símbolo corporal, como en forma de paloma, sin

embargo, es presentado bajo tipos y símbolos o emblemas con el fin

de que El pueda llegar a ser real al hijo de Dios y que sus muchas

características puedan ser reveladas.

CAPITULO IV

EL ESPIRITU SANTO Y LA PROFECIA

En el sentido más amplio de este tema, el Espíritu Santo es (1) El

autor de la Profecía y (2) El mismo es el sujeto de la predicación.

Estos dos aspectos de la verdad bien pueden ser considerados

separadamente.

l. EL AUTOR DE LA PROFECIA

Luego se observará que la palabra profecía, como se usa aquí, está

contemplada en su extenso significado que incluye la predicación y la

predicción. En la primera idea está incluida la total revelación de

Dios, mientras que en la última se incluye solamente lo que es

predicción. Esta distinción demanda completo reconocimiento de la

primera tanto como de la segunda.

Dios ha hablado. Su voz ha sido escrita y forma el texto de la

Escritura. La producción de la Biblia es distintamente una tarea

encomendada al Espíritu Santo de Dios. Fue el Espíritu Santo el que

produjo las palabras del Padre y las del Hijo para que fueran escritas;

porque el Espíritu es el anotador de todo lo que está escrito. En la

unidad que existe en la Divinidad, el Padre puede hablar de las

Escrituras como "mi palabra" (ls.55: 11) y, de la misma manera, la

palabra del Hijo puede ser indicada así (Col.3: 16); pero el Espíritu

Santo permanece como el autor del Texto Sagrado, quien registró

estas palabras.

En el trabajo sobre Bibliología se ha tratado de modo extensivo y

en cierta forma completa este tema. Una . repetición de esta tesis

general no es necesria aquí. El Dr. J. F. Walvoord enfoca este tema de

tal manera que bien puede aquí ser incorporado. El afirma:

"De los muchos ministerios del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento, hay

pocos que atañen tan de cerca a los cristianos como el de la inspiración de las

Escrituras del Antiguo Testamento. Siendo que las doctrinas peculiares del

Cristianismo en gran parte están en las revelaciones del Nuevo Testamento, es

patente aun para un casual observador, que el Nuevo Testamento está basado en

el Antiguo, y que el uno sin el otro no constituye una revelación completa o

satisfactoria. La doctrina de la inspiración, que tiene que ver con la formación de

las Escrituras, no difiere en mucho en los dos Testamentos. La doctrina de la

inspiración de las Escrituras ha sido la posición histórica de la mayor parte de las

890

EL ESPIRITO SANTO Y LA PROFECIA 891

iglesias protestantes, como lo testifican abundantemente sus credos. Cualquiera

que sea el grado latente de incredulidad entre sus ministros o los laicos, y

cualesquiera sean los desacuerdos que puedan haber entre los grupos

denominacionales sobre otras doctrinas, las iglesias protestantes oficialmente han

sostenido la doctrina de la inspiración de las Escrituras. Esto ha sido el tema de

largas discusiones y argumentos, con todo, se han propuesto diferentes puntos de

vista en cuanto a la inspiración.

No se puede aquí acometer una discusión completa de esta doctrina. La

importancia de la inspiración de las Escrituras, aunque tácitamente negada por

algunos en los últimos tiempos, es fácilmente sostenible. Es •m asunto de

tremenda importancia el si las Escrituras, son un producto sobrenatural de la

Palabra de Dios, o si son una colección de trabajos de hombres, conteniendo los

errores que se deben esperar en cualquiera obra humana. Como escribe Boettner:

'Se ve fácilmente que el asunto de la inspiración es de vital importancia para la

Iglesia Cristiana. Si ella tiene un cuerpo definido y autoritativo de Escritos a los

cuales acudir, es una tarea comparativamente fácil formular su doctrina. Todo lo

que tiene que hacer es buscar las enseñanzas de las Escrituras y reunirlas en su

credo. Pero si las Escrituras no son autoritativas, si han de ser corregidas y

editadas, y algunas partes han de ser rechazadas abiertamente, la Iglesia tiene un

problema mucho más serio, y no puede haber fin de opiniones contradictorias,

ya sea con respecto al propósito de la Iglesia o del sistema de doctrinas que ella

tiene que sustentar' (The Inspiration of the Scriptures, p. 1 0). El propósito de la

presente discusión no es intentar la explanación de los argumentos que sustentan

la inspiración de las Escrituras. Los argumentos procedentes de fuentes externas

a las Escrituras del todo no serán considerados, y las evidencias bíblicas serán

discutidas sólo hasta donde ilustran la obra del Espíritu Santo. Lo que la Biblia

dice sobre el tema es mucho más conclusivo y claro al ojo de la fe que todos los

argumentos presuntuosos de los incrédulos.

El significado técnico de la inspiración es bien distinto de su uso común en

referencia a conceptos no bíblicos. Como señala B.B. Warfield: 'La palabra

'inspirar' y sus derivados, parecen proceder del francés, y ha sido empleada desde

el principio (en los albores del siglo XIV) con un considerable número de

significados, físicos y metafísicos, seculares y religiosos' (lnternational Standard

Bible Encyclopaedia, s. v. Inspiration, p. 14 73). Todavía hablamos de ser

inspirados por una bella puesta de sol, o de oír un sermón inspirador. Tales usos

comunes, no obstante, no son paralelos con inspiración en un sentido doctrinal.

Aun en el lenguaje ordinario concebimos la inspiración como una fuerza

proveniente del exterior. Como dice Warfield: ·•subyacente a todos sus usos, con

todo, está la constante implicación de una influencia exterior, produciendo en su

objeto movimientos y efectos más allá de lo que le es natural, o al menos, de su

poder ordinario' (loe. cit.). Volviendo a las Escrituras observamos escasez de

referencias a la palabra inspiración hasta donde al mismo término atañe. En Job

32:8 citamos a Eliú: 'Ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del

Omnipotente le hace que entienda.' Esto puede hacer una fuerte referencia a la

inspiración de la Escritura, sin embargo, es dudoso que algo de la Biblia existiera

en aquella época, a lo menos en su forma presente. La otra única referencia se

halla en 2 Ti.3: 16, en donde nuestra versión traduce: 'Toda la Escritura es

inspirada por Dios y últil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir

en justicia.' En la revisión Americana la traducción se cambia así: 'Toda

escritura inspirada por Dios es también últil para enseñar, para reprensión, para

corrección, para instrucción en justicia.' La versión revisada, al intentar resolver

892 NEUMATOLOGIA

el problema creado por la ausencia de la cópula, nada extraño en el griego, ha

debilitado en gran manera el pasaje, y eso, injustamente. El sustantivo

inspiración desaparecería enteramente del Nuevo Testamento inglés al permitirse

esta traducción, y surge la impresión errónea de que hay alguna Escritura que no

es inspirada. La dificultad radica mayormente en la palabra inspiración misma.

La palabra griega OeÓ1rvevaro¡; (aliento de Dios), realmente no significa

absolutamente inspirando. Como Warfield nota: ·'El término griego, con todo,

nada dice de inspirando o de inspiración: únicamente habla de 'spirando' o

'spiración.' Lo que dice de la Escritura es, no que sea 'insuflada' por Dios o que

es 'exhalada' por Dios, 'soplo de Dios', el producto del aliento creador de Dios.

En pocas palabras, lo que se declara por este pasaje fundamental es simplemente

que las Escrituras son un producto divino, sin indicación alguna de cómo ha

operado Dios al producirlas, (lbid., p. 1474). De 2 Timoteo 3:16 podemos

concluir que la inspiración es la obra de Dios por la cual o a través de la cual han

sido dadas las Escrituras. Después de afirmar el hecho de la inspiración, no

obstante, el mismo versículo proporciona una conclusión más interesante y

significativa. Por el hecho de ser las Escrituras inspiradas, son por tanto, útiles

para doctrinar, redargüir, corregir e instruir en justicia. En otras palabras, la

inspiración garantiza exactitud y le da autoridad divina a lo registrado.

Es en gran manera necesario revisar aquí el testimonio abundante de las

Escrituras a este respecto. Cristo mismo citó frecuentemente el Antiguo

Testamento como la Palabra de Dios. Los escritores reclamaron inspiración

tocante a sus trabajos. El contenido de las Escrituras es tal que sus profecías

tienen que haber sido el producto de la revelación divina; y sus relatos precisos,

obra de la inspiración. El testimonio a favor de la inspiración en todo es de lo

más conclusivo porque las Escrituras núsmas no intentan probar dicha

inspiración; ellas únicamente la afirman y la asumen, de la misma manera como

ellas mismas asumen la existencia de Dios. Asunto de mayor observación es que

las Escrituras no sólo son divinas, sino también humanas. Las palabras usadas

fueron las que estaban dentro del vocabulario de los escritores. Sus propias

emociones, conocimiento humano, experiencias y esperanzas entraron en las

Escrituras que ellos redactaron sin comprometer en lo mínimo su inspiración.

Sin duda, algunas porciones de la Escritura son dictadas, como lo indican ellas

mismas, pero la mayor parte de ellas no tienen esta característica. Haciendo caso

oiniso del grado de influencia humana o divina en las Escrituras, el resultado es

igualmente inspirado e jgualmente apropiado al propósito de Dios. El examen

de la obra del Espíritu Santo en la inspiración sustentarán estas evidencias a

favor de la doble paternidad, divina y humana, de las Escrituras.

Una declaración apropiada del significado de la inspiración debe afirmar que

Dios dirigió tan sobrenaturalmente a los autores del Texto Sagrado que sin

renunciar a su inteligencia humana, su individualidad, su estilo literario, sus

sentimientos naturales, o cualquier otro factor humano; Su propio mensaje para

el hombre, completo y coherente, fue registrado con completa exactitud; las

mismísimas palabras de la Escritura llevan la autoridad de su divino autor. Nada

menos que una plenaria y verbal inspiración satisfarán las demandas de las

Escrituras mismas y dan a la fe la confianza en la Palabra de Dios que es esencial

para la fe y la vida.'' - The Doctrine of the Holy Spirit, pgs. 56-60.

Dentro de la línea de su propia capacidad, ningún ser humano

podría escribir la Biblia. El tema principal ha de estar en armonía con

el plan eterno y el propósito de Dios. Ha de comprender todo lo que

EL ESPIRITU SANTO Y LA PROFECIA 893

caracteriza a Dios y la eternidad futura. Ha de reconocer el intento

divino en todo el campo permitido del mal y proveer una redención.

Debe haber no sólo una revelación de Dios mismo, sino que ha de ser

digna de El. Un momento de consideración de estos estupendos

requerimientos convencerían a una mente reflexiva de la absoluta

necesidad de que hay una doble paternidad con respecto a cada

palabra (la del Espíritu Santo y la del agente humano) y que las

Escrituras son un producto divino tan definitivamente como lo

fueron las tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.

11. EL TEMA DE LA PREDICCION

Otra vez bien puede citarse al Dr. Walvoord. Sobre la Escatología

con respecto al Espíritu Santo, escribe:

"La doctrina de la obra futura del Espíritu Santo prácticamente no ha

llamado la atención en las obras existentes sobre teología y en libros sobre el

Espíritu Santo. Buscamos en vano una exposición sobre esta doctrina en

teologías regulares tales como Hodge, Strong, Shedd, Alexander, Watson,

Wardlaw, Dorner, Dick, Miley, Gerhart, Valentain, Buel y el trabajo reciente de

Berkhof. En obras sobre el Espíritu Santo tales como las de Kuyper, Smeaton,

Moule, Cummings y Simpson, prácticamente no se menciona la referida doctrina.

El factor principal responsable de este defecto es la triple división con que se

enfoca la Escatología misma. La teoría Post-Milenial sostiene que el milenio

profetizado se efectuará en la edad presente a través de la predicación del

Evangelio, o sea un retorno 'espiritual' de Cristo. Si tal teoría fuera sostenida,

por supuesto, el ministerio presente del Espíritu continuaría por toda la

dispensación culminando en la conclusión de todas las cosas en el juicio final. En

esta teoría no hay necesidad de estudiar la escatología del Espíritu Santo.

Análoga situación se halla entre los llamados Amilenialistas, que sostienen que

esta edad presente continuará y pasará al estado eterno sin milenio alguno.

Unicamente de los Premilenialistas, que anticipan un milenio sobre la tierra

después del regreso de Cristo para establecer Su Reino, se puede esperar una

consideración de la doctrina, y proporcionar una exposición de ella. Con todo,

en los escritos de los maestros y teólogos premilenialistas existe también un

sorprendente descuido sobre esta doctrina. Entre los antiguos premilenialistas,

tales como Van Oosterzee, hay poca exposición y apología de la posición

premilenial, y prácticamente no se presta atención al ministerio profetizado del

Espíritu Santo para el período milenial. Se le ha dado más atención a los otros

grandes temas de la profecía. El resultado es que ha habido poca comprensión de

la naturaleza de los ministerios del Espíritu profetizados para los períodos

siguientes de la tribulación y del milenio. Es a esta tarea que ahora nos

dedicamos.

La corriente posición premilenial es tomada como base de la discusión. Las

Escrituras profetizan que después del regreso de Cristo por la Iglesia seguirá un

período de tribulación sin precedentes, período de aproximadamente siete años,

según Daniel 9:27, reducido un poco (Mt. 24:22), y dividido en mitades de tres

años y medio cada uno. La última mitad es conocida como la 'gran tribulación' y

en ella hay una expansión sin precedente del pecado y de un juicio divino sobre

894 NEUMATOLOGIA

el mismo. El retorno de Cristo para establecer Su reino termina de manera

abrupta la tribulación y sigue el milenio en el que Cristo gobernará y establecerá

la justicia y la paz universal. El mismo milenio se clausura con otro brote de

pecado y con el juicio final de los impíos, y el establecimiento de los nuevos

cielos y la nueva tierra introduce el estado eterno. Es en medio de estos eventos

conmovedores cuando el Espíritu Santo ministra en cumplimiento de la

profecía. Es claro que en la naturaleza de las circunstancias Su obra será muy

diferente de la asumida en el presente a favor de la Iglesia. Mientras los pasajes de

la Escritura no son tan abundantes, sí hablan con autoridad sobre puntos tan

importantes.

Uno de los falsos conceptos populares del período de la tribulación

profetizado es que todos los que entran en él están irrevocablemente perdidos.

Es cierto que individuos que han tenido la oportunidad de oír el Evangelio y de

recibir a Cristo durante la presente dispensación de gracia es improbable que

acepten a Cristo en los días difíciles de la tribulación. Por otra parte, es obvio

que muchos serán salvos, algunos de ellos sobrevivirán a los horrores de la

tribulación para entrar al milenio y otros morirán como mártires. El rapto de la

Iglesia antes del período de los siete años de tribulación se lleva a todos los

cristianos de esta tierra. Inmediatamente, sin embargo, la ceguera de Israel será

quitada (Ro. 11: 25) y miles de Israelitas se volverán a Su Mesías tanto tiempo

despreciado. Entre los gentiles también habrá convertidos de todas las naciones y

lenguas (Ap. 7:9-17). Mientras el período de la tribulación se caracteriza por la

maldad y la apostasía, habrá un tiempo seguido por una gran cosecha de almas.

A. la luz de estos hechos, uno debe esperar que en tal período el Espíritu Santo

tenga un ministerio eficaz.

Indudablemente que el milenio será la más gloriosa de todas las

dispensaciones. Será la más completa extensión de la justicia y caracterizarán al

período la paz y la prosperidad universal. Cristo regirá toda la tierra y toda

nación Le conocerá. El conocimiento del Señor será de un mar al otro mar.

Durante el milenio Satán será atado, y no habrá actividad demoníaca. El hombre

continuará poseyendo su naturaleza pecaminosa con su inherente debilidad, pero

no habrá tentación exterior para provocarla. El ministerio de los santos

resucitados en la tierra añadirá su toque distintivo a la inusitada situación. Es

manifiesto que en tal período el Espíritu Santo tendrá un ministerio que excede

al de las previas dispensaciones en perfección y poder, aunque el milenio será

legal en su forma de gobierno, en vez de gracia como en la presente dispensación.

Las profecías que describen el milenio, a las que ya se han hecho referencias,

unifican su testimonio de que la obra del Espíritu Santo en los creyentes será

más abundante y tendrá mayores manifestaciones en el milenio que en cualquier

otra dispensación anterior. Es evidente por las Escrituras que todos los creyentes

estarán habitados por el Santo Espíritu en el milenio al igual que lo son en la era

actual(Ez. 36:17;37:14;Jer. 31:33).

La llenura del Espíritu Santo será cosa común en el milenio, en contraste a la

poca frecuencia en las otras épocas, y se manifestará en adoración y alabanza al

Señor y en obediencia voluntaria a El, así como en poder espiritual y en una

transformación interior (Is. 32:15; 44:3; Ez. 39:29; Jl. 2:28, 29). En contraste

con la apatía espiritual, frieza y mundanalidad del presente, habrá fervor

espiritual, amor de Dios, santo gozo, un entendimiento universal de las verdades

espirituales y una maravillosa comunión de los santos. La unidad espiritual Y

bendición que caracterizó a las reuniones de la Iglesia primitiva son un anticipo

de la comunión de los santos en todo el mundo en el milenio. El énfasis caerá

EL ESPIRITU SANTO Y LA PROFECIA 895

sobre la justicia en la vida y en el gozo del Espíritu.

La plenitud del Espíritu descansará también sobre Cristo (Is. 11: 2) y se

manifestará en Su Persona y en Su justo gobierno de la tierra. El milenio será el

despliegue final del corazón de Dios previo a la introducción del estado eterno.

En él Dios es revelado otra vez como amante y justo, la fuente de todo gozo y

paz; y también al final del período el hombre es presentado como rebelde de

corazón contra Dios e indispuesto a someterse aun ante tal gloriosa evidencia de

Su poder.

De tal revelación encontrada en las Escrituras, todos los ministerios del

Espíritu que nosotros conocemos en la presente era se hallarán en el milenio, con

excepción del bautismo del Espíritu, del que ya se ha demostrado que es peculiar

a la dispensación de la gracia, desde el día de Pentecostés hasta el

arrebatamiento. Aunque nosotros mismos en medio de la creciente apostasía en

el mundo e indiferencia hacia el Espíritu, aún entre aquellos en quienes El mora,

podemos avistar el día venidero; y al· esperar a Aquel cuyo derecho es reinar,

podemos por medio de una rendición y dependencia del Espíritu morador,

encontrar en nuestros corazones y manifestar en nuestras vidas la fragancia del

fruto del Espíritu." Ibid., págs. 255-257, 262, 264 y 265.

La predicción más sobresaliente con relación al Espíritu Santo se

encuentra en Joel 2:28-32. El pasaje es el siguiente: "Y después de

esto derramaré mi espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros

hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños y vuestros

jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas

derramaré mi espíritu en aquellos días. Y daré prodigios en el cielo y

en la tierra, sangre y fuego y columnas de humo. El sol se convertirá

en tinieblas, y la 1 un a en sangre, antes que venga el día grande y

espantoso de Jehová. Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová

será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá

salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual El

habrá llamado." Sobre esta importante anticipación, que tan a

menudo ha sido mal entendida, escribe William Kelly lo siguiente:

"Como sabemos, es la misma Escritura que el Apóstol Pedro cita en el día de

Pentecostés para mostrar que la inmensa bendición de aquel día era de acuerdo

con el más alto favor prometido para el reino, no esa excitación o locura moral

que confunde o alucina a los hombres para atribuir poderes espirituales a otros

que les han superado. Pero observe que el apóstol no afirma que esta escritura se

~bía cumplido. El sólo dice: 'Esto es lo que fue dicho por el profeta Joel', y

así es. Lo que fue prometido fue el derramamiento del Espíritu Santo. Sin decir

que el acontecimiento era el cumplimiento de la profecía (el cual algunos se han

arrogado para la mala interpretación de la Escritura y para opacamiento del

cristianismo), él hizo ver que era de esa naturaleza y, por lo tanto, para

vindicarse ante la conciencia de ellos por medio de la profecía; pero el lenguaje

del apóstol es cauteloso, no así el de los comentadores. Ellos van demasiado

lejos. Hacemos bien siempre en acogernos pronto a las Escrituras. Como a la

promesa de que el Espíritu sería derramado sobre 'toda carne', podemos llevar

en la mente que 'toda carne' está en contraste con la restricción al judío. Este

896 NEUMATOLOGIA

es otro aspecto que hizo el don pentecostal ilustrar tan admirablemente la

escritura. Por el hecho patente que hizo Dios que hablaran en las diferentes

lenguas esparcidas por el mundo gentil a los que recibieron el Espíritu Santo, no

haciendo a todos los convertidos que hablaran el lenguaje judío (cosa poca si lo

fuere así, como no lo es, pero tan sólo un sueño de una paradoja superficial),

sino haciendo que los judíos congregados desde su dispersión entre las naciones,

hablaran las lenguas de los gentiles, fue un testimonio magnífico de la gracia, que

estaba saliendo hacia los gentiles para encontrarlos en donde ellos se hallaban. El

juicio divino había introducido esas lenguas extrañas entre ellos, y había

arruinado completamente el proyecto ambicioso de juntarse para establecer la

unidad en su propia mente alrededor de la torre de Babel. Pero la gracia de Dios

salió exactamente .al lugar en donde el juicio divino los había colocado. Si un

soplo demoledor destrozó su orgullo en tantísimas fracciones, la gracia del

Señor salió hacia esas fracciones y las bendijo en donde estaban, levantándolas de

su estado caído. Tal es, entonces, la primera interrupción y, en realidad, el

principio de un nuevo esfuerzo, el cual es suficientemente sencillo en su forma

de introducción. 'Y será que después de aquellos días que Yo derramaré de mi

Espíritu' - por tanto, va más allá de lo que procede y así lo acomoda más

admirablemente para el uso al cual lo aplica el apóstol Pedro. Pero entonces

debemos de recordar que al venir el día cuando el Espíritu Santo sea nuevamente

derramado, no para reunir un pueblo para el cielo, sino para cumplir los

propósitos de la gracia divina en la tierra (pues allí está la diferencia), será

manifiesto que el Espíritu Santo será dado a todos los hombres juntamente sin

distingos de judíos o gentiles. Así en el día de Pentecostés, siendo ellos

exclusivamente judíos, se demostró mediante el milagro de las lenguas gentílicas,

que Dios no quiso parar allí, sino de ir a todas las naciones. Dios nunca

renunciará a ese principio. El no se limita otra vez sólo a los hijos de Israel. Otra

vez bendecirá a los hijos de Israel y levantará a Judá como tal, y cumplirá cada

palabra que ha prometido para su unidad y gozo. No hay ningún bien que El

haya incluido en Su palabra que no se los. otorgue; pero nunca más se

circunscribirá a sólo los judíos en el futuro. Y por tanto, cuando el Espíritu

Santo sea derramado en aquellos días, lo será estrictamente sobre 'toda carne' ,

no en el sentido de que cada persona en el milenio tendrá el Espíritu Santo; sino

que ninguna raza dejada después de aquel gran día será excluida de la dádiva del

Espíritu. Ninguna clase de persona, ni 'edad, ni sexo, será olvidada en la gracia de

Dios. Pero sería deseable notar que aquí no hay pensamiento alguno de sanidad

o mejoramiento de la carne como dicen los padres y los teólogos. La luz del

Nuevo Testamento demuestra la falacia de esa interpretación. La vieja naturaleza

es juzgada; nuestro viejo hombre es crucificado, no renovado. Hemos muerto a

nuestro estado adámico, y entrado a una nueva posición en Cristo, y somos

llamados a andar de acuerdo a nuestra muerte y resurrección con Cristo. Las

marcas externas mencionadas aquí precederán al día que todavía estará por

cumplirse. Es un error aplicar a la primera venida los versículos 30 y 31. 'Y daré

prodigios en el cielo y en la tierra' se refiere evidentemente a otra clase de cosas.

'Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre y fuego, y columnas de humo.

El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día grande

y espantoso de Jehová.' Habrán notables manifestaciones externas del poder

divino. Dios siempre envía un testimonio antes del hecho mismo. Nunca azota a

nadie antes de amonestarlo. Lo mismo hace al tratar con nosotros cada día.

¿Qué cristiano es castigado antes de recibir una amonestación del Espíritu de

Dios? Siempre hay un sentimiento de culpa y una falta de comunión sensible al

espíritu, antes que el Señor emita la voz que habla de su vigilante amor sobre

EL ESPIRITU SANTO Y LA PROFECIA 897

nuestros caminos descuidados. El siempre da la oportunidad, si puede así decirse,

de establecer nuestros derechos morales; y si nosotros no apreciamos la

enseñanza, entonces viene la tristeza. Así es aquí.Estasmaravillasnopuedensino

atraer la mente y la atención de los hombres, pero realmente no se aprovechan.

Infatuados y bajo la dureza judicial ellos se harán sordos a todo y así el grande y

terrible día de Jehová los sobrecogerá como un ladrón. Pero .Dios, al menos, no

faltará. Dios les habría anunciado que así sería, y Su pueblo se aprovechará.

Habrá un remanente capacitado para ver, y preeminentemente, según sabemos,

de entre los judíos, aunque de ninguna manera limitado sólo a ellos, como

descubrimos en la segunda mitad de Apocalipsis 7 y al final de Mateo 25.

Todavía estará el testimonio de 'toda carne' preparado para la gloria de Jehová

pronto para manifestarse. 'Cualquiera que invocare el nombre de Jehová será

salvo' , muestra que la bendición es por fe, y por tanto, por gracia. 'Toda carne'

no significa necesariamente cada individuo, sino, como sabemos por otros pasajes

de la Escritura, la bendición aquí se dirige extensamente a todas las clases; esto

es a todas las naciones y pueblos. Pero todo es de gran importancia,. porque el

sistema judaico naturalmente, tendía a limitar a Dios así como a separar las

clases entre los judíos. Unicamente la familia de Aarón podía entrar en el

santuario; solamente los levitas podían tocar los vasos santos impunemente;

mientras que esta mayor bendición de Dios vendrá con el más indiscriminado

carácter de gracia. 'Y sucederá, que cualquiera que invocare el nombre de

Jehová será salvo; porque en el Monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación,

como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual El habrá llamado.' De aquí

se deduce claramente, aunque hay bendición para Israel, todavía nuestro profeta

Joel permanece fiel a su propósito. La ciudad de Jerusalén queda siempre en el

gran centro del rey: el Monte Sion reaparece, la señal de la gracia para el reino de

Jehová establecerá en aquel día." Lectures Introductory to the Study of the

Minar Prophets, 5th ed.

En un artículo en la Biblioteca Sacra (CI: 374) sobre "El Bautismo

con el Espíritu Santo" escribe el Dr. Merril Frederick Unger: "El

contexto entero de la profecía de Joel, que forma la base de la cita

de Pedro enHechos 2:17-21, enfatiza (aparte de cualquiera

consideración de los eventos del Pentecostés) que estas palabras

citadas por Pedro nunca se han cumplido. El Espíritu fue derramado

en Pentecostés, mas no en el sentido completo de la profecía de Joel.

Su venida especial para formar la Iglesia no estaba revelada en el

Antiguo Testamento (Ef. 3: 1-9). Joel no supo nada del Bautismo con

el Espíritu, o de la formación de la Iglesia. Por tanto, el

cumplimiento de este pasaje gráfico, en el tiempo de la restauración

de Israel, consistirá no en el bautismo con el Espíritu, que está

estrictamente confinado a la Era de la Iglesia, sino a la habitación de,

Y especialmente a la llenura con, el Espíritu que Joel describe como

'el derramamiento sobre toda carne' (2:28). Antes que nada se haya

cumplido, no obstante, la gran invasión del Norte ha de ocurrir (Joel

2: 1-1 0), se efectuará la tribulación (Hch. 2: 19-21 ), se librará la

batalla de Armagedón (2: 12-17), y se llevará a cabo el advenimiento

898 NEUMATOLOGIA

de Cristo la segunda vez, resultando en una grande salvación (Jl.

2: 18-27).

CONCLUSION

El Espíritu Santo es el autor de la profecía en su más amplia

forma, y en su último y más mínimo detalle. Esta es la doctrina de la

Inspiración que se insinúa en el mismo Texto Sagrado y que se ha

defendido en esta Obra Teológica. El Espíritu Santo es asimismo el

sujeto de la predicción. Su Persona y Obra son tan extensas y tan

vitales para el plan íntegro de Dios, que cualquier esquema de

predicción que intente proyectar el plan y propósito de Dios desde su

principio, no pasará por alto los hechos que pertenecen al Espíritu

Santo.

CAPITULO V

EL ESPIRITUSANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

La Neumatología tiene que ver más con la verdad del Nuevo

Testamento que con la del Antiguo. No obstante, en cualquiera

consideración del tema que abarque más o menos completamente

toda la materia, algo del tiempo ha de consagrarse a la revelación

dada antes de Cristo y de la Iglesia.

l. DESDE ADAN HASTA ABRAHAM

Siendo que la obra del Espíritu Santo relacionada con los gentiles

en la era actual será tratada en .este volumen (cap. VII) y en conexión

con el llamamiento de la Iglesia, y siendo que cualquiera otra historia

desde Abraham hasta el fin de la era del reino tiene su centro en

Israel, la presente discusión necesariamente está restringida a los

gentiles y a los primeros dos mil años, o más, de la historia de la

humanidad, V. y gr., el período desde Adán hasta Abraham. Es bien

sabido que el Espíritu Santo, siendo la agencia divina activa en el

mundo, ejerce una soberanía constante sobre los negocios de los

hombres de todas las clases y de todas las dispensaciones. El

estupendo programa de Dios que incluye el origen, surgimiento,

carácter y fin de todas las naciones, extendiéndose hasta la mínima

concepción de Dios que siempre origina en la mente más obscura del

individuo, es todo la obra soberana del Espíritu Santo. ¡Qué lugar

t:;tn importante en el reloj divino ha sido, es y será siempre el Espíritu

Santo para todos los que entran en esta empresa universal! El

período comprendido desde Adán hasta Moisés que se estudia

específicamente en esta sección se discutirá bajo una doble división:

(1) Las referencias directas al Espíritu Santo y (2) El Espíritu Santo

como el Revelador de la Verdad.

l. REFERENCIAS DIRECTAS. Solo cinco referencias al Espíritu

Santo se encuentran en la historia del largo período que precede al

llamamiento de Abraham. Estas escrituras están llenas de significado

Y repletas de verdades sugestivas.

Génesis 1:2. "Y la tierra estaba desordenada y vacía; y las tinieblas

estaban sobre la faz del abismo. Y el Espíritu de Dios se movía sobre

la faz de las aguas." -

899

900 NEUMATOLOGIA

Esta obra del Espíritu Santo era de reconstrucción después del

cataclismo que siguió según parece indicarse aquí. Dr. James M. Gray

declara:

"¿Qué era la condición de la materia inerte como se presenta en el v. 2? El

primer verbo 'estaba' algunas veces se ha traducido 'llegó a ser'. Léalo en esta

forma y Ud. tendrá la idea de que originalmente la tierra no estaba desordenada

y vacía, sino que una catástrofe aconteció y dio por resultado tal condición. Si

esto es así, significa que pasó un período entre los versículos l y 2,

suficientemente largo para dar lugar a las formaciones geológicas de las que

algunos científicos hablan y una raza de hombres preadámicos, de la que otros

hacen especulaciones. Sugiere también que la tierra como la conocemos ahora

puede no ser más vieja de en lo que la tradición la coloca. La palabra 'tierra' en

este u;Jlli~, lll~cerr oarg~t, rl a~Jt>e ten e. _e_ qJJl!l gitiD~a @~t;r_ g,lo

como lo hace un

ave cuan es m o v . a agencia: inm ttiat: d ·tu, al operar

sobre los elementos muertos y discordantes, combinó, arregló y los maduró al

estado de adaptarlos para formar la escena de uñilñüeVa creación. La cronología

de esta nueva creación propiamente comienza al fipal de este segundo versículo;

y los detalles del proceso están descritos en la forma natural en que un

observador podría hacerlo, al contemplar los cambios que sucesivamente fueron

tomando lugar" (The Critica[ and Explanatory Commentary, sobre Gén. l :2).

Así también C. H. MacKintosh, afirma:

"El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. El se posó~ando spbre la escena de sus futuras operaciones. Una escena obscura, en verdad; y una

en la que había amplio espacio para que el Dios de luz y vida actuara. Solamente

Ef podía alumbrar las tinieblas, hacer que brotara la yida, sustituir el caos por el

~n, hacer expansión entre !asllgilaS, en donde la vida pudiera propagarse sin

temor de muerte. Estas fueron operaciones dignas de Dios." (Notes on Genesis,

4th Amer. Ed., p. 4).

EL ESPIRITU EN EL ANTIGUO TEST AMENTO 901

Job 26:13. "Su Espíritu adornó los cielos; Su mano creó la

serpiente tortuosa."

Las tres referencias al Espíritu Santo en el libro de Job están

incluidas en el período pre·Abrahámico, tanto por la fecha probable

del libro dentro de ese período, como por el hecho de que en este

libro temprano no se hace mención alguna a otro propósito que al

general propósito de Dios con la familia humana indivisa, según

existía antes del llamamiento de Abraham. La referencia arriba citada

es de una creación del Espíritu Santo y contiene el relato de que por

Su mano el Espíritu Santo formó la "serpiente tortuosa".

Usualmente esto se toma como referencia a la Vía Láctea con sus

innumerables constelaciones. La sugerencia directa del pasaje es que

Dios - El Espíritu Santo, sirvió como Creador del universo material.

Génesis 6:3. "Y dijo Dios: no contenderá mi Espíritu con el

. hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; más serán sus

días ciento y veinte años."

Sobre este divino aviso Mathew Henry comenta: "La resolución de

Dios, de no contender con el hombre por Su Espíritu. Entonces el

Espíritu contendió por la predicación de Noé (1 P. 3:19, 26) y por

. un refrenamiento interior, pero fue imposible con la mayoría de los

, hombres; por tanto, Dios dice que El no contendería para siempre.

Nótense: l. El bendito Espíritu contiende con los pecadores por la

convicción y admoniciones de conciencia para hacerlos volver del

pecado a Dios. 2. Si el Espíritu es resistido, apagado, o rechazado,

aunque lucha por largo tiempo, no lo hará para siempre (0s.4: 17).

3. Están completando rápidamente su ruina aquellos con quienes el

Espíritu de gracia deja de contender. La razón para esta resolución:

Porque él también es carne, esto es, corrupción incurable, y camal, y

$ensual, así que es tiempo perdido en contender con él. ¿Puede el

:negro cambiar su piel? El también, esto es, todos, el uno y el otro;

todos ellos están sumergidos en el fango de la carne" (Commentary

at Génesis 6:3). Aquí se introduce el tema completo del Juicio

Divino. Ese juicio era para ser derramado sobre la situación inmediata

descrita en el contexto; pero el pasaje también sirve como una

41llonestación de que el tiempo de gracia de Dios está restringido en

s~ duración. "Hijos dé Dios"- así llamados aquí (v. 2) y en Job 1:6

y 2:-r-= pueden ser seres angelicales, probablemente los que no

guardaron su dignidad. El juicio sobre ellos está escrito: "Porque si

Dios no perdonó a los án eles ue habían ecado si o los echó

en e m terno, para ser reservadas al juicio" (2 P. 2:4). "Y los ángeles

que- no guardaron su dignidad más dejaron su habitación, los ha

reservado debajo de oscuridad en prisiones eternas hasta el juicio del

¡ran día" (Jud. 6).

902 NEUMATOLOGIA

Job 27:3 y 33:4. "Que todo el tiempo que mi alma esté en mí, y

haya hálito de Dios en mis narices ... El Espíritu de Dios me hizo, y

el soplo del Omnipotente me dio vida."

Estas dos escrituras presentan la vida humana como dependiendo

enteramente del Espíritu Santo de Dios. En el primero, Job asemeja

su propio aliento y vida a la inmediata presencia del Espíritu Santo; y

en el último, Eliú, expresando la convicción de los hombres piadosos

de su tiempo, asegura que él fue hecho por el Espíritu Santo.

Todos estos cinco pasajes sirven para establecer una indicación de

lo que creían los hombres y lo que era verídico del Espíritu Santo

desde el principio de la raza.

2. EL REVELADOR DE LA VERDAD. El Espíritu que produce y

provee la palabra escrita del mismo modo produce y provee toda

comunicación de Dios al hombre. En los días que precedieron a la era

judaica Dios habló al hombre e indudablemente más a menudo y más

libremente de lo que se descubre por lo que dicen las Escrituras. Un

ejemplo notable es la verdad revelada a Enoc según se describe en el

penúltimo libro de la Biblia; una revelación dada a Enoc que no se

dice en el Antiguo Testamento que le haya sido dada. El pasaje dice:

"De los cuales también Enoc, séptimo desde Adán, profetizó de esto

diciendo: He aquí, el Seftor es venido con sus santos millares, a hacer

juicio contra todos, y a convencer a todos los impíos de entre ellos

tocante a todas sus obras de impiedad que han hecho impíamente, y

a todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra

El (Jud. 14, 15). Hay que distinguir entre una cosa revelada por Dios

que pide que no se proclame y una revelación de Dios q!le anticipa su

proclamación. Dios habló a Adán, a Caín y a Noé, pero sin

instrucción de ser trasmitida a otros y preservada como una verdad

reveladora. Pero El habló a los profetas con la esperanza de que el

mensaje sería transferido a otros de alguna manera. Acerca de estas

distinciones escribe Kuyper:

"Dios habló a otros, además de los profetas. Por ejemplo: a Eva, Caín, Agar,

etc. El recibir una revelación o una visión no lo hace a uno profeta, a menos que

esté acompañada del mandamiento de comunicar a otros la revelación. La

palabra 'nabi', el término escritura! que se traduce profeta, no indica una persona

que recibe algo de Dios, sino alguien que trae algo a la gente. Por tanto, es un

error conferir revelación divina al oficio profético" (The Work of the Holy

Spirit, p. 70, citado por Walvoord en The Doctrine of the Holy Spirit, p. 46).

Ante la evidencia que tenemos a la mano sería razonable asumir

que a los primeros miembros de la raza les fue dada una revelación

muy completa. Mucho le fue dicho directamente a Adán. La

diferencia del sacrificio ofrecido por Caín del que ofreció Abel

EL ESPIRITU EN EL ANTIGUO TESTAMENTO 903

implica no sólo el conocimiento relativo al sacrificio por su parte,

sino que indica que fueron incluidas características particulares en las

instrucciones divinas. Los antediluvianos tenían suficiente luz que les

sirviera de base para saber que el mundo de entonces habría de ser

juzgado por su pecaminosidad. El libro de Job es rico en doctrina.

Recientemente R. R. Hawthome ha identificado más de cien

doctrinas en el libro de Job y coleccionado los diferentes pasajes bajo

sus encabezamientos doctrinales (Biblioteca Sacra, CI: 64 en

adelante). Todo lo que Job tenía que vivir para Dios fue enteramente

aparte aun de un versículo de la Palabra escrita. ¿De dónde aprendió

Melquisedec para traer el pan y el vino que ofreció a Abraham? ¿Y a

qué se hace referencia en Génesis 26:5 cuando dice: "Por cuanto oyó

Abraham (obedeció) mi voz y guardó mi precepto, mis

mandamientos, mis estatutos y mis leyes? ¿Hasta dónde llegaba el

conocimiento del propósito de Dios y del futuro cumplimiento de

todas las cosas si la profecía de Enoc ha de ser considerada como una

indicación de todos los conocimientos que se tenían en los días en

que él vivió? Noé fue enseñado profundamente por Dios tanto en

vista a la construcción del arca así como en relación al tabernáculo;

de la misma manera en cuanto al mensaje que habría de predicar (no

el suyo propio, sino el de Dios), porque él fue un predicador de

justicia (2 P. 2: 5). Todo eso caracteriza los primeros dos mil años o

más de la historia humana resumida en los primeros once capítulos

de la Biblia, de modo que cada aspecto de ese tiempo tenga apenas

un débil reconocimiento en el Texto Sagrado; pero de lo que es

revelado y de lo que puede deducirse ha de llegarse a la conclusión de

que el Espíritu Santo entonces estaba activo al ayudar en las

relaciones que existían entre Dios y los hombres. Los gentiles, o

familias humanas originales, fueron favorecidos por el ministerio del

Espíritu Santo.

11. DE ABRAHAM A CRISTO

Esta división de la obra del Espíritu es extensa ya que abarca la

historia completa del judaísmo, según se consigna en las Escrituras,

cubriendo toda la distancia entre Abraham y Cristo. Contempla

propiamente toda la Biblia relativo a su inspiración, debido a la

verdad que estos oráculos son, con escasas excepciones, dados por

miembros de la raza judía (en el caso del Nuevo Testamento, no

obstante, los escritores fueron cristianos, estrictamente hablando). Es

de notarse también que la gran compañía de profetas hablaron siendo

'inspirados' (movidos) por el Espíritu Santo, y que a menudo

oficiales y gobernantes estuvieron bajo la dirección del Espíritu de

904 NEUMATOLOGIA

Dios. El Espíritu descendió sobre los . hombres para cumplir

obligaciones divinamente encomendadas, alcanzando aún a tareas

mecánicas y obras de arte. Especialmente es de observarse que no

había provisión para, ni promesa de, la presencia del Espíritu Santo

morando en la vida de ningún santo del Antiguo Testamento. Hay

que ver en estas verdades uno de los aspectos de mayor distinción de

la relación del Espíritu en la era Mosaica comparada con la edad

presente. El término soberano describe mejor la relación del Espíritu

al hombre de la antigüedad. El vino sobre ellos y se fue según Su

buena y soberana voluntad. En ningún caso la fe de los hombres

determinó los actos del Espíritu. En esta conexión se pueden citar

dos pasajes: (1) Está la petición de Eliseo cuando habría de ser

separado de Elías. El relato presenta al viejo profeta Elías

acompañado del joven profeta Eliseo mientras caminaban juntos

hacia el lugar de donde el primero habría de ser trasladado. Aquí

sigue la descripción que a la letra dice: "Cuando habían pasado, Elías

dijo a Elíseo: Pide lo que quieras que haga por tí, antes que yo sea

quitado de tí. Y dijo Elíseo: Te ruego que una doble porción de tu

espíritu sea sobre mí. El le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres

cuando fuere quitado de tí, te será hecho así; mas si no, no. Y

aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con

caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un

torbellino. Viéndolo Eliseo clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro

de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más lo vió; y tornando sus

vestidos los rompió en dos partes. Alzó luego el manto de Elías que

se le había caído, y volvió y se paró a la orilla del Jordán. Y tornando

el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo:

¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del

mismo modo las aguas, se apartaron a uno y otro lado, y pasó Elíseo

(11 Reyes 2: 9-14 ). En esta narración Elíseo hace una petición a Elías

de que "una doble porción" del Espíritu de Elías pudiera reposar

sobre él. No está del todo determinado por este versículo que el

joven profeta reconocía y solicitaba para sí el Espíritu Santo de Dios.

Si él reconoció así al Espíritu Santo, su petición es inmediatamente

considerada corno "cosa difícil", lo que indicaría su carácter

excepcional. Todavía permanece corno una característica de esa

edad, corno una regla que los hombres no esperan recibir el Espíritu

por pedirlo. (2) El segundo pasaje se encuentra en el Salmo 51: 11 en

donde David ora, "Y no quites de mí tu Santo Espíritu." Dos cosas

son evidentes en seguida: el Espíritu Santo puede ser quitado de

David, y David deseaba que la presencia y el poder del Espíritu Santo

pudieran ser su porción por un período más largo a fin de poder

servir bien a Israel corno su rey. La evidencia es bien probada que, en

EL ESPIRITU EN EL ANTIGUO TESTAMENTO 905

contraste a la provisión de la edad presente por la cual cada creyente

es habitado por el Espíritu Santo y enteramente aparte de implorar

esa presencia, en la dispensación pasada la relación del Espíritu a los

hombres era soberana. Se ve la fuerza de esta verdad en el hecho de

que, cuando al principio de Su ministerio de tres años y medio~

prometió el Espíritu Santo a quienes lo pidieran. El dijo: "Si

vosotrossiendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos;

¿cuánto más vuestro Padre Celestial dará el Espíritu Santo a los que

lo pidieren de El? (Le. 11: 13). Hasta donde el relato revela, ninguno

de los discípulos jamás hizo tal petición. La oferta y todo lo que ella

implica, evidentemente, era demasiado como una innovación por lo

que era la condición de la época con relación al Espíritu y a la que

estaban sujetos. Más tarde, al final de Su ministerio, Cristo dijo: "Y

Yo rogaré al Padre, y El os enviará otro Consolador, que estará con

vosotros para siempre; al Espíritu de verdad, al que el mundo no

puede recibir porque no le puede ver, ni le conoce; pero vosotros le

conocéis, porque El está con vosotros, y será en vosotros" (Jn.

14: 16, 17). ¿Por qué, entonces, habría de orar así Cristo por el

Espíritu si el Espíritu había sido la porción de los santos ya en

aquella dispensación? Se observará que la porción que aquí estamos

considerando sólo tiene que ver con el hecho de que la relación del

Espíritu a los Santos del pasado era soberana. Los hombres de ese

tiempo que eran discípulos de Cristo no actuaron como si hubieran

estado preparados para tan gran privilegío, esto es, que el Espíritu

Santo podría reclamarse pidiéndolo tan solamente. Nótese también <>...

que la presente bendición inmensurable de la indefinida habitación

del Espíritu Santo se debe a la petición de Cristo y no a la súplica de

persona alguna sobre la tierra. Cada referencia a la presencia del

Espíritu y a Su obra en esta edad, especialmente esas referencias

:relacionadas con su introducción que publican y revelan el nuevo

orden y carácter de esto, implica un plan enteramente nuevo para el

cristiano, que provee la misma presencia y poder del Espíritu Santo

en la vida de cada creyente. Estas implicaciones constituyen una

indicación muy importante de la relación que el Espíritu sostenía

con los santos de la antigüedad. La interpretación -por cierto muy

común- que supone que los santos del Antiguo Testamento estaban

en el mismo terreno de privilegios que tienen los creyentes de esta

dispensación, posiblemente se debe sólo a una imperdonable falta de

atención a la revelación que se ha dado sobre este punto.

Del ministerio actual del Espíritu Santo relacionado al creyente

-regeneración, morada o ungimiento, bautismo, sello y llenura- a la

verdad nada se dice con respecto a que los santos del Antiguo

Testamento hayan experimentado algo de esto, con excepción de

906 NEUMATOLOGIA

pocos ejemplos bien definidos, en donde se dice que algunos

individuos fueron llenos del Espíritu. Les son conferidas estas

bendiciones a los santos del Antiguo Testamento solo teóricamente y

sin el apoyo bíblico, por los que leen de las bendiciones del Nuevo

Testamento anunciadas en el Antiguo -un error igualado, en cuanto

al peligro de la sana doctrina, sólo por su contraparte, del que lee las

limitaciones del Antiguo Testamento citadas dentro de las porciones

del Nuevo con el designio de presentar el nuevo propósito divino en

la gracia.

Con respecto a la regeneración, evidentemente, los santos del

Antiguo Testamento fueron renovados; pero como no hay una

enseñanza doctrinal definida relativa a la extensión y carácter de esa

renovación, no se puede hacer declaración positiva alguna. En su

aspecto nuevotestamentario la regeneración se provee por el

impartimiento de la naturaleza divina; la persona regenerada así viene

a ser del mismo linaje de Dios, un heredero de Dios y coheredero con

Cristo. Resulta ser un miembro de la casa y familia de Dios. Si ha de

observarse la primera regla de interpretación, la que restringe cada

verdad doctrinal a la porción exacta de la Escritura a que pertenece,

no se puede demostrar que esta renovación espiritual conocida por

los del Antiguo Testamento, cualquiera que pudiera haber sido su

carácter, resultaba en la impartición de la naturaleza divina, una

verdadera filialidad, un coheredero con Cristo, o el ser colocado

dentro de la casa y familia de Dios. Ese es el caso de Nicodemo, un

santo perfeccionado bajo el judaísmo, siendo repetido en la

experiencia de cada judío que pasó del viejo orden al nuevo. Cristo

dijo a Nicodemo: "Si no nacieres de nuevo", y este imperativo fue

muy significativo. No fue dirigido a uno de la clase más baja de la

sociedad judaica, sino a uno de sus gobernantes, que podría servir

como supremo ejemplo a todo el que entrara en la realidad que

proveía el judaísmo. Nicodemo, como Saulo de Tarso, pudo haber

sido clasificado como "un hombre justo" ante la Ley Mosaica; pero

para él el declarar que había sido justificado a base de una justicia

imputada, por el hecho de haber sido puesto en Cristo por el Espíritu

Santo, es afirmar en verdad, que no tenía fundamento, de otro modo

él no hubiera tenido necesidad u ocasión de nacer de "arriba". Debe

estimarse el silencio de Dios relativo a qué constituye a uno un

hombre justo de acuerdo con las demandas mosaicas. El

naturalmente persistía en la confianza de que la justicia que es en la

ley, irreprensible, si acaso hubiere provisto el sacrificio requerido;

pero su verdadero estado con Dios en gran manera era determinado

por el hecho de que él había nacido dentro de un pacto con el que

estaba relacionado. En vano se buscará en el Antiguo Testamento el

EL ESPIRITU EN EL ANTIGUO TEST AMENTO 907

relato de judíos que pasaron del estado de no salvos al de salvos, o de

alguna declaración acerca de términos sobre los cuales tal cambio se

asegurase. En otras palabras, su pacto nacional en vigencia era una

tremenda ventaja espiritual; pero no puede ser justamente comparado

con el actual estado del creyente que es justificado y perfeccionado

para siempre, habiendo recibido la plenitud de la Divinidad a través

de la unión vital con Cristo.

l. MORADA. Con respecto a la morada del Espíritu en los santos

del Antiguo Testamento, se ha afirmado ya que el Espíritu venía y

partía, de acuerdo con Su soberana relación a los hombres de la

antigüedad. Su venida a ellos era para un propósito específico, como

en el caso de Bezaleel únicamente para darle habilidad (sabiduría) en

su trabajo como un artesano y eso, limitado a la construcción del

tabernáculo. El concepto de la morada interior del Espíritu Santo

por lo que el creyente ahora llega a ser un templo inalterable del

Espíritu Santo, pertenece sólo a esta era de la Iglesia, y no tiene lugar

en las provisiones del judaísmo.

2. BAUTIZO. De todas las funciones presentes del Espíritu Santo,

ninguna es tan radicalmente extraña al Antiguo Testamento como el

bautismo del Espíritu. El Antiguo Testamento nada sabe del cuerpo

de Cristo, ni de la Cabeza de la Nueva Creación en el Cristo

resucitado. Los hombres eran justos y justificados en su relación a la

Ley de Moisés; pero ninguno tuvo la justicia de Dios imputada a base

de una fe sencilla, excepto Abraham, quien fue tan evidentemente

señalado y levantado por Dios para anticipar e ilustrar (comp.

Romanos y Gálatas) la doctrina del Nuevo Testamento de la justicia

imputada; así sólo de Abraham dijo Cristo: "Abraham se regocijó

viendo mi día, y lo vio y se alegró" (Jn. 8: 56).

3. SELLO. Otra vez, ninguna idea similar se descubre en el

Antiguo Testamento. El "vínculo del pacto" era lo que ataba al judío

a Jehová y esos lazos fueron reconocidos perfectamente por Jehová

mismo; pero eso está muy lejos de el sello del Espíritu para el día de

la redención (comp. Ef. 4:30).

4. LLENURA. La llenura del Espíritu Santo es común en ambos

Testamentos; así mismo, su expresión equivalente, el Espíritu vino

sobre; pero como la llenura del Espíritu Santo es hasta el fin para que

todo el propósito de Dios en determinado objetivo pueda ser

cumplido, es importante descubrir en cada caso para qué cosa

precisamente estaba designada esa llenura. En el caso de los hombres

de los tiempos del Antiguo Testamento el Espíritu Santo vino sobre

ellos o los llenó para que pudieran efectuar algún trabajo particular,

objetivo que pudo haber abarcado todo su campo de actividad, o

haber estado restringido a un solo asunto. Contra todo esto, se verá

908 NEUMATOLOGIA

que el propósito divino en la llenura según se asegura en el Nuevo

Testamento, es el más grande e ilimitado ministerio del Espíritu

manifestado en cada aspecto de la vida del creyente -sus conflictos,

sus victorias y sus logros. Como se ha indicado antes, se dice que el

Espíritu vino sobre Bezaleel. También descendió sobre Balaam,

Samsón, Saúl, el profeta Azarías y Ezequiel;. y, al considerar las cosas

que fueron hechas a través de esta relación, se verá que la presencia

del Espíritu no fue determinada por cualidades morales o espirituales

en los que así fueron bendecidos; por el contrario, como se enseña

claramente en el Nuevo Testamento la llenura del Espíritu depende

ahora de un ajuste completo a Su mente y Su voluntad.

En cada consideración del problema de la salvación de los santos

del Antiguo Testamento, sería bueno recordar que en su forma

completa, todo Israel aún será salvo cuando el Libertador venga de

Sion (comp. Ro. 11:26, 27), y esto incluye a hombres de las

dispensaciones Abrahámica y Mosaica que serán levantados para el

juicio específico de Israel y, si son aceptados, para entrar en Su reino

terrenal; más todos aquellos que sean rechazados serán excluidos y

condenados en dicho juicio. Cualquier salvación realizada en tiempos

del Antiguo Testamento fue operada por el Espíritu, tal como en el

Nuevo Testamento el Espíritu es el Ejecutivo de todas las Obras de

Dios.

Los "hombres santos de Dios" que escribieron las Escrituras del

Antiguo Testamento fueron movidos por el Espíritu Santo (2 P.

1:21 ). Esa influencia sobre estos santos hombres representa una

empresa divina muy distinta y forma una gran parte de la doctrina

del Espíritu Santo como se encuentra en el Antiguo Testamento. Los

profetas hablaron por el poder divino, ya sea que su mensaje haya o

no quedado en forma escrita. Los profetas eran mensajeros de Dios al

pueblo y sus declaraciones, si fueron decretadas por Dios fueron

cumplidas por el poder del Espíritu Santo. De este modo el hecho de

la revelación por el Espíritu y su doctrina afín de la inspiración están

incluidas en la lista de las obras del Espíritu Santo en su relación con

el pueblo judío. La declaración de que "toda escritura es inspirada

divinamente" se refiere en primer lugar al Antiguo Testamento y

estos Oráculos de Dios son dados casi enteramente por autores

judíos. Israel le dio al mundo ambas cosas, la Palabra escrita y la

Palabra Viviente. Sobre la magnitud de la inspiración el Dr. Juan F.

Walvoord ha escrito:

"Un examen de los relatos del Antiguo Testamento revelará todo tipo de

literatura: Historia, poesía, drama, sermones, historias de amor y el

discernimiento intelectual de los pensamientos devocionales de los escritores. Es

altamente significativo el que la inspiración se proyecte sobre toda esta clase de

EL ESPIRITU EN EL ANTIGUO TEST AMENTO 909

literatura, sin reparar en el origen o el conocimiento expresado en el escrito.

Naturalmente se presenta la pregunta concerniente a la relación de la inspiración

a varias porciones de la Escritura. Todo intento por sondear lo sobrenatural está

condenado al fracaso. El hombre no tiene el criterio para juzgar aquello que

trasciende a nuestra experiencia. Sin tratar de explicar la inspiración se puede

emprender un examen de su aplicación. A lo menos se pueden observar siete

tipos de operaciones en la obra de la inspiración.

( 1) El Pasado Ignoto. Ocasionalmente las Escrituras hablan con autoridad

con respecto al pasado con tales detalles y sobre tales temas que serían

desconocidos para el hombre. En los primeros capítulos del Génesis por ejemplo,

Moisés pinta eventos ocurridos antes de la creación del Hombre, y por tanto más

allá de toda conexión posible con la tradición. En Isaías y Ezéquiel se hace

referencia a eventos ocurridos en el cielo, fuera de la esfera del conocimiento

humano y anterior a su creación. Es evidente que estas narraciones demandan

tanto una revelación relativa a los hechos así como la obra del Espíritu Santo en

la inspiración para garantizar su apropiada declaración. Algunos han expresado la

idea en relación a los relatos de la creación de que éstos son similares en muchos

detalles a las historias paganas de la misma. Es posible que la revelación haya sido

dada con antelación a la data de las Escrituras sobre el tema de la creación, y que

los hombres hayan agregado a, y alterado esta revelación al formar sus relatos no

escriturales. La existencia de otros relatos de ella y puntos de similitud de éstos

con las Escrituras en ningún modo afecta la inspiración del Génesis. El que

Moisés haya o no usado documentos no tiene fuerza en la redacción. de las

Escrituras. Sea que se usaran documentos o bien que haya habido conocimientos

de ideas paganas de la creación, o ya que la tradición hubiera contribuido con

alguna verdad sobre el tema, la obra de la inspiración fué necesaria en cualquier

evento para distinguir la verdad del error y para incorporar en el relato todo lo

que fuera verdad, y omitir todo lo que fuera falso. Sin lugar a duda, la fuente

primaria de información fue la revelación directa, y los documentos, si hubo

algunos, y tales relatos tradicionales, como pudieron haber sido conocidos por

Moisés, fueron absolutamente incidentales.

(2) Historia. Una gran parte del Antiguo Testamento se ajusta a la norma de

la historia. En tales secciones el escritor está hablando acerca de eventos

conocidos para muchos y concerniente a lo que otros documentos seculares

pudieron haber regristrado. En muchos casos el escritor está tratando con

eventos contemporáneos en los que el elemento de la inspiración está

prácticamente ausente. ¿Cómo puede decirse que opera la inspiración en tales

'Escrituras? Como en toda Escritura la inspiración nada tiene que ver con la

fuente de los hechos sino únicamente con la exactitud de lo afirmado. En el

relato de la historia el Espíritu Santo guió a los escritores en seleccionar los

eventos que debían asentarse, la declaración propia de la historia en los eventos,

y en la omisión de todo lo que no habría de ser incluido. El resultado es un

relato exacto, infalible, de lo que sucedió, con énfasis en los eventos importantes

para la mente de Dios.

(3) Ley. Ciertas porciones del Antiguo Testamento consisten en leyes que

gobiernan varias fases de la vida individual y nacional. Esta clase de escritura se

encuentra sobre todo, en el Pentateuco, en donde la ley es revelada en tres

divisiones mayores: los mandamientos, que gobiernan la vida moral del pueblo;

las ordenanzas, para go be mar su vida religiosa; y los juicios, que tratan de la vida

social. En ciertos casos la ley consistía en mandamientos dados por medio de

dictados, leyes que en cada detalle retenían la característica de haber sido

910 NEUMATOLOGIA

dictadas por Dios. En otros casos Moisés ordena al pueblo como profeta de Dios,

y les da mandamientos que difícilmente puede interpretarse que se le hayan

encomendado por medio del dictado; con todo, estos mandamientos tienen la

misma fuerza que otros mandamientos. La inspiración opera en los escritos de

toda ley en las Escrituras a fin de que las leyes expresen perfectamente la mente

de Dios para el pueblo al que le son dadas. Dichas leyes son preservadas de error

e incluyen todo lo que Dios desea mandar en ese tiempo. Las leyes son

autoritativas y son una base apropiada para todo asunto a que conciernen.

( 4) Dictado. Como se ha insinuado anteriormente, algunas porciones de la

Palabra de Dios son citaciones directas de los mandamientos divinos y sus

revelaciones. ¿Cómo opera la inspiración bajo estas circunstancias? La

inspiración garantiza que los mandamientos y revelaciones recibidas de Dios son

apropiadamente registradas y en la forma exacta como Dios quiere. Por su parte,

Dios habla en el lenguaje del que escribe, usando su vocabulario y dando su

mensaje en tal manera que natural o sobrenaturalmente el escritor puede recibir

y registrar el mensaje de Dios. En tales porciones las particularidades del escritor

son probablemente poco notables. El dictado, no obstante, no sería visto con

tanta más autoridad que otras porciones de las Escrituras, aun el relato fiel del

pecado humano y la repetición del discurso humano que puede no ser verdadero.

La inspiración agrega al relato la estampa de un registro infalible, justificando al

lector el aceptar las Escrituras con toda confianza.

(5) Literatura Devocional. Uno de los problemas intrincados de la inspiración

es el de relacionar su operación a la escritura de la literatura devocional del

Antiguo Testamento, de la que los Salmos son la mayor parte. ¿La inspiración

garantiza meramente el cuadro adecuado de lo que los escritores sintieron y

pensaron, o hizo más que eso? En el caso del registro del discurso humano la

inspiración no necesariamente certifica la veracidad de lo que se dice. Por

ejemplo, en el relato de la tentación, se registra lo que dijo Satanás,

'Ciertamente no morirás' (Gn.3:4). La inspiración garantiza la exactitud de esta

cita de las palabras de Satanás; pero eso no hace que sus palabras sean verdad. En

el caso de los salmistas, que fueron hombres sujetos al pecado y al error, cuyas

experiencias y pensamientos no fueron necesariamente exactos, la inspiración

¿hace más que darles un registro fiel a sus escritos? La respuesta al problema se

encuentra en los salmos mismos. Un examen de su contenido revelará que Dios

no sólo produjo un registro inspirado de sus pensamientos para ser escritos, sino

que obró en sus pensamientos y en sus experiencias, resultado en que ellos

revelaron a Dios, retratando la verdadera adoración del corazón, el oído atento

de Dios a la oración, el gozo del Espíritu, la carga de pecado y aun profetizaron

de eventos futuros. Así David, en su propia exp~riencia en la que realizó la

presencia de Dios, habla de Su bondad, su alabanza que trasciende los límites de

su propia experiencia a la del máximo David, el Señor Jesucristo. El se regocija,

diciendo: 'Alegróse por tanto mi corazón y se gozó mi gloria, también mi carne

reposará segura; porque no dejarás mi alma en el seol, ni permitirás que tu santo

vea corrupción' (Sal.l6:9,10). Mucho de lo que dijo David se aplicaba a sí

mismo. El podía decir que su corazón estaba alegre, que su carne descansaría en

esperanza. David sabía que su alma no quedaría para siempre en el seol. Pero

cuando dijo que su cuerpo no vería corrupción, él claramente había traspasado

su propia experiencia y estaba revelando la de Cristo. Pedro afirmó este hecho en

el sermón el día de Pentecostés (Hch.2: 25-31), y señaló la diferencia entre David

y Cristo. Por tanto, se puede decir que la inspiración consiste en mucho más

que registrar los pensamientos devocionales. Mientras que el proceso es

EL ESPIRITU EN EL ANTIGUO TESTAMENTO 911

inescrutable, la inspiración hizo que se efectuara un registro exacto de los

pensamientos de los escritores, siendo tales escritos preparados por la

providencia divina. No todo lo que experimentaron los escitores fue incorporado

en las Escrituras. La inspiración fue selectiva. Como describe tan bien Warfield:

'O considerar cómo un salmista estaría preparado para poner en verso activo un

trozo de su experiencia religiosa formativa: cómo habría nacido con la precisa y

justa cualidad de sensibilidad religiosa, de padres a través de los cuales recibiría la

correcta inclinación hereditaria, y de quienes él adquiriría precisamente el

ejemplo y disciplina correctos en circunstancias de vida en las que las tendencias

religiosas se desarrollaran exactamente en sentido contrario; cómo fue él

conducido a través de correctas experiencias a fin de despertar en él las

emociones precisas de su llamamiento para expresarlas y, finalmente, sería

puesto dentro de las precisas exigencias que lo forzarían a expresarlas,'

(lnternational Standard Bible Encyclopaedia, s. v. Inspiration, p. 1481).

Mientras no se confundan la preparación providencial con la inspiración, se

puede ver que con preparación providencial la inspiración de la literatura

devocional del Antiguo Testamento cobra la naturaleza del registro de la

revelación; no revelación por la voz de Dios, sino revelación por el conocimiento

de Dios en el corazón humano.

(6) El Mensaje Profético Contemporáneo. Mucho de lo registrado como

mensaje de un profeta tenía que ver con las necesidades inmediatas de su propia

generación. El llevaba para ellos un mensaje de amonestación de parte de Dios;

los exhortaba; dirigía sus ejércitos; les seleccionaba sus líderes; en múltiples

necesidades del pueblo, por sabiduría divina, el profeta era el instrumento de

revelación. En este aspecto del ministerio profético, indudablemente la Escritura

registra sólo pequeñas porciones. Se da el relato sólo en beneficio de su

importancia histórica, y para constituir un ejemplo viviente para la posteridad.

¿Cómo se relaciona la inspiración con este aspecto de la Escritura? Como en el

caso de otros tipos de la Escritura, la inspiración es, antes que todo, selectiva. En

la producción de la Escritura el escritor es guiado para incluir y excluir de

acuerdo a la mente de Dios. La inspiración garantiza que lo registrado es exacto,

dando al mensaje del profeta el carácter de infalibilidad. Esto es verdad aun en el

caso de los pocos hombres impíos que profetizaron y que fueron guiados a

hacerlo por Dios mismo. La obra de la inspiración en este tipo particular de la

Escritura es similar a esa forma de operación al registrar la historia en sentido

más amplio, escribiendo la historia, guiándose en la selección y relatos de la

misma, y en el caso de la profecía, guiándose en la selección y declaraciones del

mensaje y hechos de Dios a través de sus profetas.

(7) Profecias del Futuro. En la naturaleza de la profecía frecuentemente

tomó el aspecto de predecir eventos futuros. Advertía de amenazas de juicio, y

en medio de experiencias de castigos, pintaba la gloria y liberación que vendrían

con el Mesías. Aproximadamente una cuarta parte del Antiguo Testamento está

en forma de predicción. ¿Tiene la inspiración una relación peculiar con esta

forma de profecía? La mayor parte de las Escrituras del Antiguo Testamento

fue comprendida por los escritores. Ellos podían apreciar mucho de los salmos.

Lo que ellos escribieron pasaba por sus pensamientos en sumo grado y al alcance

de su comprensión. La introducción de la profecía predictiva, no obstante, trae a

la escena la declaración de eventos futuros que no fueron comprendidos Los

profetas mismos confesaron que no siempre entendían lo que escribieron. Como

escribe Pedro: 'Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros,

inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando

912 NEUMATOLOGIA

qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el

cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían

tras ellas' (1 P.1: 1 O, 11). La obra de la inspiración en la profecía predictiva es

probablemente más evidente que en otro tipo de la Escritura. Aquí, a la verdad,

la sabiduría humana no fue de valor y se demandaba exactitud de la más fina

clase. Aquí puede ser probada la inspiración más severamente que en cualquier

otro campo, y el testimonio de la profecía cumplida le da su voz conclusiva a la

obra del Espíritu Santo que fue la causa de su escritura. La profecía predictiva

requirió la revelación de Dios de tal manera que la inspiración pudiera animarlos

a escribir revelando el eterno propósito y la soberana voluntad de Dios. Las

visiones y los trances juegan un papel importante en algunas revelaciones de

eventos futuros, y el poder de Dios a través del Espíritu Santo fue especialmente

evidente.

Mientras se puedan ver aspectos distintivos de las operaciones del Espíritu

Santo correspondientes a los varios tipos de Escritura, se puede llegar muy bien

a la conclusión de que escntos del Antiguo Testamento. En toda ella el Espíritu

guió, incluyendo al falso, abarcando todo lo que la mente de Dios dirigió, dando

a la revelación adecuada presentación; a la historia, propósito en la selección y

hechos auténticos; a la experiencia providencialmente dirigida, confidencial

relato de los tratos de Dios con los corazones de sus siervos; a la profecía, ya un

mensaje contemporáneo o bien predictivo, la exactitud infalible que la hizo la

norma apropiada en donde pueda acogerse la fe. La obra de la inspiración no fue

efectuada por una fuerza impersonal, por una ley de la naturaleza o por la

providencia sola; sino por el Espíritu Santo inmanente, obrando en los corazones

y negocios de los hombres, no sólo reveló la verdad divina, sino que produjo la

escritura del Antiguo Testamento, el documento más admirable que jamás viera

la luz del día, llevando en sus páginas la inequívoca evidencia de que las manos

que las escribieron fueron guiadas por el inamovible, infinitamente sabio e

infalible Espíritu Santo." -The Doctrine o[ the Holy Spirit, pgs. 64-70.

CAPITULO VI

EL CARACTER DISTINTIVO DE LA PRESENTE ERA

Como introducción al vasto tema de la relación del Espíritu Santo

a la Era Presente -tema que ocupa lo que resta de este volumensería bueno indicar los cuatro períodos de tiempo que marcan las

actividades del Espíritu Santo a través de toda la historia de la

humanidad: (1) En el Antiguo Testamento, como se ha indicado

anteriormente, la relación del Espíritu en las primeras edades fue

soberana. El descendió sobre quien El quiso y para tales propósitos

según Dios determinaba; y salía de ellos tan libremente· como había

venido, habiendo realizado sus designios. Si El llegaba a morar con un

rey o con un profeta, fue únicamente porque el hecho de tal morada

fue para un propósito inmediato de Dios, de aquí que no en

conformidad a cierta característica de una edad de universal e

inquebrantable permanencia así de hombres buenos como de útiles.

En este primer período como ya se ha afirmado, se ha visto al

Espíritu Santo como Creador, como el poder motor obrando en

ciertos hombres que cumplieron un propósito específico de Dios, y

como el autor de las Escrituras. (2) El período de transición, desde el

principio del ministerio terrenal de Cristo al encarnarse hasta la

predicación del Evangelio a los gentiles en la casa de Cornelio

(Hch.l 0:44 ). Este período sigue. estos pasos: el Espíritu Santo fue

ofrecido por Cristo a todo aquel que se lo pidiere (Lc.ll:l3); El

prometió rogar para que el Espíritu pudiera venir a ser un morador,

presente interiormente en los suyos (comp. J n.l4: 17, 18); después de

Su resurrección El sopló sobre ellos el Espíritu (Jn.20:22); ellos

habrían de quedar en Jerusalén hasta ser investidos del poder del

Espíritu (Le. 24:49); el Espíritu descendió el día de Pentecostés

como se había profetizado, tiempo en que los creyentes judíos

(todavía el Evangelio estaba restringido a sólo los judíos en ese

tiempo) fueron reunidos en un solo cuerpo espiritual (Hch.2:47); la

dádiva del Espíritu Santo fue precedida por la imposición de las

manos apostólicas en Samaria (Hch.8: 14-17; comp. He.6:2), y el

Espíritu descendió sobre los gentiles creyentes en la casa de Cornelio

(Hch.l0:44). Mucho de lo que sucedió en esta situación de transición

llegó a ser permanente; pero la condición de la última Edad de recibir

el Espíritu Santo, como lo había indicado Cristo en Juan 7:37-39, no

913

914 NEUMATOLOGIA

se estableció sino hasta que los gentiles fueron recibidos en el mismo

cuerpo espiritual con los creyentes judíos. No hay registro alguno

respecto a imposición de manos en la casa de Cornelio.

Indudablemente esta experiencia marcó el principio de un nuevo y

permanente orden para la Era actual. La más grande revelación btblica

con relación a las empresas del Espíritu Santo, no estará fuera de

lugar aquí mas que asegurar que en este período se desarrolla la

nueva realidad completa de que el cristiano tiene como su

responsabilidad y servicio en su vida, vida y servicio que han de ser

operados por el Espíritu Santo en respuesta a una fe permanente. ( 4)

La era del Reino. Otra vez, a fin de evitar la repetición, este tema que

ha constituido el objeto de páginas anteriores a este volumen (cap.

IV) no se desarrollará aquí. Se recordará, no obstante, que todavía

resta una edad entera de empresas específicas y benéficas por parte

del Espíritu Santo; Edad que todavía es futura.

La Edad presente, que se extiende desde la primera venida de

Cristo hasta Su regreso por los suyos, en algunos aspectos es distinta

de los otros períodos de tiempo que ya se han estudiado.

l. UNA INTERCALACION

La Era misma es una intercalación extraña a todas las predicciones

del Antiguo Testamento. Estas predicciones antiguotestamentarias

trazan el curso y destino final del pueblo de Israel, de las naciones, de

los ángeles y de la tierra Prometida; pero cada una de estas líneas de

profecía pasan sobre la era presente del llamamiento de la Iglesia,

como si no existiera. Como fundamental, se apoya en una

comprensión correcta de toda la profecía bíblica, y así que, la

presente dispensación no sólo no está prevista por los antiguos

profetas (comp. 1 P.l: 10,11), sino que no está del todo relacionada

con lo que ya fue ni con lo que será.

11. UN NUEVO PROPOSITO DIVINO

Esta Era también es distintiva siendo, como lo es, el producto de

un nuevo propósito divino en su totalidad, por ejemplo, la cosecha

[ÉKKA7Jala] tanto de judíos como de gentiles, de un pueblo celestial,

el cuerpo y la esposa del Cristo resucitado y glorioso, que por el

poder transformador divino no sólo será calificada para residir en el

alto cielo, sino que será calificada así mismo para estar asociada

eternamente con las personas de la bendita Trinidad. La Esposa

satisfará todo el ideal del Esposo por toda la eternidad. Nada sino

una empresa de carácter divino, infinita, puede perfeccionar esta

EL CARACTER DISTINTIVO DE LA PRESENTE ERA 915

obra. El propósito de esta Edad incomprensible señala esta

dispensación como única y sin relación a ninguna otra era de la

historia humana pasada o futura. En su intento de unir las edades

alrededor de un supuesto pacto de gracia divina y de mezclar la

presente dispensación con las otras dentro de una secuencia

ininterrumpida, los teólogos han perdido la fisonomía característica

de este período y, por lo tanto, han fallado en poder ver la posición

sobresaliente y gloria de la Iglesia desligada históricamente de las

otras edades, como el cuerpo y la Esposa de Cristo.

111. UNA ERA DE TESTIMONIO

Esta edad es peculiarmente una era de testimonio. Israel como una

nación fue portador de un testimonio concerniente al Dios único,

Jehová, a las gentes de la tierra; pero ellos no tenían un evangelio qué

predicar, ninguna gran comisión como la de la Iglesia, ni tampoco

sostuvieron una empresa misionera. Aun Cristo, cuando se limitó a su

ministerio para Israel (comp. Ro.l5:8) en Sus tempranos días de

labor, dijo de Sí mismo: "No soy enviado sino a las ovejas perdidas

de la casa de Israel" (Mt.l5: 24 ), y cuando envió a Sus discípulos con

Su mensaje de paz a Su propio pueblo, les mandó de no ir a los

gentiles, ni entrar en ciudades de samaritanos, sino "antes a las ovejas

perdidas de la casa de Israel" (Mt.l 0: 5,6). Con respecto al ministerio

a solo Israel, Cristo no dio instrucciones sobre el significado del

mensaje que habrían de impartir, bien comprendido como lo era del

punto de vista del Antiguo Testamento, aunque entró en detalles

minuciosos relativos a la manera de introducirse entre un pueblo

todavía rebelde (comp. Mt.lO: 1-42). Contra todo esto está el último

mandamiento de que estos mismos discípulos irían a todo el mundo

y predicar una innovación tal como dar el evangelio a toda criatura,

como un testimonio para El mismo en Su nuevo carácter de un

crucificado y resucitado Salvador. Este sorprendente y trascendente

contraste no pasaría inadvertido. El había comparado la empresa de

esta edad con un sembrador que salió a sembrar, no a cosechar. De

modo similar, el Apóstol declara que "la palabra de la reconciliación

nos ha sido encomendada" (2 Co.S: 18, 19). En la edad futura no

habrá necesidad de un evangelio, al menos para Israel, diciéndoles

"Conoce al Señor", porque todos le conocerán, desde el más

pequeño hasta el más grande (Jer.31: 34 ). Por lo tanto, se hace

evidente que la edad presente, limitada como lo está por los dos

advenimientos de Cristo, es distintiva en que es una edad de

testimonio, hasta los fines de la tierra, de la gracia salvadora provista

mediante la muerte y resurrección de Cristo.

916 NEUMATOLOGIA

IV. EL LETARGO DE ISRAEL

Ahora Israel está dormido y todo lo relacionado con sus pactos y

promesas está suspenso. Para ellos -no como una nación, sino como

individuos- el privilegio de salvarse para la gloria celestial al par que

los gentiles, se extiende a este día del propósito celestial de Dios.

Ningún pacto judaico se está cumpliendo al presente; ellos están

"esparcidos", "desollados", "quebrantados", y aun serán aborrecidos

de todas las naciones" por amor del nombre de Cristo. Esta es la edad

peculiar en la que "no hay diferencia" entre judío y gentil, aun

cuando en los tiempos pasados Dios mismo había instituido la más

drástica distinción entre estos dos pueblos.

V. CARACTER ESPECIAL DEL MAL

El mal alcanza un carácter especial en la era presente. Varias

razones explican el hecho de que el Apóstol escribe de que éste es un

"siglo malo" ( Gá.l: 4 ). (1) Cristo describe el carácter perverso de este

período en conexión con las siete parábolas de Mateo capítulo 13.

En esta descripción El habla de la influencia del mal en relación a la

caída de la semilla, la cizañ-a, las aves y la semilla de mostaza, la

levadura en la harina, y los peces malos. Es evidente que Su proposito

fue el de asignar un nuevo, y hasta aquí, inusitado carácter al mal

según aparece en esta edad. (2) De modo semejante, el Apóstol

afirma que hay una forma de misterio del mal en esta edad que había

empezado a obrar aun en sus días mismos (2 Ts.2:7). (3) A los

creyentes se les advierte para sostener una lucha contra el mundo, la

carne y el diablo. Sin duda que el mundo y la carne ejercieron una

mala influencia en las edades pasadas. En Efesios 6: 10-12 se da una

revelación especial, no obstante, en la que se muestra un conflicto

peculiar a esta edad que existe entre el creyente y Satanás. ( 4)

Satanás mismo ostenta el título de "dios de-este siglo" (2 Co.4:3,4).

(5) Así también, el conflicto específico de ''los últimos días" de la

Iglesia sobre la tierra presenta una nueva forma de maldad en el

mundo. Y (6) El reclamo de Cristo sobre la fe del hombre a través de

Su muerte y resurrección apremia a toda alma a dar una respuesta

razonable y por lo tanto, crea la posibilidad de un pecado nuevo y

sin precedente -el pecado de la incredulidad en el Salvador.

VI. UNA ERA DE PRIVILEGIO PARA EL GENTIL

De acuerdo con una verdad totalmente propia de esta edad, los

gentiles tienen el privilegio de entrar en el sublime propósito divino Y

EL CARACTER DISTINTIVO DE LA PRESENTE ERA 917

en la gloria. Su estado ante Dios en los siglos pasados se describe en

Efesios 2: 12: "En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la

ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin

esperanza y sin Dios en el mundo." Su estado ante Dios en la era del

Reino Venidero está, asimismo, clara y plenamente predicho, según

se encuentra en Isaías 14: 1 ,2; 60: 12. Estos pasajes dicen: "Porque

Jehová tendrá piedad de Jacob y todavía escogerá a Israel y los hará

reposar en su tierra; y a ellos se unirán extranjeros, y se juntarán a la

familia de Jacob. Y los tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar;

y la casa de Israel los poseerá por siervos y criadas en la tierra de

Jehová; y cautivarán a los que los cautivaron, y señorearán sobre los

que los afligieron". . . "Porque la nación o el reino que no te sirviere

perecerá, y del todo será asolado." En el juicio de las naciones como

se describe en Mateo 25:31-46, ciertas. naciones van a entrar en el

reino preparado para ellas desde antes de la fundación del mundo;

pero en esta relación y posición ellos tienen que conformarse a las

restricciones establecidas en las Escrituras citadas en este párrafo de

Isaías. De la comparación de las edades pasadas y futuras se saca en

claro que la era actual ha sido señalada como 1.ma de privilegio

peculiar y de ventaja para los gentiles.

VII. LA OBRA GLOBAL DEL ESPIRITO

Aun más evidente de lo que precede es la verdad de que la era

presente es una en la que el Espíritu Santo ejerce una influencia

sobre la humanidad entera, y especialmente sobre los salvos y los

que, según el propósito eterno de Dios, aún han de ser salvos. Como

por esta última compañía, el Apóstol escribe que son los "que

conforme a Su propósito son llamados" (Ro.8:28-30). Esta séptima

característica de la era presente no sólo concluye el resumen

expuesto en este capítulo, sino que señala el más importante

distintivo de toda la doctrina del Espíritu Santo.

CAPITULO VII

LA OBRA DEL ESPIRITO SANTO EN EL MUNDO

A causa de las extensas actividades del Espíritu Santo esta presente

era justamente ha sido designada como la dispensación del Espíritu.

Un bien balanceado trato de la Persona y la obra del Espíritu Santo

tal como se exhiben en la Biblia descubrirá el hecho de que al menos

noventa por ciento del material que entra en el estudio de la

Neumatología se encuentra en esos pasajes de las Escrituras que la

relacionan a la era de la gracia. Esta misma porción necesariamente

está reflejada de manera extensa en las páginas de este volumen. Este

extenso estudio será seguido bajo tres divisiones generales. ( 1) El

Espíritu como el Controlador del Mundo Cósmico, (2) el Espíritu

como el que Redarguye a los pecadores, y (3) el Espíritu en relación

con el creyente. Las primeras dos divisiones serán consideradas en

este capítulo.

l. EL CONTROLADOR DEL MUNDO COSMICO

Aunque sólo un pasaje se encuentra que habla sobre la obra

controladora del Espíritu Santo, el alcance de los eventos

involucrados es tal que requiere una seria consideración. Contempla

el gobierno divino sobre las fuerzas del mal que operan en el mundo a

través de toda la edad presente. El pasaje, aunque un tanto velado, no

ha sido interpretado de manera uniforme. Dice así: "Nadie os engañe

de ninguna manera, porque aquel día no vendrá sin que venga antes

la apostasía, y se manifieste el hombre tle pecado, el hijo de

perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama

Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios

como Dios, haciéndose pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando

yo estaba todavía con vosotros os decía esto? Y ahora vosotros

sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se

manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo

que hay quien al presente lo detiene hasta que él a su vez sea quitado

de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Séñor

matará con el Espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de Su

venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran

poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de

918

LA OBRA DEL ESPIRITU EN EL MUNDO 919

iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor

de la verdad para ser salvos" (2 Tes. 2:3-1 0). Pocos pasajes presentan

más verdades vitales concerniente al futuro, que éste. Después de

haber declarado el hecho de que el día del Seftor - el reino de mil

años con todos sus juicios introductorios (no el día de Cristo, como

en la Versión Americana) - no puede venir sin haber experimentado

la apostasía final y haya aparecido el hombre de pecado, quien aquí

se identifica, como en cualquiera otra parte, por su perversa asunción

de las prerrogativas de la Deidad (comp. Ez. 28: 1-10). El misterio de

esa iniquidad que él lleva a cabo dio principio en los días del Apóstol

y hubiera sido consumada en tiempo más temprano si esa iniquidad,

provocada por Satán no hubiera sido restringida. El que impide

continuará restringiendo, hasta que El, el que impide, sea quitado de

en medio. Entonces aquel impío será revelado, y no antes. Pero,

¿quién es El que impide? La noción de que es la Iglesia misma es

corregida en seguida por la declaración de que El que impide es una

persona, porque la identificación es de uno que puede ser designado

con el género masculino. Así mismo, la declaración de que esta

persona es Satanás es insostenible, ya que no se puede decir que

Satán se restringe a sí mismo. Que el que Impide está cumpliendo

una tarea estupenda, sobrenatural Lo clasifica enseguida como uno

de la Deidad; y aunque el Espíritu Santo es el agente activo de la

Trinidad en el mundo en toda esta dispensación, es una conclusión

bien establecida que el que Impide es el Espíritu Santo de Dios.

Alguna porción de este impedimento es, sin duda, efectuada a través

de la Iglesia, que es el templo del Espíritu (comp. 1 Cor. 6: 19; Ef.

2: 19-22). Basándose en este pasaje el Dr. C. l. Scofield afirma: "El

orden de los eventos es: (1) La obra del misterio de iniquidad bajo la

restricción divina que ya había principiado en el tiempo del Apóstol

(v. 7); (2) La apostasía de la Iglesia profesante (v. 3; Le. 18:8;2 Ti.

3: 1-8); (3) La remoción de lo que impide el misterio de iniquidad (vs.

6, 7). El que impide es una persona-"El" y desde que un misterio

siempre implica un elemento sobrenatural (Mt. 13:11, nota), esta

Persona no puede ser otra que el Espíritu Santo en la Iglesia, que ha

de ser 'quitada de en medio' (v. 7; 1 Tes. 4: 14-17); (4) La

manifestación del inicuo (vs. 8-10; 7:8; 9:27; Mt. 24: 15; Ap.

13:2-1 0); (5) El regreso de Cristo en gloria y la destrucción del inicuo

(v. 8; Ap. 19:11-21); (6) El día de Jehová (vs. 9-12; Is. 2:12,

referencia)" Biblia Anotada de Scofield, p. 1229.

Claramente se implica el hecho de que no habiendo en el mundo

impedimento alguno a la ola de iniquidad, ésta se elevaría a

incomprensibles alturas. Esta conclusión concuerda con la

declaración bíblica de que el corazón humano es no sólo

920 NEUMATOLOGIA

"desesperadamente malo" en sí mismo, sino que está bajo el dominio

de Satanás (Jer. 17:9; Ef. 2:2, 3). En contra de esta evidencia el

hombre ha alegado que él es fundamentalmente correcto y necesita

únicamente cultura, educación y refinamiento. La hora en que el que

al presente impide sea quitado de la tierra demostrará la veracidad de

la Palabra de Dios con respecto a la corrupción del corazón humano.

No es necesario imponer nada sobre la humanidad caída para que la

gran tribulación se establezca: esa tribulación aparecerá

automáticamente cuando el que impide sea removido. La remoción

del Espíritu es el reverso del Pentecostés. El día de Pentecostés El

que había sido Omnipresente con relación al mundo, vino a residir al

mundo, y cuando sea removido El que ahora es residente, volverá a

ser de nuevo Omnipresente en Su relación al mundo. Esto explica la

aparente paradoja que El que ya estaba en el mundo por ser infinito,

vino el Día de Pentecostés, y El que será quitado aún estará presente.

En cuanto que la Iglesia -la presente morada del Espíritu en el

mundo- quedará aquí después que el Espíritu sea removido, es una

mera inferencia; aunque no es mencionada expresamente en este

contexto su partida con el Espíritu Santo es una necesidad. El hecho

unificador más vital con respecto a la Iglesia es la verdad de que sus

miembros son poseídos de la naturaleza divina, la que es impartida

por la operación del Espíritu Santo de Dios. Cada uno de los

cristianos son habitados por el Espíritu Santo, y Su presencia

constituye el sello, sello que, lejos de ser intermitente o temporario,

es "hasta el día de la redención." Es un absurdo el contemplar la idea

de un cristiano que no haya recibido el Espíritu Santo, siendo que la

presencia del Espíritu en el cristiano es su característica más

distintiva. Si el Espíritu Santo saliera de la Iglesia, ésta

instantáneamente dejaría de ser lo que es; y si algunos miembros de

iglesias, así vacíos del Espíritu, pasaran por la gran tribulación, tal

compañía no constituiría la Iglesia, y por lo tanto ésta no estaría

incluida en la hora del juicio. En otras palabras, siendo que no puede

haber separación entre el Espíritu Santo y la: Iglesia, cuando llegue la

gran tribulación, bien el Espíritu Santo tiene que permanecer aquí

con la Iglesia, cosa que es una noción antibíblica, o la Iglesia tiene

que ser removida de este mundo juntamente con el Espíritu Santo.

Escondida en una de las más preciosas promesas del Salvador está la

seguridad de que el Espíritu estará para siempre con aquellos en

quienes El mora (Jn. 14:16, 17), y Juan mismo escribe en 1 Jn. 2:27:

"Pero la unción que vosotros recibisteis de El permanece en vosotros,

y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción

misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira,

según os he enseñado, permaneced en El." De estas declaraciones se

LA OBRA DEL ESPIRITO EN EL MUNDO 921

debe sacar en conclusión que ninguna separación ahora ni nunca

entre el Espíritu Santo y el creyente ha sido considerada

divinamente. Cuando sea removido el Espíritu, la Iglesia será llevada

con El. No puede ser dejada atrás.

El alcance de la restricción del Espíritu en cuanto al sistema

mundanal no ha sido revelado. Como se implica más arriba, el alcance

del impedimento del Espíritu puede calcularse al comparar el mundo

en sus presentes relaciones más o menos civilizadas, su

reconocimiento y defensa de los derechos humanos, y su actitud de

patrocinio hacia Dios y Su Palabra relativa al cuadro de la tribulación

venidera conforme a lo que se ve en el Apocalipsis. Una débil

indicación de ese poder restringente del Espíritu al presente se puede

notar en el hecho que de todas las blasfemias pronunciadas por los

labios humanos no hay ni un solo juramento en el nombre del

Espíritu Santo. Esta restricción no se debe a ningún sentimiento

consciente de aversión a Dios o al Espíritu de Dios de parte de los

hombres; se debe a la obra sobrenatural de represión del mismo

Espíritu Santo contra quien el hombre no debe blasfemar. De este

modo se ha demostrado que el Espíritu Santo restringe la corrupción

del sistema mundano hasta que la corrupción haya recorrido su curso

(comp. Gn. 15: 16), que seguirá restringiendo hasta que sea quitado

de en medio, y que, cuando El sea quitado, los poderes desenfrenados

de las tinieblas constituirán la prueba y el terror de la gran

tribulación. Se ha indicado ampliamente que necesariamente la

Iglesia debe partir con el Espíritu Santo cuando El sea removido de

su lugar de residencia en el mundo.

11. EL QUE REDARGUYE DE PECADO

Dentro de la divina empresa de ganar a los perdidos no hay factor

más vital que la obra del Espíritu Santo en la que El convence o

reprueba al sistema mundano respecto al pecado, justicia y juicio. La

totalidad de la noción de la antibíblica e insostenible doctrina

arminiana de la comú.R gracia, que asevera que el Espíritu Santo obra

en todos los hombres al nacer, capacitándolos para dar una respuesta

favorable a la invitación del Evangelio, tiene, con la ayuda de la

vanidad humana que no tiene límite en su habilidad, tan diseminados

sus tergiversados errores, que ·se da muy poco reconocimiento a la

total incapacidad del incrédulo, el hombre natural, para er

llamamiento del Evangelio. Evangelistas desatentos o ignorantes y

celosos ganadores de almas muy a menudo continúan pensando que

todas las personas en todas partes y en cualquier lugar son capaces en

cualquier tiempo de cumplir con los términos·del evangelio, en tanto

922 NEUMATOLOGIA

que las Escrituras enseñan que nadie es capaz de hacer una decisión

inteligente- por Cristo aparte de la obra iluminadora del Espírifu

Santo. Los evangelistas y predicadores tienen que afrontar, si lo

quieren, un factor sobrenatural en esta tarea de ganar a los perdidos.

Sea por no poder entender este factor o por renuncia a someterse a la

obra soberana del Espíritu, los hombres inventan métodos que

prescriben acciones humanas como la condición por la cual puede

salvarse un alma, no reconociendo la verdad de que los perdidos han

de salvarse, no cuando ellos cumplan con alguna cond1c1Ón prescffia,

sino umcamente cuando ace ten a Cristo como su Salvador. El

pro ema de los evangelistas no es el de coaccionar a las personas

para que hagan una pública demostración, es más bien la de producir

una clara concepción de la gracia salvadora de Dios. Ninguna persona

es capaz en sí misma de creer en Cristo para la salyacjón de su propia

alma aparte de la obra iluminadora del Espíritu Santo or la ue

recibe la visión e ns o como Salvador y lo melina a recibirlo· orla

~ Cada predica or smcero más o menos siente este actor, mas no

todos están enterados de su verdadero significado. Se toma

desconcertante para el método de ganar almas del evangelista el

afrontar una situación sobrenatural arbitraria sobre la cual ni él ni el

inconverso a quien él apela tienen el más leve control. La obra del

Es íritu en esta esfera articular de influencia es soberana. Es el

punto en donde la divina elección se ejercita y se emuestra:-Es

cierto que solo los elegidos serán salvos. Tambien es c1erto que Dios

puede ins irar dentro del ere ente a uella oración ue ha de serli"n

actor esencial en la gran obra de inducir a los perdidos a aceptar al

~or; pero la oración no determina la elección de los hombres;

más bien, la oración misma estará sujeta al mismo Espíritu soberano,

si se ora en la voluntad de Dios. Es evidente que la respuesta humana

al evan elio uede ser as urada en e no se ha operado una

visión divina de Cristo. No obstante, más enfáticas son las pa a ras e

Cnsto, cuando dijo: "Y esta es la voluntad del que me envió, que

todo aquel queci_)al Hijo y cree en El, tenga vida eterna; y Yo le

resucitaré en el día postrerÓ" (Jn. 6:40), porque aquí no hay la

mínima implicación de que sólo los que hayan creído mediante una

visión operada por el Espíritu mirando al Hijo como su Salvador.

También se afirma claramente que no puede haber salvación aparte

de una ilumina_c;iónpreparatoria del incooverso por el Espíritu Santo.

Se hace evidente que se requiere tal obra del Espíritu según ciertas

escrituras que afirman la incapacidad de los inconversos. A

continuación presentamos algunas de dichas porciones.

1 Corintios 2:14. "Porque el hombre natural no percibe las cosas

que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las

LA OBRA DEL ESPIRITO EN EL MUNDO 923

puede entender porque se han de discernir espiritualmente."

Este, el hombre natural (1/IVXLK.Óc;) -una de la triple división de la

humanidad según se presenta en este contexto- es definitivamente la

persona no regenerada, y su incapacidad es inherente. El no tiene

control sobre esta incapacidad, y ninguna instrucción humana, aparte

de la del Espíritu Santo, puede alterar esta incapacidad. El

inconverso por sí mismo no puede recibir las cosas del Espíritu de

Dios. Para él son locura. El es incapaz aun de comprenderlas.

Permanece así impotente hasta que es movido por el Espíritu Santo.

2COrintios 4:3, 4. "Pero si nuestro evangelio está aún encubierto,

entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este

siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les

resplandezca la luz del Evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la

imagen de Dios."

No sólo se dice aquí que los inconversos están cegados con

respecto al mismo Evangelio por el que ellos han de ser salvos, sino

que tal ceguera es impuesta sobre sus mentes por Satanás, porque él a

propósito esconde el Evangelio para que no los alcance. Ninguna

apelación humana del mismo puede esperar remover el velo de la

mente de uno que no cree. Es un engaño el hablar de la "común

graCía" sobre todos los hombres a la luz de tales revelaciones como

ésta. Solo la falta de atención a la Palabra de Dios puede abogar a

favor de esta peregrina perversión de la verdad.

Juan 14:16, 17. "Y Y o rogaré al Padre y os dará otro Consolador,

para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de verdad, al cual

el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero

vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en

vosotros."

Uno de los hechos importantes con respecto al Espíritu Santo en

relación a los hombres en esta era es que todo lo que El realiza así

como cualquier reconocimiento de El mismo está sgmpletamente

fiíeí.a de la observación de los incrédulos. Con esa limitación sobre

ellos, es tan irrazonable como antibíblico el suponer que ellos, sin la

ayuda del Espíritu, son capaces de volverse a Dios con fe salvadora.

Esta palabra de Cristo afirma claramente que el mundo no puede

recibir al Espíritu porgue no le conoce.

Efesios 2: l. "Y El os dio vida a vosotros cuando estábais muertos

en vuestros delitos y pecados."

Aquí se declara que los inconversos están muertos espiritualmente,

y ciertamente por tal causa no pueden hacer un reconocimiento de

Cristo para vida.

Juan 6:39, 40. "Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió:

Que todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite el

924 NEUMATOLOGIA

día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que todo

aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna; y yo le resucitaré

en el día postrero."

Hay unos que son elegidos del Padre, y ninguno de éstos se

perderá. Es igualmente-'"éierto que no toda persona "ve al Hijo"

(comp. Jn. 6:40) con aquella visión que engendra el Espíritu SaQ_to;

pero inmediatamente al verlo a El como la respuesta para cada

necesidad que tendrá en el tiempo y en la eternidad, el individuo a

quien el Sefíor así llama, es capaz de recibir a Cristo como su

Salvador.

Juan 6:44. "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió

no lo trajere; y Yo le resucitaré en el día postrero."

Como se presenta en este pasaje las restricciones que descansan

sobre el inconverso son todo lo completas que pueden ser.

Unicamente pueden venir a Cristo aquellos que el Padre trae por

medio de Su Espíritu Santo. Se reconoce una atracción general o

universal que acompafía a la predicación de la Cruz de Cristo; Esta

atracción universal es descrita por Cristo en las siguientes palabras:

"Y Yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo"

(Jn. 12:32); pero el Salvador no dice de ninguno de los que así son

atraídos, "Y yo le resucitaré en el día postrero", pues El levantará

sólo a los que el Padre designe y traiga específicamente.

1 Corintios 1:23, 24. "Pero nosotros predicamos a Cristo

crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para Tos

gentiles; locura; más para los llamados, así judíos como griegos,

Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios."

OtraVe'ZSe afirma la incapacidad en la dirección del poder salvador

de la cruz de Cristo para los inconversos gentiles y judíos. La cruz

por la que ellos sólo pueden ser salvos no les aprovecha en nada,

siendo para Jos gentiles "locura" y para los judíos "tropezadero". En

contraste con esto está la evidencia de la obra del Espíritu Santo en

aquellos que son llamados por Dios. Para 'ellos esa misma Cruz de

Cristo, que antes no significaba nada, en segUida llegó a ser la base de

toda la sabiduría y el poder de Dios. Sabiduría, ya que por la cruz

Dios resolvió Su gran problema de cómo El podía ser iusto }!. al

mismo tiempo ser el justificador de los impíos; y poder, porque por

l~cruz toda la infinita habilidad de Dios pata salvar a los perdidos_es

liberado de todas aquellas restricciOnes que el pecado tm one sobre

e

Romanos 8:28-30. "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas

las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su

propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también les

predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo,

LA OBRA DEL ESPIRITU EN EL MUNDO 925

para que El sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que

predestinó a éstos también llamó; y a los que llamó a éstos también

justificó; y a los que justificó a éstos también glorificó."

Este pasaje vital bien puede ser considerado el pasaje central del

Nuevo Testamento relacionado con la doctrina de un llamamiento

eficaz; pero la implicación más profunda por descubrirse en este

contexto es que sólo los que así son llamados son capaces f!e

responder. Esto es, que aparte de este llamamiento ninguno buscará a

Dios. Cada cristiano sincero es consciente del hecho de que si él no

hubiera sido movido por el Espíritu Santo en ese sentido, él por sí

mismo, nunca se hubiera convertido a Dios buscando la salvación por

medio de Cristo. Este pasaje afirma que los que son "los llamados

según Su propósito" son el objeto de una providencia completa.

Específicamente, ciertas garantías divinas son pormenorizadas aquí,

como "obrando juntamente" para bien de los que así son llamados,

tales como, la presciencia divina, la predestinación divina, el

llamamiento divino, la justificación divina y la glorificación divina. Se

debe observar que el llamamiento divino aquí está catalogado con los

más determinantes y trascendentes de todas las realizaciones divinas.

En efecto, la verdad enseñ.ada en este contexto, se verá, está

centralizada específicamente en el hecho del llamamiento divino. En

primer lugar, los creyentes son designados como "los llamados según

Su propósito", y, en segundo lugar, de ellos se dice que son llamados

eor Dios. El título: "los que conforme a Su propósito son llamados",

puede bien incluir a todos los elegidos, aún los que han de ser salvos,

porque tal distinción se aplica a ellos, que están perfectamente

identificados en la mente de Dios (comp. Ef. 1:4, 5). Con todo, los

elegidos que todavía no son salvos están cegados, igualmente con los

demás, por Satanás con respecto al evangelio hasta que ellos sean

iluminados por el Espíritu Santo. Presciencia y predestinación están

relacionadas con la eternidad pasada; ~lorificación, asegurada

perfectamente m: la fidelida · · · d

utura. Así los dos restantes de esta lista del compromiso divino -el

llamamiento y la justificación- quedan como representación de 16

que Dios efectúa en la presente experiencia terrenal del que cree. En

el acto se notará que estas dos empresas son exaltadas a la más

elevada importancia como la representación de todo lo que Dios

ejecuta al salvar un alma actualmente. La justificación es

sencillamente el acto de la consumación de la divina gracia salvadora

en- este mundo en el creyente, y no porque se siga otro lineamiento

con respecto a la salvación en cuanto a tiempo. Se verifica

lógicamente, más no cronológicamente, todos los otros aspectos de la

salvación en el primer instante de su contacto efectivo del pecador

926 NEUMATOLOGIA

con Dios. Por otra parte, el llamamiento de Dios marca el paso inical

en el proceso propiamente dicho de realizarse la salvación de un

alma. Por tanto, el apóstol emplea el Alfa y Omega del esfuerzo

divino al aplicar la salvación como una representación de todo su

contenido. Ahora, finalmente, ¿qué se opera al efectuarse el

llamamiento? ¿Es meramente la extensión de una invitación que

puede o no ser aceptada al capricho de la voluntad humana, como

suponen los arminianos? El texto mismo da la respuesta. Todos los

que están predestinados son llamados, y todos los que son llamados

son justificados. El lenguaje expresa la absoluta soberanía de Dios y

por mucho puede sugerir que el llamamiento dlVlnO es una coerción;

pero el pensamiento expresado en la palabra llamados no es el de una

coerción, sino de invitación, y el uso del término aquí no es una

excepción, a menos que se piense diferente en cuanto a que la

soberanía divina y el libre albedrío humano se junten en este caso

particular. Lo ue hace el Es íritu Santo de Dios es iluminar la mente

del que mira a Cristo como Salvador y crear en o mtlmo e a

conc1enc1a del individuo inconverso un deseo de obtener esa

salvación que Cristo provee y en tal grado que la persona así

impresionada actuará positivamente recibiendo a Cristo como

Salvador; más se observará que cuando el individuo actúa en esta

furñia ejercita su libre albedrío al último grado. Todavía permanece

la verdad de que "el que quiera venga", y es igualmente cierto que

aparte de esta inclinación efectuada divinamente ningún perdido

jamás querrá venir. Así en la Escritura se declara en cuanto a Dios ser

uno que, sin ningún grado de coacción aún, no obstante con la

soberana certeza y con la completa libertad humana incólume, es

capaz de garantizar que, sin exceptuar a ninguna de las generacio·nes

de la humanidad en esta era, todos los predestinados serán llamados,

todos los que son llamados serán justificados, y todos los que son

justificados serán glorificados. La experiencia de los que así son

llamados es tal como el tener una nueva conciencia del deseo de tener

a Cristo y un supremo anhelo de aclamarlo como Salvador. El grado

al que esta experiencta operada dtvmamente puede <íeSarrollarse,

aunque sin duda variando con diferentes individuos, en cada caso será

abundantemente suficiente para asegurar una perfecta respuesta y

una sincera cooperación de la propia voluntad de la persona. El

objetivo en esta discusión es demostrar otra vez que ninguna persona

no regenerada se volverá a Cristo, sin la ayuda del Espíritu Santo,

clamando por salvación. Por tanto, se puede hacer alguna preparación

encaminada a un correcto entendimiento del pasaje central en

relación con esta obra del Espíritu Santo en lo más profundo de la

conciencia del hombre no regenerado, señaladamente.

LA OBRA DEL ESPIRITU EN EL MUNDO 927

Juan 16: 7-11. "Pero Yo os digo la verdad; os conviene que Yo me

vaya; porque si no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros,

más si me fuere os lo enviaré. Y cuando El venga convencerá al

mundo de pecado, de justicia, y de juicio. De pecado, por cuanto no

creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;

y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya

juzgado."

Se puede notar primero que ninguna obra de esta naturaleza (hasta

donde sabemos) fue emprendida por el Espíritu en otras épocas de la

historia humana; y como Cristo es el que habla con autoridad directa

y asboluta, es significativo que esta crucial declaración sale de los

labios de Cristo mismo y en un contexto que, sobre cualquiera otro

en donde sus palabras han sido registradas, se caracteriza como

instrucción a los cristianos. Estas palabras de Cristo no son dirigidas

para instruir a inconversos; ellas más bien imparten la más vital

información a los hi' os de Dios u e serían in teli entes efectivos en

e servicio de con uistar almas. Con gran claridad y énfasis el

a vador asegura que el Espíritu Santo, habiendo venido, así como El

efectivamente estaba presente en el mundo, emprendería una tarea

triple, invisible, en la mente y el corazón de los no salvos. Aunque se

hace referencia al mundo o cosmos, como el objetivo hacia el que la

obra del Espíritu se dirige, la convicción que lleva a cabo el Espíritu

es de necesidad individual-y, de acuerdo a todas las Escrituras

relacionadas, está limitada a "aquellos a quienes el Señor nuestro

Dios llamare." La palabra determinante es É'Aé-yxw, puesto que

define qué es lo que el Espíritu hace en la mente y el corazón de las

personas no salvas con respecto al pecado, la justicia y el juicio. La

Versión Americana traduce esta palabra por reprobar; la Versión

Revisada la traduce por condenar, y aún otros eruditos traducen,

convencer. En cada ocasión en que aparece esta palabra, ella connota

la tmpartición de comprensión con res ecto al tema en cuestión. Con

es o an e a VIsta, la traducción de la palabra por iluminará es quizá la

más satisfactoria. No se implica que la obra del Espíritu en el corazón

del individuo sea la de producir pesar o remordimiento. Desde el

punto de donde llaman la atención del penitente hacia sí mismo y su

pecaminosidad por la que él debe lamentarse, el Espíritu Santo dirige

la atención hacia Cristo y la verdad de que Cristo ha llevado su juicio,

que ellos no necesitan hacer otra cosa sino creer en El para ser salvos.

Tal es, a la verdad, la buena nueva que el evangelio proclama. La

Escritura nunca afirma que los pecadores son impedidos de salvarse

por el hecho de fallar en entristecerse por sus pecados. La nociÓn

-enteramente de origen humano- de que en adecuado sentido de

culpabilidad con su correspondiente presión deben preceder al

928 NEUMATOLOGIA

regocijo que ha de asegurar la salvación, no hay duda, en la

suposición de que el motivo que impele a los pecadores es la

conciencia de su maldad, en tanto que ~1 verdadero moti~ue ~1

Espíritu Santo engendra es que, ya que toda condenación justamente

nuestra a causa de nuest cado ha sido uesta sobre Cristo ' 1

cammo esta a ierto para el perdón absoluto}!. a la pa~ial. Es

una mamfestación de la perversidad humana cuando algunos,

pretendiendo predicar el evangelio, le dan importancia a la indignidad

del pecador esperando guiarles a la salvación. Es posible que la

doctrina íntegra del arrepentimiento sea mal entendida y pervertida,

S_!lponiendo que el arrepentimiento es una tristeza po~s

bien gue un cambio de mente en cuanto a él. Basando su mensaje

sobre este error, los hombres han sustituido sentimientos de

depresión de espíritu en lugar del "glorioso eyangelio d~o."

El triple ministerio del Espíritu Santo para los pecadores como lo

reveló Cristo es indivisible en el sentido de que el Espíritu no

emprende uno de sus aspectos y omite otros dos, ni que responde a

dos y omite uno. ~i el Espíritu hace toda la obra en el corazón ...del

incrédulo, El hará toga lo que esta triple operación encierra. La

necesidad de esta obra de iluminación del Espíritu Santo en la mente

y corazón de los pecadores está claramente indicada en la Palabra de

Dios. Anteriormente se ha llamado la atención a los pasajes que

declaran que los inconversos son enteramente incapaces en ellos

mismos de volverse inteligentemente a Cristo como a su Salvador. En

2 Co. 4:3, 4 se dice que ~ entendimiento -no los ojQs- de los

incrédulos está cegado por Satanás. Este velo debe ser quitado, de lo

contrario la luz del "glorioso evangelio de Cristo" no llegará. Del

mismo modo, en 1 Co. 2: 14 está escrito que el no regenerado, el

hombre natural, no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, ni

las puede recibir. En Juan 14: 17 se halla lo que dijo Cristo acerca del

cosmos· (mundo organizado) que no recibe el Espíritu porque no le

ve, ni le conoce. Una vez más está escrito' en Hechos 26:18 que el

primer efecto del ministerio del Apóstol a los gentiles sería el de

"abrir sus ojos", y Cristo declaró a Nicodemo que a menos que él

"naciera de arriba" no podría ver el reino de Dios (Jn.3:3). Esta

incapacidad total de los no salvos para entender, ara ar ibif

y para creer as cosas de Dios, es vencida por la divina provisió.D

clfañdo el Espíritu Santo alumbra con relación al pecado, iusticiay

juicio. Estas empresas divinas bien pueden considerarse por separado

y más específicamente.

l. DE PECADO. Esta iluminación no es de pecados. Si fuera de

pecados personales prodria ir acompafiado únicamente con un

profundo remordimiento y vergüenza, y no proveería curación. La

--

LA OBRA DEL ESPIRITU EN EL MUNDO 929

iluminación del Espíritu es respecto a un pecado, y aquí el fracaso en

c~ecibir a Cristo y Su salvación. Esto implica que

el camino de la vida a través de la fe en Cristo ha sido aclarado a los

que así han sido iluminados, y con esa desvelisada hubo revelación

del nuevo pecado -un pecado que antes de la muerte de Cristo no

podía haberse cometido- principalmente, la incredulidad en Cristo y

en la salvación que El ha consumado. El estudiante mismo debiera

interesarse con las tmphcactones directas que se hallan en el pasaje. Si

se inquiriera el por gué el Espíritu no ilumina a los jocooyersos con

respecto a sus pecados la respuesta es ue Cristo h s

12eca os y que Dios así lo reconoce perfectamente. Parece todo/

menos que imposible ara los hombres ace tar 1 v rdad de ue todo

peca o ha sido puesto sobre Cristo y que El ya ha sufrido el jujcio de

elfos en tal forma gue satisface a Dios hasta lo infinito.

Evidentemente, es la obra del Espíritu el cre.ar esta conciencia en la

ente mdtvtdual de la ersona no re enerada. Es el mensaje que el

Espíritu r ve y que El podría usar en los labios del

predicador; pero muy a menudo la obligación de los inconversos les

es presentada como si fuera necesario por su parte persuadir a Dios

que sea suficiente bueno para hacer algo con respecto a sus pecados.

El Evangelio de las buenas nuevas declara que Dios lo ha hecho todo,

dejando al individuo con la res onsabilidad de creer o de no creer lo

que a ec o. El Evangelio no presenta algo que el inconverso

tiene que hacer, más bien l~s presenta algo qué creer; y

necesariamente, por supuesto, es la obra del Espíritu Santo al

ilumiqar a los perdidos acerca del carácter y alcance del pecado de

''los que no creen en mí."

2. DE JUSTICIA. Este pasaje presenta la única y sola ocasión en

toda la enseñanza de Cristo cuando El habla directamente de Justicia

imputada -esa justicia que lejos de ser un producto del esfuerzo y - . esmero humanos, es el don de Dws (comp. Ro. 5: 17 ), en el que el

~ente ahora es únicamente acepto a Dios (Ef. 1 :6), y por el cu~l

unicamente cualquier persona de esta esfera terrenal entrará al cielo.

ES enteramente a base de esta justicia imputada que Dios justifica al

iñiPío. Es real y le ítimamente la arte e · e e la

.. ase todo suficiente de Cristo en ue él está ... Siendo un miembro

en el cuerpo de Cristo e creyente viene a ser por absoluta necesidad

lp que Cristo es, aun justicia de Dios (comp. Ro. 3:22; 1 Co. 1 :30; 2

Co. 5:21; Fil. 3:9). No se discute el que los inconversos deben

comprender la difícil doctrina de la justicia imputada; es evidente,

desde luego, q'Uea1 poner su confianza en Cristo él debe de

abandonar toda confianza en sí mismo, encomendándose él mismo a

Dios, y considerar que todo lo que un pecador condenado siempre

930 NEUMATOLOGIA

necesitará ante Dios ha sido provisto y le está esperando en Cristo

Jesús, quien es la misma justicia de Dios. Siendo que tal confianza es

extraí'ía a la vida, limitaciones y experiencias del hombre natural, es

esencial que esta verdad vital sea revelada al inconverso por el

Espíritu Santo. Esto es lo que hace el Espíritu cuando ilumina con

respecto a la justicia. El tema principal de la Epístola a las Romanos

es la justicia imputada:éarta que es la declaración central y e~a

áéi Evangelio de la gÍ-acia de Dios. De aquí se sigue que el hecho de la

jUsticia imputada es el factor central en el evangelio de gracia. Cristo

también le ha dado al tema de la justificación imputada el lugar

central de acuerdo con este texto. Se sigue que uno que predis_are

<l!le esta obra del Espíritu es perfecta no sólo incluye el tema de la

j~sticia imputada en su mensaje, sino que le da el lugar central. El

hecho obvio de que los predicadores del evangelio casi han

descuidado por completo esta verdad céntrica no es una excusa válida

para seguirla descuidando continuamente. Como se ha indicado

antes, ninguna aceptación inteligente de Cristo puede ser segura

aparte de alguna comprensión de esta verdad vital. Ese conocimiento

de El, precisamente, es el que el Espíritu Santo imparte a los no

salvos. En el aspecto agradable de Su muerte, Cristo se ofreció a Sí

mismo sin mancha a Dios (vea He. 9: 14). Esta ofrenda de Sí mismo

vino a ser una perfecta y eficaz sustitución para los que no tenían

virtud o mérito propios. Por su muerte en la cruz Cristo renunció a

Su propia plenitud y perrección, así cuando el Padre vistiere al que

cree con la p enitud de Cristo, esa plenitud es conferida en perf~ta

equidad basada en la verdad ~e que es provista y hecha accesible e.nj.a

muerte de Cristo. La muerte de Cristo en su aspecto agradable es tan

é'fiCaz en el sentido de garantizar mérito, como en su aspecto

desagradable es eficaz en disponer de deméritos. El aspecto agradi6Ie

de la muerte de Cristo no es sólo un mero incidente sentimental entre

el Padre y el Hijo sin ninguna realización a favor de aquellos por

quienes Cristo muno. No obstante,' según se trata casi

universalmente, no hay reconocimiento del valor de este aspecto de

la gracia salvadora de Dios. ¡Cuán esencial es la garantía de mérito

para los que no tienen ninguno! ¡Y cuán completa es la provisión en

el aspecto agradable de la ofrenda de Sí mismo, de Cristo, sin mancha

a Dios!

3. DE JUICIO. Siendo que este aspecto de la obra del Espíritu en

la mente de los inconversos está tan estrechamente relacionada a Su

obra de iluminar con respecto al pecado -ya considerada- la

iluminación respecto al juicio ha sido prevista. Mientras se dice de

este ministerio del Espíritu que ha sido efectuado directamente en el

juicio de Satán, es algo que ya Cristo llevó a cabo en Su muerte. No

r--

LA OBRA DEL ESPIRITU EN EL MUNDO 931

es una advertencia con relación a al fu ra ner bar con

e mal, sino que se refiere al más grande de todos los juicios gue

~mas se han efectuado o se hayan de efectuar, especialmente cuando

risto ha sido hecho el susr del hombr alll v ión

ue el Padre debe imponer sobre los e ' ecadores. La persona

bien puede rec1 ir por sí misma, al ser aprehendida y conducida ante

el tribunal del juicio divino, al ser justamente sentenciada a muerte, y

al ser sacada fuera y ejecutada, a menos que otro se haya tomado su

lugar y haya sido ejecutada en vez del pecador. La ejecución

pertenecía completa y solamente a Jos individuos que pecaron. Por la

muerte de Cristo, entonces, el pecador es puesto del otro lado de su

propia ejecución. Aunque vivo e ileso el pecador creyente puede

mirar hacia atrás a su ropia e·ecución com ue a se ha efectuado

(comp. 2 o. 5: 14). Habiendo creído en Cristo y habiendo, así por la

fe, sido incluidos en el alcance de Su muerte, el juicio que se ha

efectuado sobre Cristo una vez. no puede ser repetido contra aqyel

eor quien Cristo murió. "Ahora, pues, ninguna condenación hay para

los que están en Cristo Jesús" (Ro. 8:1 ). Es de esta completa

sustitución que el Espíritu Santo ilumina, como el primer ejemplo de

este triple ministerio, cuando dice: "de pecado, por cuanto no creen

en mí." Una vez más, es de observarse que el Evangelio propone algo

que ha de creerse. l\Jlora se afirma en esta tercera y final declaración

que Satán, el príncipe de este .mundo, ha sido juzgado. La base sobre

la cual Satanás ha asumido su autoridad los hombres caídos es

el echo de hacer ue la sentencia divina ca era sobre ellos or el

peca o. En esta demanda sobre ellos, vinieron a ser como sus

j;risiOñero-; (ls. 14: 1]), pero el mismo profeta del Antiguo

Testamento cuando anunciaba lo que Cristo habría de cumplir,

afirmó -en palabras que Cristo más tarde se aplicó directamente a sí

mismo- que El proclamaría "a los cautivos libertad" (ls. 61: 1 ). Es

probable que,. Cristo en este sentido triunfó sobre principados y

potestades por Su cruz, como se dice en Colosenses 2:15. El pasaje

dice así: "Y despojando a los principados y a las potestades, las

exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz."

CONCLUSION

Así se ve que el Espíritu Santo revela a los inconversos, a los que

El llama, lo más ~al del EvangéfiOde la Gracia divina -la muerte

sustitutoria de Cristo como algo que ha sido ya cumplido,

juntamente con el pecado de incredulidad en Aquel que ha sido

mueíto por dichos pecados; del mismo modo revela esa perfecta base

provista en la misma cruz, la cual es nada menos que la justicia de

932 NEUMATOLOGIA

Dios imputada al pecador. Aparte de esta iluminación la persona

inconversa no responde, aunque se le ponga frente a la más persuasiva

sinceridad y elocuencia humanas. Apenas es necesario sefialar que

ninguna forma de evangelismo que desconozca esta obra del Espíritu

Santo y que suponga que los inconversos están interiormente

capacitados para recibir el Evangelio y venir a Cristo con una fe

salvadora inteligente, está destinada a cosechar resultados

superficiales y al gran peligro de impedir más bien que ayudar a

aquellos a quienes apela, aunque puede ser que por la influencia

humana se aseguren manifestaciones externas. Cristo ha de ser

aceptado como la elección individual del corazón y esto debe

efectuarse con la más profunda convicción de Su capacidad

salvadora, una comprensión y elección que de modo alguno podría

ser segura fuera de la iluminación del Espíritu con respecto al pecado,

la justicia y el juicio.

EL ESPIRITO SANTO EN RELACION AL

CRISTIANO

CAPITULO VIII

INTRODUCCION A LA OBRA DEL ESPIRITO

SANTO EN EL CREYENTE

Al considerar la cantidad de Escritura concerniente a la relación

del Espíritu al cristiano se ve como si fuera el aspecto más

importante de toda la doctrina del Espíritu Santo. Sólo en el Nuevo

Testamento, en donde se presenta totalmente la verdad con relación

a esta doctrina se afirma, como se ha dicho antes, el hecho de que el

Espíritu restringe al mundo (lo que está extensamente expuesto en

un pasaje) y el hecho que El ilumina a los inconversos (también es un

limitado aspecto de la vefdad); pero el desarrollo total de la

revelación del Nuevo Testamento tocante al Espíritu Santo ocupa

. una gran parte del Nuevo Testamento de tal suerte que esta era de la

Iglesia también es propiamente designada como 1;f1 dispensación del

Espíritu Santo. Las divisiones de la doctrina del Espíritu Santo en su

relación con los cristianos contempla dos aspectos generales, a saber:

(a) la obra del Espíritu en y a través del creyente (capítulos IX-XI) y

(b) la correspondiente responsabilidad del creyente (capítulos

XII-XVII). Antes de que estos aspectos principales de esta verdad se

estudien en forma constructiva, se llama la atención al hecho de que

a esta altura esta tesis entra en un terreno de vital importancia, pero

· que es tan rara en las obras teológicas como que si no existiera. En

efecto, la fuente de la que ministros instruidos han adquirido su

conocimiento de la doctrina bíblica de Teología Sistemática es

Censurable por su descuido de la doctrina del Espíritu Santo, y

especialmente ese aspecto vital de la doctrina que tiene que yer conJa

viga del creyente y el servicio por el poder habilitador del Espíritu

Santo. No se ha reconocido la patente verdad de que la Biblia

cOñtiene tres principales reglas de vida dirigidas respectivamente a

diferentes pueblos y que son aplicables a distintas épocas -para estar

seguros, aquí no se hace mención del gobierno divino en aquellas

épocas anteriores a la data de la ley por Moisés (comp. Gn. 26: 5),

épocas que no pudieron alcanzar el beneficio de los registros bíblicos

porque los tales no se habían escrito todavía. Las tres épocas que

933

934 NEUMATOLOGIA

estamos considerando principiaron con la ley, la que fue seguida por

la presente edad de la gracia, la que a-su-vez será seguida por la

dispensación del reino milenial. La edad Mosaica prevaleció hasta la

muerte de Cristo (Jn. 1: 17), y el sistema de gobierno divino para esa

época en distintos respectos fue adaptado a Israel, para quien sólo

estaba ordenada, quienes fueron considerados todavía como menores

de edad y sujetos a tutores y curadores (Gá. 4: 1-3). El sistema

Mosaico, aunque perfecto en sí (comp. Ro. 7: 12), es, enCOñtfaSte

éon la gran vocación de la presente dispensación, llamada "flac~ y

pobres rudimentos" dentro del cual los creyentes de hoy, volviendo a

tal sistema, pueden caer y hundirse (comp. Gá. 4:9), y hasta la

erdición, no de su salvación sino de su libertad en Cristo (Gá.

5: 1-4). Volver a la ley es fracasar en la obediencia e la verdad Gá.

5:7). Tal error nunca proviene de Dios (Gá. 5:8), sino de maestros

judaizantes que "fingían celo" por los hijos de Dios (Gá. 4: 17).

Aunque ellos alentaban a otros a hacerlo así, los teólogos no tienen

excusa al ignorar el cambio de posición cuales se han operado tanto

en la posición como en los requisitos correspondientes en cuanto al

modo de vida que han introducido los eventos estupendos que han

intervenido entre la era mosaica y la era de la gracLa. Estos eventos

son, (a) la introdücción de una nueva e imprevista era con su

revelación específica tocante a su carácter; (b) la muerte de Cristo

con todas las nuevas realidades y relaciones que la garantiz;an; (e) la

resurrección de Cristo encabezando Su Nueva'Creación; (d) la entrega

efectiva de Cristo con sus ilimitadas provisiones; (e) la venida del

~íritu Santo con sns ilimitadas bendiciones para @e!] li)s

creyentes; (f) la iniciación de un nuevo propósito divino en el

llamamiento de un pueblo celestial de judíos y gentiles reuniéndolos

en un solo cuerpo y, (g) la introducción de una nueva ética de código

d~ gobierno adaptada á un pueblo que ha sido perfecc10nac.toen

Cristo, vestido con la justicia divina, ·ustificado para siempre y lleno

con la p enitud de la Deidad. La irreflexiva, aunque ce osa,

imposición de un sistema legal de méritos sobre un pueblo

perfeccionado, es el más erróneo, y se hace solamente porque los

teólogos mismos han consentido el ser atados por un sistema de

teorías indefendible, imponiendo sobre la recta división de las

Escrituras hecha por Dios, la noción humana de unidad a través de

toda la Palabra de Dios.

De igual modo, los grandes eventos que intervienen formarán una

grieta entre la responsabilidad humana en esta edad presente y la

responsabilidad de la gente en la edad futura. Estos eventos son: (a)

el arrebatamiento de la Iglesia y el fin en la tierra de todos los que

pertenecen a ella; (b) la restauración y reunión de Israel con la

INTRODUCCION: EL ESPIRITO Y CREYENTES 935

consumación de los pactos que todavía no se han cumplido; (e) el fin

de los tiempos de los gentiles con sus juicios correspondientes; (d) el

glorioso retorno de Cristo para juzgar a judíos y gentiles y establecer

su Mesiánico y Davídico reino terrenal predicho; (e) la prisión de

Satanás; (f) la Iglesia corno Esposa y Consorte del Rey en Su reino

juntamente con El sobre todos los reinos del mundo en donde El

ejerza Su autoridad, y (g) la aplicación de una nueva regla de vida

adaptada a las condiciones creadas por estos poderosos cambios. Una

vez más los teólogos, aunque ellos generalmente no reconocen la

edad del Reino, o los pactos y las promesas de Dios -sellados por Sü

JUramento- que demandan la realización de esa edad futura, buscan

la forma de combinar esta inmensa cantidad de citas bíblicas dentro

de una sola idea de un pueblo redimido que abarque a los hombres de

todas las edades. La Teoría del Pacto no puede dar lugar a propósitos

divinos diferentes y a edades de tiempo correspondientes. De acuerdo

a esta enseñanza Israel debe fusionarse dentro de la iglesia y ésta debe

ser la consumación de todos los propósitos terrenales previos.

Haciendo caso omiso de los errores en la doctrina, no obstante,

todavía permanece la verdad de que hay nuevas empresas que se

e~n efectuando por el Espíritu, llamando en la actualidad a un

pueblo nuevo divinamente perfeccionado, anunciando una nueva

@ligación en la vida y servicio para los llamados, cuya

r~sponsabilidad puede ser desernpenada únicamente mediante el

poder capacitador del Espíritu morador. Entonces, volviendo a las

dos principales divisiones de este terna, corno se ha indicado arriba, se

considerará la obra del Espíritu Santo dentro y a través del creyente

antes que nada.

En adición a los dos ministerios del Espíritu Santo ya estudiados

(cap. VII), todavía hay cinco más y constituyen la relación del

Espíritu a los cristianos. Estos, con los ya estudiados, hacen un total

de siete ministerios del Espíritu en esta dispensación. De los cinco

ahora a la vista, los primeros cuatro pueden ser clasificados en un

grupo (corno antes se ha sugerido), siendo que representan empresas

d~l_Espíritu a favor de todos los salvos. Estos son aspectos vitales de

la salvación, siendo efectuados hasta la infinita perfección para cada

creyente al momento de ser salvado. Así mismo, estos cuatro

ministerios representan as ectos de la obra del Es íritu ue ·arnás

son repetidos, siendo per eccionados una vez por todas. El quinto en

estas series, que también es el séptimo cuando se contemplan en total

los siete ministerios del Espíritu, es el de la llenura del Espíritu.

Unico en sí mismo, en que no es un aspecto de la salvación, porgue

no todos los cristianos la experimentan y ue ha de ser renovada

cons antemente. En nmgun sentido las distinciones entre estos siete

936 NEUMATOLOGIA

ministerios han de tratarse livianamente. Es en este punto, y en favor

de la exactitud en el análisis de estas verdades que grupos de

cristianos sinceros, aunque mal informados, se han dividido sobre

asuntos de la santidad y de ciertas manifestaciones de la presencia del

Espíritu. Reclamos opuestos entre cristianos y profesiones religiosas

heréticas generalmente se pueden atribuir al descuido de algunas

verdades entre los líderes cristianos, y es especialmente evidente que

la presente confusión entre los creyentes menos instruidos con

respecto a la obra del Espíritu en esta dispensación se debe en gran

parte a la omisión, de parte de muchos líderes cristianos e

instructores, de la enseñanza aún la más elemental de estos extensos

y vitales temas. Maestros bíblicos y exégetas generalmente han

tratado de vencer los efectos del descuido de la doctrina del Espíritu

Santo en disciplinas teológicas corrientes que dan especial énfasis a

estos temas. La iglesia de la presente generación debe mucho al

movimiento de Keswick en Inglaterra y su amplio testimonio en

muchos países. La inclusión de estos temas en convenciones

modernas de estudio bíblicos y por hombres capaces de hablar con

autoridad, ha hecho mucho en darle a estas doctrinas su énfasis

adecuado. Un gran teólogo que ha escrito muchos tratados sobre la

persona y obra de Cristo, pero que pfacticamente jamás se aventura

dentro del campo dela Persona y obra del Espíritu Santo, ha de ser

reconocido por el testimonio que ha dado, pero debe, al mismo

tiempo, soportar el descrédito por el estímulo que él ha prestado al

descuido de tan vital verdad en todos sus seguidores. Para que esta

presentación de la Teología Sistemática no haya de ser retada en esta

forma, lo que resta de este volumen forma el cuerpo de este extenso

trabajo. Los cinco ministerios distintivos del Espíritu Santo a favor

del creyente van a ser estudiados en el orden siguiente: (a) la

regeneración, (b) la morada del Espíritu Santo, (e) el bautismo con el

Espíritu Santo, (d) el sello con el Espíritu Santo y, (e) la llenura con

el Espíritu Santo.

CAPITULO IX

LA REGENERACION Y EL ESPITIRU SANTO

En el incomparable propósito de Dios por el que El está llevando

"muchos hijos a la gloria" (He.2: 1 0) y con el fin de que Cristo pueda

ser el "primogénito entre muchos hermanos" (Ro.8:29) -nada

menos que una empresa destinada a poblar el tercero y más alto cielo

(que hasta aquí ha sido la habitación únicamente del Trino Dios) con

seres preparados para esa santa y exaltada esfera y desde luego,

suficientemente perfectos para ser la Esposa todo satisfactoria de la

Segunda Persona- un paso vital es el de constituir a tales seres

participantes de la misma naturaleza de Dios. Un cambio estructural

como este es esencial a la misma naturaleza del caso. El nuevo

nacimiento, entonces, no es meramente el remedio para los fracasos

humanos; es una creación, por generación divina, constituyendo de

modo inherente a los creyentes legítimos hijos de Dios. La mente

humana no puede alcanzar a comprender lo que incluyen las

inmensurables realidades de una. verdadera relación de filialidad con

Dios, que hace a los cristianos herederos de Dios y coherederos de

Cristo Jesús (Ro.8: 17). En cada aspecto es una obra de Dios y es

ejecutado como una expresión de Su sublime propósito y para la

satisfacción de Su infinito amor para aquellos a quienes así salva.

Prosiguiendo más completamente estas insinuaciones pueden

observarse algunos hechos:

l. LA NECESIDAD

Antes que un ser caído de esta esfera humana pueda entrar al reino

de Dios, debe de efectuarse una obra divina de transformación en

forma de un nacimiento de lo alto. Tal nacimiento es indicado

específicamente por Cristo en Sus palabras a Nicodemo: "Lo que es

nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu

es" (Jn.3:6). Al anunciar estas grandes verdades acerca de la carne y

el espíritu Cristo no las dirigió a lo más bajo en el orden social -los

que obviamente necesitaban ser mejorados. El escogió para dirigirle

estas palabras a un legislador y maestro de Israel que era

indudablemente la flor y nata del judaísmo. En este punto se puede

hacer la pregunta de, en qué consiste la relación correcta de un judío

937

938 NEUMATOLOGIA

con Dios dentro de la esfera de acción y el propósito del judaísmo. El

Pacto Teológico es el que adelanta en este punto la suposición que los

santos del Antiguo orden fueron regenerados y sobre la misma base

de relación a Jehová como se ha establecido para los santos del

Nuevo Testamento. Para poder sostener su teoría se hace necesaria

tal suposición. Pero aquí surgen las preguntas pertinentes: ¿Por qué

la demanda directa e incondicional de un nuevo nacimiento a uno del

carácter representado por Nicodemo? Por qué la tan enfatizada y a

menudo repetida narración de la salvación de Saulo de Tarso, quien

vivió con limpia conciencia ante la ley de Dios? (Hch.9; 22; 26); y,

¿por qué la salvación de los apóstoles, de tres mil judíos el día de

Pentecostés, y de los muchos sacerdotes que obedecieron a la fe?

¿No se alega que ninguno de los que así se salvaron jamás habían

respondido antes a los ideales espirituales del judaísmo? ¿Es cierto

que todos éstos debieran haber sido salvos bajo el judaísmo tan

perfectamente como bajo el cristianismo lo fueron más tarde, pero

que cada uno sólo accidentalmente declaró su ajustamiento ante Dios

después del establecimiento de la fe del cristianismo? Realmente,

¿qué quiere decir el Apóstol cuando dice: "Pero antes que viniese la

fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que

iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para

llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero

venida la fe, ya no estamos bajo ayo ... ? " ¿Por qué, también oraría

él por Israel y definió su fracaso espiritual como lo hizo al decir:

"Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a

Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de

que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque

ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia,

no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es

Cristo, para justicia de todo aquel que cree" (Ro.l 0: 1-4 )? Y ¿qué

quiere decir el mismo Apóstol cuando refiriéndose a los motivos que

actuaron en él al momento de escoger a Cristo como Salvador, dice:

"Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno

piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al

octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de

hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de

la Iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Y

ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la

excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Sefíor, por amor del

cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y

ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley,

sino la que es de Dios por la fe" (Fil.3:4-9)? ¿Por qué en cada

contraste entre los distintos aspectos del judaísmo y del cristianismo,

LA REGENERACION Y EL ESPIRITU SANTO 939

el primero está representado como insuficiente, del cual el individuo

debe ser salvo mediante su adhesión al último? La respuesta a todas

esas preguntas se hallarán cuando se determine que Dios no estaba

haciendo precisamente la misma cosa en el judaísmo como lo está

haciendo ahora en el cristianismo. Dios nunca dijo a Israel, "para

presentaros sin mancha delante de su gloria."

Sin duda está más acorde con la humanidad el afirmar que uno no

asume un lugar más elevado en el propósito de Dios que el que le fue

señalado a los santos del Antiguo Testamento. Pero ninguno de éstos

es de acuerdo con la elección del hombre. Es un asunto del

inalterable plan de Dios que ha sido revelado. Dios de este modo

enfatiza la diferencia entre Israel y la Iglesia que, al recibir dentro de

la Iglesia a los judíos al lado de los gentiles, El no reconoce

cualidades específicas superiores en los judíos sobre los gentiles, sino

que declara: "no hay diferencia" (comp. Ro.3:9 y 10: 12). Con todo,

si los judíos estuviesen ya sobre una base cristiana, sería un

procedimiento más irrazonable el bajarlo al nivel de la posición del

gentil sólo para exaltarlo de nuevo a su posición original. AUnque en

la era judaica ese pueblo tenía relaciones de pacto con Jehová, no se

puede demostrar que ellos estuviesen en ningún sentido sobre una

base cristiana. La regeneración es, en efecto una necesidad tanto para

judíos como para gentiles. Sin esto ni aun Nicodemo podría haber

visto el reino de Dios.

11. COMUNICACION DE LA VIDA

En la estupenda tarea de preparar y de seleccionar seres terrenales

y caídos para la compañía del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

-:-hasta hacerlos una Esposa apropiada para el Cordero- en el cielo

mismo, en gloria, participantes de la naturaleza divina al impartirles

la misma vida de Dios, es uno de los más importantes aspectos de la

empresa de la transformación de un pecador. El hecho de recibir la

naturaleza divina significa que la persona que ha sido bendecida de

este modo ha nacido de Dios. Dios ha llegado a ser su legítimo Padre

y él, hijo legítimo del Padre. Este es un cambio tan radical y tan

completo que así se ha efectuado el paso de un orden a otro distinto.

En este gran cambio eventualmente la naturaleza adámica será

destruida, y el ego, como una entidad aparte representará nada

menos que el hecho estupendo de ser un hijo de Dios y un miembro

legal de la familia y la casa de Dios. El salvo ha llegado a ser

precisamente lo que su nueva posición en la gloria requiere que él sea.

La metamorfosis básica que se produce mediante el nuevo

nacimiento -la obra generadora del Espíritu Santo- aunque todos

940 NEUMATOLOGIA

los que ahora son realmente salvos han entrado, al querer darle la

debida consideración, la han malentendido casi totalmente. El

concepto de que la regeneración del Espíritu. Santo es una influencia

indefinida para hacer el bien en la vida presente de los individuos,

está muy por debajo del concepto establecido por el Nuevo

Testamento. Allí se enseña que un nuevo y eterno orden de seres es

creado con el nuevo nacimiento, ya sea que se comprenda o no, este

es el carácter básico y distintivo del cristiano. La vida de Dios que es

eterna, la cual es Cristo mismo, ha sido impartida tan definitivamente

como el aliento de la vida natural fue impartido por Dios en Adán en

la primera creación. A lo menos ochenta y cinco pasajes del Nuevo

Testamento declaran que un cristiano es una persona cambiada en

virtud del hecho de haber recibido la misma vida de Dios. Por infinito

amor el Hijo de Dios fue dado por el Padre para que los pecadores no

se pierdan sino que tengan vida eterna (Jn.3: 16). Cristo dijo: "Yo

soy el camino y la verdad y la vida" (Jn.l4:6) y "Yo he venido para

que tengan vida" (Jn.l 0: 1 0). De la misma manera, "la dádiva de Dios

es vida eterna" (Ro.3:23). Se dice que esa vida impartida "es Cristo

en vosotros la esperanza de gloria" (Col.l :27). Aunque se

reconociera cierta leve evidencia de este gran cambio mientras

estamos en este mundo, la experiencia del orbe entero en cuanto a la

naturaleza divina "espera la manifestación de los hijos de Dios."

Algunas evidencias presentes de la vida de Dios que mora en el

corazón bien pueden ser notadas.

l. EL CONOCIMIENTO DE DIOS. Con una conciencia definida

de Su realidad el creyente puede decir de corazón, "Abba, Padre."

Un reconocimiento tal de Dios como Padre es operado por Cristo en

el corazón. Acerca de esto dice El, "Todas las cosas me fueron

entregadas de mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre; ni al

Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera

revelar. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que

Yo os haré descansar" (Mt.ll: 27 ,28). El descanso prometido aquí es

el del alma y es el resultado de llegar a conocer a Dios como Padre.

Es una cosa saber acerca de Dios, pero cosa enteramente distinta es

conocer a Dios. De acuerdo a esta interpretación es posible llegar a

conocer al Padre por los oficios de la gracia y la obra efectiva del

Hijo, y ningún alma jamás ha llegado a encontrar verdadero descanso

aparte de esta intimidad con Dios.

2. UNA NUEVA REALIDAD EN LA ORACION. La oración es

comunión con Dios basada en la confianza nacida del éOrlodmlentó

de Dios. No es natural el hablarle a un desconocido e inconocible

éOiii()sucede con el inconverso cuando trata de orar; pero cuando

Dios es reconocido y real al corazón hay precisión en cada forma de

LA REGENERACION Y EL ESPIRITO SANTO 941

oración, y entonces, como en ningún otro tiempo o bajo ninguna

otra circunstancia, el alma gue ora encuentra reposo.

3. UNA NUEVA. REALIDAD AL LEER LA P ÁLABRA DE DIOS.

La Palabra de Dios, es alimento sólo para los que han recibido la

naturaleza divina. Como niño recién nacido clama por alimento, así

un cristiano normal desea la Palabra de Dios. Esa Palabra es "leche"

para los tales cuando son "nenes" y "vianda sólida" para los que

tienen preparado el corazón para recibirla.

4. RECONOCIMIENTO DE LA FAMILIA DE DIOS. San Juan

pone a la cabeza de las pruebas de la que más se puede depender para

conocer si una persona es o no hija de Dios. Dice él: "Nosotros

sabemos que hemos pasado de muerte a vida en que amamos a los

hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte" ( 1

Jn.3: 14). Los cristianos naturalmente se deleitan en la comunión de

los salvos. El amor para ellos se manifestará en un sacrificio de amor

hacia ellos. Esto no es amor humano, sino una obra externa del amor

de Dios derramado en los corazones de los creyentes por el Espíritu

que nos habita (Ro. S: 5). En el mismo contexto del pasaje arriba

citado Juan afirma: "En esto hemos conocido el amor, en que El

puso Su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras

vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a

su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo

mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni

de lengua, sino de hecho y en verdad" (1 Jn.3: 16-18).

5. UNA DIVINA COMP AS ION POR EL MUNDO PERDIDO. Los

objetos del amor divino no cambian con respecto a su identidad aun

cuando ese amor es reproducido en, o a través del cristiano. Por

tanto, él amará a todo lo que Dios ama. Esto es realmente un campo

extenso de contemplación. Sobre todo, el amor de Dios para un

mundo perdido -ese amor que no escatimó el dar a Su propio Hijoobrará en el hijo de Dios como una incesante carga a favor de

perdidos. Esto constituye un sufrimiento en compañía de Cristo, y

en ello hay grande galardón. "Si sufrimos con El, también reinaremos

con El."

Todas estas experiencias que han sido indicadas naturalmente son

la expresión de la nueva naturaleza divina; pero como toda

experiencia cristiana, puede ser estorbada y no cumplirse debido a

una condición espiritual que se ha permitido existir en el corazón del

creyente. Si el Espíritu morador que reproduce a Cristo en el

creyente es contristado, no se manifestará el poder de Su presencia.

En este punto, se reconocería el peligro al juzgar a cualquiera de

acuerdo a esa experiencia o conducta. Aun cuando cada experiencia

normal se experimente en esta vida, la que espera al creyente el día

942 NEUMATOLOGIA

de la manifestación de Cristo es infinitamente ilimitada.

III. ADQUISICION DE LA NATURALEZA DIVINA

El hecho básico de haber recibido una nueva y divina naturaleza es

de tal carácter que al punto debe reconocerse como un cambio que

sólo Dios puede efectuar. El esfuerzo humano es totalmente extrañ.o

a la empresa. ¿Dónde empezaría Nicodemo si hubiera intentado la

realización de su propio nuevo nacimiento? Que sólo lo que es

nacido del Espíritu espíritu es. Intimamente vinculado al don de la

vida eterna está el impartimiento de la naturaleza divina.

Probablemente no se pueden trazar distinciones entre ellos. Con eso

el hijo de Dios al recibir estas realidades, entra en una carrera o a un

reino de relaciones que pertenecen a otro orden de existencia. En

verdad, es la más elevada forma de existencia -la vasta realidad y

eternidad de Dios. No hay comparación posible entre la posesión de

la naturaleza humana y la adquisición de la naturaleza divina. La

distinción fundamental, más allá del de su disimilitud con respecto a

sus caracteres inherentes, está el hecho de que una tiene principio

aunque no tiene fin, mientras que la otra, estando relacionada con

Dios, puede no tener ni principio ni fin. Con relación a conciencia de

sí misma la naturaleza humana ahora es una realidad activa en varios

grados; pero la consciente experiencia de la naturaleza divina, aunque

es algo que se posee en su plenitud, espera el tiempo en que ha de

entrar en la vida y morada celestiales. El aumento del conocimiento

experimental que desaparecerá de sobre los hijos de Dios al ser

trasladados de la tierra al cielo, cuando pasen de la forma de

existencia en el tiempo a una existencia eterna, cuando "el poder de

una vida indisoluble" sustituya a todas las limitaciones humanas, es

demasiado grande para poderlo comprender en esta vida. En esta

esfera humana los hombres están afectados por prejuicios, opiniones

y falsas estimaciones que constituyen sólo una sombra de la verdad.

En la posición de la esfera futura se verán todas las cosas, y entonces

no sólo como una información adicional que pueda ensanchar la

capacidad humana para entender, sino como Dios las ve, como Ellas

entiende. Es entonces cuando el salvo conocerá aun como él también

es conocido (1 Co.13: 12); esto es, él conocerá como Dios lo conoce

ahora. La frase conoceré como soy conocido debe referirse al

presente conocimiento de Dios. Por el poder habilitador del Espíritu

Santo alguna medida de la experiencia del amor divino, gozo divino,

y de la paz divina aún futuras, pueden estar seguras en la actualidad.

Así de modo semejante, la sabiduría de Dios y especialmente esa

parte que El ha hecho que se escribiera en la Biblia pueden haber

LA REGENERACION Y EL ESPIRITU SANTO 943

penetrado por medio del mismo Espíritu. Pero cuando se entre a la

esfera celestial se habrá entrado al inquebrantable e indisminuible

amor, gozo y paz divinos y a un mayor entendimiento que en cierto

grado es comparable al de Dios mismo. Todo esto surgirá de la

posesión de la misma naturaleza de Dios y que será tan ilimitado,

dentro de los límites finitos, como lo es Dios. Esta es la base del

compañerismo de los santos con Dios y de los unos con los otros.

Nada puede esconderse y nada puede ser malentendido. Los motivos

serán tan puros como Dios es puro y aun la historia de los pecados en

la tierra, fracasos y dudas, se verán únicamente en esa forma

retrospectiva y en la comprensión que pertenecen sólo a Dios. La

vida cristiana en gloria en todo su alcance será en el molde y a la

medida de lo que ahora se considera sobrenatural, como decir, la

experiencia de la plenitud de la naturaleza divina. Los salvos habrán

de adaptarse a la esfera de Dios.

IV. INTRODUCCION A LA FAMILIA Y CASA DE DIOS

No hay relación terrena que una tanto a los miembros de la raza

humana como lo hace la familia, y así este reino humano es la mejor

ilustración asequible de la asociación celestial de los creyentes.

Aparecen tanto el hecho de la relación de Padre e hijo como el de la

fraternidad. Como se indica arriba, la paternidad de Dios se debe al

hecho absoluto de ser engendrados por Dios; aunque como en el caso

del nacimiento de Cristo, el engendramiento es operado por la

Tercera Persona, universalmente todavía se refieren a la Primera

Persona como el Padre de todos los creyentes. El introducir a un

individuo dentro de la familia y la casa de Dios no es una mera

adopción, aunque un creyente es adoptado en el sentido de cuando

nace de Dios como Su hijo en seguida alcanza la posición de un hijo

adulto, con todos los privilegios y responsabilidades que acompañan

a la completa madurez. La práctica humana de la adopción, que

meramente establece responsabilidad legal sobre un niño extraño, no

le imparte la naturaleza paternal y no crea una verdadera unidad con

el nuevo padre. En las relaciones humanas, así mismo, un padre

puede repudiar a su hijo y retirar toda responsabilidad hacia su hijo

mediante una acción legal, aunque no puede evitar la semejanza con

él en apariencia física, en disposición o en características

sobresalientes. En otras palabras, la naturaleza básica que se imparte

al engendrarlo no puede extinguirse. Aun en las esferas humanas, del

mismo modo como no se pueden extinguir en el plan divino. Una vez

hijo de Dios, para siempre hijo de Dios, es una verdad enseñada no

sólo en la Escritura, sino sostenida por cada experiencia filial

944 NEUMATOLOGIA

conocida ya sea aquí en la tierra como en el cielo.

La familia y la casa de Dios están compuestas por la verdadera y

legítima descendencia de Dios. Tal relación ni aun se insinúa entre

Jehová y los israelitas. La nación de Israel en su totalidad es

comparada a un hijo, pero enteramente como una expresión que

describe el cuidado que Dios tiene de ellos. El llamar hijo a una

nación está muy lejos de el engendrar a individuos para una eterna e

inalterable descendencia de Dios. El ser miembro de la casa y familia

de Dios implica idoneidad para tal posición. Por un breve tiempo -el

período de la vida cristiana sobre la tierra después de su salvación- el

Padre trata con las imperfecciones de Sus hijos y les administra la

disciplina debida; pero en la realidad eterna que sigue los miembros

de Su familia demostrarán por los siglos sin fin cómo los salvos han

sido hechos "aptos para participar de la suerte de los santos en luz"

(Col.l: 12).

V. LA PARTE DE LA HERENCIA DE UN HIJO

Basado en la realidad de la filialidad a través del poder generador

del Espíritu Santo está el hecho inevitable de la posesión de la parte

del hijo. La magnitud de la participación la indica el Apóstol al

afirmar: "El mismo Espíritu testifica a nuestro espíritu que somos

hijos de Dios; y si hijos, también herederos; herederos de Dios y

coherederos con Cristo" (Ro.8: 16,17). Aquí está a la vista la eterna

filialidad de Cristo y el derecho a la herencia en la que están incluidos

todos los tesoros del universo, todos los 1fA:I¡pwJla de sabiduría y en

la infinita autoridad y poder, los recientemente constituidos hijos son

hechos "coherederos con Cristo." En tanto que el creyente es

retenido en el mundo como un testigo, no se puede más que hacer

poco uso de estas riquezas celestiales. Estas pertenecen a otro reino,

y el disfrute de su gozo espera el tiempo de la entrada a la esfera a la

que pertenecen estas riquezas.

VI. PROPOSITO DE DIOS PARA SU ETERNA GLORIA

Más subyugante y consoladora es la verdad revelada de que todo lo

que entra en la constitución de un cristiano, lo que él es y lo que ha

de ser en gloria es obra de Dios. El Apóstol declara: "Porque somos

hechura Suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, ordenadas

por Dios para que anduvésemos en ellas" (Ef.2: 1 0). Por lo tanto,

toda incertidumbre en cuanto a los resultados finales de la

regeneración para siempre es descontada. Las varias experiencias de la

vida pueden presentar problemas inmediatos; pero los factores

LA REGENERACION Y EL ESPIRITU SANTO 945

esenciales de la salvación, preservación y eterna gloria son

perfeccionados por El, y nunca se hacen depender del éxito,

realización o méritos humanos. El cristiano aprende después de ser

salvo -no antes- que ha sido "escogido en El (en Cristo) antes de la

constitución del mundo," que en el debido tiempo y sólo por el

poder de Dios él entró en relación con Dios de uno que es salvado

sobre el principio de gracia, y que por el mismo poder divino él

aparecerá en gloria, todo por la inmutable fidelidad de Dios.

En cuanto a los creyentes, está escrito: "Estando cierto de esto,

que el que principió en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta

el día de Su venida" (Fil. 1 :6). Ha de ser muy significativa la

descripción de un creyente que "conforme al propósito es llamado"

(Ro.8: 28). Ese propósito de Dios está definido en el contexto que

dice: "Porque a los que antes conoció a éstos también predestinó

para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo, para que

El sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que

predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó a éstos también

justificó; y a los que justificó a éstos también glorificó" (vs. 29,30).

"Para ser conformados a la imagen de su Hijo" indica que la filialidad

divina ha de realizarse en la parte del que es salvo -filialidad

modelada según la misma imagen del Hijo de Dios.

Nunca la palabra de Dios jamás reveló un estado y destino más alto

que éste; pero todavía se agrega "para que El sea el primogénito entre

muchos hermanos." Cristo realmente será el Primogénito en cuanto a

tiempo y carácter; La Fuente de todo lo que comprende la eterna

realidad y gloria del cristiano; pero el énfasis aquí indicado es más

bien sobre el hecho de que todos los que así son salvos son Sus

hermanos, siendo engendrados por Dios como tales y constituidos

real e inmutablemente en hijos de Dios. Se supone muy a menudo

que Cristo vino al mundo para que los hombres tengan un nuevo

ideal para la vida diaria, un ejemplo de un carácter exaltado, o una

nueva regla de conducta. Cuando Cristo dice, no obstante: "El ladrón

no viene sino para robar, y matar y destruir; Yo he venido para que

tengan vida y para que la tengan en abundancia" (Jn.lO: lO)- es sólo

uno de entre como 85 pasajes en relación con este factor importante

en la nueva personalidad del cristiano- El hablaba de la vida

impartida que ningún ser humano había jamás recibido o poseído

aparte del poder regenerador del Espíritu Santo. Con toda razón Dios

apela al salvo para que viva la vida diaria de acuerdo con el sublime

llamamiento de Cristo; pero la necesidad de una vida santa nunca

debe estar separada de la dádiva de Dios que es la vida eterna en

Cristo Jesús (Ro.6: 23). La posesión de la vida eterna crea el

verdadero motivo para una vida santa; ciertamente, una vida santa

946 NEUMATOLOGIA

jamás impartirá vida divina o un sustituto del nuevo nacimiento por

el Espíritu. Una vida diaria loable representa la eterna provisión de

Dios para el hombre que El se propuso crear en Cristo Jesús.

Partiendo de esta sublime verdad la mente espiritual avanza hacia la

contemplación del hecho de que el propósito divino, como todas las

obras de Dios, también será así realizado y perfeccionado hasta el

infinito para que Dios sea satisfecho y sea glorificado por él. De este

modo se llega propiamente a la conclusión que la salvación desde el

principio en los eternos consejos de Dios, aquí por medio de la

provisión y el ejercicio de la gracia redentora, y de allí hasta la

consumación en gloria, es ejecutada por Dios únicamente y siempre

con el mismo propósito a la vista, esto es, que redunde en su eterna

gloria. De esta manera El será ciertamente glorificado.

VIL EL FUNDAMENTO DE LA FE

La razón sola aclararía la verdad que, siendo que la salvación es

efectuada por Dios, el individuo que se preocupa por ser salvo no

puede alcanzarla por otro medio aparte de la fe sencilla. Todos los

aspecto. qe la salvación ya completos, en tiempo pasado, libres del

castigo dt-. 'r;ado; en tiempo presente, libres del poder del pecado ;y

en tiempo futuro, libres de la presencia del pec~do, requieren la

dependencia de Dios. Las grandes realidades, como el perdón el don

de la vida eterna y el don de la justicia que es la base de la

justificación (Ro.3:22,26; 4:5; 10:4), son la porción de los que no

hacen otra cosa más que creer en Jesús como Salvador. Bastarán aquí

dos pasajes relacionados con esta verdad esencial: (a) Juan 1: 12,13:

"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, les

dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son

engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de

varón, sino de Dios." Es a los que reciben a Gristo, o creen en El que

tienen derecho tanto para llegar a ser como para ser los hijos de Dios

por concesión divina. Esto significa que la respuesta de Dios a la fe de

una persona en Cristo es tal, que por el poder de Dios él es nacido ge

lo alto y así llega a ser Su verdadero hijo. El conocimiento del

"'v Salvador, sobre uien debe descansar la fe se obfiene por medio de la

Palabra de Dios, revelado por el Espíritu. De aquí el que risto dijera

que los tales son nacidos de la Palabra, que es simbolizada por el

agua, el Espíritu (Jn.3: 5), y el Apóstol declara: "No por obras de

justicia que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia nos

salvó, por el lavacro de la regeneración y de la renovación del

Espíritu Santo" (Tit.3:5). (b) Juan 3:16: "Porque de tal manera amó

LA REGENERACION Y EL ESPIRITU SANTO 94 7

Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel

que en El cree no se pierda, sino que tenga vida eterna." ¿Qué

declaración podría ser más directa y conclusiva que ésta? Se afirma

que cualquiera que "en El cree no se pierda más tenga vida e tero a."

~sí que sin excepcióii"""todo lo que entra en la salvación, incluyengo

la dádiva de la vida eterna, depende del único requerimiento de creer

en...el Salvador.

En el libro del Dr. Juan F. Walvoord citado previamente se incluye

un excelente estudio de la doctrina de la regeneración. Siendo que

esto está bien establecido y desde que el tema es de tan vital

importancia, aunque estas páginas son extensas, las reproducimos

aquí:

"En su introducción el Dr. Walvoord afirma: 'Pocas doctrinas son más

fundamentales para la predicación efectiva que la doctrina de la regeneración. No

poder comprender su naturaleza ni entender claramente su necesidad impedirá la

eficacia de la predicación del Evangelio. Tanto para el maestro bíbfu::a.l:.omo para

el evangelista, es indispensable un conocimiento apropiado de la doctrina de la

regeneración. El concepto bíblico de la regeneración es comparativamente

sencillo, y no es necesario un estudio de su historia teológica para una adecuada

predicación. La historia de la doctrina, sin embargo, revela sus peligros naturales

y puede advertir al incauto de los peligros de una somera comprensión de esta

doctrina. La doctrina de la regeneración ofrece una rica recompensa a los que

contemplan sus tesoros y viven a la luz de sus realidades" (The Doctrine of the

Holy 3pirit, p. 140).

Sobre el significado de la regeneración el Dr. Walvoord escribe:

"La palabra regeneración se encuentra sólo <tes yeces en el Nuevo Testamento

(Mt.19:28; Tit.3:5), pero se ha apropiado como el término general para designar

la impartición de la vida eterna. De los dos ejemplos del Nuevo Testamento sólo

uña vez se usa en este sentido (Tit.3: 5), en donde se refiere al 'lavamiento de la

regeneración y renovación del Espíritu Santo.' La palabra griega rra'Atyyeveaía

es apropiadamente traducida 'nuevo nacimiento, reproducción. renovarjón,

re-creación' (Thayer). Se aplica no sÓlo a seres humanos, sino también a los

cielos nuevos y tierra nueva del milenio (Mt.19: 28). En relación a la naturaleza

del hombre, incluye las varias expresiones usadas para vida eterna tales como

nuevo nacimiento. resurrección espiritual. nueva creacjón mente nueva 'hecho

tlvir,' hijos de Dios y trasladados al reiuo. En lenguajes sencillo, ta regeneración

consiste en todo lo que representa la vida eterna en el ser humano. El uso

teológico de la palabra regeneración ha tendido a confundir más bien que a

enriquecer la palabra. Otras palabras tales corno conversión, justificación y

santificación, han sido ya identificadas con o bien incluidas en el conce to de

regenerac10n. os teologos católico-romanos han considerado la regeneración

como inclusiva de todo lo que la salvación abarca, no sólo justificación y

santificación, pero aún glorificación. Se toma la re eneración r · cluir los

medios, el acto, el proceso y la conc usión final de la salvación. Los teólogos

protestantes han sido más cautos en extender el significado de la regeneración.

Los primeros teólogos luteranos usaron la regeneración para incluir todo el

948 NEUMATOLOGIA

proceso por el que un pecador pasó de su estado de perdición al de salvación,

incluyendo la justificación. Más tarde los luteranos intentaron clarificar ja

doctrina sosteniendo que la justificación no incluía una t' ·' · ,

exc u yen o con eso la santificación de la doctrina de la re eneración. La Iglesia

uterana s1gue sostemen o que los infantes son regenerados al momento de ser

bautizados con agua, no obstante, afirman al mismo tiempo que esta

regeneración significa solamente su entrada a la iglesia visible, no su verdadera

salvación. Entonces la regeneración viene a ser meramente una obra preparatoria

para la salvación. Sobre el tema de la regeneración infantil el teólogo luterano

Valentine, escribe: '¿Se puede decir que el niño es regenerado por el acto del

bautismo? Podemos contestar apropiadamente que Sí; pero únicamente en el

sentido de la relación vital y gracia conducente establecida, bajo la gracia

imputada y el Espíritu Santo, se puede decir para tomar, en sus provisiones y

fuerzas, el desarrollo final del pacto.' (Christian Theology, Vol. 11, pgs.

229,230). Valentine objeta, sin embargo, a la afirmación de que el bautismo

regenera a los niños. En otra parte Valentine escribe: 'La justificación precede A

l e eneración y la santificaíón' (lb., p. 237). Es claro que la teología luterana

no usa el termmo en su sen 1 o 1 co de impartición de vida eterna. Con todo,

la teología luterana excluye la santificación de la doctrina de la regeneración.

Los teólogos reformados también han fallado en ser consistentes, y han

compartido en gran parte los errores abrazados por otros. Durante el siglo XVII,

la conversión se tenía generalmente como sinónimo de regeneración ... Este uso

iiJloraba, no obstante. un hecho más importante: que la conversión es el acto'"

~.!!!,mano y la regeneración es una obra de Dios. Más adelante, la conversión,

aunque usualmente relacionada con la regeneración no siempre es así, como se

demuestra en conexión con el arrepentimiento y restauración de Pedro

(Lc.22: 32) como lo había profetizado Cristo. Aún Calvino falló en hacer una

distinción apropiada entre regeneración y conversión. Ch Hodge, no

obstante, u e efectivamente la necesa · ·' el ·

estos términos (Systematic Theology, Vol. III. pgs. 3-5). Shedd concuerda con

Hodge y cita los contrastes siguientes: 'Re eneración en efecto es u t ;

conver ión es una activ' · ·' ar i e a la vida,

conve ·' n es la volución manifestación de la vida. . Re eneración es

otalmente un acta de Dios. conversjon es enteramente una actjyjda<ljel

hombre. Regeneración es una causa· conversión es un efecto. La re eneració es

instan anea; a convers10n es continua' fDogmatic Theolagy vol JI p 494).

Por el último siglo, los teólogos reformados se han puesto de acuerdo en que la

regeneración es propiamente el acto de la comunicación de la vida eterna .. Como

lo afirma Charles Hodge: 'Por un consenso casi universal la palabra designa, no

la obra de la santificación en su totalidad, ni los primeros estados de la obra

comprendidos en la conversión, mucho menos la justificación o algún mero

cambio de estado externo, sino el cambio instantáneo de muerte es iritual 'da

espiritual' (Op. cit., Vol. III p . En un estudio de la doctrina de la

regeneración, entonces el investigador está interesado únicamente en el aspecto

de la salvación relacionado con el impartimiento de la vida eterna. Otras obras

importantes que pueden acompañarla, sea antes o inmediatamente después,

deben ser consideradas como obras distintas de Dios" (lbd., pgs. 140-43)~

Así también, acerca de la regeneración como un acto del Espíritu

Santo, el Dr. Walvoord declara:

LA REGENERACION Y EL ESPIRITU SANTO 949

"La regeneración por su naturaleza es únicamente una obra diviPa. Mientras

alguñas veces constderada como un resultado, cada ejemplo asume o afirma que

el acto de la regeneración era una obra de Dios. Un buen número de pasajes

importantes sustentan el tema de la regeneración, Un.J·J3; 3· 3-7· 5·21;

Ro.6: 13; 2 Co.5: 17; Ef.2: 5,1 O; 4: 24; Tit.3: 5· St · St .1:18 · 1 P 2: 9). Se sostiene

exp ICl amen e que e! regenera o es 'nacido, no de sangre, ni de voluntad de

carne, ni de voluntad e v 6 ' · ' · 3). La regeneración es

com ara a a a resurrección la ue or su naturalez nterame s

Jn.5: 21; Ro.6: 13; Ef.2: 5). En otras ocasiones se declara que la regeneración es

un acto creativo, la naturaleza de la cual da por sentado que es un acto de Dios

(Ef.2:10; 4:24; 2 Co.5:17). Se puede ver claramente, entonces, que la

re ener ·• · e revelada como una obra e Dios e·ecutada Su ódei- so renatural aparte de cualquier otra agencia. La obra de la regeneración se

atribuye propiamente al Espíritu Santo. Como obra de la gracia eficaz la

regeneración se atribuye a Dios a menudo sin distingo de personas, y en algunos

casos se atribuye al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo separadamente. Se declara

que la Primera Persona es la fuente a lo menos en una ocasión (Stg.l: 17, 18).

Cristo mismo está relacionado con la regeneración varias veces en la Escritura

(Jn.5:2; 2 Co.5:17; 1 Jn.5:12). Otra vez se declara que el Espíritu Santo es el

agente de la regeneración (Jn. 3:5-7; Tit. 3:5). Como en otras grandes empresas

de la Deidad, cada Persona tiene una parte importante en armonía con Su única

esencia. Como en caso del nacimiento de Cristo, cuando todas las Personas de la

Deidad estuvieron relacionadas con la concepción de Cristo, así en el nuevo

nacimiento del · v· 1 c~e ente la

egunda Persona imparte Su propia vida eterna ( 1 Jn.S: f2). y el Espíritu Santo,

la 'Tercera Persona, actúa como el agente eficiente de la regeneración. La obra de la regeneración puede asignarse al Espíritu Santo tan definitivamente como la

obra de la salvación puede asignarse a Cristo."-Ibid., pgs. 143,144.

Sobre la importante verdad de que la vida eterna es impartida por

la regeneración, el mismo escritor afirma:

"Como la palabra misma implica, el pensamiento central en la doctrina de la

regeneración es que la vj.!!a eterna es impartida. La regeneración encuentra la

necesidad creada por la presencia de la muerte espiritual. El método seguido por

la comunicación es, por supuesto, inescrutable. No hay un método visible o

proceso discernible. Por su naturaleza es sobrenatural y por lo tanto, su

explicación está más allá del alcance humano. Las Escrituras, al presentar la

comunicación de la vida eterna, usan tres fj¡:uras para describirla. La ~AS

regeneración algunas veces es presentada eñ:""la figura del nuevo nacimiento.

Como Cristo le dijo a Nicodemo: 'No te maravilles de que te dije: os es

necesario nacer de nuevo' (Jn.3:7). En contraste al nacimiento natural de

parentesco humano, uno tiene que nacer 'de Dios' (Jn.l: 13) a fin de llegar a ser

un hijo de Dios. De acuerdo a Santiago 1: 18, 'El de Su voluntad nos ha

engendrado por la Palabra de verdad, para que seamos primicias de sus

criaturas.' La figura es elocuente al describir la íntima relación de los hijos de

Dios a Su Padre celestial y al relacionar la clase de vida que recibe el creyente en

Cristo con la vida eterna que es en Dios. En la Escritura frecuentemente es

relacionada la re eneración a la res e ·' - · · u al. De los cristianos se dice

ue son 'vivos de entre los muertos' (Ro.6: 13), 'aun estando nosotros muertos

en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo' (Ef.2: 5). Cristo mismo dijo:

950 NEUMATOLOGIA

Otra vez, que la regeneración se lleva a cabo por agentes, lo

expresa el Dr. Walvoord, como sigue:

"La teología reformada se ha opuesto definitivamente a la introducción de

algunos medios en la ejecución del acto divino de la regeneración. La cuestión de

si los medios se usan para efectuar la regeneración es determinada en gran parte

por la actitud asumida hacia la gracia eficaz. Los teólogos pelagianos y

arminianos, sosteniendo como lo hacen, la cooperación de la voluntad humana y

la parcial habilidad de la voluntad a través de la gracia común, o poderes

naturales, en cierto grado reconocen la presencia de medios en la obra de la

regeneración. Si es reconocida la incapacidad total del hombre y creída la

doctrina de la gracia eficaz, se sigue naturalmente, que la regeneración es

efectuada aparte de medios. Los teólogos reformados en armonía con su

doctrina de la gracia eficaz han sostenido que la voluntad humana en sí misma es

inefectiva en producir cambjo alguno que acompañe en la salvación del alma.

COmo relacionada a la fe, la voluntad humana uede actuar por medio de la gracia

e 1caz. a vo u a u te de aci e icaz al

escuchar e Evangelio. E~acto ~-~a regeneración, no obstante, la volun.tad

LA REGENERACION Y EL ESPIRITU SANTO 951

humana es enteramente pasiva. No hay cooperación posible. La naturaleza de la

obra de la regeneración excluye cualquiera posible asistencia humana. Lo mismo

que un niño en su nacimiento natural es concebido y nace sin volición alguna de

su parte, así el hijo de Dios recibe el nuevo nacimiento aparte de cualquiera

volición de sí mismo. Por supuesto, en el nuevo nacimiento la voluntad humana

no se opone a la regeneración y quiere creer oor gracia divina, pero este acto en

si mismo no produce el nuevo · ·ento. Como en la resurrección del cuerpo

liumano e muerte física, el cuerpo en ningún sentido ayuda en la obra de la

resurrección, así en la regeneración la voluntad humana es enteramente pasiva.

No es que la voluntad del hombre sea descartada o ue desista de la voluntad de

creer. as ten es que regenera'cion es la obra de Dios en un corazón creyente.

Todos los otros medios son igualmente excluidos en la obra de la regeneración.

Mientras la regeneración a menudo es precedida por distintos antecedentes tales

como la obra de la común gracia, e influencias que la acompañan, éstas deben ser

rigurosamente distinguidas de la regeneración. Aun la obra de la gracia eficaz,

aunque simultánea con la regeneración, e indispensable para ella, en sí misma la

produce la regeneración. La gracia eficaz sólo hace posible y segura la

regeneración. pta, en su misma naturaleza es instantánea, un acta inmediato de

Dios, y en la naturaleza de un acto instantáneo no hay medios posibles. El hecho

de que la regeneración es consistentemente revelada como un acto divino y la

doctrina bíblica de la gracia eficaz son evidencias suficientes para excluir la

posibilidad del uso de medios para efectuar la regeneración." -/bid., pgs.

145-47.

De gran importancia, especialmente para todo esfuerzo /

evangelístico, es la palabra del Dr. Walvoord con respecto-e.I carácter .

no experimental de la regeneración, cuyo texto es como sigue:

952 NEUMATOLOGIA

r~seneración que sólo Ojos puede efectuar.

La naturaleza no experimental de la regeneración también ha abierto la

puerta, desafortunadamente, a la enseñanza de la regeneración infantil como

sostiene la Iglesia Luterana. Se arguye que si la regeneración no es experimental,

no hay razón sólida por qué los infantes no puedan ser regenerados. Aun Shedd

aprueba la idea de la regeneración infantil basado en que la regeneración no es

experimental, en la siguiente declaración: 'La regeneración es una obra divina en

el alma humana que está consciente de sí misma. No causa ninguna sensación

interna. Nadie ·amás ha sentido el acto instantáneo del Es iritu ual

él ha sido echo una nueva cna ura en nsto Jesús. Y siendo que la obra es sólo

de Dios, no es necesario que el hombre sea consciente de ella. Este hecho pone a

los infantes y a los adultos sobre el mismo terreno, y hace la regeneración de los

infantes tan posible como la de los adultos. La regeneración infantil es enseñada

en las Escrituras. Lucas 1: 15: '. . . y será lleno del Espíritu Santo aun desde el

vientre de su madre'; Lucas 8:15,16: 'Dejad a los niños venir a mí; porque de

los tales es el reino de Dios' ; Hechos 2:39: 'La promesa es para vosotros y para

vuestros hijos' ; 1 Corintios 7: 14: 'Ahora vuestros hijos son santos.' La

regeneración también es enseñada simbólicamente. (a) Por la circuncisión en el

Antiguo Testamento. (b) Por el bautismo de niños en el Nuevo Testamento' !Op.

cjt, Vol. 11, p~. SQS, 506). Es muy dudoso que algunos de los textos citados por

Shedd prueben realmente la regeneración infantil. Mientras por una parte es

cierto que muchos cristianos nunca han sabido de una crisis como experiencia

del acto del nuevo nacimiento que pudiera describir, no hay determinadas

garantías escriturales que afirmen la regeneración infantil, a lo menos en la

presente dispensación. La pauta normal de la re¡eneración es gue ocurre al

~momento de ejercerse lal'e salvadora. No hay ninguna ape}ación dirigida jam᧠a

hombre alguno a que debe creer porque ya ha sido regenerado. Por el contrario, ei gue deben creer Para recibir yida eterna. Se ha dicho definitivamente en

cuanto a los creyentes que antes de creer en Cristo estaban 'muertos en delitos y

pecados' (Ef.2: 1). El caso de los que mueren antes de llegar a la edad de

responsabilidad es un problema diferente. Parece ser la posición propia que los

infantes son regenerados al momento de su muerte, no antes; y si ellos llegan a la

madurez, son regenerados al momento de aceptar a Cristo. En efecto, el

bautismo infantil es ineficaz, y la posición de la Iglesia Reformada está en

cpntraste con la de la Luterana en este punto. Si se cree (si es de creerse) la

doctrina de la regeneración infantil confunde tanto la doctrina como despojarla

de todo su carácter decisivo. No podría declararse regenerado a nadie a quien no

pudiera, de la misma manera, estar salvo por todaJa eternidad."- /bid., pgs.

147-149.

Concluyendo su tesis sobre la regeneracwn, el Dr. Walvoord

escribe del efecto de ella, e indica la verdad respecto a una nueva

1\ituraleza, una nueva experiencia y una nueva segurid~d. Al res.Pe"cto

dice: -

"La obra de la regeneración es tremenda en sus aplicaciones. Un alma, muerta

una vez, ha recibido la vida eterna que caracteriza la existencia de Dios. El efecto

de la regeneración es agregado en el hecho de la posesión de la vida eterna. Todos

los otros resultados en el hecho de la regeneración son propiamente una

extensión del hecho de la vida eterna. Mientras que la vida en sí es difícil de

LA REGENERACION Y EL ESPIRITO SANTO 953

definir, y la vida eterna es inmaterial, ciertas cualidades pertenecen a cualquier

regenerado en virtud del hecho de poseer la vida eterna.

En la naturaleza de la vida eterna, e~ primer lu&ar incluye la creación de una

divina naturaleza en la persona regenerada. Sin erradicar la vieja naturaleza con

su capacidad para, y deseo de pecar, la nueva naturaleza tiene en sí el anhelo de

Dios y de Su voluntad. que podríamos esperar que procede de esa vida eterna. La

presencia de la nueva naturaleza constituye un cambio fundamental én la

persom~ que es llamado 'nueva criatura' (2 Co.S: 17; Gá.6: 15) y 'hombre

nuevo' (Ef.4: 24). Un cambio drástico en el modo de vida, en su actitud hacia

Dios las cosas de Dios en los deseos del corazón humano son cosas quese

pueden esperar de uno que recibe la nueva naturaleza. Esta, que es parte .. e a

regeneración, no debe confundirse con la naturaleza sin pecado de Adán antes de

la caída. La naturaleza de Adán era una naturaleza humana sin la experiencia, e

inocente del pecado. No tenía como fuente determinante de su naturaleza la vida

eterna que es otorgada a una persona regenerada. La naturaleza humana de Adán

estaba abierta al pecado y a la tentación, y era accesible al pecado. Es dudoso

que la naturaleza divina otorgada en conexión con la regeneración alguna vez sea

envuelta directamente en el pecado. En tanto, las Escrituras son claras en cuanto

a que una persona regenerada pueda pecar, y peca, la caída se adjudica a la

ni]uraleza pecañjinosa, aun cuando el acto es el de la persona integra. Esto no

debe confundirse con algunas declaraciones tocante a que un cristiano es

impecable e incapaz de pecar.

~ estado de la perfección impecable nunca puede ser alcanzado hasta que la

1\!turaleza humana sea expulsada, y esto se cumple únicamente a través de la

muerte del cuerpo físico o la transformación del cuerpo en el arrebatami::nto de

la Iglesia. Aun la nueva naturaleza. aunque nunca es oñr¡en de pecado, no tiene la

suficiente capacidad para vencer a la vie' turaleza. El poder de la victoria

reSI e en la resencia ·os ue mor e el ere ente. La nueva naturaleza da el

eseo de hacer la voluntad de Dios, el oder de Dios provee la ca acidad para

cum e e ro OSI e la inna e · · a de 1 naturaleza

liumana. La osición de estar en la voluntad de Dios se alcanza cuando la

vOluñ'tad e la nueya naturaleza es plenamente realizada. Vida eterna y nueva

ñaturaleza están unidas inseparablemente, correspondiendo la naturaleza a la

vida que la origina.

Mientras la regeneración en sí no es experimental, ella es la fuente de la

experiencia. Siendo instantáneo el acto de la comunicación de la vida eterna, no

puede ser una experiencia; pero la presencia de la vida eterna después de la

regeneración es la fuente de la nueva experiencia espiritual que debe esperarse.

La nueva vida trae consigo nueva capacidad. La persona que antes de la

regeneración estaba muerta espiritualmente y ciega a la verdad espiritual ahora

llega a estar viva a un nuevo mundo de realidades. Como un ciego al recobrar la

vista contempla por primera vez las perspectivas y las bellezas de los colores, así

el alma renacida contempla la nueva revelación de la verdad espiritual. Por

primera vez él está en capacidad de entender el ministerio de enseñanza del

Espíritu Santo. Ahora está en capacidad de gozar las intimidades de la comunión

con Dios y de la libertad en la oración. Como su vida está bajo el control del

Espíritu Santo, v está en ca acidad de manil 1 fru s íritu,

enteramen x a os para el hombre natural. Su ser entero tiene nuevas

ca~cidades para el gozo y la tristeza el amor, la páz. la dirección y toda la

hueste de realidades del mundo espiritual. Aun cuando la regeneración no es una

experiencia, es sí el fundamento de toda experiencia cristiana. Esto demanda que

la regeneración sea simultánea con la salvación e inseparable de ella, y que la

954 NEUMATOLOGIA

regeneración se manifieste en la experiencia normal de una vida cristiana rendida.

La regeneración que no resulta en una experiencia cnstiana puede ser dudosa.

'-./ Una de las muchas razones de la confusión sobre la doctrina de la

r~eneración es el intento de eyadir la inevitable conclusión de que un alma, uñ~

vez genuinamente re¡enerada, es salva para siempre. La dádiva de la vida eterna

no puede ser revocada. Declara el inmutable proposito de llevar a la gloria a los

regenerados. NuncíLse halla en la Sagrada Escritura el caso de uno gue haya sido

regenerado una segunda :yez. Mientras un cristiano puede perder mucho de la

experiencia cristiana normal por el pecado, necesitando confesión

desesperadamente para lograr la restauración, el hecho de la regeneración no

cambia. En último análisis, las experiencias en esta vida son sólo un precedente

dela magnas experiencias que los creyentes tendrán después de la liberación de

la presencia y de la· tentación del pecado. La regeneración tendrá su final

manifestación cuando la persona regenerada sea completamente santificada y

glorificada. Nuestras experiencias actuales, limitadas como lo son por la

presencia de una naturaleza y un cuerpo pecaminosos, son sólo un retrato parcial

de las glorias de la vida eterna. A través de las experiencias de la vida con todo, el

hecho de la regeneración sería una fuente de constante esperanza y de confianza

permanente "que el que ha principiado la buena obra, la perfeccionará hasta el

día de Jesu-Cristo" (Fil.l:6).-/bid., pgs. 149-151).

CONCLUSION

La regeneración es el paso más esencial en la preparación gue ha de

efe6tuarse si las personas de esta raza caída han de ser tenidas por

dignas de morar en aquellas sublimes esferas y estar allí asociadas con

el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Viene a ser uno de los más

grandes hechos en todo el universo. Su completa grandeza y valor se

vera, no en la tierra o en el tiempo, sino en gloria y por toda la

eternidad.

CAPITULO X

LA MORADA DEL ESPIRITU SANTO

Desde el punto de vista doctrinal o como un fundamento para

toda verdad con respecto a la relación entre el Espíritu Santo y el

creyente en esta dispensación, no hay hecho más caracterizante o

determinante que el de que el Espíritu Santo mora en cada persona

regenerada. El no reconocer la cantidad abrumadora de citas sobre

que se apoya esta distinción de doctrina es no captar uno de los

factores más esenciales en la personalidad del cristü!_no, es concebir al

cristiano como totalmente sin preparación para las grandes y santas

obligaciones que se le han asignado, es abrir la puerta a la

introducción de suposiciones antibtblicas relativas a la santidad

personal, y es crear inexcusables divisiones en el Cuerpo de Cristo.

Ningún estudiante debería pasar sobre este aspecto de la verdad

desapercibidamente. No se puede hacer ningún progreso en el

conociñíiento en cuanto a la relación del Espíritu Santo al creyente

hasta que este aspecto de la doctrina del Espíritu es reconocido y

aceptado como lo declara el Texto Sagrado. Fallar en el

discernimiento de que el Espíritu Santo mora en cada creyente es un

error común y casi univ

generaciones. se error fue promovido en las primeras conferencias

de Keswick y recibido y ensefiado generalmente por toda Gran

Bretafia y América. Sin embargo, expositores americanos de las

últimas dos generaciones han hecho mucho para recobrar esa

importante doctrina de éste y otros conceptos erróneos similares. La

noción de que el Espíritu se recibe como una segunda obra de gracia,

actualmente es defendido por grupos extremistas de la Santidad. En

otras palabras, es comprendido más claramente de lo que fue antes,

de que no puede haber tal cosa como cristianos que no tienen _el

Espíritu Santo morando en ellos. Esta verdad está declarada tan

enfáticamente en el Nuevo Testamento que parece casi imposible que

se hubiera tomado en cuenta cualquier otro punto de vista. Se

recordará que el ministerio del Espíritu Santo como morador en el

creyente, es uno de sus presentes beneficios y no hay que

confundirlo con Su bautismo, Su sello, o Su llenura. Todavía se

hablará más acerca de estas otras obras. Aunque, como se ha

observado, la presencia del Espíritu Santo en el creyente puede no

955

956 NEUMATOLOGIA

estar indicada por alguna experiencia revolucionaria correspondiente,

Su morada es nada menos que uno de los más caracterizantes

aspectos de todos los que constituyen lo que un cristiano es (comp.

Ro.8:8,9). El mismo hecho de la morada del Espíritu Santo viene a

ser, además, una caracterización de la edad. La presente es la

dispensación del Espíritu, un período de tiem o en el ue el Espmtu

anto es el recurso todo suficiente del creyente, así de poder como

de dirección. En esta edad se le indica al cristiano vivir según un

nuevo pnncipio de vida (comp. Ro.6:4). La realización de la

presencia, poder dirección del 1 u · métóOo

e teramente nuevo del diario vivir y está en contraste con el dominio

y autoridad que la Ley Mosaica ejercía sobre Israel en la dispensación

easada. Está escrito en Romanos 7:6: "Mas ahora estamos ~ibres de la

ley, habiendo muerto a aquella en la cual estábamos detenidos, para

que sirvamos en novedad de espíritu y no en vejez de letra." La frase

"en novedad de espíritu" está en contraste con "en vejez de letra."

Estas no se refieren a métodos de espiritualizar o materializar para la

interpretación de la verdad; más bien indican diferentes economías

divinas que caracterizan dos dispensaciones diferentes. La

dispensación pasada está marcada con la letra de la ley, en cuya edad

no se hizo jamás provisión al una para ca acitar 1 hombre. La edad

presente se 1stingue como el eeríodo del Eseíritu moradof,"CüY'a

presencia rovee toda la fuente de oder ara la realización de un

1ario vivir gue glorifique a Dios. Se presenta la misma distinción en

f Corintios 3:6, que dice: "Ei cual así mismo nos hizo ministros

competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu;

porque la letra mata, más el espíritu vivifica." De esta suerte, lejos de

capacitar, la ley era un ministerio de muerte y condenación (comp.

Ro.7:4,6,10,ll). Contra todo esto, el Espíritu morador ahora es una

'[!lente ilimitada que sustenta cada aseecto de la vida hu~

Reconociendo los mismos principios por los que la vida de los

hombres han sido guiadas en dos diferentes dispensaciones, el

Apóstol declara en Gálatas 5: 18: "Pero si sois ¡miados pat., el

Espíritu, po estáis bajo la ley." ~í se puede ver que por causa de la

nueva provisión ase uible a e · i no de e el asta el

mayor a sido equipado con la suficiencia necesaria por la que toga

r~sponsabilidad sobrenatural uede cum lirse lenamente para la

ona e 1os. El cristiano se enfrenta con eroblemas de a.Wste, pero

estos nunca son problemas en cuanto a la adquisición del Espíritu o

de capacitación. El andar por medio del Espíritu Santo es totalmente

una nueva técnica; siendo que a cada hijo de Dios se le ha

comisionado con una vida sobrehumana; no obstante, cada uno, Sin

~cepción, ha recibido el Eseíritu y por lo tanto, cada uno es puesto

LA MORADA DEL ESPIRITU SANTO 957

ante la necesidad de vivir su vida en el poder capacitador del Espíritu, V

sílía de llenar el ideal divino, lo cual es una nueva técnica. -

El hecho de la morada del Espíritu habría de ser reconocido en sus

propios aspectos sin complicaciones. Este ministerio ha de

distinguirse de otros ministerios suyos, aparte de la dependencia que

otros ministerios tienen con respecto a éste. Mas a menudo el

conflicto con respecto a la posesión del Espíritu· surge entre los

creyentes. La llenura depende del ajuste personal, de lo que

trataremos en un capítulo posterior de este volumen; y por causa de

estos ajustes puede manifestarse la debilidad humana y así la

'éiperiencia de la llenura del Espíritu puede no estar seg~ra, mientras

en otros casos la llenura puede caracterizarse como parcial, variable,

o completa. Una llenura imperfecta del Espíritu no es satisfactoria a

Dios, pues El manda a todos los cristianos sin excepción el ser llenos r--

del Espíritu (Ef.S: 18). La posesión del Espíritu, siendo el resultado

de la salvación y asegurada por la fe salvadora, es común a todos los

regenerados por igual. El Espíritu Santo se recibe sólo una vez y

nunca se separa; pero hay tantas llenuras como necesidades surjan. El

Espíritu mora sin producir necesariamente una experiencia· r -

1 enura se dirige al amor, al gozo, la paz y a la plenitud de vida y de

servicio. La posesión del Espíritu por cada cristiano se establece por

revelacion y la razón lo demanda. Ahora en su orden viene la

consideración de c~mo enfocar los dos amplios aspectos de esta

verdad, además que Iiay que tomar nota en su debido lugar de los

ñiiñTsterios del Espíritu relacionados, es decir, el ungimiento y el

sello.

l. DE ACUERDO A LA REVELACION

El estudio de la verdad relativa a la morada del Espíritu Santo ha

de ser con el debido reconocimiento de sus otros ministerios para el

creyente, porque ninguno de ellos es completo en sí, sino que

depende, desde luego, de la presencia del Espíritu. No obstante, en

interés de una verdadera evaluación, se requiere un análisis de cada

ministerio separadamente. Cada uno debe ser considerado en su

carácter peculiar e individual. Las Escrituras abundantemente

sostienen la verdad de la morada del Espíritu, cuyo ministerio

estudiaremos aquí. Ahora vamos a tomar los principales pasajes en su

orden, por libros, cada uno dentro de su contexto.

Juan 7:3 ?:J.9. "En el último gran día de la fiesta, Jesús se puso en

piey alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El

que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de

agua viva. Esto dijo del Espíritu que habrían de recibir los que

958 NEUMATOLOGIA

creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque

Jesús no había sido aún glorificado."

Esta predicción pronunciada por Cristo antes de Su muerte

anticipa la presente era y asegura que en esta era todos los que creen

reciben el Espíritu Santo al creer. En otras palabras, el Espíritu se

recibe precisamente en la misma condición en que se opera la

salvación. No se mencionan dos operaciones de fe; la única

instrumentalidad humana ·' esa COIJ}Q!eta

s~ vactón que así es asegurada incluye la venida del Espíritu Santo a

morar en el redimido. Siendo un aspecto esencial de la salvación, la

condición humana para la posesión del Espíritu, cuando ese aspecto

de la verdad soteriológica se considera separadamente, es !(.reer y sólo

creer. Por tanto se sigue, partiendo de este pasaje, que el Espíritu

santo es dado a todos los que creen al mome . Cuando

Cristo ah o, e sprritu todavía no había venido ni podía haber sido

dado, sino hasta que Cristo fuera glorificado (comp. Jn.l6:7).

Incidentalmente se traza una distinción muy marcada entre los santos

de la dispensación pasada y los de la presente. A los que se han

identificado con el Cristo glorificado les pertenecen, ciertamente,

nuevas y trascendentales realidades.

Juan 14:16, 17; 1 Juan 2:2 7. "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro

Consolador, para que esté con vosotros para siempre; el Espíritu de

verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le

conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará

en vosotros". . . "Pero la unción que vosotros recibisteis de él

permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe;

así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y

no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él."

Aquí se presenta la misma implicación, que bajo la debida

consideración no puede confundirse a efecto de que cada cristiano ha

recibido el Espíritu Santo; pero se ha propuesto una verdad adicional

que es de importancia ilimitada a la dootrina de la morada del

Espíritu, señaladamente que, habiendo hecho Su habitación en el

creyente, nunca Su presencia es removida. El habita allí para siempre.

Tan importante como lo es en sí, una forma correcta de vida no entra

en las condiciones sobre las que el Espíritu es concedido, del mismo

modo como no entra en los términos sobre los que un hijo de Dios

puede ser lleno del Espíritu. Para mayor seguridad, es la misma

presencia del Espíritu Santo la que clama por una vida santa. Cuando

el Apóstol Pablo corregía a los creyentes de Corinto con respecto a

sus prácticas espirituales, les dijo: "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es

templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de

Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por

LA MORADA DEL ESPIRITO SANTO 959

precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro

espíritu, los cuales son de Dios" (l Co.6: 19,20). El temor de que el

Espíritu Santo no se vaya a ausentar del corazón ha causado

profunda pena en las generaciones pasadas. Su inseguridad de alma se

halla bien expresada en una estrofa de un himno de William Cowper,

cantado con frecuencia:

"Vuelve, Santísima Paloma, vuelve,

¡Oh, dulce mensajera de reposo!

Aborrezco el pecado que te aflige

Y que hace que te alejes de mi pecho."

Es muy dudoso que el pasaje que estamos considerando pudiera

ser negado más enfaticamente que en este trozo poético.

Hechos 11:17. "Si Dios, pues, les concedió el mismo don que a

nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que

pudiese estorbar a Dios? "

Este pasaje contiene el relato que Pedro hizo de su primera

predicación a los gentiles. Lo que atrajo la atención del Apóstol en

aquella memorable ocasión de que él habla es que los gentiles, como

sucedió a los judíos el día de Pentecostés, recibieron el Espíritu

Santo cuando creyeron en Cristo. Esa recepción era y es una parte de

la misma salvación. La presencia del Espíritu morador es el don de

Dios para los que creen.

Romanos 5:5. "Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de

Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo

que nos fue dado."

Una traducción más literal de este pasaje es a efecto de que el

amor de Dios fluye del corazón del creyente, y ese amor divino

procede del Espíritu Santo que le es dado para que more en él. Este

texto es el primero en orden de entre algunos que declaran

específicamente que el Espíritu le es dado igualmente a todos los que

son salvos. La universalidad del don del Espíritu se enseña aquí en el

uso de la palabra nos, como pasa con frecuencia, que hay salvos que

no han recibido el Espíritu Santo, la respuesta que aquí se halla, así

como en otros pasajes que hemos de estudiar más adelante, es que el

pronombre nos no puede ser limitado, pues representa a todos los

salvos.

Romanos 8:9. "Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el

Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno

no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él."

Esta declaración es dogmática y final. "Si alguno no tiene" -que

significa la presencia morando en- "el Espíritu de Cristo"

-claramente una porción del Espíritu Santo, ya que el Espíritu

960 NEUMATOLOGIA

procede de Cristo y es enviado al mundo por El (comp. Jn.16: 7)-

"el tal no es de El." La base de este acerto es de lo más razonable.

Entre otras cosas y sobre muchas cosas, el cristiano se caracteriza por

el hecho que él ha recibido la naturaleza divina. Nadie podría ser

cristiano sin poseer la vida divina que es esencial a su nueva criatura.

A menudo se declara que esa nueva criatura no es otra que el Espíritu

Santo.

Romanos 8:23. "Y no sólo ella, sino que también nosotros

mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también

gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la

redención de nuestro cuerpo."

Otra vez un significado universal es inherente en las palabras

nosotros mismos. Este término no puede referirse a ninguna clase o

grupo dentro de la comunión cristiana; alcanza a todos. Y la

declaración positiva es que todos tienen las primicias que sólo la

presencia del Espíritu Santo puede asegurar.

1 Corintios 2:12. "Y nosotros no hemos recibido el espíritu del

mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo

que Dios nos ha concedido."

De modo similar, como se ha dicho arriba, el pronombre nosotros

abarca una compañía que incluye a todos los creyentes. El propósito

de Dios es que cada uno de los redimidos sea instruido respecto a

estas verdades que pueden entrar en el entendimiento humano

únicamente por revelación divina. No daremos ninguna atención, ni

aún por un momento, a la suposición de que el ministerio de

enseñanza del Espíritu, como se afirma en este contexto (comp. vers.

9-16), es dirigido únicamente para una compañía reducida de entre

los salvos. Se sigue que, si el propósito de Dios para todos Sus hijos es

igual, que sepan las gloriosas revelaciones que El ha preparado para

ellos, igualmente ellos deben estar en estrecha y vital relación con el

Espíritu Santo, su Maestro. Dios no podría esperar que algún

creyente pueda progresar en el conocimiento de Sí, o estar

informado acerca de Su voluntad para con ellos si, por alguna razón,

ese creyente no estuviere en posesión del Espíritu, el divino maestro,

quien es el único que revela las cosas de Dios. Esta gran provisión y

necesidad se declara en términos inequívocos cuando dice: "Ahora

hemos recibido. . . el Espíritu que proviene de Dios, para que

sepamos lo que Dios nos ha concedido."

1 Corintios 6:19,20. "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo

del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y

que no sois vuestros.? Porque habéis sido comprados por precio;

glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los

cuales son de Dios."

LA MORADA DEL ESPIRITO SANTO 961

Este pasaje sirve de nuevo para responder a los que afirman que el

Espíritu es concedido solamente a un grupo favorecido y contesta

especialmente la afrrmación de que se da sólo a los que se han

rendido y son fieles en sus vidas. La apelación citada arriba, es como

una crítica a los creyentes que el mismo Apóstol los ha declarado

carnales (comp. 3: 1-4); al mismo tiempo, todavía son conminados a

volverse de estos procedimientos impíos, a base del hecho de que sus

cuerpos son templos del Espíritu Santo. No habrá que invertir esta

apelación como hacen algunos, y asegurar que cristianos como los

corintios, si se arrepienten de sus pecados, serían recompensados con

la presencia del Espíritu Santo en sus vidas. La razón directa para

invocar la práctica de una vida santa es que los creyentes son ya

templos del Espíritu. Por tanto, no es cuestión de asegurar el Espíritu

por una vida santa, sino más bien, se espera una vida santa de uno

que ha recibido el Espíritu. Este es el orden fundamental de la gracia

en cuanto a la relación con Dios. El sistema Mosaico de méritos diría:

"Sed buenos para que seáis templos del Espíritu Santo"; la gracia

dice: "Sois templos del Espíritu Santo, por tanto, sed buenos."

1 Corintios 12:13. "Porque por un solo Espíritu fuimos todos

bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres;

y a todos se nos dio a beber de un mismo espíritu."

De los mismos corintios sin méritos se dice otra vez que "han

bebido de un mismo Espíritu" -no algunos de ellos, sino todos. En

.este mismo versículo también se declara que estos mismos creyentes

carnales, cada uno se ha unido al Sefior por medio del bautismo del

Espíritu Santo. No es más difícil creer que el Espíritu Santo mora en

.todos los creyentes que creen, que todos han sido bautizados por el

Espíritu en el cuerpo de Cristo. Ambas verdades están claramente

ensefiadas en el Nuevo Testamento y en ningún caso la obra se

efectúa por causa de merecimiento personal de los hijos de Dios, sino

sencillamente en respuesta a la fe que resulta en salvación -esa obra

·de gracia de la que tanto la morada como el bautismo del Espíritu

son parte integrante.

2 Coritnios 5:5. Más el que nos hizo para esto mismo es Dios,

quien nos ha dado las arras del Espíritu."

Un arra (o prenda) es un pago que se da en adelanto y que

garantiza la totalidad del pago. La bendición divina que asegura la

presencia y el poder del Espíritu morador, como prenda, garantiza la

realización final y completa de inmensurables provisiones en gloria

para el creyente. En las transacciones comerciales, similarmente, un

pago adelantado cierra el compromiso en la seguridad de que se

pagará el total y que será pagado en la misma forma. El don del

Espíritu no sólo asegura el cumplimiento de esa promesa que Dios ha

962 NEUMATOLOGIA

hecho, sino que indica el carácter de lo que está por venir. El Espíritu

es llamado "prenda" en tres pasajes del Nuevo Testamento (2

Co.l :22; 5:5 y Ef.l: 14), y será dudoso realmente, suponer que esta

prueba adelantada de todas la glorias celestiales sería quitada de aun

el más pequeñ.o de todos los santos. Su presencia interior se le

asegura al cristiano, siendo que El mismo ha de habitar en el creyente

para ser, como lo es, la prenda que nos ha sido dada.

Gálatas 3:2. "Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el

Espíritu por las obras de la ley, o por el oír de la fe?"

La seguridad que se da en este texto es que los gálatas habían

recibido el Espíritu en respuesta a la fe salvadora, es decir, como una

parte de su salvación. De este modo nuevamente se enseña que el

Espíritu viene a ser la presencia moradora en cada individuo que es

salvo y al momento de serlo.

Gálatas 4:6. "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros

corazones el Espíritu de Su Hijo, el cual clama ¡Abba, Padre! "

Esta Escritura determinante es enteramente contradicha por la

teoría de que el Espíritu es dado en respuesta a la santificación

personal. Por el contrario, es por el hecho de que los creyentes son

hijos que el Espíritu les es dado, y este procedimiento debe incluir a

cada hijo necesariamente.

1 Juan 3:24 y 4: 13. "El que guarda sus mandamientos, permanece

en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en

nosotros, por el Espíritu que nos ha dado." ... "En esto conocemos ·

que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de Su

Espíritu."

Estos pasajes sirven para sellar y confirmar la verdad de que el

Espíritu, habiéndosenos dado, le ha sido dado a todos los salvos. Ni

uno solo de los nacidos de Dios podría ser excluido.

La conclusión lógica que se desprende de estas porciones bíblicas

es que el Espíritu Santo es una presencia viviente en todo cristiano;

en base de este hecho concluyente surgen otras relaciones entre el

Espíritu y el creyente. Es evidente que una vez smja una mala

interpretación de esta verdad básica también vendrán falsos

conceptos de esos otros ministerios que se fundan en ellas.

Ciertos pasajes, ya sea por su posición dispensacional o por su

forma de expresión, han sido tomados por algunos para contradecir

el cuerpo de Escrituras que declaran que el Espíritu Santo mora y

está con Su presencia permanente en cada hijo de Dios. Al considerar

estos pasajes se podría hacer un estudio separado en cuanto a la

morada del Espíritu Santo.

1 de Samuel 16:14. "El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le

atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová."

LA MORADA DEL ESPIRITU SANTO 963

En una época en la que el Espíritu no moraba en los santos

universalmente y cuando ejercía Su libertad soberana entrando y

saliendo de aquellos sobre los que El descendía, fue enteramente

correcto para el Espíritu dejar al rey Saúl, y especialmente como un

juicio en contra de él.

Salmo 51:11. "No me eches de delante de tí, y no quites de mí tu

santo Espíritu."

Así, dentro de la misma dispensación como el rey Saúl y sin duda

recordando el juicio divino sobre el primer rey, David ora que él

pueda evitar el mismo juicio. El sabía que el Espíritu podía en

completa libertad -hasta entonces no se había dado promesa alguna

de lo contrario- dejarlo para no volver nunca. David evidentemente,

en alguna medida era consciente de las ventajas y bendiciones que

significaba para él la presencia del Espíritu.

Lucas 11:13. "Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas

dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el

Espíritu Santo a los que lo pidan? "

Por hallarse en el Nuevo Testamento y por haber sido pronunciado

por Cristo, muchos han llegado a la conclusión que este pasaje debe

ser incorporado a la doctrina general de la relación del Espíritu con el

cristiano. Así se ha engendrado un gran error y mal entendido. Hay

dos provisiones ampliamente distanciadas e irreconciliables entre sí

en este punto de la Neumatología y no hay ocasión ni hay motivo

para intentar su reconciliación. El pasaje que nos ocupa condiciona la

recepción del Es íritu Santo a la tición mientras ue el cristiano,

co o se a dich ibe el Es íritu Santo sin edirlo como una ran

p r e de su salvación y al momento de creer. En consecuencia, ahora

ef"Espíritu se concede a quien no hace otra cosa más que creer. En la

división dispensacional de la doctrina del Espíritu Santo, como se

declaró al principio de este volumen, se señaló que el período entre el

bautismo de Cristo y el día de Pentecostés estaba caracterizado por la

transición, y en ese período Cristo ofreció el Espíritu a los que lo

pidieran. Esta provisión Suya fue así como un avance a la relación

que el Espíritu mantenía con los santos del tiempo del Anti uo

Tes amen o, re acton a a que os apóstoles estaban sujetos en cierto

grado, aünque no hay relato alguno que ellos en alguna ocasión se

hayan aventurado en este nuevo terreno; de consiguiente, al final de

Su ministerio Cristo dijo: "Y Y o rogaré al Padre y El os dará otro

Consolador que esté con vosotros para siempre" (Jn. 14: 16). Esto

introduce una relación con el Espíritu enteramente nueva. Los

discípulos no iban ahora a recibir el Espíritu Santo en respuesta a su

propia petición, sino en respuesta a la petición de Cristo. De este

modo se indica que el Espíritu Santo ha sido dado ahora por la

964 NEUMATOLOGIA

oración de Cristo, y a todos los que creen. Como 1 Samuel 16:14 y

Salmo 51: 11 sirven para demostrar que la experiencia de los santos

del Antiguo Testamento no puede ser la norma de la experiencia

cristiana, de la misma manera Lucas 11: 13, que era para los

discípulos entre el bautismo de Cristo y el Día de Pentecostés, no

puede ser la norma de la experiencia actual.

Todavía quedan cuatro pasajes por considerarse que a menudo se

suponen enseñar que el Espíritu se recibe como un paso o

experiencia subsecuente a la salvación. Estas Escrituras entran dentro

de la presente relación divina del Espíritu, y son:

Hechos 5:32. "Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y

también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le

obedecen."

El uso de este texto para probar que el Espíritu Santo se da

únicamente a los que son obedientes a la voluntad divina en sus vidas

diarias, sólo es posible cuando se falla en reconocer que la obediencia

Ytlli:ITCada aquí es la adherencia de los in conversos al evan~elio de su

salvación. El contexto sostiene claramente que la interpretación y,

aoemás, la obediencia al evangelio como un requerimiento para la

salvación está ligado con otros pasajes del Nuevo Testamento. El

Apóstol escribe de la venganza que caerá sobre los que no conocen a

Dios ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo (2 Tes.

1: 8). Hacer depender la rece ción del Es íritu e la o ediencia en la

vida dtaria es ignorar en su totalidad el cuerpo de Escrituras y

presentado en las que El se puede ver presente en cada creyente, y

e!!_tonces asignar al cristiano la habilidad de ser obediente dentro: de

su poder, considerando que la vida de fidelidad se vive únicamen~ a

través del poder que proporciona el Espíritu que en él mora.

Realmente, ¿quién jamás cumpliría los requerimientos de obediencia

si esa adherencia fuera exaltada, como habría de ser hasta 1 '1 · a

demanda de a Justicia in mJta?

Hechos 8:14-20. "Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén

oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a

Pedro y a Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para

que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún no había descendido

sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en

el nombre de Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el

Espíritu Santo. Cuando vio Simón que por la imposición de las

manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,

diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a

quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces

Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el

don de Dios se obtiene con dinero."

LA MORADA DEL ESPIRITU SANTO 965

Este pasaje introduce le que pareciera ser una excepción a todas

las otras enseñanzas directas por las que se establece que el Espíritu

Santo es concedido en esta edad como un don sobre todos los que

creen y al momento de creer. A causa de su carácter contradictorio

una excepción de tal naturaleza sería de lo más serio. A la verdad,

que el pasaje registra una excepción al presente orden se admite

libremente. Es bueno notar, sin embargo, como se ha indicado antes,

que el orden final para esta dispensación y para otra gente distinta de

los judíos, no fue establecida sino hasta en la casa de Cornelio, como

lo relata Hechos 10:44-46. La introducción a la relación del Espíritu

con los judíos que recibieron a Cristo se efectuó en el Día de

Pentecostés, e insinuaciones en varios pasajes sugieren la importancia

que da el Espíritu a este evento. Tan cierto como que el Espíritu fue

dado a su debido tiempo a samaritanos y a gentiles, tan cierto como

que ellos no tuvieron parte en el Pentecostés, y tan seguro como era

importante en la dádiva del Espíritu evitar una actitud superior de

parte de los judíos sobre gentiles y samaritanos, era necesario señalar

la recepción inicial del evangelio por cada uno de los grupos con

énfasis distintivo sobre el ministerio del Espíritu a su favor. Ningún

reclamo se ha hecho en cuanto a que si aquí en Samaria hubo una

repetición del Pentecostés; es meramente para señalar que no se le

concedió a los creyentes judíos mirar a los gentiles con menosprecio

-,.inclinados como lo eran a hacerlos de menos- para poder presumir

que ellos, habiendo tenido la experiencia del Pentecostés, fueran

superiores a todos los otros. Es significativo cuando Pedro declara

que la manifestación del Espíritu en casa de Cornelio para él fue un

recuerdo del Pentecostés (Hch. 11: 15). El relato en cuanto a Samaria

según el pasaje citado, entonces, es de una demostración especial del

Espíritu Santo y con el fin de que el Evangelio pudiera ser sellado a

los samaritanos con no mermado poder. Con eso se introdujo una

notable y muy necesaria excepción al orden de esta era.

Hechos 19:1-6. "Y aconteció que entre tanto que Apolos estaba

en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a

Efeso, y hallando a ciertos discípulos les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu

Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si

hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis

bautizados? Éllos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan

bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que

creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el

Cristo. Cuadando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del

Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre

ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas y profetizaban."

En primer lugar :1 término discípulo no es sinónimo de cristi~o.

966 NEUMATOLOGIA

Un discípulo es un seguidor o aprendiz, y además de ser un discípulo

de Juan Bautista, estaban lejos de ser salvos por fe en el Cristo

crucificado y resucitado. El Apóstol, habiendo echado de menos

ciertas realidades en estos doce hombres, evidencias propias de los

regenerados, les preguntó: ¿Recibisteis el Espíritu Santo al creer?

Esta es una traducción más apropiada (comp. R. V.; tambtén Ef.

1: 13), y esta pregunta sacó la respuesta que de inmediato reveló su

condición de no ser salvos aún. Desde allí el Apóstol les llamó la

atención hacia Cristo, en quien deben confiar y habiendo creído

fueron bautizados en el nombre del Seí'íor Jesucristo. También en

este caso excepcional siguieron seí'íales, como en el caso previamente

citado y por las mismas razones.

Efesios 1:13. "En él también vosotros, habiendo oído la palabra

de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él,

fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa."

Toda la dificultad que parece presentar este pasaje se debe a una

traducción defectuosa. El pasaje puede leerse así: En creyendo

~uisteis sellados (V . .R,.). Creer es la causa lógica, y no c~onológica de

ser sellado. Los creyentes son sellados cuando creen y porque creen.

11. EN RELACION AL UNGIMIENTO

Siendo que la morada del Espíritu y Su Ungimiento son la misma

cosa, incluiremos en este capítulo las tres referencias al Espíritu

Santo en este sentido. Por los mismos argumentos conclusivos de la

revelación citada arriba, el ungimiento parece ser, lo mismo que la

morada, un hecho presente en la vida de cada creyente. Estos pasajes

incluyen:

2 Corintios 1:21, 22. "Y el que nos confirma con vosotros en

Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha selladó,Y

ñ'Osha dado las arras del Espírjtu en nuestros corazones."

-Aquí se sugieren cuatro resultados inmediatos de la morada del

Espíritu: (a) El bautismo con el Espíritu coloca al creyente en Cristo;

así se dice ahora que cada hijo de Dios está "establecido

(confrrmado) ... en Cristo" (1 Co. 12: 13; 6: 17; Gá. 3:27). (b) Del

mismo modo Qios al darnos el Espíritu nos "ha ungido''. (e) Otra vez

Dios, por Su lrspíritu nos ha sellado (Ef. 4:30), y el sello es el

Espíritu mismo. (d) Así, también, aquí se dice que Dios nos ha dado

el Espíritu como una "prenda" (arras), y siendo que una prenda es

parte del dinero de la compra, o la propiedad, dada en adelanto como

garantía de lo restante, El Espíritu parece ser fa prenda que garantiza

toda la herencia celestial que por gracia infinita le pertenece a todo

creyente (2 Co. 5: 5; Ef. 1: 14; 1 P. 1 :4).

LA MORADA DEL ESPIRITO SANTO 967

1 Juan 2:20. "Y vosotros tenéis una unción del Santo, y sabéis

todas las cosas."

Aquí otra vez se implica que cada crisitano, siendo ungido, es

habitado por el Espíritu y por consiguiente, está en camino de

conocer esas "cosas profundas de Dios, que únicamente son

impartidas por el Espíritu morador (1 Co. 2: 1 O, 12, 15; J n.

16:12-15).

1 Juan 2:2 7. "Pero la unción que vosotros recibisteis de él

permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe;

así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y

no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él."

En este pasaje, la verdad importante descubierta es que la unción

habita (está en). El Espíritu verdaderamente puede ser contristado

(Ef. 4: 30), pero El nunca se aleja triste. El puede ser apagado, o

resistido (1 Tes. 5: 19), pero nunca se ausenta (Jn. 14: 16).

Por lo dicho se ha demostrado que no hay Escritura que

contradiga el claro testimonio del Nuevo Testamento a favor de la

verdad de que todos los creyentes son habitados permanentemente

por el Espíritu Santo una vez que creen.

111. DE ACUERDO A LA RAZON

Tan cierto como se exige a todos los sa!Yos a vivir una vida

sobrenatural, así es cierta la necesidad ue tienen todos de ese oder

capacita or que el spíritu Santo proporciona. Dios no se ha burlado

nunca m aun de uno de sus redimidos, poniéndole una tarea

sobrenatural sin proveerle al mismo tiempo los recursos por los que él

pueda hacer Su voluntad. Por tanto, puede ser el testimonio de la

razón que cada creyente ha recibido el Espíritu Santo. No se dice que

cada creyente sea lleno del Espíritu para que pueda lograr todos los

propósitos de Dios en él. La llenura de ende de la ada tación

humana al Es íritu ue 1 h ilita esto mu a me udo falla. Por

otra parte, lt_ morada interior del Espíritu Santo es responsabilidad

de Dios para con Su hijo sin nin una otra condición humana ue la

e ejercitar la fe que asegura la salvación con todos sus distintivos.

Siendo que todas sus promesas y que El es fiel en todo en cumplir

todo lo que tiene que hacer, no puede haber tal cosa como un

cristiano que no esté rovisto de- todos los recursos r los ue él

pue a hacer la voluntad de Dios. Aún más, se registra una protesta

contra la noción de que por fuerza propia y esfuerzo del creyente sea

en sí mismo capaz para recibir el Espíritu Santo. Esto no podrá ser

cierto desde que la fuerza para ejecutar la voluntad de Dios es

asequible únicamente a través del nuevo plan para la vida diaria bajo

968 NEUMATOLOGIA

la gracia que se deriva del hecho de la morada del Espíritu.~

declaró: "Sin mí nada podéis hacer"; pero un sistema de méritos

siempre afirma que completamente aparte de Cristo el indivi be

hacer todo a m e merecer su presencia y bendición.

Por tanto, la razon dicta que siendo que se demanda una vida

santa, tanto de un cristiano como de otro, y siendo que no hay dos

normas para la vida diaria -una para los que tienen el Espíritu y

otra para los que no lo tienen - y también siendo que cada requisito

aplicado al creyente en su alcance es sobrenatural, el Espíritu Santo

ha de ser dado a todos igualmente. El hecho de que -Dios se dirigea

todos los cristianos como si todos poseyeran el Espíritu es suficiente

evidencia de que todos tienen el Espíritu.

El Dr. Juan F. Walvoord hace un sumario de las enseñanzas

bíblicas sobre el hecho de la morada del Espíritu, en la forma

siguiente:

"Siendo que la morada del Espíritu Santo principia en el momento mismo que

las otras grandes empres~s de Dios a favor de las almas recién salvadas, debe

mantenerse una cuidadosa distinción entre estas diferentes obras divinas. Morada

nQ es sinónimo de regeneragón. Mientras la nueva vida del creyente es divma y

por su naturaleza está identificada con la vida de Dios, la posesión de vida divina

y la presencia divina son distintas. La obra del bautismo del Espíritu también ha

de distinguirse de la morada. El bautismo ocurre una vez para siempre y se

relaciona con la separación dermundo y la unión con Cristo. La morada, en

tanto que empieza al mismo instante como el bautismo, es continua. Como se

indicará en la discusión siguiente, la presencia interior del Espíritu Santo tiene

una mayor relación íntima con el sello del Espíritu, siendo que Su presencia

constituye dicho sello. Probablemente la distinción más difícil es la de la morada

y de la llenura del Espíritu. Ambas doctrinas están estrechamente relacionadas,

aunque no son términos sinónimos. L,!! llenura se relaciona totalmente con la

experiencia, mientras que la morada no es expenmenfal en sí misma. En el

período del Antiguo Testamento, unos pocos santos fueron llenos

temporalmente sin ser habitados permanentemente por el Espíritu. Mientras

estaban llenos del Espíritu los santos del Antiguo Testamento en cierto sentido

podrían ser considerados también habitados, mas ho en la forma permanente e

incambiable revelada en el Nuevo Testamento. En la era de la Iglesia es imposible

que uno que no está habitado por el Espíritu pueda ser lleno por El. La morada

s íri u viviendo en, mientras que la llenura del Espíritu

a 1 ue i lViduo. OnlO

morador, El no es activo. Todo el ministerio del Espíritu y la· experi~

r!:,lacionada con la comunión y el fruto son el producto de Su llenura. Por tanto,

mientras nunca se nos exhorta a ser la morada, sí se nos urge a ser llenos del

Espíritu (Ef. 5: 18). La importancia de la presenciaoel Espíritu Santo en la vüla

del cnstiano no puede ser sobreestimada. Constituye una significativa prueba de

la gracia y el propósito divino en conexión con la santificación y la

fructificación. La presencia del Espíritu Santo es nuestra 'prenda' (garantía) de

la bendición futura (2 Co. 1:22; 5:5 y Ef. 1:14). La presencia del Espíritu no

solo trae toda la seguridad del constante cuidado de Dios y del ministerio en esta

LA MORADA DEL ESPIRITU SANTO 969

vida, sino el infalible propósito de Dios de suplir todas sus promesas para

nosotros. La presencia del Espíritu Santo hace del cuerpo del creyente un

templo de Dios ( 1 Co. 6: 19); revela el propósito de Dios de que el Espíritu resida

en la tierra durante la edad presente. Renunciar a esta doctrina o permitir que su

certeza sea puesta en duda es dar un rudo golpe a todo el sistema de la doctrina

Cristiana. El hecho bendito de que Dios ha hecho de los cuerpos terrenos de los

cristianos Su presente templo terrenal suministra a la vida y al servicio un poder

y significado que es el corazón de toda la experiencia cristiana." The Doctrine of

the Holy Spirit, págs. 173-175.

IV. CON RELACIONAL SELLO

Mucho de la verdad que pertenece a la salvación del cristiano

presenta lo que en su carácter esencial para Dios es de mayor ventaja

que para el salvo. Esto es así especialmente en el hecho del

sellamiento, que es como una clasificación y una identificación

peculiar del cielo en la ejecución del propósito divino. Es la misma

presencia del Espíritu Santo en el creyente lo que constituye el sello.

Así este aspecto de la verdad está estrechamente relacionado a la

doctrina de la morada del Espíritu. Se hace referencia al sello del

Espíritu en tres pasajes del Nuevo Testamento: 2 Corintios 1:22;

Efesios 1:13 y 4:30. A la letra dicen: "El cual también nos ha

sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones";

En El también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el

evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en El, fuisteis

sellados con el Espíritu Santo de la promesa; Y no contristéis al

Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la

redención." Se observará que esta es una obra de Dios desde el

momento que no se apela a persona alguna, salva o no salva, a orar o

pedir por esta realidad. Siendo que pertenece a todos los creyentes es

evidente que es efectuada por Dios al momento de ser salvado y

como un factor esencial de la salvación. La traducción en Efesios

1: 13, "y habiendo creído en El fuisteis sellados" pudiera confundir

un tanto. Sería más correcta esta traducción "Cuando creísteis

fuisteis sellados" (comp. R. V.); "Desde que creísteis, fuisteis

sellados" (Valera, 1909- nota del traductor). Naturalmente, solo los

que creen son sellados y el acto de creer viene a ser lógicamente, no

cronológicamente, la causa del sellamiento. Hay una seguridad muy

vital en Efesios 4:30 relativa al carácter eterno del sello, y de

consiguiente, de la salvación, de lo que forma una parte. La

consumación futura de la salvación cuando el cuerpo sea redimido

está a la vista en este versículo. Como está basada sobre los méritos_y

el valor de Cristo, la salvación es tan segura y tan duradera como lo

es, por el fundamento sobre el cual descansa. Por eso no es una idea

970 NEUMATOLOGIA

nueva o increíble que el sello del Espíritu señalara la medida plena e

intento de Dios con respecto a los que son salvos según Su propósito

(comp. Ro. 8: 28). Aunque no hay una experiencia correspondiente

en conexión con el acto del sello del Espíritu, este ministerio

peculiar, no obstante, es real e inspira incesante alabanza a Dios

cuando la fe se apropia de lo que Dios ha revelado.

CAPITULO XI

EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO

Siendo que por el bautismo del Espíritu se operan las más grandes

transformaciones a favor del creyente, es de esperarse que Satán, el

enemigo de Dios, dentro de sus posibilidades hará todo para distraer,

torcer y confundir la investigación respecto a este ministerio

específico del Espíritu Santo. A Satán se le ha permitido hacer este

daño. No sólo es necesario corregir tanto concepto falso que ha

alcanzado a las masas de gente cándida, sino que se requiere especial

atención de parte de los que han de ser instruidos, de lo contrario

ellos mismos fallarán en comprender la verdad precisa que la doctrina

encierra. Ninguna otra explicación se necesita fuera de la influencia

satánica para tanto desorden inexplicable e ignorancia de, junto a un

correspondiente prejuicio hacia, esta doctrina específica. Es el punto

estratégico en el que Satanás puede desviar el efecto de la verdad

presente. Esta forma de nulificar la verdad se ve a lo menos en tres

importantes campos de doctrina, especialmente, en la posición y

fundamento del creyente en Cristo, su eterna seguridad, y la base del

único motivo efectivo para un servicio y vida diaria que glorifique a

Dios.

Consideraremos cuatro divisiones generales del tema procurando

alcanzar una recta comprensión del carácter de este ministerio del

Espíritu Santo, como sigue: ( 1) El significado de la palabra {3a1rrltw ,

(2) Los pasajes clásicos de la Escritura determinantes, (3) La cosa que

es consumada, y (4) Su carácter distintivo.

l. LA PALABRA BAITTIZ.Q

Más de un significado pasajero se debe atribuir al hecho de que la

misma palabra {3a1rrl~w se usa en el Nuevo Testamento tanto para el

real como para el bautismo ritual, estableciendo así un lazo de

relación entre estos dos aspectos de la verdad. Difícilmente se

emplearía la palabra apropiadamente si tuviera un significado distinto

sin relación en el ejemplo dado. La palabra básica de esta raíz,

Bá1rrw, en su sentido primario connota una sumersión y ocurre sdlo

tres veces en el Nuevo Testamento: Lucas 16:24; Juan 13:26 y

Apocalipsis 19:13. En su sentido secundario -que es morir o tefiir;

971

972 NEUMATOLOGIA

que se efectúa por medio de la inmersión, pero no siempre así- la

palabra aparece una sola vez y eso en el tercer pasaje ya citado

anteriormente, que dice: "Y estaba vestido de una ropa tei'íida en

sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS." El mismo evento y

situación se presenta en Isaías 63: 1-6 en donde, entre otros detalles,

está escrito: "¿Por qué es rojo tu vestido, y tus ropas como del que

ha pisado en lagar? He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie

había conmigo; los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su

sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas." Las ropas del

Mesías a su regreso no serán sumergidas en un cubo de sangre; más

han sido salpicadas con sangre; con todo esto se describe todavía con

la palabra {3árrrw en la LXX. De igual modo la palabra {3arrrtrw tiene

dos significados, uno primario y el otro secundario. En el sentido

primario indica una sumersión, un envolvimiento físico (dentro de)

en un elemento, el cual tiene poder para influenciar o cambiar

aquello que es envuelto. Sin embargo, en su significado secundario,

{3arrrírw, como en el caso del significado secundario de {3árrrw, se

aparta un poco del aspecto físico original y se refiere a una cosa que

se ha traído bajo el poder transformador o influencia de otra cosa.

Nadie puede hablar con tanta autoridad con relación al significado

preciso del {3arrrl~w que el Dr. Jaime W. Dale, por su extensa

investigación. El define esta palabra en su sentido secundario, así:

"Cualquiera que es capaz de cambiar completamente el carácter,

estado o condición, de cualquier objeto es capaz de bautizar ese

objeto; y por tal cambio de carácter, estado o condición, en efecto,

lo ha bautizado" ( Classic Baptism, 2a. Ed. p. 354 ). Tal definición es

de mayor importancia por cuanto que la gran mayoría de los usos de

esta palabra en el Nuevo Testamento está enteramente dentro de este

sentido secundario. En el curso de sus grandes obras sobre el tema del

bautismo, el Dr. Dale afirma que la palabra, en su opinión, nunca es

usada en el Nuevo Testamento en otro sentido que en el secundario.

Se notará aquí que la misma distinción se obtiene entre las palabras

griegas {3árrrw y {3arrrlrw, como su equivalente en nuestra lengua,

especialmente sumersión e inmersión. Una sumersión es un contacto

momentáneo que envuelve dos acciones, metiendo en y sacando de.

En el estricto y propio uso de las palabras, haciendo caso omiso de la

universal pero descuidada manera en que son empleadas, el bautismo

ritual no es una inmersión; ésta resultaría en la muerte por

ahogamiento. Lo que comunmente se ha designado como una

inmersión se describe mejor por la palabra {3árrrw en su significado

primario. Ciertamente no se ve ninguna sepultura física cuando la

Escritura habla de bautismo de arrepentimiento (Mt. 3: 11), bautismo

para la remisión de pecados (Mr. 1:4 ); bautismo en el nombre del

EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO 973

Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt. 28: 19), cuando Cristo

mismo fue bautizado al tomar la copa del sufrimiento (Mt. 20:23;

Le. 12: 50), del bautismo de Israel en Moisés (1 Co. 10: 2). Estos

bautismos, permítasenos repetir, no representan una sepultura física

y deben clasificarse entre los que pertenecen al uso secundario de

{3a1rn~w. Ninguno podría ser clasificado propiamente como {3á1rrw, ya

sea en su significado primario o secundario. Estos no podrían ser

meramente un sumergimiento dentro de un elemento, porque ellos

son presentados como en un estado permanente. Cuando un creyente

es bautizado en Cristo por el Espíritu, la cosa que mayormente ha de

desearse es la de no ser separado nunca más. El ser bautizado para

arrepentimiento es ser traído bajo la influencia del arrepentimiento

-no por un momento, sino para siempre; ser bautizado para remisión

de pecados es ser traído bajo el poder o valor de la remisión de

pecados- no por un momento, sino para siempre; ser bautizado en el

nombre del Dios Trino es ser conducido bajo el poder de Dios -no

por un momento, sino para siempre; ser bautizado en Moisés como lo

fue Israel por agencia de la nube y de la mar fue para ser conducidos

bajo la dirección de Moisés, liderazgo que antes no se le había

declarado- no momentáneamente, sino para siempre; el ser

bautizado en la muerte y resurrección de Cristo es ser identificado

con El en esa muerte y resurrección, que todos sus valores son

asegurados -no por un corto tiempo, sino eternamente. Ser

bautizado en el cuerpo de Cristo es ser traído bajo el poder y

supremacía de Cristo, es estar unido al Señor, ser identificado con El,

participar de lo que El es y de lo que ha hecho -no por un momento,

sino eternamente.

Se puede decir en conclusión de esta parte del capítulo que el ser

colocado en Cristo por la agencia del bautismo del Espíritu Santo

resulta en una nueva realidad de relación en la que la persona que es

bendecida de este modo llega a estar bajo el poder, jefatura y

posición que reemplaza la relación del primer Adán es en sí misma

una nueva unión orgánica con el Postrer Adán, el Cristo resucitado.

En este caso, como en otros bautismos, la palabra {3a7rr{~w se usa solo

en su significado secundario, aparte de una sepultura física, porque

asegura el mérito, la influencia dominante y la supremacía de Cristo.

II. LOS PASAJES CLASICOS DETERMINANTES

Aquellos pasajes en los que el Espíritu Santo está relacionado con

el bautismo han de ser clasificados en dos divisiones. En un grupo

Cristo es el agente del bautismo, aunque el Espíritu Santo es la

bendita influencia que caracteriza el bautismo. En el otro grupo de

974 NEUMATOLOGIA

pasajes el Espíritu es el agente y Cristo, como Cabeza de Su Cuerpo

místico, es el elemento recipiente y por lo tanto, esa bendita

influencia que caracteriza el bautismo. Hay que identificar seis

pasajes que pertenecen al primer grupo, como son: Mateo 3:11;

Marcos 1:8; Lucas 3:16; Juan 1:33; Hechos 1:5 y 11:16. Aunque

hay algunas repeticiones, estos pasajes -todos ellos para presentar el

testimonio de Juan el Bautista con respecto a Cristo - son citados

íntegramente. "Yo a la verdad os bautizo en agua para

arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy

digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu

Santo y fuego" (Mt. 3:11 ); "Yo a la verdad os he bautizado con

agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo" (Mr. 1 :8); "Respondió

Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene

uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa

de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego" (Luc. 3: 16);

"Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél

me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece

sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo" (Jn. 1 :33);

"Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis

bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días" (Hch.

1: 5); "Entonces me acordé de lo dicho por el Sefior, cuando dijo:

Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con

el Espíritu Santo" (Hch. 11: 16). Por la autoridad de Cristo el

Espíritu Santo es dado a todos los que creen, y llegar a estar bajo la

influencia y poder del Espíritu como le sucede a cada creyente al

creer, es haber sido bautizado por esa influencia. Sin embargo, esta

bendición universal de la morada del Espíritu hay que distinguirla de

cierta supuesta segunda obra de gracia subsecuente a la salvación,

experiencia que, como alegan los grupos extremistas de santidad, es

acompafiada por manifestaciones sobrenaturales. Ya se ha

demostrado por el Nuevo Testamento que el Espíritu Santo se recibe

como un don de Cristo por todos los que cteen y cuando creen. El

don es el nuevo derecho de nacimiento, y siendo poseído por todos,

indica que todos los salvos están bajo el poder del Espíritu Santo,

hecho que, de acuerdo al estricto significado de la palabra (3a1rrltw, es

un bautismo. Se podría decir en base a este significado de la palabra

que cualquier persona que está bajo la influencia de Satán en un

sentido está bautizado en Satán. Este bautismo particular relacionado

tan estrechamente con el Espíritu Santo es enteramente removido del

bautismo operado por El cuando los creyentes son introducidos en el

Cuerpo de Cristo, realidad que ahora vamos a considerar.

La segunda clasificación de pasajes presenta al Espíritu Santo

como agente del bautismo y el Cuerpo de Cristo, o el mismo Cristo,

EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO 975

como el elemento recipiente. Estos pasajes por sí mismos constituyen

un testimonio distinto, a efecto de que por la operación del Espíritu

Santo el creyente es orgánica y vitalmente unido al Sefior y así ha

llegado a ser participante de la posición, mérito y valor perfecto de

Cristo. Desde el momento que estos pasajes sobre el ministerio del

bautismo del Espíritu, o bautismo real, es superior al ritual, han de

ser tratados de manera específica. Indudablemente que surgirán

desacuerdos sobre cuáles pasajes han de incluirse en esta lista; pero en

donde los resultados del bautismo son tales que nunca podrían ser

efectuados por un mero bautismo ritual, es evidente que la referencia

es a uno real, o sea, al bautismo del Espíritu: verdaderamente,

además de los pasajes ya considerados que afirman que la presencia

del Espíritu Santo en el creyente es un bautismo especial operado

por Cristo el concedernos el Espíritu, los pasajes restantes deben

referirse tanto a un bautismo real como a uno ritual. Se indicará una

excepción más tarde al considerar Efesios 4:5. Estos pasajes son:

1 Corintios 12:12, 13. "Porque así como el cuerpo es uno, y tiene

muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo

muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo

Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos,

sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo

Espíritu."

Cuando se encuentra cualquier pasaje presentando definiciones

didácticas, ese pasaje define el bautismo del Espíritu. Es la unión del

creyente a, la colocación dentro de, el cuerpo de Cristo -en otras

palabras, la formación de esa relación orgánica entre Cristo y el

creyente que se expresa por la palabra en Cristo, y que consitituye la

base de todas las posiciones y posesiones del cristiano. El contexto de

este pasaje establece la absoluta unidad que se obtiene entre Cristo y

los miembros de Su Cuerpo. Los miembros son una unidad, siendo

un Cuerpo, y en su más extenso significado este cuerpo unido a Su

Cabeza es también una unidad- el Cristo. Esta relación, que es un

aspecto vital en la doctrina Paulina en cuanto al cuerpo, es más

iluminadora, enfática y convincente. Sin embargo, este énfasis sobre

la unidad que declara el v. 12 es sólo con el fin de preparar el camino

para la revelación de cómo los miembros son unidos al cuerpo. De

ellos se dice que son bautizados en este cuerpo por un Espíritu. La

referencia a un Espíritu no es sino la continuación de aquello que ha

sido declarado una y otra vez en la porción precedente de este

capítulo, principalmente, que es por uno y el mismo Espíritu que son

dados los diferentes dones. De esta manera, también, aunque muchos

son bautizados en el cuerpo de Cristo, en cada caso la obra es

efectuada por un Espíritu. La verdad central es que un Espíritu los

976 NEUMATOLOGIA

bautiza a todos -a cada creyente- en un Cuerpo. Lo que de este

modo es efectuado para cada creyente es una parte de su misma

salvación, bien que no incluyera a cada una. La investigación de lo

que este bautismo efectúa se reserva para la parte siguiente del

capítulo. Que a todos los creyentes se les ha dado a beber del mismo

Espíritu es un testimonio adicional a favor del hecho de la morada

del Espíritu, cuya morada, como se ha dicho, es un asunto de

bautismo. La universalidad tanto del bautismo en el Cuerpo como de

la morada interior es afirmada por el uso repetido de la palabra

todos, término que incluye a judíos y gentiles que creen.

Gálatas 3:27 "Porque todos los que habéis sido bautizados en

Cristo, de Cristo estáis revestidos" (Habéis sido puestos en Cristo, A.

V.).

De acuerdo con esta reveladora declaración el bautismo que es en

Cristo ha resultado en la unión vital que se describe aquí por la

expresión "Habéis sido puestos en Cristo" (A. V.). Sobre este pasaje

Dean Alford escribe, a la par de una cita de Crisóstomo: "No, 'habéis

sido bautizados' y 'sido puestos en', como en la American Version,

que deja las dos acciones solo concomitantes; los tiempos pasados los

hace idénticos: todos los que habéis sido bautizados en Cristo, hecho

en ese mismo acto, puestos en, revestidos con, Cristo. La fuerza del

argumento está bien expresada por Crisóstomo: "¿Por qué no dijo él,

'muchos de vosotros que habéis sido bautizados en Cristo fuisteis

nacidos por Dios? ", porque esto naturalmente hubiera seguido

después de haber mostrado que ellos eran hijos. Porque él lanza una

proposición más sorprendente. Porque si Cristo es el Hijo de Dios, y

tú has sido puesto en El, teniendo al Hijo en tí, y modelado a Su

Semejanza, tú has sido introducido con El a Su familia y a una casta"

(New Testament for English Readers, new Ed., Gá. 3:27). Es

importante notar que en el verso precedente -'pues todos sois hijos

de Dios por fe en Cristo Jesús'- se declara el hecho de la filialidad y

es esta compañ.ía numérica precisa que por• ser bautizada en Cristo,

que ha sido puesta en El. La frase 'todos los que' (de vosotros) es

propiamente una referencia a todos (vosotros) sois hijos de Dios. Así

éstos han sido unidos a Cristo. Por medio de otras Escrituras se hace

claro que este bautismo es efectuado por el Espíritu Santo, y que el

Cuerpo de Cristo, o Cristo mismo, es el elemento recipiente. Es

imposible que uno que ha sido unido a Cristo que no sea puesto en

Cristo con todos sus méritos y posición. El error tal como hacer esto

un efecto emanado del bautismo ritual sólo es excedido por los que

lo hacen meramente una experiencia emocional o excitante. Este

bautismo es ejecutado por el Espíritu Santo y es enteramente

posicional y por ende, vital.

EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO 977

Romanos 6:1-4. "¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el

pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los

que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no

sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús,

hemos sido bautizados en Su muerte? Porque somos sepultados

juntamente con El para muerte por el bautismo, a fin de que como

Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también

nosotros andemos en vida nueva."

Habiendo declarado que el creyente es justificado eternamente

-porque la justificación es tan duradera como los méritos de Cristo,

en quien descansa- el Apóstol introduce la pregunta de si alguno que

es salvo y seguro de este modo, permanecería en pecado,

sometiéndose de tal modo a la naturaleza pecaminosa, para que la

gracia abunde. La respuesta inspirada a esta pregunta será la de todo

regenerado, esto es, "en ninguna manera". J'io es consistente ni

necesario continuar llevando el fruto de la naturaleza pecaminosa.

Con respecto al punto de su necesidad, la verdad revelada que en la

muerte de Cristo la naturaleza pecaminosa del creyente ya ha"Sido

juzgada. "Porque los que hemos muerto al pecado (esto es, los que

iimrieron en la muerte de Cristo), ¿cómo viviremos aún en él?" Es

verdad que Cristo murió "por nuestros pecados", que fue sepultado,

y que se levantó de los muertos para que los hombres puedan ser

salvos (comp. 1 Co. 15:3, 4); pero es igualmente verdad -y Romanos

6:1-10 que ahora está bajo consideración sólo tiene que ver con este

hecho extra- ue Cristo murió "al ecado l aleza de

pecado comp. Ro. 6: l 0; Col. 2: 11, 12). En este contexto el juicio

de ·la naturaleza pecaminosa en la e · · · -

acertos - "muerto

a la semejanza de Su muerte nuestro i o hombre

.@ntamente ue crucificado con El" (v 6), "si morimos con Cristo"

(v. 8), "al pecado murió una vez e · za " v. 1 0).

or todo esto no hay implicación alguna que la muerte haya V

resultado en la destrucción o terminación de esta naturaleza (la

palabra Karap'Yéw del v. 6, traducida destruida, sería mejor la

triiaucción anulada); es más bten que la muerte de Cristo al pecado

h~uicio contra la naturaleza de pecado a los ojos de

Dios, a fin de que el Espíritu Santo uien vive en el ere ente ueda

tener ibertad de tratar con la naturaleza "uz ada restrin iéndola o

milificándola en res uesta a la de endenc·a del ere ente del que o

ha ita para interponerse o controlar esa naturaleza. Este aspecto e

la muerte de Cristo y la identificación del creyente con ella es todo

con el único fin de que "nosotros andemos en novedad de vida."

"Así como Cristo fue levantado de entre los muertos para gloria del

978 NEUMATOLOGIA

Padre, así nosotros también nosotros andemos en novedad

(significando el poder del Cristo resucitado) de vida" (v. 4 ), que es la

nueva provisión para un nuevo andar en y por el poder capacitador

del Espíritu Santo, habiendo El mismo quedado en libertad para

suministrar ayuda por el juicio del pecado que Cristo llevó en Su

muerte. La unión del cristiano con Cristo, llevada a cabo por el

~utismo del Espíritu Santo en El, es la base de la perfecta

identificación con Cristo en todo lo que logra Su muerte al pecado.

Ef entrar de esta manera en el valor y bajo el poder de la crucifixión,

muerte, sepultura y resurrección de Cristo es un bautismo en el

significado secundario de la palabra. Los que han sido bautizadoMn

Cristo son a · n Su muerte sóñ se ultados con Cri or su

autismo en la muerte del Salvador. Por estas expresiones no se

ii'isiñfui ninguna ordenanza, ni se impone obligación alguna que

justifique un intento de establecer lo que aquí se expone. Este pasaje,

con el que sigue en el contexto, presenta la declaración central

respecto a las bases de la victoria cristiana sobre la naturaleza

pecaminosa en la vida diaria. Este es su objetivo y su significado.

Descubrir en esto solo la forma externa de la ordenanza ritual, como

han hecho muchos, es renunciar a una de las más inapreciables

posesiones en todo el campo de la doctrina cristiana y en gran parte

(por muchos) abandonar la esperanza de una vida agradable a Dios;

porque si este contexto significa una cosa, no puede significar la otra.

Colosenses 2:9-13. "Porque en El habita corporalmente toda la

plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en El, que es la

cabeza de todo principado y potestad. En El tamhlén fuisteis

circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros

ercllerpopecaminoso camal, en la circuncisión de Cristo; sepuH-ªS)os

con El en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con El,

mediante la fe en el poder de Diosque le levantó de los muertos. ''Y

a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de

vuestra carne, os dio vida juntamente con El, }>erdonándoos!fOñósJJ.os

pecados." ~

La pasajera referencia al bautismo que presenta este pasaje no ha

de entenderse aparte de todo el contexto. Relacionadas con el rito de

la circuncisión, el Apóstol divide a la familia humana en tres clases,

esto es, l~Incircuncisión" -los gentiles, "la Circuncisión en la carne

hecha a mano"- los judíos, y "la Circuncisión no hecha a mano"

-los crisitianos (Ef. 2: 11; Col. 2: 11 ). Aquella circuncisión que

caracteriza a los judíos y que falta a los gentiles es "hecha a mano",

mientras que la circuncisión que han recibido los cristianos "no es

hecha a mano", y es una realidad espiritual. La Biblia cuatro veces

habla de circuncisión del corazón -Deuteronomio 1 : 16; 3Q]>;

r-

EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO 979

Jkequiel 44:7; Hechos 7:51- antes de mencionar las bendiciones

traídas a los cristianos cuando el cuerpo de los pecados en la carne

f~ quitado y eso por la circuncisión de Cristo. Como el cuerpo

humano manifiesta la vida que hay en él, de igual modo la naturaleza

pecaminosa se manifiesta en los " ecados de la carne." La

circunctsiOn e Cristo mencionada aquí no es la que se le practicó

cuando tenía ocho días de edad, sino en su muerte, a la naturaleza, de

pecado. Hay una sorprendente similitud con Romanos 6: 1-1 O que se

eii'Cllentra en el pasaje que hemos considerado, y esta similitud

concierne a la referencia de la sepultura y resurrección de Cristo

como factores que proveen valor inmensurable para, e influencia

sobre, el creyente. Asegurando los resultados que ellos traen, la

muerte, sepultura y resurrección de Cristo, un bautismo en su sentido

más absoluto. La transformación que aquí se indica, como en

Romanos 6: 1-1 O, nunca podría ser producida por el bautismo ritual,

y leer de un bautismo ritual en este pasaje es ignorar de nuevo las

ilimitadas realidades por las que Cristo murió, fue sepultado y

resucitó. Es sustituir por un esfuerzo humano una de las mas

gloriosas ejecuciones de Dios. Indudablemente, es más fácil para los

que comprenden muy poco de estas grandes realidades, el sustituir un

compromiso tangible y físico tal como el bautismo ritual por los más

profundos, invisibles valores espirituales del bautismo real. Con todo,

a pesar de las limitaciones humanas, el significado de este pasaje no

desciende al nivel de un ritual impotente.

Efesios 4:4-6. "Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también

llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una

fe, un bautismo, un Dios y padre de todos, el cual es sobre todos y

por todos, y en todos."

En medio de estas siete agencias unificadoras, y no menos que

cualquiera de ellos, está "un bautismo". En el acto puede surgir en

muchas mentes esta pregunta: "si la referencia en esta ocasión es al

bautismo real efectuado por el Espíritu al colocar a los creyentes en

el cuerpo de Cristo, o al bautismo ritual en agua." Algunos arguyen

que éste último bautismo está a la vista y que sólo hay una forma de

bautismo correcta. Imponer tal limitación sobre el texto es

deplorable. Nada hay en el pasaje que enseñe y sostenga una forma

de bautismo. La incalificable aseveración de que no hay más que una

forma de bautismo se vuelve un problema muy exigente para aquellos

que han elevado el bautismo de agua a un lugar donde tiene que ser

un bautismo separado, independiente y diverso -por lo tanto, algo

que está enteramente desconectado del bautismo del Espíritu.

Algunos arguyen que si de este modo el bautismo real excede al ritual

en importancia, este no debe mencionarse para nada comparándolo

980 NEUMATOLOGIA

con el real, en esta conexión o en cualquiera otra. Todavía otros

reclaman que el Apóstol aquí no contempla el bautismo ritual,

estimando en él únicamente afirmaciones que en el campo de las

fuerzas espirituales unificadoras, no hay más que un bautismo y éste,

necesariamente ha de ser el bautismo del Espíritu Santo. Todavía

más, hay una clase de intérpretes que han de considerarse, que

sostienen que el bautismo del Espíritu ocurrió una vez por todas a

favor de la Iglesia el Día de Pentecostés y que eso no es cosa que

sucede cada vez que alguien es salvado. Este concepto, que muy poco

se ajusta a las Escrituras del Nuevo Testamento que tratan del tema,

no es un reto al hecho, aunque intenta cambiar el tiempo del

bautismo del Espíritu, tan plenamente mencionado en la Epístola a

los Efesios. La mayor parte de la Iglesia, no obstante, hasta donde

ellos consideran el tema en un todo, afirman que el bautismo ritual es

señal o un símbolo externo de la obra del Espíritu y así ambos

combinan para formar lo que aquí se llama un bautismo. Entre los

argumentos desarrollados en apoyo de la convicción de que el un

bautismo es el del Espíritu por el cual los creyentes son u-nidos al

Señor y por el que ellos obtienen todas las posesiones y posiciones, el

más eficaz, advierte que esta referencia a un bautismo se da como

uno de los siete agentes unificadores. Se distingue fácilmente que el

bautismo del Espíritu Santo en un Cuerpo engendra la unión más

vital y perfecta que pudiera formarse entre los hombres; por otra

parte, si la historia de la Iglesia sobre la tierra arroja un testimonio

del curso de los eventos en todo, es a efecto de que el bautismo ritual

ha servido más que cualquiera otra cosa para destruir esa

manifestación de la unión orgánica que se espera que los creyentes

deben exhibir por la comunión cristiana. Sobre la correcta

interpretación de Efesios 4:5, el Dr. Juan W. Bradbury, Editor del

Watchman Examiner, el diario Bautista principal de actualidad en

Estados Unidos, escribe lo siguiente, como una contribución especial

a la presente discusión de Efesios 4: "El eoncepto corporal de la

Iglesia es tan esencial como el del individual. El "Cuerpo" de Cristo

es unido "en el vínculo de la paz" al guardar la "unidad del Espíritu"

(v. 3). El pensamiento de que la Iglesia es un "cuerpo" cuya vida está

identificada uniformemente con el Espíritu Santo se ilustra por lo

que conocemos de un organismo tal como el cuerpo humano,

teniendo el espíritu humano como un signo de vida. Tenemos, por

tanto, en la ecclesia un cuerpo que tiene el Espíritu de Dios,

evidenciando tal aserto por medio de la profesión de "una

esperanza .. , un Señor, una fe, un bautismo, un Dios ... en todos.

El énfasis sobre la palabra "un" está en oposición a la diversidad en el

"cuerpo" de Cristo. Como en cuanto a "esperanza", "Dios", habrá

EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO 981

poca si no ninguna diferencia entre los verdaderos creyentes. Pero

con relación a la palabra "bautismo" hay mucha diferencia, porque la

mayor parte de la gente tiene sólo un punto de vista en cuanto al

bautismo, es decir, una ordenanza. Pero en este pasaje, en donde no

se nos mencionan ordenanzas, sino la verdad con respecto al

organismo llamado "el Cuerpo de Cristo", tenemos el "bautismo"

mencionado en iguales términos con "esperanza", "Señor", "Dios",

etc. Esto significa que el "bautismo" que aquí se menciona se refiere

al de 1 Corintios 12: 13 -"Porque por un Espíritu somos todos

bautizados en un cuerpo, ya sean judíos o gentiles, siervos o libres; y

todos hemos bebido de un mismo espíritu". De modo semejante, en

la creencia de que el bautismo de Efesios 4 no es un bautismo ritual,

el Dr. Merril Frederick Unger escribe:

"Erróneamente se ha dicho que el bautismo del Espíritu Santo es una

operación efectuada una vez por todas en el Pentecostés (Hch. 2) y en la casa de

Comelio (Hch. 1 O) y que entonces cesó. Se sostiene que durante la edad presente

no hay bautismo con el Espíritu Santo. Dicen que 1 Corintios 12: 13 está

construido como refiriéndose a esos eventos. Pasajes tales como Romanos 6:3,4;

Colosenses 2: 12; Gálatas 3: 27; 1 Pedro 3: 21, se refieren exclusivamente al

bautismo de agua. El 'un bautismo' de Efesios 4:5 también se sostiene

firmemente que se refiere al bautismo de agua, y a eso solamente. El Dr. L. M.

Haldeman 1, adoptando esta posición comenta así sobre Efesios 4:5: 'Si fuera

bautismo del Espíritu Santo, el bautismo con agua sería excluido. No hay

autoridad ni lugar para él. Ningún ministro tendría derecho de efectuarlo, o

someterse a él sería no sólo sin autoridad sino inútil, totalmente sin sentido. Si es

el bautismo con agua, el bautismo del Espíritu Santo no es efectivo por más

tiempo. El bautismo tiene que ser o el uno o el otro, el del Espíritu o el de agua.

No puede ser ambos a la vez. No son admisibles ambos por más tiempo' (Holy

Ghost or Water?, p. 4). Otros, adoptando la posición opuesta, mientras insisten

correctamente que Efesios 4: 5 se refiere al bautismo del Espíritu Santo,

drásticamente descartan cualquiera otra práctica de bautismo con agua para la

era de la Iglesia. Por supuesto, aunque ellos encuentran la práctica del bautismo

ritual regularmente en la iglesia primitiva (Hch.2:38; 8: 12,13,16,36; 9: 18;

10:47,48; 16:15,33; 18:8; 19:3,5) y mencionado en 1 Corintios 1:13-17, se

1 Nota del autor: El Dr. Haldeman es uno de los más esclarecidos pensadores

y lógicos de su generación. Por lo tanto, es raro que él no reconociera la

necesaria. confusión a la que llevaría a la postre su interpretación. Lógicamente o

no, aquí el Dr. Haldeman admite la perplejidad que surge cuando se supone que

hay dos bautismos independientes y no relacionados en la Iglesia -el de agua,

relacionado con la muerte de Cristo, y el otro relacionado con el Espíritu Santo.

Aparentemente el Dr. Haldeman sostiene junto con otros de su escuela exegética,

que el bautismo fue efectuado para todos, y una vez por todas en el Pentecostés,

que anticipó la compañía elegida que sería salva, y que, siendo ejecutado al

principio de la historia de la Iglesia, no entra en conflicto con el bautismo ritual.

Pero seguramente, la mera cuestión de tiempo, para determinar cuándo fue

operado el bautismo del Espíritu, no cambia el hecho de aquel bautismo

particular, bien puede ser, aún si se operase el día de Pentecostés el bautismo de

Efesios 4: 5.

982 NEUMATOLOGIA

piensa que de esta práctica, como que la han confinado a la temprana iglesia

'Judaica', y descontinuado por el Apóstol Pablo, cuando la 'Real' iglesia

Nuevotestamentaria hubo de empezar tarde en el libro de los Hechos. Esta

posición ha de ser repudiada. El hecho básico, que es ignorado, es que la Iglesia

propiamente principió con el bautismo del Espíritu el Día de Pentecostés

(Hch.l:4;2:4,47 con 11:6; 1 Co.12:13), y que el bautismo con agua fue

regularmente administrado no sólo en la así llamada temprana iglesia "Judaica",

sino también mucho tiempo después en las iglesias 'gentiles' plenamente

establecidas (Hch.l8: 8; 1 Co.l: 13-17).

El Apóstol, hablando del 'un bautismo' en Efesios 4:5, para estar seguro,

está hablando del bautismo del Espíritu, el cual es semejante al caso de Romanos

6:3y4; Colosenses 2:12; Gálatas 3:27. Pero cuando él describe esta

trascendental operación como el 'un bautismo' , y como una de las siete

unidades esenciales que hay que reconocer y guardar para mantener la unidad

cristiana y la concordia ¿quiere decir él necesariamente que no ha de

administrarse más el bautismo de agua? ¿No quiere decir él meramente, Hay

un solo bautismo (espiritual)? Su tema en Romanos 6: 3,4; Colosenses 2: 12 y

Gálatas 3:27 no es más el bautismo de agua de lo que es en Efesios 4:5. En estos

pasajes el santo Apóstol para nada está considerando el bautismo ritual. La

sublimidad del pensamiento, el contexto del argumento, la exaltada naturaleza

de las realidades enseñadas concurren fuertemente en apoyo de esta posición. El

está hablando de algo infinitamente más alto -no de una mera ordenanza

simbólica que no tiene poder para operar un cambio intrínseco, sino de una

operación divina que nos coloca eternamente en Cristo, y en Sus experiencias de

la crucifixión, muerte, sepultura y resurrección. Es de temerse que el que lee en

estos sublimes pasajes algo así como el bautismo de agua, los ha colocado en el

'potro' eclesiástico, torturándolos y retorciéndolos hasta hacerlos proferir

alguna confesión que no se encuentra escrita en ellos. Por cierto, este torcido y

corruptor proceso principió muy temprano, quizá aún en el mismo tiempo del

gran Apóstol. Pero parece evidente, si los hechos históricos y filológicos nos

permiten hablar, aquellos lectores del primer siglo, íntegros como la verdad,

nunca hubieron de pensar en leer de bautismo de agua en estos pasajes. Para ellos

significaban bautismo del Espíritu, y nada más. Su propio patrón les hubiera

impedido asociarse con cualquier uso ritual del agua. Su cabal concepto del

significado y forma del bautismo les hubiera sido enteramente extraños en

cuanto a las palabras del Apóstol concernientes a 'muerte', 'sepultura' y

'resurrección'. Nunca se le hubiera ocurrido a él relacionar estas figuras con el

bautismo de agua.

El bautismo, con referencia a las ceremonias levíticas del Antiguo

Testamento (He.9: 10), había alcanzado un amplio significado de ''limpiamiento

ceremonial,' o de purificación ritual por agua, y eso por medio de aspersión o

afusión (pringamiento o derramamiento), siglos antes de la era cristiana.

Fairchild, con pleno acopio de hechos é indiscutible lógica, prueba

conclusivamente este uso establecido de {3amítw aportado de la Septuaginta, los

Apócrifos, Josefo y del Nuevo Testamento griego (Edmund B. Fairchild, Letters

on Baptism, pgs. 32-122). Dale, con brillante y exhaustiva instrucción, empleó

con consumada minuciosa habilidad, exámenes científicos de cada frase sobre

esta materia, concluyendo así su obra monumental sobre el estudio del bautismo

entre los antiguos judíos: 'El bautismo judaico es una condición de purificación

ceremonial efectuada por el lavamiento. . . rociamiento, derramamiento, no

dependiendo en manera alguna de ninguna forma o acto, o bien, cubriendo el

EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO 983

objeto' (James W. Dale, Judaic Baptism, p. 400). Dale concluye su gran obra

sobre el estudio de Juan el Bautista con estas palabras: 'Este mismo {3árrrw¡J.a es

declarado por palabra y exhibido en símbolo por la aplicación de agua pura a la

persona en la ordenanza ritual. Este es el Bautismo Juanino en su sombra ...

Hundir o sumergir en agua es fraseología enteramente desconocida al bautismo

de Juan' (Johannic Baptism, p. 417). Abundan pruebas bíblicas, históricas y

filosóficas, por tanto, que Juan el Bautista 'purificaba ceremonialmente'

(bautizaba) pringando o vertiendo agua, que Jesús fue de esta manera bautizado

(consagrado) en Su Sacerdocio (Ex.29:4; Sal. 110:1; Mt.3:15; He.7:9, E. E.

Hawes, Baptism Mode Studies, pgs. 81-109), y ese temprano bautismo judío o

cristiano no conoció otra manera (James W. Dale, Christic and Patristic Baptism,

pgs. 162-240).Con todo el peso del uso establecido de la palabra {3arrrltw:que lo

respalda aclara el cristal como un resultado del gran conocimiento del judaísmo,

como Rabí instruido, cuán irreflexivo es que el gran Apóstol hubiera violado así

cada principio del uso en lenguaje y costumbre de siglos, como para haber hecho

{3arrrítwen pasajes tales como Romanos 6: 3,4; Colosenses 2: 12; Gálatas 3: 27;

Efesios 4: 5, referirse a algún modo a bautismo de agua, ciertamente, no por

cierto al bautismo de agua! "- The Baptism with the Holy Spirit, Bibliotheca

Sacra, CI, 244-47.

1 Pedro 3:21. "El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva

(no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de

una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo."

La tendencia peculiar de muchos de asumir que en cualquier parte

en donde ocurre la palabra {3a1rrítw implica el bautismo ritual, ha

producido mucha confusión. A la luz de su relativa importancia, sería

razonable asumir que el bautismo real está a la vista hasta que no

aparezca prueba de que se trata del bautismo ritual. En este pasaje se

notan dos puntos: ( 1) que el bautismo mencionado tiene un efecto

salvador y (2) que está relacionado con la resurrección de Cristo, el

cual es, vitalmente el real y verdadero bautismo, cosa que no es cierto

en cuanto al bautismo ritual.

Marcos 16:16. "El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más

el que no creyere, será condenado."

Otra vez se menciona el bautismo como con poder para salvar.

Evidentemente la referencia es al bautismo real. Sobre este pasaje el

Dr. G. Campbel Morgan escribe: "El que creyere (esa es la condición

humana) y fuere bautizado (ese es el milagro divino) será salvo.

Cuando se afirma el lado negativo, se omite el bautismo, como que es

innecesario; porque el que no cree no puede ser bautizado. Si es

bautismo de agua, se puede; pero si es el bautismo del Espíritu Santo,

no" (The Spirit of God, pgs, 181 y 182).

Como sumario de estos siete pasajes sobre el bautismo del Espíritu

Santo, se puede observar que 1 Corintios 12: 13 -que no sólo es el

primero de ellos cronológicamente, sino que es el testimonio central

respecto al bautismo del Espíritu- declara directamente lo que ese

984 NEUMATOLOGIA

bautismo cumple. En el segundo (Gá.3:27) se dice que el bautismo

del Espíritu resulta en la colocación en Cristo. En el tercero

(Ro.6: 1-l O) está a la vista la identificación con Cristo en Su

crucifixión, muerte, sepultura y resurrección, como un juicio del

pecado, y con el fin de que los creyentes puedan andar en el poder de

la resurrección a pesar de la naturaleza pecaminosa. En el cuarto

pasaje (Col. 2: 9-12) la misma influencia de la muerte de Cristo

(contemplada aquí como una circuncisión espiritual), sepultura y

resurrección otra vez se dice que es un bautismo. En el quinto pasaje

(Ef. 4:4-6) se presenta el bautismo del Espíritu como uno de los

elementos unificadores en el Cuerpo de Cristo. En el sexto y séptimo

(l P.3:21 y Mr.l6: 16) este bautismo está relacionado a la salvación

como un mayor y vital aspecto de ella. Siendo que por el bautismo

del Espíritu el creyente es unido a Cristo, más de cien pasajes que

contienen la frase en Cristo o en El (esto es, en Cristo) se podrían

agregar a esta lista si fuese necesario.

Puede resultar provechoso el llamar la atención una vez más en

este punto al significado secundario de {3a1rrítw -significado que tan

extensamente tiene en el Nuevo Testamento- es decir, que aparte de

una inmersión física una cosa bautiza a otra cuando ejercita su poder

e influencia sobre esa otra cosa. Cristo da el Espíritu Santo a todos

los creyentes para que viva en ellos, para conformados y para

capacitarlos; así el creyente viene a estar bajo la influencia del

Espíritu Santo. Un don semejante no es un bautismo físico en ningún

sentido, pero es esa forma de bautismo que asegura ese poder

dominante y su influencia. El ser unido a Cristo por el bautismo del

Espíritu no es un envolvimiento físico en Cristo o en Su Cuerpo; no

obstante, es un verdadero bautismo en que el que así es unido al

Señor no sólo ha sido colocado por el Espíritu que bautiza, sino que

el tal viene a quedar bajo todos los inmensurables valores de todo lo

que Cristo es y todo lo que El ha hecho, estando en Cristo. La

importancia de un debido reconocimiento de todo lo que incluye el

significado secundario de {3a1rrítw difícilmente puede ser

sobreestimado. La mayor parte de los teólogos más o menos han

relacionado definitivamente el bautismo ritual con la obra del

Espíritu, como una sombra o símbolo está relacionado con la

sustancia o realidad. Pareciera que otros teólogos han perdido del

todo el significado secundario de esta gran palabra por la manera

sectaria de defender la forma del bautismo ritual.

111. LA COSA CONSUMADA

En este punto de la discusión se hace frente a una de las más

EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO 985

grandes revelaciones del Nuevo Testamento: Nada menos que el tema

de toda la doctrina Paulina de la Iglesia. Aunque a este gran aspecto

de la verdad se le ha dado un extenso tratamiento al estudiar

Eclesiología, ha de introducirse nuevamente, siendo, como lo es, un

aspecto tan vital en la doctrina del bautismo del Espíritu.

Prescindiendo de su lugar fundamental en la teología Paulina, esta

fase de la Eclesiología es casi totalmente descuidada por los teólog_os

~1 Pacto, y por la razón obvia que su ideal de un pacto que unifique

tod"a la Biblia es frustrado pói' la revelación de una nueva Jefatura y

su Nueva Creación. La denuncia antes mencionada, hecha a efecto de

que el aspecto total de la doctrina de la resurrección de Cristo

-céntrico en la teología Paulina- es descuidado, es de lo más serio y

dafiino. El alcance e importancia de la doctrina del bautismo del

Espíritu, entonces, hay que verlo desde el punto de vista del objeto

que logra.

l. UNION ORGANICA. Las ilustraciones divinas de esta unión

producida entre Cristo y el creyente incluye aquella del olivo silvestre

injertado en la oliva (Ro.ll: 17) y la unión de un miembro al cuerpo

humano. Fácilmente se reconoce que la cirir'ía humana no intenta ~

una ejecución de esta naturaleza, más esto n6' determina nada en el

valor de la figura en cuanto al establecimiento de la unión que

engendra el Espíritu. Una intensidad de obras internas se aseguran

cuando el creyente es unido a Cristo que, aunque enteramente

sobrehumana, sin embargo está pálidamente ilustrada por estas

figuras humanas. Tanto la rama como el miembro del cuerpo llegan a

tener vida, a ser partes orgánicas de aquello a que están unidos. Esta

nueva relación según se establece en el caso de las ramas y de los

miembros, resulta en la vida de la oliva y del cuerpo, circulando en

esa rama y en ese miembro. Este doble resultado lo expresa Cristo en

siete de las más pequefias, pero más significativas palabras jamás

expresadas. Ellas proporcionan una expresión en miniatura de una de

las obras maestras del infinito. Las siete palabras son: "Y o en

vosotros y vosotros en mí" (Jn.l4:20). Como se ha indicado antes,

aquí se reconocen dos poderosos ministerios del Espíritu -el de

formar a Cristo en el creyente, o sea la obra de la regeneración ("Y o

eñ vosotros") y la de colocar al creyente en Cristo, o sea la obra de

bautizo que El realiza ("vosotros en mí"). Ningún lenguaje humano

puede descnb1r estas dos realidades:Ya sea con respecto al carácter

celestial sublime de estas bendiciones o con respecto a su eterna

duración.

2. LA ORACION CUADRUPLE DE CRISTO. No cabe la mínima

sorpresa cuando se observa por primera vez que Cristo hizo la misma

declaración en su última oración sacerdotal. Dos veces dijo El: "Ellos

986 NEUMATOLOGIA

no son del mundo como tampoco yo soy del mundo" (Jn.l7: 14,16).

¿Por qué, realmente, habría de repetirse alguna palabra del Hijo

dirigida al Padre? La respuesta es que por hacerlo así se ha registraqo

un énfasis, en este caso, uno que exalte la verdad de la separación del

creyente del mund~ o sistema mundano. Con todo, si el Salvador

repitiera cuatro veces la misma petición, como efectivamente sucedió

en la misma oración sacerdotal, el énfasis excede todos los límites y

demanda la atención en un grado incomparable. Estas son las cuatro

peticiones similares que El expresó en esta oración: "Que ellos sean

una cosa, como nosotros somos una cosa" (v.ll ), "Que todos se-ªn

uñó; como tú Padre, en mí, y yo en tí; que también ellos sean !:n

nosotros una cosa" (v.21), "Para que sean una cosa como también

nosotros somos una cosa" (v.22), "Para que sean consumadamente

una cosa" (v.23). Este énfasis cuádruple exalta el objeto por el cual

El oró, sobre otros aspectos de esta oración, haciendo caso omiso de

que todas tenían un carácter sobrenatural. El Seftor está pidiendo al

Padre que realice una cosa muy definida. A pesar de las nociones a

efecto de que los hombres tienen la responsabilidad de contestar esta

petición, la súplica es para que el Padre haga esta misma cosa; y

cuando se considera la naturaleza y el alcance de la cosa pedida, hay

completa evidencia de que solamente . Dios podría contestar esta

oración. ij_ay tres grandes unidades expresadas en la Biblia: La uni<!,ad

entre las Person · a Deidad l i ad entre las Personas de la

. eidad y el creyente, en la que se dice que cada Persona está en el

creyente y el creyente está en cada Persona; y la unidad entre los

éreyentes mismos. A todas estas tres unidades se refiere Cristo en esta

oración sacerdotal, como se hallan registradas en los versículos 21,22

y 23. De cualquier modo, la unidad de los creyentes es la petición

básica en esta parte de Su oración. El presenta la unidad entre las

Personas de la Deidad y los creyentes como la base para la unidad

entre los mismos creyentes. Por tanto, ellos serán uno cuando esta

oración sea contestada, porque ellos "están en nosotros"' esto es, en

las Personas de la Deidad. Sería imposible para los creyentes estar en

las Personas de la Deidad, que son una, y así no estar constituidos en

una unidad entre ellos; pero todavía el dominio del infinito~s

alcanzado cuando el Salvador ora que los creyentes puedan ser .J.i.J:Jo

con relación del uno al otro, "como tú, oh Padre, en mí y yo en tí"

( v. 21 ). ¿Qué m en te puede concebir o qué lenguaje puede expresarla

realidad declarada de lo que el Hijo pide, oración que no puede

quedar sin respuesta, que el Padre críe una unidad entre los creyentes

al nivel de la unidad que existe entre las Personas de la Deidad? La

verdad de la existencia trina de Dios es un misterio sublime, así su

exaltación es una realidad que entra completamente en la esfera de lo

EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO 987

infinito. A la luz de este hecho, debe llegarse a la conclusión de gue

medida por el mismo Dios, es realizada por Su poder creativo l!!!a

unidad entre los cristianos similar a la que une a las Personas de la

~d. ¡Cuán trágico es que por carecer de la debida instrucciót;k,s

cristianos en su mayoría nunca han oído de una relación tal! ¡Y

cuán deplorable el falso concepto de concebir esta unidad como una

mera membresía en organizaciones eclesiásticas humanas!

Esta cuádruple petición del Hijo de Dios fue primeramente

contestada el Día de Pentecostés, cuando todos los creyentes

existentes entonces fueron bautizados en un cuerpo por el Espíritu

Santo, formando así el cuerpo de Cristo, y todos bebieron de un

mi~mo Espíritu, a fin de que pueda existir una unidad entre las

Personas de la Deidad y los creyentes. A esta compañía original y por

la misma operación del Espíritu Santo, todos los que han sido salvos

desde aquel día hasta hoy, han sido unidos a Cristo cuando creyeron,

y como un aspecto de su salvación. De esta manera, y sólo así, ha

sido contestada la oración de Cristo.

3. LA UNICA BASE DE JUSTICIA IMPUTADA. Que haya una

justicia que el creyente posee enteramente aparte de toda obra propia

o esfuerzo alguno, y como un don de Dios (comp. Ro. 5: 17) es pura

revelación y está libre de cualquier experiencia confirmatoria;

además, esta justicia conferida es la única ue Dios ace ta a en el

tiempo o en a eternidad. El mismo, siendo infinitamente ·usto, no

pí'tede recibir nada menos ue o ue 1 mismo es. Desde el momento

ue a presente salvación es eterna e íntimamente asociada con Dios

en Su habitación en la sublime gloria, es obvia la necesidad de ser

clasificada para esa esfera con una erfección ue e la ue

pue e proveer la capacidad humana. Así escribe el Apóstol: "Dando

gracias a Dws que nos hizo aptos para participar de la suerte de los

santos en luz" (Col.l: 12). Con respecto a esa justicia que es don de

Dios por medio de Su Hijo, Abraham es el modelo divinamente

ordenado. Aunque es la cabezá de la raza judaica, él no representa a

los judíos bajo la Ley Mosaica, siendo que la ley no fue promulgada

entonces; más bien él representa al creyente de la era actual bajo la

relación de acia cómo él mismo lo estaba, ba·o la misma re "ón.

racticamente ca a 1 us racion emp eada por el Apóstol para enseñar

la gracia de Dios como ahora es ejercitada a favor de los que no

tienen mérito alguno, es tomada de la vida y experiencia de

Abraham. En respuesta a la promesa de Dios acerca de un hijo,

Abraham creyó a Dios y dijo amén, y su fe vino a ser la base de la

justicia imputada. Esa justicia que le lüe otorgada a Abraham en

respuesta a su fe, 'iihora es conferida a todos los que ejercitan la

misma fe en la Palabra o promesa de Dios. Está escrito: "Y no

988 NEUMATOLOGIA

solamente por él fue escrito que le haya sido imputado, esto es, a los

que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús Señor nuestro"

(Ro.4: 23,24 ). Se dice de Israel que fracasó en asegurarse esta justicia

porque la buscaron por medio de las obras de la ley y no por la fe;

pero algunos gentiles que anduvieron no en la justicia que es por la

Ley, o sea sobre una base que no es mérito personal, hallaron la

perfecta justicia de Dios creyendo en Cristo. El fracaso de Israel

-como pasa con incontables miembros de las iglesias actualmenteha de hallarse en el hecho .de que ellos eran "ignorantes" respecto a la

perfecta provisión de la justicia imputada y procuraban establecer su

propia justicia personal como la base de su aceptación ante Dios, no

sabiendo que Cristo contesta cada necesidad del que no tiene mérito

alguno y que El mismo es "el fin de la Ley para aquel que cree"

(Ro.9:30-10:4) V Estar en Cristo es estar en posesión de la ·usticia de Dios ue es en

Cristo Jesús ue respon e a cada necesidad ara un carácter así

tanto para esta vida como para a vem era. Los incrédulos no están

én Cristo, ni Cristo en ellos; pero cuando uno de éstos cree en El

como su Salvador, instantáneamente llega a estar en Cristo por el

ministerio regenerador del mismo Espíritu. Esta gran operación doble

del Espíritu Santo cumple la predicción hecha por Cristo a Sus

discípulos en Su despedida en el aposento alto, en especial: "En

aquel día vosotros conoceréis que Yo soy en mi Padre, y vosotros en

mí y Yo en vosotros" (Jn.14:20). Las palabras determinantes en esta

operación es en Cristo o sus sinó" irnos en El, en el Amado, y es

rectsamente esa incomparable posición en Cristo, asegurada por el

bautismo del Espíritu en Cristo; porque es imposible que al uien

p~ iera estar en risto y no participar e o que Cristo es, Quien es Ja

justicia de Dios. A causa de su carácter aparentemente insignificante,

las palabras en Cristo o en El, son pasadas por alto, aun en los

siguientes pasajes; ~do lo que se declara en cuanto a los cristianos _se

hace depender únicamente del hecho de que uno que de este modo

ha sido bendecido está en Cristo: "Porque no hay condenación para

los que están en Cnsto Jesús" (Ro.8: 1); "Mas de El sois vosotros,

quien por Dios es hecho sabiduría, y justificación y santificación y

redención ( 1 Co.l: 30); "Si alguno está en Cristo, nueva criatura es;

las cosas viejas pasaron y he aquí, todo es hecho nuevo". . . "porque

al que no conoció pecado por nosotros Dios lo hizo pecado; para que

nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en El" (2 Co.S: 17 y 21 );

"Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos

bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en

Cristo. . . para alabanza de Su gracia, en la que nos hizo aceptos en el

Amado" (Ef.l: 3,6); "Mas ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro

EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO 989

tiempo estabais lejos habéis sido hechos cercanos por la sangre de

Cristo" (Ef.2: 13 ); "Porque en El habita corporalmente toda la

plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en El, que es la

cabeza de todo principado y potestad" (Co.2:9,10). Sumados a estas

Escrituras están todos los pasajes relacionados con la aceptación,

justicia, y justificación en el acto de creer.

En un previo estudio de la doctrina de la justicia imputada como

algo que es garantizado por el Bautismo del Espíritu, se ha señalado

que al alcanzar la justicia de Dios no sólo se realiza en base a la

posición del creyente en Cristo, sino que,...e,l don de la justicia está

f"!;!ndado en el aspecto agradable de la muerte de Cristo por el cual El,

como sustituto de los que sin méritos vienen a El, se ofreció sin

mancha a Dios, habiendo así renunciado a Sus pro ios méritos ara

ha~rlos asegm les, sobre un terrena de justicia, para todos los que

c~n

4. DEBIDO RECONOCIMIENTO DE LA UNION. Habiendo

declarado en los primeros tres capítulos de la Epístola a los Efesios

las posiciones y posesiones de todos los que están en Cristo Jesús, el

Apostol apela a ella para que quienes han recibido tales bendiciones

se esfuercen en "guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la

paz." No se les dice que formen una unión, sino más bien que

guarden la unión que el Espíritu ha efectuado. Esto se hará

únicamente cuando cada hijo de Dios reconozca y aine a todos los

otros hijos de Dios. Ese reconocimiento y amor no producen unidad,

pero tienden a guardar la unidad existente. Esta unidad se manifiesta

en siete factores que el mismo Apóstol enumera: "Hay un cuerpo, y

un Espíritu, como sois también llamados a una misma esperanza de

VÜestra vocación: un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de

todos, el cual es sobre todoSY'Por todos, y en todos" (Ef.4:4-6).

'IOOas estas cosas son unificadoras en su carácter y ninguna más que

"el bautismo" por el Espíritu, por el cual el individuo llega a ser

miembro de un Cuerpo espiritual. El bautismo ritual, como se ha

indicado antes, en sí mismo no tiene oder i ad;

an es, por el contrario, ha servido más que otras cosas para romper la

observancia de la unidad que Dios ha hecho.

Al reprobar Pablo la conducta de los cristianos de Corinto respecto

a pecados, o tolerados entre ellos en sus asambleas, él colocó a la

cabeza de la lista de cosas reprobables, sus divisiones y espíritu

sectario. Tales divisiones son lo opuesto a la gracia cristiana de

guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. El Apóstol la

pone esta amonestación en primer lugar en la Epístola a los Corintios

siendo, como lo es, de primera importancia en la estimación divina

para guardar la unidad del Espíritu. Así se ve que el sectarismo es de

990 NEUMATOLOGIA

lo más desagradable a Dios y un rudo desaire para aquello que Dios

ha efectuado. Como el guardar la unidad del Espíritu es una

responsabilidad personal, de la misma manera la amonestación viene

a ser de una consideración personal.

5. LA BASE DE APELACION PARA UNA VIDA SANTA. Hay

una infinita diferencia entre lo que Dios puede hacer para el creyente

y lo que el creyente puede hacer para Dios. El orden de la verdad en

las grandes Epístolas doctrinales al reflejar la revelación bajo la gracia,

es declarar primero lo que ha hecho Dios por los que creen para

salvación de sus almas y entonces apela a los tales para que anden

dignamente, o como conviene a los que así han sido salvados. Este

orden no puede ser invertido o descuidado sin producir gran

confusión o perjuicio. Intentar ser bueno a fin de ser acepto ante

Dios no sólo es sin esperanza, sino ue en su carácter es un legalismo

Y..:... e acuerdo con los resultados ya obtenidos, probará ser tan débil

como la carne en la cual se apoya. Por otra parte, exhortar a los

hombres a andar dignamente con cabalidad y perfección en Cristo a

quien el Espíritu los ha traído, es ponerlos ante el más elevado de

todos los motivos de acción. El nuevo problema en ·cada vida

cristiana no es cuán bueno tiene que ser uno para ser acepto a Dios;

sino cuán bueno ha de ser uno que ha s1do aceptado por Dios. Tál

conformidad al más alto de los ideales celestiales en cuanto a su

carácter es de pura gracia, siendo sus demandas una expresión

voluntaria de un corazón agradecido, y no una obediencia forzada de

la ley como el fundamento de una relación para con Dios. Jamás fue

ofrecida por Dios tal capacitación bajo la ley; pero una vida que

glorifique a Dios es posible bajo las provisiones de la gracia.

IV. SU CARACTER DISTINTIVO

Como una consumación de lo dicho anteriormente y habiéndose

implicado en discusiones previas, los varios aspectos de la verdad que

son peculiares a este tema ahora puede presentarse en orden. Los

hechos primarios -distintos de las obras de regeneración, morada y

llenura- no mencionados en el Antiguo Testamento, que no

estuvieron en operación antes del Día de Pentecostés, y que no se

anuncia para la era futura, los restringe a la edad presente, y se ve que

sus beneficios son exclusivamente a favor de la Iglesia, la Nueva

Creación; en efecto, lo que IÍ:t Iglesia representa en su exaltada gloria

celestial es debido casi totalmente a este ministerio específico del

Espíritu Santo. El que una compafiía sería llamada uno por uno de

entre judíos y gentiles, de los cuales cada individuo es perfeccionado

en la absoluta plenitud o 1T).-'TÍPWIJ.a de Cristo, el mismo que es la

EL BAUTISMO DEL ESPIRITO SANTO 991

7r}..i¡pw¡J.a de la divinidad corporalmente (comp. Jn. 1: 16; Col. 1: 19;

2:9, 10), siendo así acondicionado en cada respecto para la magnífica

gloria, es una innovación que los del Pacto no pueden admitir. En el

bautismo con el Espíritu Santo los méritos de cada miembro en el

Cuerpo de Cristo dependen de lo que él ha sido hecho "apto para

participar de la suerte de los santos en luz" (Col. 1: 12). Es

verdaderamente trágico el descuidar estas grandes realidades, si no

rechazarlas, sólo porque algunos sistemas humanos no pueden hallar

un lugar para ellas. Los que así han quedado desposeídos de la

revelación ¡cuántas privaciones del conocimiento de la verdad y de

su poder santificador han sufrido! Debe dársele gracias a Dios que

los salvos, de cualquier sistema teológico a que pertenezcan, poseen

estas bendiciones ya sea que lo entiendan o no; porque tal es el sello

de su salvación. En Su misericordia Dios nunca ha limitado sus

bendiciones a lo que el creyente entiende. Al explicar las

peculiaridades del bautismo real enfatizaremos una vez más ciertas

verdades sobresalientes.

l. NO ES REGENERACION. La obra del Espíritu Santo al

regenerar resulta en la comunicación de la naturaleza divina que es

"Cristo en vosotros la esperanza de gloria" (Col. 1 :27), mientras que

el bautismo del Espíritu resulta en la colocación del creyente en

Cristo. Como ya se ha asegurado, hay una infinita diferencia en lo

que Cristo expresó cuando dijo: "Vosotros en mí" -el resultado del

bautismo del Espíritu, y "Y o en vosotros"- el resultado de la

regeneración por el Espíritu.

2. NO ES LA MORADA. El Espíritu Morador, la dádiva de Cristo

a cada creyente es, en el estricto pero secundario significado de

{3a1rrítw, una forma de bautismo. Cristo bautiza así a cada creyente

cuando éste es salvado, con el don del Espíritu Santo. En esta

conexión se han citado seis pasajes: Mateo 3: 11; Marcos 1 : 8; Lucas

3:16; Juan 1:33; Hechos 1:5; 11:16. Cada uno de estos versículos

afirma claramente que Cristo es el agente bautizante y que por Su

bautismo el creyente es puesto bajo la influencia que engendra la

presencia del Espíritu Santo. El don del Espíritu para morar en el

creyente, dádiva que es universal y otorgada al momento de la

salvación y entonces como parte integrante de ella, no debe estar mal

fundada por causa de un error muy común, especialmente el que

supone que el Espíritu se recibe subsecuentemente a la salvación y

por un limitado número de personas que "perseveran" o "buscan"

una segunda bendición. Los beneficios que el Espíritu asegura son la

porción de todo creyente y no son las manifestaciones resultantes de

la llenura del Espíritu. Contra todas estas falsas interpretaciones hay

un grupo de pasajes ya citados -especialmente 1 Corintios 12: 13;

992 NEUMATOLOGIA

Gálatas 3:27; Romanos 6:3, 4; Colosenses 2: 11-13; Efesios 4:5;

Pedro 3:21; Marcos 16:16- que representan o sugieren al Espíritu

como el bautizante, y a Cristo, o Su Cuerpo, como el elemento

receptor. Esto es lo que se llama bautismo real, porque es efectuado

por el Espíritu Santo, colocando al creyente en Cristo y asegurándole

así los méritos de, y la permanencia en el Hijo de Dios.

3. NO ES LLENURA. Se observará que el bautismo del Espíritu es

confundido más con la llenura del Espíritu que con cualquiera de Sus

otros ministerios. Aunque el examen del ministerio de la llenura del

Espíritu Santo no se ha intentado todavía, siendo la próxima y final

división mayor de este volumen, bien pueden seiíalarse ciertos

contrastes obvios entre el bautismo y la llenura del Espíritu. Primero,

y de manera permanente, el bautismo en Cristo por el Espíritu es

efectuado una sola vez, cuando el creyente es salvado (y permanece

como una realidad inmutable para el tiempo y la eternidad), mientras

que la llenura del Espíritu puede ser subsecuente a la salvación y

repetida a menudo. Segundo, no hay experiencia o llenura

relacionada con el bautismo del creyente en Cristo por el Espíritu,

pero todas las manifestaciones de bendiciones y de poder están

relacionadas directamente con, y debido a, la llenura del Espíritu.

Tercero, nunca se ordena a los cristianos que sean bautizados en

Cristo por el Espíritu, siendo que esa es la parte de todos los que

creen; pero cada hijo de Dios es exhortado a ser lleno

constantemente por el Espíritu Santo. Cuarto, como se declara

arriba, cada creyente es bautizado en Cristo por el Espíritu; pero no

todo creyente necesariamente es lleno del Espíritu Santo. Quinto, el

bautismo. en Cristo por el Espíritu resulta en que el creyente está

unido vitalmente con Cristo por toda la eternidad, mientras que la

llenura del Espíritu produce manifestaciones externas y bendiciones

para el presente. El bautismo establece el fundamento del cristiano,

mientras que la llenura tiende a perfeccionar el estado del cristiano.

El bautismo es un aspecto de la salvaciófl, mientras la llenura se

relaciona con servicio y galardón. Sexto, el bautismo en Cristo por el

Espíritu se efectúa cuando se cumplen los términos de la salvación,

en tanto que los términos que gobiernan la llenura de los cristianos son

tales como que el cristiano se ponga día tras día en la relación

correcta con el que lo ha salvado.

CONCLUSION

Tanto la introducción como la conclusión del artículo ya citado,

El Bautismo del Espíritu Santo del Dr. Merril Frederick Unger, puede

servir como el cierre de esta discusión relativa al bautismo del

EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO 993

Espíritu para colocar al creyente en Cristo. Escribe el Dr. Unger así:

"El bautismo del Espíritu Santo es una de las doctrinas escriturales más

vitales e importantes. Su vasto significado realmente puede apreciarse cuando se

realiza que es la operación divina del Espíritu de Dios, quien coloca al creyente

'en Cristo' , en Su Cuerpo místico, la Iglesia, y quien lo hace uno con todos los

creyentes en Cristo; uno en vida, la misma vida del Hijo, de Dios mismo; uno en

El, una Cabeza común; uno en la participación de la común salvación, esperanza

y destino. Verdaderamente, una somera consideración revelará el valor

supremo y las arrolladoras ramificaciones de este vital terna bíblico, afectando,

corno lo hace, tan íntimamente y de modo vital la posición y experiencia del

creyente, su permanencia y estado. Lo asombroso es, sin embargo, que un sujeto

de tan trascendental importancia, de efectos tan latos en la posición y la práctica

del cristiano, sufriera tan tristemente a manos de amigos y de enemigos. De sus

enemigos no ha sufrido tanto una abierta oposición y hostilidad como su crónico

menosprecio. Es simplemente ignorado o, a lo menos, tratado superficialmente.

Los que rechazan la enseñanza dispensacional que proponen 'Un Pacto de

Gracia Permanente' , que no hacen distinción adecuada entre la 'asamblea' de

Israel en el desierto en el Antiguo Testamento, y la Iglesia corno el Cuerpo de

Cristo en el Nuevo Testamento, sencillamente no saben qué hacer con ella. Les

queda en todo ello un acertijo escritura!. Si esta doctrina ha sufrido a manos de

sus enemigos, ha sido especialmente 'herida en casa de sus amigos.' Una

multitud de inteligentes y significantes cristianos, en evidente reacción contra el

descuido y omisiones con que se ha atendido esta verdad, la han tornado con

ánimo según su gran énfasis y prominencia. En su celo y entusiasmo, sin

embargo, no siempre se han limitado a las declaraciones claras y apropiadas de la

Biblia. Ciertamente, sería difícil encontrar un tema bíblico usado tan

apropiadamente para enseñar de una vida espiritual más profunda, y que al

mismo tiempo esté tan sujeto a más equivocaciones, falencia y confusión corno

éste. En ninguna parte de toda la línea de la teología Bíblica hay mayor

necesidad de precisar y corregir la base de la verdad vital que en el campo de esta

doctrina ...

Habiendo trazado en detalle la doctrina del bautismo del Espíritu como se

presenta en las Escrituras en todo el material a la mano, arreglado

ordenadamente, se ofrecen los resultados y conclusiones siguientes: ( 1) El

bautismo del Espíritu Santo es un tema de valor inmenso afectando vitalmente la

vida y andar de los creyentes, su permanencia y estado, sus posiciones y

posesiones en Cristo. (2) El bautismo con el Espíritu es uno de los que más se

abusa y confunden en toda la línea de sujetos de la teología Bíblica. (3) La causa

de la confusión se centra en confundir esta doctrina con las de la regeneración, la

recepción del Espíritu, la morada del Espíritu, el sello, con "una segunda

gracia", la llenura y con el bautismo de agua. ( 4) Los tristes resultados de la

confusión son: divisiones, malas interpretaciones, desunión en el Cuerpo de

Cristo, opacamiento del Evangelio de Gracia, perversión de la verdad de la unión

del creyente con Cristo, y tristes impedimentos en la santidad del andar y de la

vida cristiana. (5) Un cuidadoso estudio de todas las Escrituras que tratan del

terna ha descubierto que el bautismo del Espíritu Santo es meramente uno de los

diferentes ministerios ejecutados por la Tercera Persona de la Deidad desde Su

venida al mundo: que cada creyente en el momento que cree en Cristo es

regenerado, bautizado habitado y sellado por toda la eternidad, y tiene el deber

y privilegio de ser continuamente lleno para vida y servicio. (6) No hay ejemplo

994 NEUMATOLOGIA

en el libro de los Hechos, visto en la apropiada perspectiva dispensacional, de

ninguna variante con esta verdad. Que no hay base en toda la Palabra de Dios

para el error de considerar que el bautismo del Espíritu Santo sea una "segunda

experiencia" que se hace patente después de la regeneración. (7) El bautismo de

agua no aparece para nada en Romanos 6:3, 4,; Gálatas 3: 27; Efesios 4:5;

Colosenses 2: 12, y leerlo en estos versículos es obscurecer la verdad y aumentar

la confusión.

"Al proyectar su énfasis apropiado estas diferentes verdades, la doctrina del

bautismo del Espíritu Santo en seguida surge de la niebla y la bruma del error que

de tal modo la ha obscurecido y, en su majestuosa pureza y gran simplicidad,

viene a ser uno de los más preciosos factores de la unidad cristiana. ¡No

sorprende que el gran Apóstol clame que el "un bautismo" es uno de los siete

medios indispensables que hay que guardar para la realización de la "unidad del

Espíritu en el vínculo de la paz! (Ef. 4: 3-6)" ¿Quién puede imaginar la

majestuosa transformación que se operaría en la pobre, desgarrada y dividida

cristiandad si súbitamente desapareciera toda la coñfusión y obscurecimiento, y

que empezara a brillar en todo su esplendor la gloria de la verdad llenando el

orbe de la unidad de los cristianos en la Persona de Cristo por la obra del

bautismo del Espíritu, brotando en la conciencia de todo el pueblo de Dios?

Bendición, avivamiento, comunión y poder tal como la Iglesia jamás ha

experimentado, quizá desde los días de los Apóstoles; ese sería el resultado

inevitable. ¡Entonces no es de asombrarse que esta doctrina vital hubiera sido

siempre el blanco de los más arteros asaltos satánicos! Sabiendo que tal es el

caso en la actualidad debiera inspirarnos a su proclamación y su defensa con

intrépido denuedo é intransigente fidelidad, en vista de la sublime gloria de la

verdad imperecedera que representa." Op. cit., CI, 232-33, 497-99.

LA RESPONSABILIDAD DEL CREYENTE

CAPITULO XII

INTRODUCCION A LA RESPONSABILIDAD

DEL CREYENTE

Aunque privados del aspecto experimental, los ministerios del

Espíritu a favor del creyente ya citados: regeneración, morada, sello

y bautismo, han servido para establecer la verdad relacionada con las

posiciones y posesiones del cristiano. Este cuerpo de verdad bien

puede llamarse fundamental y primario en toda la doctrina cristiana;

pero también eslo que justamente se llama aspecto rráctico de la

verdad. Estos comprenden la responsabilidad de creyente en

pensamiento y acción Eara con Dios, para con su próiimo y para

consigo mismo. Con respecto a importancia, no puede haber

comparación entre estos dos aspectos de doctrina, aunque en un

sentido todo es efectuado completamente cuando uno cree, y por

otra parte ueda una perpetua obli ación descansando sobre el

convertido. o o stante la situación, toda igual, que cada pastor

confronta en la vida individual de sus feligreses está dentro de la

esfera de lo menos importante, la fase práctica de la doctrina. Bien

podría llamársele la verdad de la vida, siendo que tiene que ver con la

manifestación externa de lo que es infinitamente cierto y evidente en

la esfera de la verdad posicional. Cuán desvalido debe sentirse el

aspirante a doctor de almas que durante su entrenamiento nunca ha

oído ni siquiera una insinuación de 1.? instrucción específica que Dios

dirige a los creyentes, o de los planes divinos tan extensamente

enseriados en el Nuevo Testamento por las que el cristiano puede ser

más que vencedor sobre las fuerzas del mal por el poder del Espíritu

que en él mora. Sin embargo, no se puede esperar que los instructores

en los seminarios enseí'ien materias y cursos (no importa cuán

importantes sean) de los que ellos a su vez nunca han oído durante

los días de su preparación y que, naturalmente, siempre han

ignorado.

l. MOTIVOS INTELIGENTES

El cristiano que ha sido hecho perfecto para siempre, estando en

995

996 NEUMATOLOGIA

Cristo, no tiene que vivir una vida de imperfección mientras esté en el

mundo. El nuevo problema que enfrenta, corno se ha indicado antes

varias veces, no es cómo ha de vivir para ser acepto y perfeccionado

ante Dios, sino más bien, de cómo él que ha sido aceptado y

perfeccionado ha de vivir después que estas estupendas realidades se

han efectuado por la gracia y poder de Dios. Hasta que no sea

comprendida y recibida esta vital distinción, no habrá progreso en el

amplio campo de la verdad que dirige la vida y el servicio del

cristiano. Hasta que la verdad posicional es reconocida y recibida

hasta el punto de que el salvo conoce que él es salvado y

p_erfeccionado ante la vista de Dios sobre ninguna otra base que ésa;

por su parte él ha creído en Cristo para la salvación de su alma, y por

parte de Dios, él es justificado, siendo al mismo tiempo perdonado y

constituido ·usto or rnedi · rable bstitu ión

e Cristo: sufriendo la condena ·' or el demérito del creyente y

ofreciéndose El mismo corno la fuente de mérito, sólo puede a er

confusión y malentendido acerca del verdadero principio motriz en la

vida diaria del cnshano. Ciertamente, no puede negarse que la gran

mayoría de los profesantes cristianos han sido privados del

conocimiento de la verdad posicional y por esto nunca han

concebido de ningún otro modo la idea de la conducta cristiana

aparte de la en que ellos están obligados a hacerse aceptos ante Dios

por medio de sus propias obras de justicia. Naturalmente, siendo así

pr1Vados del conocimiento de la verdad posicional, ignoran la

verdadera base y motivo para la vida verdadera. Esta distinción entre

la verdad posicional de la verdadera vida constituye uno de los más

vitales contrastes entre la ley y la gracia. Se declara que el fracaso

de los judíos se debió a que ellos buscaron justificarse ante Dios por

medio de las obras de la ley, "ignorando" la verdad de que Dios ha

prov·sto toda base y mérito en y a través de Cristo ue es lo menos

que po na requerir Su santidad. A causa de esta ignorancia el judío

procedio a "establecer su propia justicia"' y no se "acogió" a la

justicia de Dios, o no se amparó bajo e!l_a, siendo "Cristo el fin de la

ley para justicia de todo aquel que cree." Contra todo esto, alguños

gentiles, a quienes la ley jamás fue dirigida y por consiguiente, nunca

procuraron allegarse a Dios por medio de las obras de justicia de la

ley, alcanzaron instantáneamente la justicia otorgada por Dios

cuando recibieron a Cristo corno Salvador mediante la fe (Ro.

9:30-10:4 ). La cuestión del motivo en la vida diaria del cristiano es

Suprema en esta discusión. La parte de la verdad que ahora

considerarnos concierne a la vida diaria del creyente, y ningún

aspecto es más determinante que el. de la razón o principio que

inspira al que alcanza una vida que glorifica a Dios por el camino que

INTRODUCCION A LA RESPONSABILIDAD 997

El sefiala a través del Espíritu morador. El Espíritu Santo no puede

cooperar en, o producir ninguna ex erlencia verdadera cuando se

i nora a mtsma base de la relación con Dios por medio de la gracia.

Ciertamente, ¿cómo podría el Espíritu Santo llenar de poder u.qa

vida que está enteramente extraviada y equivocada en sus objetivos,

métodos y motivos? Necesariamente, sus beneficios tienen

significado solamente para aquellos que reconocen y creen que ellos

son perfeccionados l;!!_la vez por todas por medio de una fe sencilla en

Cristo como Salvador y que su nueva obligación es no hacerse

aceptos por sí mismos, sino más bien andar como es digno de Aquel a

quien han aceptado. En San Juan 15: 1-16 se registran las palabras de

Cristo en cuiñto a estar en El. Debe trazarse una distinción

fundamental en estos conceptos entre 1Lunión del creyente con

Cristo y su comunión con .El. Se supone muy a menudo que en este

pasaje CristO está enseñando que el pámpano que representa al

creyente tiene que mantener su unión con la vid, que representa a

Cristo. Esa comunión, sin embargo, está a la vista que en todo el

pasaje se indica claramente. En el versículo 2 se lee: "Todo pámpano

que en mí no lleva fruto", y las palabras en mf declaran la perfecta

unión del pámpano estéril con Cristo. L'i" obligación en cuanto al

pámpano es seguir en relación con Cnsto que hace posible la

comunión, por medio de la cual la vida divina o ener ía ueda fluir

entro de la rama para gue pueda llevar fruto. La salvación, que es

unión con Cristo, y la perfecta base que asegura la continuidad,

siendo que tales beneficios dependen únicamente de la posición en

Cristo de los creyentes. Sin embargo, los creyentes siempre están

frente al hecho de su propia debilidad y de los poderosos adversarios

que están contra ellos; y sólo guardando los mandamientos de Cristo,

que significa ajuste a su perfecta voluntad (comp. Jn. 15: 1 0). es la

rñanera de mantenerse limpios para gue fluya el poder divino

~cesarlo en el creyente, así· como la savia brota en la rama. Este

pasaje ilustra la importancia de un objetivo recto y el método en la

vida cristiana para llegar a ser espiritual a través de la energía divina

impartida. Aunque el creyente está en perfecta e inalterable unión

con Cristo, será estéril si no permanece en esa obediente relación con

Cristo para que el poder del Espíritu pueda realizarse en y a través de

él. Cristo . declaró en el versículo 1 O que El guardaba los

mandamientos de Su Padre y que estaba en Su amor, y esto es lo que

se establece como ejemplo para que el creyente pueda estar así en El.

Ciertamente, Cristo no se empeña en que los salvos se guarden por

hacer alguna cosa requerida con ese fin; no obstante, El guardó

perfecta comunión con el Padre por la obediencia a Su voluntad . .,La

unión con Cristo es una empresa divina y es efectuada para, y

998 NEUMATOLOGIA

continúa como la porción de, aquel que cree sencillamente. La

comunión es la parte del creyente: up plan específico de vida ~

reclama un propósito y método de vida, adaptado a la precisa

voluntad de Dios por parte del salvo. -

11. OBLIGACIONES PRESCRITAS

Los requerimientos sobrehumanos que descansan sobre el creyente

demandan el poder sobrenatural de la llenura del Espíritu Santo.

Esto anticipa la correcta y verdadera comprensión de las Escrituras

así como los ajustes necesarios que aseguran el poder divino.

El Apóstol ha clasificado en tres grupos a toda la familia humana

en tres diferentes ocasiones:

( 1 ) Con respecto a su carácter esencial con relación a Dios,

identifica a los gentiles inconversos como la "Incircuncisión" y de

ellos declara: "En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la

ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin

esperanza y sin Dios en el mundo" (Ef. 2: 12). En el mismo contexto

(vs. 11 y 12) el Apóstol distingue al judío como uno que ha recibido

la "Circuncisión hecha con mano en la carne", cambio físico que

selló para los judíos las promesas del pacto de Jehová" (comp. Gn.

17: 11 ). Pero además, el Apóstol afinna que el cristiano es puesto

aparte con una "circuncisión no hecha con mano" (Col. 2: 11 ),

escritura que, como se ha notado antes, reconoce S,!l unión vital con

Cristo por la cual él es artici ante de todas las bendiciones

ce estiales, habien o sido identificado con Cristo en Su muerte,

sepultura y resurrección. La misma triple división se establece en 1

Gorintios 10:32, que dice: "No seáis tropiezo ni a judíos, nia

gentiles, ni a la !g!esi_e de Dios." -

rm Con respecto a su relación sobrenatural son clasificados de

acuerdo a su actitud hacia la Palabra escrita de Dios. En esto, como

se ha indicado antes, ellos son hombres naturales, que es una

referencia a los incrédulos de esta era ya sean judíos o gentiles,

hombres carnales, término que identifica a los salvos, judíos o

gentiles, que viven según la carne; y hombres espirituales,

terminología que señ.ala a judíos o gentiles que andan con Dios en

sujeción a Su voluntad revelada · u oder.

malmente, el Apóstol divide a los hombres en tres clases con

respecto al ejercicio de la ley divina o su autoridad sobre ellos. En 1

Corintios 9:20, 21, se descubre esto, y dice así: "Me he hecho a los

judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la

ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para

ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si

INTRODUCCION A LA RESPONSABILIDAD 999

yo estuviera sin ley (no estRndo yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de

Cristo), para ganar a los que están sin ley." En esta agrupación,

'Primero los gentiles inconversos de todas las edades y judíos

incrédulos de esta dispensación han de ser reconocidos como unos

que no están bajo la Ley mosaica; pero entonces al tiempo de

producirse las Escrituras en los siglos pasados, y así mismo hasta

cerca del tiempo en que los escritos apóstolicos o Escrituras cristianas

empezaron a tomar forma, todos los judíos tenían su lugar correcto

bajo la ley. Esto, la vieja clasificación del judío bajo la ley, constituye

aquí la segunda división: los hombres bajo la ley. En la presente

dispensación, para mayor seguridad, en la que el judío es reconocido

a la par del gentil como uno que no tiene mérito ante Dios, la

humanidad entera está igualmente sin ley. La tercera división de los

hombres es la de los cristianos, sean judíos o gentiles, en cuyo grupo

el Apóstol mismo se coloca como uno que no está bajo la ley ni está

sin ley, sino mas bien en la ley de Cristo. "La ley de Cristo" (comp.

Gá. 6: 2) está contenida en Sus enseñanzas a los cnstianos acerca de

su responsabilidad por haber sido hechos perfectos por la gracia

salvadora de Uios. ~a frase "mis mandamientos", suficientemente

significativa, no fue usada or Cristo sino hasta en Su discurso del

Aposento to. El cuerpo de verdad contenido en estas palabras es

acrecentado por lo que se presenta en las Epístolas del Nuevo

Testamento, escritas por hombres que fueron comisionados por

Cristo para esa precisa tarea. Juntamente se presenta una obligación

p_eculiar ajustada en carácter a la perfección que el creyente sustenta

en Cristo. Sin excepción esta base de apelación es ignorada. Se hace

unpieño re'conocimiento de la revelación de que el más pegúeñQd!if

los creyentes es artici ante de la rrX' w a de la deidad com . Jn.

1: 6; Col. 1: 19; 2:9, 1 0). La dirección de la vida de uno que está ya

cóíiiPíé"to en Cristo es técnica hasta el último grado; aun esto ha sido

descuidado en grado sumo por los teólogos de pasadas generaciones.

Estas enseñanzas de la gracia son claras y manifiestas, y su descuido a

la persistente confusión de ellas con otras cosas relativas no pueden

ser explicadas fácilmente.

Al capacitar el Espíritu Santo al hijo de Dios para cumplir toda la

voluntad del Padre para con él en su conducta diaria puede esperarse

que funcione ventajosamente sólo en la esfera de actividad de aquello

que Dios ~quiere del creyente. Si a causa de una ignorancia

extraviada el cristiano se somete a guardar el orden Mosaico cuando

Dios le ha advertido que el someterse a guardar la ley no es Su

voluntad para con él, y que Dios lo ha salvado de la ley, no debe

esperar cooperación alguna del Espíritu Santo al continuar en un

error de esa naturaleza. La Biblia, naturalmente, no se dirige a la

1000 NEUMATOLOGIA

gente que VlVIO y cuyas obligaciones fueron cumplidas antes que

fuera escrito su texto; no obstante, se dirige a la gente de la época de

la ley que principió con Moisés y terminó con Cristo, se dirige a la

gente de la época actual, y también contempla un siglo venidero. Así

se han escrito simultáneamente tres grandes reglas de vida y cada una

corresponde perfectamente con éí carácter del propósito divino en la

edad a la que está relacionada. La Teología del Pacto, que por

muchas generaciones ha moldeado la mayor parte de la conciencia

teológica, no reconoce diferencia de dispensaciones, por lo tanto, no

puede admitir distinciones entre la ley y la gracia. Esta actiiud •

predominante de la Teología del Pacto tiene que dar cuenta por el

absoluto descuido de la verdad tocante a la vida en todas sus obras

~ ~

Fe de

~~~--~~~~MN~e.~--~_. .. .__.~no parala

vida cotidiana del creyente incluye el aspecto del método por el cual

éste ha de vivir. Dos procedimientos son posibles, especialmente,

dependencia de su propia capacjdad y dependencia del poder del

~íritu que mora en él. Estos dos métodos son enteramente

incompatibles o, para usar el lenguaje del Apóstol, "ellos se oponen

el uno al otro" (Gá. 5: 17). Cua}guier.jptento de combinar ambos

métodos todos fracasará rotundamente. Ciertjllllente, cualqui~r

intento de vivir por las normas celestiales dependiendo de recursos

ljumanos, sera una desilusiÓn aun cuando sea-motivado por la ml!)!Ür

sinceridªd. La obra del Espíritu Santo es comunicar poder al

creyente, no solo en cuanto a escoger una manera inteligente de viaa

que procure:éstahlecer la unión con Cristo, sino más bien, entender la

rtecesidad de m t ner la comunión e n El nunca intentando otras

re as e vida que las que han sido señaladas a los ciudadanos el

INTRODUCCION A LA RESPONSABILIDAD 1001

cielo; y también en hacer frente a las vicisitudes de la vida diaria al

encomendarle - todo a -El conscientes de la incapacidad humana y de

~ infinito poder. Así se exhibe la verdad fundamental que el

método de vida de fe, está enteramente en contra del poder human'O:

ya que es el único que asegura y efectúa el poder y las realizaciones

del Espíritu.

IV. LA PALABRA DE DIOS

La actitud de cualquier persona hacia la Palabra de Dios es una

indicación segura del carácter interno y realidad del estado espiritual

de tal persona. Reconociendo esta verdad básica el Apóstol afirma

que todos los hombres están divididos, como se ha indicado antes, en

tres clases, esto es: (a) el hombre natural (el hombre 1/JVXIKÓC: ), que

no es regenerado; (b) el hombre espiritual ~1 hombre 7TV€VJJ.CLTLK.Óc;),

que es salvo y con poder del Espíritu Santo,y (e) el hombre camal

(el hombre aapK.tK.Óc;), que es regenerado por estar en Cristo, pero

que está viviendo en la esfera de la carne. Es tan vital esta manera de

agrupar a los hombres, que le daremos atención específica a los

pasajes que tratan de ellos. Se verá que el hombre natural no puede

conocer las cosas que son del Espíritu de Dios, el hombre espiritual

discierne todas las cosas, y el hombre camal sólo puede r.ecibir la

leche de la Palabra y no "la vianda sólida." El pasaje principal dice:

"Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de

Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se

han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas

las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la

mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la

mente de Cristo. De manera que yo, hermanos, no pude hablaros

como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os

di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois

capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre

vosotros celos, contiendas y disenciones, ¿no sois carnales, y andáis

como hombres? " (1 Co. 2: 14-3:3). La declaración respecto al

hombre natural en relación a su incapacidad para conocer las cosas de

Dios es de gran importancia como una explicación de la situación

religiosa en el mundo moderno. No hay cosa que perjudique tanto la

verdad de Dios y tan extensamenté, como lo que hacen los hombres n2 regenerados que se permiten interpretar y dehmr las cosas de D¿os

en el terreno del saber humano. Difícilmente pueden ser salvos los

hombres que niegan la única base sobre la cual toda alma puede ser

redimida. Es obvio que grandes denominaciones conocidas una vez

como cristianas, bajo la dirección de hombres instruidos según el

1002 NEUMATOLOGIA

mundo, rechazan ahora el fundamento mismo de la salvación p()r

gracia mediante la muerte de Cristo. Profesores en colegios y

universidades casi sin excepción están contestes en la hipótesis no

probada en la que se tilda a la Palabra de Dios como falsa e intenta

vanamente solucionar el problema del origen de las cosas, sólo por la

básica incapacidad del hombre natural, no regenerado, de poder

recibir las cosas que son del Espíritu de Dios. Estas cosas son

"locura" para el inconverso, aun cuando sea altamente instruido, y

no las puede entender por no estar en vital relación con el Espíritu de

Dios. Todavía queda la verdad de que la salvación con toda la luz que

imparte se obtiene únicamente por fe en un Salvador que fue

crucificado y resucitado, y ninguna cantidad de sabiduría o de

prominencia eclesiástica podrá disipar la obscuridad espiritual de los

inconversos. En todos los temas espirituales la opinión y el fallo de

los incrédulos no sólo es ineficaz como el balbuceo de un bebé, sino

que llega a ser injurioso como la misma base e influencia de los falsos

maestros que los producen. La necesidad básica de lo¡¡ iaGoaver•ws ~o

es la educación o cultura (q~ en su lugar son de gran valor), sino de

lasalvación. Un sincero estudiante juzgará las opinio""ñe'Sy

deClaraciones de un hombre en base de esta primaria consideración:

¿Es él salvo y, por lo tanto, está autorizado ara hablar como uno

que ha sido iluminado por e Espíritu Santo?

-El tema del resto de este libro es el hombre espiritual. En este

punto es suficiente decir que él es llamado espiritual porque

manifiesta un ajuste correcto al Espíritu Santo que vive en él. Esta

mamfestación mcluye la iluminación dada al individuo por la cual el

hombre espiritual puede llegar a conocer la Palabra de Dios.

El hombre carnal, al que todavía se le dará una consideración más

extensa, es tal porque él, aunque perfectamente salvo y seguro en

Cristo, aún está andando en la carne. En la porción del contexto que

lo describe y que ahora contemplamos (1 Co. 3: 1-3) se dirige a él

como a un hermano. Cuando se usa este, título en una relación

espiritual se refiere solamente a uno que es definitivamente hijo de

Dios por el nuevo nacimiento. También se afirma en el mismo

contexto que un hombre carnal está en Cristo. Estas palabras

determinantes no deben que dar inadvertidas, porque ellas

suministran la más fuerte evidencia posible de que él es salvo y está

seguro. Su unión con Cristo está establecida, y siendo que depende

de los méritos de Cristo imputados, dicha relación nunca puede ser

rota. La comunión del creyente carnal, no obstante, es alterada por el

modo carnal de su vida. Aún más serio que todo eso, siendo que él

recibe sólo la "leche de la palabra", es que él está privado del poder

santificador de las Escrituras y de esta suerte, sometido a envidias,

INTRODUCCION A LA RESPONSABILIDAD 1003

rivalidades y divisiones. Mientras el "hombre espiritual" anda en el

"Espíritu", los que son carnales, "andan como los hombres", esto es,

como andan los in conversos. En vez de un "andar en amor", ellos

prefieren las divisiones y separaciones, violando el mandato esencial

que "guarden la unidad del Espíritu" en el vínculo de la paz". De

todos los diversos males en la iglesia de Corinto contra los que el

Apóstol levanta la voz, el primero que se menciona es el sectarismo.

La intensa pecaminosidad del mal se indica aquí tan plenamente

como en cualquiera otra parte del Nuevo Testamento. El sectarista,

entonces, si en efecto es salvo, es un niño en el desarrollo espiritual.

Cada discurso que ensalza a su facción de profesantes creyentes es

propiamente clasificada como pueril. Pero sólo hay un Cuerpo y un

Espíritu. Se exhorta a cada cristiano a amar a todos los otros

cristianos basados en la unidad de un Cuerpo y el parentesco

existente como familia de Dios. El hecho de las divisiones y de

promoverlas es una expresión externa del pecado interno de su

carnalidad carente de amor. Uno de los aspectos sobresalientes de

carnalidad tal como el A óstoll ribe aquí es la arac1 ntre

os creyentes. Esto es ordinariamente precipitado por uno de dos que

se cree mas santo que el otro, estando hasta allí carente de humildad

o inconsciente de su propia manera de vida nada espiritual. Aparte de

esos ejemplos específicos cuando la iglesia debe ejercer su disciplina

sobre los culpables, el hombre carnal bien uede uedar

confiadamente en las manos e ios. amo amonesta el Apóstol

' ¿quten eres tú que juzgas a siervo ajeno? Para su Señor está en pie,

o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle

estar firme." (Ro. 14:4 ). En el corazón de aquellos que tratan fiel y

verdaderamente su propia condición espiritual delante de Dios les

será engendrada una actitud caritativa y amable hacia los creyentes

que caen en error. La Biblia enseña por medio de varios términos que

hay dos clases de cristianos: los que "permanecen en Cristo" y los

que "no permanecen", los que "andan en luz" y los que "andan en

tinieblas", los que "andan en el Espíritu" y los que "andan como

hombres", los que "andan en novedad de vida" y los que "andan

según la carne", los que "tienen en y sobre ellos el Espíritu" y los

que tienen el Espíritu en pero no sobre ellos, los que son

"espirituales" y los que son "carnales", los que "están llenos del

Espíritu" y los que "no lo están". Todo esto tiene que ver con la .

calidad de la vida diaria de los salvos y de ningún modo es un

eOiltraste entre los salvos y los no salvos. En donde hay tal énfasis en

la Biblia como se indica por estas distinciones debe haber una

correspondiente realidad. Entonces hay la posibilidad de una gran

transición para los que son carnales a la realidad de una verdadera

1004 NEUMATOLOGIA

vida espiritual. La revelación concerniente a esta posible transición,

con todas sus experiencias y bendiciones, es tomada en seriÓs6lo por

creyentes fervorosos que están buscando fielmente una vida diaria

que honre a Dios. Para los tales hay ilimitado gozo y consolación en

este evangeliode libertad, poder y victoria.

Es probable que hay grados de diferencia dentro del grupo

conocido como espiritual y dentro del grupo conocido como carnal.

Algunos que están clasificados como espirituales pueden ser más

espirituales que otros dentro de su grupo, y algunos que son

clasificados como carnales pueden ser más carnales que otros dentro

de su compafiía; pero el Nuevo Testamento no entra en estas sombras

de distinción. Este silencio es razonable. Cualquier relación a DiQs

q_ue no sea una completa sumisión necesariameute debe se.r

clasificada como carnal en algún grado. Debiera ser más apropiado

sostener que la carnahdad abarca una gran esfera de la experiencia

humana, mientras que la espiritualidad, aunque su extensión sea

admitida por variadas personalidades, por varios grados de disciplinas

educativas y por distintos ambientes, no obstante, es regulada al

rado que la experiencia de la llenura del Espíritu es concedida a

to os os e ese eterminado grupo. Sin embargo, se recordara que el

aspecto de la manifestación del Espíritu que entra en el campo del

servicio cristiano debe ser, y es, adaptado a las necesidades peculiares

del individuo que es así sefialado por el Espíritu Santo. El creyente

no es un autómata, sino que aparentemente manifiesta todas l~s

i!!finitas variaciones que se hallan en las características y Qersonalidad

humanas. Ni está en relación con un Dios que no es más que la

eñCañiación de leyes inflextbles. Así como un padre humano debe

reconocer el temperamento peculiar de un hijo en particular, también

Dios, pero en un infinito grado de efectividad, reconoce el campo

total de aspectos que presenta una persona individual. • ¿Qué mejor

interpretación puede hacerse del texto que dice: "Pero si sois guiados

por el Espíritu, no estáis bajo la ley" (Gá. 5:-J. 8), de que la vida es no

sólo dirigida por el Espíritu Santo hasta en su último detalle ero

que es a....en..- o con una Persona viviente más bien que en una

mera conformidad a una colección de reglamentos? Ningún logro en

la experiencia crisitana es más efectivo o realizable en su valor

instructivo que el de llegar a conocer a Dios; no s6lo saber acerca de

El, sino experimentar el descanso del alma que engendra tal

CQ.nocimiento íntimo de Dios. En esta conexión se puede notar la

importancia de no separar Mateo 11:27 de Mateo 11:28. El pasaje

junto dice: "Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y

nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre conoce alguno sino el

Hijo, yaquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Venid a mí todos los

-

INTRODUCCION A LA RESPONSABILIDAD 1005

que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar."

Espiritualmente no puede ser prQ.Qiamente definido como la

conformidad a un conjunto de reglas; es comunión, cooperación y

sumisión a una Persona soberana. fl principio legal puede fácilmente

lle ar a ser un ma or obstáculo r 1 vid · "tual. Dios indica en

u Palabra esa manera particular de vida que vuelve espiritual a un

creyente, y Dios reconoce las limitaciones de comprensión del

creyente; pero debe notarse también que tales direcciones para la

apropiada conducta pueden ser observadas por el cristiano más bien

involuntariamente, o aparte de un sentido de necesidad, o sin la

menor conciencia de una relación a Dios como hijo suyo. Para ser un

c_Qstiano espiritual. no obstante. es andar can Dios en inquebrantable

CQmpañerismo y comunión vital en el poder capacitador del Espíritu

Santo. -

V. UNA TRANSFORMACION ESPIRITUAL

Así como hay una gran !ransición del estado de inconverso al de

salvo, también hay para el cristiano una transición del estado de

Cagialidad al de espiritualidad. El primero es operado por Dios en

respuesta a la fe salvadora en Cristo, mientras que la última es

producida libremente de modo natural por el poder del Espíritu en el

creyente cuando se han hecho los ajustes necesarios, poder que se ha

poseído, aunque necesariamente no haya experimentado, desde el

momento de la salvación. Es posible que el salvo mediante la fe

pueda, al mismo tiempo, rendirse a Dios y así entrar en seguida en

una verdadera experiencia espiritual; pero tal estado espiritual no es

una realización de una vez por todas: ha-de- ser sostenido por una

renovación del Espíritu. Parece que el Apóstol Pablo entró en una

experiencia -de llenura- del Espíritu unos tres días después de ser salvo

y en conexión con la visita de Ananías (Hch. 9: 17-18); aún el

Apóstol no entendía plenamente las condiciones por las que él podía

ser espiritual," según todas las apariencias, siendo que en tiempo

posterior pasó por una experiencia que se registra en Romanos 7. Allí

él asegura: "Porque el querer el bien está en mí, pero no al hacerlo"

(v. 18).

Personas celosas pero irreflexivas han promovido una grave

distorsión doctrinal con respecto a los términos de la salvación, los

cuales deben incluir, además de la fe en Cristo, una completa

rendición a Su autoridad. Tan importante como lo es en su lugar, no

obstante, rendición es un aspecto que pertenece sólo a los hijos de

Dios. Los abogados de este idealismo deberían considerar que la

áemanda de rendición (como es la verdad en cuanto a toda otra

1006 NEUMATOLOGIA

obligación humana que los hombres han solido agregar a la sencilla

fe) no aparece ni una sola vez en más de cien pasajes en Jos que se

dice que la salvación depende de la fe o de creer solamente. Si la

rendición, o cualquiera otra condición se agrega, esos pasajes vienen a

ser no sólo enteramente Inadecuados sino que propiamente

engañosos y confusos. San Juan 3:16 nos dice: "Porque de tal

manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para

que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna."

No dice "todo aquel que se rinda a El. " Si así fuera, esas palabras o

sus equivalentes habrían de agregarse allí como en todas las otras

escrituras similares, si cualquiera de estos textos ha de depender de

tales direcciones relativas a la manera de alcanzar la salvación. Desde

luego, existe la verdad de que hay condiciones bien definidas sobre

las que un creyente carnal puede llegar a ser espiritual, las cuales no

tienen relación alguna a lo que se requiere para que un perdido llegue

a ser salvo. Se reconoce y deplora el hecho de que los cristianos muy

a menudo son carnales, y muchos sermones exhortativos se dirigen a

ellos; pero hay poca instrucción que les ensefte cómo el creyente

carnal puede llegar a ser un cristiano espiritual. Seguramente que el

Ápóstol no carecía de ideales o deseos de practicarlos cuando dijo:

"Porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo". Todavía en

ese tiempo él no había adquirido el conocimiento del plan de Dios y

la provisión para la vida espiritual. Esto, ciertamente, le fue revelado

más tarde siendo que él, más que todos los otros, ha establecido lo

tocante a la vida espiritual en toda su maravillosa realidad y declaró

las precisas condiciones sobre las cualespuedeéstaser

experimentada.

VI. TERMINOLOGIA USADA

En la Palabra de Dios se usan tres frases para representar la vida

llena del Espíritu, a saber, el ESpfritu so'bre vosotros, el que es

es iritual, y l[enos de Espfritú. En el primer ejemplo, "el Espfrltu

obre vosotros", hay que distinguir entre el Espíritu morando en el

creyente, y Su venida sobre los cristianos. Anticipando la relación

que obtendrían entre el Espíritu Santo y el creyente después de Su

venida al mundo en el Pentecostés y declarando la relación que el

Espíritu Santo sostenía entonces con los discípulos a través de la

dispensación en la que El estaba hablando, Cristo dijo: "Y yo rogaré

al Padre, y os dará otro Consolador, para que .esté con vosotros para

siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir,

porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque I_!!9ra

con vosotros, y estará en vosotros" (Jn. 14:16, 17). A esto hay que

INTRODUCCION A LA RESPONSABILIDAD 1007

agregar las instrucciones dadas a los discípulos después de haber

soplado sobre ellos y dicho: "Recibid el Espíritu Santo" (Jn. 10:22),

especialmente que ellos tenían que asentar en Jerusalén (esto es, no

encargarse de misión o servicio) hasta que el Espíritu viniera sobre

ellos (Le. 24: 49). Más tarde El dijo que al venir sobre ellos el

Espíritu, ellos serían sus testigos hasta lo último de la tierra" (Hch.

1: 8). La referencia al descenso del Espíritu asentando sobre el

c~entese ve que es idéntico a Su llenura. En el segundo ejemplo: el

que es espiritual, se hace referencia al estado del que es lleno del

Espíritu. El tal ha de ser estimado espiritual (1 Co. 2: 15). En el

tercer ejemplo: llenos del Espíritu; la frase indica una plena e

irresistible manifestación del Espíritu morador. La llenura del

Espíritu no es un recibimiento del mismo, siendo que esto fue hecho

como una parte de la salvación; ni es recibir una porción más del

Espíritu. El es una Persona, y ninguna persona es susceptible de

subdivisiones, ni podría una persona estar más o menos presente en

un lugar dado. Mediante una más completa libertad del Espíritu en la

vida del creyenle y siendo, que el Espíritu mora en él, puede así

asegurar una mayor esfera de manifestaciones. Estar lleno del/

_gspiritu es tener al Espíritu cumpliendo todo lo gue El vino a hacer

en el corazón. Esta verdad está muy lejos de la noción de que el

Éspíritu Santo ha de recibirse como "una segunda bendición". La

vida llena del Espíritu es una realización en la actual experiencia de

lOaue se ha poseído desde el momento en que uno es salvo. Efesios

1; 3 revela la verdad de que toda bendición espiritual es asegurada al

ser salvado. El versículo dice así: "Bendito el Dios y Padre de nuestro

Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición en los lugares

celestiales en Cristo." De todos los cinco ministerios del Espíritu a

favor del creyente, que son: regeneración, morada, sello, bautismo y

llc.1ura, sólo el último es recomendado al, y esperado por el creyente.

La implicación es que este ministerio, muy diferente de los otros

cuatro, depende de la cooperación y ajuste humanos. Es claro que

más allá de la responsabilidad de creer en Cristo para salvación, no

queda ninguna obligación sobre el creyente con respecto a los

primeros cuatro ministerios mencionados. El mandato de ser llenos

del Espíritu (Ef. 5: 18), siendo dirigido al hijo de Dios, no sólo indica

que es una experiencia subsecuente a la salvación, sino que la misma

fidelidad del cristiano determina el grado de llenura.

_. En el capítulo anterior de este volumen el bautismo del Espíritu

ha sido contrastado con la llenura del Espíritu. Por la confusión

prevaleciente en cuanto a estos dos ministerios del Espíritu Santo, se

ha puesto un especial énfasis sobre esta distinción. Muy poco es

necesario agregar a lo que ya se ha presentado, más que señalar otra

1008 NEUMATOLOGIA

vez los hechos que el bautismo del Espíritu es efectuado por Dios en

todos los creyentes al momento de creer, que no produce una

correspondiente experiencia por la que pueda ser identificada su

realidad, y que de modo alguno está relacionado con los servicios o

los actos del cristiano. Frente a esta lista de hechos están las verdades

de que la llenura del Espíritu depende de la fidelidad humana, que es

la fuente correcta de toda experiencia cristiana, y que es la tuerza

suficiente detrás de toda vida y servicio cristianos. Habría de notarse

aquí que el Espíritu Santo produce en aquel a quien El domina el

manifestar .. su propia personalidad individual, ejercitar los dañes

adquiridos por él para el servicio divinamente conferidos como lo

son , y cumplir la obra. llenando el lugar gue Dios le ha asignado. e

ha supuesto muy a menudo que la vida llena del Espíritu la induciría

a conformarse a algún tipo de experiencia normal, manera de vida, o

de servicio. Aún no hay nada más vital o que ha de ser estimado en

relación coh el mdtviduo que la individualidad. No es el

'v ~roced1miento del Espíntu en, o a través del creyente, ef anular la

individualidad sino obrar a través de la individualid ia

e Dios. El creyente lleno del Espíritu es el cristiano normal del

~ aunque no sea eso lo ordinario. El ser lleno del Espíritu no es

habe'r logrado alguna concesión extraordinaria de parte de Dios; es

ser capacitado normalmente para cumplir la voluntad de Dios .en Ta

esfera de lo ue divinamente es determinado para cada individuo. En

st mtsma no podría ser extraordinaria sten o que es añadida a cada

individuo y, fuera de esto, todos permanecerían carnales. Hay que

notar ep cualquier parte del Nuevo Testamento gue Dios espera de

todos los c:¡ue testifican de El, sean investidos. de poder para Su

servicio por la llenura del Espíritu Santo. Y así, mientras puede haber

sacrificio en la senda, la nota predominante para los hombres llenos

del Espíritu es la de gozosa experiencia y de paz rebozante. De

acuerdo a Romanos 12: 2 la vida rendida comprueba la buena,

agradable y perfecta voluntad de Dios. Lo.s tratos de Dios con la

Iglesia primitiva ciertamente, es el patrón para todos los creyentes,

habiéndose incorporado los relatos en el texto sagrado con ese

propósito obvio. Por estos relatos se verá que el ideal divino para

C,!lda creyente individualmente es q_ue sea lleno del Espíritu antes..Qe

empezar cualquier servicio cristiano; y así como los cristianos

primitivos fueron nuevamente llenos para estar preparados para cada

misión, de igual modo sería así con los cristianos de hoy. Como se ha

notado antes, a los discípulos se les pidió permanecer en Jerusalén

hasta ser investidos de poder de lo alto (Lc.24:49). Fue una espera

hasta que el Espíritu vino sobre ellos .. El Salvador les dijo: "Pero

recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu

INTRODUCCION A LA RESPONSABILIDAD 1009

Santo. . . " (Hch.l : 8 ). Las significativas palabras, "y todos ellos

fueron llenos del Espíritu" preceden al relato de cada servicio

importante que ellos ejecutaron. La familia entera: Zacarías, Elisabet

y Juan el Bautista, de todos ellos se dice que fueron llenos del

Espíritu; y sobre Cristo, en la esfera de Su humanidad, que es el más

definitivo ejemplo dejado al creyente, el Espíritu le fue dado sin

medida (Jn.3: 14), y la frase "habiendo sido lleno del Espíritu Santo"

(Lc.4: 1 ), califica todas las cosas que El hizo.

A la luz de los ejemplos puestos ante los cristianos y de la alta

vocación celestial que tiene con respecto al carácter de su vida diaria,

no es extrafío que todos sin excepción sean instados a ser llenos del

Espíritu.

En conclusión de esta extensa introducción a una consideración

más detallada en cuanto a la vida llena del Espíritu por seguir, es

importante notar que el efecto de las bebidas alcohólicas es puesto

corno contraste con la vida llena del Espíritu en el Nuevo Testamento

(Lc.l:lS; Hch.2:12-21; Ef.5:18). Tal corno las bebidas alcohólicas

estimulan las fuerzas físicas del cuerpo y los hombres son propensos

a acudír a ellas por ayuda ante difíciles problemas, así el hijo de Dios,

frente a lo gue parece una imposible responsabilidad en Su servicio y

a"iidar celestial, se dirige al Espíritu como la fuente de toda

suficiencia. C,¡tda momento en la vida espiritual es de inmensmabJe

iÍecesidad y de demandas sobrehumanas, y es entonces cuando el

poder ca acitador de la gracia ha de ser recibido ern leado

constantemente. ' corno tus días serán tus fuerzas" CDt.33: 25 ). Ser

lfeño del Espíritu es tener al Espíritu cumpliendo en nosotros todOlO

que Dios se proponía gue El hiciera cuando lo puso allí. El ser lleno

no es asunto de tener más del Espíritu; es más bien cuestión de que el

Espíritu tenga más de los cristianos. Nadie va a obtener jarnásliña

mayor porctón del Espíritu que la unción que cada cristiano ha

recibido. Por otra parte, el Espíritu sí puede tener control de todo en

el creyente y así poder manifestar en él la vida y el carácter de Cristo.

Una persona espiritual, entonces, es uno gue experimenta eV

propósito y plan de Dios en su vida diaria por el poder del Es íritu

e o a ita. El caracter de esa vida será tal corno el manifestar a

risto. La causa radical de esa vida será nada menos que el no oner

o'bstácuos al spmtu morador (Ef. 3:16-21; 2 Co.3:18). El Nuevo

Testamento es claro respecto a lo que produciría el Espíritu en una

vida enteramente consagrada, y toda esta revelación constituye la

definición bíblica de lo que es espiritualidad. Estas empresas en la

vida de un creyente son distintamente asignadas al Espíritu y, por

tanto, son Su manifestación en y a través del cristiano.

Hay un doble desarrollo de la obra del Espíritu en y a través del

1010 NEUMATOLOGIA

cristiano, particularmente el aspecto negativo y el positivo. "Siguiendo

a la presente introducción sin más dilación, estos dos aspectos serán

tratados en los capítulos sucesivos.

CAPITULO XIII

PODER PARA VENCER EL MAL

El individuo es un cristiano cuando está en relación correcta con

Cristo. El cristiano es espiritual cuando está en relación correcta con

el Espíritu. La espiritualidad contempla dos ejecuciones,

particularmente, victoria contra el pecado y P,romoción del bien en la

vida y experiencia del creyente. Uno es negativo: anulación del

pecado; el otro es positivo, una realización de las cualidades

sobrehumanas y obras que pertenecen a una sobrehumana manera de

vida. Aunque tan diferentes en sus propósitos inmediatos, ambas

obras esenciales y en alguna extensión inseparables, aun cuando es

-claramente imaginable que el librarse del mal debe alcanzarse

también sin la manifestación del poder del Espíritu en el campo de

los logros vitales para el bien. Lo contrario seguramente no podría ser

cierto, es decir, la experiencia del poder del Espíritu para el bien no

se podría disfrutar si en algún grado no fuera vencido el mal. Más por

otra parte, es difícil esperar que el Espíritu Santo. estando )jhre para

obrar en el hijo de Dios, no hiciera todo lo que El desea; y ambos

áspectos de la espiritualidad, seguramente, son partes de Su obra en /

el creyente. Aquí surge lo que pareciera ser una paradoja: El mal no v

puede ser vencido a arte del oder ener ético del Es ír' u o,

este latente poder no puede ser experimentado en donde el mal no

está siendo vencido. La respuesta a este problema se encuentra en la

verdad de que el Espíritu Santo, cuando confiamos en que Ello h'!8!l,

efectuará ambos propósitos de la espiritualidad, estando en tal

relación con El mismo como pueda ser necesario. Por tanto, ninguna

carga le es puesta al cristiano en cuanto a ordenar o arreglar aquello

que solamente el Espíritu puede realizar; por el contrario, al cristiano

no se le encarga más que mantener una dependencia correcta del

Espíritu con respecto a toda su obra en el corazón d 1 i divid o.

Iendo que e ma siempre emerge del corazón a causa del poder de la

naturaleza pecaminosa, siempre se necesita el poder del Es íritu para

vencerlo; y desde que la o IgaciOn e VIVIr y servrr para la gloria de

Dios siempre está presente, se requiere incesantemente el mismo

poder capacitador. Priva en muchos un pobre pensamiento y

éxcéntrica noción, a sªber, de que la espiritualidad es lograda cuando

cesan algunas formas externas de pecado; que ella consiste en lo que

1 o 11

1012 NEUMATOLOGIA

no se hace. Sin embargo, la espiritualidad no es sólo supresu:~n;

también es expresión. No es sólo auto-restricción; es la expresión de

la vida de Cristo que habita en el creyente. El no regenerado no ;e

salvará cesando de pecar; pues siempre quedará sin el nuevo

nacimiento. El cristiano tampoco se haría espiritual si se abstuviera

de la mundanalidad; le faltaría manifestación positiva del Espíritu.

Espiritualidad es, primariamente, ca acitación una vivencia vital, y

un serv1c1o ructífero para Dios. Sin embargo, ambos aspectos,

negativos y positivos, de la vida espiritual son esenciales y a cada uno

hay que darle aquí la debida consideración.

El pasaje central al que hay que referirse a menudo es Gálatas

S: 16-23. En esta porción primero hay un desarrollo de la óbra der

ESpírrtu hacia la carne pecaminosa y a pesar de toda la oposición que

la carne engendra. El pasaje dice: "Digo, pues: Andad en el Espíritu

y no satisfagáis los deseos de la sarne. Porque ef deseo de la carnees

contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se

oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois

guiados por el Espíritu no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las

obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia,

lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras,

contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras,

orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de la cuales os amonesto,

como yo os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no

heredarán ~1 reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo,

paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza;

contra tales cosas no hay ley." Aquí se ponen frente a frente las

obras de la carne y el fruto del Espíritu, siendo el último un poder

positivo, constructivo, espiritual. Ahora se puede estudiar uno de

estos aspectos de una vida espiritual.

El cristiano experimenta un triple conflicto, incesante, simultáneo:

con el ,!!!!!!1Qo, 1~ ..E!!le y el ~lo. La vida cristiana es comparada a

una carrera, un andar y una milicia. En la carrera (He.l2: 1 ,2) deben

dejarse --las cargas --que el mundo - impone; en el andar (Ro.8:4;

Gá.S: 16,1 7) el poder de la carne ha de ser vencido; en la milicia

(Ef.6: 1 0-12) Satán y sus huestes han de ser vencidos. El conflicto

con el mundo es exterior y pide una drástica separación de él; el

conflicto con la carne es interno y reclama una completa confianza

en el poder divino y una inteligente y apreciable comprensión de las

fuerzas internas de la vida humana; el conflicto con Satán es

mayormente en los dominios espirituales e incluye la misma absoluta

dependencia del poder suficiente del Espíritu morador. Satán es el

más poderoso, el más inicuo, el más despótico, el más engañoso, el

más mortal enemigo. El conflicto con el mundo es contra influencias,

PODER PARA VENCER EL MAL 1013

el conflicto con la carne es contra deseos íntimos; pero el conflicto

con Satanás es contra una persona inexorable y cruel, una persona

que, si no fuera obligadó" a obtener permiso de Dios para todo lo que

hace hacia los santos (comp. Job 1: 11-12), los destruiría a todos en

un momento. No es una forma de lenguaje figurado solamente la

declaración de que el diablo anda como león rugiente buscando a

quien devorar. ~n ningún momento de la vida el hijo de Dios está

libre de estos enemigos, en ningún momento está en capacidad de

hacer frente ni aun a uno de ellos, y en ningún momento de la vida

está él sin la ayuda e infinita capacitación del Espíritu Santo que le es

dado como recurso en este inmensurable encuentro con el mal. Cristo

dijo: "Sin mí nada podéis hacer" (Jn.lS: 5). Sobre todo esto, como el

reversÓ del cuadro, el Apóstol declara: "Todo lo puedo en Cristo qpe

me fortalece" (Fil 4: 13 ). Otra vez dedara él: "Porque la le; del

lfu?ítitu de vida en Cfiij:o Jesús me ha librado de la ley deG)ec do y

de la muerte" (Ro.8: 2). Ninguno de estos enemigos es superior al

Espíritu Santo. Descubrir esto, creerlo y demandar su suficiencia V"'

mediante una actitud de fe es la clave de una vida yjctorjosa que

honra al Sefior. Es una actitud de fe y no un acto, ya sea de fe o de

una crisis o experiencia. Pelear "la buena batalla de la fe" significa

fuantener una confianza en el Es íritu ara combatir al enemi o. Este

con icto continúa tanto cuanto exista ese enemigo. En esta vida

nunca es erradicada la influencia del mundo, ni la de la carne, tamp~o

la de Satanás. Bien se puede hacer un examen más extenso e

individual de estos enemigos.

l. EL MUNDO

Después de la verdad revelada en cuanto a Satán está en segundo

lugar en su alcance la confusión, ignorancia e incomprensión que

priva respecto a los hechos declarados en el Nuevo Testamento acerca

del cosmos o sistema mundano, g_obernado por Satanás. La verdad en

cuanto a Satanás y su sistema en el cosmos, está bien establecida en

las· Escrituras; a pesar de esto, existe mucho más que un normal

descuido y perversión de estas doctrinas. Se produce mucho peligro

para el creyente por la distorción de la verdad para que él mismo,

reflejando la ignorancia de su día, no se percate de la naturaleza,

poder y designios de estos enemigos. La verdad con respecto a Satán

y su sistema mundano ha sido examinado extensamente bajo

Satanología, una división de Angeleología. Se requiere un retorno a

la meditación de esta doctrina en el orden y curso de este capítulo.

En el Nuevo Testamento la palabra mundo es una traducción, en

su mayor parte de tres términos griegos muy diferentes: aíwv usado

1014 NEUMATOLOGIA l.(( A

cuarenta y una veces, al referirse a tiempo, y denota una edad;

oixov#Í,eV17 usado catorce veces, denota la tierra habitada; y KÓaJ,J.oc;,

Úsado ciento ochenta y seis veces, indica un vasto sistema mundial.

L~ palabra cosmos (su antítesis es caos) significa un orden, sistema, y

arreglo ue resulta asÍ or U . X erta.

obre este sistema está aquel a quien Cristo designó tres veces como

"el príncipe de este mundo" (Jn.l2: 31; 14: 30; 16: 11 ). Como tanto

seña d1cho antes, el sistema mundial es el que proyecta la realización

de lo que procuró Satán al principio cuando se apartó de la voluntad

de Dios (Jn.8:44; ls.l4: 12-14), sistema que Dios ha permitido que

lleve a cabo Satán a fin de que pueda ser juzgado JUntamente con.su

J2.ríncipe, porque habrá demostrado ser lo que es en realidad. Más allá

y aparte del evidente permiso divino para que este sistema siga su

curso, incluyendo el mal que encarna, Dios está ejercitando Su propia

autoridad sin merma alguna sobre Su creación. Estrictamente

h,ablando. Satán no ha producido nada. Todo lo que él utiliza se lo ha

apropiado en lo QYe de manera al~una le pertenece. Elconocimiento

preciso de todo lo que abarca el sistema cósmico de Satanás se

alcanzará sólo al examinar los contextos en los que ocurre la palabra

cosmos. Esto viene a ser el estudio específico de una de las más

grandes doctrinas del Nuevo Testamento, lo que muchos hombres

importantes no han podido conseguir; y porque esta verdad es

captada escasamente, muchos creyentes están ajenos de la enemistad

que el sistema mundano mantiene contra Dios y Su pueblo. Santiago

escribe: "Oh, almas adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo

es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del

mundo, se constituye enemigo de Dios" (4:4). Esta referencia al

adulterio aquí está ligada a una costumbre espiritual y por lo tanto,

significa un olvido del verdadero amor y lealtad a Dios. sustituyendo

en su lugar las cosas de este mundo gobernado por Satanás. Santiago

otra vez dice que la responsabilidad del cristiano es de mantenerse sin

mancha en este mundo ( 1: 27). Para el cristicmo es una gran ventaja el

conocer la naturaleza y extensión del sistema mundano o cosmos.

Incluye a los ll9biernos regidos por la fuerza y motivados por la

codicia (Mt.4: 8,9; Lc.4: 5,6); con todo, el creyente tiene que vivir

bajo y, en muchos aspectos, participar con, y orar por, estos

gobernantes. Se dice que sus leyes son ordenadas de Dios. Este

sistema satánico tiene sus normas educativas e ideales que se oponen,

e ignoran cada hecho y aspecto de la revelación. "Pues ya que en la

sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la

sabiduría" (1 Co.l: 21); todavía el hijo de Dios debe tener relación

con el sistema mundano y su educación en varias maneras. Este

sistema mundano profesa defender, o a lo menos tolerar, sus propios

PODER PARA VENCER EL MAL 1015

ideales religiosos, ideales que son no más que un reconocimiento de

la ehca unida a una negación de cada aspecto de la gracia salvadora

de Dios hecha posible a través de la sangre del sacrificio de Cristo;

aún así el creyente es llamado a asociarse con los hombres que de

este modo interpretan la fe cristiana y guardar tal relación con ellos

que pueda testificarles de su fe. De manera semejante, el sistema

mundano tiene sus propios pasatiempos. El mundo y los cristianos

"mundanos" acuden a las cosas llamadas mundanas porque

descubren en ellas un anestésico gue amortiGua las penas de u.n

corazón y una vida yacios. Ese lenitivo que a menudo en sí es casi

inocente, no es un asunto tan serio como lo es el corazón y la vida

vacíos. Muy poco se gana a favor de la verdadera espiritualidad

cuando algunos curanderos de almas han tenido cierto éxito en

persuadir a los afligidos de seguir adelante sin echar mano a sus

calmantes. Si estos maestros no presentan la realidad de tal

consolación, llenando el corazón y la vida como Dios ha provisto, no

mejorará su condición. ¡Cuán equivocada es la teoría de gue para ser

espiritual hay que abaÓdonar el juego, los pasatiempos y las

aivéfsiones inocentes! Tal concepto de la espiritualidad nace de una

mórbida conciencia humana es extraño a la alabra de Dios. Es un

ar I lCIO e atanás para hacer aparecer ante la juventud aborrecibles

las bendiciones de Dios, a esa juventud que rebosa de vida y de

energía física. Es lamentable que algunos estén enfatizando los

negativos de la verdad cristiana, como para crear la impresión de que

la espiritualidad está opuesta al gozo, la libertad y la naturalidad de

e'Xí>reswn en pensamiento y vida cuando tales cosas se hallan en. el

~spmtu. L.a espiritualidad no consiste en una pose piadosa. No es

meramente un "no harás", o "harás esto". Ella abre las puertas a la

bendición eterna a las ener ías recursos divinos. Es una cosa seria

e remover los elementos de relajación y los juegos de cualquier vida.

No podemos ser física, mental es iritualmente normales si ne amos

es os actores vitales a la vida humana. Dios ha hecho tan buena

provlSlón para que nuestro gozo sea completo.

Hay que notar que una de las características de la verdadera

espiritualidad es que la invoca para efectuar los más pequeños deseos

y decisiones. La cura · bíblica, tanto como práctica para la J

mundanalidad entre los cristianos es la de llenar el corazón y la vida

con las eternas bendiciones de Dios que habrá una preocupación

gozosá y una relativa abstracción de lo gue no es espiritual. Una hoja

muerta que puede pender externamente de la ramita será echada

silenciosamente a tierra por furiosas tempestades cuando la nueva

savia fluya al principio de la primavera. La hoja cae porque hay una

nueva manifestación de vida preciosa que procede del interior hacia

1016 NEUMATOLOGIA

el exterior. Una hoja muerta no puede permanecer en donde está

brotando un nuevo pimpollo, ni puede la mundanalidad prevalecer en

donde las bendiciones del Espíritu están fluyendo. El pastor no e's

llamado a redicar contra las "ho ·as muertas." El tie'ñe un mensaje

del manantial imperecedero¡ de la efusión de la vida ilimitada _e

Dios. Cuando andáis por el Espíritu no podréis hacer las cosas que

haríais de otro modo. ""\> No siem re se puede discernir la línea de separación entre las cosas

de ios las cosas del cosmos, o mundo organiza o. n este punto

es Imperativo que el cristiano sea gUI ado por el Espíritu. No

obstante, el conflicto con el mundo, con su resplandor, su oropel y

sus engaños, es muy real. El apóstol Juan escribe: "No améis al

mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama el mundo,

el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo,

los deseos de la carne, los deseos de los oios, y la vanagloria de la

vida, no provienen del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus

®seós; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para

siempre" (1 Jn.2: 15-17). El hijo de Dios no es del mundo en este

sentido. En su última oración en el aposento alto Cristo dijo dos

veces: "No son del mundo como tampoco yo soy del mundo"

(Jn.l7: 14,16). Así otra vez: "Sabemos que somos de Dios, y todo el

mundo está puesto en el malo" (1 Jn.5: 19, R. V.). Por lo tanto, esto

hace que él viva separado del mundo. Solamente puede hacer esto

cuan.Qo-está capacitado de poder y dirigido constantemente por el

~ EspÍritu Santo. Otra vez Juan d(1clara en su primera carta: "Porque

todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria

que ha vencido ai mundo, nuestra fe. ¿Quién es el gue vence al

mundo, sino el que cree que Jesús es el Hi'o de Dios? " 5:4 5). Es

ev1 ente, basado en e echo e versículo 5, que la fe a que se refiere

es en el Hijo de Dios como el camino a la victoria sobre el mu~o,

que él está contemplando la liberación del cristiano del sistema

mundano, o cosmos, la cual se lleva a cab'o cuando el creyente es

redimido (comp. Col.l: 13 ); pero es igualmente cierto decir que es

~ por la fe o confianza en el oder · s ue él es libertado de la

in uencia del mundo-cosmos de día en día. La liberación postenor

cada dia de este mundo parece ser aquella a que se refiere la segunda

mitad del versículo 4: "Y esta es la victoria que vence al mundo,

nuestra fe." Aun cuando es muy difícil trazar la línea de

demarcación entre el andar espiritual del creyente y la elección del

mundo, y por causa de los atractivos y demandas del mundo que son

tan incitantes, cuando no prevalecientes, en todo tiempo y bajo

cualquier circunstancia el poder suficiente de Dios debe ser

reclamado.

PODER PARA VENCER EL MAL

11. LA CARNE

1017

En algunos casos la voz aáp~, traducida carne, es smommo de

awpa, traducida cuerpo. La palabra carne es empleada más a menudo

con referencia a la totalidad del hombre no regenerado: espíritu,

alma y cuerpo. En este caso asume un significado ético, no sólo

incluye el cuerpo, sino también lo gue ñace un ser viviente. la

realidad invisible ue se ex resa y manifiesta a través del o. Se

con ronta una situación muy compleja en donde los factores

vivientes de la existencia humana son todas partes integrales, es decir:

espíritu, alma, naturaleza adámica, corazón, riñones, mente,

sensibilidad, voluntad, y conciencia. Así, para repetir brevemente lo '-'-

del volumen segundo, ~s en realidad un aspecto de la parte inmaterial .y,~ +'

del hombre que incluye una naturaleza inclinada al ecado ue ha w LUb

sido contamma a, y como a se ha reproducido a través de todas las

generacwnes sucesivas. Por su pnmer pecado el primer hombre

en seguida llegó a ser de un orden diferente de aquel en que había

sido creado, y por la ley de la procreación la adquirió su

descendencia, esto es, que las especies se reproducen según su

especie. Que la descendencia de Adán había caído está confirmado y

demostrado por medio del crimen de su primogénito. Habiéndose

derivado de Adán, esta naturaleza caída es propiamente llamada la

naturaleza Adámica. No reconocer esta naturaleza como un aspecto

inalterable y universal no cambia el hecho, y es parte de la sabiduría

el admitirla y debería ser el plan de la vida de cada uno el

c'Oiiiormarse a él. Hay que identificar y evitar cuatro errores: ( 1) que

el hombre no es malo por naturaleza, (2) que los mños vienen al

mundo sin pecado, (3) que la naturaleza adámica puede ser

erradicada, y ( 4) que la naturaleza adámica puede ser controlada por

el poder y la voluntad de la determinación hl}imana. Siendo una

parte del ser integral del hombre esta naturaleza mala no puede ser

removida hasta que el cuerpo mismo en el que funciona sea redimido,

o hasta que la separación entre el cuerpo y los elementos inmateriales

de alma y espíritu sea efectuada por la muerte. La naturaleza

adámica es el factor dominante en todo lo que entra en la carne. Esa

naturaleza queda sin merma e inalterable en el creyente después de

ser salvado y viene a ser uno de los tres grandes enemigos de la vida

espiritual. Con la recepción de la naturaleza divina que le es

impartida por la regeneración, el cristiano se convierte en un ser

complejp, poseyendo dos naturaleza1)Nno dos personalidades) con

una correspondiente complejidad de vida, porque, a menos que la

naturaleza pecaminosa sea controlada por algo superior a la

capacidad humana, se hará sentir procurando deshonrar a Dios. No

1018 NEUMATOLOGIA

está dentro de la línea de la voluntad humana, aún cuando ésta sea

fortificada con las mejores resoluciones, el controlar la naturaleza

adámica. El conflicto debe transferirse al Espíritu Santo con

fidelidad constante e inflexible. Para obtener la victoria el creyente

debe mantener una actitud de fe a objeto de poder ser salvo del

poder reinante del pecado, del mismo modo en que fue salvo de la

culpa y la pena del pecado por un acto de fe. En cada aspecto de la

situación es claro que uno debe vivir por fe.

La vida que debe vivir uno que es justificado, por razón de sus

enemigos superiores y de su propia impotencia, lo ru~l sería

imposible aparte de la capacitación divina realiz,ada en respuesta a~a

fe. Tanto la seguridad de la salvación del juicio eterno como la

santificación son una obra de Dios. La determinación humana no

puede ayudar más en la una que en la otra. Es admitido generalmente

de que el no regenerado posee una naturaleza caída. El mal

entendido es en relación al cristiano. La enseñanza bíblica es clara y

también existen algunos profesantes cristianos que han caído en el

error asumiendo que ellos ya no tienen más tendencia al pecado. Este

asunto puede discutirse bajo dos puntos de vista, tanto por el

experimental como por el bíblico. Experimentalmente los más santos

entre los hijos de Dios han sido conscientes de la presencia y el poder

de una naturaleza caída. A esto puede llamársele la conciencia

normal del creyente devoto. Tal conciencia no es una evidencia de

falta de madurez; más bien es evidencia de verdadera humildad y de

una clara visión de su propio corazón. No implica una falta de

comunión con Dios ocasionada por contristar al Espíritu Santo a

causa de pecado. ¿Quién puede detestar más el pecado que aquel que

está consciente de su presencia y poder? ¿Y quién está en may~r

peligro de su ruma. en la vida espiritUal que aquel que en incauta

presunción ha asumido que le ha sido sustraída la disposición a

pecar? La pretensión de que uno ya no tiene la disposición al pecado

debe basarse en una terrible falta de conocimiento de sí mismo con

respecto a los motivos e impulsos del corazón o, si no, tal presunción

es a causa de no comprender el verdadero carácter del pecado mismo.

Si un individuo puede convencerse a sí mismo que el pecado es algo

diferente de cualquier cosa que él siempre hace o que está propenso a

hacer, ciertamente más allá de cualquier cosa que él siempre piensa,

siente o emprende, sin duda podrá convencerse que él jamás ha

pecado. Si uno puede modificar el carácter del pecado en su propia

mente, por el mismo proceso puede relevarse a sí mismo de la

conciencia de pecado. No son pocas las personas en el mundo que

piensan de esta manera actualmente. La verdad de una naturaleza

espiritual no puede prevalecer cuando se basa en la experiencia

PODER PARA VENCER EL MAL 1019

humana; debe basarse en la revelación. El pecado no es lo que alguna

persona prejuiciada y extraviada pretende que sea; es lo que Dios a

revelado ser. Por medio de un estudio de toda la Palabra de Dios el

pecado ha sido bien definido como "cualquier violación de, o deseo

de conformarse a, la voluntad revelada de Dios." El errar el blanco.

¿Pero qué blanco? Seguramtne es la norma divina. El creyente puede

preguntarse: ¿He hecho yo toda y solamente Su voluntad con

motivos tan uros como el cielo y con fidelidad inalterable la

orma, caracterizando o m mito? Dios ha provisto la posibilidad de

una victoria completa; pero los cristianos muy a menudo han fallado

en su realización. Si en algún grado poseen el conocimiento de Dios y

de sí mismos, ellos son conscientes con frecuencia que no son limpios

de pecado a los. ojos de Dios. El testimonio de los cristianos más

espirituales en sus tiempos en todas las generaciones ha sido la

conciencia de la pecaminosidad en sus vidas, el ser capacitados para

contemplar la Persona de Dios en contraste con ellos mismos. Job, el

perfecto de corazón, se aborreció a sí mismo ante la presencia de

Dios. Daniel, contra quien no se ha registrado pecado alguno, dijo:

"Y no'"'(iiiedó fuerza en mí, antes mi fuerza se cambió en

desfallecimiento, y no tuve vigor alguno" En Romanos 7:15-8:4 se

halla el pasaje principal sobre esa verdad, de que el creyente posee

dos naturalezas y que una de ellas, la naturaleza pecaminosa, no

puede ser gobernada aun por el poder de la voluntad de una persona

regenerada. Pero antes de citar el pasaje es de orden adelantar algunas

palabras de introducción general. Este pasaje presenta el conflicto

entre dos aspectos del ego que el creyente representa. La palabra yo

apareceen dos muy diferentes y opuestos usos, pero todo dentro de

la personalidad del Apóstol, cuya experiencia es aquí descrita. La

controversia es real, sostenida, como lo es, entre dos naturalezas: la

naturaleza original caída, que está inclinada al mal y que llamaremos

la vieja naturaleza, por conveniencia; y la que en la misma persona

responde a su ente salvado y a la que puede llamársele la nueva

naturaleza. Siendo por el momento y por la mejor de las razones, que

el yo salvado se contempla hipotéticamente distinto del Espíritu

Santo que en él mora. La cuestión vital es si el cristiano, en sí mismo

y por ser salvo meramente, tiene el poder para controlar

victoriosamente su naturaleza pecaminosa, sería imposible concebir

conflicto más astuto e ilusorio. En este conflicto entre el salvo que

posee una nueva naturaleza y su naturaleza caída, el salvo, con sus

propósitos santos es derrotado completamente. Siendo salvo, ahora

tiene ideales santos y elevados, y todavía, por su incapacidad de

realizarlos, llega a ser un "miserable hombre ... " En perfecto

contraste con esta clase de lucha está el conflicto descrito en Gálatas

1020 NEUMATOLOGIA

5: 16 y 17, que dice: "Digo pues, andad en el Espíritu y no satisfagáis

los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el

Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre

sí, para que no hagáis lo que quisiereis." Aquí se asegura la victoria

sobre la carne si se lucha confiando en el Espíritu. También se

descubre en est~ pasaje que la vieja naturaleza del creyente y el

Espíritu siempre están "en oposición" el uno al otro. Estos nunca

pueden llegar a ponerse de acuerdo ni ligeramente por disposición.

alguna de la vieja naturaleza. Según Gálatas 5: 16, 17 lo que es verdad

respecto al desacuerdo entre el Espíritu Santo y la vieja naturaleza es

igualmente cierto en cuanto a la nueva naturaleza, o el ego salvado y

la vieja naturaleza, de acuerdo con el pasaje de Romanos que estamos

considerando. De los dos pasajes hay que observar que el uno registra

un completo fracaso y el otro, una total victoria. La esencial e

impresiva diferencia entre ellos es que en uno la fuerza limitada del

salvo ha producido, en conflicto con la vieja naturaleza, una

completa derrota, y en el otro, andando en pos del Espíritu Santo al

luchar contra la vieja naturaleza. ha obtenido una total vicJQria.

-Se han propuesto varias interpretaciones de Romanos 7:15-25,

todas las cuales han fallado en algún grado en cuanto a la situación

que el contexto establece. La más común y más errónea es la

propuesta por Felipe Mauro en la que sostiene que aquí la Escritura

registra una experiencia del gran Apóstol antes de ser salvo. Lo

ilógico de esta interpretación es evidente. Ninguna experiencia tal

podría haber ocurrido realmente en la vida del Apóstol, ni puede

suceder en la experiencia de persona alguna no regenerada. Por el

contrario, el Apóstol declara que antes de ser salvo él vivía con toda

limpia conciencia y ante la ley como uno que es "irreprensible" (Fil.

3:6). El inconverso no adopta ideales o propósitos tales como los de

Romanos 7 que van más allá de los dictados de la débil conciencia.

Dios no está en todos sus pensamientos. Finalmente y en conclusión,

el mismo ego de Romanos capítulo 7 continúa en el 8 y en su mismo

énfasis cristiano. La diferencia indicada entre los capítulos 7 y 8 no

es en cuanto a la salvación, sino a la liberación del poder del pecado y

d~ la muerte que siempre es el legítimo fruto de la naturaleza

pecaminosa.

Este relato es enteramente de la experiencia del Apóstol Pablo.

D~scribe aquella por la cual pasó cuan~o con menos comprensión de

su propio yo procuró realizar los ideales celestiales en su vida

confiando en su propia fuerza de propósito y voluntad. Sería

inconsistente para los que nunca se han esforzado por ningún medio,

falso o verdadero, alcanzar tales ideales de mirar con compasión a

uno que a lo menos está en el camino de descubrir sus propias

PODER PARA VENCER EL MAL ~ limitaciones

morador.

y los recursos ilimitados que residen en el ~

Habiendo determinado que este pasaje registra la lucha de un hijo

de Dios es verdaderamente valioso notar que él, aunque salvo, posee

una naturaleza caída, y su liberación no es por la erradicación sino

por el poder victorioso del Espíritu Santo (Ro. 8:2). De cada

referencia al viejo "yo" así como por la fraseología paralela que se

encuentra en el pasaje, especialmente: "el pecado (naturaleza) que

mora en mí" (vs. 17 y 20), "en mí (esto es, en mi carne), no mora el

bien" (v. 18), "el mal está en mí" (v. 21), "El pecado que está en mis

miembros" (v. 23), "yo mismo sirvo ... con mi carne a la ley del

pecado" (es decir, la naturaleza, v. 25), es evidente que el escritor

poseía una naturaleza caída. La porción de este pasaje que conduce a

la pregunta, "¿Quién me librará? ",como se lee en cierto comentario

intercalado, es como sigue: "Porque lo que hago (a causa de la vieja

naturaleza), no lo entiendo (por causa de la nueva); pues no hago lo

que quiero (la nueva), sino lo que aborrezco (nueva) eso hago (vieja).

Y si lo que no quiero (nueva), esto hago (vieja), apruebo (nueva) que

la ley (o, la voluntad de Dios para mí) es buena. De manera que ya

no soy yo (la nueva) quien hace aquello, sino el pecado (la vieja) que

mora en _!!lÍ. Y yo se que en mí (la vieja), esto es, en mi carne, no

mora el bien; porgue el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.

Porque no hago (la nueva) el bien que quiero (la nueva), sino el mal

que no quiero, eso hago (la vieja). Y si hago (la vieja) lo que no

quiero (la nueva), ya no soy yo (la nueva), sino el pecado (la vieja)

que mora en mí. Así que, queriendo yo (la nueva) hacer el bien, hallo

esta ley (no la de Moisés), que el mal (la vieja) está en mí (la nueva).

Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero

veo otra ley en mis míembros (la vieja), que se rebela contra la ley de

mi mente (la nueva que se deleita en la ley de Dios), y que me lleva

cautivo a la ley del pecado (la vieja) que está en mis miembros.

¡Miserable de mí (el cristiano)! ¿Quién me librará de este cuerpo de

muerte?

La naturaleza de este conflicto es evidente como también lo es el

completo fracaso registrado. El ~ómo efectuar lo que es bueno es un

problema que afronta tGdo cristiano serio, y mientras centenares de

predicadores están ocu ados en exhortar a sus con re aciones que /

e en ser uenos rácticamente ninguno está diciéndoles como V

ser o. ste fallo se debe al descuido e a verdad en cuanto a a vida

cnstiana en las instituciones en donde se preparan los ministros. Esta

indiferencia no se debe a ningún deseo de apoyarlo en pasajes

explícitos, o en alguna falta de provisión de parte de Dios a fin de

que los creyentes puedan ser victoriosos en sus vidas y servicio. El

1022 NEUMATOLOGIA

gran Apóstol descubrió lo que otros muchísimos han descubierto,

esto es, que cuando él quería hacer el bien, el mal (la naturaleza

pecaminosa con su inclinación a pecar) estaba presente en él. Su

esfuerzo propio por realizar esos altos ideales, que son los

acompañantes naturales del estado de un regenerado, fue ineficaz.

Así con extrema pena exclama:" ¡Miserable hombre de mi~n

me librará de este cuerpo de muerte?" Mediante una horrible figura

muy significativa el Apóstol compara su naturaleza caída con un

\ cadáver a él atado que debe llevar a donde quiera que vaya.

v La respuesta al problema es doble: Será liberado medi

salva ora el Sefior esucns o 7:25) orla intervención ersonal

Qe SQmtu anto (8: 2). La liberación efectiva o experimental es por

el Espíritu Santo, pero es hecho posible únicamente por lo que Cristo

ha efectuado en Su muerte como un verdadero juicio de la naturaleza

pecaminosa. Aunque ya se ha visto antes, este tema surge de nuevo y

para un cuidadoso examen, siendo como es un factor primordial en

toda vida y servicio, capacitados con el poder del Espíritu. Siendo

que este aspecto de la muerte de Cristo ha constituido el tema central

del capítulo precedente de la Epístola a los Romanos, el Apóstol es

justificado al construir su argumento sobre él y eso sin ulteriores

análisis del mismo. Como se ha aseverado anteriormente, el Espíritu

Santo, no estaría en libertad de hacer nada con la naturaleza

pecaminosa (por Su misma santidad) a menos que ésta fuese antes

juzgada por Dios y en una forma del todo satisfactoria para El. Toda

barrera a la infinita santidad tiene que ser removida. En esta

conexión puede observarse que ttl Espíritu Santo está en libert~d de

re_generar a los incrédulos sin juicios o aplicándola por un simple acto

de soplar, y basado en la verdad de ue C · "ó orlos ecados

e aque a quien el spíritu ha de s&lvar. Así se ve que la obra

regeneradora del Espíritu es "a través de Jesucristo, nuestro Sefior."

Del mismo modo habiendo Cristo padecido una muerte como el

juicio sobre la naturaleza pecaminosa, el Espíritu está en libertad qe

salvar incesantemente a través de Cristo. La muerte de Cristo al

pecado, esto es, a la naturaleza, es descrita en Romanos 6:1-10, y

consiste en la crucifixión del creyente, aun su naturaleza pecaminosa,

quedó baio esa sustitución, lo gue ha llegado a ser una satisfacci9_,n

judicial asegurada por parte de Dios contra esa naturaleza. Siendo

que la estructura completa del plan divinamente arreglado, por el

cual e! creyente puede vivir sobre el poder de la carne para la glQria

de Dios, está basado absoluta y únicamente sobre la verdad de que

Cñsto murió a la naturaleza de pecado, como un juicio plenameñte

satisfactorio ante Dios. Este hecho, desde luego, llega a ser el aspecto

pnmario, el ev~ngelio de libertad, las buenas nuevas con respecto a

PODER PARA VENCER EL MAL 1023

una obra consumada a favor del creyente, que, en cuanto a

importancia y alcances está en segundo lugar a la obra salvadora del

Espíritu Santo, basado en la obra consumada de Cristo a favor de los

perdidos. Por amor de Sí mismo y por amor de otros para quienes

pueden se1 llamados para ministrar, los ministros deben ser

conscientes de .cuatro inmensurables realidades: ( 1} que cada

creyente mientras está en la carne todavía es llamado a sostener una

luf_fia incesante contra la vieja naturaleza, (2) q_ue en cada cristiano

habita el Espíritu Santo y de este modo está equipado con poder

Pf!a vencer sobre la carne_, (3) que Cristo ha sufrido la pena de /

muerte requerida contra la naturaleza ec · a, y (4) gue la V

li ~ración e po er de la carne es efectuada sobre el principio de fe

o dependencia del Espíritu, en vez de a base de cualQuier recyrso

proruo. Estas cuatro verdades que están tan estrechamente

relacionadas entre sí son probablemente las más mal entendidas y

descuidadas que muchas otras entre las doctrinas bíblicas.

Ciertamente, quien estime lo que pudiera haber sido la historia de los

creyentes en cuanto a su carácter y fidelidad le habrá dado el énfasis

aclaratorio que le corresponde a estas verdades. ¡Cuán importante es

para el progreso de cada creyente que llegue a unaer!Jtrt~mprensión

y reconocimiento de sí mismo, esto es, del hecho y de la fuerza

dominante de la carne con la que él lucha. Al principio de este

volumen, al examinar la doctrina del bautismo del Espíritu, se

presentó la verdad de que por ese bautismo Cristo ha sido "puesto

en" (Gá. 3: 27), y esto sobre la base justa del aspecto agradable de la

muerte de Cristo. Bajo la presente discusión se contempla la verdad

complementaria guerevela lo que por la muerte de Cristo en el juicio

d{1a naturaleza pecaminosa. el "viejo hombre" es "despojado" por

Cristo para ser "vestido de". Experimentalmente, por medio del

poaer del Espíritu Santo, el creyente puede realizar el aspecto

negativo de la vida espmtua:l, lo ue st mhca hberacwn y

preservación e ma ; y posicionalmente, por medio del Es íritu él

puede efectuar e a vi a la

exteriorización de la vida de Cristo gue vive en él (Gá. 2:20).

Algunos pasajes importantes afirman la verdad de que la carne del

creyente con su naturaleza pecaminosa fue juzgada por Cristo en Su

muerte, y muestran como fue una substitución completa al punto en

que la carne con su naturaleza de pecado fueron tan perfectamente

tratados como lo hubieran sido en el creyente mismo. En verdad,

siendo que Cristo no tenía una naturaleza pecaminosa por la cual

tuviera que sufrir un juicio de muerte, la única explicación posible en

este aspecto es prueba de que lo hizo en sustitución por otros; las

almas por las que El sufrió dicha muerte (comp. Gá. 5:24) a base de

1024 NEUMATOLOGIA

fe, son consideradas por Dios de estar entera y eternamente en

posesión de cada valor de esa muerte. Podemos bien observar ciertos

pasajes:

Gálatas 5:24. "Pero los que son de Cristo han crucificado la carne

con sus pasiones y deseos."

Diferente a algunas otras referencias en el Nuevo Testamento a la

muerte de Cristo como un juicio de la naturaleza pecaminosa que

reside en el creyente, el tiempo del verbo como se traduce en este

versículo está propiamente representado. La carne del creyente en un

sentido pasado y completo, con sus pasiones y deseos, fue crucificada

cuando lo fue Cristo. En verdad, esta remoción está lejos de· la idea

de que el creyente debe procurar su auto-crucifixión de cualquier

modo; por el contrario, la gran transacción ha sido hecha y la

responsabilidad que descansa sobre el cnstiano es creerla y reconocer

que es ·la verdad. De este modo se adquiere seguridad de que el

cammo ~ailibiéii está despejado para que el Espíritu Santo efecflle

una completa liberación ex erimental del od · ado.

La ec aración de pasaje es directa y conclusiva. Todos los que son

de Cristo han crucificado la carne. Esta es la realización divina en y a

través de la muerte de Cristo. Lo más evidente es que esto se refiere a

la posición más bien que a una realidad experimental; todavía ¡cuán

ilimitado es el valor del hecho de que el juicio ya se efectuó y la

victoria es posible para el creyente! No es de maravillarse si este

hecho no es generalmente comprendido y reconocido. Aun la muerte

de Cristo como la base justa del perdón y de la justificación es

minimizada y mal comprendida por la mayoría de la gente; y es

probable que de cien que han llegado a comprender y a depender de la

muerte de Cristo para su salvación, no hay más de uno que se apropie

de la muerte de Cristo dependiendo de ella para su santificación.

Romanos 6:1-10. Aunque no lo copiamos aquí de nuevo, esta

porción de la Escritura debiera de leerse con cuidado considerando el

hecho de que se trata de un relato (el más éxtenso y exhaustivo en el

Nuevo Testamento) de lo que Cristo hizo al "uz ar la naturaleza

pecaminosa del creyente. contexto continúa en el capítulo 8 con

referenchi~ala presencia y poder de la naturaleza pecaminosa y la

posible victoria sobre ella. Habiendo declarado en 6: 1-1 O la verdad de

que se ha ganado un juicio contra la naturaleza pecaminosa en

6: 11-23 el Apóstol apremia a apropiarse de estos ilimitados

beneficios. En 7:1-14 declara que el sistema de méritos ha de ser

quit~ para que la vida ahora en relacion mmediata con Cristo

pueda ser efectivamente realizada. En 7:15-8:2 se declara la

incapacidad del salvo para vencer la naturaleza pecaminosa en sus

propias fuerzas. La referencia frecuentemente repetida de lo que una

PODER PARA VENCER EL MAL 1025

vez fue descrito como "el pecado que está en mis miembros", indica

la presencia de la naturaleza pecaminosa en el creyente; algo que,

aunque identificado, es incapaz de ser gobernado por poder alguno, a

no ser el del Espíritu morador. Sin embargo, el camino a la victoria

e~t!.._QJ"e¡>_arado desde que Cristo murió por la naturaleza pecaminosa

([].:J_]). La victoria tiene que ser "por Jesucristo Seftor nuestr9";

pero tiene que efectuarse en la ex eriencia aun una liberación del

po er del ecado y de la muerte, por el Es íritu de Vida en Cristo

esús. En uno de los versículos (8: 3) se hace una declaración más

~górica. Dice así: "Porque lo que era imposible para la ley, por

cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a Su Hijo en semejanza

de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecada en la

carne." EISistema de méritos, en sí mismo, es santo, y justo y bueno;

por tanto el fallo se debe, en efecto, a que estaba dirigido a la carne

débil, que no podía en manera alguna responder a sus demandas.

Siendo que el sistema de méritos falla, como siempre sucede, Dios se

mueve en un nuevo principio de vida (8: 1-13), mayormente en un

andar según el Espíritu, o en dependencia del Espíritu. En tal cas;Ia

co.mpleta voluntad de Dios será cumplida en el creyente, pero nunca

sera cumplida por el creyente. Detrás de esta ejecución por el

Espíritu está la verdad que, para hacer posible el nuevo andar Dios

envió a Su propio Hijo, quien vino no como Uno de carne pecadora,

siño en la "semejanza de carne de pecado", y por el pecado (esto es,

la naturaleza) así condenar, en el sentido de llevar a juicio, ese

pecado (la naturaleza) que está en la carne. De esta manera, como un

clímax al final de un pasaje tan extenso que trata de la naturaleza

pecaminosa y su control, se hace la afirmación directa de que Cristo

trajo a juicio la naturaleza de pecado del ere ente sobre estab'aSe

le a us a e s m u t triunfe al

punto de realizar la plena voluntad de Dios.

Segunda en lugar únicamente a la salvación misma está esta gran

realidad de una vida que glorifica a Dios y la manera divinamente

provista de cómo alcanzarla. Es obvio que el pasaje que estamos

considerando sólo presenta el problema de la naturaleza pecaminosa,

siendo que se identifica por la repetición de ella en todo el pasaje

(Ro. 6: 1-10) y que sigue hasta el final del contexto (8: 13). No están

a la vista los pecados de los inconversos, ni los pecados de los salvos

.como tales; es un problema enteramente relacionado con la raíz de

todo: la naturaleza pecaminosa y su enjuiciamiento. Las siguientes

expresiones en este contexto, incluyendo 7: 15-25 y 8:3, declaran

esto: "muerte al pecado" (6:2), "plantados" (o ligado) juntamente

(con El) a la semejanza de Su muerte" (6: 5), "nuestro viejo hombre

fue crucificado juntamente con El" (6:6), "si morimos con Cristo"

1026 NEUMATOLOGIA

(6: 8), "al pecado murió una vez por todas" (6: 1 0), "vosotros

consideraos muertos al pecado" (6: 11 ), "el pecado no se enseñoreará

de vosotro~" ( 6: 14 ), "el pecado que mora en mí" (7: 17, 20), "el

pecado que está en mis miembros" (7: 23 ), "condenó el pecado en la

carne" (8:3). En ningún sentido este gran tema es un mero mandato

al cristiano para tratar de crucificar su propia carne, ni es algo que él

está llamado a desempeñar como práctica de un mero mandato.

Cuando una de estas falsas interpretaciones se da a estos u otros

pasajes, es a expensas de lo que es vital o de un valor incalculable.

De modo semejante, y por la resurrección de Jesucristo en el

aspecto de la sustitución, el cristiano es judicialmente trasladado al

terreno de la resurrección en donde la muerte, como un juicio por la

naturaleza pecaminosa, es cosa totalmente del pasado. Esta es la

sublime realipad aseverada en Romanos 6:7-1 O, que dice: "Porque el

que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos cOñ

Cñsto creemos que también viviremos con El; sabiendo que Cristo,

habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se

enseñoreará más de El. Porque en cuanto murió, al pecado murió una

vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive." El que está

muerto, como se considera estarlo el creyente en el juicio a muerte

de Cristo, es liberado de esas demandas respecto al juicio de .. la

naturaleza pecaminosa que requería la pena de muerte. Pero uno no

puede haber muerto juntamente con Cnsto sm ha6er sido resucitado

también con El en Su resurrección. Como .este juicio a muerte de

Cristo no se ha repetido, habiendo sido completo hasta el infinito, El

ya no muere, ni hay ya más necesidad de tal muerte. Por tanto, surge

la gran realidad de que, como Cristo murió a la naturaleza

pecaminosa una vez 120r todas, igualmente aquel por quien fue

electuada dicha muerte, posee todos los beneficios de ella al ado de

perfección infinita, para lle ar a ser as1 no so o uno en quien la

naturaleza pecammosa es ya juzgada y que está h re del juicio <k la

pena de muerte,. sino uno que judicialmente entró en la · · 'tada

esfera de la vida resucitada de Cristo. sta posición en la resurrección

es tan verdadera como la de la muerte y sepultura de Cristo. En este

nuevo terreno se le ordena al nuevo creyente con relación a la vida

cristiana: "Si pues habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de

arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira

éñTa's cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habefs muerto, Y

fuestra vida está escondida con Cristo en Dios" (Col. 3: 1-3 ).

Colosenses 2:11, 12. "En El también fuisteis circuncidados con

circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo

pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cñsto; sepultados con:]I en

el baubsmo, en el cual también fuisteis resucitadOs con El, mediante

PODER PARA VENCER EL MAL 1027

la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos."

La recta comprensión de esta Escritura depende en gran parte de

reconocer que la referencia a la circuncisión de Cristo es una

referencia a Su muerte: un despojamiento del cuerpo o substancia de

ía carne como un formidable obstaculo para la espmtualidad, no el

é,!!.erpo físico de Cristo como Pablo quiso decir anteriormente en

Colosenses 1:22, ni el cuerpo físico del creyente, sino una

circuncisión ética en la que la naturaleza pecaminosa que se

encuentra en la carne es judicialmente destituida de su poder. Como

antes se ha indicado, siendo que Cristo no tenía naturaleza

pecaminosa, esto es un caso de sustitución; es el juicio de la muerte

de Cristo en lugar de la naturaleza residente en aquellos por quienes

murió, la misma triple empresa anunciada en Romanos 6:2-4, es

decir, la muerte, sepultura y resurrección. La muerte representa l¡t

ejecución de las demandas de la infinita santidad contra la ofensa ge

la naturaleza pecaminosa y en todos los casos es presentada como

algo enteramente cumplida por el creyente. La sepultura representa

la disposición de la naturaleza pecaminosa delante de Dios, como esa

misma sepultura, según 1 Corintios 15:3,4, es también la disposición

de la ofensa de los pecados del mundo. De manera semejante,

Romanos 6:4 declara que la sepultura es la disposición judicial de la

ofensa de la naturaleza pecaminosa, siendo ella misma asegurada por

la unión de Cristo y los creyentes por la operación del bautismo del

Espíritu. Una vez más, no hay mandamiento, ejemplo, precepto,

concerniente a una ordenanza incorporada a este sublime pasaje de

Colosenses dos. La referencia al bautismo es un reconocimiento al

bautismo del Espíritu, el que sólo engendra esa unión vital con Cristo

por la que el creyente llega a identificarse tanto con El que ha

asegurado para sí el valor de la crucifixión, muerte, sepultura y

resurrección de Cristo.

Efesios 4: 20-24; Colosenses 3:8-1 O. "Mas vosotros no habéis

aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por

El enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la

pasada manera de vivir,~ del viejo hombre, que está viciado

conforme a los deseos engañosos, y novaos n el espíritu de vuestra

mente, y~el nuevo hombre, crea o se~n Dios en la justicia y

santidadcre-fa verdad" . . . "Pero ahora dejad también vosotros

todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas

de vuestra boca. No mintáis los unos a los habiéndoos

(.(léspoi<id0 del viejo hombre con sus hechos y evestid del nuevo, el

cual conforme a la imagen del que creó se va renovando hasta el

conocimiento pleno."

Las dos expresiones, despojado y revestido son muy significativas

1028 NEUMATOLOGIA

cuando en la traducción es introducida la forma correcta del verbo.

De nuevo es una alusión a ese pasado, un logro completo de Cristo en

su muerte y resurrección. Por esa muerte el viejo hombre fue quitado

(comp. Ro. 6:6; Gá. 5:24), y por esa muerte y resurrección fue hecha

la provisión por la cual puede vestirse el nuevo hombre. Todo esto,

que es tan evidente en su carácter posicional, conduce de modo muy

racional a las exhortaciones que siguen inmediatamente, pidiendo un

andar que honre a Dios.

111. EL DIABLO

Cualquier lectura seria y atenta del Texto Sagrado descubrirá dos

hechos: ( 1) que Satán es un ser tan real como cual uier persona

descrita en la Bib ia, y (2) ....9.ue, aunque limitado en su poder por

causa de la restricción divina, él sostiene una uerra incesante cruel

cQntra los sa yos. a Ignorancia de las maquinaciones de Satán,

aunque todas son universales, es inexcusable, máxime cuando la

Palabra de Dios presenta los hechos tal como aparecen tanto del lado

humano como del lado divino. El tema general de Satanología, ya

extensamente estudiado, abarca los aspectos sobresalientes de la

doctrina de Satanás, tales como sus ~os, su influencia sobre el

cosmos, y su enemistad contra los creyentes. Allí se ha observado

que Satá~, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar ( 1

P. 5: 8). Siendo que no existe enemistad entre Satán y los inconversos

visto que ~!lR.~~~~tán sujetos (Col. 1: 13 ), a quienes él vigoriza (E f.

2: 2), sus "Rs'lt'rtos ']on siempre dirigidos contra los hijos de Dios, y,

evidentemente, por causa de la naturaleza divina que está en ellos.

Poseyendo esa naturaleza enseguida ellos se toman una oportunidad

para los fieros dardos de Satán al ser dirigidos contra Dios, con quien

él está primariamente en confli~;;to. Esta guerra contra los hijos le

Óios y por el hecho de poseer la naturaleza divina, está descrita en

Efesios 6: 10-17, como sigue: "Por lo 'demás, hermanos míos,

fortaleceos en el Seftor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la

armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas

del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino

contra principados, contra potestades, contra gobernadores de las

tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las

regiones celestiale . Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para

que o áis tir n el día malo, y habiendo acabado todo, estar

trmes. Estad, pues, firmes, ceftidos vuestros lomos con la ~erdad, y

vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto

del evangelio de paz. Sobre todo, tomad el escudo de~· con qÜe

podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el

PODER PARA VENCER EL MAL 1029

yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la ~M;'h de

Dios." Entoñces esta guerra no sólo es real y el enemigo, verdadero,

pero su fortaleza sobrepasa los límites de la habilidad y comprensión

humana. Así en el pasaje que acabamos de citar el cristiano es

exhortado a confiar totalmente en Dios, y a usar las armas siguiendo

las instrucciones que Dios ha provisto. Ninguna situación o

combinación de circunstancias puede ser tan desesperada como

aquella en la que el creyente se coloca cuando en el conflicto con

Satán está dependiendo de íos recursos humanos. Como se ha

declarado anteriormente, el conflicto con el mundo es exterior, la

lucha con la carne es interna y en gran parte está circunscrita a solo el

individuo, mientras que el conflicto con Satán es contra una persona

poderosa del dominio de los espíritus. En cada caso la única

c;;speranza . de éxito está basada en lo que el Espíritu Santo

proporciona a los creyentes. ':Mayor es el que está con vosotros que

el ue está en el mund " J n. · 4 ). '' 4_1 cual resistid firmes en la

fe" (1 P. : ), y "Fortaleceos en el Señ.or" (Ef. 6.:.1 0). Estas no sóÍo

son sabias instrucciones, sino que presentan el único camino a la

victoria. Ni Satanás, ni el mundo, ni la carne son jamás erradicados,

ni el conflicto jamás es disminuido. La provisión de Dios es suficiente

para una victoriosa lucha aun cuando al parecer los enemigos sean

incontrolables.

CONCLUSION

Al concluir este capítulo con relación a los aspectos negativos de la

vida espiritual, puede reafirmarse que los tres enemigos: el mundo, la

carne y el diablo, pueden exceder toda la habilidad humana, y puede

obtenerse la victoria sobre ellos únicamente or el oder su eri'Oreíel

' spmtu Santo; y este éxito, de llegar a ser una realidad en la vida

cotidiana, demandá un lan de vida o rinci io eculiar a la ar ue

~te. El cambio de una auto-suficiencia a la dependencia del

Espíritu es un cambio amplio, aun cuando los creyentes estén

plenamente capacitados, en ningún tiempo el Espíritu Santo hace la

obra aparte de las funciones de la voluntad humana, ni hay una

consciente experiencia de que ningún otro que su propio yo está

actuando o determinando en la lucha. La vida es iritual no consiste

en la expulsión del yo, o la inicia tva, o de la conciencia de

tesponsabilidad. El Apóstol declara: "Es Dios quien obra en vosotros

así el querer (con tu propia voluntad) como el hacer (con tu propia

actuación), por Su buena voluntad" (Fil. 2: 13). Así se ve que la

verdadera ex · a 1 cr ente a la ue es inducido como un

resu tado de la dependencia del Espíritu, no es una coerción de su

1030 NEUMATOLOGIA

voluntad, sino un ejercicio más amplio y .mas efectivo de ella. No es

asunto de compulsión del Espíritu Santo en aquellos a quienes

capacita para que escojan los ideales correctos, si han de hacer de esta

u otra forma; es la más profunda, efectiva y normal ejecución del

Espíritu de inclinar a los que de El dependen, a querer en el sentido

de desear, y a hacer en el sentido de cumplir a cabalidad lo que

c:Onshtuye la voluntad de Dios (Ro. 12: 2), o lo que está de acuerdo a

"~u buena voluntad". El punto en cuestión es de vital importanctaSI

el principio de fe ha de ser ejercitado en la vida del creyente. Sería

natural inferir que, si otra persona distinta del creyente mismo ha de

sobrellevar en su lugar el conflicto con el mundo, la carne y el diablo,

el creyente debe retirarse de la escena y convertirse no más que en un

interesado espectador; pero en este triple impacto no hay jubilación.

Los cristiañ'os que confían permanecen en el fragor de la batalla, sin

l["conciencia de la inmediata presencia del Espíritu de quien e..Qos

dependen. Con todo, la presencia del Espíritu Santo se evidencia Q9rV

el hech6 de que la voluntad está escogiendo aquello que honra a D.ios

y or el hecho de ue se ex erimenta la victona en vez de la derrota.

ebiera oírse la advertencia tocante a cada conflicto relacionado con

la vida espiritual, a efecto de que, hasta donde alcance la conciencia

del creyente, no sea asunto de una indolente retirada de la realidag_o

responsabilidad, sino por el contrario, del deleite de la victoria a

través de una acción más efectiva de la voluntad. moyida. como debe

s~lo, por una más vívida apreciación de, y más vital determinadóñ

P.Or, alcanzar cada ideal divino. El conflicto no es una prueba de

fortaleza física en un encueñtro con un enemigo exterior. Es una

batalla interior y a cristiano que es vencido descubre que él no tiene

suficiente fuerza de voluntad para determinar los resultados; aún al

Sér capacitado por el Espmtu Santo él no solamente tieñe la fuerza

de voluntad, sino que ve claramente y con un balance tal tod""os

los aspectos e pro ema en que esta envuelto. El arangón e este

metodo divino de tratar con la voluntad humana se ve salvación

de los perdidos, caso en el que el escoger a Cristo por la acción del

deseo de corazón es desarrollado por el Espíritu al punto de

convertirse en una pasión; pero en todo esto la voluntad humana

actúa sin compulsión y es preservada la inalterable yerdad de "el.gue

quiera, venga". Así la vida espiritual es el resultado de una elección

v~untana ae hacer la voluntad de Dios y, consecuentemente, se

puede decir que "cualquiera podrá alcanzar la victoria sobre el

eñemig,o." Como el in converso no hace, ni está en su poder el elegir

las cosas de Cristo hasta que es movido a hacerlo por el Espíritu al

obrar en la mente y corazón. El vivir la vida espiritual sobre una_llase

de fe no es en realidad una cesactón de las obras, por el contrario es

PODER PARA VENCER 1031

CAPITULO XIV

PODER PARA HACER EL BIEN

Lo razonable del mandamiento dirigido a cada creyente, como lo

es de ser lleno del Espíritu (Ef. 5: 18) es mantenido tanto por el

hecho de que Cristo instruyó a Sus discípulos de que no

emprendieran ningún servicio antes de que el Espíritu viniera sobre

ellos (comp. Le. 24:49; Hch. 1 :4, 8) y que en cada empresa

importante subsecuente se les advirtió que tendrían que ser llenos de

nuevo para dicho servicio. La obra del Espíritu Santo en y a través de

cada creyente es, como se ha indicado, negativa (victoria sobre el

mundo, la carne y el diablo) y positiva: una exteriorización de lo que

es bueno; además, la llenura del Espíritu, mientras hace provisión

para triunfar sobre el mal, tiene como su objetivo más importante

una vida enteramente de servicio que sólo Dios, Espíritu Santo,

puede lograr plenamente. En el campo positivo, que es mayor, la

obra del Espíritu durante la presente dispensación abarca siete

ministerios de los que la llenura es sólo uno de ellos. Sin embargo, es

admitido que sólo este ministerio está relacionado directamente con

los cristianos como base y fuente de la vida espiritual. Los otros seis

ministerios: restricción, reprensión, regeneracwn, morada,

sellamiento y bautismo, ya han sido estudiados en la primera parte de

este volumen. Es por esto que el séptimo ministerio del Espíritu,

cuando está relacionado con la manifestación de la vida espiritual y el

servicio en el Nuevo Testamento es estimado como la séptima

manifestación del Espíritu en esta era. Es decir, la expresión positiva

del poder del Espíritu (aparte de Su obra eficaz de vencer el mal) se

manifiesta no menos que en siete distintas maneras. Aquí hay un

motivo de acción de gracias respecto a este hecho, por lo tanto, el

cristiano no está en la obscuridad con relación a las realidades

precisas que constituyen una vida espiritual y de servicio positivo y

digno. Unicamente incertidumbre y desilusión alcanzarán los que

procuran vivir tal vida, si todo lo que se pudiera descubrir con

respecto a la expresión de la vida espiritual hubiera de alcanzarse por

medio de la experiencia. La norma o modelo de Dios está claramente

indicada. Cualquier cosa que hayan supuesto que sea la vida espiritual

algunas mentes ignaras, sigue un canal que es la expresión normal de

la mente de Diós a favor del creyente, aparte del variable ejercicio de

1032

PODER PARA HACER EL BIEN 1033

los dones individuales y de la obra de la responsabilidad individual.

Un cristiano es iritual es un hi"o de Dios normal, aun ue en su andar

de la VI a diaria con sus debilidades humanas y sus faltas pueda no

s~r el JDOdelo norllJal. Todavía permanecería la verdad que~

llena del Espíritu con su rica realidad es la norma divina ideal,

a!tnque nadie jamás la haya logrado. La exposición de estas siete

manifestaciones del Espíritu en el Nuevo Testamento no es para

poner ante el creyente un ideal que él debe tratar de alcanzar en sus

propias fuerzas; más bien es la presentación de aquella vida bendecida

q,!!e puede anticipar como el resultado de la operación del Espíritu <m

y a través de él. Los cristianos deberían prestar atención a estos

ideales manifestados por Dios y someterse a ellos con simpatía y

cooperación, pero el lograrlo es definitivamente propio del Espíritu

Santo: son manifestaciones del Espíritu únicamente. Las siete

realidades manifestadas en el Nuevo Testamento son: ( 1) El fruto del

Espíritu, (2) los dones del Espíritu que son operados interiormente

por El mismo, (3) la alabanza y acción de gracias que son inspiradas

por el Espíritu, (4) la enseñanza del Espíritu, (5) la guianza, (6) la

vída de fe que es llevada a cabo por el Espíritu, y (7) la intercesión

del Espíritu.

l. EL FRUTO DEL ESPIRITU

"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, tolerancia,

benignidad, bondad, fe, (o fidelidad), mansedumbre, dominio

propio" (Gá. 5:22, 23).

Este contexto (Gá. 5: 16-25) naturalmente sigue después de una

porción de la Escritura que ha sido estudiada recientemente, como

sea Romanos 6:1-8:4, en la que el Apóstol ha echado los

fundamentos en los que están basados toda la vida espiritual y el

servicio cristianos. Es ese aspecto de la muerte de Cristo, el juicio

sobre la naturaleza pecaminosa, y por el cual la libertad es asegurada

para I?roseguir una obra sin impedimentos dentro del cristiano a pesar

de la presencia activa de la naturaleza vieja que est!t en la carne.

Siendo que Dios en Cristo "ha condenado el pecado en la carne",

toda la voluntad de Dios puede ser cumplida en nosotros", mas

ñunca por nosotros (comp. Ro. 8:3, 4). Es decir, el Espíritu ha siao

desi nado ara hacer u a la voluntad de Dios sea realizada en la

vi a del creyente, experiencia que nunca podría ser lograda

dependiendo de la capacidad humana (comp. Ro. 7: 15-25). Este

resultado final, que está operando la total voluntad de Dios, no es

perfeccionado en todos los cristianos en virtud del hecho de que lo

son, sino sólo entre los salvos que andan "no cdnforme a la carne,

1034 NEUMATOLOGIA

sino conforme al Espíritu". El contraste está entre aquellos cristianos

que dependen de sus propios recursos humanos (cuya línea de acción

se ajusta al carácter de toda relación legal con Dios) y aquellos

cristianos que dependen del poder del Espíritu que mora en ellos. Un

método representa "las obras de la carne", o lo que anticipó la ley

cuando apelaba a los recursos hymanos; el otro método, siendo que

contempla al Espíritu morador, resulta en una realización de todo lo

que el Espíritu puede hacer. Lo que sigue en el contexto de Romanos

8:4 es un importante de~arrollo del contraste entre el principio legal

y: el principio de fe. Entqnces también, como se ha dicho antes, el

determinante del andar dependiendo del Espíritu ~anto como se

anuncia en Romanos 8:4 es considerado de nuevo en Gálatas

5:16-25, continuando el mismo contraste entre las obras de la carne

y" lo que efeGtúa inte.riormente el Espíritu Santo. En el pasaje de

Gálatas se declara que la carne y el Espíritu son completamente

irreconciliables. El hecho de que los dos jamás pueden reconciliarse

es cierto en todo hijo de Dios sin excepción (comp. Gá. 5: 17), y eso,

mientras permanezca en el cuerpo y en este mundo. Ningún creyente

jamás ha alcanzado el lugar donde él ya no necesite andar .por mediQ

del Espíritu Santo. El cristiano más maduro debe, si despierta a la

verdad respecto a sí mismo, testificar en cuanto al hecho de que la

carne con sus afectos y deseos está presente en él y lo demostrará por

medio de las "obras de la carne" si no es controlada por el supremo

poder del Espíritu. Ideales de crédito lo pueden disuadir a uno para

no hacer caso á las demandas ofensivas de la sociedad; pero la

completa victoria interior sobre la carne se logra únicamente por la

obra del Espíritu en res uesta a la es ecífica de endencia de El. "Las

o ras de la carne" son continuas y espantosas: "porque la carne

codicia contra el Espíritu y el Espíritu contra la carne, y éstas se

oponen la una a la otra, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si

sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son

las obras de la carne, que son: adulterio, .fornicación, inmundicia,

lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras,

contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras,

orgías y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto,

como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no

heredarán el reino de Dios" (Gá. 5: 17-21 ). Pero contra las obras de la

carne está el fruto del Espíritu.

Cuando se anda por fe o dependiendo del Espíritu Santo esto~..Qps

resÜÍtados son seguros: (1) No se harán las obras de la carne (2) Se

manifestara e ruto del Espíritu. Tanto el aspecto negativo como el

positivo <re la vida espiritual son garantizados a los que dependen así

del Espíritu. Lo que constituye el fruto del Espíritu está

PODER PARA HACER EL BIEN 1035

precisamente indicado. Es un producto del Espíritu que opera en y a

través del creyente. Como se emplean en el pasaje en consideración

(Gá. 5:22, 23), las nueve palabras que denotan el fruto del Espíritu

representan cualidades sobrehumanas del carácter; ellas no podrían

ser producidas por la habilidad humana bajo ninguna circunstancia

natural; son características divinas. De igual modo, estas nueve

gracias en conjunto constituyen el fruto del Espíritu. La forma

singular en que se usa la palabra frnto, se explica por el hecho de que

estas nueve gracias forman un todo indivisible. §.1 Espíritu Santo no

producirá sólo unos;;ocos de ellos y no la totalidad. Si existe uno de

errüs, existirán realnrente todos. Así también, estas nueve gracias

constituyen los elementos esenciales del carácter cristiano.

Aparentemente se piensa, por las implicaciones que envuelve, que el

carácter cristiano es algo que hay que edificar, según la idea que

muchos líderes han inculcado en los creyentes, por un tenaz esfuerzo

~ con lo cual ellos se colocan en una senda que no sólo es

caracterizada por, sino que termina con una dependencia de las obras

humanas como base para cualquier aceptación delante de Dios. En la

supuesta secuencia en la edificación del .carácter cristiano seO'iee

'" si~plemente que los pensamientos determinan los actos, los actos

determinan el carácter, el carácter determina el destino. Ciertamente,

poca necesidad fiabría de un salvador o del poder de Dios en un

programa tal de desarrollo. El mundo puede elegir cualquier método

como su plan por el cual el hombre puede lograr lo que se supone ser

el carácter correcto; pero Dios ha asignado a sus hijos un métod~

único, inmediato y efectivo. El carácter cristiano es un producto

dtvmo y que no ha de realizarse-parcialmente como resultado de un

penoso esfuerzo propiO, como lo es en el caso de los métodos usuaJes

en el mundo, sino que es un producto que llega a ser total e

instantáneamente asequible cuando la relación correcta con el

Espíritu Santo no es estorbada. Como bien se ha dicho, Gálatas 5:22,

23 es la más corta bio afía de Cristo · 's ' · , porqu_e

e o de spíritu es la expresión externa del Cris o ue mora en el

in ividuo. n onces ten puede aceptarse como la realización de ......___

aquella experiencia a la que el Apóstol se refirió cuando dijo: "Para

mí el vivir es Cristo" (Fil. 1:21; comp. con Gá. 2: 20). Con respecto a

las nueve gracias que juntas comprenden el fruto del Espíritu, el Dr.

C. l. Scofield ha escrito: "El carácter cristiano no es meramente

corrección moral o legal, sino la posesión y manifestación de nueve

gracias: amor, gozo, paz (el carácter como un estado interior);

tolerancia, benignidad, bondad (el carácter como una expresión hacia

el hombre); fe, mansedumbre, templanza (el carácter en una

expresión hacia Dios). Tomados en conjunto representan un retrato

1036 NEUMATOLOGIA

moral de Cristo, y pueden ser tomadas como la explicación del

Apóstol de Gálatas 2:20, 'no yo, sino Cristo en mí', y como una

definición de la palabra fruto de Juan 15~1-8. El carácter es posible a

qusa de la unión vital del creyente con Cristo (In 1 5 · 5; 1 Co.

12: 12, 13), y es enteramente el fruto del Espíritu en aquellos

creyentes que se han rendido a EL(Gá. 5:22, 23)" (La Biblia Anotada

de Scofield, págs. 1204, 1205). ·

Con estas palabras de introducción general en la mente

estudiaremos cada una de estas nueve palabras en su orden y se

notará el carácter divino así como lo apetecible de lo que ellas

representan.

l. AMOR. En vista de que el Espíritu Santo declara (1 Co. 13) que

el amor es supremo entre todos los dones, es razonable que aparezca

en primer lugar en la lista del fruto múltiple del Espíritu. El amor es

el aspecto preeminente de la experiencia humana tanto en la

dispensación Mosaica, y en la del Reino, así como en la cristiana. En

cuanto a la Mosaica, se declara que "El cumplimiento de la ley es el

amor" (Ro. 13: 1 0); y el ascenso en responsabilidad con respecto al

amor que el Reino venidero anticipa se establece en Mateo 5:43-46:

"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu

enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los

que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los

que os ultrajan y os persiguen ... porque si amareis a los que os

aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los

publicanos? " En todo caso, la norma de amor que Cristo encarga a

los creyentes de su época es sobrenatural y enteramente divina en su

carácter. El dijo: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis

unos a otros; como yo os. he amado, que también os améis unos a

otros. En esto conoceréis todos .que sois mis discípulos, si tuvie.teis

~r los unos con los otros" (Jn. 13:34l. _ _35). Cuando se le

encomienda ejercitar una característica divina y cuando se le _p_rove~

suficiente poder para su tarea por el cual ésta- pueda realizarse no está

Pidiendo demasiado al creyente al esperar que manifieste esas

características.

Habiendo indicado la compasión divina que guía a los perdidos

hasta el sacrificio efectuado en la cruz y habiendo indicado también

la falta de amor en aquel que no hace sacrificio para otros, de los

tales el Apóstol Juan inquiere: "¿Cómo puede morar el amor de Dios

en él? (1 Jn.2: 17). Igualmente el Apóstol, después de haber

declarado que no hay que amar al mundo al decir: "Si alguno ama al

mundo o cosmos, el amor del Padre no está en él" (1 Jn.2: 15). Otra

vez esto no es una referencia al amor del creyente para Dios; es el

amor de Dios operado a través del creyente. Fue por esto también

PODER PARA HACER EL BIEN 1037

cómo, al concluir su oración sacerdotal, Cristo habló de proveer ese

amor con el cual el Padre lo había amado a El, para que pudiera estar

en aquellos por los cuales El oraba (Jn.l7:26). Aun más directamente

el Apóstol Pablo asegura que el amor de Dios es derramado en (o

quizá. brota de) nuestros corazones por (esto es, procedente ~ el

Espíritu Santo que nos es dado" (Ro.5:5). A la luz de estas

Escrituras no es difícil aceptar la realidad a la que se refiere el

Apóstol cuando dice: "El fruto del Espíritu es amor." El Dr. Norman

B. Harrison ha hablado del mismo "amor de Dios moviendo la vida

humana." Así afirma otra vez: "Dios designó Su amor para el

mundo" (Jn.3: 16: 1 Jn.2:2). Dios canalizó ese amor hacia la tierra

por medio de la persona de Su Hijo. Encauzó ese amor dentro de

nuestros corazones a través de la Persona del Espíritu Santo. El

canalizó ese amor hacia los hombres necesitados en todas partes a

través de Sus redimidos. Así el amor es la clave de Su programa

redentor: recibido, es nuestra salvación; respondiendo a él, viene a ser

nuestra santificación; manifestado a otros, se convierte en nuestro

servicio. Y, recordémoslo bien, el amor no tiene sustituto" (His Lave,

pgs. 632,33).

Tan cierto como que el mismo amor de Dios pasa por Su Hijo al

ser lleno del Espíritu, así es cierto que ese amor continuará siendo

dirigido hacia su objetivo, y el cristiano que ha sido bendecido de

esta manera amará a lo que Dios ama y aborrecerá lo que Dios

aborrece. Por tanto, es pertinente el observar lo que se dice que Dios

ama y notar cómo se expresa en aquellos que son llenos del Espíritu;

pero se recordará que esto no es amor humano acrecentado o

estimulado, aunque el amor humano en sí mismo es muy real. Es el

amor divino manifestado por y surgiendo de la misma Persona de la

Deidad que habita en el creyente. Los objetivos del amor divino están

señalados en la Escritura.

a. Incluyendo al Mundo Entero. El énfasis de la Escritura sobre

esto es amplio y completo, principalmente, que Dios ama a la

humanidad (comp. Jn.3: 16; 1 Jn.2:2). Lo que llamamos "espíritu

misionero" no es otra cosa que la compasión que trajo al Hijo de

Dios del cielo a la tierra, y entonces lo llevó a la muerte para que los

hombres pudieran ser salvos. El interés en los perdidos no es cosa

accidental en los cristianos, ni es una cualidad humana; es la

inmediata realización del amor divino. La pásión por las almas no

puede ser asegurada por la exhortación; es una expresión normal del

interior del creyente de una realidad divina.

b. Exclusivo en Cuanto al Sistema Mundano. Juan declara: "No

améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al

mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el

1038 NEUMATOLOGIA

mundo, la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y

la soberbia de la vida, no es del Padre, más es del mundo" ( 1

Jn.2: 15,16). Esta aparente contradicción con el punto del párrafo

precedente puede explicarse fácilmente al reconocer que, aunque es

al mismo cosmos (mundo) que Dios ama y aborrece al mismo

tiempo, es a los hombres de ese mundo a los que El ama, y solo

aborrece a sus instituciones y a sus maldades. Así mismo el cristiano

debe amar a los hombres perdidos del mundo y al mismo tiempo

aborrecer el sistema satánico en que están los perdidos.

c. Inclusivo de la Verdadera Iglesia. "Mucho más ahora, siendo

justificados por Su sangre, por El seremos salvos de la ira. Porque si

siendo enemigos fuimos reconciliados por la muerte de Su Hijo,

mucho más, siendo reconciliados, seremos salvos por Su vida"

(Ro.5:9,10); "Cristo amó a la Iglesia y se entregó así mismo por ella"

(Ef.5:25). El ama a los suyos aun cuando ellos anden vagando lejos

como se revela en la escena del regreso del "hijo pródigo." Si nos

amamos los unos a los otros, Dios mora en nosotros y Su amor es

perfecto en nosotros" (1 J n.4: 12). Por esta divina compasión de los

unos a los otros el cristiano testifica de la realidad de su profesión

ante el mundo. "Un nuevo mandamiento os doy: que os améis los

unos a los otros; como yo os he amado, que también os améis los

unos a los otros. Por esto conocerán los hombres que sois mis

discípulos; si os amáis los unos a los otros" (Jn.13:34,35). Tal amor

divino es también la prueba de la fraternidad en Cristo: "En esto

conocemos el amor de Dios, en que El puso Su vida por nosotros: y

nosotros debemos poner la vida por los hermanos. Pero el que tiene

bienes de este mundo, y viere a su hermano tener necesidad, y cierra

contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?" (1

Jn.3: 16,17). "Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida,

en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, está en

muerte" (1 Jn.3: 14).

d. Es Infinito. "Como había amado a los•suyos que estaban en el

mundo, los amó hasta el fin" (y por tanto, eternamente) (Jn.13: 1).

Se dice que el amor de Dios obrando en el creyente es "sufrido" y,

por tanto, va más allá de todo lo manso (1 Co.13:4).

e. Hacia Israel. Dios les ha dicho: "Con amor eterno te he amado"

(Jer.31: 3). Con algún conocimiento de los propósitos eternos para la

nación elegida y también en cuanto a los creyentes que andan en la

correcta relación con Dios por la cual el amor divino puede fluir sin

obstáculos, habrá la experiencia de un amor muy definido por este

pueblo a quien ama tan definida y eternamente como lo hace con el

cristiano mismo.

f. Sacrificial. Los que experimentan el amor divino serán impelidos

PODER PARA HACER EL BIEN 1039

a sacrificar a fin de que otros puedan salvarse y ser edificados en

Cristo. En Corintios está escrito: "Porque ya conocéis la gracia de

nuestro Señor Jesucristo, que por amor de vosotros se .hizo pobre,

siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos"

(2 Co.8: 9). Tal actitud de parte del Hijo de Dios hacia las riquezas

eternas, si se produce en el cristiano, debe afectar en gran manera su

actitud en cuanto a las riquezas terrenales. El amor de Dios no sólo es

sacrificial en cuanto a las riquezas celestiales, sino también con

respecto a la vida misma. "En esto conocemos el amor de Dios, en

que El puso Su vida por nosotros" (1 J n.3: 16). El Apóstol Pablo

testifica: "Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da

testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo

dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado

de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según

la carne" (Ro.9: 1-3). El Apóstol sabía perfectamente que no había

ocasión para que él fuera anatematizado, siendo que su Señor había

sido hecho maldición por todos, pero él podía aun desear el ser

hecho maldición. Una experiencia de tal naturaleza es la expresión

directa en una vida humana del amor divino que llevó a Cristo a

morir bajo la maldición y el juicio del pecado del mundo. Cuando

esta divina compasión por los perdidos se reproduce en el creyente se

convierte en la dinámica verdadera y suficiente del trabajo del

salvador de almas.

g. Desinteresado y Puro. El amor de Dios no busca compensación

y es tan santo en su carácter como Aquel de quien procede. No sería

fácil definir los elementos humanos imperfectos que pudieran

mezclársele; pero él mismo viene del corazón de Dios sin

complicación e infinitamente digno. Dios mismo es amor. Esto no

significa que El haya logrado amar, o que mantenga el amor por un

esfuerzo. El es amor por razón de Su naturaleza esencial y la fuente

de todo amor verdadero que se halla en el universo. No obstante,

entre otras cosas, amor signfica capacidad para indignarse y

reaccionar en juicio contra aquello que ilegalmente se opone a él. Se

puede creer que esto es también uno de los aspectos del amor

infinito.

En verdad, es inútil tratar de imitar el amor divino impartido tal

como ha de manifestarse normalmente en el creyente espiritual. Aun

el amor humano no está sujeto a la voluntad del hombre. Una

persona no puede hacerse a sí misma amar a algo que no ama, ni

puede por habilidad alguna anhelar dentro de sí misma el hacer que

cese cualquier amor que ella experimenta. Ciertamente, es

inconcebible la posibilidad de un impostor de la compasión divina. Si

los afectos de los objetos normales del amor humano no pueden ser

1040 NEUMATOLOGIA

gobernados por la voluntad del hombre, ¿cómo podrían ser

engendrados o despedidos a voluntad los afectos de los objetos

divinos? Así se ha demostrado que la presencia de la compasión

divina en el corazón del creyente no es otra cosa que el directo

ejercicio por Dios mismo de Su propio amor a través del creyente

como un canal. Cuando hay alguna falla que debe arreglarse o

ponerse en la correcta relación con Dios, el amor divino no brotará

libremente; pero cuando se mantiene la relación correcta fluirá ·el

amor divino sin obstáculos. Un control tal de la expresión del amor

divino está muy lejos de la mera voluntad humana de amar o de no

amar lo que Dios ama. El amor de Dios es la dinámica, la fuerza

motriz en la vida espiritual. Con él la vida es por mucho una

realización del ideal divino; sin él sólo hay trágico desaliento y

fracaso.

Igualmente, el carácter sobrehumano del amor divino es realmente

· aparente. No sólo es ese amor más allá de la capacidad humana, sino

que está tan lejos de la calidad del afecto humano como lo es el cielo

más alto que la tierra. Considerando de nuevo la medida de amor

requerido cuando Cristo dijo: "Un mandamiento nuevo os doy: que

os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis

unos a otros" (Jn.l3:34). No es extraño que El fuera adelante al

decir que este amor sobrenatural sería el signo o evidencia

indisputable ante el mundo de lo que es la realidad cristiana. El dijo:

"En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor

los unos con los otros" (v. 35). En Su oración sacerdotal Cristo pidió

cuatro veces que los creyentes fueran uno, así como el Padre y el

Hijo son uno. Esta oración es contestada en la unidad efectuada por

el un cuerpo que ha formado el Espíritu Santo. El hecho de esta

unidad crea una obligación para cada creyente de amar a cada

hermano con un amor no inferior a la compasión de Cristo, quien

murió por ellos. Si un amor tal fuera verdaderamente manifestado

entre los creyentes, Cristo declaró que, como consecuencia segura, el

mundo llegaría a conocerlo y a creer en El (comp. Jn.l7:21-25). El

poseer y manifestar la compasión de Dios no es nada opcional ya que

es un mandato de Cristo. Igualmente es esencial para la vida de los

cristianos, de otro modo, el mundo no conocerá a, ni creerá en,

Cristo. En vista de tan deplorable desunión entre los cristianos se

pudiera preguntar si el mundo ha tenido alguna vez siquiera una

pasajera oportunidad de conocer a, o de creer en Cristo. Un amor

cristiano puro tiene una inmensurable atracción y efectividad para

otros; y para aquel que ama de este modo, el gozo y la satisfacción

son inefables. No será extraño que el Apóstol sostenga que el amor es

supremo y es el don que hay que desear sobre todos los otros; ni hay

PODER PARA HACER EL BIEN 1041

otro tan propio como el amor que pudiera citarse como el primero

entre los elementos que constituyen el fruto del Espíritu. Quien ama

con esa divina compasión toma del vino celestial y entra realmente

por experiencia en el éxtasis que constituye la felicidad de Dios.

2. GOZO. De igual modo, el gozo, mencionado en segundo lugar

entre los elementos del fruto del Espíritu, no es otra cosa que el gozo

celestial divino pasando por, o reproducido en el hijo de Dios. No es

el gozo humano estimulado o aumentado por la influencia divina. Es

el gozo del Espíritu Santo mismo y de Cristo y del Padre, operado

como una experiencia en el creyente. Nehemías declaró: "El gozo del

Señor es vuestra fortaleza" (Neh.8: 1 0), y su verdad permanece

eternamente. Del gozo divino impartido, Cristo dijo: " ... para que

mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo sea cumplido" (Jn.IS: 11 ). El

Apóstol Juan, habiendo declarado la comunión entre Dios, Padre e

Hijo y el creyente, afirma: "Estas cosas os escribimos, para que

vuestro gozo sea cumplido" (1 Jn.l :4). Cuando la oración se realiza

con toda su bendición el gozo será completo (Jn.l6:24). Así también

Pedro escribe: "A quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo,

aunque ahora no le veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado"

(1 P. 1: 8). Sólo el amor divino es un 1rA.i¡pwJ.J,a, o infinitamente

completo. Mucha confusión han causado los artistas que procuran

pintar sus retratos imaginarios de Cristo (una atrevida empresa a la

luz de 2 Co.5: 16), por los cuales parece que ellos se esfuerzan

compitiendo entre sí en destacar la tristeza y, o el dolor. Para ellos El

fue sólo "un varón de dolores, experimentado en quebrantos"

(ls.53:3); pero sus discípulos con quienes El habló y que lo

acompañaron en Sus tres años y medio de ministerio, supieron

perfectamente a qué se referían cuando les habló de Su gozo, tal

como sus escritos testifican.

Manifestando las mismas características como el amor, de la misma

manera el gozo divino no puede ni crecer ni decrecer por mandato de

la voluntad humana, e igualmente cierta es la evidencia de que tal

gozo no puede ser imitado. El gozo celestial en el corazón constituye

una atracción más efectiva de lo que puede describirse. Es un

elemento altamente deseado por Dios para la vida del cristiano si no

fuera, como lo es, provisto por El. Es un elemento divino donado por

Dios a fin de capacitamos para el sufrimiento con Cristo como uno

que comparte con El las cargas de un mundo perdido, y aun el gozo

celestial y las penas divinas (un aspecto de Su amor) han de ser

experimentados por el cristiano a una y al mismo tiempo. De sugerir

estos términos una contradicción es sólo en el dictado de las

limitaciones del entendimiento humano. Es de la naturaleza divina el

ser alegre y triste al mismo tiempo, y así debe ser el creyente

1042 NEUMATOLOGIA

espiritual como resultado de las manifestaciones de las características

divinas: no ser neutral, porque un aspecto neutralizaría al otro, sino

ser ambos a la vez, triste y alegre, sin disminuir la plenitud divina,

siendo que estas características son generadas por el Espíritu Santo.

"Regocijáos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡ Regocijaos! "

(Fil.4:4; comp. 1 Tes.S: 16).

3. PAZ. Así como Cristo legó Su gozo, de la misma manera legó Su

paz, cuando dijo: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy

como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo"

(J n.l4: 27). Aquí se hace referencia a la paz divina y que no puede

ser menoscabada en· el corazón humano. El Apóstol Pablo la definió

al decir: "Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento,

guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús"

(Fil.4:7). Hay que observar la diferencia entre "la paz de Dios", que

es una experiencia subjetiva operada interiormente, y la "paz con

Dios" (Ro.S: 1). Esta última frase se refiere a la verdad que, por la

obra consumada de Cristo, el creyente está para siempre en paz con

Dios. En el primer caso Pablo describe la perfección de la

reconciliación. La paz que Cristo heredó y que es uno de los

elementos del fruto del Espíritu, no obstante, es una experiencia de

paz que se siente en el corazón. Como todo lo incluido en el fruto del

Espíritu es la directa y constante impartición de lo que constituye la

misma naturaleza del carácter de Dios. El amor y el gozo nunca

podrán ser asegurados o mermados por la mera fuerza de la voluntad

humana. Sólo habiéndola experimentado puede demostramos lo que

es realmente la paz de Dios; una sublime tranquilidad de corazón y

mente en lugar de todo recuerdo perturbador, presagio, circunstancia

o condición. Una paz tal, inapreciable como lo es, honra a Dios

delante de los hombres y así satisface a Dios; ciertamente, esa "gran

paz" únicamente la disfrutan aquellos cuyas vidas "están escondidas

con Cristo en Dios" (Col.3:3).

Estos tres: el amor, el gozo y la paz ·forman un grupo que

representa el carácter como un estado interno que el corazón

experimenta directamente de Dios, y en especial, cuando se mira

como una entidad en sí.

4. TOLERANCIA. Cada elemento en el fruto del Espíritu es

opuesto a un aspecto no espiritual correspondiente en el corazón

humano. La cura para las condiciones materiales no es un intento de

dejar de hacer lo malo, sino el sustituirlos con los frutos del Espíritu,

esto es, todas las virtudes que Dios imparte. La paciencia, por

ejemplo, es el antídoto divino para la impaciencia. No es una mera

prolongación de la paciencia humana al ser contemplada; más bien es

la paciencia de Dios operada internamente. La paciencia infinita de

PODER PARA HACER EL BIEN 1043

Dios no conoce límites. Esto se ve en su largo trato con la

humanidad, en su paciencia con los individuos que rechazan a Cristo,

y en Su paciencia con los que trae a El (Lc.l8:7). Cuando Jehová

proclamó Su nombre a Moisés en el monte ardiente, dijo: "¡Jehová,

Jehová! , fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande

en misericordia y verdad" (Ex.34:6). Así Moisés en una oración

intercesora recuerda a Jehová acerca de Su propia revelación de Sí, y

exclama: "Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que

perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá

por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los

hijos hasta los terceros y hasta los cuartos" (Nm.l4: 18). Y el

Salmista declaró: "Mas tú, Sefior, Dios misericordioso y clemente,

lento para la ira, y grande en misericordia y verdad" (Sal.86: 15). El

Apóstol Pablo advierte a los que se oponen a Dios cuando pregunta:

"¿O menosprecias las riquezas de Su benignidad, y paciencia, y

longanimidad, ignorando que Su benignidad te guía a

arrepentimiento?" (Ro.2:4). Aun los "vasos de ira preparados para

destrucción" son objeto de la paciencia de Dios. Está escrito: "¿Y

qué, si Dios queriendo mostrar su ira y hacer notorio Su poder,

soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para

destrucción .. ? " (Ro.9: 22). Pedro declara: "El Sefior no retarda Su

promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente

para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos

procedan al arrepentimiento" (2 P.3:9), y en otra parte afirma: "la

paciencia de nuestro Sefior es para salvación" (2 P.3: 15).

Que la característica divina de la paciencia ha de ser comunicada

directamente al creyente y a través de él manifestada para la gloria de

Dios, no es sólo declarada cuando se dice que es un elemento del

fruto del Espíritu, sino también está escrito en cuanto a él y al Sefior

a quien sirve: "Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia

de Su gloria, para toda paciencia y longanimidad" (Col.l: 11 ). Así

otra vez, al creyente se le ordena vestirse, por el medio divinamente

provisto, "de entrafias de misericordia, de benignidad, de humildad,

de mansedumbre, de pacienCia" (3: 12). Pero cuán definido y

personal se toma el gran Apóstol respecto a la paciencia de Cristo

operada para con él cuando dice: "Pero por esto fui recibido a

misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda Su

clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en El para vida

eterna" ( 1 Ti.l: 16).

La paciencia es una virtud que debe esperarse que aparezca en la

vida del creyente. En medio de las más vitales direcciones acerca de la

responsabilidad de "andar dignamente", está escrito: "Con toda

humildad y mansedumbre, soportando con paciencia los unos a los

1044 NEUMATOLOGIA

otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el

vínculo de la paz" (Ef.4:2,3). Igualmente dice Pablo: "Que seáis

pacientes para con todos" (1 Tes. 5: 14 ). Fue una práctica de la propia

experiencia de Pablo. Por eso testifica a Timoteo: "Pero tú has

seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor,

paciencia" (2 Ti.2: 10); ciertamente, esta virtud pertenece

especialmente a los que son llamados a predicar. Dirigiéndose de

nuevo a Timoteo, el mismo Apóstol le manda: "Que prediques la

palabra, que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende,

exhorta con toda paciencia y doctrina" (2 Ti.4: 2). Fue después que

Abraham habiendo esperado con paciencia que alcanzó la promesa"

(He.6: 15). La tardanza en el retorno de Cristo requiere paciencia. Así

Santiago exhorta: "Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la

venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de

la tierra, aguardando con paciencia hasta que recibe la lluvia

temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad

vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca" (Stg.6:7,8).

El fruto del Espíritu morador incluye esta paciencia. Será definitiva y

suficientemente realizada, y como una manifestación de su propia

paciencia infinita cuando el fruto del Espíritu sea producido en la

vida del creyente.

5. MANSEDUMBRE. La mansedumbre de Dios no implica

debilidad. El cordero mudo ante sus angustiadores es una

demostración que en Dios, como El lo es según lo demande la

ocasión, es no resistencia; pero esto no nos lleva a la conclusión de

que también no hay otros atributos en Dios que no defiendan Su

Santidad y Su gobierno de justicia; ni que el creyente lleno del

Espíritu manifestará sólo mansedumbre. El también puede conocer el

poder de la indignación, pero así mismo será manso. En su canto de

liberación David dice: "También me has dado el escudo de tu

salvación, y tu mansedumbre me ha hecho grande" (2 S.22:36).

David repite este testimonio revelador en el .Salmo 18:35. El Apóstol

exhorta a los corintios "por la mansedumbre y ternura de Cristo.~' En

adición a la declaración en Gálatas 5:22 de que la mansedumbre se

deriva del Espíritu para ser reproducida por El en la vida rendida del

creyente, también Santiago afirma: "Pero la sabiduría que es de lo

alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena

de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía"

(3: 17). Esta sabiduría es la sabiduría de Dios. Es de arriba. Se

manifiesta en y a través del hijo de Dios. ¡Cuán plenamente pudo

experimentar el gran Apóstol el poder directo del Espíritu productor

de mansedumbre cuando dijo: "Antes fuimos tiernos entre vosotros

como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos! " ( 1

PODER PARA HACER EL BIEN 1045

Tes. 2: 7). También se requiere esta misma virtud de todos los que han

de manifestar la verdadera gracia de Dios en el servicio. Está escrito:

"Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable

para con todos; apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre

corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se

arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en

que están cautivos a voluntad de él" (2 Ti.2:24-26). De igual modo el

Apóstol recomienda que a nadie difamen:, que no sean pendencieros,

sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los

hombres" (Tit.3:2). Otra vez, al corazón ansioso de la amable

mansedumbre semejante a la de Cristo se le anima a creer que puede

llegar a obtenerla, no por el esfuerzo humano, o por una inútil

imitación, sino como un fruto directo del Espíritu.

6. BENIGNIDAD. Un elemento oculto, pero no menos vital en la

benignidad distingue esa virtud de su afín, la justicia. El Apóstol, por

ejemplo, escribe: "Ciertamente, apenas muere alguno por un justo,

con todo pudiera ser que alguno osara morir por el bueno" (Ro.5: 7).

Esta distinción puede indicarse por el hecho de que un hombre justo

pudiera desauciar de su hogar a una viuda sin recursos cuando se

atrasa en la renta, en tanto que un hombre bueno hallaría la manera

de evitarlo. En la persona de Dios la bondad alcanza el infinito, y la

Escritura da abundante testimonio de Su ilimitada bondad.

Verdaderamente aunque con poco conocimiento consciente de ello,

el mundo pende de la convicción fundamental de que Dios es bueno.

Ninguna mente puede pintar la calamidad y confusión en que

estuviera el mundo si en alguna ocasión tuviese la peregrina

convicción de que Dios es malo en sí. Aun la soberanía de Dios,

aunque en sí misma poco comprendida, es una expresión de Su

bondad esencial. En consecuencia, Dios dijo a Moisés después que

éste hubo intercedido por Israel: "Y o haré pasar todo mi bien

delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de tí;

y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente

para con el que seré clemente" (Ex.33: 19). En defensa de la

perfección de Dios y Su voluntad soberana, escribió el Salmista:

"Porque recta es la palabra de Jehová, y toda Su obra es hecha con

fidelidad. El ama justicia y juicio; de la misericordia de Jehová está

llena la tierra" (Sal.33:4,5). Nehemías habla de Dios y de Su gran

bondad (9:25 y 35) y David anticipó que esa "bondad y

misericordia" lo seguirían todos los días de su vida" (Sa1.23:6). Así

otra vez declara: "Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la

bondad de Jehová en la tierra de los vivientes" (Sal.27: 13).

Igualmente dijo: "¡Cuán grande es tu bondad que has guardado para

con los que te temen, que has mostrado para los que esperan en tí,

1046 NEUMATOLOGIA

delante de los hijos de los hombres! En lo secreto de tu presencia los

esconderás de la conspiración del hombre; los pondrás en un

tabernáculo a cubierto de contención de lenguas" (Sal.31:19,20).

Como se ha notado arriba, es la bondad de Dios la que produce

arrepentimiento en el perverso corazón. Este principio de acción

divina no debiera ser menospreciado (Ro.2:4). Una amonestación a

los gentiles a la luz de los juicios de Dios sobre Israel hace referencia

a Su bondad: "Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: la

severidad, ciertamente para con los que cayeron; pero la bondad para

contigo, si permanecieres en esa bondad; pues de otra manera tú

también serás cortado" (Ro.ll: 22). De este modo se puede ver que

Dios es esencialmente bondad, característica que se halla en perfecto

balance con todos Sus otros atributos, y que el Espíritu es el

indicado para reproducir bondad divina en aquel a quien El mismo

capacita.

7. FIDELIDAD. La palabra usada aquí por Gálatas 5:22 como el

séptimo elemento del fruto del Espíritu no es fe en el sentido

subjetivo, desde luego. También es cierto que la fe salvadora es una

obra de Dios en el corazón, pero obviamente no es verdad que Dios

ejercite semejante clase de fe; mas bien El es fiel, digno de confianza

y de inmutabilidad, y Gálatas 5:22 es un registro de estas

características divinas reproducidas en el creyente por el Espíritu

Santo. La huella humana de infidelidad es corregida únicamente por

la más grande manifestación de fidelidad de Dios. El es siempre fiel.

Se declara en Lamentaciones 3:22, 23 así: "Por la misericordia de

Jehová nosotros no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron

sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad".

Sobre este tema no hay palabra más fuerte que la del Salmo 36:5:

"Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza

hasta las nubes". Dios había prometido, en Su fidelidad, recordar a

David. Le dijo: "Y mi verdad y mi misericordia estarán con él, y en

mi nombre será exaltado su poder ... Mas no quitaré de él mi

misericordia, ni falsearé mi verdad" (Sal. 89:24, 33). El mismo Salmo

89 bien puede ser llamado el Salmo de la fidelidad de Jehová, siendo

que esta virtud es mencionada a lo menos seis veces. El Salmo se

inicia con las palabras "las misericordias de Jehová cantaré

perpetuamente; de generación en generación haré notoria tu fidelidad

con mi boca. Porque dije: para siempre será edificada misericordia;

en los cielos mismos afirmarás tu verdad ... Y celebrarán los cielos

tus maravillas, oh Jehová, Tu verdad también en la congregación de

los santos (Sal. 89:1, 2 y 5). La fidelidad de Jehová es un buen tema

de alabanza. De aquí que el Salmo 92: 1, 2 dice: "Bueno es alabarte,

oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo; anunciar por la

PODER PARA HACER EL BIEN 1047

mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche." Entonces, tan

cierto como este atributo imperativo pertenece a Dios, así es cierto

que puede ser reproducido, y lo será, en el creyente consagrado, por

el Espíritu. Tal fidelidad se manifestará en las relaciones del creyente

con Dios, con sus semejantes y consigo mismo. Honradez, sinceridad

y devoción sacrificial son factores en esta fidelidad divina

manifestada. Esta gracia impartida será dirigida hacia aquello a que el

mismo Dios es fiel.

8. MANSEDUMBRE. De todos los elementos que constituyen el

frut-o del Espíritu ninguno es tan esquivo o difícil de definir como la

mansedumbre, y ninguno que sea tan necesitado, ya que la vanidad y

el orgullo son los más comunes en las relaciones humanas. Si por el

esfuerzo propio uno lograra la mansedumbre aun en el menor grado,

uno llegaría pronto a estar orgulloso por tal logro. Tan extraño como

pudiera parecer, y tan contradictorio como apareciere cuando se

consideren la Omnipotencia, la Soberanía y la Gloria esenciales de

Dios, no obstante, es cierto que una de las características divinas es la

mansedumbre. Hay que recordar que la mansedumbre no consiste en

pretender ser menos de lo que uno en realidad es; más bien es

demostrada cuando uno no pretende ser más de lo que es.

Ciertamente, la verdad de lo que es Dios, demanda que El publique

todo lo que es cierto en cuanto a Sí mismo. Menos que esto sería

falso y más que esto sería vanidad y orgullo agregado a la falsedad.

En 2 Corintios 10: 1 se hace referencia a la mansedumbre de Cristo, y

de manera similar, la mansedumbre está relacionada con el creyente a

lo menos doce veces en la Palabra de Dios. Sofonías ordena: "Buscad

a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra sus

juicios; quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová" (2:3).

En adición a su afirmación del hecho notable de que la mansedumbre

divina ha de ser reproducida en el creyente como uno de los

elementos del fruto del Espíritu, el mismo Apóstol escribe: "Así,

pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a

que no recibáis en vano la gracia de Dios" (2 Co. 6: 1; comp. con 2

Ti. 2: 25), y uno de los más vitales aspectos de un andar digno como

este, según se presenta en Efesios 4:2, es la mansedumbre. Así,

igualmente, entre otras virtudes necesarias, hay que mostrar virtud,

todo por medio de la provisión divina. Así está escrito en Colosenses

3: 12: "Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de

entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de

mansedumbre, de paciencia." Se recomienda la misma virtud en 1 Ti.

6: 11: "Más tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la

justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre".

Mansedumbre es la justa condición que ha de tener la mente para

1048 NEUMATOLOGIA

poder recibir la Palabra de Dios. Por eso declara Santiago: "Por lo

cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid

con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras

almas" ( 1:21 ). Santiago también habla de "sabia mansedumbre"

(3: 13). Agregando a todo esto el Apóstol Pedro da una palabra final:

"Sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre

preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia

ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en

vosotros" ( 1 P. 3: 15 ). Lo que es tan necesitado en cada corazón

humano y tan esencial para una recta manera de vivir la vida

espiritual, es provisto para cada creyente por el ministerio del

Espíritu Santo.

9. TEMPLANZA. Otra vez en el elemento del fruto del Espíritu, la

palabra, templanza como se encuentra en nuestra versión (y en

muchas otras, y por su significado de temperancia), por su alcance

restringido actual, no es exacta en trasmitir el mensaje del Apóstol.

Este último elemento que comprende el fruto del Espíritu es

realmente dominio propio. No es necesario afirmar ni defender que

esa realidad sea verdadera en cuanto a Dios; pero de la misma manera

se prevé como una virtud en el creyente. Más aún, cuando se

menciona entre las nueve virtudes que estamos estudiando, debe

estarse seguro que no sólo se prevé, sino que es provista para el

creyente por el poder del Espíritu. Pedro incluye esta característica

entre otras importantes virtudes que él menciona, cuando escribe:

"Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid

a vuestra fe virtud; y a la virtud, conocimiendo; al conocimiento,

dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;

a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor" (2 P. 1: 5-7).

El Apóstol Pablo afirma que la templanza debe caracterizar a uno

que luche por una corona: "Todo aquel que lucha, de todo se

abstiene, ellos, a la verdad, para obtener una corona corruptible; pero

nosotros, una incorruptible" (1 Co. 9:25). Para ser un obispo o

anciano en la iglesia, se requiere templanza o control propio (comp.

Ti t. 1: 7-9), así también en cuanto a los creyentes maduros (Ti t. 2: 2).

Para concluir este estudio de palabras y la consideración de

aquello a lo que ellas aseguran, , sería bueno enfatizar de nuevo la

verdad de que Dios no sólo prevé una santa y elevada manera de vida

por parte del que El ha salvado, sino que ha provisto cada recurso

necesario en donde quiera que esa vida que satisfaga y lo glorifique a

El pueda ser experimentada como una manifestación del Espíritu. El

Apóstol (en 2 Co. 6:3-10), ha expresado más clara y plenamente

cómo es la vida aprobada por Dios: "No demos a nadie ninguna

ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado;

PODER PARA HACER EL BIEN 1049

antes bien nos encomendamos en todo como ministros de Dios, en

mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias, en

azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos;

en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en Espíritu

Santo, en amor sincero, en palabra de verdad, en poder de Dios, con

armas de justicia a diestra y a siniestra; por honra y por deshonra, por

mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; como

desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, pero he aquí

vivimos; como castigados, mas no muertos; como entristecidos, mas

siempre gozosos; como pobres, más enriqueciendo a muchos; como

no teniendo nada, más poseyéndolo todo." El nuevo principio

aprobado mediante el cual el creyente puede, ajustándose a la mente

y a la voluntad de Dios, experimentar la llenura del Espíritu, se ve

bien en la revelación respecto al fruto del Espíritu, revelación que es

la primera en la serie de siete manifestaciones del Espíritu que juntas

explican lo que constituye la llenura del Espíritu, o la vida espiritual.

Lo que Dios es, naturalmente, es lo que El requiere, y ciertamente

sus atributos, hasta donde puedan adaptarse a la vida humana, han de

ser reproducidos en el creyente por el Espíritu. La vida que hay que

vivir no podría ser más divina si el creyente tuviera que salir de su

cuerpo y quedara solo el Espíritu como el ocupante, sino fuera por el

hecho de que el Espíritu hace uso de todas las facultades como lo

hace del cuerpo del creyente. Entonces, también las manifestaciones

directas de las características divinas no son estorbadas por la

presencia de las facultades humanas existentes. El estudio de estas

nuevas obras de la gracia divina estimulará a una apreciación de su

deseabilidad y necesidad, si es que la vida cristiana ha de glorificar a

Dios, o tener para sí mismo el alivio que sólo puede impartir el amor,

el gozo y la paz íntimamente. El hombre no regenerado que busca

incesantemente alivio de tal interminable angustia que solo un

corazón y una vida vacíos pueden producir, podría realizar su valor

experimental y si tales bendiciones pudieran comprarse con oro,

dando todo lo que tiene en su poder para gozar siquiera por un breve

momento de tal satisfacción y descanso; aún tal es la ceguera de la

carnalidad de aquellos para quienes tales riquezas están al alcance,

caen en lo indeseable para entrar en el dominio de la inmensurable

realidad. Considerando lo que son estas ilimitadas bendiciones no es

de maravillarse que Dios ordenara por medio de Su Apóstol que

todos los que son salvos por Su gracia sean llenos del Espíritu.

11. EL DON DEL ESPIRITU SANTO

Sin cuidarse del universal desprecio de ella, la doctrina respecto al

1050 NEUMATOLOGIA

don del servtcto que es efectuado por medio del Espíritu en el

creyente, ocupa un gran campo en el Nuevo Testamento y demanda

su completo reconocimiento en cualquier tratado sobre

Neumatología. La acción de gracias del Apóstol por la iglesia de

Corinto al asegurar en cuanto a ellos, "de tal manera que nada os

falta en ninún don" es difícilmente comprendida hoy; con todo, este

gran ministerio del Espíritu es una realidad presente, y viene a ser un

reto para cada cristiano y para cada iglesia que se propone mantener

los ideales del Nuevo Testamento.

Intentando una adecuada definición, se podría decir que un don

en el sentido espiritual significa la operación de un servicio particular

por el Espíritu Santo a través del creyente y el uso del creyente para

hacerlo. No es algo que el creyente esté haciendo con la ayuda del

Espíritu Santo, ni es un mero aumento de lo que se llama un talento

natural o innato. De acuerdo con 1 Corintios 12:7, un don es "una

manifestación del Espíritu". Es concebible que el Espíritu puede usar

los dones naturales, pero el don que es producto del Espíritu es una

expresión de Su habilidad propia más bien que el mero uso de las

cualidades humanas en aquel por quien la ejecuta. Como se ha visto

con respecto al fruto del Espíritu dentro del creyente, de igual modo

el ejercicio de un don espiritual es una ejecución directa del Espíritu

Santo. El fruto del Espíritu es interno, está normalizado, y es

uniforme en su expresión; pero los dones que son ejecutados por el

Espíritu son externos en el dominio del servicio y son variados al

punto de que se puede asumir que dos cristianos no están

comisionados exactamente para la misma responsabilidad, siendo que

los mismos no están en la misma situación, ni tienen las mismas

obligaciones. Para que esta importante verdad pueda entenderse se

mencionan ciertos dones en el Texto Sagrado. Estos pueden servir

como una clasificación general de las actividades del Espíritu en el

campo del servicio del creyente. Los dones específicos se enumeran

en los pasajes siguientes:

"Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos

miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así

nosotros siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos

miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes

dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese

conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que

enseña, en la ensefianza; el que exhorta, en la exhortación; el que

reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace

misericordia, con alegría" (Ro. 12:4-8); "Ahora bien, hay diversidad

de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de

ministerios, pero el Sefior es el mismo. Y hay diversidad de

PODER PARA HACER EL BIEN 1051

operaciones pero Dios que hace todas las cosas en todos, es el mismo.

Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para

provecho, porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría;

a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el

mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.

A otro, el hacer milagros, a otro, profecía; a otro, discernimiento de

espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación

de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu,

repartiendo a cada uno en particular como El quiere" (1 Co.

12:4-11 ); "Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a

la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto,

llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. Y eso de que

subió, ¿Qué es, sino que también había descendido primero a las

partes mas bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que

también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Y él

mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,

evangelistas; a ,otros, pastores y maestros" (Ef. 4: 11-12); "Cada uno

según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos

administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla,

hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre

conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado

por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos

de los siglos, Amén" ( 1 P. 4: 1 O, 11 ).

Para una ulterior explicación de la doctrina de los dones en los

capítulos 12 a 14 de 1 Corintios, al notar cuidadosamente, se

observarán dos importantes verdades, (1) que cada cristiano es un

recipiente de algún don, pues está escrito: "Porque a cada uno le es

dada la manifestación del Espíritu para provecho ... ; Pero todas

estas cosas la hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno

en particular como El quiere" ( 1 Co. 12:7, 11 ). "Pero a cada uno de

nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo"

(Ef. 4: 7), y (2) que estos dones son siempre hechos por uno y el

mismo Espíritu. Cinco veces en 1 Corintios 12:4-11 se declara que

aparte de la variedad o del número de creyentes por medio de los que

El obra, sin excepción, los dones son efectuados por una y la misma

persona, el Espíritu Santo.

Como una ilustración del funcionamiento de los dones espirituales

en el Cuerpo de Cristo, el Apóstol compara ese Cuerpo espiritual con

el cuerpo humano con sus diferentes miembros, y como los

miembros del cuerpo humano no sirven al mismo propósito, de la

misma manera los que componen el Cuerpo de Cristo sirven de

distintos modos y con varios fines. Las instrucciones que gobiernan el

uso de los dones en la Iglesia, el valor comparativo de ellos y el

1052 NEUMATOLOGIA

reconocimiento requerido, regulación y coordinación de los dones,

tal como está establecido en el Nuevo Testamento, cada estudiante

tendría que prestarle una atenta consideración.

De los distintos dones mencionados en Efesios 4: 11 -"Y El

mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,

pastores y maestros"- puede decirse que hay ministerios de

liderazgos en la Iglesia actual de ordenación divina. El servicio de los

que aquí son designados como apóstoles evidentemente cesó con la

primera generación de la Iglesia, porque en la Iglesia actual no se

puede reconocer un ministerio con tales cualidades. El servicio de

profetas del Nuevo Testamento es definido como sigue: "Pero el que

profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y

consolación" (l Co. 14:3 ). El que aquí es llamado evangelista no es

el de los avivamientos de los tiempos modernos, sino más bien el

m1s1onero a los no evangelizados. El pastor y maestro

(probablemente se refiere a dos dones diferentes ejercitados por una

misma persona) ambos para pastorear al rebaño y para instruir al

pueblo de Dios. Bajo su ministerio los santos son perfeccionados para

la obra divinamente encomendada a ellos y son edificados. Cada

pastor es el decano de la escuela Bíblica de preparación, la qtte está

compuesta por aquellos miembros de la Iglesia de Dios a él

encomendados. Si el pastor no ha tenido la adecuada preparación

como maestro de la Palabra de Dios, puede quedar sin cumplirse toda

esta responsabilidad (comp. Ef. 4: 11-12).

El servicio cristiano como se designa y se presenta en el Nuevo

Testamento es mucho más metódico y efectivo que el más o menos

accidental y esfuerzos desordenados que reciben ese nombre hoy en

día. En la Iglesia primitiva a nadie se le permitía servir que no se

considerara estar lleno del Espíritu, la posesión del Espíritu fue

reconocida y estos dones fueron empleados inteligentemente. Es

evidente que todo esto ahora casi se ha perdido de vista y es extraño

a las condiciones presentes.

Este limitado estudio de toda la doctrina de los dones espirituales

es reforzado por la siguiente acotación tomada del Dr. Juan F.

Walvoord:

"Antes de regresar a la discusión de los dones mismos, han de mencionarse

ciertos factores generales relacionados con los dones. ~o, se revela que los

dones espirituales son dos soberanamente or Dios, y como tales, no son ellos

el objeto de la búsqueda de los hombres. Pablo escri 10 a os corintios, quienes

estabán exaltando los menores dones, descuidando los más importantes. Dice él:

'Procurad, pues, los dones mejores' ( 1 Co. 12:31 ). Aun en sus otras Epístolas es

claro, por el silencio que guarda sobre el tema, que el buscar dones espirituales

no es un sujeto propio para la exhortación. Por ser Sus dones soberanos, se sigue

que no es cuestión de espiritualidad. Un cristiano no consagrado al Señor puede

PODER PARA HACER EL BIEN 1053

poseer grandes dones espirituales, mientras que uno que es consagrado puede

tener relativamente menores habilidades espirituales. De acuerdo a las Escrituras.

' ... todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu' (1 Co. 12: 11). Por

supuesto, permanece la verdad de el que los ~st~s apropiados en la vida

espiritual del creyente son necesarios para ejercitar debidamente sus dones; pero

la espiritualidad en sí no produce dQI1es espirituales. Ha surgido la pregunta de si

los dones espirituales, son una parte de la dádiva original de la gracia

acompañando a la salvación, o si es una obra subsecuente. Las Escrituras no dan

una respuesta clara, más por la naturaleza del bautismo del Espíritu Santo, que

ocurre al momento del nuevo nacimiento, y la colocación resultante del creyente

en el Cuerpo de Cristo, sería razonable deducir que los dones son otorgados al

mismo tiempo en que el creyente es colocado en el Cuerpo, aun cuando dichos

dones no sean observados ni ejercidos inmediatamente. De consiguiente, los

dones espirituales acompañan al bautismo del Espíritu Santo, aun cuando su

otorgamiento no esté incluido en el acto mismo del bautismo. En la analogía de

los dones naturales como se ven en el hombre natural, es evidente que los

factores de habilidad y talentos naturales están latentes en el recién nacido. Así

también puede ser lo mismo en cuanto a los dones espirituales en el regenerado.

Tanto en la esfera natural como en la espiritual, es asunto de darle el ~

ade~ y el desarrollo a los dones más bien que la concesión de algunos dones

adicionales. En segundo lugar, se puede observar que cada cristiano tiene dones

~irituales. Conforme a las Escrituras, 'La manifestación del Espíritu es para

provecho' ( 1 Co. 12: 7), y 'todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu,

repartiendo a cada uno en particular como El quiere' (1 Co. 12: 11). Los

cristianos 'son miembros cada uno en particular' ( 1 Co. 12: 27), y son 'un

cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros" (Ro. 12: 5). Ya sean

pequeños los dones, o el lugar insignificante, cada creyente es esencial en el

cuerpo de Cristo. Como la Escritura lo expresa: 'Antes bien, los miembros del

cuerpo que parecen más débiles, son los mas necesarios' (1 Co. 12:22). Hayu_!l

ro ósito divino en la vida de cada ere ente los done s iri · n

armoma con ese proposito. 1 reto de la Escritura sobre est~ tema (comp. 1 Pe.

4: 1 O) es que cada cristiano cumpla el mmlSterio para el cual ha sido equipado

por Di~Én tercer lugar, es claro que los dones difieren en valor. Mientras hay

iguiÍdad de privile'gios en la fe cristiana, no hay igualdad de dones. De acuerdo a

1 Corintios 12:28: 'A unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles,

luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que

sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas' En la

naturaleza de los diferentes dones unos son más efectivos y esenciales que otros.

Pablo contrasta los dones de profecía y de lenguas con estas palabras: 'Quisiera

que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis' ( 1 Co.

14: S); y otra vez: 'Pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi

entendimiento para enseñar también a otros que diez mil palabras en lengua

desconocida' ( 1 Co. 14: 19). En ~tg lugar, como testifica 1 Corintios 13, para

que los dones espirutales sean provechosos deben de practjcarse en amor. En sí

mismos los dones espirituales no producen grandes cristianos. Su uso de manera

adecuada motivados por el amor divino, que es fruto del Espíritu, es efectivo y

glorifica el nombre de Dios. Un quinto aspecto general de los dones espirituales

es que c¿ertos dones fueron tem¡;}ofaie~_~n_su otorgamiento y en su uso. Es claro

que el gran conglomerado de cristianos que aman la Biblia no tienen entre ellos

una manifestación de todos los dones como lo hizo la iglesia apostólica. Por otra

parte, ciertos dones caracterizan claramente toda la presente dispensación. La

consideración que conduce a la clasificación de cada don se notará en el estudio

1054 NEUMATOLOGIA

particular de los mismos. Un ~~tQ y final aspecto de los dones espirituales, de

gran importancia, es el gran contraste entre los dones espirituales y los naturales.

Mientras Dios puede escoger hombres de habilidades naturales, es claro que los

dones espirituales pertenecen al nacimiento espiritual de los cristianos más bien

que a su nacimiento natural. Las cualidades de los dones espirituales no son

evidentes en el individuo antes de su salvación. Los dones espirituales pertenecen

a su nueva naturaleza en vez que a la vieja. Entonces, los dones espirituales no

deben mirarse como una extensión de los poderes naturales, sino como un don

sobrenatural concedido en conformidad al propósito de Dios al colocar a ese

individuo en el Cuerpo de Cristo. Frecuentemente puede observarse que personas

con poco talento natural a menudo son usados poderosamente por Dios cuando

aquellos que tienen gran talento natural, aunque salvos, nunca son usados de

modo semejante. El don espiritual no es entonces, una demostración de lo que el

hombre puede hacer aun bajo circunstancias favorables, sino más bien revela lo

que Dios puede conceder en gracia.

Un examen de los quince dones espirituales revelados en el Nuevo

Testamento, descubrirá düerencias considerables en el carácter de los mismos.

Ciertos dones son claramente la posesión de la Iglesia actual tal como se han

manifestado en su ejercicio por hombres dotados a través de la presente

dispensación. No cabe duda que algunos hombres hoy tienen (1) el don de la

enseñanza, (2) el don de ayudar o de servir, (3) el don· de administración o de

gobernar, (4) el don de evangelismo, (5) el don de pastorear, (6) el don de

exhortar, (7) el don de ofrendar y, (8) el don de mostrar misericordia. En

contraste con esto, como lo demostrará su exposición particular, hay otros dones

espirituales conocidos por los cristianos primitivos, que parecen haber pasado de

la escena con el período apostólico. Algunos de ellos son reclamados hoy por

algunas sectas, cuyo descuido en cuanto a las instrucciones escriturales para el

uso de dichos dones es en sí mismo un testimonio de la calidad espuria de sus

afectados dones. Entre estos dones temporales se pueden mencionár los

si,guientes: (1) el don del apostolado, (2) el don de profecía, (3) el don de

milagros, (4) el don de sanidad, (5) el don de lenguas, (6) el don de

interpretación de lenguas y (7) el don de discernimiento de espíritus." The

Doétrine of the_Holy Spirit, págs. 182-185.

111. LA OFRENDA DE GRATITUD Y ALABANZA

Estrechamente relacionado a la experiencia de gozo, que viene en

segundo lugar en la lista de las nueva virtudes que comprende el fruto

del Espíritu, está el de alabanza y gratitud. Este aspecto adicional de

la vida espiritual obtiene la distinción de estar directamente

relacionado a, y el resultado normal de, el mandamiento de ser lleno

del Espíritu, siendo la implicación que, en su expresión primaria, la

llenura del Espíritu resulta en alabanza y gratitud. Todo el contexto

que estamos considerando en este punto, dice: "Mirad, pues, con

diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,

aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto,

no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.

No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed

llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos

PODER PARA HACER EL BIEN 1055

y cánticos espirituales, cantando y alabando al Sefior en vuestros

corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el

nombre de nuestro Seftor Jesucristo. Someteos unos a otros en el

temor de Dios" (Ef. 5: 15-21 ).

La tremenda obligación de ofrecer alabanza de adoración a Dios y

de rendir gratitud por sus incesantes beneficios es tal que no puede

ser evadida por ningún ser humano aunque aún recibiera únicamente

beneficios humanos. Los santos ángeles que sólo han estado en la

gloriosa presencia de Dios desde su creación no cesan de clamar:

"Santo, santo, santo, es Jehová de los ejércitos" (ls. 6:3); aun cuando

nunca les ha alcanzado ni se les ha requerido el infinito valor de la

redención. Ellos adoran a Dios por Su valor intrínseco; pero ¡cuánta

mayor obligación descansa sobre la humanidad que no sólo tienen la

misma obligación de conocer el valor infinito de Dios, sino que son

los recipientes de la gracia salvadora del Sefior! En verdad, una

inmensurable obligación descansa sobre todos los hombres de adorar

a Dios por lo que El es, y de conocer Su amor expresado en la muerte

de Cristo, sea que lo reciban o no como la base de su salvación. La

obra normal del Espíritu es inspirar honra de alabanza a Dios en el

corazón del creyente. Esta adoración resulta directa y

automáticamente en el corazón cuando el Espíritu tiene toda libertad

de obrar. Hay gran satisfacción al ser hallado ofreciendo digna

alabanza a Dios. Un ejercicio tal estimula otras gracias en el corazón

y nada menos que esto es humildad.

De modo similar, como un resultado de Su llenura de los

cristianos, el Espíritu mueve el corazón a la gratitud, y a tal grado al

que ningún ser humano podría alcanzar. Quizá está dentro de los

límites humanos el dar gracias algunas veces por ciertas cosas; pero,

¡cuán diferente es el requerimiento que el texto bíblico presenta

mandando a uno a ser agradecido "siempre por todo"! Entonces,

una gratitud sobrehumana tal es incluida en el mandato de ser lleno

del Espíritu. Si todas las cosas "obran para bien de a los que aman a

Dios", hay una amplia razón para dar gracias por fe por todas las

cosas. No se necesita argumento alguno para demostrar lo razonable

de la alabanza y gratitud en los labios y desde el corazón de los

redimidos, o de convencer a una mente despreocupada de la

imposibilidad de exonerarse de esta obligación cuando es ocasionada

aun solo por la habilidad humana. Una vida llena del Espíritu sólo

será radiante cuando está llena de alabanza y gratitud.

IV. LA ENSEÑANZA DEL ESPIRITU

El Espíritu Santo es el Maestro por excelencia, pero este ministerio

1056 NEUMATOLOGIA

está restringido espiritualmente a lo más importante, la Palabra de

Dios. La Palabra ha sido dada por Dios a los hombres en buena fe y

con la esperanza de que fuera comprendida y aceptada por aquellos a

quienes es enviada. El que ellos necesitan estudiarla y presentarse a sí

mismos aprobados ante Dios al dividir correctamente las doctrinas y

alcanzado su verdadero significado, no merma su obligación de

hacerlo el hecho de ser ense.ñados por el Espíritu. Ciertamente, pocos

perciben que la Palabra de Dios, muy diferente de otros temas del

saber, no puede ser recibida de otro modo que no sea por la

iluminación personal que sólo el Espíritu Santo puede ejecutar. Ni

aun los inconversos reciben el Evangelio a menos que el Espíritu se

los revele (comp. Jn. 16:7-11 ), e igualmente la verdad puede venir al

creyente sólo cuando le es revelada por el Espíritu. Multitudes hay

que "siempre están aprendiendo y nunca llegan al conocimiento de la

verdad" (2 Ti. 3: 7)- aprendiendo en ese sentido limitado en que

ellos obscuramente captan ciertos aspectos de la verdad, pero que

nunca están cabalmente informados o transformados por ella. Una

evidencia de la llenura del Espíritu (la que El hace cuando tiene plena

libertad de obrar efectivamente en todo) es el de conducir a aquel en

quien El mora a un constante crecimiento en la comprensión de las

Escrituras con todo su poder santificador (Jn. 17: 17). Así la única

llave para lograr el conocimiento de la Palabra de Dios, en sí una ley

pedagógica que no aparece en ninguna disciplina académica, es

sugerida en la imperativa necesidad de mantener una correcta

relación con el Espíritu Santo, sólo por la cual Su ministerio

didáctico puede· avanzar sin tropiezo. El estudiante que no está en

correcta relación· con Dios no puede esperar hacer progresos en el

estudio de la verdad espiritual. Ciertamente, es lamentable que en

tantas ocasiones se ofrecen cursos enteros sobre doctrina bíblica sin

que ocurra ni una advertencia o instrucción respecto a este más vital

y fundamental aspecto de la pedagogía cristiana. Parece que poco se

había dicho o sobrentendido en las Escritutas sobre este tema antes

del Discurso del Aposento Alto. Es entonces cuando Cristo presentó

esta gran verdad en términos inequívocos. En este discurso dijo:

"Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis

sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, El os guiará a

toda verdad; porque ·no hablará por su propia cuenta, sino que

hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de

venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío y os lo hará saber.

Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío,

y os lo hará saber" (Jn. 16: 12-15).

Aun después de tres años y medio incomparables en la compañía e

instrucción de Cristo, todavía era evidente para los discípulos que El

PODER PARA HACER EL BIEN 1057

tenía muchas cosas que decirles. Así debe ser con los creyentes al

final de esta vida. El siempre tendrá más qué revelar al que puede oír

y lo atenderá. Que es cierto que ellos entonces no podían entender se

reconoce en el hecho de que estos hombres fueron incapaces de

recibir alguna y aun toda la verdad relacionada con la muerte y la

resurrección de Cristo, ya que por aquel tiempo ellos no sabían o más

bien, no creían que El moriría y sería levantado de nuevo. Cuando

toda la verdad que pertenece a la presente dispensación que depende

ya de la muerte de Cristo o de Su resurrección haya sido revelada ya

poco restará por conocer, y de consiguiente esto demuestra el hecho

que los doce discípulos nunca habían predicado el evangelio de la

divina gracia, evangelio que está enteramente basado en la muerte,

sepultura y resurrección de Cristo (comp. 1 Co. 15:3, 4). Como

muestran las mismas Escrituras, estos hombres predicaron el

evangelio del reino. Sin embargo, una nueva dispensación con todas

sus realidades es trazada para ellos y a todos les han de ser enseñadas

nuevas y maravillosas revelaciones por el ministerio directo del

Espíritu. Mas temprano Elles ha dicho que el Espíritu Santo "estará

en vosotros" (Jn. 14:17), y a esto agrega (16:12-15) la nueva e

importante verdad de que al Espíritu morador le está encomendado

cumplir el inmensurable ministerio de la enseñanza, y eso desde el

incomparable y ventajoso terreno de la posición que ocupa en el

corazón. Directa y efectiva más allá de lo que puede registrar la

experiencia humana, es este acercamiento interior del Espíritu al

entendimiento y al corazón del hombre. En apoyo de esto testifica el

hecho de que el impetuoso Pedro audazmente reprendió a Cristo solo

un año, o menos, antes de Su muerte porque El había declarado que

iba a morir y levantarse otra vez; y ese mismo Pedro unos cincuenta

días después de la muerte de Cristo se levantó en medio de una

multitud en Jerusalén y predicó el más grande sermón jamás

escuchado de labios humanos, al considerarse los resultados, sabiendo

que su apelación toda estaba basada en la muerte y resurrección de

Cristo. Muchísima verdad ha alcanzado la mente de Pedro en el

interín y evidentemente, no de otra fuente que de la enseñanza del

Espíritu Santo dentro del propio corazón de Pedro. Así el plan

divino provisto llama la atención de cada creyente sincero. El

Espíritu Santo desde el corazón es la "guía a toda verdad". El

alcance de esta promesa debería de observarse así como la ausencia

de toda condición meritoria. Ninguna limitación humana puede

estorbarla. Una mente obtusa no se considera un problema especial

para el Espíritu. Todavía es cierto que El guiará a toda verdad. Aun

El, el Espíritu, no pronuncia el mensaje que imparte como si él fuera

su autor o generador. Lo que El oye, eso dice. Si se preguntara quién

1058 NEUMATOLOGIA

origina y trasmite el mensaje al Espíritu Santo que vive en el corazón,

la respuesta es doble en este limitado contexto, especialmente, El que

dijo: "Aun tengo muchas cosas que deciros", y quien dijo, hablando

del Espíritu: "Tomará de lo mío y os lo hará saber". El tema

mencionado primeramente en el ministerio didáctico del Espíritu es

el de revelar las Escrituras proféticas. "El os hará saber las cosas que

han de venir". También hay que observar que el Espíritu en ~1

corazón humano glorifica a Cristo más bien que a Sí mismo y que lo

más rico de todos los tesoros del conocimiento por impartir, las cosas

de Cristo, son aumentadas al punto de incluir "todas las cosas" del

Padre.

Como el discurso del Aposento Alto es la semilla del plan de las

doctrinas de las Epístolas, especialmente las del Apóstol Pablo, es de

esperarse que un tema tan nuevo y tan vital como el ministerio de

enseñanza del Espíritu y el modo de hacerlo, como se declara en el

pasaje ya examinado, se le daría una más grande y detallada

presentación en las Epístolas doctrinales. Ciertamente, tal

tratamiento se halla en l Corintios 2:9-12, que dice: "Antes bien,

como está escrito, cosas que ojo no vio, ni oído oyó, son las que Dios

ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a

nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo

profundo de Dios. ¿Porque quién de los hombres sabe las cosas del

hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco

nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros

no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que

proviene de Dios, para que sepamos las cosas que Dios nos ha

concedido".

Como en Juan 16:12-15 de nuevo el tema del pasaje es "cosas"

-"las cosas que han de venir", las cosas de Cristo, y "todas las cosas"

del Padre. De este modo el Apóstol se refiere a "cosas" que alcanzan

el corazón del hombre por revelación directa sin referencia a los

canales naturales de información que proceden a través de las puertas

del ojo, del oído y del corazón o capacidad de razonar del hombre.

Hace mucho la moderna psicología procuraba ponderar los tres

canales naturales ·para acercarse al entendimiento humano, esta

porción de la Palabra de Dios los había identificado, pero había

agregado aquel al que ningún psicólogo o pedagogo humano puede

lograr por sí mismo, y mucho menos, impartir, es decir, cosas que

son reveladas directamente por el Espíritu Santo a aquel en quien El

habita. En esta relación el Apóstol afirma: "Ahora hemos recibido

"el Espíritu que proviene de Dios" y para el gran fin: "Para que

sepamos las cosas que Dios nos ha concedido". La infinita capac.idad

del Espíritu en este aspecto como maestro se describe en las palabras:

PODER PARA HACER EL BIEN 1059

"Porque el Espíritu todo lo escudrifia, aun lo profundo de Dios". El

hombre puede conocer las cosas de la esfera humana, pero sólo el

Espíritu conoce las cosas que pertenecen a la esfera de Dios. Una obra

tal de iluminación como esta fue efectuada por el Hijo de Dios,

Jesucristo, por ejemplo, en el corazón de dos discípulos en el camino

de Enmaus. Acerca de esto está escrito: "Y se decían el uno al otro:

¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el

camino, y cuando nos abría las Escrituras? ... Entonces les abrió el

entendimiento para que comprendieran las Escrituras" (Le. 24:32,

45). Así por el ministerio de ensefianza del Espíritu el creyente es

colocado en esa posición única de uno que puede ser directa e

interiormente ensefiado por el Maestro de maestros por excelencia, el

Espíritu Santo de Dios. Con toda seguridad el Espíritu funcionará en

el corazón de aquel que El llena.

V. LA GUIANZA DEL ESPIRITU

El ser guiado por Dios es una de las grandes realidades aun del

Antiguo Testamento. Más de cuarenta veces las manos directrices de

Dios se ven moviéndose sobre Su pueblo de antafio; y mientras

estuvo en el mundo, Cristo fue guiado por el Espíritu (comp. Mt.

4: 1; Le. 4: 1 ). En esto, tanto como en cualquier aspecto de la

humanidad de Cristo, El vino a ser y es el ejemplo o patrón para el

hijo de Dios. El alcance de la ventaja que provee este ministerio del

Espíritu Santo sobrepasa todo cálculo. Tal como un paciente puede

recuperar su salud al cumplir todas las indicaciones de un buen

médico, así el cristiano puede ser conducido por el Espíritu Santo

por sendas escogidas por infinito amor, infinito poder e infinita

sabiduría. Así está designado, por Dios que un ser humano no pueda

guiarse por sí solo. Por eso Jeremías afirma: "Conozco, oh Jehová,

que el hombre no es sefior de su camino, ni del hombre que camina

es el ordenar sus pasos" (Jer. 10:23). No es posible contempa1r el

desamparo expresado por David sin tener conciencia de la necesidad

de una guianza divina semejante. Dijo él: "Guíame, Jehová, en tu

justicia, a causa de mis enemigos; endereza delante de mí tu camino"

(Sal. 5: 8); "Encamíname en tu verdad y enséfiame, porque tú eres el

Dios de mi salvación; en tí he esperado todo el día" (25:5);

"Enséfiame, oh Jehová, tu camino, y guíame por senda de rectitud a

causa de mis enemigos" (27: 11 ); "Porque tú eres mi roca y mi

castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás" (31:3);

"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame, y conoce

mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame

en el camino eterno" (139:23, 24). No hay mandamiento alguno en

1060 NEUMATOLOGIA

el Nuevo Testamento que ordene al creyente ser guiado por el

Espíritu; sin embargo, se asume como una conclusión previa que

fuera de este ministerio ninguno puede seguir el camino de Dios por

elección propia. Por ejemplo, se dice: "que los que son guiados por el

Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios" (Ro. 8: 14). Es decir,

ellos prueban que son hijos maduros de Dios por ser guiados por el

Espíritu. De manera semejante aquí se traza una distinción entre el

niño de Dios (révov) y el hijo maduro (vw~), de donde se deduce que

no todos los cristianos, aunque hijos de Dios en general, están

manifestando las características de los que han crecido en madurez.

En otras palabras, no todos los cristianos son espirituales o llenos del

Espíritu porque lo son los que "son guiados por el Espíritu". Así

mismo está escrito: "Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis

bajo la ley" (Gá. S: 18). De este modo, puede sugerirse de nuevo que

no todo salvo es guiado por el Espíritu Santo; porque los que son

guiados así, son suplidos de consejo verdadero y dirección que

manifiestamente ellos no necesitan de mandamientos externos. Esta

maravillosa relación que provee estas benditas. realidades puede

fácilmente ser pervertida por personas sinceras si no conocen la

correcta relación con Dios por la que puede asegurarse la verdadera

guianza. No solamente se pide que haya de tenerse un correcto

entendimiento relativo a la dirección del Espíritu, sino que puedan

librarse del fanatismo, del emocionalismo indebido y de la

superstición. Siendo que el curso entero de una vida puede estar mal

dirigido y que a pesar de la sinceridad es necesario en grado

superlativo para que el creyente aprenda por sí mismo -porque la

experiencia de otros no es el patrón- para saber cómo poder ser

guiados por el Espíritu. Fuera de la dirección divina no se puede dar

paso seguro en el mundo. Pero se puede lograr poca ayuda imitando

la experiencia de otros o siguiendo las reglas preparadas pór los

hombres. La guianza del Espíritu, como lo implica el mismo término

que se usa para este ministerio, es mayormente una experiencia

íntima y personal. Para los que por constante atención y oración se

han familiarizado con las maneras en que el Espíritu los guía, dicha

guianza llega a ser una de las más ricas experiencias conocidas por

el corazón del creyente. La importancia de sustituir la suposición

finita por la infinita sabiduría, jamás puede ser sobrestimada. Es el

propósito de Dios que un niño dentro de un hogar mediante la

obediencia propia se aprove<;he de la sabiduría de sus padres. Así

mismo es el propósito de Dios que sus hijos se aprovechen de la

infinita sabiduría de Dios mediante la dirección del Espíritu. Para el

creyente es menos que inútil depender de su propia sabiduría y aún

más inútil y peligroso para él buscar la sabiduría y el consejo de

PODER PARA HACER EL BIEN 1061

otros, aun cuando sean creyentes. En los asuntos en que los hombres

no pueden saber nada, son correctamente llamados ciegos. Sobre este

punto Cristo preguntó: "¿Puede un ciego guiar a otro ciego? " (Le.

6:39).

Considerando la manera en que la voluntad· de Dios puede ahora

ser conocida, se observará que la guianza directa del Espíritu

morador ha sobrepasado, en forma muy ventajosa, el método de

guiar en el Antiguo Testamento por la luz natural, por sueños, por

voces y por pruebas. Todos estos métodos antiguos ahora serían

considerados inefectivos. El hijo de Dios no puede magnificar mucho

la verdad de que, bajo la presente relación de gracia, él vive y sirve al

Señor en estrecho compañerismo con el Espíritu Santo. El,

juntamente con el Espíritu, ocupa el mismo cuerpo y como

compañeros ellos entran en las mismas empresas que Dios el Padre

pueda señalar. Por supuesto, la suerte de vida es sobrenatural en

grado sumo; sin embargo, ningún hijo de Dios debiera de tener miedo

de cosas sobrenaturales. También es cierto que cada demanda de la

dirección del Espíritu debe ser contemplada bajo tres tiempos de

relación. Hay un tiempo antes de la experiencia, el tiempo de la

experiencia misma, y un tiempo posterior a ella que es caracterizado

como retrospectivo. Así, si uno es lleno del Espíritu siempre está

preparándose para la experiencia, siendo siempre guiado, y siempre

mirando hacia atrás a la fidelidad de Dios en sus tratos. En cuanto a

la preparación dos pasajes pueden servir para la preparación

necesaria. "Fíate de Jehová de todo tu corazón y no estribe en tu

prudencia" (Pr. 3: 5); "Así que, hermanos, os ruego por las

misericordias de Dios, que presentéis vuestro cuerpo en sacrificio

vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os

conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación

de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena

voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Ro. 12: 1, 2). Para el que ha

de ser guiado es necesario no sólo estar dependiendo definitivamente

del Espíritu en cuanto a la dirección, sino que debe siempre estar

deseando el ser guiado. Con respecto al tiempo cuando uno

. realmente está siendo guiado se puede preguntar: ¿Cómo puede uno

saber o estar consciente de lo que Dios quiere? La respuesta a esta

duda abarca grandes realidades personales, los grados de desarrollo y

experiencia a los que concierne jamás habrían dos semejantes. No

hay otra escritura tan reveladora sobre el asunto que Filipenses 2:13,

que afirma: "Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer

como el hacer, por Su buena voluntad". Esta revelación trae

seguridad que es tan definida como final. Puede ser posible que se

imponga una dilación sobre la acción que se considera o que Dios

1062 NEUMATOLOGIA

expresara Su voluntad por alguna otra providencia o circunstancia;

pero con una cosa siempre podría contarse: El trabajo interior y la

dirección al final producen una convicción mental que de algún

modo han engendrado todas las influencias. Ciertamente, Dios puede

hablar lo suficientemente fuerte para que un alma ansiosa pueda

oírlo. Jorge Müller enseñó y testificó acerca de una riquísima

experiencia a la que Dios guía en el compañerismo del Espíritu

Santo, no por señas o cosas externas; sino por la mente deseosa y

expectante. El influye en el juicio mismo, y entonces uno llega a estar

claro y convencido con respecto al rumbo que Dios indicaría. La voz

de los hombres puede ser escuchada únicamente si Dios la ha enviado

a sus hijos para ese propósito. Como para el tiempo después que uno

ha sido guiado, entonces es necesario descansar en aquello en que ha

sido determinado para él. La dirección debe ser tan convincente que

no hayan dudas en los días siguientes cuando acaso puedan

sobrevenir tiempos de pruebas. Esa dirección que lo lleva a uno a un

particular campo de servicio ha de ser de tan definida natuarleza que

el sufrimiento y las privaciones puedan ser sobrellevados sin discusión

alguna del paso que nos llevó al lugar de la prueba.

Finalmente, uno que está rendido a Dios debe contarse a sí mismo

en la voluntad de Dios cuando está deseando hacer Su voluntad sin

reserva. Si la posición que uno ocupa en la vida o en el servicio no es

la que Dios quiere, El puede moverlo seguramente al lugar que El

elige para el tal. Ciertamente, la voluntad de Dios no es asunto de que

el cristiano esté en un lugar o en otro; es más bien de estar deseando

hacer la voluntad de Dios. Todos los demás ajustes se hacen

fácilmente. Un factor muy vital, entonces, en la vida espiritual es el

de ser guiado por el Espíritu Santo, y esta experiencia necesaria será

la parte de todo el que es lleno del Espíritu.

VI. LA VIDA DE FE

Ciertamente, la hazaña más vital del 'Espíritu Santo es aquella por

la cual El hace real las cosas sobrenaturales a aquel en quien El mora.

Esta empresa es muy semejante en carácter a la de su obra de

enseñanza, salvo que la última está restringida en gran parte a la de

impartir conocimiento de las Escrituras, mientras que la primera

comprende un amplio campo en la experiencia del creyente. Lo que

debe enfatizarse mayormente en la primera es la verdad de que el

Espíritu Santo testifica en el corazón del creyente, testimonio que

llega a ser de que el creyente es un hijo de Dios. El Apóstol Pablo

declara: "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu que

PODER PARA HACER EL BIEN 1063

somos hijos de Dios" (Ro.8: 16). El Apóstol Juan de la misma manera

escribe: "Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de

Dios es mayor, porque este es el testimonio de Dios, que ha

testificado de Su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios, tiene el

testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso;

porque no ha creído en el testimonio que Dios ha testificado de Su

Hijo" (1 Jn.5:9,10). Así también, la habilidad de dirigirse a Dios en

el sentido de relación filial, es una obra del Espíritu Santo efectuada

en el corazón y, entonces también, por lo genuino de la filialidad es

que al creyente le es dado el Espíritu Santo en donde El puede con

éxito producir la conciencia de filialidad. De consiguiente, está

escrito: "Y porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de Su Hijo

en vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre" (Gá.4:6). El

Espíritu no sólo actualiza la relación filial, sino que a El también se le

ha encomendado el hacer real cada gran hecho de relacionar la verdad

de lo que puede haber sido teóricamente conocido por fe. La oración

del Apostol produce directamente esta obra específica del Espíritu

Santo. El oró que el "Dios de nuestro Señ.or Jesucristo, el Padre de

gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento

de El, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis

cuál es la esperanza a que El os ha llamado, y cuáles las riquezas de la

gloria de Su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza

de Su poder para con nosotros los que creernos, según la operación

del poder de Su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los

muertos, y sentándole a Su diestra en los lugares celestiales, sobre

todo principado y autoridad y poder y señ.orío, y sobre todo nombre

que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero"

(Ef.l: 17-21 ); y "para que os dé, conforme a las riquezas de Su gloria,

el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por Su Espíritu;

para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que

arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de

comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la

profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a

todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios"

(Ef.3: 16-19).

Corno la guianza del Espíritu, la obra del Espíritu de dar realidad,

haciéndola tan definida en el dominio de la experiencia, también

puede ser deformada por los que carecen de una recta instrucción y

conocimiento de los métodos de Dios para ellos; a pesar de eso, la

guianza y el verdadero testimonio del Espíritu debe reconocerse y

mantenerse sin hacer caso de las falsedades. Es un asunto, que ha sido

registrado en la Escritura, de que un creyente será consciente de su

relación filial con Dios por el testimonio a, y con su espíritu humano,

1064 NEUMATOLOGIA

por la Tercera Persona que vive en él. Verdaderamente, es la actitud

ordinaria de los que componen la gran compañía de creyentes

espirituales, el tener paz en sus corazones respecto a su salvación

personal. Pueden ellos tener varios problemas en el aspecto de su vida

diaria; pero, a menos que sea muy anormal, ellos no abrigan la

inseguridad de su aceptación ante Dios. Tal paz es fundamental

porque nadie que no esté seguro en cuanto a su propia relación con

Dios, podrá crecer en el conocimiento de Cristo y en la gracia (comp.

2 P.3: 18).

Entonces puede resumirse, que las grandes realidades que entran

en las relaciones de un creyente con Dios serán hechas efectivas en él

por el Espíritu Santo.

VII. LA INTERCESION DEL ESPIRITU

Ningún creyente debiera ignorar . cuanto al arreglo divino en esta

dispensación con respecto a la oración. Como un nuevo _privilegio

para el hijo de Dios (Jn.l6:24), Cristo mismo indicó que la oración

sea dirigida al Padre en nombre del Hijo (comp. Jn. 16:23). El

Apóstol agrega a esto por la misma autoridad divina, que la oración

se ofrece en el poder capacitador del Espíritu Santo. Escribe así: "Y

de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué

hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu

mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que

escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque

conforme a la voluntad de Dios intercede por nosotros"

(Ro.8: 26,27); "Orando en todo tiempo, con toda oración y súplica

en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por

todos los santos" Ü~f.6: 18). Y a este testimonio Judas agrega: "Pero

vosotros amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en

el Espíritu Santo" (Jud. 20). De acuerdo al primero de estos pasajes

(Ro.8: 26,27) se indica que en la esfera de la forma particular de

oración designada intercesión, que es el acto de ponerse entre Dios y

el hombre en favor de otro, el instrumento humano no sabe por lo

que él debe orar. ¿Cómo podría él saber cuál es el propósito de Dios

para lo que debiera ser en la vida de otra persona? O, ¿cómo podría

él saber qué relación existe entre Dios y su amigo? A causa de estas

obvias limitaciones, el Espíritu inspira la oración de intercesión, y,

además, El, como una Persona de la Deidad, que por sí mismo

conoce la necesidad del corazón humano y que, ciertamente,

escudriña los corazones, es atendido por el Padre, siendo que El

conoce perfectamente las peticiones presentadas por el Espíritu

Santo cuando el Espíritu intercede por los santos de acuerdo a la

PODER PARA HACER EL BIEN 1065

voluntad del Padre. En cuanto a este plan divino de la oración Dean

Alford escribe: "El Espíritu Santo de Dios que mora en nosotros

conociendo nuestros anhelos mejor que nosotros mismos, El mismo

clama en nuestras oraciones, elevándonos a los más altos y santos

deseos de lo que podemos expresar en palabras, que sólo pueden

hallar expresión en gemidos y suspiros" (New Testament for English

Readers, new ed., sobre Ro. 8: 27).

De este modo el hombre lleno del Espíritu puede entrar, y entra

en una esfera de ministerio efectivo de oración por la intercesión del

Espíritu que opera en él.

CONCLUSION

El propósito de este capítulo de Neumatología ha sido presentar y

ampliar la verdad revelada con respecto a lo que es operado por el

Espíritu Santo en el corazón y la vida de aquel a quien El llama. La

llenura del Espíritu resulta en siete manifestaciones de Sí mismo en y

a través del hijo de Dios. No hay duda en cuanto a cuáles son los

objetivos del Espíritu. Por la clara exposición en el Texto Sagrado,

toda experiencia humana en desacuerdo ha de ser rechazada como

impertinente, y el cristiano puede auto-juzgarse en modo más

práctico con respecto a la medida en que él está lleno del Espíritu. Se

ha llamado la atención repetidamente al hecho determinante de que

todos estos siete efectos son operados en y a través del creyente hasta

que apropiadamente puedan llamarse manifestaciones del Espíritu.

Estas operaciones no han de ser vistas como concesiones especiales de

Dios, sino que son las actividades normales del Espíritu dentro de

aquel a quien El llena. Esta verdad nos lleva a la consideración del

problema de cuáles son los términos o condiciones, según se revelan

en el Nuevo Testamento, sobre cómo un cristiano puede entrar en la

realización de esta inapreciable experiencia de glorificar a Dios en la

vida diaria.

CAPITULO XV

CONDICIONES O PRERREQUISITOS

DE LA LLENURA

Una vez más el creyente ha de ser confrontado con las más

sencillas condiciones, y precisamente con las que son requeridas del

lado humano, naturalmente, a fin de que pueda ser lleno del Espíritu.

Como sucede muy a menudo con los intérpretes, sin embargo, se han

aumentado los prerrequisitos de los ajustes trazados por las

Escrituras, se han agregado extrañas demandas a las revelaciones que

Dios ha dado. Exhibiendo la misma disposición de agregar

obligaciones no especificadas, disposición que se exhibe cuando algo

se agrega a la única condición para la salvación por la fe sola, los

hombres han extendido más allá de la medida las obligaciones

humanas supuestas con relación a la llenura del Espíritu.

Comunmente se recomienda que se pida o que se ore por la llenura,

pues de ello depende. Este error es promovido por la noción de que

orar por la llenura del Espíritu es razonable: También algunos que

confunden el recibimiento del Espíritu con la llenura, creen que el

orar por el Espíritu está ordenado en Lucas 11: 13, en donde las

palabras del Salvador aparecen como sigue: "Si vosotros, siendo malos,

sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos; ¿cuánto más vuestro Padre

celestial dará el Espíritu Santo a los que lo pidieren? " Previamente

se ha demostrado que la dirección que Cristo dio a estas palabras,

como se afirma en este pasaje, no se aplica, ni se podría aplicar a los

creyentes de la edad presente, y es igualmente cierto que la recepción

del Espíritu no es lo mismo que la llenura del Espíritu. El orar por la

llenura del Espíritu es un error de grandes proporciones e indica una

falta de comprensión de las condiciones en las que se obtiene en la

actualidad. La llenura del Espíritu no espera la influencia de la

oracwn. Dios no está reteniendo esta bendición hasta ser

reconvenido, o que alguna renuencia de Su parte sea vencida. El

espera los debidos ajustes de los requisitos humanos. En otras

palabras, espera que el creyente se rinda totalmente a El. Cuando son

alcanzadas las condiciones reveladas, que son más razonables, el

Espíritu continúa en el corazón del creyente con todas las actividades

que juntas constituyen la llenura del Espíritu. No se necesita

implorar al Espíritu que haga aquello que él vino a hacer en el

1066

CONDICIONES DE LA LLENURA 1067

corazón del cristiano; más bien él está implorando al cristiano que

despeje el camino para poder hacer su obra de gracia. Los resultados

son inmediatos y la bendición segura cuando se cumplen las

condiciones; pero la oración por la llenura del Espíritu no es una de

esas condiciones.

Siguiendo al error de la suposición de que el orar es una condición

para que el creyente pueda ser lleno del Espíritu está el de presumir

que todos los creyentes tienen que esperar la llegada del Espíritu, por

el hecho de que los discípulos esperaron diez días Su llegada antes

del Día de Pentecostés. Esta noción es posible sólo porque no se

observa la verdad de que los discípulos no estaban esperando su

llenura, sino que esperaban el advenimiento del Espíritu Santo al

mundo. Desde que el Espíritu vino como lo hizo en el Pentecostés,

ninguno ha tenido la más ligera ocasión de esperar por El; pero

¡cuánto tiempo y con cuánta paciencia el Espíritu ha esperado que

las vidas no rendidas se sometan a El!

Similarmente, están aquellos que, continuando un malentendido

de hace dos o tres generaciones, sostienen que la llenura del Espíritu

depende de alguna crisis o experiencia, al tiempo cuando se pide la

llenura con esfuerzo supremo de fe resultando en lo que se piensa ser

un estado de espiritualidad pemanente. Los hombres han enseñado

que los cristianos recibirían la llenura del Espíritu mediante un

esfuerzo específico, tanto como si hicieran una profunda aspiración

en sus pulmones. Todo esto, aunque sincero, ignora la verdad sencilla

de que el Espíritu mora en cada creyente y así el problema ante todo

creyente es sólo de ajustarse a fin de que la obra del Espíritu en el

corazón y la vida pueda ser sin impedimento.

Al acercarse al tema respecto a los términos sobre cómo el hijo de

Dios puede ser lleno del Espíritu, será claro para todos que sólo

aquellas instrucciones registradas en las Escrituras han de ser

consideradas. Un gran predicador de los dieciocho requisitos

tabulados anteriormente que han de ser alcanzados por los que han

de ser llenos del Espíritu, según su declaración; no obstante, en su

autobiografía, al describir su propia experiencia de ser lleno de esta

manera, falló en indicar que él no obró de acuerdo con siquiera uno

de estos infundados requisitos. Debe evitarse una cosa tan irreal, y

sólo serán consideradas las condiciones que Dios ha revelado. En el

Nuevo Testamento se establecen directamente tres condiciones. No

hay más ni menos. Siendo que esto es así, es evidente que estas tres

representan todo lo que se requiere. De estas tres condiciones, dos

son negativas (lo que el creyente no debe hacer) y una es positiva (lo

que él debe hacer). Las direcciones negativas son: "Y no contristéis al

Espíritu Santo de Dios" (Ef.4: 30), y "No apaguéis el Espíritu" ( 1

1068 NEUMATOLOGIA

Tes.S: 19), mientras que la condición positiva es: "Andad en el

Espíritu" (Gá.S: 16). Ahora bien, éstas han de ser consideradas por

separado y en el mismo orden.

l. NO CONTRISTEIS AL ESPIRITU

SANTO DE DIOS

En el cristiano mora el Espíritu Santo con el propósito de que la

vida divina dirija todos los pensamientos, acciones y sentimientos en

vez del pecado que es tan extraño al Espíritu, realmente el extremo

opuesto y que es echado lo más lejos de la absoluta pureza y santidad

del Huésped Divino. La presencia de pecado en la vida del creyente

contrista al Espíritu Santo. Este es el testimonio de la Biblia y es

también el abundante testimonio de la razón. Cuando el pecado es

tolerado en la vida diaria del cristiano necesariamente el Espíritu

tiene que cambiar su ministerio a través del cristiano por un

ministerio de intercesión a favor de él. La Biblia no sanciona la idea,

tan frecuentemente sugerida, de que el Espíritu siempre queda lejos

contristado. Por el contrario, se asegura que, habiendo hecho su

residencia en el hijo de Dios, El mora para siempre (Jn.l4: 15,16; 1

Jn.2:27). El permanece, pero contristado cuando el pecado está

presente. Entristecer al Espíritu viene a ser una experiencia definida

en aquel en quien el Espíritu mora, experiencia que tiene una

estrecha semejanza a la de su propia alma o espíritu cuando está

deprimido. David expresó el sentimiento que le sobrevino después de

su gran pecado, diciendo: "Mientras callé, envejeciéronse mis huesos

en mi gemir todo el día; porque de día y de noche tu mano se agravó

sobre mí; se volvió mi verdor en sequedades de verano" (Sal.32:3,4).

Todo esto, siendo asunto de la experiencia humana, es factible de

malentendido y de faisa interpretación. A menudo las condiciones

físicas producen un estado mental deprimido, estado que no tiene

relación alguna con la tristeza del Esp.íritu. Siempre debiera

permitirse una indulgencia cuando los nervios están agotados o

cuando está baja la vitalidad física. Son muchos los casos cuando la

mente (a causa de debilidad de los nervios o del cuerpo) se inclina a

imaginar que está separada de Dios, y aun a sospechar que se ha

cometido un pecado imperdonable. No obstante, la prueba de todo

esto es muy sencilla. El pecado que contrista al Espíritu en el acto se

hace conocido. El pecado aparecerá como la causa conocida y

reconocida de la carga del corazón. La medicina es confesión a Dios Y

el que debe confesar no estará dudoso o incierto de lo que ha de ser

confesado. Nadie puede ser definido confesando pecados

desconocidos. El pecado conocido puede ser confesado en armonía

CONDICIONES DE LA LLENURA 1069

con ese conocimiento de él que el Espíritu crea en la mente y el

corazón. Si un creyente está deprimido sin que un error salte a la

vista, es seguro que la causa es física más bien que espiritual. A la luz

de la verdad de que el Espíritu es contristado por el pecado y que esa

reacción al pecado por parte del Espíritu es experimentada por aquel

en quien El mora, bien puede ser objetada si el creyente vive siempre

por los dictados de su conciencia después de haber sido salvo. La

presencia del Espíritu Santo crea nuevas normas tan altas como la

misma santidad divina, y la manera de vida del cristiano en ese plano

santo y elevado. El Apóstol testificó que su conciencia le daba

testimonio en el Espíritu Santo (Ro.9: 1-3). Es probable que el

Espíritu emplee la conciencia humana, pero como El ciertamente le

ha impartido una nueva norma concerniente a lo que es correcto y lo

que es malo. El mandamiento claro dirigido al creyente es que "no

contriste al Espíritu Santo de Dios." Habrá poco argumento de

alguna fuente en contra de la verdad de que el pecado en el cristiano

es la causa de tristeza del Espíritu Santo; ni hay necesidad de tener

que decir contra el hecho de que el hijo de Dios, teniendo una vieja

naturaleza, y estando sujeto a incesante conflicto con el mundo, la

carne y el diablo, peca y contrista así al Espíritu Santo. El problema

práctico es doble: {a) cómo evitar el pecado y (b) cómo poder aplicar

la cura provista por Dios una vez que el pecado ha entrado en la vida.

l. PREVENCION DE PECAR EN EL CRISTIANO. Tres factores

principales entran en la prevención de pecar en la vida del cristiano.

Primero, la Palabra de Dios misma es una protección cuando se

guarda en el corazón. El Salmista declaró: "En mi corazón he

guardado tus dichos para no pecar contra tí" (Sal.ll9: 11 ). La

Palabra de Dios es no sólo un poder inevitable en guardar del pecado,

sino que es un poder para detectar el pecado en la vida. Los cristianos

que descuidadamente pecan no se sienten cómodos cuando leen la

Palabra de Dios y naturalmente evitan su lectura. Escrito está:

"Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que

toda espada de dos filos, y penetra hasta partir el alma y el espíritu,

las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las

intenciones del corazón" (He.4: 12).

Segundo, el Espíritu morador es la fuente de donde se puede

recibir poder abundante para resistir contra el pecado. El hecho de la

presencia y poder del Espíritu es la base inmediata de toda vida

santa. Relacionado con este aspecto de capacitación divina está el

acto de la voluntad humana, la determinación fortalecida para hacer

lo que trae honra a Dios. La voluntad es motivada por el

conocimiento de las posiciones exaltadas a las que uno ha sido

llevado por gracia y es capacitado por el Espíritu Santo para querer y

1070 NEUMATOLOGIA

para hacer lo que a Dios agrada.

Tercero, la intercesión de Cristo es ese aspecto de Su ministerio

sacerdotal en el cielo por el cual El sostiene a los Suyos que están en

el mundo. Tiene que ver con su impotencia, debilidades y

limitaciones. Pertenece al pastorado de Cristo.

2. REMEDIO DEL PECADO DEL CRISTIANO. Como

introducción al tema mencionado sería bueno señalar, y ciertamente

es fácil reconocer como fundamental que, en adición a la verdad de la

pecaminosidad del pecado, el creyente no debe pecar por cuanto el

pecado contrista el Espíritu Santo. En el Nuevo Testamento se le da

mucho énfasis a ·esta última verdad y, como se ha visto

anteriormente, Dios ha provisto vitales impedimentos para el pecado;

pero aun queda la verdad que por dejar de reclamar la protección que

Dios ha provisto, a causa de la fortaleza de los enemigos que hay que

afrontar (el mundo, la carne y el diablo), aunque éstos no son tan

grandes que Dios no los pueda controlar, y por causa de la debilidad

humana, los cristianos pecan en más o menos grado, y por tanto se

enfrentan a un problema diferente a la sola prevención del pecado: él

debe estar informado con respecto a, y actuar de acuerdo con, el plan

divino en cuanto al remedio. A la luz de la posibilidad de algún

pecado en su vida, el cristiano que no pide la curación del efecto de

su pecado necesariamente llegará al lugar en donde todas las

manifestaciones de la presencia y poder del Espíritu son anuladas y

se vivirá bajo la nube de la depresión que produce la incesante

tristeza del EspíritU. Por eso es un aspecto importante para el

creyente, en la realización de la vida espiritual, el entender las

provisiones para la restauración de la correcta relación con Dios y

actuar sobre estas provisiones con fidelidad inquebrantable. Estas

provisiones divinamente preparadas para la restauración del creyente

herido por el pecado para estar en perfecta relación con el Espíritu

Santo están consignadas en la Biblia en ciertos pasajes especiales y se

podría decir que estas provisiones conducen al cristiano que ha sido

afectado por el pecado a restablecer su compañerismo con Dios. Al

seguir el plan arreglado divinamente para la restauración, los

resultados son absolutos. Sobre este hecho no se puede enfatizar

demasiado, y siempre hay necesidad de repetir la verdad ante la

tendencia de suponer que el perdón divino y la restauración están

sujetos a las mismas limitaciones que caracterizan el perdón y la

restauración tal como los practican los hombres entre sí en base de

lenidad y generosidad. Ahora vamos a considerar los pasajes

principales respecto al perdón y la restauración divinos.

Juan 13:3-11. "Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas

las cosas en las manos, y que había salido de Dios y a Dios iba, se

CONDICIONES DE LA LLENURA 1071

levantó de la cena y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la

ciñ.ó. Luego puso agua en un lebrillo y comenzó a lavar los pies de los

discípulos, y a enjugados con la toalla con que estaba ceñido.

Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señ.or, ¿tú me lavas

los pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo

comprendes ahora; más lo entenderás después. Pedro le dijo: No me

lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás

parte conmigo. Le dijo Simón Pedro: Señ.or, no sólo mis pies, sino

también las manos y la cabeza. Jesús le dijo: El que está lavado, no

necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotos limpios

estáis, aunque no todos. Porque sabía quién le iba a entregar; por eso

dijo: No estáis limpios todos."

Entre otros aspectos importantes que se presentan en este pasaje

de la Escritura y que entran en las relaciones correctas del cristiano

con Dios, está una que es la más importante, esto es, que sólo Cristo

puede limpiar al creyente de la contaminación del pecado. En los

primeros capítulos de este Evangelio se ha presentado el plan de la

salvación; pero principiando con el capítulo 13 y continuando hasta

el capítulo 1 7 se declaran el privilegio y la responsabilidad del

creyente en relación a Dios. En varios de los principales aspectos que

se incluyen en este pasaje o discurso particular, es importante notar

que la limpieza de la contaminación es la primera que se menciona y

que aparte de la limpieza no puede haber una experiencia normal de

las grandes realidades que presenta este discurso. Que Cristo pudiera

decir, como en realidad lo dijo más tarde ( 15:3 ): "Ya vosotros estáis

limpios por la palabra que os he hablado", es lo más impresionante.

La limpieza, sin embargo, es contemplada por Cristo en dos amplios

aspectos diferentes, esto es, la que ha sido efectuada como una parte

de la salvación y la que hace posible la limpieza del creyente

contaminado. Así en el versículo 1 O de este pasaje Cristo declara a

Pedro: "El que está lavado (A.oúw -bañ.ado enteramente) no necesita

(ser bañ.ado) sino lavarse los pies, pues está todo limpio." Esta verdad

deriva su realidad de la costumbre cuando la gente se bañ.aba en

bañ.os públicos y regresando a casa con los pies desnudos, o con

sandalias, a través de calles polvorientas o sucias necesitaban al llegar

no un bañ.o completo, sino uno parcial, el lavamiento de los pies.

Viniendo a Pedro, se le pone una normal resistencia por parte de éste

que no entendía el simbolismo del lavamiento de los pies, y quien

había dicho a Cristo unos momentos antes: "Tu eres el Cristo, el Hijo

del Dios viviente" (Mt.l6: 16). Dicha resistencia fue introducida con

la observación de Pedro, "¿Tú me lavas los pies? ", a la que Cristo

respondió: "Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora; pero lo

entenderás después, indicando así que había una lección escondida

1072 NEUMATOLOGIA

en el acto del lavamiento de los pies de los discípulos, un significado

que dependía de su comprensión del derramamiento de la sangre de

Cristo que sería vertida para la limpieza; pero que los discípulos no

podían entender siendo que no creían que Cristo habría de morir

(comp. Lc.l8:31-34).

Pedro es poco impresionado con algún oculto significado. El sólo

mira lo irrazonable de que el Hijo de Dios esté lavando los pies a

hombres pecadores. Su respuesta terminante es: "Tú no me lavarás

los pies jamás." Esta protesta sacó del Salvador una afirmación que

explica mucho más de lo que está implicado. Cristo dijo: "Si no te

lavares no tendrás parte conmigo." Aquí se hallan dos palabras que es

necesario entender en su verdadero significado. La palabra lavar

[vÍ1TTW] habla sólo de un lavamiento parcial como el que Cristo estaba

efectuando, y está en completo contraste con la palabra 'Aoúw del

versículo 1 O que se refiere a un baño completo. La segunda palabra

que hay que entender correctamente es !Jépoc;, traducida parte - "No

tendrás parte conmigo." No hay implicación alguna de que Pedro no

tuviera relación con Cristo alguna vez; es más bien cuestión de

comunión. Pedro no estaría en comunión a menos que fuera

removido lo impuro por la sangre purificadora de Cristo. El sacerdote

de los tiempos del Antiguo Testamento es el tipo del sacerdote del

Nuevo Testamento y cada cristiano es un sacerdote en el Nuevo

Testamento. Cumpliendo el tipo, el sacerdote del Antiguo

Testamento fue bañado totalmente en un ritual una vez al entrar a su

oficio sacerdotal (Ex.29:4). De la misma manera, el sacerdote del

Nuevo Testamento, como parte de su salvación, es lavado con el

lavamiento de la regeneración (Ti t. 3:5 ). También, así el sacerdote

del Nuevo Testamento debe ser limpiado repetidamente cada vez que

se contraiga la iniquidad; pero sólo Cristo puede limpiar y aunque se

les ordena a los discípulos lavarse los pies los unos a los otros como

una evidencia de servicio, ningún ser humano puede limpiar las

impurezas espirituales de sus semejantes, ni está en posición alguna,

aun simbólicamente, de llevar a cabo una empresa tan grande. Así se

establece la verdad de que sólo Cristo puede limpiar las iniquidades

del cristiano, y esto porque El murió y derramó Su sangre en

sacrificio por el creyente (1 Jn.2: 2).

1 Juan 1:7-2:2. " ... pero si andamos en luz, como

él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de

Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no

tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no

está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo

para perdonar nuestros pecados y limpiamos de toda maldad. Si

decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su

CONDICIONES DE LA LLENURA 1073

palabra no está en nosotros. Hijitos míos, estas cosas os escribo para

que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para

con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros

pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de

todo el mundo."

Juan es el testigo experimentado en relación a una comunión

ininterrumpida con el Padre y con el Hijo como se indica en el prime·r

versículo de 1 Juan. En el primer capítulo de esta Epístola se

adelanta un mensaje directamente traído del ministerio terrenal de

Cristo, que no aparece registrado en ninguno de los evangelios. El

mensaje tiene que ver con mantener la comunión con el Padre y con

el Hijo. Al contemplar tal relación sería bueno recordar que Dios es

luz", frase que se refiere a la perfección moral o santidad, y es con

una Persona tal con quien el creyente tiene comunión. El poner al

cristiano en comunión con Dios no se logra por rebajar lo que

pertenece a Dios; por el contrario, se alcanza elevando al creyente al

nivel sobre el cual es posible la comunión con EL Para uno que dice

que tiene comunión con Dios mientras al mismo tiempo está

andando en tinieblas, es mentir y no hacer la verdad; pero si el

cristiano anda en la luz como Dios está en la luz, es experimentar

comunión con El, comunión que es la experiencia moral de todos los

salvos. Una comunión tal no es una concesión especial de parte de

Dios, sino más bien es lo que está provisto para todos los que andan

en perfecta relación con Dios. Toda esta bendición inmensurable está

condicionada a "andar en la luz." Andar en la luz no es convertirse

en luz, lo que sería perfección impecable; es más bien el ajustarse a la

luz. Cuando la luz escrutadora, la cual es Dios, revela cambios que se

necesitan en la vida de uno delante de Dios, entonces uno debe de

adaptarse a la voluntad de Dios así revelada a fin de andar en la luz.

Cuando se haya adaptado de esa manera, la sangre de Cristo sigue

limpiándolo continuamente de todo pecado. La comunión no

depende de una perfección imposible, sino de un ajustamiento

voluntario a todo lo que Dios desea y comunica. Entonces la

confesión, que es la expresión externa de un arrepentimiento

interior, llega a ser la condición sobre la cual un hijo de Dios ha sido

dañado por el pecado puede alcanzar restauración nuevamente a una

comunión inquebrantable. Esa restauración no sólo será absoluta

hasta el infinito,· sino que la gracia divina que restaura y limpia se

perfecciona en una base de justicia al grado infinito. Siendo que el

mismo hijo de Dios que ha pecado y con quien él está unido con

lazos eternos, El es fiel a esa relación y siendo que Dios ha satisfecho

todos los justos juicios contra el pecado en cuestión, El es "justo"

para limpiar y perdonar. Así lo fue en el orden del Antiguo

1074 NEUMATOLOGIA

Testamento y siempre debe ser así el trato del Dios Santo con el

pecado humano. Los israelitas traían sus sacrificios y era después que

el sacerdote ofrecía el sacrificio que el oferente traía por su pecado,

que éste era perdonado. Levítico 4:35 declara: "Y le quitará toda su

grosura, como fue quitada toda la grosura del sacrificio de paz, y el

sacerdote la hará arder en el altar sobre la ofrenda encendida a

Jehová; y le hará el sacerdote expiación de su pecado que habrá

cometido y será perdonado." Se hace gran énfasis en el hecho de que

la condición para conseguir la restauración del creyente, para la

comunión con Dios, es la confesión de pecado. Con mucha

frecuencia se sustituye por la oración; pero orar por el perdón no está

en armonía con la luz que es Dios. Orar por el perdón realmente

asume que Dios mismo necesita ser cambiado en su actitud hacia el

pecado.

1 Corintios 11:31,32. "Si pues, nos examinásemos a nosotros

mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados, somos

castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el

mundo."

Llegando al final de esta parte de la Epístola, porción que es

dedicada a la corrección de carnalidades en la iglesia de los corintios

( 1: 10-11:34 ), esta clara dirección relativa a la responsabilidad

humana en la curación de los efectos del pecado en ellos es de lo más

apropiado. La contribución particular de este pasaje a la doctrina

total del andar del creyente con Dios se ve en el orden de los eventos

que desarrolla. Aquí se ve al Padre esperando el auto-examen, o

confesión de sus hijos que han pecado. Este período de aparente

silencio o falta de atención de parte de Dios que sigue a la comisión

del pecado del creyente es fácilmente malentendido, y puede ser

malinterpretado por el creyente, pensando que Dios no ha observado

el pecado cometido. Es la gracia de Dios que así espera que el

creyente actúe primero a favor de sí mismo con respecto al pecado.

Sin embargo, si el hijo de Dios peca y no s~ examina de este modo

con una confesión completa, se hace necesario que el Padre someta a

juicio a Su hijo, ya que El es el perfecto disciplinador. Esta es la

fuerza de las palabras del Apóstol: "Que si nos examinásemos a

nosotros mismos, cierto, no seríamos juzgados." El acto voluntario

de un auto-examen satisface cada demanda divina y no se impondrá

ningún juicio de parte del Padre. Es sólo cuando el cristiano retiene

su confesión y por lo tanto asume la actitud de justificación propia

con respecto a su pecado, o que por amor a él rehusa conformarse a

la santa voluntad de Dios, que el Padre debe llevarlo al lugar de

corrección. Otra vez se reconocerá que el caso no es el de mantener

unión con el Padre, unión que, como es la filialidad, al ser una vez

CONDICIONES DE LA LLENURA 1075

establecida nunca puede ser quebrantada; es más bien el aspecto de

comumon o compañerismo. En consecuencia, se pregunta:

"¿Andarán dos juntos si no estuvieren de concierto? (Am.3:3). Dios

no puede andar en las tinieblas con el creyente, ni se puede

experimentar el compañerismo cuando el creyente a lo blanco llama

negro, y a lo negro, blanco. El creyente debe estar de acuerdo con

Dios en que lo blanco es blanco y lo negro es negro. Estando de

acuerdo con Dios, no queda obstáculo que impida esa comunión y el

compañerismo es restablecido por el perdón y la limpieza que Dios

otorga en Su gracia. El pasaje de Pablo sigue diciendo: "Pero siendo

juzgados somos castigados del Señor." En este punto es obvia una

distinción entre castigo y condena, o satisfacción. Aun cuando el

creyente es castigado, la condena por su pecado no es requerida de él,

ya que Cristo ha llevado todo el castigo sobre Sí mismo y nunca se

requerirá de nuevo. Con frecuencia los cristianos no entienden la

verdad de que no hay ni puede haber ninguna condenación. El

castigo tiene por objeto el de traer al creyente a la penitencia y por

medio de ella la correspondiente confesión para la restauración. Que

el castigo no es penal se demuestra en que la restauración y el perdón

se aseguran en seguida aun aparte del castigo cuando sin tardanza se

hace la confesión. Si el castigo hubiere de caer sobre el creyente no se

demoraría ni podría ser remitido. Habiendo compromiso para salvar

al cristiano de toda pena de juicio (comp. Jer.3:18; 5:24; Ro.8:1), y

habiendo pactado de perdonar y limpiar instantáneamente y de

modo perfecto, basado en la única condición de la confesión, el

creyente sólo es castigado cuando resiste a Dios. Descansando én el

mérito del Hijo de Dios y habiéndose amparado bajo la eficacia de la

sangre de Cristo, el hijo de Dios nunca puede ser "condenado con el

mundo."

Hebreos 12:5-11. "Y habéis ya olvidado la exhortación que como

a hijos se os dirije diciendo: Hijos míos, no menosprecies la disciplina

del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por El; Porque el

Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si

soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo

es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin

disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces, sois

bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres

terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no

obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y

aquellos ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos

les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que

participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al

presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da

1{)76 NEUMATOLOGIA

fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados."

La importancia de la doctrina respecto al castigo justifica el lugar

que se le da en el texto sagrado. El pasaje citado es céntrico y por

este contexto y el de otras Escrituras se puede ver que el castigo o

disciplina, comprende más que la corrección de lo malo: puede

incluir disciplina, o instrucción, así como sus objetivos. Si estuviera

limitado sólo a la corrección del mal en los hijos de Dios,

difícilmente se podría decir que tiene un alcance universal. Como por

su carácter universal está escrito: "Dios al que ama castiga." y en su

castigo Dios "trata con vosotros como con hijos", y a menos que

seáis castigados (como lo son todos los hijos) "no sois hijos." El

creyente no debiera "menospreciar" el castigo "ni desmayar" bajo Su

disciplina. Como en el caso de un hijo terrenal, cada ventaja

incrementa al que por "él es ejercitado." El versículo 6 sugiere una

distinción entre castigo y azote. El castigo tan amplio como puede

ser en su alcance, puede ser experimentado muchas veces; pero el

azote, que parece ser la conquista final de la voluntad del creyente,

necesitaría ser experimentado una sola vez. Muchos episodios tristes

en la vida del creyente no consagrado se podrían evitar si él sometiera

su voluntad a la de Dios.

Aunque en las Escrituras se mencionan varias fonnas específicas de

castigo, y su ejecución divina se ve en acción en muchas de las vidas

de los que están registradas en la Palabra de Dios, es posible que,

siendo que Dios trate con hijos individuales, sus modos y medios sean

múltiples. Pueden variar con la situación de cada individuo. Hasta

dónde puede llegar el castigo se describe en 1 Corintios 11:30,

hablando de irregularidades en la mesa del Sefior y la disciplina que

debe acompafiar a tales acciones, el Apóstol dice: "Por lo cual hay

muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermem."

Así se descubre que el Padre puede emplear enfennedad y debilidad

físicas en sus medios de castigo y aun la muerte misma. En otros

textos del N. T. se hace referencia a la muerte física en la misma

conexión. El pámpano que en Cristo no lleva fruto es cortado y

echado de su lugar (Jn.l S: 2), y hay un pecado que puede cometer el

hennano, que lo lleva hasta la muerte (l Jn.S: 16); y en tal caso la

oración por su sanidad no es eficaz. Aun Satanás puede ser usado

como un instrumento de castigo. El Apóstol declara: "De los cuales

son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que

aprendan a no blasfemar" ( 1 Ti.l: 20).

Por el consuelo que asegura y por el hecho de la revelación

respecto al carácter de Dios, la verdad que el amor es el motivo

divino en cada caso donde se emplea el castigo, no puede pasarse por

alto. Ningún intento de explicar esta importante doctrina puede hacer

CONDICIONES DE LA LLENURA 1077

que falte en indicar que el castigo divino surge en la infinita

compasión de Dios y es administrado bajo la infinita bondad divina.

2 Corintios 7:8-11. "Por lo cual os ruego que confirméis el amor

para con él. Porque también para este fin os escribí, para tener la

prueba de si vosotros sois obedientes en todo. Y al que vosotros

perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si

algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo.

Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no

ignoráis sus maquinacwnes."

Este pasaje es citado como un ejemplo de un verdadero

arrepentimiento por parte de los creyentes. El Apóstol había escrito

a la iglesia de Corinto (está a la vista la correspondencia de su primera

Epístola), y en ese mensaje, como antes se ha observado, el exhibió

sus pecados e irregularidades con el resultado de que ellos fueron

convencidos de sus malos caminos, y con el arrepentimiento (que

significa un completo cambio de mente) ellos se limpiaron

enteramente delante de Dios. Un verdadero arrepentimiento no

resultaría en una somera experiencia temporal, que sigue tolerando y

repitiendo el pecado; sin embargo, el poder para evitar el retomo no

está en el grado del arrepentimiento, sino en una confianza más

efectiva en el Espíritu habilitador. Se estudiará este pasaje a la luz de

la verdad de que es una norma de lo que Dios tiene derecho de

esperar de todos los que El castiga.

Salmo 51: 1-19. Este conocido salmo muy extenso para copiarse

aquí, presenta a David como un ejemplo sobresaliente de

arrepentimiento y de confesión entre los santos del Antiguo

Testamento. En la Palabra de Dios, el pecado de David es descrito

desnudo (sin rodeos) y con su corazón quebrantado y contrito. El era

participante de esa forma de la salvación que había sido acordada por

Dios, como debe ser toda salvación que se había establecido para los

santos del Antiguo Testamento, la que habiendo sido efectuada por

Dios como debe ser toda salvación, él no la perdió. Por lo tanto,

David oró que el gozo de su salvación, más bien que la salvación

misma, pudiera serie restablecido. Así se indica que David entendió

precisamente lo que él había perdido por su pecado. También su

testimonio había sido estorbado. Después de suplicar por su

restauración y anticipando su beatitud, dijo: "Entonces enseñaré a

los pecadores tus caminos y los pecadores se convertirán a tí." Hasta

esta medida los santos del Antiguo Testamento eran similares en sus

relaciones con Dios a los santos del Nuevo Testamento; no obstante,

deben observarse notables diferencias y tal como se exponen en este

salmo. El creyente del Nuevo Testamento nunca debe orar, "Y no

quites de mí tu Santo Espíritu, ya que el Espíritu una vez concedido,

1078 NEUMATOLOGIA

jamás es quitado del corazón del cristiano; ni debe pedir perdón y

restauración. Después que Cristo murió llevando todo el pecado (los

de los cristianos así como los de los incrédulos) y después que la

muerte por el pecado ha ofrecido propiciación no queda base para

que el creyente pase tiempo pidiendo misericordia a Dios para que le

perdone su pecado. El perdona exactamente como lo ha prometido,

cuando el pecado es confesado (comp. 1 Jn.l :9). David reconoció,

como todo santo debe hacer, que este pecado era primeramente

contra Dios. "Contra tí solo he pecado, y he hecho lo malo delante

de tus ojos", fue el grito de su quebrantado corazón."Su restauración

fue completa basada en su confesión; porque fue a pesar del pecado

de David y después de su restauración cuando dijo Jehová, "He

hl,lllado a David, hijo de Jesé, un hombre según mi propio corazón"

(Hch.l3:22; comp. 1 S. 13: 14). El pecado de David no había

agradado a Dios; pero habiéndose arrepentido y confesado su pecado,

él fue restaurado al favor de Dios.

Lucas 15:1-32. El último de los siete pasajes principales que

hablan de la cura de los efectos del pecado sobre la vida espiritual de

los santos (ya sean del Antiguo como del Nuevo Testamento) se

encuentra en Lucas 15:1-32. Esta porción contiene una parábola en

tres partes (comp. v. 3). Es la historia triple de una oveja perdida, la

dracma perdida, y el hijo perdido. Aunque se encuentran tres

incidentes, hay un solo propósito subrayado. El valor particular de

este pasaje en la presente conexión, descansa en su revelación de la

compasión divina como se ve en la restauración de un santo pecador.

Es la revelación del corazón del Padre. El énfasis cae sobre el pastor

más bien que sobre la oveja; sobre la mujer, en lugar de la dracma; y

sobre el Padre antes que sobre cualquiera de sus hijos. Al considerar

este pasaje debe brotar en la mente que lo que aquí se registra refleja

las condiciones que se obtuvieron antes de la cruz. Por consiguiente,

tiene que ver primeramente con Israel. Ellos eran el pueblo del Pacto

del Antiguo Testamento, las "ovejas de su p.rado", y su posición no

tuvo cambio hasta que el Nuevo Pacto fue efectuado en Su sangre.

Siendo el pueblo del pacto, ellos volverían a las bendiciones de su

pacto, si esas bendiciones se perdiesen por causa del pecado, sobre la

base de arrepentimiento y confesión. De acuerdo a las Escrituras y

como se ha visto, esto es cierto de todo el pueblo del pacto. Los

pactos de Israel no son lo mismo en carácter como el "nuevo pacto"

(hecho) en Su sangre; pero los términos de la restauración dentro de

las bendiciones del pacto son los mismos en ambos casos. La

efectividad del pacto descansa en la fidelidad de Dios; pero las

bendiciones del pacto pueden perderse por la infidelidad de los

santos. La bendición es reconquistada también, no por efectuar otro

CONDICIONES DE LA LLENURA 1079

pacto, sino por la restauración dentro de los privilegios inmutables

del pacto original. La triple parábola aquí es en cuanto a los

israelitas, a quienes fue dirigida. Cualquier aplicación que pueda

hacerse de la parábola a los cristianos bajo el nuevo pacto sólo es

posible sobre el terreno del hecho de que el camino de la restauración

por el arrepentimiento y la confesión es común para ambos, tanto al

Antiguo como al Nuevo Testamentos. Por eso, en la parábola se

presenta un cuadro del corazón de Dios hacia cualesquiera y todos

los de Su pueblo del pacto, cuando pecan.

La parábola principia así: "Entonces se llegaron a El todos los

publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas

murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos

come." Aquí está la llave de lo que sigue. "Publicanos y pecadores"

no eran gentiles. Los "publicanos" eran israelitas bajo el pacto hecho

con los "padres" que habían traicionado a su nación al punto de

hacerse cobradores de impuestos para Roma. Los "pecadores" eran

israelitas bajo el mismo pacto que habían dejado de presentar el

sacrificio por el pecado como se prescribe en la ley de Moisés. Un

israelita era contado "sin culpa" ante la Ley cuando había traído las

ofrendas requeridas. Así Pablo pudo decir de sí mismo concerniente

a su anterior posición como no más que un judío bajo la ley: "En

cuanto a la justicia que es en la ley, 'irrepensible". El Apóstol no está

reclamando perfección de impecable. El está dando testimonio del

hecho de que había sido fiel en proveer el sacrificio prescrito bajo la

ley de Moisés. Los fariseos y los escribas eran israelitas que daban

toda su energía al cumplimiento exacto de la ley de Moisés. Pablo fue

una vez sólo un fariseo, "un hebreo de hebreos." Estos hombres no

eran cristianos y no serían juzgados como tales. Hay poco en común

aquí con los cristianos. Estos israelitas eran sin culpa a través de los

sacrificios que predecían la muerte de Cristo. Los cristianos son sin

culpa por la fe en la efectividad de la sangre de Cristo. que ya ha sido

derramada. La primera es una justificación por obras, inadecuada a

causa de su lado humano; la otra es justificación por la fe

concerniente a una obra de Dios consumada. Los fariseos y escribas

murmuraban al ver que Jesús recibía a publicanos y pecadores, y

comía con ellos. Por consiguiente, El pronunció esta parábola para

ellos, sus críticos. La parábola es dirigida explícitamente a los

fariseos y escribas murmuradores más bien que a todo mundo en

cualquier parte. Y muy poco puede entenderse de la verdad en ella

contenida a menos que se tenga en mente todo el propósito para el

que fue pronunciada. Volviendo a la interpretación de la parábola,

debe darse alguna atención a la inmediata impresión de que esta

parábola es un cuadro que representa la salvación, mientras ella es un

1080 NEUMATOLOGIA

retrato del corazón de Dios; tiene que ver más evidentemente con Su

obra de restauración que con la de la regeneración.

La primera división de la parábola se refiere a un hombre que tenía

cien ovejas. "¿Qué hombre hay de vosotros que teniendo cien ovejas,

si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va

tras la que se perdió, hasta encontrarla? " Esto no es un retrato de

noventa y nueve ovejas y una cabra; es el de cien ovejas, y "ovejas",

de acuerdo a las Escrituras, es siempre símbolo del pueblo del pacto.

Los israelitas eran ovejas, así también lo son los cristianos en esta

dispensación. Cristo, hablando de los que habrían de ser salvos por

Su muerte, dijo a los judíos: "También tengo otras ovejas que no son

de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un

rebaño, y un pastor", (Jn.lO: 16). Se notará otra importante

distinción en esta parábola: La oveja, la dracma y el hijo se habían

perdido, pero estaban perdidos solamente al punto de su necesidad

de ser encontrados. Difícilmente esto puede ser lo mismo que estar

perdidos en tal extremos de necesitar la salvación. El uso bíbico de la

palabra perdido tiene al menos estos dos amplios significados

diferentes. "El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se

había perdido"; pero, en todas las tres partes de esta parábola, él está

buscando y encontrando más bien que buscando y salvando. Debiera

de observarse, la palabra salvar no aparece ni una sola vez en esta

parábola. Si ella fuera aceptada como una enseñanza respecto a la

salvación no habría modo de escapar el error del universalismo;

porque este pastor busca hasta encontrar lo que está perdido. Por

otra parte, este pasaje presenta una bendita revelación del corazón de

Dios hacia su hijo descarriado que necesita ser hallado y no ser

salvado. "Noventa y nueve" que están seguras en el redil comparado

con una que está perdida es un pobre retrato de la proporción que

siempre ha existido en esta era entre los salvos y los perdidos. Si la

parábola enseñara la salvación de un pecador, mucho mejor hubiera

sido haber cambiado los números con noventa y nueve perdidos en

contraste con uno que está salvo en el redil. La parábola continúa:

"Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al

llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos diciendoles: Gozaos

conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os

digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se

arrepiente que de noventa y nueve justos que no necesitan de

arrepentimiento."

El pecador aquí mencionado puede no ser otro que un pecador de

los del pacto mencionado en el primer versículo del pasaje y que

concierne a quienes la parábola es dirigida. El, siendo una persona del

pacto, es aquí retratado por el Espíritu Santo como regresando a

CONDICIONES DE LA LLENURA 1081

base de arrepentimiento, en vez de ser salvado a base de la fe

salvadora. Otra vez, así uno con dificultad podría hallar dentro de la

iglesia alguna persona que corresponda a los "noventa y nueve justos

que no necesitan arrepentimiento." Un caso tal era posible, no

obstante, bajo la ley de Moisés, siendo el Apóstol Pablo un buen

ejemplo estando bajo el judaísmo. Los mismos fariseos y escribas a

quienes fue dirigida la parábola eran también de esa clase. Dentro de

las demandas externas de la ley de Moisés ellos no necesitaban

arrepentimiento. El arrepentimiento, que significa un cambio de

mente, es un elemento vital en la salvación presente; pero ahora es

incluido en el acto de creer, porque ciento cincuenta pasajes del

Nuevo Testamento condicionan plenamente nuestra salvación

presente al acto de creer, o a su sinónimo, la fe. El Evangelio de Juan,

escrito especialmente para que podamos creer que Jesús es el Cristo,

el Hijo de Dios, y para que creyendo podamos tener vida en Su

nombre, ni una sola vez usa la palabra arrepentimiento. Ahora los

incrédulos se salvan creyendo en Cristo que, evidentemente, incluye

tal arrepentimiento como puede producirse en aquellos que están

muertos "en delitos y pecados." Arrepentimiento significa un cambio

de mente, y nadie puede creer en Cristo sin haber cambiado su mente

con respecto a su pecado, su condición perdida y el poner su fe en El.

La segunda división de la parábola concierne a la mujer de la

dracma perdida. Es la misma historia de buscar y hallar lo que se

había perdido. El énfasis en esta división de la parábola cae

principalmente en el gozo de la que encuentra lo perdido. Es el gozo

de Aquel en cuya presencia están los ángeles. Otra vez la historia es la

de un pecador arrepentido en vez de la de un pecador creyendo.

La tercera parte de la parábola habla de "cierto hombre."

Evidentemente esta historia es referida para revelar el corazón del

Padre. Casualmente él tiene dos hijos; y uno de ellos era el tipo de un

"publicano y pecador", y el otro, el de un "fariseo y escriba." Uno

deja las bendiciones de la casa de su padre, (mas no cesa de ser hijo);

el otro murmuró, como lo hicieron los escribas y fariseos, cuando el

pecador fue restaurado. Es imposible señalar una más profunda

degradación que se le podría pintar a la mente de un judío, que la de

ser hallado en un campo alimentando cerdos. Aquí tenemos la

declaración del Señor, en términos de Su propio tiempo y gente, que

un hijo vagabundo puede regresar mediante la confesión, aun de las

más bajas profundidades del pecado. Que allí, en ese campo con los

cerdos, en donde el hijo "volvió en sí" y se propuso regresar a su

padre con una confesión que es únicamente la normal expresión de

un sincero arrepentimiento de corazón. Aquí no se menciona la

regeneración. Nada se dice de la fe, aparte de la cual ningún alma

1082 NEUMATOLOGIA

podría esperar ser salva, llegando a ser hijo. El era hijo y regresó a su

padre corno hijo. El sentimiento expresado muchas veces en

sermones y en himnos de que un inconverso, cuando viene a Cristo,

está "regresando al hogar" es extraño a la enseñanza de la Palabra

de Dios. Mas bien la Biblia enseña que los hijos que se han alejado

errabundos, pueden volver al hogar y, corno perdidos en el aspe.cto de

descarriados, pueden ser hallados. Esto no se podría aplicar a uno

que jamás ha sido un hijo de Dios. Los tales están ciertamente

perdidos, pero más bien necesitan ser salvos. En esta dispensación los

perdidos pueden venir a Dios, pero ellos no regresan a Dios. Cuando

el hijo que regresa estaba aún lejos, violo su padre y tuvo compasión

de él y corrió y cayó sobre su cuello y besólo. El padre lo vio porque

él estaba mirando en esa dirección. No había cesado de mirar desde la

hora en que el hijo había partido. Tal es el cuadro del corazón del

Padre Dios, expresado aquí, así corno en la búsqueda enseñada tanto

en el pastor corno en la mujer de la dracma. La justicia hubiera

requerido que este muchacho al regresar fuera castigado en la forma

más severa. ¿No había deshonrado el nombre del padre? ¿No había

traído ruina sobre sí mismo? ¿No había desperdiciado los bienes de

su padre? Pero él no fue castigado. El hecho que no fuera castigado

incluye a los creyentes de esta dispensación y la verdad bendita que,

a causa de la obra de Cristo en la cruz, el Padre puede recibir y

recibirá a sus hijos sin castigarlos. Los términos en que se puede

conseguir la restauración es solamente la confesión de un corazón

quebrantado. La culpa del pecado ha caído sobre otro en nuestro

lugar.

Es importante notar que el padre besó al hijo aún antes de que él

hiciera su confesión. La razón dictaría que el hijo hubiera sido

besado después de su confesión. Hasta donde este incidente puede ser

correctamente aplicado a las presentes reacciones entre Dios Padre y

los cristianos que han pecado, se enfatiza la verdad de que Dios es

propzczo, habiendo hecho propiciación • por la muerte todo

satisfactoria de Cristo, corno sustituyó en el juicio impuesto por los

pecados del cristiano. En este respecto está escrito: "Y El (Cristo en

Su muerte) es la propiciación por nuestros pecados (de los

cristianos)" (1 Jn.2:2). El hecho de que Cristo murió corno sustituto

es que hace posible que Dios reciba a aquellos por quienes El murió,

corno si toda obligación para con la justicia divina que sus pecados

merecen hubiera sido ejecutada, corno en verdad las fueron

cumplidas por Cristo en lugar de ellos. No son lágrimas,

arrepentimientos o ruegos por parte de los que han pecado. Tanto los

inconversos corno los creyentes que pecan son invitados a acudir a

Dios quien es propicio para con todos. Es también de gran

CONDICIONES DE LA LLENURA 1083

importancia el hecho que, sin reprimendas ni castigos, el hijo fue

restablecido a la posición y bendiciones de la casa paterna. La

confesión que él había preparado no fue repetida totalmente ante el

padre. Las últimas palabras "Y hazme como uno de tus jornaleros"

fueron cortadas por el vigoroso mandato del padre, "Traed ... "Así

instantáneamente, cuando se hace una completa confesión se efectúa

la restauración, prescindiendo de toda palabra adicional que el

penitente pudiera presentar.

La confesión de este hijo fue primeramente hacia el cielo, y

entonces a su padre. Este es el verdadero orden de toda confesión.

Grande es el poder de la confesión de un corazón quebrantado. Nadie

puede creer que el hijo descarriado, después de haber sido restaurado,

y después de estar nuevamente descansando en la comodidad del

hogar y de la comunión, hubiera pedido inmediatamente a su padre

más de sus bienes para volver a su vida de pecado. Una acción tal

sería del todo inconsistente con la confesión de su contrito corazón

que había hecho. La confesión verdadera es real y reformadora en su

poder (comp. 2 Co.7: 11). El era un hijo durante todos los días de

ausencia del hogar. Si hubiera muerto en la hacienda donde cuidaba

puercos, él hubiera muerto como un hijo. Hasta donde esto ilustra el

estado de un cristiano en pecado, por este y otros pasajes sobre el

tema, se puede concluir que un cristiano imperfecto, tal como lo

somos todos, sería recibido en el hogar celestial al morir aunque sufra

la pérdida de todos sus premios y mucho gozo y, aunque al

encontrarse con su Señor cara a cara, sea llamado a hacer su, hasta

aquí, descuidada confesión.

En vista de estos siete pasajes principales, se puede sacar en

conclusión que la cura de los efectos del pecado en la vida espiritual

de un hijo de Dios es prometida al que con un corazón arrepentido

hace una genuina confesión de su pecado. A la vista de Dios el

pecado es siempre pecado. No es menos pecado por el hecho de ser

cometido por un cristiano, ni puede ser curado de otro modo que en

la redención que es en Cristo. Es por el precio de la redención que ya

ha sido pagado con la preciosa sangre de Cristo que Dios puede salvar

a los pecadores que sólo creen y restaurar a los santos que sólo

confiesan sus pecados. Ningún grado del castigo que cayó sobre

nuestro sustituto puede jamás caer sobre los santos o los pecadores.

Siendo que Cristo lo llevó todo por nosotros, creer o confesar es todo

lo que legalmente puede demandarse. Hasta que la confesión es hecha

por el que ha cometido el pecado, el tal está defendiendo lo que es

malo, estando así en desacuerdo con el Padre. "¿Pueden andar dos

juntos si no estuvieren de acuerdo?" Dios no puede estar de acuerdo

con el pecado. El hijo puede ponerse de acuerdo con el Padre, y esto

1084 NEUMATOLOGIA

es el verdadero arrepentimiento que se expresa en la confesión. Otra

vez permítase decir: Arrepentimiento es un cambio de mente. Por

eso, los que han pecado se vuelven de él hacia Dios. La bendición no

depende de la perfección inmaculada; es asunto de no contristar al

Espíritu. No es el caso de un pecado desconocido. "Si confesamos

nuestros pecados El es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y

limpiarnos de toda maldad." El cristiano que confiesa plenamente

todo pecado conocido habrá removido uno, si no todos, de los

obstáculos de la plena manifestación del Espíritu. "Y no contristéis

al Espíritu Santo de Dios con el cual estáis sellados para el día de la

redención" (Ef.4: 30).

De la discusión anterior se puede determinar que una de las

condiciones por las cuales el creyente puede ser lleno del Espíritu se

halla en que sea quitado todo aquello que contrista al Espíritu Santo

por una completa confesión, la que es expresión de un corazón

contrito. El secreto por el cual este aspecto de la responsabilidad

puede mantenerse es guardar cuentas exactas con Dios. Permita qu'e

la primera impresión de depresión espiritual sea un signo para

descubrir en el acto la causa y estar listo para aplicar el remedio: la

confesión a Dios.

11. NO AP AGUEIS AL ESPIRITO

El segundo mandato directo que gobierna la recta relación entre el

Espíritu Santo y el creyente se establece en 1 Tesalonicenses 5: 19, "No

apaguéis al Espíritu."· Estas son palabras de importancia solemne

siendo que ellas Implican una más seria responsabilidad en la actitud

del cristiano hacia el Espíritu Santo. Al hijo de Dios inteligente se le

recuerda de este modo de su responsabilidad celestial y la realidad

que impone un inquebrantable compañerismo con el Espíritu Santo,

una responsabilidad y un compañerismo que no pueden ser

subestimados o evadidos. Aunque las demandas son sobrehumanas,

no hay base sobre la que puedan considerarse propiamente una carga

o esclavitud para apagar o evitar el Espíritu. Cada demanda que

engendra la presencia del Espíritu es en sí un camino hacia las

riquezas de bendiciones indecibles. En verdad la presencia del

Espíritu Santo y las riquezas de sus beneficios constituyen una

importante y anticipada prueba. de las inmensurables realidades del

cielo. La cordura espiritual o sano juicio no deben mermarse nunca

de las obligaciones que crean la vida en relación con el Espíritu

Santo. A lo mejor esas relaciones pueden ser cumplidas parcialmente,

pero la ambición de cumplir a cabalidad con todo, nunca debe faltar.

Una vez más se dirige la atención al hecho que esto, como el primer

CONDICIONES DE LA LLENURA 1085

aspecto relativo a contristar al Espíritu, es un mandato directo que

no tiene opción a aquiescencia. Ambos preceptos son negativos,

siendo que demandan cosas específicas que no se deben permitir si ha

de realizarse la plenitud de la bendición del Espíritu. Aunque en

cierto modo son similares siendo que ellas son dirigidas igualmente a

la vida interior del creyente y el poder para reaccionar, ellos en sí son

diferentes. Es contristado el Espíritu cuando el pecado ocurre y

queda sin confesión. Este aspecto de la verdad está enteramente

dentro del aspecto negativo de la vida espiritual. El Espíritu es

apagado cuando el cristiano resiste o rechaza la voluntad de Dios para

con él, verdad que, según se establece en las Escrituras, se halla

dentro del lado positivo de la vida espiritual, aunque es posible

apagar el Espíritu al resistir a Dios en relación a aspectos que tienen

que ver con la victoria sobre el pecado, así como con aspectos que

pertenecen a la vida y al servicio. Los tres requerimientos que

condicionan la llenura del Espíritu -(a) confesión de todo pecado

conocido; (b) rendición a la voluntad de Dios, y (e) caminar en

dependencia del Espíritu Santo- no se basan en un capricho

irracional de Dios. Ellos indican lo que es el fundamento de

comunión y compañerismo, lo que debe sostenerse entre el Espíritu

y la persona en la que él mora. Nada está oculto en el misterio o

velado aun para los que son menos capaces para entender. El

problema está en aceptar y hacer la voluntad de Dios. Este es

totalmente el aspecto central del problema de la vida espiritual. En

último análisis, la confesión de todo pecado conocido y el

mantenimiento del principio de confianza en el Espíritu en el diario

andar dependen de la actitud de la voluntad humana; pero es

igualmente cierto y mucho más consecuente que la voluntad humana

está fortalecida por el Espíritu Santo, de otro modo no actuaría para

la gloria de Dios. Está escrito: "Porque Dios es el que en vosotros

produce (lvEp'Yéw -ejercita) así el querer como el hacer, por su

buena voluntad" (Fil. 2: 13 ). El acto inicial es un sometimiento a la

voluntad de Dios, de la cual la voluntad humana puede depender

después para cumplir sus responsabilidades según esté capacitado por

el Espíritu Santo. En defensa de un calvinismo teórico y como una

crítica de la enseñanza de que la vida espiritual depende de la acción

de la voluntad humana aunque movida por Dios, el Dr. B.B. Warfield

escribió que, por tanto le importó "sujetar todas las obras de gracia

de Dios a la determinación humana" (Princeton Review, abril de

1919, p. 322). Ningún estudiante serio de la doctrina bíbica dudaría

que Dios tiene propósitos soberanos, o que todas las cosas

contribuyen hacia la realización de ese propósito, pero debe saberse

tanto por pasajes como Romanos 12: 1,2; Gálatas 5: 16; Efesios 4:30;

1086 NEUMATOLOGIA

1 Tesalonicenses 5: 19 y 1 Juan 1:9, que la apelación es a la voluntad

humana, con cada presente aplicación que pueda establecer la verdad

que, en el plan divino, la voluntad humana determina el curso entero

de la vida del creyente. La falla en este punto con los calvinistas

extremados surge del hecho que, en su celo por defender la doctrina

de la soberanía de Dios, no reconocen cómo la verdadera soberanía

de Dios en sus obras utiliza la voluntad humana como instrumento,

no obstante, no como en alguna forma de coerción, sino en forma de

persuación que ilumina y engendra deseos a los que la voluntad

puede responder y por la cual puede ser motivada. Otra vez aquí

debe afirmarse con toda la fuerza posible que cuando se hace una

decisión con respecto a algún paso en la vida espiritual, aun bajo las

más poderosas inducciones que Dios pueda impartir, la acción de la

voluntad humana es soberana y libre en su propia elección. Como se

ha demostrado antes, este mismo procedimiento en toda la empresa

cuando un alma es salva por fe en Cristo. No importa que la voluntad

humana no tenga poder en sí para aceptar a Cristo. El corazón debe

ser movido completamente por el Espíritu Santo, o no habrá elección

por Cristo; pero cabalmente lo mismo es hecha la elección no

debiéndose a la coerción, sino a la voluntad actuando en su soberana

libertad. Nadie puede dudar de las implicaciones que afirma el texto:

"El que quiera tome del agua de la vida de balde." Es un error el

afirmar, como el Dr. Warfield sabía hacerlo, que "cualquiera que

Dios quiere puede venir." Esto es verdad, sin embargo, pero no en el

mismo sentido que los calvinistas extremistas lo han presentado,

especialmente que a cualquiera que Dios compele, vendrá (más bien

se debiera afirmar de este modo: que cualquiera que Dios llama con

un llamamiento eficaz, llamamiento que es una persuación suficiente

para garantizar la elección determinada; voluntad de su propia

soberana determinación). No debe suponerse que esta interpretación

de una importante doctrina bíblica presta algún apoyo a la noción

arminiana que los hombres no regenerados (por la hipotética de

cierto impartimiento universal de la "común gracia"), en cualquier

tiempo, bajo cualquier circunstancia y en virtud de su propia visión y

determinación, sin ayuda alguna, pueden aceptar a í .isto como

salvador si así lo desean. Sólo trágicos errores han sido el fruto de un

calvinismo extremista que concibe que la voluntad humana está

sobrefortalecida por Dios, y de la falacia del arminianismo que no da

lugar en su suposición para la inherente necesidad constitucional de

la inmediata acción divina sobre la voluntad humana antes de hacerse

una correcta elección. La vida espiritual es presentada en todos los

casos como el resultado de la libre elección de voluntad del creyente;

pero esta doctrina no debe dejarse que por sí sola se afirme. Otra

CONDICIONES DE LA LLENURA 1087

doctrina de más vital significado aún es la verdad de que la voluntad

ha de ser movida por Dios. Este hecho bien puede conducir a la

consideración del problema concerniente a apagar el Espíritu de

Dios. Un tema semejante se estudiará bajo cinco divisiones generales

como son: (1) la resistencia del Espíritu, (2) la vida rendida, (3) el

ejemplo de Cristo, (4) la voluntad de Dios, y (5) la vida sacrificial.

l. LA RESISTENCIA DEL ESPIRITU. Como se usa en

Tesalonicenses 5: 19 la palabra apagar no significa extinguir en el

sentido que el Espíritu pueda quedar extinguido o ser expulsado del

corazón. Una interpretación tal estaría en contradicción directa con

otros escritos que aseguran que el Espíritu Santo mora en el cristiano

para siempre. Se refiere más bien a la supresión de las

manifestaciones del Espíritu, o lo que resulta cuando las fuerzas

divinas son quitadas de sobre aquel de quien depende la vida

espiritual. Como se asegura arriba, el Espíritu es apagado por una

actitud de resistencia o indiferencia hacia la voluntad conocida de

Dios. En palabras más sencillas, es decir "No" al Señor.

2. LA VIDA RENDIDA. Toda la responsabilidad que descansa

sobre el creyente con respecto a apagar el Espíritu, semejante a la

que descansa sobre él en cuanto a contristar al Espíritu, se resume en

una palabra, rendición. En las siguientes divisiones se verá que el

requerimiento que asegura la curación de un andar según la carne se

concentra en la palabra andar, en su relación con el Espíritu Santo.

Así en la forma más breve y más vital tres grandes responsabilidades,

que condicionan la espiritualidad, se han condensado en tres

palabras: confesión, rendición y andar. El contexto en el que se

puede encontrar principalmente la vida rendida es Romanos 6:1-23.

El tema en ese punto, como se ha notado anteriormente, es la

santificación en la vida diaria y sólo mediante el poder del Espíritu

Santo. La victoria diaria sobre la carne por medio del Espíritu es

hecha posible sobre una base de justicia por el hecho de que Cristo ha

sufrido la muerte como el juicio que le pertenecía a la naturaleza

caída del creyente. Siguen dos vitales responsabilidades que

descansan directa e incesantemente sobre el hijo de Dios: él debe

reconocer el juicio de muerte que sufrió Cristo, que tenía por objeto

la completa ejecución de la naturaleza caída del creyente, y así creer

que se ha provisto toda la liberación y hecha posible ahora a un costo

infinito; y que él debe rendirse a Dios como uno que ha pasado por la

crucifixión, muerte y sepultura juntamente con Cristo como sobre su

naturaleza caída, y así creer que ahora por la unión con Cristo en la

resurrección él es un "vivo de entre los muertos." El creyente ha de

tener los miembros de su cuerpo como instrumentos de justicia para

Dios." Así se ve que la rendición a Dios es más que una

1088 NEUMATOLOGIA

responsabilidad secundaria y aislada. Es tan esencial como toda la

doctrina de la santificación experimental que de ella depende. La

apelación para vivir la vida consagrada como se presenta en Romanos

seis es como sigue: "Así vosotros consideraos muertos al pecado,

pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Sefíor nuestro. No reine, pues,

es pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en

sus concupiscericias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al

pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros

mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros

a Dios como instrumentos de justicia." El mismo llamamiento se

hace otra vez en Romanos 12:1,2, que dice: "Así que, hermanos, os

ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos

en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto

racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio

de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál

sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." La presentación

total del cuerpo a Dios es llamada aquí un "racional culto", o quizá

mejor: "culto espiritual", que no es un sacrificio que ha de ofrecerse

en muerte, sino un sacrificio viviente que continúa su dedicación a

través de toda la vida sobre la tierra. La vida no debe ajustarse al

molde de este siglo, sino ser transfigurada por la manifestación de la

mente, sin estorbos, divinamente renovada. La Versión Autorizada

usa la palabra transformación como una traducción de ¡J.era¡.u)pcf>oo¡J.at

palabra que probablemente se .traduciría transfigurar (comp.

Mt.l7:2; Mr.9:2; 2 Co.3: 18). Esta distinción es importante. Urta cosa

puede ser transformada por una luz que desde afuera brilla sobre ella;

pero una cosa es transfigurada solamente cuando la luz es liberada

desde el interior. La transfiguración de Cristo no fue desde afuera,

sino que fue más bien la brillantez de Su propia gloria, o shekina,

esencial. La apelación de Romanos 12:2 es por la manifestación o

brillantez de la naturaleza divina que posee el creyente, o sea, la

manifestación del Espíritu en la realización de una verdadera vida

espiritual. Una consagración tal a la que es llamado, se asegura que

daría una plena prueba de lo que es esa buena, esa aceptable, esa

perfecta voluntad de Dios. No se puede concebir más rica experiencia

que aquella descrita por estas tres palabras descriptivas. Es la vida

suprema. Las palabras "Os ruego" con las que principia esta frase

(comp. Ef.4: 1) están lejos de ser una orden; son una súplica por una

específica manera de vida a la que viene a ser el hijo de Dios. No es

una súplica por algo que el creyente debe hacer para ser salvo, o para

mantenerse salvo; es más bien algo que uno haría porque es salvo. La

exhortación es para dedicación y no para consagración (como

frecuentemente se afirma), siendo que la consagración es un acto solo

CONDICIONES DE LA LLENURA 1089

de Dios por la cual El toma y aplica lo que se ha dedicado. El

cristiano rinde, somete y dedica: Dios debe emplear lo que de esta

manera se ha presentado. La llamada reconsagración es también una

terminología que se presta a la discusión, aunque ha sido y es

generalmente mencionada y practicada. La dedicación, si se hace del

todo como ha de ser hecha para Dios, difícilmente habría de hacerse

de nuevo. En otras palabras, la dedicación es un acto del todo

terminado y no un proceso.

Bien podría hacerse esta pregunta: ¿Por qué a la luz del derecho

soberano inherente del Creador sobre la criatura que El ha hecho

tendría que haber alguna duda en el corazón humano con respecto a

una absoluta conformidad a la mente y a la voluntad de Dios? Como

se ha demostrado plenamente bajo la satanología, la primera

resistencia a la autoridad de Dios fue introducida por Lucifer, hijo de

la mañana, quien, de acuerdo con la Escritura, es el más grande de

todos los ángeles. Es él quien capitaneó lo que pudiera haber sido la

tercera parte de los ángeles de Dios que le siguieron en su rebeldía

contra el Señor, los que llegaron a ser los demonios y poderes

malignos de origen sobrenatural, descritos e identificados en el Nuevo

Testamento. Este mismo gran ángel entró al Jardín del Edén la

degeneración constitucional del primer hombre y la primera mujer, y

a través de ellos, la ruina de la raza de la cual sólo podría rescatar la

redención del cruento sacrificio del Hijo de Dios. Es evidente que los

hombres están caídos y en un estado de imdependencia en cuanto a

Dios, lo que claramente está indicado por el hecho de que es tan

difícil, aun para los regenerados, el conformarse a la voluntad de

Dios. ¿Por qué ninguna criatura hallaría fácil el ser obediente a

Dios? Dios no sólo tiene el derecho inherente y soberano sobre lo

que El ha hecho, sino que el más alto destino de cada individuo, sean

ángeles o humanos, se encuentra en el cumplimiento preciso de

aquello para lo que han sido creados. Nada es tan irracional que

suponer que una criatura pueda mejorar su estado o perfecionar su

porvenir confiando la dirección de su vida en sus propias manos.

Satanás mismo es el supremo ejemplo de este desatino.

Evidentemente, él supuso que estaba mejorando su fortuna al

cambiar de su elevada posición y gloria siempre creciente, que por

creación le pertenecía, a la de un programa cósmico en oposición a

Dios. Mas en lugar de su honor y gloria eternos como el más elevado

de los ángeles, que en una ocasión era su parte, él tiene que pasar la

eternidad en el lago de fuego. En cuanto al destino de Satanás no hay

incertidumbre alguna. Ese lago de fuego ha sido hecho "para el

diablo y sus ángeles" (M t. 25:41 ), y es también la respuesta para la

criatura que se rebela contra su perfecta autoridad. Si los hombres

1090 NEUMATOLOGIA

han de ir al lago de fuego es porque ellos también han adoptado la

filosofía satánica, o independencia de Dios (comp. Ap.20: 12-15). A

fin de que en tal discusión y en vista de la aplastante derrota y eterna

miseria que viene a los enemigos de Dios no dé la impresión de que El

hace el papel de un tirano que está dispuesto sólo a destruir a los que

se le oponen, se recordará que en el amor de Dios solamente

beneficios inconmensurables están preparados para los que hacen Su

voluntad; y como un mensaje para los inconversos que el obedecer al

Evangelio, conformarse al plan inapreciable de la gracia redentora de

Dios, es el primer paso en cuanto a hacer Su voluntad.

3. EL EJEMPLO DE CRISTO. En el aspecto de Su humanidad

Cristo vino a ser de esa manera el ejemplo de vida que sólo agrada al

Padre. A fin de que El pueda representar el perfecto ideal divino en

todo respecto. Aparentemente Cristo no echó mano de Sus propios

recursos como miembro de la Deidad, sino que El mismo consintió el

ser santo dependiendo del Espíritu Santo, como todo creyente debe

hacer. En la misma perfecta conformidad El sometió su vida humana

y su mente a la voluntad del Padre. Habiendo entrado en la esfera

humana no había otro cauce sefialado para El para llegar a ser la

perfección del ideal divino. Sobre todo eso, se convierte en uno que

entra en la esfera humana para someterse enteramente a la voluntad

de Dios. Nada menos que no sea un completo sometimiento, es

anarquía en la economía divina.

Regresando por el momento al pasaje respecto a la

insubordinación del arcángel, se recordará que su pecado consistió no

sólo en rechazar la voluntad de Dios, sino sustituir en su lugar con

algo de sus propios designios en vez de esa voluntad. Como una

consumación de cinco "yo haré" en oposición a la mente de Dios,

Satán dijo: "Seré semejante al Altísimo (ls. 14:13, 14) -como Dios

es el único particular en el que la criatura puede asemejarse a El,

sefialadamente, es actuando en dependencia de Dios; y tal

desobediencia es la misma esencia del· pecado. Fue la misma

desobediencia la que Satán trató de insinuar en la humanidad de

Cristo por medio y a través de la triple tentación en el desierto.

Como en el caso del primer Adán, no había maldad inherente en la

cosa propuesta, así en el caso del postrer Adán las cosas propuestas

en sí mismas no eran malas. Como debe ser siempre, el pecado

consiste en la desobediencia de la criatura a Su Creador. En esto Su

perfecta voluntad vino a ser el modelo de la correcta relación con

Dios. De El está escrito con respecto a su venida al mundo: "Por lo

cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste;

mas me preparaste cuerpo. Holocausto y expiaciones por el pecado

no te agradaron .. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para

CONDICIONES DE LA LLENURA 1091

hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí", (He.

10:5-7). Al acercarse a la cruz dijo: "Padre, si quieres pasa de mí esta

copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Le. 22:42). Así

mismo se ha escrito de El que en la hora más negra de Su separación

de un consciente compañerismo con el Padre. Dijo El: "Pero tú eres

santo" (Sal. 22:3 ). El Apóstol escribe de Cristo: "Haciéndose

obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Fil. 2:8). El, que

verdaderamente podía decir: "Porque yo hago siempre lo que le

agrada" (Jn. 8: 29), y del mismo se dijo: "Y aunque era Hijo, por lo

que padeció aprendió la obediencia" (He. 5:8). La absoluta rendición

del Gran Hijo a Su Padre, así vino a ser ejemplo de ese sometimiento

que es la actitud correcta de todos los que por la obra de la

regeneración del Espíritu han sido hechos hijos de Dios. A los tales

escribe el Apóstol: "Haya pues, en vosotros este sentir que hubo

también en Cristo Jesús" (Fil. 2: 5). La primera palabra de este

mandato, 'haya', es iluminadora. Por cualquier palabra que se

traduzca el vocablo griego, sugiere que la obra de la mente de Cristo

se reproducirá en el creyente por, o en lugar de otro, y que la

responsabilidad del creyente es la de permitir, o elegir el sentir de

Cristo. Una mente de tal modo exaltada jamás podrá ser producida

por el creyente mismo, ni sostenida por él; pero el que obra en el hijo

de Dios "así el querer como el hacer por Su buena voluntad" (Fil.

2: 13) es perfectamente capaz de perfeccionar este gran propósito. Es

esencial que los cristianos sepan lo que abarca la mente de Cristo que

así ha de ser reproducida en él, de otro modo no puede haber

cooperación inteligente en la empresa. De aquí que los elementos

esenciales que constituyen la mente de Cristo son enumerados. El

pasaje es como sigue: "El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el

ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí

mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y

estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,

haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual

Dios también le exaltó a lo sumo, y le dio un nombre que es sobre

todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de

los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda

lengua confiese que Jesucristo es el Sei'l.or, para gloria de Dios Padre"

(Fil. 2:6-11 ). Los siete pasos de humillación seguidos por otros siete

pasos de exaltación, que juntamente comprenden esta declaración de

la mente de Cristo (comp. He. 12: 1-2) no son enumerados

meramente para relacionar hechos vitales respecto a Cristo, sino para

informar al creyente y así prepararlo para la ejecución de estos

grandes valores en su propia vida. Estos siete pasos hacia abajo

representan sacrificio, mientras los siete pasos hacia arriba

1092 NEUMATOLOGIA

representan gloria. La cruz es seguida por la corona. No todos los

elementos de la mente de Cristo pueden hallar inmediata

reproducción en el creyente; con todo se pueden considerar en

particular y como representativos de todos. (1) El deseo de Cristo de

salir de su esfera nativa y su habitación perfecta y venir, según lo que

el Padre eligió lo que El habría de hacer, dentro de este mundo como

una expresión de la gracia salvadora de Dios, todo lo cual podría ser

expresado con las palabras, "Iré donde tú quieras que vaya", (2) De

manera similar también Cristo deseaba ser lo que Su Padre deseaba

que fuera, aun el llegar a tener "reputación alguna", y al hacerlo así

en efecto, El estaba diciendo a Su Padre: "Yo seré lo que tú quieres

que sea"; y (3) en Su obediencia El estaba diciendo virtualmente:

"Yo haré lo que tú quieras que haga". Estas y otras palabras similares

se cantan muy a menudo, y sin duda al cantarlas es una demanda

menor a la de entrar en la directa e inmediata experiencia de todo lo

que estas frases encierran. Ciertamente, ésta debe ser la norma de la

vida que se ha rendido a Cristo.

En otro ejemplo de la vida rendida es comparada por Cristo a un

pámpano en la vid (J n. 15: 1-16). Como antes se ha indicado, el estar

en Cristo no es asunto de mantener unión con El. Dicha unión mas

bien es asegurada por el bautismo del Espíritu y dura tanto como

duran los méritos de Cristo, sino que es un asunto de mantener

comunión con Cristo. Morar en El es continuar en la relación en

donde la vitalidad divina puede ser impartida y producir el fruto que

honra a Dios. Cuando el cristiano está relacionado con Cristo de este

modo, en inquebrantable comunión, la oración es efectiva (J n. 15: 7),

el gozo es celestial (Jn. 15: 11) y el fruto es perpetuo (Jn. 15: 16).

Esta vida (que ha de ser anhelada) depende de morar en obediencia.

El Salvador dijo: "Si guardareis mis mandamientos estaréis en mi

amor; como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y estoy

en Su amor" (Jn. 15: 10). Una vez más Cristo aparece como el

supremo ejemplo de fidelidad. El objeto a la vista con Su propio

sometimiento u obediencia a los mandatos del Padre no fue el de

mantener la unión, ya que esa nunca podría romperse; sino fue la de

mantener la comunión entre el Padre y el Hijo en la esfera de su

humanidad. De igual modo, permítase la repetición, el guardar los

mandamientos de Cristo de parte del creyente no es para mantener la

unión, la que nunca puede ser rota, pero es para mantener

inquebrantable la comunión, comunión que depende de encontrar y

de hacer la voluntad de Dios. La morada es el resultado de la

rendición a la voluntad conocida de Dios, así como Cristo se sometió

a la voluntad del Padre. En todo esto Cristo es puesto como el

modelo.

CONDICIONES DE LA LLENURA 1093

Es bueno observar en este punto que el sometimiento a la voluntad

de Dios no se demuestra por algún aspecto particular aislado; es más

bien asunto de haber tomado la voluntad de Dios como la regla o

principio dominante de la vida de uno en su totalidad. Estar en la

voluntad de Dios es simplemente estar deseando hacer Su voluntad

sin referencia a ningún aspecto distintivo de esa voluntad. Es elegir el

que la voluntad de Dios sea la decisión final ante cualquier problema

específico que pueda surgir. No es el deseo de hacer alguna cosa, sino

la buena voluntad para hacer cualquier cosa cuando, donde y como

parezcan mejor a la sabiduría y al amor de Dios. Es tomar una

posición semejante a la confianza del niño que consiente libremente

al deseo del padre ante cualquier detalle que se presente. La

importancia de la distinción es clara. A menudo se dice: "Si El quiere

que yo haga cierta cosa, deje que El me muestre qué es y yo

determinaré lo que haré al respecto". A esa actitud de corazón nada

le es revelado. Debiera ser y debe ser una relación de confianza en la

que la voluntad de Dios es aceptada una vez por todas y sin reservas.

¿Por qué habría de ser así? En la mente y el corazón está en acecho

el decir: "Señor, te conocía que eres hombre duro ... " ¿Es El un

duro capataz? ¿Hay esperanza alguna de que el hijo de Dios pueda

por sí mismo escoger cuál es lo mejor cuando toma enteramente su

vida toda en sus propias manos? No es necesario hacerle a Dios

ninguna promesa fútil de que ya no pecará más o que los deseos

naturales del corazón serán revolucionados sólo en la capacidad

humana. El Padre se deleita solamente en lo que es mejor para Su

hijo y nunca le impondrá nada ni lo descuidará. Basados en que en

todo sentido la voluntad de Dios es lo mejor, hay que convenir que

cuando la voluntad es revelada no es difícil ejecutarla. De allí en

adelante es Su parte hacer en el creyente "así el querer como el

hacer, por Su buena voluntad." Una larga espera puede suceder antes

que Su voluntad sea revelada; pero cuando ésta ha sido revelada, no

hay lugar a discusión. Dudar es decirle "no" a Dios y apagar el

Espíritu.

4. LA VOLUNTAD DE DIOS. De nuevo, un aspecto vital de la

vida espiritual (la guianza) debe introducirse en una forma lógica para

acercarnos a la verdad que estamos considerando. Ciertas sugerencias

generales vienen en orden: ( 1) La dirección del Espíritu Santo es s6lo

para los que ya han confiado para hacer la voluntad de Dios. El es

capaz de hablar suficientemente alto para hacerse oír de un alma

ansiosa. (2) La guianza del Espíritu siempre estará en armonía con las

Escrituras que en su aplicación primaria dirige la vida del creyente en

esta dispensación. El Cristiano que busca ser guiado puede acudir a

las Escrituras con oración expectante;sin embargo la Biblia no es una

1094 NEUMATOLOGIA

rifa mágica. La voluntad de Dios no se halla al abrir la Biblia al azar,

en el primer versículo que aparezca, y luego dejarse guiar por su

mensaje. Tales nociones desestiman la verdad esencial que la

dirección es del Espíritu Santo que, siendo el Morador interno,

manifiesta Su guianza dentro del corazón y la mente del creyente;

pero ahora no por medio de señales o visiones. El Espíritu puede usar

cosas externas, eventos, o circunstancias; sin embargo es todavía una

cuestión de Su guianza y no del mero instrumento que El puede

emplear. Es de desearse un conocimiento general de la Palabra de

Dios como un todo siendo que la guianza está más en armonía con

todo lo que la Biblia presenta y no centraliza en un versículo

particular. (3) No hay reglas que gobiernen la guianza del Espíritu.

Dos personas no son guiadas igualmente y del mismo modo. Se

pueden enunciar principios generales como los que aquí se indican;

no obstante, la aplicación de éstos varía en cada caso. En vista de la

importancia vital de la guianza del Espíritu Santo en cada vida

cristiana, la habilidad para ser guiado es uno de los factores de mayor

consecuencia en esa vida. Esta capacidad se alcanzará sólo por

atención y experiencia personal. Cada Creyente debería de aprender

a exaltar la realidad de la morada y presencia del Espíritu y debiera

familiarizarse con las maneras del Espíritu en relación a su propia

vida. A la luz del hecho de que la guianza del Espíritu prueba así al

individuo, es obvio que el buscar dirección aun de los mejores

hombres es más peligroso. Dios puede elegir el uso de hombres para

dar la dirección que el creyente necesita; todavía, repetimos, no es la

guianza del hombre, sino del Espíritu a través de tales hombres. El

ser guiados por el Espíritu es ser movido por las más delicadas

relaciones que el corazón puede conocer. El ser guiado por la tierna

mirada de Su ojo -El dijo: " ... te enseñaré el camino en que debes

andar; sobre tí fijaré mis ojos" (Sal. 32:8)- es mucho más deseable

que el "ser sujetado con cabestro y con freno" (comp. v. 9). La

apelación a una conciencia mórbida, impresiones equívocas acerca

del deber, o una falta de entendimiento de la Palabra de Dios pueden

desviar, pero a menudo el error es detectado por el hecho de que la

falsa guianza es tediosa, dolorosa y desagradable, mientras que según

Romanos 12:2 "la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta".

Dios es quien está obrando en el creyente "lo que es agradable

delante de El por Jesucristo" (He. 13:21), porque "El que en

vosotros produce así el querer como el hacer, por Su buena

voluntad" (Fil. 2: 13).

5. LA VIDA SACRIFICIAL. El hacer la voluntad de Dios debe ser

siempre voluntario de parte del creyente. El fue salvo de la esclavitud

del pecado y trasladado a la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Se

CONDICIONES DE LA LLENURA 1095

le manda estar firme en la libertad con la que Cristo le ha hecho libre.

Cristo no es dueño de esclavos. Su sangre redentora no los compró

para transferirlos de una esclavitud a otra. El puede decir, no

obstante, como a un siervo hebreo en el Antiguo Testamento se le

permitió hacer: "Yo amo a mi señor ... no saldré libre" (Ex. 21 :5),

y así, por una dedicación enteramente voluntaria viene a ser un siervo

de Cristo. Fué así como Cristo vino a ser siervo en la relación humana

con el Padre. La frase "has abierto mis oídos" (literalmente,

perforado ú horadado; Sal. 40:6 R. V. margen), indudablemente

relaciona la auto-dedicación de Cristo al tipo establecido en Exodo

21:5, 6. El más alto motivo para someterse a Dios no es meramente

un deseo de victoria en la vida diaria o de poder o de bendición; ha

de realizarse por\ la vida de Cristo, que es sacrificial. Sacrificial

necesariamente no significa dolor; en este caso es simplemente

descriptivo en cuanto a hacer la voluntad de Otro. Algún dolor puede

ocurrir en el camino, pero la nota prevaleciente es la de gozo y la

experiencia del corazón es de paz.

Entonces, cada hijo de Dios definitivamente debe someterse a El,

no con respecto a algún aspecto de su vida diaria, sino de todas las

cosas como una aptitud permanente delante de Dios. Aparte de tal

auto-dedicación, no hay modo de escapar de la mano disciplinadora

del Padre, porque El no puede ni podrá, y no dejará que Su hijo siga

viviendo sin las inapreciables bendiciones que Su amor anhela

impartir a los que necesariamente están condicionadas para los que

han rendido su voluntad. Satán y Cristo están en oposición en cuanto

al asunto de hacer la voluntad de Dios. Satán por medio de .,,neo

odiosos "yo quieros" repudió la voluntad de Dios; Cristo, en tantas

diferentes declaraciones se encomendó a Sí mismo a la voluntad de

Su Padre. Cada voluntad no rendida sólo perpetuará el pecado de

Satán. Para ser espiritual y lleno del Espíritu el creyente no debe

decir "No" a Dios. "No apaguéis el Espíritu".

111. "ANDAD EN EL ESPIRITU"

Avanzando en el estudio de la tercera condición para experimentar

la llenura del Espíritu Santo habría de reafirmarse que esta condición

es de carácter positivo, mientras que las dos que se han considerado

son negativas con respecto a lo que no debiera permitirse. El

requerimiento positivo concierne a lo que ha de ser ejecutado en la

vida por el .Espíritu Santo e incluye cosas de largo alcance. La

traducción de la Versión Autorizada (en inglés) de un versículo

conclusivo, como Gálatas 5: 16 es ambigua. Por esta forma de

traducción parece que el versículo impone sobre el creyente la

1096 NEUMATOLOGIA

responsabilidad de mantener un andar en el Espíritu Santo, mientras

que una traducción más adecuada del texto asigna al Espíritu la

ejecución del andar y encarga al creyente la actitud de depender del

Espíritu Santo. Es obvio que el cristiano dentro de sí mismo no tiene

poder, a pesar de la nueva naturaleza, por el que pueda iniciar,

promover o mantener un andar en el Espíritu. Es por causa de esta

incapacidad innata que le es dado el Espíritu para que habite en él.

La situación completa es contraria y se sugieren imposibles

suposiciones cuando se le exige al creyente que ande en su propia

capacidad más bien que el andar en el Espíritu Santo. La

responsabilidad que descansa sobre el cristiano no es la de intentar el

andar; es más bien la de conservar una actitud de confianza y de

expectación hacia el Espíritu Santo, dependencia que hará una

bendita realidad la de andar movidos por el Espíritu. Una

interpretación de este pasaje de Gálatas implica que el creyente ha de

guiar o dirigir al Espíritu Santo, mientras que el punto de vista más

defendible enseña que el creyente ha de ser guiado en una senda que

es de la propia elección divina y que ha de recibir el poder del

Espíritu para toda buena obra. La promesa inmediata al creyente es

la de que al andar en el Espíritu, los deseos de la carne no llegarán a

realizarse. En el mismo contexto (Gá. 5: 16-23) en el verso 18 se

declara que los que son guiados por el Espíritu no están bajo la ley.

Esta declaración es más que una aserción de que el creyente al ser

guiado por el Espíritu está libre del sistema mosaico de méritos; más

bien se implica que la guianza del Espíritu se abre a un campo de

responsabilidad enteramente diferente, campo que abarca toda la

voluntad de Dios, un campo más extensamente vasto respecto a lo

que incluye, antes que una mera conformidad a normas y leyes. En la

esfera de la dirección del Espíritu es contemplada cada fase de la vida

personal y del servicio, y se asegura su realización. "Andar en el

Espíritu" significa depender del Espíritu. Es propia la figura literaria

del acto de andar para representar la continua responsabilidad de

vivir diariamente para la gloria de Dios. Cada paso en el proceso del

andar físico es una incipiente caída. En cada paso el cuerpo se sale de

su balance y avanza fuera del soporte físico dependiendo del paso del

pie que se adelanta para recobrar el balance y el soporte. Así el andar

en el Espíritu es no sólo una serie de traslados, sino una entrega

constante de uno mismo al Espíritu con la confianza y la

anticipación de que todo el sostén necesario se efectuará. Todo esto

sugiere intimidad personal con el Espíritu Santo. Su presencia ha de

ser una actualidad en la experiencia y debe mantenerse la práctica de

depender consciente y habitualmente de Su poder capacitador. Esta

manera de vida específica es enteramente distinta de los modos Y

CONDICIONES DE LA LLENURA 1097

prácticas de los hombres. El andar por medio del Espíritu es una

empresa que pide atención incesante y progreso paciente, buscando

su realización. Todos los que nacen en este mundo tienen que

aprender a andar como una función propia del cuerpo físico; no es de

extrañarse que se requiera que los regenerados aprendan a andar por

experiencia y práctica por medio del mismo Espíritu. Debe esperarse

que un niño gatee antes de andar y que experimente muchos fracasos

antes de ser capaz de caminar libremente. Es igualmente razonable

esperar que ocurra cierta cantidad de esfuerzo/y fracasos en la senda

antes de que el andar en el Espíritu sea perfecto. Indudablemente es

sólo una consideración teórica sin experiencia en la mente de la gran

mayoría de los creyentes en quienes el Espíritu ha hecho Su morada

en el corazón. Para los tales llega a ser un día de un descubrimiento

maravillosos cuando quizá con una débil fe depositaron en El sus

cargas y descubren por experiencia propia que El está allí, listo y

deseoso para efectuar lo que se le ha encomendado. No es preciso ir

más allá para demostrar que si el poder del Espíritu ha de hacerse

efectivo uno tiene que pasar del campo de las teorías de Su Persona

preciosa aún para dar el primer paso en el andar en el Espíritu. No se

puede dar ningún paso inteligente hasta que se establezca en la mente

alguna distinción en cuanto a la diferencia en método y práctica

entre el andar dependiendo de uno mismo o sea, de la carne, y andar

en dependencia del Espíritu. Otra vez aquí las reglas son de poca

ayuda. El andar en el Espíritu debe ser el resultado de la experiencia

personal -no el intento de imitar a otros, sino el resultado de la

prueba de fe de uno mismo. Es probable que como un método

general hacer por la mañana un encarecimiento de todo lo que le

espera a uno durante el día es efectivo, aunque a menudo se

necesitan otros especiales mientras el día avanza. El aspecto

importante está en el carácter de dicho encarecimiento. No es

meramente pedir la ayuda necesaria para el día (práctica muy común

entre creyentes espirituales); es entrar en un pacto de entendimiento

definido con Dios en el que se renuncia a las habilidades y recursos

naturales y se ejercita la confianza en el Espíritu de que El mismo

actuará y motivará la vida entera. Estos ejercicios de fe han de ser

suficientemente definidos de modo que produzcan una verdadera

expectación y se observe un tiempo de evaluación y de acción de

gracias al finalizar el día. Una verdadera confidencia en la maí'íana

requerirá una supervisión y un recuento al pasar el día. Entonces, a la

luz del éxito ·o fracaso, se pueden aprender lecciones acerca del

verdadero progreso de uno en un andar espiritual.

Aquí sería de orden agregar una palabra sobre lo que

anteriormente se ha presentado en relación al aspecto experimental

1098 NEUMATOLOGIA

de andar en el Espíritu, especialmente en lo relativo a la experiencia

del creyente, no hay indicación, manifestación o identificación, ya

sea de la presencia o de la actividad del Espíritu más allá de los

resultados perceptibles que El ejecuta. La mente humana continúa

pesando todos los aspectos, las afecciones y deseos que todavía

dominan, y la voluntad actúa con libertad y responsabilidad

normales. El punto que hay que notar es que el Espíritu,

enteramente aparte de cualquier intromisión de sus propias

facultades está operando -excitando- en el creyente así el querer

como el hacer de lo que agrada a Dios (Fil. 2: 13). El hecho y la

fuerza de la energía del Espíritu se verán en la calidad de los

resultados y no en el reconocimiento de alguna de sus maneras de

obrar. Con todo, el creyente verdaderamente sincero de corazón y

por causa de los verdaderos resultados será impelido a la acción de

gracia cuando esa vida sea así perfeccionada. En muchas ocasiones la

vida espiritual ha estado mal fundada y por lo tanto, mal

comprendida. Se ha creado la impresión que las funciones naturales

de la vida humana han de ser desechadas y que han de adormecerse la

mente y voluntad, a fin de que el Espíritu pueda ejercitar Su propia

mente y voluntad. Tal noción es extraña a los planes de Dios tal

como se revela ese propósito en el Nuevo Testamento. Como lo hizo

con Gedeón, el Espíritu se reviste del cuerpo y las facultades del

creyente y, sin manifestarse a sí mismo, obra en y a través de esas

facultades. Aunque de este modo oculto en cuanto a la observación,

así actúa el Espíritu sencillamente, sin complicaciones. En vista del

tremendo aspecto y resultados en la vida del creyente es evidente, en

definitiva, que la mayor importancia está en la actitud de confianza

del creyente.

Con esta introducción del tema en la mente, se puede prestar

atención al descubrimiento que el cristiano encara incesantemente,

en el lado negativo de su vida espiritual, a tres enemigos superiores: al

mundo, la carne y el diablo; y en el lado positivo de la vida espiritual

él está ante la sobrehumana responsabilidad de llenar la medida de

perfección en todo lo que entra en esas manifestaciones que juntas

constituyen la llenura del Espíritu. Una gran parte de este volumen se

ha dedicado al estudio de estos elevados aspectos que constituyen la

vida y servicio del creyente. No es necesario repetir todo este aspecto

de la verdad. Sin embargo, nos resta ver que la victoria, tanto en la

esfera del conflicto con los enemigos, como en la manera de vida y de

servicio que honran a Dios dependen enteramente de una relación

con el Espíritu, la que no es estorbada por la presencia del pecado Y

que confía activamente en El para la ejecución de Su perfecta

voluntad. De este modo se ve al hijo de Dios nuevamente frente a la

CONDICIONES DE LA LLENURA 1099

cuestión de su verdadera dependencia del Espíritu morador. Puede

fácilmente llegar a ser el principio de una vida espiritual efectiva por

parte de un cristiano que cree y practica la Palabra de Dios con

respecto a las provisiones que le pertenecen, que le han sido dadas

por el Espíritu. El racionalismo está directamente opuesto a la fe.

Hay quienes se rebelan contra la enseñanza de que la salvación es por

la fe sola. Se rebelan ya porque no conocen o porque no creen la

Palabra de Dios. Igualmente hay quienes se rebelan contra la

enseñanza de que una inquebrantable victoria en la vida diaria del

creyente se obtiene sólo por la fe, y esto también es porque no saben,

o no creen, las Escrituras. La doctrina concerniente a una santidad de

vida producida divinamente no se apoya en uno o dos textos para

probarse. Es uno de los grandes temas, si no el más extenso, de todas

las epístolas; porque no sólo se enseña la doctrina en su extensión,

sino que cada requerimiento al cristiano está basado sobre principios

exactos revelados en la doctrina. Es uno de los más vitales elementos

de las provisiones que caracterizan la edad de la gracia.

l. EL MUNDO. El sistema satánico del cosmos, llamado el mundo

ha sido extensamente definido en anteriores capítulos de esta obra.

En este sistema del cosmos los cristianos deben vivir y aun guardarse

sin mancha de él (Stg. 1: 27). No se puede definir bien el límite que

separa el mundo y lo que es la esfera correcta de la vida espiritual.

Nada sino una dirección personal del Espíritu determinará la solución

de este problema. Es aquí en donde los cristianos necesitan aprender

a tener gracia los unos con los otros. Las Escrituras afirman que los

que son fuertes están en libertad para hacer lo que los débiles no

pueden hacer con éxito. Así, los débiles deben evitar el juzgar a los

fuertes, y es esencial que éstos eviten el poner tropiezo en el camino

de los débiles. El Apóstol declara: "Recibid al débil en la fe, pero no

para contender sobre opiniones, porque uno cree que se ha de comer

de todo; otro, que es débil, come legumbres. El que come, no

menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que

come; pero Dios le ha recibido." Nada puede ser más definido que

esta enseñanza, que afirma que cada hombre en sinceridad ha de estar

persuadido en su propia mente. Si por casualidad alguno cometiera

un error bajo estas circunstancias, hay que recordar que los cristianos

han de rendir cuenta a Dios y no los unos a los otros al fin de cuentas

(comp. Ro. 14:4). Tal es la necesidad ciertamente que se ha

presentado, tanto de la dirección del Espíritu Santo con relación a

todo lo que surja como un conflicto entre el creyente y el sistema

mundano, y también una provisión definida por la que el creyente

puede clamar sobre el principio de fe para ser capacitado del poder

del Espíritu Santo para vencer las tentaciones del sistema mundano.

1100 NEUMATOLOGIA

Para andar en el Espíritu Santo en su relación con el sistema

mundano, irremisiblemente se requiere poner en práctica una positiva

dependencia del Espíritu.

2. LA CARNE. Lo que dentro del cristiano codicia contra el

Espíritu Santo, creando varios problemas, en el Nuevo Testamento es

llamado la carne. Los cristianos descuidados no están interesados en

la Persona y obra del Espíritu, o en los exactos distintivos que

condiciona la verdadera espiritualidad; pero estos distintivos y

verdades apelan a los que realmente desean una vida que agrade a

Dios. Satanás tiene fosos e imposturas en el campo de las más

profundas realidades espirituales. La mayoría de estas falsas

enseñanzas están basadas en una errada comprensión de la enseñanza

b te.

con e logros

personales de la santidad. A los tales les parece que una "corrección"

o "reproche" es una insinuación hacia la apostasía, y nadie que tenga

una mente celosa escogería tal proceder. Mwchos errores medran en

este sentido sin ningún otro impulso que el celo humano, siendo la

Palabra de Dios distorsionada persistentemente a fm de sostener sus

humanas teorías. Muchos de estos errores son reprobados y

corregidos cuando se reconocen la distinción fundamental entre la

posición del cristiano en Cristo y experiencia en su vida diaria. Todo

lo que Dios ha hecho por los creyentes en Cristo es perfecto y

completo; pero tal perfección no debe confundirse con la conducta

imperfecta de la vida diaria.

3. EL DIABLO. La Biblia representa a Satán como el enemigo de

estos santos de Dios, y se ve que esto es la verdad especialmente en

los santos de esta dispensación. Entre Satanás y los inconversos no

CONDICIONES DE LA LLENURA 1101

hay controversia, porque ellos son parte de su sistema mundano.

Ellos no han sido liberados del poder de las tinieblas y trasladados al

reino del Amado Hijo de Dios (Ef. 2:2),. y Dios es el poder

vigorizador de los salvos (Fil. 2: 13 ). Todo ser humano está o bien

bajo el poder de Satanás o bien bajo el poder de Dios. Esto no quiere

decir que los cristianos no puedan ser influenciados por Satán o que

los perdidos no puedan ser influenciados por el Espíritu de Dios, sino

que la vida de cada hombre está ligada a uno ú otro dominio; y más

aún, el dominio de Satán no está caracterizado en todo sentido por

cosas que son inherentemente malas como se estima la vida del

mundo. El vital propósito de Satán es "ser como el Altísimo" (ls.

14: 14 ), y él aparece como un "ángel de luz" y sus ministros "como

ministros de justicia" (2 Co. 11: 13-15). Sus seguidores, en su papel

de "ministros de justicia" predican un evangelio de reformación y

una salvación lograda por el carácter y comportamiento humano, en

vez de una salvación que ha sido a 1 e a n z a da sólo por gracia

desconectada de toda virtud humana. Por tanto el mundo, a pesar de

todas sus normas morales y su cultura, no está necesariamente libre

del poder y control energético de Satán. El es quien siempre

promueve formas de religión y de excelencias humanas aparte de la

redención que es en Cristo, y el mundo, evidentemente, está

movilizándose para intentar lo mismo. El ha cegado a los incrédulos,

pero sólo en relación a una cosa: Están ciegos para que la luz del

glorioso evangelio no les resplandezca (2 Co. 4:3, 4 ). La enemistad de

Satán siempre ha sido dirigida contra la Persona de Dios solamente y

no contra la humanidad como tal. Sólo cuando los hombres han sido

"hechos participantes de la naturaleza divina es cuando tienen que

enfrentarse con este poderoso enemigo. Los disparos de sus "terribles

dardos son dirigidos realmente contra Dios quien vive en ellos. Sin

embargo, el conflicto no es menos real y el enemigo es

sobrehumano:' "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino

contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las

tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las

regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para

que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar

firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y

vestidos de la coraza de justicia" (Ef. 6: 12-14 ). Estos gobernadores

de las tinieblas de este siglo, los poderes espirituales de iniquidad de

los que aquí se dice que sostienen un constante conflicto en contra

nuestra, no pueden ser vencidos por la estrategia o poder humanos.

La Biblia no sanciona la torpe suposición de que el Diablo huirá ante

la mera resistencia de determinada voluntad humana. Nosotros

debemos "resistir al diablo", pero debe ser hecho mientras "estemos

1102 NEUMATOLOGIA

firmes en la fe" y "sometidos a Dios" (Stg. 4:7; 1 P. 5:9). Satanás,

por razón de creación, siendo superior en gloria a toda otra criatura,

no puede ser vencido por ninguna de ellas sin ayuda especial. Aun de

Miguel el Arcángel se dice que no usó de juicio de maldición en

contra suya cuando "contendió con el diablo", sino que dijo: "El

Señor te reprenda". El Arcángel Miguel no contendió con Satán sin

previa autorización. El, más bien tuvo que depender del poder de

Otro, actuando así sobre un principio de dependencia. Ciertamente,

un cristiano con todas sus muchas limitaciones actuales, debe apelar

al poder de Dios en el conflicto con este poderoso enemigo, y, desde

luego, él es amonestado a hacer esto: "Sobre todo, tomad el escudo

de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del

maligno" (del malo V. R.) (Ef. 6: 16).

El conflicto del creyente con Satán es tan feroz e incesante como

solo ese ser superhumano puede hacerlo. Delante de él los cristianos

en sí mismos son como nada; pero Dios se ha anticipado a este

desamparo y ha provisto una perfecta victoria por medio del Espíritu

que mora en el creyente. " ... porque mayor es el que está en

vosotros, que el que está en el mundo" (1 Jn. 4:4). Por causa del

poder de su nuevo enemigo un cristiano debe "andar en el Espíritu"

si quiere ser vencedor sobre el diablo.

CAPITULO XVI

DOCTRINAS RELACIONADAS

Siendo que el problema de la influencia de la carne en el cristiano

es interno y siempre presente, hay tres importantes doctrinas

involucradas en esta discusión, como son: ( 1) la doctrina de la

participación del creyente en la muerte de Cristo, (2) la doctrina de

la perfección, y (3) la doctrina de la santificación. Estas están

estrechamente relacionadas, especialmente las dos últimas; y la

primera viene a ser la base sobre la cual las dos últimas son hechas

posibles, como se verá. Se habrían evitado muchas suposiciones sin

garantía y fanáticas nociones con respecto a la perfección y la

santificación si se hubieran observado las Escrituras que tratan de

estas doctrinas. De nuevo aquí deben tomar un lugar importante la

reprobación y la corrección (2 Ti. 3: 16, 17) si así se le permitiese.

Aunque ya se ha tratado ampliamente en páginas anteriores, hay

que llamar la atención en primer lugar a los términos "hombre viejo"

-nal\aw¡; ávOpwno¡;- y "pecado" - áJJ.apTía- con referencia a la

vieja naturaleza. La palabra carne tiene un significado lato, y dentro

de sus límites y cosas concernientes están estos dos factores: el

"hombre viejo" y el "pecado". Aunque estos factores son similares al

grado que pocos pueden hacer la diferencia entre ellos, es bueno

prestar atención a los pasajes que se relacionan con ellos.

El término "hombre viejo" se usa sólo tres veces en el Nuevo

Testamento. Una tiene que ver con la posición presente del "viejo

hombre" a través de la muerte de Cristo (Ro. 6:6). En los otros dos

pasajes (Ef. 4:22-24 y Col. 3:9) el hecho de que "el viejo hombre" ha

sido quitado para siempre viene a ser la base de apelación para una

vida santa. Está escrito en Romanos 6:6: "Sabiendo esto, que

nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con El, para que el

cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al

pecado." Aquí no puede haber referencia a la experiencia del

cristiano, sino más bien a una ca-crucifixión con El, y más

evidentemente al tiempo y lugar en que Cristo fue crucificado. En el

contexto este pasaje sigue inmediatamente a la afirmación de la

transición del primer Adán al postrer Adán como su cabeza federal

(Ro. 5: 12-21). El primer Adán, como si se hubiera efectuado en el

creyente, fue juzgado en la crucifixión de Cristo. El "hombre viejo",

1103

1104 NEUMATOLOGIA

la naturaleza caída heredada de Adán, fue crucificada con El. Esta

crucifixión, como se ha visto, es de la mayor importancia, de parte de

Dios, en hacer posible una verdadera liberación del poder del

"hombre viejo". Debe lograrse un justo juicio contra la naturaleza

pecaminosa antes de que una obra divina pueda ser realizada en pro

de la liberación. El juicio ahora está asegurado por la cruz, y el

camino queda abierto para la bendita victoria mediante el Espíritu.

En el segundo pasaje en donde se usa el término "hombre viejo", el

hecho de que el "hombre viejo" ya fue crucificado con Cristo es la

base de una apelación para pasar al siguiente: "En cuanto a la pasada

manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado

conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra

mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y

santidad de verdad" (Ef. 4:22-24). En el tercer pasaje la posición en

Cristo sugiere nuevamente una experiencia correspondiente: "No

mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre

con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen

del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno" (Col.

3:9, 10). Posicionalmente el "hombre viejo" ha sido quitado para

siempre. Experimentalmente "el hombre viejo" permanece como una

fuerza activa en la vida que sólo puede ser controlada por Dios. Los

mismos cristianos se benefician de la suficiencia cuando renuncian

enteramente al pensamiento de tener compromiso con, o la

tolerancia del fruto de la vieja naturaleza y por fe contar con la

agencia divinamente propuesta para la victoria por la dependencia del

Espíritu. El resultado de "reconocerse" como muerto y "hacer morir

vuestros miembros" será preparar el camino para que el Espíritu

produzca en la vida las manifestaciones del "nuevo hombre~' Eso, no

obstante, ha sido hecho por Cristo en su lugar. Ni puede él controlar

al "hombre viejo". "Vestíos del Señ.or Jesucristo, y no proveáis para

los deseos de la carne" (Ro. 13: 14 ). El fruto del "viejo hombre" y el

fruto del "nuevo hombre", se recordará, están claramente

contrastados en Gálatas 5:19-23: "Y manifiestas son las obras de la

carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría,

hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disenciones,

herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas

semejantes ... Mas el fruto del Espíritu es ampr, gozo, paz,

paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra

tales cosas no hay ley (control propio V. R.). No hay base bíblica

para hacer distinción entre la "naturaleza adámica" y la "naturaleza

humana". El hombre natural no tiene sino una sola naturaleza,

mientras que el regenerado tiene dos. Hay sólo una naturaleza caída,

que es la de Adán, y no hay sino una sola naturaleza que viene de

DOCTRINAS RELACIONADAS 1105

Dios, la "nueva". El "hombre viejo", entonces es la naturaleza

adámica que ha sido juzgada en la muerte de Cristo. Todavía habita

con el salvo como un principio activo en su vida, y su victoria

experimental sobre ella será realizada únicamente a través de una

confianza completa y definid a en el Espíritu morador. "El hombre

viejo" es una parte, desde luego, pero no todo, de la "carne".

En ciertas porciones de las Escrituras, especialmente Romanos

6: 1-8: 13 y 1 Juan 1: 1-2:2, hay también una importante distinción

entre dos usos de la palabra áJ.Lapr{a, pecado. Serán obvios los dos

significados si se recuerda que la palabra algunas veces se refiere a la

naturaleza adámica, y otras, al mal resultante de esa naturaleza. El

pecado, como una naturaleza, es la raíz de los pecados que se

cometen. Pecado es la raíz que produce su propio fruto en pecados,

que es mala conducta. Pecado es el "hombre viejo", mientras que

pecados son las manifestaciones en la vida diaria. Pecado es lo que el

individuo es por nacimiento, mientras que pecados es el mal que él

comete en la vida. Hay abundante testimonio bíblico en cuanto al

hecho de que la "carne", el "hombre viejo" o "pecado" son la fuente

del mal, y quedan en la vida del hijo de Dios tanto como él

permanezca en el cuerpo. Los creyentes tienen un bendito tesoro en

la posesión del "hombre nuevo" como morador; pero ellos tienen

este "tesoro en vasos de barro". Lo terrenal es el "cuerpo de nuestra

humillación" (2 Co. 4:7; Fil. 3: 21). La personalidad -el ego- queda

con su misma individualidad a través de todas las de la gracia, aunque

se experimente el más grande avance posible, transformación y

regeneración desde su estado de perdición en Adán hasta el de

perdonado, justificado y salvo en las posiciones y posesiones de un

hijo de Dios en Cristo. Lo que estaba perdido se dice que es

perdonado, justificado, salvado y recibe la nueva naturaleza divina,

que es vida eterna. Lo que estaba muerto es nacido otra vez y llega a

ser una nueva criatura en Cristo Jesús, aunque queda la misma

personalidad que nació de determinados padres según la carne.

Aunque nacido de Dios y poseedor de una nueva naturaleza divina, la

debilidad de la carne y la disposición de la naturaleza pecaminosa

mora hasta que llegue el cambio final de su residencia de esta tierra al

cielo. En 1 Juan 1:8 y 1 O se hace una clara advertencia contra

cualquier presunción concerniente al pecado. En primer lugar se

advierte a los cristianos que suponen no tener ya la naturaleza

pecaminosa: "Si decimos que no tenemos pecado nos engañamos a

nosotros mismos y la verdad no está en nosotros." Esta es

distintivamente una palabra que concierne a la naturaleza pecaminosa

del cristiano y que en modo alguno tiene aplicación a los perdidos. Es

dirigida a los creyentes, y a todos los creyentes. No debe suponerse

1106 NEUMATOLOGIA

que en el pasaje se hace referencia a alguna clase de cristianos

desafortunados, ignorantes o no santificados. Aquí no hay distinción

de clases sean cuales fueren. Es el testimonio del Espíritu de Dios con

referencia a toda persona regenerada. Si alguno dijere que no tiene

naturaleza pecaminosa significa que el tal se engaña a sí mismo y la

verdad no está en él. Evidentemente, este pasaje se propone corr.egir a

aquellos cristianos que proclaman ser libres del pecado innato y que

pueden haberse hecho creer que lo son en realidad. Una mente

auto-satisfecha no es necesariamente la mente de Dios. En el mismo

pasaje también se advierte a los cristianos en contra de andar

diciendo que ellos no tienen pecado, siendo que los pecados son el

fruto de la vieja naturaleza: "Si decimos que no hemos pecado, lo

hacemos a El mentiroso y Su palabra no está en nosotros (1 Jn.

1: 1 0). Nada puede ser más específico que esta declaración. Es posible

que a un cristiano se le pueda haber enseñado a decir que él no ha

pecado; pero aquí hay una palabra de reproche cuando se le coloca

frente al testimonio del Espíritu de Dios. Otra vez, no .se dice esto

con relación a cierta clase de creyentes no consagrados; es algo

concerniente a todos los cristianos. Alejarse de la clara enseñanza de

este gran pasaje correctivo es "hacer a Dios mentiroso" y descubrir

que "Su palabra no está en nosotros". La fuente de pecado es,

entonces, la naturaleza pecaminosa, y no la nueva naturaleza divina.

Esta importante verdad está señalada en la misma Epístola un poco

más adelante en un pasaje que en primer lugar enseña que los

cristianos ahora no practican el pecado ilegalmente como lo hacían

antes de haber recibido la nueva naturaleza divina; pero también

enseña que no puede adjudicarse el pecado a la naturaleza divina

como su fuente: "Todo aquel que es nacido de Dios no practica el

pecado, porque la simiente (es decir, la naturaleza divina) de Dios

permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios" (3:9).

Es evidente que la nueva naturaleza es algo que ha sido engendrado

de Dios y por causa de la presencia de esta naturaleza aquel en quien

El mora ahora no practica el pecado ·como lo hacía antes de ser salvo,

ni jamás el pecado puede ser producido por la nueva naturaleza que

procede de Dios. El pasaje no enseña que los cristianos no pecan, ni

aun que algunos cristianos no lo hacen; ya que no hay aquí a la vista

alguna clase de cristianos, lo que aquí se dice es cierto en cuanto a

todos los que han sido "engendrados de Dios". En las Escrituras se

enseña mucho más, siendo que hay dos naturalezas en el creyente,

hay un conflicto entre la nueva naturaleza, operado por el Espíritu, y

la vieja naturaleza, que trabaja a través de la carne. "Digo pues:

Andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne, porque el

deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la

DOCTRINAS RELACIONADAS 1107

carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisieres"

(Gál. 5:16, 17). Otro aspecto de esta verdad es tratado extensamente

en Romanos 7: 15-8:4. En este pasaje al viejo "yo" se le ve en activa

oposición al nuevo "yo". Algunas veces se aboga en favor de que este

pasaje se refiere a una experiencia en la vida del Apóstol antes de ser

salvo. Esto da lugar a serias discusiones. Un conflicto tal no puede

relacionarse bíblicamente a Saulo de Tarso, y por ende a ninguna

otra persona inconversa. Saulo de Tarso no era un "hombre

desdichado", él fue un fariseo auto-satisfecho, viviendo "con toda

buena conciencia" y "en cuanto a la justicia que es en la ley

irreprensible". Fue sólo cuando él empezó a "deleitarse en la ley de

Dios en el "hombre interior" que fue experimentando el más

profundo conflicto. Así también algunas veces el alegato es hecho en

relación al tiempo cuando Pablo estaba en una ocasión únicamente

bajo la ley de Moisés y así no podría aplicarse a ningún gentil, ya que

la ley de Moisés no se 4irigía a los gentiles. Es muy cierto que la ley

no fue dada a los gentiles. El propósito primario de este pasaje no es

el de establecer alguna característica distintiva de un judío convicto

bajo la ley; representa plenamente a un santo de la actualidad

confrontado ante la imposibilidad revelada de Dios, no solo por causa

de la impotencia humana, sino a causa de un principio activo que se

opone y que se halla en la "carne". Como se ha visto, la mente y la

voluntad de Dios para el creyente bajo la gracia es infinitamente más

imposible en la fuerza humana que la ley de Moisés. Tanto más se

encuentran cristianos que son "hombres miserables" cuanto procuran

afrontar su propio conflicto sin más ayuda que el "brazo de carne".

La Ley de Dios, como se indica en el Nuevo Testamento, algunas

veces significa su propia voluntad a favor de Su pueblo más bien que

la "ley de Moisés" simplemente. Es claro que el conflicto en este

pasaje de Romanos es entre el mal y el bien, en términos generales,

más bien que un asunto de la ley de Moisés. Si los creyentes bajo la

gracia no están a la vista en Romanos capítulo 7, ni se encuentran en

el capítulo 8, porque pasando de un capítulo al otro no hay

discontinuación en el desarrollo de la doctrina ni en su aplicación. En

contraste con este punto de vista se ha señalado que hay una crisis

particular indicada por las palabras de 7: 25: "Gracias doy a Dios por

Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la

ley de Dios, más con la carne a la ley del pecado." Como quiera que

ésta realmente no es una palabra de gratitud por la salvación, sino

que es una palabra de alabanza por la liberación del pecado reinante.

Y es la liberación de uno que pudo decir en seguida: "Así con la

mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado".

Esta afirmación dificílmente puede describir la experiencia de un

1108 NEUMATOLOGIA

hombre no regenerado. Arriba en el contexto la ley de Moisés ha sido

puesta a un lado como la regla de vida para un creyente de hoy

(6: 14-7:6), y la nueva ley de Cristo (1 Co. 9:21; Gá. 6: 12; Jn.

15: 10), la "vida en Cristo Jesús" (Ro. 8:2), o la que es reproducida

en el creyente por el Espíritu (Ro. 8:4) ha aparecido a la vista. No se

hace mención del Espíritu en este pasaje. Por tanto, no es ni siquiera

un conflicto entre el Espíritu y la "carne"; es mas bien uno entre el

nuevo "yo" y el viejo "yo". Es el nuevo "yo", el hombre regenerado,

aislado por ese tiempo, del poder capacitador del Espíritu, y viéndolo

enfrentarse solo en sus propias fuerzas ante la ley de Dios (vs. 22, 23,

25). Aquí se levanta una cuestión vital: ¿Puede el hombre

regenerado, aparte del Espíritu, cumplir toda la voluntad de Dios?

La respuesta es clara. Aunque él se "deleita" en la ley de Dios (en lo

que ningún hombre no regenerado se deleita (comp. Ro. 3: 10-18; 1

Co. 2: 14 ), él debe descubrir el poder divinamente provisto para vivir

lo que es únicamente por la muerte de Cristo (v. 25), y a través del

poder del Espíritu (8: 2). Aparte de esto aún para él no hay sino una

continua derrota.

El pasaje, con algunas interpretaciones, como se ha presentado

anteriormente, es como sigue: "Por lo que yo (a causa de la vieja

naturaleza) hago (a causa de la nueva) no lo alcanzo; por que lo que

yo no quiero (el nuevo), eso hago (el viejo). Y si lo que no quiero (el

nuevo), esto hago (el viejo), apruebo (el nuevo) que la ley (o

voluntad de Dios para mí) es buena. De manera que ya no soy yo (el

nuevo) quien hace aquello, sino el pecado (el viejo) que mora en mí.

Y yo sé que en mí (el viejo), esto as, en mi carne, no mora el bien;

porque el querer el bien está en mí (el nuevo), pero no el hacerlo (el

viejo); porque no hago (el viejo) el bien que quiero (el nuevo), sino el

mal que no quiero éso hago (el viejo). Y si hago (el viejo) el mal que

no quiero (el nuevo), ya no lo hago yo (el nuevo), sino el pecado (el

viejo) que mora en mí. Así que, queriendo yo (el nuevo) hacer el

bien, hallo esta ley (no una ley de Moisés): que el mal está en mí (el

viejo). Porque según el hombre interior (el nuevo) me deleito en la

ley de Dios; pero veo otta ley en mis miembros (el viejo), que se

rebela contra la ley de mi mente (el nuevo que se deleita en la ley de

Dios), y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis

miembros (el viejo). ¡Miserable (cristiano) de mí! ¿Quién me librará

de este cuerpo de muerte? ( vs. 1 5-24 ).

La respuesta a esta gran pregunta y exclamación de desaliento con

que el pasaje termina se da en un versículo siguiente (8: 2): "Porque

la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del

pecado y de la muerte". Esto es más que la liberación de la ley de

Moisés, es la inmediata liberación del pecado (el viejo hombre) Y de

DOCTRINAS RELACIONADAS 1109

la muerte (su resultado; comp. Ro. 6:23 ). El efecto de esta liberación

se indica por la bienaventuranza registrada en el capítulo ocho, en

contraste con la miseria registrada en el capítulo siete. Es todo lo del

desamparado y vencido "yo" en un caso, y del suficiente y victorioso

"yo", por la capacitación del Espíritu, por otra parte. Los cristianos,

entonces, han de ser libertados por la ley o poder del Espíritu. Pero

hay que llamar la atención de nuevo al hecho, como se afirma en

7:25, que es posible solamente "por Jesucristo, Señor nuestro". Los

creyentes son liberados por el Espíritu, pero puede efectuarse

justamente por Jesucristo Señor nuestro, por causa de su unión con

El en Su crucifixión, muerte y sepultura.

l. LA PARTICIPACION DEL CREYENTE

EN LA MUERTE DE CRISTO

La doctrina que exhibe la participación del creyente en la muerte

de Cristo ocupa un lugar en las Epístolas de San Pablo y es la base

sobre la cual la vida cristiana es hecha posible. Nada puede ser más

explícito o determinante que la palabra del Apóstol en Gálatas 5:24,

que declara: "Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con

sus pasiones y deseos." En este texto se hace referencia a ese aspecto

especial de la muerte de Cristo que fue y es un juicio de la naturaleza

pecaminosa del creyente y sobre la base en la cual el Espíritu Santo,

que vive en el creyente, está en justificada libertad para tomar

control de la naturaleza pecaminosa. Todas las formas de perfección

y de santificación (que pronto han de ser estudiadas) que relacionan

a la experiencia diaria en la cuestión de la liberación de la naturaleza

pecaminosa, se derivan enteramente de esta muerte sustitutora de

Cristo tomando el lugar de la naturaleza pecaminosa. La liberación es

efectuada por el Espíritu solo y la libertad del Espíritu para vencer la

naturaleza pecaminosa depende enteramente de la verdad de que ella

ha sido juzgada por Cristo en la cruz. No obstante, lo que Cristo ha

efectuado es provisto para, y espera una inteligente apropiación de

parte del creyente.

En Romanos 6: 11-13 se introducen tres verbos que presentan en

orden lógico la responsabilidad de los cristianos al dirigir la acción de

su propia voluntad.

Primero, considerar: "Así también vosotros consideraos muertos al

pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro" (v. 11 ).

La exhortación presentada en este pasaje significa simplemente creer

estos hechos revelados de la unión con Cristo, considerándolos como

a uno mismo, y creerlos suficientemente tal como para actuar sobre

ellos con confianza.

1110 NEUMATOLOGIA

Segundo, no permitir: "No reine el pecado en vuestro cuerpo

mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias" (v. 12). No

deis sanción al pecado es el pensamiento aquí, pero la prohibición

que se halla en las palabras "No reine" implica que el plan seguido está

de acuerdo con la promesa de Dios de vencer al pecado por una

dependencia del Espíritu Santo.

Tercero, presentar: "Ni tampoco presentéis vuestros miembros al

pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros

mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros

a Dios como instrumentos de justicia." (v.l3). Esta exhortación

presenta desnuda la misma esencia del acto de depender del Espíritu.

"Presentad vuestros miembros por instrumentos de justicia" como

harían los que se fundan en el terreno de la resurrección.

En una reconsideración de la muerte de Cristo relacionada con la

naturaleza pecaminosa -reafirmación que parece obligada para

completar esta declaración de la verdad respecto al andar por medio

del Espíritu Santo, y para concluir el estudio de la porción más

extensa de la Escritura relativo a la vida espiritual- se puede decir

que por la muerte de Cristo tanto la pena de los pecados cometidos

fue llevada por todos los hombres, y el poder del pecado fue

destruido y juzgado para los hijos de Dios. El cumplimiento de todo

esto fue un problema de infinitas dimensiones, porque el pecado es

en primer término contra Dios, y únicamente Dios puede tratarlo. La

Biblia retrata el pecado desde el punto de vista divino. También

descubre un problema de Dios, que fue creado por el pecado, y

describe Su manera y método exacto de solucionarlo.

El tema que estamos considerando concierne a la muerte dé Cristo

solamente en el sentido en que ese sacrificio se relaciona con el juicio

divino del pecado y la sublime revelación de que la obra del juicio

ahora es enteramente cumplida a favor del creyente se relata en

Romanos 6: 1-1 O. Este pasaje es el fundamento de, así como la llave a

la posibilidad de un "andar en el Espíritu." hlcluso se declara que los

cristianos no tienen que "continuar en el pecado; sino, por el

contrario, deben andar "en novedad de vida." "El pecado no se

ensefioreará de vosotros", se declara, y el hijo de Dios no debe ser un

esclavo del pecado por más tiempo. Con este fin El ha efectuado Su

obra en la cruz. Entonces, cuán importante es ante Sus ojos la calidad

de la vida diaria del cristiano; porque la muerte de Cristo no sólo

contemplaba su eterna beatitud en gloria, sino también su andar

presente. La vieja naturaleza debía ser juzgada a fin de que Dios

tuviera libertad de tratar con ella en la vida diaria del creyente aparte

de cualquier juicio futuro. ¡Cuán tremenda destrucción caería sobre

el inconverso si Dios tuviera que juzgarlo por sus pecados antes de

DOCTRINAS RELACIONADAS 1111

que pudiera ser salvo! "Castígame, oh Jehová, más con juicio; no

con tu furor, para que no me aniquiles" (Jer.l0:24). ¡Cuán grande es

su misericordia! También El ya ha tomado el asunto del pecado y lo

ha solucionado a favor de todos los hombres en la muerte de Cristo,

el sustituto. Es por esto que El puede ahora salvar del castigo del

pecado. Aún así, cuán lejos ha ido Su misericordia, siendo que

también El ha entrado en el justo juicio del "viejo hombre! Y por

esto ahora Dios es capaz de librar del poder del pecado a Sus hijos. Se

dice que "el viejo hombre ha sido crucificado con El" y que ha

"muerto al pecado" juntamente con Cristo y que "ha sido sepultado

con El", así mismo que participa de Su vida resucitada. Se ha

revelado que todo esto fue para servir un gran propósito: que

también nosotros "andemos en novedad de vida", así como Cristo

"fue levantado de entre los muertos para la gloria del Padre", ¡qué

liberación y qué andar pueden experimentar siendo que todo es de

acuerdo con el poder y gloria de la resurrección!

Puede agregarse que la resurrección no es meramente la antítesis

de la muerte; es la introducción al poder y al ilimitado campo de la

vida eterna. En esa nueva esperanza y por ese nuevo poder ahora

pueden andar los cristianos.

El pasaje empieza así: "¿Qué, pues diremos? ¿Perseveraremos en

pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera; porque los

que hemos muerto (nosotros que hemos muerto al pecado- V. R.)

¿cómo viviremos aún en él? Así también los versículos 7,8,11 y Col.

2:20 y 3:3, tratan el mismo asunto. En los capítulos precedentes de

esta Epístola a los Romanos se ha presentado la seguridad de la

salvación. Al principio de este pasaje se presenta la cuestión de la

salvación al punto de la santificación de la vida diaria. Este segundo

aspecto de la salvación se provee únicamente para el que ya es salvo y

seguro. "¿Perseveraremos (los que ahora somos salvos y seguros) en

pecado?" No volverían ellos a hacerlo así, como hijos de Dios, y no

es necesario que ellos lo hagan siendo que ahora están "muertos al

pecado." Pero ¿quién está "muerto al pecado"? Es la verdad que

todo cristiano siempre ha experimentado el estar muerto al pecado?

Jamás ha habido ninguno. Pero se dice que la muerte mencionada en

este pasaje ha sido efectuada para cada creyente. Aquí se dice que

todos los cristianos han muerto al pecado. Una muerte que los

incluye a todos no podría tenerse como experimental. Es más bien

posicional. En relación a su naturaleza pecaminosa, Dios reconoce a

todo creyente el haber muerto en Cristo; pues solamente así pueden

ellos "andar en novedad de vida" como los que están "vivos en

Dios." No es necesario pecar por más tiempo. Los cristianos no

pueden defender el poder de una tendencia que ellos no pueden

1112 NEUMATOLOGIA

controlar; pero Dios ha provisto la posibilidad de una completa

victoria, así como la libertad, habiendo juzgado la vieja naturaleza y

dádoles la presencia y el poder del Espíritu, pues ellos todavía tienen

la tendencia y más de lo que pueden controlar. Entonces continúa la

importante explicación de la presente relación del creyente con la

muerte de Cristo, que forma la base de su liberación del poder del

pecado. Primero se da un bosquejo (6:3,4), y entonces se repite la

misma verdad, pero más detallada (vs. 5-1 0). No entra en el propósito

de esta discusión el considerar la importancia de un sacramento cuyo

objeto sea presentar la verdad de la muerte del creyente con Cristo. A

lo mejor eso no sería sino la sombra de la substancia. Lo que aquí se

describe no puede ser efectuado por ninguna ordenanza arreglada por

el hombre. El bautismo del Cristiano en Cristo no puede ser otra cosa

que el acto de Dios de colocarlo en Cristo (comp. Gá.3:27). Es

evidente que esto es un bautismo efectuado por el Espíritu en Su

cuerpo (1 Co.12: 13); porque en ningún otro sentido son todos

bautizados en Cristo Jesús. Estando unidos vitalmente y colocados

"en El" por el bautismo del Espíritu los que son salvos participan de

lo que El es y de lo que El ha hecho. El es la justicia de Dios, y la

Biblia enseña que ellos son "hechos justicia de Dios en El" (2

Co.5:21) y hechos aceptos en el Amado (Ef.l :6). Todo esto es cierto

porque ellos están "en EL" Así también, El ha hecho por ellos la

sustitución y lo que El ha hecho les es reconocido a ellos porque ellos

están "en El", o, en otras palabras, ellos son bautizados en Cristo.

El argumento en este pasaje de Romanos 6 está basado en la unión

vital por la que los cristianos están unidos a Cristo por ser bautizados

en Su Cuerpo: "¿No sabéis (o 'sois ignorantes' R. V.) que los que sois

bautizados en Jesucristo fuisteis bautizados en Su muerte? " Tan

seguro como los creyentes están en El", ellos participan del valor de

Su muerte." Así también lo afirma el pasaje: "Porque somos

sepultados juntamente con El para muerte" (comp. Co1.2: 12).

Entonces se declara que también los cristianos son participantes de

Su crucifixión (v. 6), muerte (v. 8), sepultura (v. 4) y resurrección

(vs. 4,5 y 8), y tan esencialmente como ellos participaron en esta

unión, así han sido crucificados, muertos, sepultados y resucitados.

El ser bautizados en Cristo Jesús es la substancia de lo que son los

atributos de la crucifixión, muerte, sepultura y resurrección

juntamente con El. Una es la causa, mientras los otros son los

efectos. La concordancia de todas estas cosas tienen por fin la

realización de un gran propósito, como sea, que "como Cristo

resucitó de entre los muertos para la gloria del Padre, así también

andemos en novedad de vida", o por un nuevo principio de vida.

Entonces, el "andar" de la vida cristiana es el objetivo divino. Cristo

DOCTRINAS RELACIONADAS 1113

murió en lugar del creyente. El juicio le correspondía sufrirlo al

creyente, pero Cristo vino a ser su sustituto. Así él es contado como

un coparticipante en todo lo que su sustituto hizo. Lo que El hizo

satisfizo para siempre las justas demandas de Dios contra "el hombre

viejo" y abrió el camino para un "andar" agradable a Dios (comp. 2

Co.5: 15). Según prosigue el pasaje, esta verdad de la co-participación

del creyente en Cristo se presenta otra vez y con mayores detalles:

"Porque si (o, como) fuimos plantados (rejuntados, unidos, crecidos

juntos; la palabra es usada una sola vez en el Nuevo Testamento)

juntamente con El en la semejanza (es decir, individualidad, comp.

Ro.8: 3; Fil. 2: 7) de Su muerte, así también lo seremos (ahora y

eternamente) en la de Su resurrección." El cristiano ya está unido a

Cristo por el bautismo del Espíritu (1 Co.l2: 13), que lo coloca

posicionalmente más allá del juicio del pecado y por eso él es libre

para entrar en la experiencia del poder eterno y victoria de la

resurrección. "Sabiendo esto (o, porque sabemos esto), que nuestro

viejo hombre fue crucificado juntamente con El (y por el mismo

propósito divino antes afirmado), para que el cuerpo del pecado sea

destruido (nuestro poder de expresión es a través del cuerpo. Este

bien conocido hecho es usado como figura con respecto a la

manifestación del pecado. El cuerpo no es destruido, sino el poder y

el medio de expresión del pecado pueden ser anulados (comp. v. 12),

a fin de que no sirvamos (ser esclavos de) más al pecado (esto es, al

hombre viejo). Porque el que es muerto (justificado, R. V.) ha sido

justificado del pecado (es decir, los que una vez han muerto al

pecado, como lo ha sido el creyente en Su Sustituto, ahora está libre

de sus demandas legales). Y si morimos con Cristo (o, siendo que

hemos muerto con Cristo), creemos que también viviremos con El

(no sólo en el cielo, sino también ahora). Hay tanta certidumbre para

vivir en El como la hay por haber muerto en El; sabiendo que Cristo

(porque nosotros sabemos, R. S. V.) habiendo resucitado de los

muertos, ya no muere; la muerte no se enseñoreará más de El (por

tanto, el cristiano es animado a creer cuanto le es concerniente).

Porque en cuanto murió, al pecado (es decir, a la naturaleza) murió

una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios vive (y de aquí que

el creyente es, puede vivir para Dios)." Tales hechos están registrados

en las Escrituras, concerniente al significado y valor de la muerte de

Cristo y la presente posición del cristiano en Su ilimitada gracia y

reto a entrar en la vida victoriosa. Hasta aquí en este pasaje nada ha

sido dicho tocante a alguna obligación humana, ni aun se ha hecho

referencia a obra humana alguna. Es toda la obra de Dios para los

hijos de Dios, realmente, y la conclusión de este gran pasaje es a

efecto de que él sepa que en el plan de Dios ya se ha provisto la

1114 NEUMATOLOGIA

liberación de la esclavitud del pecado. Basados en este conocimiento

de la Palabra respecto a todo lo que Dios ha hecho en Cristo, al

pasaje que consideramos sigue inmediatamente un mandato que

presenta la responsabilidad cristiana: "Así también vosotros

consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús,

Sefíor nuestro." No se le exhorta a reconocer que la naturaleza

pecaminosa está muerta, sino a reconocerse él mismo estar muerto a

ella.

Literalmente la muerte de Cristo destruyó el poder del "viejo

hombre" de modo que el creyente pueda no tener la disposición al

pecado? No, porque el pasaje sigue adelante para afirmar: "No reine,

pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal para que le obedezcáis en

sus concupiscencias." Entonces, evidentemente, el "viejo hombre"

quedará activo, si no es suficientemente controlado. La unión con

Cristo ha provisto la liberación posible; pero se ha de entrar a ella y

ser reclamada por un acto de como lo que expresan las palabras

"reconoced", "no reine", y palabras adicionales que siguen en el

pasaje: "sino someteos a Dios como vivos de los muertos, y vuestros

miembros a Dios como instrumentos de justicia; porque el pecado no

se ensefíoreará de vosotros (es decir, la naturaleza); porque no estáis

bajo la ley (que no provee poder para su cumplimiento), sino bajo la

gracia" (que proveyó para su cumplimiento el Sustituto suficiente y

la capacitación ilimitada del Espíritu de Dios). Se ha hecho toda

provisión. "No reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que le

obedezcáis en sus concupiscencias." ¿Quién es capaz de medir la

verdad contenida en la palabra que encabeza esta súplica - "por

tanto"? Se refiere a toda la empresa divina en la muerte de Cristo

por la cual el cristiano se ha unido a El a fin de que pueda recibir los

valores eternos de Su Crucifixión, muerte, sepultura y resurrección.

Todo esto fue ejecutado a su favor antes que naciera. "Por tanto, a

causa de todo esto que ahora es ejecutado y provisto para él, el

creyente tiene un incentivo ilimitado pata entrar en el plan y

propósito de Dios para su liberación. La fe, que cree que la victoria es

posible porque reconoce que el "viejo hombre" ha sido juzgado, es el

resultado normal de una revelación semejante. A los cristianos en

ninguna parte se les manda el repetir Su crucifixión, muerte,

sepultura y resurrección; pero son alentados por la revelación de lo

que ha sido hecho para que reconozcan los requerimientos divinos

para su liberación del "viejo hombre" y ser hallados perfectos y creer

que por esta causa, ahora ellos pueden andar en novedad de vida."

¿Habrá alguna Escritura que justifique la pretensión de algunos

cristianos de que ellos han muerto al pecado como una experiencia

personal? Algunos pasajes del Nuevo Testamento se refieren al

DOCTRINAS RELACIONADAS 1115

creyente como ya muertos. Ninguno de ellos, no obstante, señalan

una experiencia; se refieren más bien a una posición, a la que el

creyente ha sido traído por su unión con Jesu-Cristo en Su muerte de

cruz. "Porque si habéis muerto con Cristo" (Col.2: 20); "Porque

muertos sois" (R. V.), y vuestra vida está escondida con Cristo en

Dios" (Col.3: 3); "Con Cristo estoy juntamente crucificado" (Gá.

2: 20); "Lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz del Señor

Jesu-Cristo, por lo cual el mundo me es crucificado a mí y yo al

mundo" (Gá.6: 14); y "los que son de Cristo han crucificado la carne

con sus afectos" (Gá.5: 24). En el último pasaje, como en los demás,

se hace referencia a algo que ha sido efectuado en todos los que son

de Cristo. Por lo tanto, no se podría referir a alguna experiencia, el

resultado de una santidad especial o particular por parte de unos

pocos. Este pasaje, ya que se refiere a todos los creyentes, no puede

tener sino un solo significado: en su unión con Cristo la "carne con

sus afectos y concupiscencias" posicionalmente ha sido crucificada.

La palabra "crucificado" relacionada con los creyentes está siempre

en pretérito, lo que implica el hecho judicial y no una experiencia

espiritual. El creyente puede "mortificar", que significa reconocer

que está muerto; pero él nunca es llamado a crucificarse a sí mismo.

Aun mortificarse es posible únicamente por el poder capacitador del

Espíritu. "Mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne,

viviréis" (Ro.8: 13). En la. Escritura está plenamente establecido que

la crucifixión fue efectuada una vez por todas. En vista de esta básica

operación divina, se exhorta al hijo de Dios a "reconocerse, someterse,

mortificarse (contarse por muerto); quitar, no permitir, echar, tomar

toda la armadura de Dios; poner la mira en las cosas de arriba;

vestirse del nuevo hombre, que es renovado según la imagen del que

lo creo; negarse a sí mismo; estar en Cristo; pelear; correr la carrera;

andar en amor; andar en el Espíritu; andar en la luz; andar en

novedad de vida." Tal es la responsabilidad humana en cuanto a la

liberación que Dios ha provisto a través de la muerte de Su hijo, y

que ahora se propone perfeccionar por el Espíritu. Entonces, el

objetivo divino en todo lo que está escrito en Romanos 6: 1-1 O en un

"andar en novedad de vida." Por medio de Cristo Dios ha encarado

cada demanda de Su santidad para el creyente, todo el juicio contra

la naturaleza pecaminosa que El jamás podría demandar. Ahora para

el creyente se dice que tiene que entenderlo y creerlo. "Sabiendo

esto" o, "porque él sabe esto", él es justificado al creer que puede

"andar en novedad de vida" por medio del poder capacitador del

Espíritu. ¡Cuánto descanso, paz y victoria sería la parte de los hijos

de Dios si ellos supieran realmente que "el viejo hombre" fue

crucificado con Cristo y así, del lado divino les es hecho posible vivir

1116 NEUMATOLOGIA

en donde el poder del pecado y sus manifestaciones pueden ser

constantemente anulados!

Toda la exposición doctrinal concerniente a una posible liberación

de la servidumbre del pecado según se halla en Romanos 6:1-8:4, está

resumida y concluida en los dos últimos versículos del contexto

(6:3,4). En estos dos versículos siete factores que entran en la

revelación relativa a una posible victoria sobre el pecado y que han

sido el tema de todo lo que se ha dicho antes. Los siete factores son:

(1) "la ley" (8: 3) que aquí representa la perfecta voluntad de Dios,

porque no se limita a la ley de Moisés (comp. 6: 14; 7:4,25), la que

pasó como una regla de conducta (7: l-6; 2 Co.3:7-l8; Gá.3:24,25).

Antes bien, incluye aquello que el Espíritu produce en aquel que es

espiritual (8:4; Gá.5:22,23). Intentarlo, en la mera fuerza humana

para asegurar la perfecta justicia por medio de la obediencia a

cualesquiera preceptos, siempre terminará en fracaso. La gracia provee

el poder energético del Espíritu. (2) Siendo "débil por la carne"

(8: 3 ), o la completa incapacidad de los recursos humanos ante los

requerimientos espirituales (7: 14-23; Jn.15:5). (3) "El pecado en la

carne" (8:3), o aquello en la carne que es diferente a "debilidad";

aquí es lo opuesto al Espíritu (7: 14-23; Gá.S: 17). (4) Cristo vino "en

semejanza de carne de pecado" (8:3). El tomó el lugar del pecador en

una unión vital, al participar de la naturaleza humana no vino a ser

un pecador, ni a participar de la naturaleza pecaminosa (He.4: 15;

7:26). (5) "Y por el pecado, condenó (o, juzgó) el pecado en la

carne" (8:3). De este modo El afrontó toda la demanda de justicia de

Dios contra el "viejo hombre" (6: 10; 7:25). (6) "Para que la justicia

de la ley se cumpliera en nosotros" (8:4; 7:22 y 25), aunque nunca

cumplida por nosotros (6:4,14; 7:4,6). Es por tanto, "el fruto del

Espíritu" (8:4). Tal es la condición humana para un "andar"

victorioso. Tiene que ser efectuado por el Espíritu (6: 11-22). Se ha

hecho una completa provisión por medio del juicio divino de la carne

y del viejo hombre para la vida espiritual de cada cristiano, aun el

cumplimiento de toda la voluntad de Dios en él por medio del

Espíritu. Pero estas provisiones llegaron a ser efectivas sólo para

aquellos que "no andan según la carne, sino según el Espíritu." El

creyente tiene clara revelación e instrucción de parte de Dios, y es

peligroso descuidar o confundir, o fallar en la exacta responsabilidad

que a él se le encomienda.

II. PERFECCION

Estrechamente relacionada a la doctrina de la vida espiritual Y

especialmente la muerte de Cristo como parte de ella, son las dos

DOCTRINAS RELACIONADAS 1117

doctrinas afines de la perfección y la santificación. Aquí es necesario

hacer una breve referencia a cada una de ellas.

En la Palabra de Dios la perfección es presentada bajo siete

aspectos: ( 1) El uso de la palabra en el Nuevo Testamento aplicada a

personas. Esta palabra en el Nuevo Testamento tiene el significado de

"sincero" y "recto." Noé fue "perfecto" (Gn.6:9); Job fue

"perfecto" (Job 1: 1,8); a Israel, al evitar los pecados de las naciones

gentiles, se le pidió "ser perfecto" (Dt.37:37); así también la orden

de los santos del Antiguo Testamento aparecerá como "el espíritu de

los justos hechos perfectos" (He.l2: 23 ). La Biblia no enseña que

tales personas fueran impecables.

(2) Perfección posicional con Cristo. "Porque con una sola ofrenda

hizo perfectos para siempre a los santificados" (He.l 0: 14 ), es decir,

los que han sido apartados para Dios por su salvación. El alcance y

fuerza de este mensaje se verá más claramente si la palabra salvos se

sustituye por la palabra santificados. Claramente este es un versículo

sobre la perfección de la obra de Cristo a favor del creyente, y así no

debe relacionarse con la vida diaria del cristiano.

(3) Madurez y entendimiento espiritual. "Sin embargo, hablamos

sabiduría entre los que han alcanzado madurez" (1 Co.2:6; comp.

12: 20; y 2 Co.l3: 11 ; Fil.3: 15; 2 Ti.3: 1 7 ).

( 4) Perfección progresiva. · "¿Tan necios sois? ¿Habiendo

principiado por el Espíritu ahora vais a acabar (o, a ser hechos

perfectos) por la carne? "(Gá.3:3).

(5) Perfección en algo en particular. (a) En la voluntad de Dios:

". . . que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios

quiere" (Col.4: 12). (b) En imitar un aspecto de la plenitud de Dios:

"Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre que está en los

cielos es perfecto" (Mt.5:48). El contexto es del amor del Padre por

Sus enemigos y así el mandato es a efecto de que este aspecto de la

bondad del Padre sea perfeccionado. (e) En servicio: "Os haga aptos

(perfectos) en toda buena obra" (He.l3:21). (d) En paciencia: "Mas

tenga la paciencia perfecta su obra para que seáis perfectos (o,

maduros) y cabales, sin que os falte cosa alguna" (Stg.l :4).

(6) El final de la perfección del individuo en el cielo. "A quien

anunciamos, amonestando a todo hombre y enseñando a todo

hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús

a todo hombre" (Col.l :22; Fil.3: 12; 1 Tes.3: 13; 1 P. 5: 10).

(7) La final perfección de la integración de los creyentes en el

cielo. "Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del

conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la

estatura de la plenitud de Cristo" (Ef.4: 13; y 5:27; J n.l7: 24;

Ap.14:5).

El nombre perfección como se encuentra en el Nuevo Testamento

1118 NEUMATOLOGIA

es una traducción de las raíces griegas, Té'Xewc;, que significa maduro

y K.aTapTÍtw, que significa ajustar. Y es obvio que ninguna de estas

palabras, consideradas etimológicamente, tiene referencia alguna a

impecabilidad. Estos hechos deben estimarse más cuidadosamente

por quienes hayan procurado formar una doctrina sobre la palabra

perfecto, cuando por esa palabra se implica la incapacidad de pecar.

111. SANTIFICACION

Una vez más, la doctrina no debe hacérsela exceder a lo que es

propiamente expresado por el uso bíblico de su palabra fundamental,

santidad. Para descubrir el alcance completo y significado de esta

palabra es necesario incluir todos los pasajes del Antiguo y Nuevo

Testamento, en donde se usa, y agregar a éstos así mismo, todos los

pasajes en donde se usan las palabras santo y sagrado, ya que estas

tres palabras ordinariamente son traducciones de la misma raíz, tanto

en hebreo como en griego. El significado básico de santificar, santo y

sagrado es tal que una persona o una cosa por medio de ella se dice

que son apartadas, o clasificadas ordinariamente como pertenecientes

a Dios. Aunque estas palabras y la verdad que expresan se hallan a

través de toda la Biblia, ahora la discusión tiene que ver sólo con ése

aspecto de la enseñanza que se aplica al hijo de Dios bajo la gracia.

Aquí se encontrará que los creyentes son objeto de una triple

santificación.

Primero. Santificación posicional. "Pero de El sois vosotros en

Cristo Jesús, quien ha sido hecho para nosotros por

Dios ... santificación" ( 1 Co. 1: 30); "Por el cual somos santificados

por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una sola vez" (He.

1 0: 1 0). De este modo, también, el Apostol se dirige a todos los

creyentes como santos y como santificados ya, y en las Escrituras se

hace referencia a los "santos profetas, santos hermanos, sacerdocio

santo, santas mujeres, una nación santa". Lo son así por su posición

en Cristo. Pablo se dirigió aun a los creyentes de Corinto como a

santos y como a ya santificados (1 Co. 1 :2; y 6:11 ); aun su misma

carta a los Corintios fue escrita para corregir a los creyentes a causa

del pecado (1 Co. 5:1, 2; 6:1, 7, 8). Ellos eran santos y santificados

en Cristo, pero estaban lejos de ser tales en la vida diaria.

Segundo. Santificación experimental. Este segundo aspecto de la

obra de santificación de Dios a favor del creyente es progresiva en

algunos de sus aspectos estando así casi en contraste con la

Santificación posicional "hecha una sola vez". Esta es realizada por el

poder de Dios por medio del Espíritu y por la Palabra: "Santifícalos

DOCTRINAS RELACIONADAS 1119

en tu verdad; tu palabra es la verdad" (Jn. 17: 17; vea también 2 Co.

3: 18; Ef. 5:25, 26; 1 Tes. 5:23; 2 P. 3: 18). La santificación progresa

de acuerdo a varias relaciones. (1) En relación al sometimiento del

creyente a Dios. En virtud de presentar su cuerpo como un sacrificio

vivo, el hijo de Dios es por ello apartado para Dios, y así es

santificado experimentalmente. La presentación puede ser absoluta y

así no admite progresión, o puede ser parcial y entonces requiere un

desarrollo posterior. En ambos casos es una obra de santificación

experimental. (2). En relación al pecado. El hijo de Dios puede

encomendarse a El en cada condición de la verdadera espiritualidad al

experimentar toda la liberación provista y la victoria del poder del

pecado o, por otra parte, el puede no estar experimentando sino una

liberación parcial del poder del pecado. En ambos casos él es

apartado y así santificado experimentalmente. (3) En relación al

crecimiento cristiano. Este aspecto de santificación experimental es

progresivo en cada caso. Por tanto, en ningún modo debe confundirse

con una rendición incompleta a Dios, o victoria incompleta sobre el

pecado. Significa que el conocimiento de la verdad, la devoción y la

experiencia cristiana están naturalmente sujetas a su desarrollo. De

acuerdo a su estado presente de desarrollo como cristianos los

creyentes son apartados para Dios. Ese desarrollo debería avanzar

con cada día que pasa. Y así una vez más el cristiano está sujeto a

una progresiva santificación experimental.

Tercero. Santificación final. Aun la santificación experimental será

perfeccionada cuando los santos sean reunidos ante la presencia del

Salvador en gloria: "Cuando El apareciere seremos semejantes a El

porque le veremos como El es" y "hechos conformes a la imagen de

Su hijo" (1 Jn. 3:2; Ro. 8:29).

Entonces, la enseí'íanza bíblica con respecto a la santificación es:

( 1) que todos los creyentes son santificados posicionalmente en

Cristo Jesús "una vez para siempre" en el momento de ser salvos.

Esta santificación es tan perfecta como El es perfecto. (2) Todos los

creyentes están siendo santificados por el poder de Dios por medio

de la Palabra, y esta santificación es tan perfecta como lo es el

creyente. (3) Todos los creyentes serán santificados y perfeccionados

en gloria a la misma imagen del Hijo de Dios. Por tanto, la Biblia no

enseí'ía que ningún hijo de Dios sea enteramente santificado

experimentalmente en la vida diaria antes de aquella final

consumación de todas las cosas.

IV. LA ENSEÑANZA DE LA ERRADICACION

Que hay una naturaleza pecaminosa en el cristiano que Dios

1120 NEUMATOLOGIA

reconoce como tal y por la que El ha hecho completa provisión a fin

de poderla tratar de manera satisfactoria a Su infinita santidad, es

una aparente y solemne verdad que la revelación descubre, y con la

que cada real y verdadera experiencia necesariamente debe estar en

armonía. La revelación es igualmente tan explícita con respecto

al plan divino que hay que seguir para la santificación, como en

relación a las provisiones divinas que han de emplearse para que esta

naturaleza pueda ser conducida al lugar de control que Dios le ha

designado. Por otra parte, el racionalismo, en forma velada y piadosa

y haciéndose pasar por superespiritual ha propagado una doctrina o

teoría respecto a la disposición de la naturaleza pecaminosa. Ninguna

Escritura, interpretada correctamente, enseña esta teoría racionalista,

y ninguna experiencia humana jamás se ha conformado

verdaderamente a ella. El tema entero es metafísico en grado

avanzado y en su consideración la opinión humana, o supuesta

experiencia, no puede probar ni establecer nada. Es el testimonio

claro y directo y la instrucción que se encuentran en el Nuevo

Testamento los que deben aceptarse. La teoría supone que es el

propósito de Dios erradicar la naturaleza pecaminosa y es esto lo que

cada creyente debe buscar. De aquí que muchas ideas y raros

requerimientos extraños a las Escrituras se han introducido. Las

verdades y las doctrinas son distorsionadas y carentes de base

enteramente a fin de sostener una infundada noción humana. Esta

crítica no es meramente la opinión de una persona enfilada contra la

opinión de otra persona. Pero los que enseñan la erradicación de la

vieja naturaleza no la pueden basar, y por lo tanto, no se apoyan en

la Palabra de Dios. Ellos no sólo ignoran la enseñanza de la Escritura

de que la naturaleza pecaminosa permanece con su poder activo, a

pesar del hecho que ya ha sido juzgada en lugar del creyente por

Cristo en Su muerte, así mismo ignoran la gran cantidad de pasajes

que se dirigen al creyente para obtener una constante liberación

mediante el poder del Espíritu morador. En efecto, si la erradicación

fuera el método divino para tratar con la naturaleza caída,

prácticamente no hay necesidad de la obra presente del Espíritu

Santo. Así toda esta obra divina perjudica la teoría, mientras que la

teoría en sí es peligrosa para las almas sinceras. Siendo que no tiene

base bíblica en qué apoyarse, esta teoría es afirmada de tantas

maneras como maestros que la promueven. La presente discusión

puede tener que ver solamente con los principios incluidos que de allí

han de derivarse. Una sincera determinación que ha de ser agradable a

Dios sin duda induce a muchos a promover la idea de la erradicación;

sin embargo, la doctrina Bíblica de una incesante victoria por el

poder del Espíritu Santo en respuesta a una definida dependencia del

DOCTRINAS RELACIONADAS 1121

Espíritu, es diametralmente opuesta y contraria a la idea de la

erradicación. Si una es la verdad la otra no puede seria. La

consideración de algunos aspectos involucrados pueden servir para

hacer conclusivos estos acertos de la crítica.

Primero, la erradicación no es el método divino de tratar con estos

tres grandes enemigos. Como se ha indicado antes, ellos son el

mundo, la carne y el diablo. Nadie jamás ha indicado un plan para

librarse de la influencia del mundo que pueda conseguir erradicar al

mundo. Tan cierto es que la carne en su más extenso campo de

acción y realidad, que incluye la naturaleza pecaminosa, nunca se

dice que ha de ser erradicada, pero definidamente se dice que hay

que ponerla en sujeción por el Espíritu cuando a El se le encomienda

el andar cotidiano (Gá. 5: 16, 17). Ni tampoco persona alguna jamás

ha sido relevada de la influencia satánica por la erradicación de Satán.

¿Por qué, entonces, y con cuál gran ventaja para sí misma al quedar

sola, sería la erradicación de la naturaleza pecaminosa, que es sólo

una parte integral de estos poderosos enemigos, ninguno de los cuales

jamás puede ser erradicado?

Segundo, la erradicación no es acorde con la experiencia humana.

Aunque algunos atrevidamente proclaman la erradicación de su

pecado innato, pocos han demostrado una vida inmaculada muy

exitosa. El ácido de la prueba de esta presunción se haría si un

hombre y una mujer que creyeran que ellos mismos (y sobre las

mejores evidencias conocidas de semejante pretensión) han tenido la

experiencia de la erradicación, se casaron y tuvieron hijos, ¿nacerían

éstos sin pecado original? No, y simplemente por el hecho de que de

ninguno de los padres ha sido quitada la naturaleza pecaminosa, a

pesar de la suposición de ellos. Algunos han alegado que la

erradicación los regresó al estado de inocencia de la que cayó Adán;

pero ese estado, si alguna vez se lograra, no se mantendría por un

momento "bajo las presentes tensiones de la vida". El primer error

necesariamente regresaría al supuesto inmaculado al estado de caído.

No obstante, la Escritura nada sabe de otra caída de parte de un ser

humano aparte de los primeros padres, pero afirma que la redención

se ha efectuado para todos y que se ha asegurado un camino de

liberación de la naturaleza caída heredada para los hijos de Dios por

medio de la muerte de Cristo y por el poder del Espíritu Santo.

Tercero, la erradicación desconoce la gran verdad que presenta la

obra vencedora del Espíritu Santo en el creyente y el aspecto más

profundo de la muerte de Cristo que sirve de base a toda liberación.

Esa muerte al pecado que es posicional y que incluye a todo

creyente, por otra parte, se interpreta como que fuera experimental y

limitada a unos pocos que han alegado un estado del que nada

1122 NEUMATOLOGIA

conoce el Nuevo Testamento. No obstante, todo lo que Dios ha

efectuado es con el fin de que el creyente pueda "andar" sobre un

nuevo principio de vida (Ro. 6:4). La responsabilidad humana en este

andar es quitada, realmente, de lo que sería si por casualidad la

naturaleza pecaminosa fuera efectivamente quitada. En tales

circunstancias no se podría hallar lugar para las palabras, "reconoced,

someteos, no reine el pecado, quitad, haced morir, o habite". No es

tanto reconocer que la naturaleza está muerta como que el creyente

está muerto a ella.

Cuarto, la erradicación magnifica la experiencia humana al punto

que ellos descuidan cualquier revelación que no concuerda con su

experiencia. ¿De qué valor es la revelación, piensa alguien, cuando

uno ha tenido una experiencia, especialmente si ésta revelación

tiende a corregir o a contradecir la experiencia?

Quinto, el Nuevo Testamento advierte especialmente contra el

error de la erradicación En 1 Jn. 1:8 se dice: "Si decimos que no

tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no

está en nosotros". Aquí se hace referencia a una naturaleza

pecaminosa, mientras en el versículo 1 O se refiere al pecado que es

fruto de la mala naturaleza. El decir como una suposición que uno no

tiene una naturaleza pecaminosa puede ser debido a un auto-engaño;

sin embargo, a quien tal cosa afirma se le declara: "La verdad no está

en él". El reclamo básico de la erradicación se afirma bien sobre las

palabras: "No puedo pecar porque mi naturaleza pecaminosa está

erradicada", mientras que el testimonio del que sigue la provisión y la

norma divinas es: "A causa de la muerte de Cristo y el poder

inmediato del Espíritu yo puedo no pecar". Las dos teorías,

entonces, no pueden reconciliarse. Porque los creyentes, de acuerdo

con una teoría racionalista han de ser relevados de la tensión por una

abrupta remoción de la disposición a pecar, remoción que termina

con todo conflicto futuro con la naturaleza pecaminosa, y exalta a

los beneficiados al supuesto nivel elevado de existencia a donde la

Palabra de Dios no se aplica a ellos con respecto a la liberación por el

Espíritu Santo a través de la muerte de Cristo. Por otro lado, el

Nuevo Testamento enseña una perfecta victoria sobre todo mal (el

mundo, la carne con todos los aspectos que la integran, y el diablo),

por el poder constante y capacitador del Espíritu Santo. Ni aun hay

lugar para discusión en cuanto a determinar cuál de estas dos

proposiciones es lo que la Biblia enseña.

CONCLUSION

Entonces, la tercera condición por la cual uno puede ser espiritual

DOCTRINAS RELACIONADAS 1123

es una definida confianza en el Espíritu, que significa "un andar en el

Espíritu". Una confianza tal en el Espíritu es imperativa por causa

del imposible (hablando humanamente) llamamiento celestial, el

poder anti-espiritual del mundo, el poder opuesto de Satán, y la

continua presencia de la "carne" con su naturaleza adámica. El hijo

de Dios no puede hoy afrontar aspectos del mañana. El andar es algo

que se efectúa paso a paso y esto demanda una apropiación constante

del poder de Dios. La vida cristiana jamás es semejante a una

ascensión en la que uno puede subir espiritualmente sobre el nivel

terrenal una vez por todas y no tener problemas o tentaciones aquí

de nuevo. Es más bien un "andar, una carrera, una lucha". Todo esto

habla de continuación. La buena batalla de la fe es la de una actitud

continua de confianza en el Espíritu. Para los que así caminan con

Dios, está abierta una puerta a la "comunión con el Padre y con Su

Hijo Jesucristo", y a una vida fructífera y de servicio con cada

manifestación de poder espiritual para la gloria de Dios. Entonces,

¿qué es la espiritualidad? Es la manifestación no obstaculizada del

Espíritu morador. En todo son siete aspectos de manifestación.

Todas estas benditas realidades son provistas con la presencia y poder

del Espíritu y serán producidas normalmente por el Espíritu en el

cristiano que no lo está contristando, sino que confiesa todo pecado

conocido, y que está andando en el Espíritu con una actitud de

dependencia de Su poder solamente (Gá. 5:22, 23). El tal es

espiritual porque está lleno del Espíritu. El Espíritu tiene libertad

para cumplir en él todo el propósito y deseo de Dios para su vida. No

hay nada, en la vida diaria y en el servicio, que desear más allá de

esto. "Gracias a Dios que nos da la victoria por medio de nuestro

Señor Jesucristo".

"Nuestro amado y bendito Redentor

En Su postrera y tierna despedida

Para estar con nosotros de por vida

Nos dio un guía y fiel Consolador ...

Y todas las virtudes de su gente

Y cada victoria aquí obtenida,

La santidad que ya en su mente anida,

Son suyas solamente".

CAPITULO XVII

UNA ANALOGIA

Aunque dentro del aspecto positivo de la vida espiritual se puede

trazar una comparación entre aquellas cosas que son donadas o

impartidas al ser salvados y la manifestación del Espíritu en la vida

diaria del cristiano lleno del Espíritu, hay también varios aspectos

bien definidos de comparación que sugieren una analogía entre

liberación de la penalidad del pecado de los que están sin Cristo y la

liberación del poder del pecado, por parte de aquellos creyentes que

se acomodan a las condiciones que gobiernan la vida espiritual. Sin

lugar a dudas, los beneficios positivos recibidos cuando Dios salva son

de importancia primaria; aun la analogía que ahora perseguimos,

como se sugiere atrás, contempla nada menos que dos formas de

salvación -la una de la penalidad, y la otra del poder del pecado.

Quizá sea necesario señalar el hecho de la servidumbre del pecado

como una distinta forma de salvación. Como se esperaría de la carta a

los Romanos, epístola que declara el aspecto completo de la

salvación, tanto de la penalidad como del poder del pecado hacia la

absoluta seguridad eterna, allí aparece en la misma estructura

principal del libro, esta diferenciación entre salvación de la penalidad

del pecado para perdón, justicia imputada, y justificación a través de

la muerte de Cristo (Ro. 1: 1-5:21) por una parte, y salvación del

poder del pecado, hacia la santificación, la posicional y la

experimental, hecha posible por la muerte de Cristo (Ro. 6: 1-8:27)

por otra parte. Esta misma estructura de la parte doctrinal de la

epístola a los Romanos servirá para ehfatizar la fuerza de la

quíntuple analogía que sigue.

l. EL ESTADO DE PERDICION

La Palabra de Dios presenta una amplia descripción del estado de

todos los inconversos en su necesidad de salvación de la culpa y

penalidad del pecado. De ellos se dice que están "perdidos",

condenados y (espiritualmente) "muertos"; "no hay justo ni aún

uno"; "todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios".

Pero detrás de todo esto está la revelación de que en ellos mismos

están desamparados y sin poder para alterar o mejorar su condición.

1124

UNA ANALOGIA 1125

Su única esperanza está en depender enteramente de Otro por Su

poder y gracia salvadora. "Cree en el Sefior Jesucristo y serás

salvo ... "

- De la misma manera, las Escrituras revelan el estado de los

regenerados en relación al poder de la naturaleza pecaminosa en

cuanto a su impotencia y desamparo: "Yo se que en mí (es decir en

mi carne) no mora el bien"; "así que queriendo yo hacer el bien,

hallo esta ley: que el mal está en mi". La esperanza del hijo de Dios

en su salvación del poder del pecado también está unida a una

completa dependencia del poder y la gracia de Cristo. "Porque la ley

del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del

pecado y de la muerte"; "Hijitos, vosotros sois de Dios, y lo habéis

vencido; porque mayor es el que está en vosotros que el que está en

el mundo"; "Si andáis en el Espíritu, no satisfaréis la concupiscencia

de la carne".

11. EL OBJETIVO E IDEAL DIVINOS

Existe el mayor de los contrastes entre el estado del inconverso y

el estado de la misma persona después de ser salvado. Sólo la

eternidad puede medir esta transformación. Para él el perdón es

infinitamente perfecto, a tal grado de purificación que califica al hijo

de Dios como libre para siempre aun de la sombra de pecado en la

presencia de Dios; así mismo, le da el derecho de ser hijo de Dios en

verdad y eternamente, la justicia divina que le es imputada, la

perfección una vez para siempre, la justificación sin un proceso, la

recepción de la verdadera 7rA.f7pwJJ.a o llenura de la Deidad por la que

El se va conformando a la misma "imagen del Gran Hijo", por no

mencionar sino unas pocas bendiciones de la posición en Cristo.

No menos que con un perfecto ideal divino a la vista, el cristiano

es llamado a un elevado modo de vida celestial y de victoria, por la

muerte de Cristo a la naturaleza de pecado y del poder capacitador

ilimitado del Espíritu Santo. Al creyente se le ruega a "andar como

es digno de su gloriosa posición que le pertenece mediante la gracia y

poder infinitos. Se le "reta a andar en la luz".

111. EL DON DE DIOS

La salvación debe ser de Dios solamente, porque cada aspecto de

ella está más allá del poder y la fuerza humanos. De los muchos

grandes milagros que, tomados en conjunto, constituyen la salvación

de la culpa· y la pena del pecado, ninguno de ellos podría aun

entenderse, menos el ser ejecutados por el hombre. (El evangelio de

1126 NEUMATOLOGIA

Cristo) "Es el poder de Dios para salvación ... ; para que El sea el

Justo y el que justifica al que cree".

De la misma manera es cierto que el creyente es incapaz de librarse

a sí mismo del poder del pecado. Solo Dios puede hacerlo, y El se

propone hacerlo de acuerdo a Su revelación contenida en Su Palabra.

No hay poder en el hombre cualquiera que sea, para.librarlo del

mundo, la carne y el diablo. "Si andáis en el Espíritu, no satisfaréis la

concupiscencia de la carne"; "Dios es el que obra en vosotros así el

querer como el hacer por Su buena voluntad"; "La ley del Espíritu

de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pe(;ado y de la

muerte"; "Finalmente, hermanos, confortaos en el Señor y en el

poder de Su fortaleza"; "Quién me librará ... ? ¡Gracias a Dios por

Jesucristo, Señor nuestro! "

IV. LA OBRA DE LA CRUZ

Si el pecador estuviera desamparado y Dios tuviera que juzgarlo

directamente por sus pecados, ninguno podría ser salvo. Es sólo

porque Dios ya ha juzgado la vida del pecador en un Sustituto que El

puede salvarlo de los juicios consumidores; ciertamente, siendo que

esa sustitución fue perfecta y completa, el creyente ahora es salvo de

todo castigo o pena, así como para una infinita perfección en Cristo.

Una salvación satisfactoria tanto para el amor de Dios por aquel a

quien salva como glorifica a Dios para siempre. Siendo que no queda

ningún obstáculo moral para impedir al amor divino de su máxima

expresión, Dios procede a ejecutar todo lo que El puede hacer de

manera infinita -El hace que el salvo llegue a ser semejante a

Jesucristo, Su Hijo. Una maravilla de la gracia divina como ésta no

puede efectuarla Dios sobre otra base que no sea la sustitución que

Cristo ha efectuado. También es esencial que el pecador tenga

conocimiento de la base sobre la que él es salvado. Entonces él debe

venir voluntaria e inteligentemente a Die~s por medio del Salvador

propuesto. Por la muerte de Su Hijo, Dios queda en libertad para

salvar al primero de los pecadores, por ejemplo, para transformarlo a

Su semejanza, recto y puro. En semejante caso, para el cristiano no

habría salvación del poder del pecado si Dios primero no hubiera

juzgado a la carne con su naturaleza pecaminosa, con su "hombre

viejo". Ciertamente, la condición del creyente sería sin esperanza si

Cristo primero no hubiera juzgado así la naturaleza pecaminosa.

Como en el caso de la pena por el pecado, la obra del juicio sobre la

cruz se efectúa ahora y Dios es hecho propicio tanto hacia los

pecadores como para los santos. El hombre viejo fue juzgado en una

crucifixión, una muerte y una sepultura juntamente con Cristo.

UNA ANALOGIA 1127

" ... Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con

El". Siendo que Cristo ha muerto a la naturaleza de pecado,

perfeccionando todos los juicios divinos en contra de ella, ahora Dios

está en infinita libertad para controlar la carne y su naturaleza de

pecado, a fin de que pueda llevar a cabo la liberación de los santos de

la esclavitud del pecado. Todo esto ha de ser reconocido por el

creyente, que es cierto, y que lo es sobre la base aceptada del juicio

de Cristo en lugar del "hombre viejo", sometiéndose él mismo a Dios.

V. EL LUGAR DE LA FE

Siendo que la salvación es siempre y únicamente una obra de Dios,

la única relación que el hombre puede tener con ella es la de

esperanza en El que puede sólo sobrellevarla y ejecutarla. La

salvación de la culpa y la pena del pecado para el inconverso se

efectúa en el mismo momento que él cree. Está condicionado a un

solo acto de fe. Los hombres no son salvos o permanecen salvos de

las consecuencias de los pecados porque ellos continúen en su fe. La

fe salvadora relacionada con este primer aspecto de la salvación, es

una transacción completa. "Porque de tal manera amó Dios al

mundo, que Dio a Su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en El

crea no se pierda, más tenga vida eterna" (Jn. 3: 16). "De cierto, de

cierto os digo, el que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene

vida eterna y no vendrá a condenación, más pasó de muerte a vida"

(Jn. 5:24). Cree en el Señ.or Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa"

(Hch. 16:31).

La salvación para la santidad de la vida diaria es igualmente una

obra de Dios, y la única relación que el hijo de Dios puede sostener

con ella es una de expectación hacia Aquél que solo es capaz. Habrá

también un ajuste de la vida y de la voluntad a Dios, y esta salvación

debe entonces, ser invocada por fe; pero en este caso todavía es una

actitud de fe. Los creyentes son salvos del poder del pecado al creer.

El que ha sido justificado por un acto de fe puede de ahora en

adelante vivir por fe. Hay una multitud de pecadores por quienes ha

muerto Cristo que todavía no son salvos. Por el lado divino, ha sido

provista cada cosa y ellos sólo tienen que entrar por fe a Su gracia

salvadora, y para ellos es asequible en Cristo Jesús. También, del

mismo modo, hay una multitud de santos cuya naturaleza

pecaminosa ha sido juzgada perfectamente y se ha hecho toda

provisión por parte de Dios para una vida de victoria y de gloria para

Dios, los cuales actualmente no están viviendo la vida victoriosa.

Ellos sólo tienen que entrar por fe en dicha vida victoriosa que puede

lograrse para la liberación del poder y del dominio del pecado. Este

1128 NEUMATOLOGIA

paso los introducirá a la realidad de "un andar, una carrera, una

lucha". Todo esto significa una actitud constante. Se pide a los

cristianos "pelear la buena batalla de la fe". Los pecadores no son

salvados mientras no confíen en el Salvador, y los creyentes no son

vencedores hasta que confíen en el libertador del poder reinante del

pecado. Dios ha hecho posible este rescate a través de la cruz de Su

Hijo. La salvación del poder del pecado debe reclamarse por fe.

Discutiendo este quinto aspecto de la analogía el Obispo H. C. G.

Moule de Durham, Inglaterra, escribe:

El primer caso es en su naturaleza uno y singular: una admisión, una

incorporación. El segundo es en su naturaleza, progresivo y de desarrollo:

adelantándonos con la ocasión, el descubrimiento de la grandeza de los recursos

de Cristo para la vida. El último puede, no debe, así incluir una gran crisis en la

conciencia, un acto espiritual particular. Es mucho más seguro incluir muchos

puntos iniciales, desarrollos críticos, avances notables. El acto de sometimiento

de fe al poder de Cristo para la limpieza interior de la voluntad y los afectos

puede ser, y a menudo realmente lo es, como si fuera una nueva conversión, un

nuevo "llamamiento efectivo". Pero es seguro, si el hombre se conoce a sí mismo

a la luz de Cristo, que ha de ser seguido por hechos y reiteraciones hasta el fin;

no un mero regreso a y principios desde el antiguo nivel (ciertamente no es el

plan de Dios que tuviera que ser así), sino un definido desarrollo debido al nuevo

descubrimiento de la necesidad personal y del pecado, y de más de las

correspondientes "riquezas en Cristo". Con cada adelanto tal, la sagrada promesa

de la llenura del Espíritu se recibirá con una santa y feliz realización. Outlines of

Christian Doctrine, 2a. Ed. Rev. pág. 199.

El Espíritu, cuando salva del poder reinante del pecado, no

despoja de su personalidad al individuo. Meramente toma posesión de

las facultades y poderes del individuo. Es el poder de Dios actuando a

través de las facultades humanas de la voluntad, emociones, deseos y

disposición. La experiencia del creyente que está siendo investido de

poder es sólo la de ser consciente de su propio poder de elección, sus

propios sentimientos, deseos, y disposición como relacionados

consigo mismo. La fuerza que él posee, no 6bstante, es "en el Señor y

en el poder de Su fortaleza".

CONCLUSION

Por el hecho de que hasta aquí esta discusión ha tenido que ver

con la teoría o doctrina de la vida espiritual, la adición de unas pocas

sugerencias prácticas pueden no estar de más. Siendo que una vida en

el poder del Espíritu depende de una actitud continua de

UNA ANALOGIA 1129

reconocimiento y de apropiación es importante para la mayoría de

cristianos el tener un tiempo de trato definido con Dios en el que

puedan examinar sus corazones en cuanto al asunto del pecado y su

necesidad de consagración, y en el que puedan conocer tanto su

insuficiencia como su suficiencia según lo revela el Espíritu. Entonces

en ese tiempo particular, ellos pueden reclamar Su poder y fortaleza

que suplante su debilidad. La Biblia no formula reglas en cuanto a

tiempo o condiciones. Es un caso del hijo individual, en todos los

aspectos de su exclusiva personalidad, tratando con su Padre.

La espiritualidad no es un ideal futuro; es para experimentarse

ahora mismo. La cuestión vital es, "¿Estoy andando en el Espíritu

ahora? " La respuesta a esta pregunta no dependerá de la presencia o

ausencia de alguna manifestación rara de lo sobrenatural. Mucho de

la vida de cada uno será vivida no de modo eventual, sino en la vida

ordinaria; pero aún allí el creyente tendría convicción de que él anda

en rectitud delante de Dios y en su compañía ininterrumpida.

"Amados, si nuestro corazón no nos reprende tenemos confianza en

Dios" (l Jn. 3:21). Así mismo, el hijo de Dios no confundiría el

agotamiento nervioso, la debilidad física o la depresión, con la falta

de espiritualidad. Muchas veces dormir es más necesario que orar, y la

recreación física, que el escudriñar el corazón.

Hay que recordar también que sus provisiones son siempre

perfectas, pero la forma de allegarse los cristianos a dichas

provisiones a menudo es imperfecta. No hay duda que hay demasiada

charlatanería con referencia a las actitudes y acciones humanas en

relación con Dios, como si ellas fueran absolutas, de tales cosas como

consagración absoluta, absoluta rendición y absoluta devoción. Si

hay- condiciones bien definidas sobre las que el creyente puede llegar

a ser espiritual, permítasele recordar que, desde el punto de vista del

infinito Dios, su condescendencia con esas condiciones a menudo son

imperfectas, pero los ajustes de los cristianos son humanos y por lo

tanto ordinariamente sujetos a mejoramiento. No obstante, el hecho

de la posible liberación del cristiano que depende sólo del Espíritu

Santo, no cambia. El hijo de Dios tendrá tanto en cualquier tiempo

cuanto él lo haga posible al Espíritu el otorgárselo.

Normalmente el cristiano espiritual estará ocupado en servicio

efectivo para su Señor. Esto, sin embargo, no es. una regla. Los

cristianos sólo necesitan tener el cuidado de estar rendidos y estar

listos para hacer cualquier cosa que El quiera elegir. "Descansar en el

Señor" es una de las victorias esenciales en una vida espiritual.

"Venid vosotros aparte ... y reposad un poco". Un hijo de Dios es

tan espiritual cuando está descansando, orando, durmiendo, o

incapacitado, si esa es la voluntad del Señor para con él, como

cuando está sirviendo.

1130 NEUMATOLOGIA

La vida espiritual no es pasiva. Muy a menudo es así mal juzgado

por el hecho de que uno, para ser espiritual, ha de cesar de todo

esfuerzo propio con respecto a logros espirituales y aprender a vivir

y servir por el poder que Dios ha provisto. La verdadera

espiritualidad poco sabe de quietismo. Por el contrario, es una vida

mucho más activa, abundante y vital, porque es vigorizada por el

ilimitado poder de Dios. Los cristianos llenos del Espíritu están casi

listos para quedar exhaustos físicamente al fin de cada día. Están

fatigados en el trabajo, pero no fatigados de el trabajo.

La vida llena del Espíritu nunca está libre de tentaciones; pero

"Dios es fiel que rto os dejará ser tentados más de lo que podáis

llevar; antes os d: · juntamente con la tentación la salida para que

podáis aguantar. La ensefianza clara de esta promesa, en armonía con

toda la Escritura sobre el referido tema, es que las tentaciones como

los fenómenos que le son "comunes al hombre" atacan a todos los

cristianos, pero que, además, hay un camino de escape divinamente

provisto. El hijo de Dios no tiene que someterse a la tentación.

Siempre hay la posibilidad de pecar, mas nunca la necesidad de

hacerlo. Bien se ha dicho que los creyentes son honrados con la lucha

en las trincheras del frente de combate. Allí es donde se siente la más

fiera presión del enemigo. Pero ellos también tienen el privilegio de

testificar de la aplastante derrota del enemigo. ¡Tan abundante es el

poder de Dios! Y así el creyente espiritual es altamente honrado. El

vivir de irrealidades es un impedimento para la espiritualidad.

Cualquier cosa que· sepa a una 'pose religiosa' es dafiina. En un

sentido muy particular, el que ha sido cambiado de lo natural a lo

espiritual algunas veces necesita cambiar de nuevo a la naturalidad

-es decir, a una naturalidad de maneras y de vida, por supuesto. La

verdadera vida espiritual presenta una latitud suficiente que permite

al creyente estar muy cerca a toda clase de gente que nunca lo

separan de Dios. La espiritualidad evita el pecado, pero nunca

impedirá la amistad y la confianza de los pecadores (Le. 15: l ).

¿Quién puede mirar mejor los fracasos de otros más que uno que

tiene una visión espiritual? Y a causa de esto, ¿quién necesita más

del poder divino para guardarlo de tornarse un crítico, con todo lo

que de eso se deriva? Los cristianos necesitan estudiar más

cuidadosamente la adaptación practicada por el Apóstol Pablo como

lo revela en 1 Corintios 9: 19-22. Si la clase de espiritualidad de uno

no hace a Cristo atractivo a otros, necesita algunos cambios drásticos.

¡Que Dios salva a sus hijos de asumir un tono de voz de santidad, una

santa expresión de rostro, o un garbo santo (si por esto ellos quieren

aparentar santidad)! La verdadera espiritualidad es un adorno

interior. Es lo más sencillo y natural y sería una atracción y deleite

para todos.

UNA ANALOGIA 1131

No procurará ideales impersonales, o la imitación de otros.

Precisamente aquí está el gran peligro al analizar experiencias.

Algunos son inducidos fácilmente a tratar de imitar a alguien. Lo que

da a un cristiano una distinción inapreciable es su propia

personalidad, y él no puede agradar a Dios más que siendo lo que El

ha planeado que sea. Algunos cristianos están dispuestos a transitar

por vidas irreales, repitiendo frases piadosas, la realidad de las cuales

ellos nunca han experimentado. Esto siempre debe contristar al

Espíritu.

Los hijos de Dios tratan siempre con su Padre. Muy a menudo se

piensa que el andar en el Espíritu es una cosa mecánica. El creyente

no está tratando con una máquina; él está tratando con el Padre más

amante y tierno de corazón en todo el universo. El más profundo

secreto de su andar es precisamente el conocerlo a El, y así confiar en

el corazón de su Padre, que él puede expresar sus fracasos sobre Su

tierno pecho, si es necesario, o hablarle a El claramente en alabanzas

por cada victoria alcanzada. Cuando los cristianos conozcan la

consolación y el descanso de tal comunión, tendrán menos ocasión

de apelar a cualquiera otro. A ellos concierne el decirle exactamente

lo que sienten, .así como lo malo que tienen en el corazón -y aun su

más dura incredulidad. Hacer esto sólo abre el corazón para que El

envíe su bendita luz y fortaleza. La separación de una tan estrecha

comunión es lo primero a que uno debe temer, y la primera ayuda en

cada accidente espiritual es el simple acto de decirle a El todo de

manera contrita. Habiendo hecho confesión, el creyente reconocerá

su perdón restauración completamente consumada e inmediatamente

volverá a Su comunión y a Su gracia.

La enseñanza de que "pájaro con el ala rota nunca volverá a

remontarse tan alto" es lo más antibíblico. Por el sacrificio de Cristo

ningún castigo queda ahora para el pecador o el santo (si el primero

lo recibe como Salvador). Más bien, "el pájaro con el ala rota puede

remontarse más alto; pero no hay que complacerse con el fracaso o la

derrota por esa razón, desde luego".

Los cristianos nunca son santos maravillosos de los cuales Dios

pueda enorgullecerse justamente; ellos son Sus hijitos, inmaduros y

llenos de necesidades, con quienes El es infinitamente paciente y

sobre quienes se ha complacido en poner todo Su infinito corazón

lleno de amor. El es maravilloso y no los cristianos.

Creed lo que está escrito. Recordad las palabras vitales de

Romanos 6:6, 9: "Sabiendo esto ... " o, "porque sabemos esto".

Uno es siempre justificado actuando sobre buena evidencia.

Entonces, ¿dónde hay una palabra de testimonio más segura que en

la imperecedera Palabra de nuestro Dios? De esa misma Palabra los

1132 NEUMATOLOGIA

creyentes saben que Dios ha provisto un sacrificio perfecto por sus

pecados y por su pecado, y que el camino está expedito para una vida

rebozante en el poder del Santo y bendito Espíritu. El creyente

debiera saber que una vida tal es Su amante propósito para con él.

Este debe creer su infalible promesa. Antes de ser una imposición el

reclamarle esta gracia el fallar en reclamar todo lo que El en Su amor

le confiere le lastimaría más que nada.

La verdadera espiritualidad es una gran realidad. Es todas las

manifestaciones del Espíritu en y a través de uno en quien El vive. El

manifiesta en el creyente la vida que es en Cristo. El vino no para

revelarse a sí mismo, sino para hacer real a Cristo al corazón, y a

través del corazón, al hombre. Así el Apóstol Pablo podía escribir:

"Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Sefíor

Jesucristo, de quien toma nombre toda la familia en los cielos y en la

tierra, para que os de, conforme a las riquezas de Su gloria el ser

fortalecidos en el hombre interior por Su Espíritu; para que habite

Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y

cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con

todos los santos cuál sea la anchura, la longura, la profundidad y la

altura, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento,

para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Y a Aquel que es

poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de

lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,

a El sea gloria en la Iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por

los siglos de los siglos. Amén."

INDICE DE TEXTOS SAGRADOS

El lndice de Textos Sagrados sólo incluye aquellos que se les da

un comentario interpretativo. Los demás textos que se mencionan

con el fin de apoyar la presentación de las doctrinas no se incluyen.