El libro de Judit
o La guerra y la fe
2
J
udit decapitando a Holofernes, ¿QUién no recuerda una Imagen
de Lucas Cranach o
de Artemlsla Gentlleschl, un aire de Vlvaldl, una frase de
Jean Glraudoux o de Paul Claudel
(Incluso de Mlchel Lelns)? Estimado por los artistas, el
libro de Judit plantea sin embargo
muchas preguntas a la conCienCia moral. En 1903, el P, Prat
advertía prudentemente: "La
Escntura no aprueba todo lo que se cuenta en ella; e Incluso
en sus santos personajes no
propone todas las acciones Indistintamente para nuestra
Imitación.,,» (Dlctlonnalre de la
Blble, art, «JUdlth», cols, 1823-1824.), El pastor Randon es
más categónco: "El autor preconiza sin escrúpulos la doblez, la coquetería
y el aseSinato, Tales armas, puestas al servicIo de
DIOS y alcanzando su finalidad con su benevolente
protección, sólo puede ser para nosotros
un escándalo. La Innegable belleza de algunas declaraciones
no debería hacer que excusáramos el odioso rasgo del fanatismo. Judit rezando
por el éXito de su mentira, y atnbuyendo al Señor el feliz cumplimiento de su
cnmen, no puede más que revolver la conCienCia cnstlana» (Les 1Ivres apocryphes
de l'Anclen Testament. París, 1909, p, 261), Se podrían
multiplicar las citas de este tipO hasta en nuestras
recientes traducciones anotadas de la
Biblia,
Este trabajo propone una guía de lectura que no pretende
eludir estas cuestiones y que subraya una doble particularidad del relato. Por
una parte, el libro de Judit remite a acontecimientos contemporáneos a su
puesta por escnto, a saber, la reSistenCia de los Macabeos
(siglo" a, C.), Por otra, al lector le resulta senCillo
Inscnblr a la heroína en el linaje de otros
personajes como Yael o David, cuya grandeza encuentra una
fórmula lapldana en san Pablo: "DIOS ha escogido lo débil del mundo para
confundir a lo fuerte» (1 Cor 1,27), ¿Y SI ésta
fuera una de las razones del éXito de este libro?
En la sección "Actualidad» se encontrará un boletín
arqueológico que resume algunos descubnmlentos o debates de estos últimos años,
con una actualizaCión bíblica en cada caso,
Como complemento al último Cuaderno Bíblico, resalta que la
comprensión del texto bíblico, por más que haya que ser prudentes, se ve
Iluminada con ello,
Gérard BILLON
• Daniel Doré, sacerdote de la congregación de San Juan
Eudes, enseña exégeSIS en diversos seminanas de FranCia. Se Interesa
particularmente por los textos sapienCiales, En los
Cuadernos Bíblicos ya ha presentado Qohélet. E/S/ráClda (CB
91 , Estella, Verbo DIVino, 32002),
El lIbro de Toblt o el secreto del rey (CB 101. Estella,
Verbo DIVino, 2000) y El lIbro de la SabIduría de Salomón (CB 113, Estella,
Verbo DIVino, 2003),
...-,
...
-'"o
...
El texto que sigue se presenta como un comentario ágil. Al
hilo del relato, que asume las divisiones establecidas en la estructura
literaria (pp, 6-7), pretende acompañar a una lectura en una
Biblia de trabajo, Algunas citas de autores explicitan aquí
una dificultad del texto, allá el comportamiento de un personaje, acullá un
indicio sobre la época de composición del libro. Pero, sobre todo, al remitir a
la lectura bíblica con sus múltiples evocaciones -la argucia de Tamar, la gesta
de Yael, la lucha de David contra Goliat, la intervención de Abigail-, este
breve comentario
trata de tipificar una nueva literatura en el cruce entre el
mundo helenístico y la tradición del judaísmo. El libro de Judit es un buen
ejemplo de «inculturación».
Por Daniel Doré
3
Introducción
A
pesar de su fortuna en la historia del arte, el libro de
Judit parece haber llamado poco la atención del pueblo CrIStiano. Para 105
protestantes se inscribe entre 105 «apócrifos», ciertamente útiles para leer,
pero considerados como
no inspirados por Dios. Por parte católica, carece de 105
honores del Leccionario dominical de la liturgia romana.
Los caps. 13, 15 Y 16 proporcionan fragmentos para el común
de fiestas de la Virgen María; el cap. 8, una lectura para el
común de viudas, mientras que el Oficio de lecturas de la
semana 30 del Tiempo Ordinario ofrece para su lectura sus textos esenciales. El
cántico de Jdt 16 es más conocido por el oficio de la mañana del miércoles de
la primera semana.
Fascinante o repelente, este libro constituye el objeto de
juicios dispares. Dan testimonio de ello las palabras del P.
Prat y del pastor Randon citadas en la presentación de
este Cuaderno (p. 1), pero también las de A. Lods (cf. p.
34), J.
Steinmann (cf. p. 40), E. Osty (cf. p. 29) o J. Ratzinger (cf. p. 51). Proporcionó
a Guy Labouérie, vicealmirante de escuadra, antiguo comandante de la Escuela
Superior de Guerra Naval, una bella meditación cuando en 1988
cruzaba la entrada del Golfo pérsico «en el momento en
que, en el reino de Nabucodonosor, otro Holofernes trataba
de imponer su dictadura mediante las armas». Su
meditación nos ha parecido estimulante a la vez por el
análiSIS estratégico y polemológico, y por la penetración
psicológica de los personajes del relato (cf. bibliografía).
Nosotros proponemos aquí una guía de lectura. Jean
Steinmann ya propuso un primer recorrido. Algunas de
sus páginas -escritas ahora hace algo más de cincuenta
años- no han perdido su pertinenCia. Pero un Cierto número
de trabajos y comentanos recientes han precisado
muchos puntos oscuros, y han permitido afinar la lectu4
ra de este sorprendente relato. Ante todo yen especial,
primeramente conviene abordar cuatro cuestiones.
El texto
Las principales tradUCCIones españolas toman como texto
base el texto griego tal como está atestiguado por los
grandes manuscritos mayúsculos de los siglos IV Y v. Ahora
bien, este texto griego se remonta verosímilmente a un
original hebreo o arameo, hoy perdido. Aunque poseemos
textos hebreos de Jdt, éstos siguen la Vulgata versículo a
versículo. Ahora bien, según el testimonio del propio
Jerónimo, estableció el texto de Jdt muy rápidamente, en una
noche, según el arameo y utilizando versiones latinas
anteriores. Los esfuerzos de André-Mane Dubarle por autentificar los textos
hebreos de Jdt apenas han sido seguidos
por la crítica. Sin embargo, tuvieron el mérito de
clarificar
la recepción del libro de Judit en la tradición judía
antigua
y medieval, y de hacer que atendiéramos al género del relato
(cf. el texto del midrás editado por Gaster, p. 32).
Unidad y género literario
Las dos cuestiones están íntimamente ligadas. En efecto,
el hecho de que la heroína epónima no aparezca hasta el
cap, 8 ha planteado la cuestión de la unidad del libro,
incluso de su redacción en vanas épocas diferentes, desde el
período persa (siglo v a, c.) hasta finales de la dinastía
asmonea (siglo I a. C.). Ahora bien, desde hace cuarenta
años, la cuestión de la unidad literaria de Jdtya no se
plantea en los mismos términos.
Matthlas Delcor puso de relieve las numerosas relaciones
del libro de Judit con la revuelta macabea bajo Antíoco IV
(167-164 a. C.). Luis Alonso SchOkel, en un hermoso acercamiento
al libro, señala sus estructuras narrativas, subrayando las técnicas de
composición, la ironía, el lenguaje con doble sentido, el juego de los
personajes y la tensión
del texto entre celebración y exhortación. En 1990, Joseph
Auneau observaba: «La apreciación de la calidad literaria
de Judit es un camino pnvilegiado para la comprensión de
su mensaje. El procedimiento de la ironía desempeña un
papel clave desde el principio al final. Por todas partes se
observa una diferencia, Incluso un contraste, entre una
situación determinada y las palabras o acciones inapropiadas que las acompañan.
Los personajes no hacen lo que se
esperaría de ellos». Así pues, teniendo en cuenta las
téCnicas narrativas es como se puede afirmar razonablemente
la unidad de este librito perteneCiente a un género
literario particular. No al relato histórico, ni siqUiera a la novela
histónca, según lo que se entiende habitualmente por este
género, ¿Novela entonces? ¿Ficción novelada, relato
alegórico o utilización «muy libre de toda una sene de tradiciones bíblicas de
relatos heroicos y de argucias de mUJeres, de las que Judit, en cuanto figura
literaria, es una
especie de midrás suyo»? (Christophe Nihan). Novela, pero
¿novela judía o judeo-helenística? ¿Relato folclórico con
dimensión épica? Al final de su estudiO, «Polemología e histona en el libro de
Judit», m。イゥ・Mf。ョセッゥウ・ Baslez la califica más bien como «novela de
propaganda religiosa», esento nacionalista «que sustituye el heroísmo de la
familia
de los Macabeos por el de la nación personificada por
Judit». En nuestra lectura señalaremos los indicios que vienen a apoyar esta
suposición.
Fecha _de: ⦅」ッセAjウゥセイQ
Desde el estudio de Matthias Delcor, el marco de la revuelta
macabea es en el que conviene situar a Jdt. Ahora
bien, esta crisis está atestiguada por una literatura muy
variada, de tipo histonográfico con los libros de los
Macabeos, de tipo apocalíptico con el libro de Daniel, de tipo exhortativo
sapiencial con el libro de Baruc y, por último, de
tipO novelesco con los libros de Ester y de Judit. El
tratamiento tan diferenciado de la figura del sumo sacerdote
Alcimo en el libro de los Macabeos (1 Mac 6-7; 2 Mac
13-24) y de Joaquín en Bar 1,7 yen Jdt 4,6-7 (cf. recuadro
de las pp. 23-24) permite aportar algunas precisiones y
situar una primera composición del libro de Judit antes del
acceso de los asmoneos al sumo pontificado, en 153 a. C.
Estructura literaria
Muchos autores dividen el texto de Judit en dos partes
(1-7; 8-16) o tres (1-3; 4-7; 8-16, o bien 1-7; 8,1-13,10;
13,11-16,25), Pero no todos adoptan la misma división.
Toni Craven me parece el autor que más ha estudiado la
cuestión, En el comentario recordaré la estructuración
concéntrica en ABC C'B'A' que propone en Jdt 2,14-7,32, Y la
de ABCDC'B'A' en 8,1-16,25, Para T. Craven, la escena que
pone a Judit en presencia de Holofernes en lO,1-13,10a
está en el centro de esta gran sección, Siguiendo a T. Cra5
La estructura literaria
del libro de Judit
Propuesta según los trabajos de Toni CRAVEN, Artistry and
Faith in the Book od Judith. SBLDS. Chicago, 1983; balance de los estudios
sobre el libro de Judit en Currents in Biblical Research 1
(2003), pp. 187-229.
PRIMERA PARTE: UN PODEROSO ENEMIGO AMENAZA CON DESTRUIR A
ISRAEL (1,1-7,32)
1,1-2,13: Preparativos de la expedición de Holofernes contra
el Occidente
1,1-16: Victoria de Nabucodonosor sobre Arfaxad
1,1-6: Comienzo de la guerra
1,7-12: Llamada de Nabucodonosor a todos los pueblos
1,13-16: La victoria
2,1-13: Misión de Holofernes
2,1-3: Consejo de ministros de Nabucodonosor
2,4-13: Misión de Holofernes
2,14-7,32: Expedición de Holofernes en Occidente
A - 2,14-3,10: Primera campaña
2,14-28: De Nínive a Damasco
3,1-10: En dirección a Judá
B - 4,1-15: Israel se prepara para la guerra
4,1-3: Pánico en Judá
4,4-8: Resistencia al enemigo
4,9-15: Ayuno y oración
C - 5,1-6,13: Consejo de guerra en el campamento de
Holofernes
C' - 6,14-21: Acogida de Ajior por los judaítas
B' -7,1-5: Preparativos del ataque a Betulia
A' -7,6-32: Asedio de Betulia
7,6-7: Inspección de Holofernes
7,8-15: Consejo de los generales
7,16-18: Operaciones militares
7,19-29: Efectos sobre la población de Betulia
7,30-32: Plazo de cinco días antes de la rendición
6
SEGUNDA PARTE: JUDIT y HOLOFERNES (8,1-16,25)
A - 8,1-8: Una viuda estimada llamada Judit
B - 8,9-10,9: Los proyectos de Judit
8,9-10: Invitación de los jefes de Betulia
8,11-36: Diálogo de Judit y los jefes de Betulia
9,1-14: Oración de Judit
10,1-5: Preparativos de Judit
1O,6-9a: Deseo de los jefes de Betulia para el éxito de
Judit
C -10,9b-10: Partida de Judit y su criada
D -10,U-13,10a: Judit y Holofernes
10,11-17: Encuentro con la avanzadilla
10,18-19: En el campamento militar
10,20-12,4: Conversación con Holofemes
10,20-23: Introducción
11,1-4: Discurso de Holofernes a Judit
11,5-19: Respuesta de Judit a Holofernes
11,20-12,4: Banquete ofrecido a Judit
12,5-9: Estancia en el campamento militar
12,10-15: Invitación y preparativos
12,16-20: Borrachera de Holofernes
13,I-lOa: Decapitación
C' -13,10b-U: Regreso a Betulia
B' -13,12-16,20: Proyectos de Judit ejecutados. Conversión
de Ajior
13,12-17: Llegada triunfal y acción de gracias
13,18-20: Elogio de Judit por Ozías
14,1-4: Táctica militar de Judit
14,5-11: Ajior y Judit
14,12-15,7: Efectos de la muerte de Holofemes en el
campamento asirio
15,8-10: El sumo sacerdote reconoce el triunfo de Judit
15,11-13: Regocijo popular
15,14-16,17: Cántico de acción de gracias de Judit
15,14-16,la: lnvitatorio
16,1b-12: Alabanza al Señor de la historia
16,13-17: Alabanza al Señor de la creación
16,18-20: Fiestas en Jerusalén
A' -16,21-25: Epílogo: una viuda famosa
7
ven y J. Vílchez Líndez, me parece posible proponer una
estructuraCión bastante detallada del conjunto del libro,
que sigo en el comentano.
A lo largo de nuestra lectura tendremos ocasión de subrayar
las simetrías entre la pnmera parte (1-7) y la segunda
(8-16). ReCientemente, Marc de Launay, en un estimulante
ensayo, «DecapitaCión y circuncIsión», ha desarrollado
los efectos de la construcCión en espejo a propÓSitO de los
personajes de AJlor y Judit: «aunque todo parece oponer a
AJlor y Judit -el Jefe guerrero a la viuda reclUida; el
amonita, tradicionalmente enemigo de los Judíos, a la figura de
la mUjer Judía; el pagano Idólatra a la escrupulosa
observante; el asediador a la asedlada-, el discurso del pnmero
tiene como paralelo directo el que pronuncia la segunda en
el cap 8,11-27; por otra parte, estos dos discursos están
muy próximos en su mismo contenido: apelan a la hlstona de
los Judíos (5,6-19; 8,18-19), resumen lo esenCial de la
religión Judía (5,17-18; 8,20); por último, la casI apología
de
Israel a la que se entrega AJlor desencadena la cólera de su
bando (5,20-22; 6,2), mientras que la crítICa dlnglda por
Judit a sus correliglonanos (8,11-16) suscita su asombro
8
(8,28-29). La sene de paralelos prosigue de manera menos
VISible, pero de forma absolutamente ngurosa...» (M. DE
LAUNAY, p. 72; cf. el recuadro de la p. 36).
El texto que sigue se presenta como un comentano de lec:'
tura ágil. Al hilo del relato, asumiendo las diVISiones
estableCidas en la estructura literana, pretende acompañar a
una lectura en una Biblia de trabaJO. El recuerdo de los
paralelos señalados por T. Craven al comienzo de cada gran
sección es una inVitaCión al trabajO del lector. Como se
podrá constatar, las citas de autores (la paginaCión remite a
las indiCaCiones de la bibliografía) qUieren expliCitar a
veces, o una de las dificultades de las realidades menCionadas por el texto, o
el comportamiento de los personajes,
o Incluso los preCIosos indiCIOS que permiten preCisar la
dataCión y la eScritura narrativa y novelesca de Judit. Pero,
sobre todo, al remitir a la eScritura bíblica, con sus
múltiples evocaciones -la argucia de Tamar en Gn 38, el asesInato de Eglón en
Jue 3,12-30, la gesta de Yael en Jue 4-5,
el combate Singular de DaVid en 1 Sam 17, la Intervención
de Ablgall en 1 Sam 25-, este breve comentano trata de
tipificar una nueva literatura en el cruce entre el mundo
helenístiCO y la tradiCión del Judaísmo, y de poner de
relieve así un buen ejemplo de InculturaClón.
1 - Nabucodonosor
el conquistador
L
a primera gran parte de Jdt pone en escena la extensión del
poder de Nabucodonosor hasta las puertas de Judá
(1,1-7,32). Partiendo de Nínlve, el relato cierra poco a
poco su campo de visión, pasando de un conflicto entre dos
poderosos monarcas a la resistencia de la pequeña ciudad
judaíta de Betulia, En una primera etapa sigue al personaje de Nabucodonosor,
subrayando su desmesura (1,1-2,13), En una segunda etapa seguirá al general
Holofernes
(2,14-7,32),
En Jdt 1, tres secciones hacen que aSistamos a la guerra
mundial (1,1-6), a la llamada a los vecinos ya su rechazo
(1,7-12), y a la primera victOria (1,13-16). En Jdt 2,1-13,
tras un consejo de guerra (2,1-3), Holofernes, que aparece
por primera vez en el relato, es encargado de atacar
«toda la tierra de occidente» (2,4-13),
Una potencia invencible
Según G. Labouérie, el acceso de Nabucodonosor a todo
el poder, tal como lo cuenta el cap. 1, sigue los «estadiOS
habituales de la creación de los grandes imperios»,
Un imperio en vías de creación
- .
La conquista comienza, en primer lugar, con una «fase de
maduración y consolidación del poder en torno al núcleo
que será Nínive. Este largo período -los doce primeros
años del reinado- está dedicado a la movilización de todos
los recursos indispensables para semejante proyecto».
Después, un «desafío lanzado al adversario más cercano y
más peligroso, Arfaxad, rey de los medos, que también
hace preparativos de guerra (1,2-4), al mismo tiempo que
una llamada a la alianza de los vecinos, y, en su defecto,
a su neutralidad (1,7-10)>>. Pero el rechazo
despectivo de
éstos (1,11) «será el origen de la cólera del rey y de su
de9
seo de vengarse de todos aquellos que lo han despreciado
(cf. Mt 22,1-14 YLc 19,11-27)>>. Entonces la victoria contra el rey de
los medos es «punto de partida de la conqUista general (1,13-15), que se
traducirá en un primer
momento en un período de descanso, de recuperación de
las fatigas de la campaña. Durante este período de reflexión
se elaborará la misión confiada al general Holofernes» (G. LABOUÉRIE, pp.
24-25).
Nabucodonosor. Desde la primera línea del texto, el lector
está intrigado con este Nabucodonosor, «rey de los
aSirios en Nínive». ¿Acaso no sabemos que este personaJe
reinó desde 605 a 592 a. C. no en Nínive (destruida en
612 a. C.), sino en Babilonia (cf. 2 Re 24-25)? Arfaxad es
desconocido para los historiadores. ¡Trataríamos de
fantasiosa una obra que hablara de Napoleón como rey de
Prusia atacando al emperador de China! Hay que estar
alerta. La ficción podría constituir aquí un «criptograma»,
es decir, un código. Si los aSirios son los sirios -la
apelación está atestiguada en época seléuClda (siglos 111-11 a. C.)
según Flavio Josefo (Antlguedades de los Judíos XIII, 6-7)-,
entonces Nínive se convierte en Antloquía, y Nabucodonosor
en Antíoco IV Epífanes. Y podríamos leer las expediCiones militares de
Nabucodonosor en Jdt 1-2 como el
eco de las de Antíoco IV, incluida la pretensión de dominar
Egipto (Jdt 1,9-12; cf. 1 Mac 1,17) e invadir Judá (Jdt 4;
cf. 1 Mac 1,20); Nabucodonosor atraviesa Media y llega a
Ecbatana, lo mismo que Antíoco pasa por Persia (1 Mac
3,31), entra en Persépolis (2 Mac 9,2) y llega a Ecbatana (2
Mac 9,3).
Nínive. El lector no leerá «Nínive, la gran ciudad» sin
pensar en el libro de Jonás. Sólo es ahí donde Nínive es calificada de esa
manera. CUriosamente, en Jon 3,7-8, como
más tarde en Jdt 4,10, los animales -ganado mayor y menor-
son asociados al ayuno público decretado para obtener el favor de Dios.
10
Arfaxad. La mención de Arfaxad como rey de los medos
resulta más enigmática; en Génesis, su nombre es el de
un hiJO de Sem en las genealogías de los pueblos, un nombre
que viene inmediatamente después del de... Asur (Gn
10,22).
Ecbatana. La ciudad de Ecbatana no está sólo en el libro de
Tobit, novela contemporánea de Jdt, el lugar de
la etapa proVidencial de Tobías y de su compañero Azarías
-en ella encontrarán albergue, techo y una esposa
para Tobías (Tob 6-10)-, sino que también es el teatro en
550 a. C. de una victoria de Clro, triunfador sobre
Babilonia. En el cilindro de Nabonldo leemos: «El año seis, el
ejército de Istumegu se rebeló contra éste, y [lo entregó)
encadenado a Clro; Ciro marchó contra el país de Agmatanu
[Ecbatana]; [conquistó] el palacio real: plata, oro,
tesoros... del país de Agmatanu, lo tomó como botín y
se lo llevó a Anshan» (según J. P. PRITCHARD, Ancien Near
Eastern
Texts Relating to the Old Testament. Princeton,
31969, p. 305).
Esplendor y desatino
- - - -
Tras la victoria sobre Ecbatana, la expedición regresa a
Nínive para 120 días de banquetes y descanso (1,16). Esta
grandiosa celebración recuerda los 180 días del advenimiento
de Artajerjes en Susa, según Est 1,3-4. Durante
este descanso, el rey medita qué hacer con los sufridos
refugiados (Jdt 1,12), como veremos. Desde este punto
de vista, su retrato se aleja bastante del ofrecido por el
libro de Daniel, contemporáneo de Jdt. En efecto, en Dn
4, Nabucodonosor se imagina, en sueños, que se convierte en
bestia salvaje; pero encuentra su razón y su poder entonando una alabanza al
AltíSimo. En Jdt se considera un dios y ordenará acciones de un salvajismo
asesino.
La misión de Holofernes
Los 120 días de descanso acaban con un consejo de guerra y
la convocatoria de Holofernes el «día 22 del primer
mes» (Jdt 2,1). ¿Por qué esta indicación temporal?
El marco temporal
Remontando los 120 días, es decir, cuatro meses antes, el
comienzo de la historia se sitúa implícitamente el día 25
del noveno mes del año anterior. Ahora bien, un poco antes
en el mismo período, pero un año después, es cuando se cierra el libro de Jdt.
La importancia de esta fecha
resulta evidente si recordamos que se trata del primer día
de la fiesta de Januká o Dedicación, fiesta instaurada
después de la revuelta de los Macabeos, en 163 a. e, en honor del Templo
purificado de las mancillaciones extranjeras (1 Mac 4,52-59). Aquí tendremos,
insinuado, como un
marco de la historia (cf. el recuadro adjunto).
Por otra parte, el día 22 del primer mes (el 22 de Nisán) es
el primer día después de la fiesta de los Ázimos, Inaugurada
por la Pascua (cf. Ex 12,15-20). Es el comienzo de la
primavera y, por tanto, la época de las expediciones
militares, el «tiempo en que los reyes se van de campaña» (2
Sam 11,1).
Venganza universal (2,1-3). Nabucodonosor quiere
«vengarse de toda la tierra». La expresión recuerda
extrañamente el propósito de Dios en el relato del diluvio en
Gn 6,17: «Voy a enviar el diluvIo, las aguas, sobre la
tierra,
La cronología de libro de Judit
Mes y días Acontecimientos fechados Referencias
(IX, 25) (Victoria sobre Arfaxad)
120 días Banquete de 120 días en Nínive para el ejército de
Nabucodonosor Jdt 1,16
1,22 Nabucodonosor convoca a Holofemes Jdt 2,1
I1I, 15 o después Siega del trigo [después de I1I, 15, según
el calendario sacerdotal] Jdt 2,27
+ 1 mes 1 mes de vivaque Jdt 3,10
+ 34 días 34 días de asedio Jdt 7,20
+ 5 días Plazo de cinco días durante los cuales Judit
ejecuta su plan Jdt 7,30
Recuerdo: el marido de Judit ha muerto durante la siega de
la cebada [a partir de Jdt 8,2
1, 26 en el calendario sacerdotal]; Judit es viuda desde
hace 3 años y 4 meses (1, Jdt 8,4
(V, 26) 26 + 4 meses:: V, 26)
+ 30 días (== VI, 26) Saqueo de treinta días Jdt 15,11
+ 3 meses (== IX, 26) Tres meses de fiesta Jdt 16,20
Según P.-M. BOGAERT, «Le calendrier de Judith et la rete de
Hanukha»: Revue Théologique de Louvain 15 (1985), p. 68.
11
para exterminar de debajo del Cielo a toda carne que tenga
aliento de vida. todo cuanto eXiste en la tierra perecerá». Más tarde, la
alianza con Noé anulará cualquier nueva destrucción: «Cuando yo cubra de nubes
la tierra y en
las nubes aparezca el arco, me acordaré de mi alianza con
vosotros y con todos los VIVientes de la tierra, y las aguas
del dilUVIO no volverán a exterminar a los seres VIVOS» (Gn
9,14-15). La expresión tiene, por otra parte, un vigor muy
profetlco' «El Señor mostrará a sus siervos su poder y a
sus enemigos su Ira Pues el Señor llega con fuego y sus
carros como un huracán, para desahogar el ardor de su
Ira y el incendio de sus amenazas. El Señor Juzgará con
espada de fuego a todo ser VIviente, y serán muchos los traspasados por el
Señor» (ls 66,14b-16). La voluntad de Nabucodonosor es comunicada a sus
consejeros no para
discutirla, sino para ejecutarla Es Holofernes, general en
Jefe del eJército, el encargado de llevarla a cabo
De esta manera, tanto en la Introducción narrativa de los
vv. 1-3 como en el d,scurso dirigido a Holofernes en los vv.
4-13, Nabucodonosor toma el lugar de DIOS las fórmulas
que se refieren habitualmente a YHWH en la ESCritura se
ponen ahora en sus labiOS, indiCIO para el lector de un
orgullo blasfemo
12
El discurso de Nabucodonosor (2,4-13). Es el ÚniCO
discurso del monarca en todo el libro de Judit Está
IntrodUCido por la fórmula de mensajero característica de la literatura
profética: «Así dice...». El rey manda una expedición de exterminiO contra
«aquellos que han desobedeCido
las palabras de mi boca» (2,6): deportación de poblaCiones,
ocupación de sus terntorlos, masacre y saqueo El discurso
acaba con un Juramento que actualiza el de 1,12: «¡Lo
Juro por mi Vida y por la fuerza de mi Imperial Lo he dicho
y lo cumpliré con mIs propias manos» (2,12) Holofernes es
el encargado de ejecutar todas las palabras de su rey
Nabucodonosor se conSidera un diOS, un diOS todopoderoso, y
la miSión confiada a Holofernes es un castigo: «Hay
que "castigar", y castigar por un CrImen capital'
"Han desobedeCido",.. Mientras que hasta ahora estos pueblos
eran y se sabían libres e Independientes -de ahí la
respuesta con su deCISión a Nabucodonosor-, ahora el rey los
conSidera como esclavos que se oponen a su deseo. En eso
encontramos un terreno comun con todos los
"poderosos": el poderoso no puede aceptar en su zona, sea la que
fuere, que algUien o algún Estado no se le someta; de lo
contrario no sería "poderoso". La histOria lo
demuestra
constantemente» (G. LABOUERIE, p. 27)
2 - La campaña
de Holofernes
R
elegando al trasfondo la figura de Nabucodonosor, el relato
va a seguir a partir de ahora a Holofernes. Los desplazamientos del ejército
van acompañados de terror (2,14-3,10). Después el narrador abandona el
campamento asirio para mostrar cómo Judá pasa a la resistencia (4,1-15).
Con el regreso al campamento asirio, el narrador nos prepara
una sorpresa. Ante las preguntas de Holofernes, un
oficial amonita, Ajior, trata de explicar la originalidad
del
pueblo de Israel; no hace más que redoblar la cólera del
general en jefe y es entregado a los judaítas (5,1-6,13).
Así
se encadenan tres partes en un ir y venir (ejército asirio -
Judá - ejército asirio) que, sobre un fondo de guerra
mundial, exalta la fe de Israel y, concretamente, llama la atención sobre el
«cerrojo» protector de Jerusalén que supone el lugar de Betulia.
Ciudades conquistadas, ciudades sometidas
Con un ejército perfectamente organizado, secundado por
los animales de transporte o de avituallamiento, Holofernes
se lanza, como un ave de presa o el ejército de langostas de JI 2,2-9, hacia
los pueblos de Occidente, en particular los de la costa mediterránea (2,14-20).
Una geografía de ficción
(2,14-28)
La descripción del camino seguido por Holofernes es un
ejemplo perfecto de la erudición geográfica que se ve en
Jdt, aunque sea imposible trazar ese itinerario en un
mapa. Este itinerario, completamente en zigzag, no tiene
ni pies ni cabeza. Con un Nabucodonosor de ficción, las
indicaciones geográficas deben ser tratadas de la misma
manera: «Encontramos en este relato lugares bien conocidos
de Mesopotamia, Siria, Asia Menor, Palestina... pero
también muchos otros lugares distantes de estos territorios
o de localización incierta, desconocida o simplemente imaginaria» (J. VíLCHEZ,
p. 280). La llanura de Damasco
es momentáneamente la etapa final de esta expedición
de castigo.
Las escenas de horror engendran terror, y el rumor llega
a la costa, donde la mayor parte de los nombres son
perfectamente Identificables: «El miedo y el terror se apoderaron de todos los
habitantes del litoral, de los que vivían
13
en Sldón y Tiro, y de todos los habitantes de Sur, de Ocina
y de Yamnia. Los de Asdod, Ascalón y Gaza fueron también presa del pánico»
(2,28),
_____ ALイ⦅ッァセウゥセョ I?()r el エセッイ セS⦅A セ⦅MQ⦅PI
_
Los habitantes de la costa envían mensajeros de paz a
Holofernes: «Aquí están nuestras Ciudades y sus habitantes,
Son esclavos tuyos, Entra en ellas y haz lo que te plazca»
(3,4). Un estratega reconoce aquí las reacciones colectivas
habitualmente observadas ante este tipo de catástrofe.
Semejante actitud anuncia ya la reacción de los asediados
de Betulia en 7,26-28, Se trata de la sumisión pura y dura
a Holofernes, acogido como liberador.
Devastación. La acogida del liberador -descrita con rasgos
tomados de las parusías de los soberanos helenísticos- se convierte en
pesadilla: devastación, saqueo y, sobre todo, aniquilación de los bosques
sagrados y lugares
de culto de los dIoses locales. Nabucodonosor reclama
para él solo la adoración e invocación de todos los pueblos
de la tierra. Los pueblos de la costa reciben la terrible
sorpresa de ser sometidos no sólo a la devastaCión física a la
que creían escapar, sino también a la devastación religiosa
y espiritual. Es la divinización de los soberanos a la que
se opondrá, un siglo más tarde, la Sabiduría de Salomón
(Sab 14,16b-20). «Atacar lo que hace vivir al hombre,
aquello sobre lo que se fundamenta su identidad, aunque
sea un bosque sagrado, vuelve a conducirle a la muerte al
arrancarlo de sus raíces, de sus referencias, de sus razones
para vivir» (G, LABOUÉRIE, p. 29).
Pausa. Después de la devastación del litoral hay una pausa
de un mes entre Guibeá y Escitópolis, Holofernes reúne
armas y bagaje a las puertas de Judá. Pero no nos detengamos
aquí en la localización de las ciudades citadas. «El
autor de Judit -escribe muy acertadamente J, Steinmannha
logrado para la geografía lo que había logrado para la
historia. Salpica su relato de lugares encontrados por su
piedad bíblica o inventados por su fantasía. Su malicia
consiste en disfrutar desorientando a los eruditos puntillosos,
Cuando se cree haber encontrado un itinerario coherente,
coloca en plena frase un nombre acuñado como los de
Rabelais, Antepasado del anunciador del Zapato de raso, tendría derecho a
escribir: "La escena de este drama es el
mundo, y más especialmente la Palestina de comienzos del
siglo VI, a no ser que sea a mediados del siglo 11". El
autor
se permite comprimir los países y las épocas, de igual
manera que, a distancia, varias líneas de montañas separadas
no forman más que un solo horizonte» (J. STEINMANN, p, 45).
Israel se prepara para la guerra
La actitud de Holofernes con respecto a los dioses y los
santuarios de los países vecinos crea un gran temor entre
los judaítas, reCientemente llegados de su cautividad.
Del pánico:.. Hj⦅、セ 4_,1_-3)
En efecto, los Israelitas habían consagrado de nuevo el
altar y la casa de DIOS. ¿Hay que ver aquí una remiSión a los
14
acontecimientos de 520-515 a, C, cuando el regreso del
exilio (Esd 6, 14-22)? Algunos autores ya lo habían
imaginado. Pero en Esd 6,16 no se hace mención más que de la
dedicación del nuevo Templo. Entonces, ¿hay que ver más
bien la evocación insinuada de la Dedicación de Templo por
Judas Macabeo en 165 a. C (1 Mac 4,36-59)? Esta última
solución ha de ser preferida, habida cuenta de la mención
de un sumo sacerdote y del consejo de ancianos (gerou-
sía: Jdt 4,8; 11,14; 15,8; atestiguada también en 1 Mac
12,6; 2 Mac 4,44; 2 Mac 9,27) a la cabeza del pueblo en la
continuación del relato,
... a la resistencia (Jdt 4,4-8) _ __ _ _ _ _ __ _ H
Ante la inminencia del peligro, los «hiJos de Israel que
habitan en Judá» conocen primero el miedo al exterminio.
Pero se organizan, Aquí Israel es como el «último recurso
de la humanidad frente a la máquina totalitaria» (G.
LABOUÉRIE, p. 33),
Invulnerabilidad. El país, con sus montañas, permite la
resistencia defensiva: fortificación de ciudades, reserva de
provisiones tras la siega. Pero, sobre todo, a partir de
ahora aparece lo que va a distinguir a Israel en medio de las
naciones: la autoridad ostentada por el sumo sacerdote
de Jerusalén, Joaquín: «Los israelitas hicieron lo que les
ordenó el sumo sacerdote Joaquín y el consejo de ancianos
del pueblo, residentes en Jerusalén» (4,8), La estrategia preconizada por
Joaquín es sencilla: considerar a Betulia y Betomestain como defensas avanzadas
de
Jerusalén: «Les sería fácil obstaculizar el paso, pues el
desfiladero sólo permitía pasar de dos en dos» (4,7). Una invulnerabilidad
semejante a la de Petra, la ciudad nabatea,
accesible solamente por el Siq, estrecho y largo desfiladero
de más de un kilómetro.
¿Hay que localizar Betulia? J.
Steinmann se divierte
con ello: «La ciudad más flotante de esta extraña geografía
es la propia Betulia. Fuera del libro de JUdit, la ciudad es absolutamente
desconocida. Si se tratara de un
lugar sin importancia, se comprendería este olvido general,
pero, según el relato, Betulia es la Ciudad clave del
país, la temible fortaleza que defiende el acceso a Samaría
y a Judá". Admiramos el imperturbable valor del P.
Abel, que en su admirable Geografía de Palestina no duda
en hacer que figure entre Ta'anak y Dotán en el plano n.
111 del segundo volumen, mapa que representa los territorios
de las tribus septentrionales, Y en afirmar que el
lugar está representado por Kafr QOd, que figura en el
mapa del5urvey a cinco kilómetros al oeste de Yenín. Algunos
críticos han sostenido que Betulia no sería otra que
la antigua Betel". la Casa de Dios, una ciudad simbólica
con una situación de las más inciertas". Está a las
puertas de la llanura de Esdrelón (4,6), pero desde ahí una procesión puede
dirigirse cantando a Jerusalén." Está próxima al mítico Ciamór.t (7,3) de
Egrebel, de Cus y del torrente
Mocmur (7,18). Se parece a la isla de los Lotófagos, en el
jardín de las Hespérides, en Monomopata» (J. STEINMANN,
pp,43-45).
También resulta interesante la reflexión de J. Cazeaux:
«La fantasía que pivota o que crea incluso la geografía de
Judit tiene como efecto aislar Jerusalén, alejarla del
frente de operaciones, Es la invención de la ciudad de Betulia,
flanqueada por una pareja provisional, Betomestain (4,6
y 15,4), la que desempeña este papel: Israel no se limita
a Judá, por tanto se pueden trazar sus fronteras sobre
un mapa. La posición de los judaítas es inalcanzable, porque
su país está encaramado en una montaña, ella misma inaccesible, hasta el punto
de quedar antiguamente
deSierta (5,19), y para acceder a ella no existe más que
una espeCie de largo corredor, custodiado él mismo a la
entrada por uno de los pasos más estrechos, que, según
parece, sólo dos hombres pueden franquear juntos (3,7).
Ahora bien, Betulia limita con la llanura de Esdrelón, es
deCir, al norte de Samaría, en pleno antiguo reino de
Israel, y sin embargo es el cerrojo del corredor que conduce a Jerusalén» (J.
CAZEAUX, p. 195). Así pues, el libro de Judit utiliza un procedimiento
literario preciso: poniendo a
distancia Jerusalén, «Betulia profetiza que la verdadera
15
Jerusalén ya no es identificable en el mapa", Betulia
representa a Jerusalén descargándola de la función de las
armas».
Por el ayuno y la oración H _ _ _ _ _ _ _ (4,9-15)
Después de los preparativos militares viene la preparación
religiosa para la confrontación con las armas de Holofernes.
En este libro en que la oración será expresada por varios de los protagonistas,
Judit (9,2-14), los ancianos en la
partida de Judit (10,8), Judit ante Holofernes adormecido
(13,4-5), Ozías (13,18-20), Ajior (14,7), el pueblo
(15,9-10)
YJudit en su gran acción de gracias (16,1-17), se encuentra
por primera vez con el ayuno como un hecho al que
se someten todos los seres vivos, hombres, mujeres, niños,
extranjeros residentes, asalariados, esclavos e incluso
los rebaños (cf. Jan 3,7). Todos ayunan y oran. La súplica
se
expresa en discurso indirecto. «Todos juntos suplicaron
fervientemente al Dios de Israel que no entregase",»
(4,12), «Clamaban al Señor con todas sus fuerzas para que
salvase".» (4,15).
Los asirios rechazan a Ajior
Habíamos dejado a Holofernes y a su ejército descansando un
mes frente a Esdrelón, vivaqueando entre Guibeá y
Escitópolis (lugar de la antigua Bet-Seán), Un mes durante
el cual los hijos de Israel se preparan militar y espiritualmente para la
guerra. El rumor de la llegada de Holofernes no tiene los mismos efectos que en
los pueblos de
la costa, El temor de su fama no suscita el envío de una
embajada para pedir la paz. El anunCio de los preparativos
militares de los israelitas pone furioso a Holofernes.
Investigación de Holofernes (5,1-4)
- - -
Convoca a los jefes de Moab, los generales de Amón y los
sátrapas de la costa (l. e., los jefes de los filisteos),
que,
como vecinos que rodean a Israel, se conSidera que lo
conocen (5,2). Lleva a cabo la investigación y pide conseJo.
«Podemos estar tentados -eSCrIbe Labouéne-, sobre todo
cuando observamos las circunstanCias de su muerte, de
juzgar a Holofernes como un general estúpido, incluso
16
como un veterano sin reflexión, Sería completamente
erróneo: no sería entonces el número dos del impeno, el
jefe de los ejércitos victoriosos de Nabucodonosor, y
ellibro perdería una buena parte de su fuerza. Sus capacidades son claramente
puestas de relieve,,, Plantea las preguntas que son las de cualquier estado
mayor operativo,
resumidas por Sun Tse (-500) en su Arte de la guerra» (G,
LABOUÉRIE, pp. 36-37). Preguntas que se acumulan en 5,3-
5: «¿Qué ciudades habitan? ¿Con cuántos soldados cuentan?
¿En qué consiste su poder y su fuerza? ¿Quién es el
rey [",1 por qué se han negado a venir a mi
encuentro,,,?».
A estas preguntas de Holofernes, el comandante de los
amonitas, Ajior, se atreve a esbozar una respuesta en un
discurso muy construido. Conviene subrayar aquí que, en
la literatura griega, las preguntas de la reina Atossa sobre
los atenienses en Los persas, de Esquilo (ca, 472 a. e),
proporcionan un paralelo interesante, igual que la manera en
que Judit informará a los asirios y Holofernes del estado
de ánimo de los israelitas (Jdt 10,12-13; 11,5-19),
Discurso dr: aェゥセイ HセLUMRQI
__
¿Quién es Ajior? Su nombre es
hebreo, «Mi hermano es
luz», nombre que cuadra bien con su forma de actuar con
respecto a Israel. Como amonita, pertenece a un pueblo
vecino de Israel, al este del Jordán. A lo largo de la
historia, los dos pueblos han luchado (cf. 2 Sam 10-12), pero
Ajior se alinea aquí aliado del profeta pagano Balaán (Nm
22-24) o de la extranjera Rajab (Jos 2). A menos que haya
que leer Ajiud, «Mi hermano es Judá», por la confusión de
dos letras hebreas, dafet y resh.
Siguiendo a H. Cazelles, ¿hay que relacionar su nombre
con el de Ajicar, sabio asirio, consejero y ministro
legendario de Senaquerib (comienzos del siglo VII a. C.)? Ajlcar
está atestiguado no sólo por una literatura narrativa y
sapiencial políglota, sino incluso por el libro -también él
deuterocanónico- de Tobit (Tob 1,21-22; 2,10; 11,19;
14,10). A pesar de la traducción de Alicar por Ajior en la
Vulgata de Toblt, a priori nada parece relacionar al Ajior
de Jdt (amonita y general) con el sabio AJicar (asirio y
ministro). Sin embargo, es una señal de la literatura novelesca de la época
helenística beber en el tesoro de las antiguas sabidurías orientales. Ajior,
sabio militar al
servicio de un rey extranjero, es condenado, entregado
a los enemigos cuya fe ha proclamado antes de ser
reintegrado en una comunidad: «Ajior (...1se unió a la casa
de Israel hasta el día de hoy» (Jdt 14,10). Según Tob
14,10, ¿no sigue un camino más o menos análogo la
prueba de Ajicar?
El discurso de Ajlor pude dividirse así: exordio (v. 5),
cuerpo del discurso (vv, 6-19) y peroraCión (vv. 20-21),
Exordio (v. 5). Llamada a la atención, a la escucha, y
protesta por la verdad, Ahora bien, se trata menos del informe de un ofiCial de
estado mayor que de una confeSión
de fe en labios de un pagano, al que el cuerpo del discurso
nos permitirá asistir.
Cuerpo del discurso (vv. 6-19). La historia de Israel
es releída como en Dt 26; Jos 24; Sal 78 y 106 o Hch 7,2-
47, Este tipo de recorrido por la historia está también
presente en las confesiones de los pecados de las liturgias
penitenciales de Dn 3; 9, Y Neh 9. Ahora bien, una
de las características de este discurso está atestiguada
Igualmente en la relectura de la historia de Sab 10-19:
ningún personaje de la historia es identificado por su
nombre. Sin embargo, en Jdt 5,6-19, los nombres topográficos
son mantenidos como etapas de la peregrinación de un pueblo siempre en camino,
mientras que
en Sab 10-19, dejando aparte la Pentápolis y el mar
Rojo, todos los demás topónimos son ofrecidos mediante perífrasis,
como los nombres de los antepasados
de Israel.
Migraciones de patnarcas, de Jacob y sus hijos, liberación
de Egipto, estancia en el desierto y establecimiento en la
tierra: este resumen histórico, trufado de remisiones a los
libros de la Torá (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y
Deuteronomio) y al de Josué, ocupa los vv. 6-16. La clave de
comprensión de estas migraciones es la adoración por
este pueblo del «Dios del cielo, el Dios que habían
conocido» (5,8). La expresión es persa (cf. Esd 7,12), Y el Dios de
Israel no es designado con el nombre comunicado a Moisés.
Pero la teología deuteronomista de la retribución
temporal y colectiva es expuesta por AJior de forma
luminosa: «Mientras no pecaron contra su Dios, todo les fue
bien, pues tienen un Dios que odia la injusticia. Pero
cuando se apartaron del camino que les había señalado, fueron destruidos...»
(5,17-18).
Después de haber dibujado así una relectura del pasado,
Ajior discierne el presente con la misma clave teológica.
17
Peroración (vv. 20-21). El invencible Holofemes, que
pretende conducir a toda la tierra a la adoración de
Nabucodonosor, es invitado a evaluar la situación, Sólo el pecado de Israel
ante su Dios puede dar la ocasión de «subir
a hacerles la guerra», «Pero si no han pecado, es mejor
que no vaya contra ellos mi señor, porque su Dios los
protegerá.,,» (5,21), Dicho de otra manera, el Dios de Israel
es más fuerte que Nabucodonosor.
Cólera de Holofernes (5,22-6,13)
- - --
Reacciones del ejército asirio (5,22-24). El discurso
de Ajlor provoca murmullos en la asamblea de los oficiales,
en particular entre la gente de Moab y de la costa (=
filisteos), ¿Le van a moler a palos por haber desafiado a
Holofemes y su poder, a Holofemes y su proyecto de someter
toda la tierra?
Respuesta de Holofernes a Ajior (6,1-10). Delante
de su consejo (synedria, término técnico para el consejo
militar), H%femes no tiene más que una palabra en los
labios: ¿quién es dios sino Nabucodonosor? También Holofemes
hace una profesión de fe, pero singularmente diferente a la de Ajior, Los dos
discursos se enfrentan. Holofemes profesa su fe en su dios Nabucodonosor y en
la
fuerza de sus ejércitos, Es el dios Nabucodonosor el que
«enviará su ejército y los exterminará de la superficie de
la tierra sin que su DIos pueda ayudarlos» (6,2).
En su cólera, engloba en un mismo desprecio a Ajior,
«mercenario de Amón», y a la gente de Moab, sin embargo a
sus órdenes, «vendidos a Efraín» (6,1.5). El casti18
90 que sanCIona la audacia de Ajior indica un cierto talión:
compartir la suerte de aquellos a los que ha defendido.
Holofemes continúa afirmando su proyecto de «vengarse de
esta raza escapada de Egipto» (6,5), Sobre todo continúa tomándose por Dios,
haciendo un juramento que se
hace eco del de su señor Nabucodonosor: «Dicho queda,
y ni una de mis palabras fallará» (6,9; cf. 2,12). Al final
del
discurso, en estilo indirecto, se da orden de entregar a
Ajior a los hijos de Israel en Betulia,
Ajior entregado a los israelitas (6,11-13). Las palabras de
Holofemes son ejecutadas: «Lo condujeron, pues,
sus siervos fuera del campamento, a la llanura; y de la
llanura lo trasladaron a la montaña, hasta llegar a las fuentes que había bajo
Betulia» (6,11). Estas indicaciones topográficas son variadas. ¿Hay que precisar
el trayecto?
M,-F, Baslez lo hace: esta sucesión «corresponde a la
variedad del paisaje que atraviesa la ruta occidental que sube
de Bet Sur hasta Jerusalén, pasando a través de una larga
llanura llamada "Valle de las Bendiciones", después por
desfiladeros, por debajo de estrechas líneas de crestas con
hábitats encaramados; el wadl Sukhelt podía ofrecer
corrientes de agua. Ésta fue la ruta seguida por el ejército
de Lisias durante /a campaña de 164-163» (Polémologie,
pp. 368-369). Así, insinuada, tenemos siempre la época de
los Macabeos (cf. 1 Mac 4,18-35), Esta primera aproximación
a Betulia por parte de los ejérCItos asirios no es la ocasión de un verdadero
combate. Los judaítas salen de la
ciudad, armados con hondas. ¡Una trifulca de piedras!
Ajior es abandonado, atado, al pie de la montaña, Los
aSIrios vuelven «adonde estaba su señor» (6,13).
3 - El asedio de Betulia
E
n este punto del relato, la ciudad de Betulia se convierte
en el teatro principal de las operaciones. Había sido nombrada, como de pasada,
por su valor estratégico (4,6-7). Hemos llegado a ella con Ajior atado. Se
encadenan tres
episodios: la acogida de Ajior por los judaítas (6,14-21),
los preparativos asirios del asedio de Betulia (7,1-5) y el propio asedio
(7,6-32).
Ganaremos leyendo estos tres episodios (en Betulia - en
el campamento asirio - en Betulia) en paralelo con los que
le preceden, pues el narrador ha sabido jugar con las
relaciones y las diferencias. La acogida de Ajior por los judaítas (6,14-21)
contrasta con lo que ha conducido a su
expulsión por los aSirios (5,1-6,13). Los preparativos del
asedio (7,1-5) responden a la manera en que Israel ha pasado
a la resistencia (4,1-15), y el propio asedio (7,6-32)
ofrece un ejemplo de lo que ha podido desarrollarse durante
el inexorable avance de Holofernes (2,14-3,10).
Los judaítas recogen a Ajior
Ajior no se queda mucho tiempo solo y atado: «Bajaron
los israelitas [...)10 desataron, lo llevaron a Betulia y lo
condujeron ante los jefes de la ciudad» (v. 14). No parece tomarse ninguna
medida particular de vigilancia o de precaución ante aquel que podría parecer
un tránsfuga, un
espía. Ajlor es conSiderado inmediatamente como poseedor de
preciosas informaCiones.
Ajior en medio del pueblo (6,14-17)
Los jefes de la ciudad. Igual que en el libro de Tobit, los
nombres que tienen los responsables de Betulia y sus padres
valen sobre todo por sus consonantes y su significado: Ozías (= YHWH es mi
fuerza), Jabrís (= Él es mi amigo),
Otoniel (= Dios es mi guardián), Jarmís (= Él es mi viña),
Melquiel (= Dios es mi rey). Además, Ozías pertenece a la
tribu de Simeón, cuyas posesiones estuvieron unidas a las
de Judá (Jos 19,1-9; Jue 1,3-4). Judit será también de la
misma descendencia (cf. 9,2: «Señor, Dios de mi padre
Simeón...»). En el grupo de los jefes se destaca Ozías. Pregunta a Ajior lo que
ha sucedido (6,16) Yorganiza un banquete (6,21). En la continuación del relato,
es a él a quien
se recurrirá (7,23) y quien tomará las deCisiones de
urgencia (7,30-32), atrayéndose los reproches de Judit (8,11-
19
16). Con un delicioso anacronismo, J. Steinmann califica a
Ozías de «alcalde» de Betulia.
Todo el pueblo. Los ancianos de la ciudad son convocados
para escuchar a Ajior. Pero, por un efecto de ampliación, es ante la ekklesía,
la asamblea general de Betulia con
«todos los jóvenes y las mujeres», «en medio de toda la
gente», donde AJlor da cuenta de los acontecimientos y de
las «insolentes palabras de Holofernes contra Israel»
(6,17).
La oración del pueblo (6,18-21)
- - - - - - -
La reacción del pueblo de Betulia -desde hace muchos días
están en ayuno y oraCión (4,9-15)- es un grito de súplica:
«Señor, Dios del cielo, mira.", ten piedad".,
mira.,,».
El grito de súplica. El gnto se dirige al Señor, ya invocado
como Dios del Cielo (5,8), pero no es lamentación o confesión de los pecados.
Cunosamente, ninguna de las oraciones del libro de Judit es una lamentación,
ninguna
contiene la menor confesión de los pecados. «Los judíos
no tienen nada que reprocharse, la invasión de Holofernes no
es un castigo, es una prueba» (J. STEINMANN, p. 111).
Ante las insolencias de los asirios, que se consideran como
Dios, el pueblo de Betulia opone la humillación de aquellos
que están consagrados al Señor (cf. Dn 7) y cuya fe es
segura: «El Señor se opone a los arrogantes / otorga su
gracia a los humildes» (Prov 3,34 LXX).
Un banquete particular. Después de la oración dirigida
al Señor, la asamblea felicita y consuela a AJlor. El
banquete ofrecido por Ozías a Ajior y a los ancianos parece bastante poco
coherente con el riguroso ayuno del que se trata desde el cap. 4. Algunos lo
interpretan como una táctica
por parte de Ozías: «Una reunión mucho más limitada sólo
con los ancianos, con el pretexto de un banquete», ocasión
de conversaciones «sobre las fuerzas, las armas, el dispositivo y el estado de
ánimo del ejército de Asur», más
que sobre la calidad de la comida (G. LABOUÉRIE, p. 39). En
efecto, la conclusión del relato no nos deja una impresión
de alegre banquete: «Durante toda la noche estuvieron
invocando la protección del Dios de Israel» (6,21).
Holofernes se prepara para el ataque
En Jdt 4,1-15 habíamos asistido a los preparativos mIlitares
y religiosos en Betulia. En Jdt 7,1-5 vemos la puesta
en acción de las fuerzas de Holofernes: «170.000 infantes,
12.000 jinetes, sin contar la intendencia [".] una
muchedumbre incontable» (7,2). M.-F. Baslez ha señalado aquí el
buen conocimiento que tiene el autor del «lenguaje militar
helenístico y de la organización de un ejército. Utiliza
corrientemente el término ep,lektoi". una
"leva" de soldados más que una verdadera selección {Jdt 2,15.19;
3,6)".
El empleo de los términos spelra, banda, cohorte (Jdt
20
14,11), strategos (Jdt 2,14; 5,2; 7,8; 14,3.12) o qUlliarca
(Jdt
14,12) sugiere el organigrama mencionado por Poliblo
para el ejército seléuClda (Poliblo 18, 30), del que no
tenemos ninguna otra huella» (Polémologie, pp. 366-367). Recordemos que el
término «estratega» se aplica en 2 Mac
12,2 a los gobernadores de las eparquías de Cele-Sina. Es
el comienzo de una operación de cerco. La gente de Betulia,
impresionada por semejante despliegue de fuerzas,
sólo puede montar guardia durante la noche.
La ciudad asediada
Varios episodios se encadenan según el procedimiento
bien experimentado a partir de este momento de la
alternancia de los puntos de vista: primero por parte asiria
(7,6-18) y después por parte de Betulia (7,19-32).
La maniobra asiria
Inspección (7,6-7). La operación de cerco, tras el
despliegue de las fuerzas, continúa con una inspección de Holofernes relativa a
la alimentación y al agua: «Inspeccionó
las fuentes, se apoderó de ellas y dejó allí una
guarnición»,
Aquí hay que distinguir la naturaleza de las fuentes: no
son cisternas, Las fuentes del valle son ocupadas en primer
lugar (Jdt 7,6-7,17), Se trata generalmente de fuentes permanentes. Pero
frecuentemente, y la arqueología
tanto de Judá como de Samaría ofrece ejemplos de ello,
las Ciudades tenían a media pendiente reservas, aljibes
alimentados por agua de lluvia, conducida mediante un sistema de canalizaciones
excavadas en los acantilados.
Consejo de generales (7,8-15). Los comandantes de
los pueblos vecinos, Edom, Moab y la costa -deSignados
aquí como hegoumenoi, strategoi, archontes, términos
utilizados en el siglo 11 a. C. para los oficiales del
ejército seléucida-, dan a Holofernes un consejo estratégico: enfrentarse a los
hijos de Israel no en batalla campal, sino
reducirlos por la sed y el hambre controlando las fuentes:
«Les pagarás un terrible salario. ,,» (7,15), En efecto,
esto
se va a mostrar terriblemente eficaz. En 1 Mac 6,28-47,
en el relato del combate de Bet Zacarías, el enfrentamiento
en batalla campal le vale a los ejércitos de Antíoca V la pérdida de
seiscientos hombres, ¿Tomaría aquí
nuestra novela postura contra la guerra «moderna» de los
seléucidas y a favor de los medios tradicionales de tipo
guerrilla?
Operaciones militares (7,16-18). El cerco comienza
con tres operaciones distintas: en el valle, en la montaña
y en la llanura. El efecto está asegurado: «Eran una
multitud muy numerosa» (7,18).
La reacción de Betulia
De la oración a la acusación (7,19-29). Este cerco
produce en primer lugar una reacción religiosa: los hijos
de Israel claman al Señor, su Dios. Después viene la
angustia. Contamos los días: 34. El agua se agota. Después
de un mes de asedio, los habitantes de Betulia están
tentados de rendirse, se vuelven a Ozías y los ancianos acusándolos primero (v.
24) y acusando a Dios después (v. 25),
El narrador describe ahí las habituales reacciones
colectivas, que se pueden esquematizar de la siguiente manera:
«En primer lugar se considera al gobierno como responsable
de todos los males; una vez que resulta evidente que
el gobierno no lo es para nada, se la toma con el azar, con
la providencia, con Dios, invocado a menudo con recuerdos
infantiles; salvo rarísimas excepCiones, los gobiernos
tienen más tendencia a seguir a su pueblo que a
galvanizarlo» (G. LABOUÉRIE, p. 40),
Los habitantes de Betulia viven la tentación en la que han
caído anteriormente los habitantes del litoral, con los
resultados que ya hemos visto (reléase 3,1-5 Y6-10). Pero van
más allá: ven en ello la mano de DIOS, de un Dios «que nos
está castigando por nuestros pecados y por los de nuestros
antepasados» (7,28), ¿Un DIOS vengador que se une a un
pueblo infantil es verdaderamente el Dios de Israel?
21
Un plazo antes de la rendición (7,30-32). La tentaCión de
Ozías respondiendo a la muchedumbre, que presiona en torno a él, no es del
mismo orden. Como lo demostrará la continuación del relato, y espeCialmente la
Intervención de Judit (8,12-14), su tentaCión es... la de la
blasfemia: «No tentarás al Señor, tu DIos» (Dt 6,16).
AJlor, el extranjero, había dado a Holofernes el entena de
discernimiento de lo que constituía la fuerza de Israel: la
fidelidad a la Ley (5,20-21) Ahora bien, ahora los Judaítas
han perdido la confianza, y la propuesta de Ozías no indica
solamente una estrategia -ganar tiempo dando la Impresión de retomar la
InlClatlva-, sino mucho más la perversión de la fe, aSignando a DIos un plazo
de Cinco días.
Es en este preCiso pasaje donde J. Cazeaux descubre el
proyecto del autor de Jdt: «El pecado de aSignar un plazo al
Señor DIos está más oculto y es más profundo en Judá
que la orgullosa voluntad de Nabucodonosor y de los aSInas.
Está también más oculto y es más profundo que la
adoraCión a los otros dioses, de la que AJlor decía a
Holofernes que comprometería la segundad de ese pueblo. De
repente, el Mal ha cambiado de campo De repente, el proyecto
del autor aparece más claramente. Se trata preCisamente de luchar en Israel
contra la tentación de los apocalipsIs o de sus Intérpretes demasiado
presionados Por
definiCión, el apocalipsIs qUiere revelar el plan de DIOS, A
la
22
vez, refuerza la espera, la paCienCia y la esperanza de los
luchadores de DIOS mediante una voluntad de encontrar
y descifrar signos, El libro de Judit rechaza este partido,
y
hace de él el cnmen esenCial» (J. CAZEAUX, p. 203).
Legítimamente podemos preguntarnos sobre el plazo de
cinco días. Apenas encontramos paralelos bíblicos. Pero A
Momlgliano llama nuestra atenCión sobre un texto gnego, la
Crónica de Lindos: «Los Cinco días que los alterados
Judíos, asediados en Betulia, se dan antes de rendirse tiene
su paralelo exacto en los Cinco días que los alterados
gnegos, asediados por los persas en Lindos, se dan antes
de rendirse; el relato gnego está en la Crónica de Lindos,
recopilaCión de vanas fuentes gnegas redactada en 99 a
c,» (A. MOMIGUANO', p. 482).
Después de haber retomado la Iniciativa, según parece,
Ozías vuelve a enviar a cada uno a su puesto: los hombres
a las murallas y las torres, las mUjeres y los niños a sus
casas. Pero esta escena se Cierra con una nota profundamente pesimista: «En la
Ciudad todos estaban profundamente abatidos» (7,32).
1 A. MOMIGLIANO, «Etudes blbhques et etudes c1asslques», en
Problemes
d'hlstonographle anClenne et moderne TraduCClon de A Tachet,
E Cohen y L Évrard París, Galhmard, 1983
Ficción e historia: el sumo sacerdote Joaquín I Alcimo
En el libro de Judit, el sumo sacerdote de Jerusalén se
llama Joaquín
(Yoakim o Joakim. Jdt 4,6-15 Y15,8-10), como en el libro de
Baruc
(Bar 1,7). Ahora bien, varios estudios relacionan estos
nombres con
la figura histórica de Alcimo, sucesor de Menelao en el
cargo de
sumo sacerdote bajo los seléucidas.
«[oo.) En 162, un sadoquita O Mac 7,13-14; 2 Mac 14,7),
Alcimo (una
helenización de Joaquín-Eliaquín), obtiene del nuevo rey
seléucida
Demetrio I la condena de Menelao, su sucesión al sumo
pontificado
y a las tropas para entrar en Jerusalén, donde fue sumo
sacerdote de
162 a 159. Judas Macabeo y su partido nunca lo admiran, y
los dos
libros de los Macabeos lo presentan como un traidor, que
entra en Jerusalén en los carros del extranjero y que es el instigador de la
campaña de Báquides contra Judas Macabeo en 161 (1 Mac 7,5-7.9-24;
2 Mac 14,3-11.26). Pero otros libros bíblicos muestran que
este sumo
sacerdote tuvo partidarios. Los dos libros de los Macabeos
admiten
que reuni6 a los hasidim, judíos pietistas que hasta
entonces habían
apoyado la insurrección. Sobre todo, Alcimo-Joaquín es
presentado
de forma muy favorable, bajo su nombre hebreo, en el libro
de Baruc y en el de Judit.
En el libro de Baruc, colección compuesta y ciertamente
pseudonímica, aparece como el partidario de una tercera vía, la de la espera,
que es justificada teológicamente: el creyente debe respetar
los plazos fijados por Dios para su intervención (Bar 1,7) [...)
En el libro de Judit, su función es aún más importante,
puesto que es
el que decide y el que organiza, desde Jerusalén, la defensa
de las ciudades de Judá, preconizando el recurso a la estrategia tradicional,
mientras que Judas está a punto de modernizar el ejército
(Jdt 4,6-7).
La obra defiende la misma teología que el libro de Baruc, a
saber,
que hay que esperar la intervención divina que materializa
más tarde
el gesto de Judit (Jdt 8,25-30). Se observará en particular
en el discurso de Judit (9,11-27) sobre los plazos de Dios, lo que constituye
también uno de los temas centrales del libro de Baruc.
Alcimo fue, por tanto, un partidario de esperar, partidario
de una guerra defensiva, pero no de la ofensiva que persigue Judas Macabeo tras
la recuperación del Templo. Además, Judit, por su mismo
nombre,
que significa "la judía", personifica la
resistencia nacional y popular,
la que utiliza la táctica secular de la guerrilla. No hay
nada de común,
a primera vista, entre el "pacifismo" de Alcimo y
sus partidarios, los
hasidim (1 Mac 7,13, cf. Sal 73; 74; 82; 83), que no buscan
ningún
recurso en la acción humana y la violencia de Judit, sino,
quizá, una
misma hostilidad hacia la estrategia y la política ofensiva
de Judas y
de los asmoneos (en la requisitoria que el autor de 2 Mac
14,6-10
presta a Alcimo, éste hace de Judas un fautor de la guerra).
En la segunda parte, la novela de Judit es un escrito
nacionalista que
preconiza la resistencia al asalto e incluso a la acción
violenta, pero
en un marco estrictamente defensivo, sustituyendo el
heroísmo de una
familia, que exalta la historia de los Macabeos, por el de
la nación,
personificada en Judit. Sin embargo, el partido que elaboró
el mito
de Judit se distingue, a pesar de todo, del que produjo el
libro de Baruc, puesto que exalta, a través del asesinato de Holofernes, el
recurso a la violencia y a la acción individual, mientras que el otro s610
considera la resistencia pasiva. Las posiciones sobre la
lucha que hay
que sostener contra los griegos estaban, pues,
extremadamente diversificadas».
M.-F. BASLEZ, «LesJuifs face ala culture grecque. Religion
et société en Judée aux époques lagide et séleucide (111'-11' siecle)>>,
en
L'Orient méditerranéen de la mort d'Alexandre aux campagnes
de
Pompée. Cités et royaumes al'époque hellénistique.
Rennes-Toulouse, Presses Universitaires de Rennes - Presses Universitaires
du Mirail, 2003, pp. 278-279.
* **
«Los libros de los Macabeos (1 Mac 7; 2 Mac 14) presentan [a
AIcimo) bajo la peor luz posible a causa de sus alianzas con el ocupante
seléucida. Aparece en compañía de hombres de Israel calificados de "sin
ley ni piedad" (anomoi kai asebeis, 1 Mac 7,5). Él
mismo recibe el epíteto de "impío" O Mac 7,9) y
"manchado" (memolyslenos: 2 Mac 14,3). Aarónida (1 Mac 7,14), pone en
práctica
todo para conquistar el cargo de sumo sacerdote O Mac
7,5.21;
2 Mac 14,7). Lo obtiene de manos del rey Demetrio I
06\-150). Su
pertenencia al linaje sacerdotal no tiene sombra de duda.
Incluso los
asideos lo reconocen: "Ellos decían: Un sacerdote de la
estirpe de
Aarón viene con el ejército: él no nos hará mal" (1 Mac
7,14). Está
incluso bien rodeado: "Los perturbadores del pueblo se
unieron a él,
se apoderaron de Judea y causaron grandes males a
Israel" O Mac
23
7,22). Defiende los intereses del rey Demetrio (2 Mac 14,8)
en un
contexto en que Israel es obligado a ofrecer sacrificios en
el Templo por el rey pagano (l Mac 7,33). Éste es el retrato de Alcimo dibujado
por una literatura hostil. Sobre un fondo de rivalidades en
torno al cargo de sumo sacerdote y de reacciones opuestas
frente al
helenismo, se enfrentan, pues, dos ideologías y dos grupos:
los que
luchan por la independencia, la identidad judía y la
legitimidad del
sacerdocio (¿oníada?), por una parte; por otra, aquellos
que, como
Alcimo, defienden la sumisión leal al ocupante y tratan de
legitimar
su propia autoridad sacerdotal».
A. KABASELE MUKENGE, L'unité littéraire du livre de Baruch.
Études Bibliques. París, Gabalda, 1998, pp. 89-90.
***
«La llamada tan ferviente a permanecer fiel a laTorá sugiere
una época en que la Ley está violentamente puesta a prueba y el nacionalismo
está efervescente. El hecho de mostrar la vinculación a esta Ley,
exclusiva de Israel, hace pensar en una lucha contra el
helenismo y
su tentación; pero, contrariamente a la elección de la lucha
armada,
preconizada por algunos partidos, el autor de Baruc se
alinearía, como
el de Judit, detrás del mensaje de Jeremías: rogad bajo el
yugo del
ocupante, permaneced fieles a vuestro Dios y esperad el
regreso que
os ha prometido. Por eso, bajo la figura del sumo sacerdote
Joaquín,
que aparecía en la puesta en escena histórica en Bar 1,7,
algunos investigadores ven la figura del sumo sacerdote Alcimo (161-159 a. C.)
descrito en los dos primeros libros de los Macabeos (l Mac
7,5-25 y
2 Mac 14): está descrito como un impío colaborador con el
ocupante, enemigo de Judá y de sus hermanos. Sin embargo, la adhesión de
los judíos piadosos (los 1ulsidim) a este sumo sacerdote (1
Mac 7,13)
permite entrever otra imagen: la de un sumo sacerdote que
preconiza otra política distinta a la de la lucha armada, una sumisión leal al
ocupante y la fidelidad a la Ley. En esta hipótesis, el
terminus a quo
de la redacción de Baruc se situaría en el pontificado de
Alcimo
(2 Mac 15,15-16)>>.
24
Jacqueline MOATI-FlNE, Baruch, Lamentations et Lettre de
Jérémie. La Bible d'Alexandrie 25.2. París, Cerf, 2005, pp. 51-52.
***
A1kimo (Alciroo) visto por Flavio Josefo (finales del siglo
1). Compárese este relato tomado de las Antigüedades de losjudíos, XII, 16-
17, con el de 1 Mac 7 y 2 Mac 14.
<<Demetrio, hijo de Seleuco, huyó de Roma,
conquistando la ciudad de
Trípoli en Siria, tomando a sueldo un gran número de tropas
y haciéndose coronar rey. Los pueblos se rindieron completamente a él y
abrazaron su partido con tanta alegría que entregaron en sus manos al rey
Antíoco [= Antíoco V Eupator] y a Lisias, al que hizo morir
inmediatamente. Antíoco no había reinado más que dos años. Algunos judíos
que habían huido a causa de sus impiedades se volvieron a
este nuevo
rey, y el sumo sacerdote Alcimo se unió a ellos para acusar
a los de su
nación, y particularmente a Judas Macabeo y sus hermanos, de
haber
matado a todos aquellos de su partido que habían caído en
sus manos.
[Judas escapa al general Báquides, enviado por Demetrio]
Alcimo,
para ganarse el afecto del pueblo y para afirmar su
autoridad, hablaba
con tanta dulzura a todo el pueblo que algunos, de los que
la mayor parte eran impíos y fugitivos, se unieron a sus filas. Comenzó
entonces a
asolar el país e hizo morir a todos aquellos del partido de
Judas que caían
en sus manos. Judas, viendo que se hacía fuerte de día en
día, y que
tanta gente de bien perecía por su crueldad, se puso en
campaña y mató
a todos aquellos de su facción que pudo apresar. Entonces
este enemigo de su propio país, no encontrándose lo suficientemente fuerte como
para resistirle, se fue a Antioquía a pedir ayuda a rey
Demetrio. [Demetrio envía entonces al general Nicanor, que muere combatiendo a
Judas] Alcimo, el sumo sacerdote, quiso demoler la antigua
muralla del
santuario construido por los santos profetas, pero Dios le
golpeó al instante con una enfermedad tan fuerte que cayó por tierra y murió
después de haber sufrido durante varios días continuos e insoportables dolores.
Había ejercido este cargo durante cuatro años, y el pueblo, por
aclamación general, eligió a Judas Macabeo para sucederle».
4 - Los proyectos de Judit
L
a primera gran parte de Jdt ha puesto en escena la extensión
del imperio de Nabucodonosor hasta el corazón de
Judá (1,1-7,32), La segunda gran parte va a hacer que surja
de este corazón la heroína que da su nombre al libro
(8,1-16,25). Ahora bien, hasta ahora, los únicos personajes
presentados con algo de relieve han sido Nabucodonosor, Holofernes, Ajior,
Joaquín y Ozías, todos hombres, y los tres primeros jefes guerreros. Nada de lo
que se ha contado deja presentir la entrada en escena de una mujer.
La salvación vendrá, pues, de donde no se espera. Después
de la trágica pausa de la «depresión» que ha poseído a
Betulia, un primer episodio presenta muy detenidamente a
la joven viuda (8,1-8). En un segundo episodio, ella toma
la iniciativa de convocar a los ancianos y exponerles sus
proyectos (8,9-10,9). Por último, en el tercer episodio,
muy breve, parte para ejecutarlos (1 O,9b-1 O).
Una viuda estimada
«En aquellos días se enteró de lo que estaba pasando
Judit...» (8,1). De esta forma tan natural introduce el relato
a Judit, cuya semblanza prosigue durante ocho versículos
antes de una nueva mención del rumor en el v. 9: «Judit
se enteró de que el pueblo [...) se había amotinado contra
sus jefes...».
セ⦅ -M _ __ Retrato _ de mujer M _
Genealogía (8,1). Su genealogía atestigua la misma libertad
y la misma fantasía del autor que con respecto a
la historia o la geografía, Se emplean listas existentes
tanto del libro de los Números (Nm 1 y 26) como de los de
Esdras-Nehemías (Neh 12¡ Esd 10)¡ ¡el árbol genealógico
está compuesto por una lista de contemporáneos! Judit
es viuda de un tal Manasés. Su nombre significa simplemente
«la judía», y resulta mordaz al observar que ya es
llevado por una extranjera, la primera esposa de Esaú, hija
de Beerí, el hitita (Gn 26,34).
Posición social (8,2-8). El retrato de Judit es de hecho
bastante singular, pues, en los caps, 8 a 16 abundarán las
descripciones y calificativos, ofreciendo de esta mujer una
imagen bien diferente de la de la viuda de las leyes
bíblicas
(por ejemplo, Dt 24,17-22). En efecto, ella no tiene nada
de persona aislada en situación precaria necesitada de
protección y socorro (cf. el recuadro de la página siguiente),
2S
Una viuda llena de cualidades
según G. LABoUÉRIE, Judith, espérance d'Israel.
París, Centurion, 1991, pp. 53-54.
El final de 8,8: «Nadie hablaba mal de ella, porque era muy
religiosa», parece hacerse eco del poema acróstico que
cierra el libro de los Proverbios: «Engañosa es la gracia,
vana la hermosura; la mujer que teme al Señor merece
alabanza» (Prov 31,30).
Judit es Viuda desde hace tres años y cuatro meses. Su
marido murió de una insolación en el tiempo de la siega
de la cebada. Ésta comenzaba en primavera con la fiesta
de los Ázimos (le, mes, día 26; en nuestra historia es poco
más o menos el momento de la expedición de Holofernes, según
2,1). A la siega de la cebada le seguía la del trigo (111"' mes, día 15;
período en el cual Holofernes ha inviuda (sin hijos, según parece)
vive en ayuno y oración
muy hermosa
muy rica
muy inteligente
sabia y hábil
dueña de sus asuntos
muy deseable
casta e irreprochable
influyente
desinteresada
8,2-5
8,5-6.31; 12,1-5
8,7-10; 10,7.19.21.23
8,7
8,29
10,19; 11,21.23
8,10
12,16; 16,22
8,9
8,10.14; 14,1-5
16,19.23-24
cendiado los campos de la llanura de Damasco, según 2,7).
La indicación temporal no es fortuita, pues el relato nos
sitúa muy claramente al final del verano, tras un largo
período sin lluvia.
Después de su viudedad, Judit lleva una vida muy austera,
«ayunaba todos los días, salvo...» (8,6).
Extraña viuda
Piadosa, ciertamente no tiene marido ni hijos para que le
aseguren la subsistencia, pero es joven, hermosa y rica.
¿No tenía goel ni levir para que se
casara con ella según
las leyes de Dt 25,5-1 O? «La conclusión del libro subraya
esta anomalía -observa J. Cazeaux-, haciendo alUSión a
los múltiples pretendientes que la aguardaban, pero en
vano (16,22-23), con una ironía que la longevidad de Judit
no hace más que acrecentar, puesto que ella desafió hasta
105 ciento cinco años las reglas del levirato» (p. 198).
Añadamos una última observación. En toda la Biblia griega,
tres libros llevan el nombre de una mujer: Rut, la moabita
que se convierte en mujer de Boaz, madre de Obed y abuela de
David; Ester, tránsfuga convertida en reina en el extranjero para la salvación
de su pueblo; y Judit, la joven viuda estéril que se convierte en la madre de
su pueblo. Aunque
«toda mujer en Israel es potencialmente la madre del Mesías,
mediadora del acontecimiento redentor, únicamente
el libro de Judit presenta a su heroína con semejante lujo
de detalles, todos positivos» (G. LABOUÉRIE, pp. 52-53).
Los proyectos de Judit
¿Por qué Judit toma la iniciativa y
decide convocar a los
tres anCianos? Es muy difícil explicar esta decisión. Pero
lo
25
que desencadena todo es el conocimiento por parte de Judit
de un doble rumor que cuestiona a Ozías.
Judit y los jefes de Betulia
------ ----- -- - ----
La invitación (8,9-10). «Judit se enteró de que el pueblo
[...) se había amotinado contra sus jefes. y se enteró
también de que Ozías...» (v. 9). El doble rumor referido se
centra en Ozías. La invitación que comunica la criada reúne
para una convocatoria y tiene por causa primera el famoso plazo de cinco días.
Judit interviene por primera vez (8,11-27). Igual que
una profetisa, Judit desvela de entrada el pecado de los
jefes de Betulia: «No es acertado lo que habéis dicho al
pueblo [...) ¡OS habéis atrevido a poner a prueba al Dios
todopoderoso!» (8,11-13). Es una auténtica requisitoria.
Pero inmediatamente Judit refuta también la teología
deuteronomista de la retribución colectiva y temporal,
tan apreciada por los antiguos profetas de la monarquía
judea-israelita: «Porque si [el Señor) no quiere ayudarnos
en esos cinco días, tiene poder para hacerlo cuando quiera o
para destrUirnos ante nuestros enemigos» (8,15). Rechaza la antigua acusación
de idolatría (8,18-19). Así pues,
no se trata de un castigo divino. Dios no se venga de su
pueblo. «Esperamos, por tanto, que no nos abandonará
ni a nosotros ni a nuestro pueblo» (8,20b).
Este discurso es un buen ejercicio de discernimiento:
«Primeramente, volver -definiéndola simplemente para la finalidad buscada-
sobre aquello en que deben apoyarse
permanentemente la reflexión y la acción; después, pararse
en medio de la presión y establecer el orden de las
responsabilidades y prioridades; por último, decidir la
acción que hay que ejecutar a fondo» (G. LABOUÉRIE, p. 65).
Para Judit, la finalidad de Israel es el honor de DIOS. Los
vv. 24-26 hablan de la decisión que Judit quiere compartir
con sus interlocutores: «Seamos ahora un ejemplo
para nuestros compatriotas, porque su Vida depende de
nosotros [...) demos gracias al Señor, nuestro Dios, que
nos pone a prueba como también puso a prueba a nuestros
antepasados».
Respuesta de Ozías (8,28-31). Ozías responde muy
cortésmente. Ciertamente, comienza elogiando a su
interlocutora, su inteligencia y su bondad (vv. 28-29). Pero
es absolutamente insensible a un cambio de actitud: «El
pueblo [...) nos ha obligado a hacer lo que les hemos dicho
y a comprometernos con un juramento que ahora no
podemos transgredir» (8,30). Quizá Ozías y sus compañeros hubieran
podido prestar atención a la advertencia de
Qohélet: «No se precipite tu boca ni se apresure tu mente
cuando lleves un asunto ante Dios, porque Dios está en
el cielo y tú en la tierra [...) No consientas que tu boca
se
haga culpable, ni digas ante el mensajero de Dios que fue
una inadvertencia» (Ede 5,1.5).
No queda más que el famoso plazo de cinco días. La única
solución que puede considerar Ozías como intervención
del Señor para volver a dar fuerzas a los judaítas es la
lluvia: «Pide por nosotros para que el Señor envíe la fiuvia...»
(8,31). Y, ciertamente, el Dios de Israel puede enviar la
lluvia ante la oración de su profeta, como lo muestra el
ejemplo de Elías (1 Re 18,1.42-44).
Judit no rechazará rezar; su oración ocupa todo el capítulo
siguiente. Pero ella actuará ets; Deus non daretur (como
si Dios no existiera) frente a la abdicación de los jefes.
«Completamente agotados, intelectual y espiritualmente, ya
no son los jefes de Betulia, sino ciudadanos como
los demás, abdicando de sus deberes con respecto al futuro
de su pueblo» (G. LABOUÉRIE, p. 69).
Judit interviene por segunda vez (8,32-34). Judit
anuncia su plan. O más bien anuncia que tiene un plan. El
primer elemento habría podido despertar la atención de
sus interlocutores; con una orgullosa humildad, afirma:
«Vaya hacer una cosa que se contará de generación en
generación entre los descendientes de nuestro pueblo» (v.
27
32). Igual que Débora en Jue 4,9, se atribuye por anticipado
el honor de esta acción, Después, con la autoridad de
un jefe, ella da sus órdenes... a los jefes: abrir las
puertas
y guardar silencio. Del propio plan no desvela nada, excepto
la interpretación que se debe hacer de él: «Antes de
que se cumpla el plazo que habéis fijado [...] el Señor se
servirá de mí [lIt. por mi mano] para liberar [lit. visitar]
a
Israel» (v. 34), La «visita» del Señor es un término
habitual
para designar una intervención divina, favorable o de
castigo, destinada a poner fin a una situación de crisis o de
opresión (Gn 50,24; Ex 3,16). Ya era objeto de la oración
de los israelitas en Jdt 4,15: «Clamaban al Señor con todas
sus fuerzas para que salvase [lit. visitase] a todo Israel». Con un rasgo de
ironía que sólo aparecerá después,
el «por mi mano», fórmula figurada (= por mi medio) se
comprenderá en sentido propio.
La partida de los jefes (8,35-36). Ante semejante autoridad,
nadie la discute: «Que el Señor Dios te guíe...»: la
despedida de Dzías es un deseo que relaciona Ja acción de
Judit con otros episodios liberadores en que el Señor se
compromete ante su pueblo: salida de Egipto (Ex 13,21-
22), Débora y Barac (Jue 4,14), guerra de David contra los
filisteos (2 Sam 25,4).
La oración de Judit
Se trata de una oración de súplica. Después de la
introducción narrativa de 9,1, está compuesta por cuatro momentos: petición de
ayuda al Dios de «mi padre Slmeón»
(vv, 2-4), al Dios señor de la historia (vv. 5-6), petición
de
Intervención contra los aSirios (vv. 7-10) Y reconocimiento
de DIos como protector de Israel (vv. 11-14), Es comparable
a la de Ester (Est C, 12-30), a la oración de Daniel (Dn
9,4-19), a la súplica de Sara (Tob 3,11-15).
28
Una actitud de duelo (9,1). Judit se desviste para la
oración: aparecen los gestos y signos, especialmente el
«saco», vestido de penitencia, hecho con pelo de cabra o
de camello, que dejaba al descubierto el busto y las
piernas. Igual que en Dn 9,21, su oración coincide con la hora
de la oblación de la tarde. Expresa así su comunión en la
fe y la oración con el culto del Templo de Jerusalén.
El Dios de Simeón (9,2-4). La invocación inicial al Dios
«de mi padre Simeón» evoca con palabras encubiertas la
violación de Diná, hija de Jacob y Lía, y el castigo
fraudulento de los culpables por Simeón y Leví (Gn 34). Si en Gn
34,30 Jacob reprocha a sus hijos su venganza criminal,
otros textos como el Testamento de Leví 6-7 o el libro de
los Jubileos 30 excusan su engaño y la masacre de los
Slquemitas, debilitados por su aún muy reciente circuncisión. Judit hace lo
mismo, atribuyendo al propio Dios una
palabra del narrador del GéneSIS: «No será así» (Gn 34,7,
citado en Jdt 9,2), palabra que justifica argucia, matanza,
saqueo y reparto de despojos «entre tus hijos amados que, inflamados por tu
celo, ante la horrible ofensa
infligida a su sangre, te invocaron para que los ayudases».
Ya se anuncia el engaño proyectado por Judit para
vencer a Holofemes, «¡Escucha, Dios mío, a esta viuda!»:
viuda, ciertamente, como Ablgail (2 Sam 11,26-27) o Rut
(Rut 1,6), pero no menesterosa (cf. Ex 22,21-23 y 11). La
violación de Diná es vivida por Judit como una Infamia
nacional.
El Señor de la historia (9,5-6). Dios es el Dios del pasado,
del presente y del futuro. Todos los acontecimientos le son contemporáneos:
«Todos tus caminos están
preparados y tus deCisiones previstas de antemano»,
Súplica por el presente (9,7-10). Judit presenta en detalle
a los asirios, su arsenal militar y sus proyectos de
«profanar tu santuario, manchar la tienda donde mora la
gloria de tu nombre y derribar con hierros los salientes del
altar» (9,8). Judit no puede responder con el mIsmo arsenal'
«Unos confían en los carros, otros en los caballos, /
nosotros, en el nombre del Señor, nuestro DIos. / Ellos se
tambalean y caen, / nosotros nos mantenemos en pie»
(Sal 20 [19),8-9).
Una primera petiCión concierne al Señor. «Mira su soberbia,
descarga tu cólera sobre sus cabezas» (v, 9a). Emplea
el lenguaJe de los oráculos contra Asur (ls 10,12).
Una segunda se aplica a Judit sus armas son su mano y
sus labiOS. Judit ha asegurado a los Jefes de Betulla que el
Señor vIsitará a Israel «por su mano» (8,33). En la súplica
se desvela su plan: «Concede a esta viuda poder realizar lo
que ha planeado. Que mi lengua seductora sirva para golpear
al esclavo con su Jefe y al Jefe con su errado. Que mi
mano de mUjer quebrante su arroganCia» (vv. 9b-1 O)
«¿Cómo podría cumplir una mUjer esta
obra diVina? Ella es
débil, es el símbolo de una raza desprOVista ante la fuerza
de un Imperio mundial pagano. Empleará la astucia. Su
colaboraCión provIsional con el general, que representa al
helenismo, será la SimulaCión de la Sabiduría diVina. La
marrullería de la serpiente del GéneSIS en el paraíso
terrenal va a volverse contra los enemigos de DIOS, . Éste era
uno de los atributos de la sabiduría tradicional, esa
diplomática suaVidad, absolutamente oriental, destinada a engañar a los
bárbaros, Judit usará de la habilidad con que
DIOS ha dotado a sus mejores Siervos, Pone al serviCIO de
DIOS
la cautelosa habilidad de la que Jacob, su venerado
antepasado, había dado muestras en "SIria de Mesopotamla"»
(J STEINMANN, pp. 81-82).
El protector de Israel (9,11-14). La titulaCión desarrollada
en los vv. 11-12 es un verdadero credo que enumera diez atributos del Señor al
que ella Invoca DIOS de
los humildes y rey de toda la creaCión, es «el DIOS de mi
antepasado y el DIOS de la heredad de Israel». Los vv. 13-
14 aplican esta titulaCión a la SituaCión presente: «Escucha
mi súplica y dame palabras seductoras para herir mortalmente [oo.] no hay fuera
de ti ningún otro protector de
la raza de Israel»,
La oración de Judit es la de una mUjer que proyecta la
liberaCión de su pueblo. Los enemigos de su pueblo son los
enemigos de DIOS. Consciente de su propia debilidad y de
la desesperanza de su pueblo, apela al DIOS de los pobres,
de los pequeños (v. 11), al DIOS de su familia. No se dirige
al DIOS de los eJérCitos, YHWH Sabaot, ni al DIOS del Templo
o de la Ley Su DIOS se manifestó antaño a favor de su
pueblo, en los tiempos antiguos de su padre Slmeón,
Mientras que en el período helenístICO la reputaCIón de la
persona adqUiere ImportanCia, Judit no se preocupa más
que de la reputaCión del Señor. Es de su fe, de su
meditaCión de los aconteCimientos de salvaCión de su propia familia, de donde
Judit saca su audaCia y su fuerza.
La mujer sagaz
«La figura de JudIt domma todo el relato hermosa (l0,4
7141923,
11,21 23, 12,13, 16,69), sagaz, llena de deCISión en medIO
de una
CIUdad desamparada, firme, valerosa, que lleva la audaCIa
hasta
la temerIdad, desenvuelta en el arte de sedUCIr y de poner
en práctIca los artIficIOS de la astucIa y la mentlra (9,10,10,13-14,11,5-
6 16-17, 12-414-15), por otra parte muy
"observante" y preocupada por la 'pureza alImentarIa (l0,5, 11,3,
12,2) Y corporal
(12,79), un tanto altlva, orgullosa antlclpadamente de la
"hazaña que va a llevar a cabo, y que se transmltlrá de generacIón en
generacIón" (8,32), pero contando con DIOS, al que en
el momento deCISIVO ella mvoca de una manera patétlca "Fortaléceme
en este momento, Señor, DIOS de Israel" (13,7) Al final
del relato, el autor nos mforma de que "muchos la desearon, pero mngún
hombre la conocIó en todos los días de su Vida" (16,22)
Esto se
comprende cuando se ha matado a Holofernes, ya no se
consIgue marIdo»
E OSTY, <dntroductlOn au hvre de JudIlh»,
en Blble Osty-Trmquet Pans. Semi, 1973, pp 949 950
29
Los preparativos de Judit
Jdt 10,1-5 describe con precisión los preparativos de Judit:
adorno y provisiones. Reemplaza la austeridad del «saco»
por los más suntuosos vestidos. Para nuestro propósito
es inútil extendernos en una discusión textual (los
manuscritos varían) relativa a los panes puros y al queso. Judit jamás comerá
otra cosa estando con Holofernes que
lo que ha preparado y llevado con ella. El v. 5 enumera en
primer lugar los continentes, una bota (askopytiné) para
el vino, una alcuza (kapsakés) para el aceite y unas
alforjas de cuero (pera) para las otras provisiones.
Entre todas las mujeres. La desCrIpción de los w. 3-4
apunta al procedimiento midrásico al mezclar diversos
pasajes tomados de otros textos bíblicos. Detrás de la lenta
preparación de Judit, el lector informado adivina a Tamar,
otra viuda que se disfraza para engañar a Judá (Gn 3B), a
Abigail escogiendo sus provisiones para salvar a su familia
(1 Sam 25, 1B) o incluso, más curiosamente, a las mujeres de Jerusalén, de
cuyas actitudes y adornos se burra
el profeta Isaías (ls 3,20; pero ¿no es justamente eso, en
este juego entre Is y Jdt, un elogio del artificio cuando el
fin perseguido es noble?).
«La acumulación de las vinculaciones literarias que el autor
establece con otros personajes bíblicos femeninos da
a su libro una resonancia desconocida hasta entonces. Por
necesidades de la causa, todas estas heroínas se convierten,
en un poderoso sincronismo, en contemporáneas.
¿Qué es lo que ha podido impulsar a
un autor del siglo 11
antes de la era cristiana a desarrollar estos temas? Una
parte de la respuesta a esta pregunta se puede encontrar
en el tono irónico del libro. En efecto, la burla no es más
que un procedimiento literario destinado a despertar el
interés del lector. Sirve extraordinanamente para la polé30
mica; es un procedimiento subversivo. Hemos visto que
Susana [= Dn 13] es más que un panfleto feminista. No es
la reivindicación de la mujer lo que se defiende en él, sino
el derecho de cualquier inocente a la justicia. Para Judit,
por el contrario, el juicio es muy diferente [...] Judit va
más
allá que Susana en la contestación. Susana es subversivo
interesándose por el caso de una mujer que se defiende
ante sus jueces contra las acusaciones hipócritas de viejos
verdes. Judit lo es aún más mostrando que una mujer
puede tomar la iniciativa y convertirse en un modelo de
fe y de martirio cuando los "ancianos" se
encierran en la
autosatisfacción. Judit es, en alguna medida, David
resucitado, es Judas Macabeo en femenino; su nombre lo confirma, por otra parte
(1 Mac 3,1-9). En la época de la redacción de Judit no debía de resultar
trivial feminizar al
héroe del día» (A. LACOCQUE, pp. 52-53).
Judit y su acompañante se encuentran con los tres ancianos
en la puerta de la ciudad (1 O,6-9a). Éstos ignoran completamente el plan de
Judit, pero, con confianza, elevan
una oración: «El Dios de nuestros antepasados te favorezca y
lleve a término lo que vas a hacer para gloria de
los israelitas y exaltación de Jerusalén» {10,B}. Como
respuesta, Judit «adora a Dios».
El relatp no deja de señalar ni la impresión producida por
Judit: «Quedaron cautivados por su belleza» -¿primer indicio
de una lograda preparación?- ni las órdenes que ella
da a fin de salir «para llevar a cabo lo que habéis hablado
conmigo». A decir verdad, se esperaría más bien una
expresión del tipo «lo que he hablado con vosotros» o al menos «de lo que hemos
hablado».
Partida de Betulia
El relato de la partida es breve (1 0,9b-1 O) Sin embargo,
parece estirarse durante tanto tiempo como la mirada de los
asediados. Por otra parte, se tiene la Impresión de que la
muchedumbre no ha dejado de engrosar para ver partir a
las dos mUJeres' se menCiona al prinCipiO a los tres
anClanos (v. 6), después a los Jóvenes que guardan la puerta (v.
9) y más tarde a los hombres de la ciudad (v. 10). Las
miradas de todos siguen a la heroína «mientras bajaba por
la falda del monte hasta que atravesó el valle». Al regreso
no habrá nadie que aguarde ni espere (Jdt 13,1 Ob-11).
Elena, Judit y María
En 1931. Imtado por el éXito de la pieza de Jean Glraudoux.
JUdlth,
Paul Claudel compuso un largo poema Destacando a la heroína
bíb[¡ca sobre la mitología literaria (cf más abajO la alUSión a la Ilía
da de Homero), se entrega resueltamente a una lectura
cristiana tlpológlca «Judit es la flor de la Sabiduría de DIOS. que los
místiCOS
judíos llaman Sheklná La pequeña CIudad asedlOda sobre la
montaña es la fortaleza donde se mantienen los creyentes en el DIOS de
Israel Nabucodonosor y Holofemes son el enorme tampón matena-
[¡sta en medIO del cual chapoteamos El arma de Judit es la
belleza
y la caridad [ 1La cabeza de Holofernes es el periódico
botín que
la IgleslO se cobra de los herejes »(Carta a Darlus Mlihaud)
Hay
que admirar la intUICión, aunque debemos mostrarnos más
reservados con el deje polémico que, en lo que sigue, ve en el «monstruo»
Holofernes lasfiguras de NestorlO, Calvlno. Darwln, Renan,
Nietzsche, Lutero o Joseph Prud'homme
«Homero nos dice que cuando Elena pasaba por la muralla del
Ihón,
las mUjeres y los vieJos que habían Ido allí para esperarla,
llenos de funa y maldiciones,
desde que la vieron aparecer de repente, como el mar,
desde que sintIeron esa mirada sobre ellos, posarse sobre
ellos la mirada tranqUIla de esos OJos verdes,
callaron, y una especie de admlraclOn y SUSpiroS llenaba sus
salvajes corazones,
comprendiendo que más vale para el alto Pérgamo perecer que
pnvarse de semejante rostro
Así, y mil veces más bella, e lITadlando la glona
prefigurada de María,
los sacerdotes y los ancIanos cuando vIeron a JudIt con su
cnada avanzar hacla la puerta de Betuha
Ella tIene estrellas en las orejas, y el sol sobre su
cabeza, y púrpura en los pies, y fuego alrededor del talle
La antífona del OfiCIO nos dice que ella es ternble como un
ejérCIto dispuesto en orden de batalla
[ ]
Una paloma invenCible está en sus oJos y de sus labIOS se
escapa un ahento bermejO
He aquí que Betuha envía haCIa el Monstruo a la MUjer
vestida de sol»
Paul CLAUDEL, «Judllh» (fragmento), Oeuvre poétlque
Blbhotheque de la Plélade París, Galhmard. 1967, pp 786
Y1162
31
El midrás de Gaster
El texto de este mldrás, descubIerto y publicado en 1924 por
M Gaste" procede de un manuscrito de la Edad Media (SIglos x u Xl) La
CIUdad asediada es Jerusalén y Holofernes ha dejado SitIO a un rey llamado
Seleuco (el nombre, llevado por vanos monarcas, aparece por eJemplo en Dn
11,5-9 o 2 Mac 3,3) Judit es «extraordlnanamente hermosa», de ascendencia real
y sacerdotal Sobre fondo de ayuno y oraCión,
la intriga se [¡mita a la noche fatal En la partida y al
regreso a la Ciudad, el relato mencIQna sospechas por parte de los guardiaS La
fecha
de la hazaña sefiJa en el mes de Adar (duodéCImo mes), mes
de lasfiestas de Punm, la cual celebran el triunfo de Ester los días 14 y 15 Un
Juego de ecos Intertextuales (indIcados aquí entre
parénteSIS) relaCIOna la acción de JudIt con la de Ester (Est 5), pero tamb,én
con la de EJud
(Jue 3) o, mas curIOsamente, ViSto el contexto, con la de
Agar(Gn 16) y con el banquete con que concluyen los proyectos de DaVid
relatiVOS
al Templo (l Cr 29)
1 HIstona Nuestros rabInOS enseñan El dieciocho de Adar es
el día
en que Seleuco subiÓ Está enseñado como asediaba Jerusalén,
Israel estaba en saco y ayuno
2 y habla allí una mUjer extraordInarIamente hermosa, y su
nombre
era JUdit, hiJa de AJltob Oraba cada día en presencia del
Santo -bendIto sea- en saco y cemza Y el Santo -bendito sea- le Inspiró en el
corazón hacer un prodigiO por sus manos Y ella se fue Junto
a los
guardias de la entrada
3 y les diJO «Abndme QUizá se realice un prodigIO por mi
mano»
Ellos le dijeron «¿No pasarás al otro bando?» Ella les diJO
«DIOS
me guarde de ello» Ellos le abneron
4 y ella se fue al campamento de Seleuco, ella y su cnada Y
les diJO
«Tengo un mensaje secreto para el rey (lue 3,19»> Ellos
fueron a
anunclárselo al rey, y le dijeron «Una hermosa Joven ha vemdo
de Jerusalén y dice Tengo un secreto para el rey» Elles diJO «Que pase»
5 Ella entró Junto al rey y se postró ante él El rey le dIJO
«¿Cuál es
tu dispOSIción?» Ella le diJO «Señor, soy de una gran
familIa de lerusalen Y mis hermanos y la casa de mi padre son reyes y sumos
sacerdotes He escuchado que decían con respecto a ti "Ya le ha llegado el
tiempo a esta CIUdad de caer en tus manos" Y me he
presentado antes ante ti para encontrar gracia ante ti» (Est
5,2) Desde que el rey VIO su hermosura y escuchó sus palabras, obtuvo gracia a
sus OJos Y se regocIJó con la buena noticia que ella le anunCiaba Y ordenó a
sus siervos que prepararan un gran banquete
6 Mientras ellos se ocupaban en eso, ordenó hacer salIr a
todos los
cortesanos de su presencia Y se encontró solo con la
muchacha Y
la solICitó para una aCCIOn culpable Ella replIcó y diJO
«Señor, yo
no he vemdo para eso
7 Pero en este momento, no es pOSible, ya que me encuentro
en mi
Impureza Y esta noche es mi punficaclón
32
8 Pero deseo que el rey dé orden a un heraldo, cualqUiera
que vea a
una mUjer y a su cnada que va durante la noche a la fuente,
que no
la toque Y cuando la mUjer vuelva, se pondrá en manos del
rey, y
hará con ella como mejor le parezca (Gn 16,6»> Así lo hizo
el malvado
9 y por la noche InVitó a todos los cortesanos y sus
generales y sus
siervos Comieron durante el banquete con gran alegría (l Cr
29,22)
y se embnagaron con el VInO
10 Cuando los cortesanos vieron que el rey InclInaba la
cabeza, diJeron «Salgamos de su presencia, pues su deseo es encontrarse a solas
con la Judía» SalIeron de Junto a él Se quedaron el rey, la Joven
y su cnada
11 Ellas cogieron la espada y le cortaron la cabeza La
tomaron y salIeron
12 y cuando salieron, los soldados las dIVIsaron Se dijeron
uno a
otro «Que nadie las toque, pues es orden del rey» Ellas
salIeron y
fueron a Jerusalén en mediO de la noche
13 y ellas les dijeron «Abndnos, pues el prodigiO ya se ha
realizado» Los guardias le dijeron «¿No es sufiCiente para ti haber cometido
una falta, para querer entregar la sangre de Israel?» FInalmente,
ella les tilZO un Juramento Y no la creyeron hasta que ella
les mostró la cabeza del malvado Y la creyeron y le abneron
17 y desde ese día hiCieron un día de fiesta Desde que
ocurnó esto
el segundo día, Israel saltó y levanto la mano contra las
tropas
19 y los mataron hasta hacerlos desaparecer del mundo Y los
supervIvientes dejaron sus caballos y sus nquezas y huyeron E Israel
llego y lo saqueó todo
Citado por A -M DUBARLE, Judtth,
1 Études pp 80 81, Y11 Textes, pp 100 103
5 - Judit y Holofernes
L
a Europa del Renacimiento ha dejado muchas imágenes
sorprendentes, dramáticas, del relato central de la segunda gran parte del
libro, el encuentro entre un cruel jefe militar y una heroína determinada.
Maquillada por una
aparente debilidad, ocultada baJo una belleza fíSICa que no
dejamos de admirar -y que hace de pantalla-, la fe de
ésta se hunde en la historia de su pueblo.
Los «labios del engaño» y la «mano de la viuda» (9,9) van
a ejecutar sin odio el plan previsto. Siete momentos
subrayan el encuentro que llevará a la muerte programada
de Holofernes. En primer lugar, el contacto con una
avanzadilla (10,11-17) Ydespués la llegada al campamento militar (10,18-19).
Por último, a la entrada de la tienda del
general tiene lugar el primer cara a cara entre la bella
judía y el poderoso soldado (10,20-12,4). Judit se instala en
el campamento (12,5-9). Una tarde, Holofernes la invita,
empujado por el deseo (12,10-15). Judit le lleva a
embriagarse (12,16-20). Finalmente, sola con él, último episodio,
ella le corta la cabeza (13,1-1 Oa).
En el campamento enemigo
Judit Ysu criada, acompañadas por la mirada de todos los
asediados, han abandonado Betulia. «Iban deprisa.,,»
(10,11), ¿puede haber más franca expresión de la
determinación que las anima?
La hermosa tránsfuga
- - -
Encuentro con una avanzadilla (10,11-17). Interrogatorio
policial, control de identidad: Judit se presenta
como una tránsfuga de los hebreos: «." porque están a
punto de caer en vuestras manos» (v. 12). Ella es hermosa y
su belleza inclina a los soldados a la confianza. Ella
busca encontrarse con Holofernes y usa ya un engaño: «Le
mostraré un camino para que pueda pasar y apoderarse
de toda la montaña".» (10,13). Se presenta como una
traidora a su bando. Queriendo revelar un camino secreto
para poder franquear la montaña, mantiene el mismo
discurso que el traidor Efialtes, el cual, en Herodoto
(Histona, VII, 213), muestra a Jerjes cómo acceder al desfiladero de las
Termóplias.
En el campamento militar (vv. 18-19). Una facción
de Cien hombres para acompañar a dos mUJeres, después
33
un grupo tumultuoso. Es la seducción conseguida y la
admiración de todos: «¿Quién puede despreciar a un pueblo
que tiene mujeres tan bellas?». Nos parece escuchar la
pregunta a propósito de la sabiduría de la Ley en Dt 4,6-8.
La belleza de Judit recibe el homenaje sucesivo de diversos
grupos de hombres. Después de la admiración de los
ancianos de Betulia (10,7-8), aquí estamos ante centinelas
asirios que la escuchan y ven su rostro radiante de belleza (cf. 10,14) Y
después todo el campamento, en el que
su entrada turba la disciplina militar provocando un
tumulto: «Se originó un gran revuelo» (10,18). ¿Qué hará
Holofernes?
¿Una apología del odio nacional?
«Desde el punto de vista moral y religioso, [el libro de
Judit] está
incluso por debajo del libro de Ester; es la apología del
odio nacional y religioso, de la perfidia y el asesinato ad maiorem Dei
gloriam. Ciertamente, estos sentimientos se explican
históricamente por las circunstancias trágicas en que se encontraba entonces el
judaísmo. Pero sólo podemos felicitar a los rabinos por
no haber admitido este libro en el canon bíblico; tanto más
cuanto posee un regusto de sensualidad que sin duda no era querido
por el narrador, pero que resulta de las arriesgadas
situaciones en
las que sitúa a su heroína».
A. LODS, Histoire de la littérature hélJra¡que et ju¡ve.
París, Payot, 1950, p. 791.
«Si los rabinos hubieran estado verdaderamente inspirados
por
los principios que les presta Lods, nos preguntamos por lo
que
habría quedado de los libros del mismo canon palestinense».
J. STEINMANN, Lecture de Judith.
París, Gabalda, 1953, p. lO.
Ante Holofernes
La escena es larga y casi enteramente dialogada
(10,10-12,4). Después de una breve Introducción narratl34
va, se compone de una acogida de Holofernes, una respuesta
extremadamente detallada de Judit y una conclusión que, irónicamente, antiCipa
la continuación, puesto
que se trata de una invitación a partiCipar en un banquete.
Postración (10,20-23). Holofernes duerme. El lujo de
su lecho se hace eco del lUJO con el que se ha adornado
Judit. Él sale de la tienda precedido por treinta lámparas
de plata. Su reacción y la de sus oficiales concluye la
larga cadena de la admiración masculina ante la seducción
femenina: «Quedaron todos cautivados por la belleza de
su rostro»,
Judit «se postró en tierra ante Holofernes». El vocabulario
es preciso, el de la adoración, la proskynesis. En 10,9, el
verbo se aplicaba a Dios: «Ella adoró a Dios»; aquí es
Holofernes su 、・ウエゥョ。エセイゥッN En 3,8 era a Nabucodonosor al
que se le tributaba la proskynesis como a un Dios,
Aunque la postración no implicaba necesariamente la
divinización de los soberanos, algunos lo impusieron como
tal. Alejandro Magno lo exigió a partir de un cierto
momento, según Quinto Curcio, histOriador latino del Siglo 1:
«No quería sólo que se le llamara, sino que se le
considerara como hijo de Júpiter, como si tuviera sobre sus conciencias el
mismo poder que sobre sus lenguas. Exigió entonces a los macedonios que le
saludaran a la manera de
los persas, postrándose por tierra en humilde adoración»
(Historia de Alejandro, VIII, 5). Y Antíoco IV reivindicó,
siguiendo al lágida Ptolomeo V, el título de «Theós Epifanés» (Dios
manifiesto).
Palabras de acogida (11,1-4). Aparecen varios temas
en el discurso de acogida de Judit por parte del general de
Nabucodonosor, «el rey de toda la tierra». ¿La razón del
más fuerte es siempre la mejor? Atestiguado en el Gorglas de
Platón (483d-484c), el adagio parece subyacer aquí
en el discurso.
Pero éste retoma también el vocabulario de los oráculos
de salvación del regreso del exilio: «No temas, que yo te
he rescatado, te he llamado por tu nombre y eres mío»
(ls 43,1-4), Por último, Holofernes no olvida preguntar a
su visitante: «Dime ahora por qué has hUido de ellos y te
has pasado a nosotros» (11,3),
Discurso con doble sentido
El discurso de Judit (11,5-19) es un modelo de ironía, Todos
los comentaristas lo subrayan y han visto en ello con
razón una de las claves de lectura del conjunto de la
novela. En efecto, el discurso juega absolutamente con el doble sentido de las
palabras empleadas: la veneración y la
adoración que Judit dispensa al Señor, al único Dios de
Israel, son comprendidas por su interlocutor como SI estuvieran destinadas a
él.
Elogio del vencedor (vv. 5-8). Judit empieza por elogiar a
Holofernes. Para Holofernes, Judit es sierva de su
señor Nabucodonosor (11,1.4). Judit se proclama sierva de
Holofernes, sierva de aquel que acaba de afirmar su poder y
su sabiduría. Pero en el mismo movimiento lanza un
ataque escondido «Y presenta un desafío secreto a
Holofernes; que su talento lo descubra, que su poder la domine. Por el
contrario, él va a mostrar su impotencia Ysu ingenuidad» (L. ALONSO SCHOKEL, p,
392),
Ecos del discurso de Ajior (vv. 9-10). Los vv. 9-10 remiten
al discurso de Ajior a Holofernes (5,5-21). Judit valida de alguna forma el
discurso de AJlor sobre la teología
de la retribución desarrollada por el amonita: «No
despreCies sus palabras, Y hazle caso, porque es verdad.,,», A.
Momlgllano ha señalado un paralelo con la HIstoria de
Herodoto: «En Herodoto, libro VII, 2º parte, la escena militar
está dominada por la defensa del paso de las Termópilas,
La escena ideológica está dominada por la conversaCión
entre Jerjes Y el espartano Demarato, que explica a Jerjes
por qué los griegos, Y sobre todo los espartanos, no cederán
ante los persas; ellos no obedecen a individuos humanos, sino a la Ley. En el
libro de Judit, antes de que aparezca en escena la propia Judit, nuestro
interés se centra
en el aspecto militar, en las Termópilas Judías, ese
misterioso lugar de Betulia, mientras que el trasfondo ideológico está ocupado
por la conversación entre Holofernes y
AJior, que no es judío pero que llegará a serlo sin que
entonces se pueda predecirlo (porque es amonita). Ajior explica a Holofernes
que los judíos no cederán en tanto obedezcan a la Ley» (A. MOMIGLlANO, o. c.,
p. 481).
Atrapados por el pecado (vv. 11-15). Judit detalla el
pecado de Betulia y de Jerusalén: consumo de las primiCias y
de bebidas consagradas, Judit parece querer dar una
leCCIón de religión al conquistador hablando de tabúes
alimentarios y conduciendo a su interlocutor a un terreno
en el que es absolutamente ignorante, Así pues, ella se
propone ser su Indispensable consejera. Los problemas de
alimentaCión debidos a la falta de agua condUCirán
irremisiblemente a la gente de Betulia a cometer lo irreparable, Quizá el texto
sugiera que la transgresión de las leyes
alimentarias es un camino para sucumbir a la cultura pagana
y caer así en la Idolatría,
Una mensajera divina (vv. 16-19). La ironía alcanza
aquí su punto más elevado. Judit no es una tránsfuga
cualqUiera. Su insigne piedad hace de ella la mensajera de
DIOS para Holofernes, la anunCiadora de la victoria futura.
SI ella ha hUido es por devoción, para eVitar pecar. Ella
rezará por la noche, en el valle, y Dios le dirá «cuándo han
cometido ya esos pecados» (dicho de otra manera: tiene
línea directa con Dios), «Entonces vendré y te lo comunicaré
[",] Te conduciré [",] ante Jerusalén y pondré tu trono en medio de
ella [",] Todo esto me ha sido revelado an3S
Ajior (Jdt 5,5·24)
En la tienda de Holofemes
Día
Discursos de Ajior y de Judit, paralelos
Judit (Jdt 11,5-12,1)
En la tienda de Holofemes
Noche
Hombre
Jefe de ejército victorioso
Leal
Habla verdaderamente
Afirma el poder del Dios de Israel
Aconseja informarse e incita a la prudencia
No es creído
Condenado a muerte y expulsado hacia sus enemigos
ticipadamente y he sido enviada para anunciártelo». El
lenguaje no está lejos del de los apocalipsis, con la
comunicación de secretos divinos, pudiendo remitir la «presciencia»
reivindicada por Judit a la de Daniel (cf. Dn 2).
¿Ha realizado Judit sus objetiVOs:
ganarse la confianza de
Holofernes, retrasar el ataque del ejército para tener
tiempo de actuar, tener una conversación con Holofernes
y encontrar una vía de salida para sí misma? La continuación
del relato aclara estas preguntas.
El banquete de conclusión
Después de este detallado discurso -ofrecido al lector
como una obra maestra de ironía-, Holofernes cree actuar
como señor. Acoge a Judit con liberalidad, y su primera orden es organizar un
banquete (11,20-12,4). Pero,
puesto que él ha sido seducido, ha empezado a ser venCido,
aunque él aún lo Ignora.
36
Mujer
Sola, de un pueblo derrotado
Tránsfuga
Confirma esa verdad
Confirma su fe en el Dios del cielo
Afirma el pecado de Israel y predice la victoria
Es creída
Con la vida salvada, es integrada en el pueblo enemigo
Un hombre subyugado (vv. 10-13). La respuesta de
Holofernes muestra hasta qué punto está subyu'gado: la
belleza, la inteligencia de Judit lo han seducido, a él y a
sus
oficiales. Judit acaba de ofrecerle la realeza de Jerusalén
adherida a su estrategia. Hermosa, inteligente y piadosa:
las tres cualidades de la tránsfuga hacen efecto en el
general de Nabucodonosor. Se va a convertir: «Tu Dios será
mi Dios» (v. 23). ¿Habría ganado Judit allí donde Ajior no
habría obtenido más que Insultos y la entrega como
prisionero a los israelitas (5,22-6, 13)? ¿Aceptaría Holofernes
la imagen de Dios ofrecida por AJior? La belleza de Judit
ha «vendido» a su Dios a los asirios. Holofernes aún no
sabe cuál será el precio.
Un hombre seductor (12,1-4). El hombre subyugado
pretende ser un seductor. El relato describe los primeros
trabajos de aproximaCión y conquista de Judit por parte
de Holofernes. La introduce en su comedor privado, aquel
con la vajilla de plata, y «ordenó que se le sirviera de su
propia comida y que bebiera de su propio vino» (v. 1). Ju-
dlt alega para el rechazo motivos religiosos, como en Dn
1,5 o Est e, 2B (texto griego): «Tu sierva no ha comido a la
mesa de Hamán y no he honrado el banquete del rey ni
bebido el vino de las libaCiones», Ella ha traído alimentos
puros para su subsistencia y está dispuesta a consumir su
propio alimento en la mesa de Holofernes, Acepta la
invitación, pero no el menú,
La reacción de Holofernes es lógica, El aprovisionamiento
corre el riesgo de agotarse antes de la victoria del asedio
de Betulia, Ahora bien, no hay un israelita en el ejército
asirio capaz de procurar a Judit alimentos puros. Hay que
ver en esta comprobación una confesión, un propósito teñido
de admiración (y de orgullo para el redactor): en el
gran ejército asirla, compuesto por gentes de procedencias
tan diversas, no hay ni un solo israelita, ni un solo traidor a su pueblo.
Por la mano de Judit. La respuesta de Judit es solemne
y recurre a una especie de juramento, como en 2,12 Y 11,7,
Pero la ironía llega aquí a su cima: «", antes de que
el Señor realice por mi mano lo que tiene planeado» (12,4), Holofernes sólo
puede pensar en su victoria, predicha precisamente por Judit (cf. 11,17-19),
mientras que Judit se refiere
a la promesa hecha a los jefes de Betulla: «El Señor
visitará a Israel por mi mano» (B,33), esa mano que, algunos días
más tarde, al final de otro banquete, cogerá un
alfanje".
Plegaria y purificación
- - - - - - - -
Conducida a su tienda, lo primero que hace Judit, después
de todos estos acontecimientos, es dormir, Después se
levanta «hacia la vigilia matutina» y soliCita poder rezar en
el valle.
Estancia en el campamento militar (12,5-9). Ella
duerme por el día, sale por la noche a rezar y purificarse,
Estas idas y venidas no tienen el mismo significado para
todos los actores del relato, Para Judit se trata de la
preparación religiosa para el acontecimiento decisivo (oración
y ayuno de tres días y tres noches), Para Holofernes se
trata de la comunicación con Dios, que le informará del momento en que los
Israelitas, que habrán «cometido ya
esos pecados», tendrán su merecido (11,17), Al mismo
tiempo, Judit acostumbra a los soldados asirios a sus
piadosas salidas nocturnas.
Tres días de ayuno. En los w, 5-7a, todo ocurre con el
permiso de Holofernes. En los vv. 7b-9, el detalle de la
preparaCión está centrado en Judit, que suplica al Señor, Dios
de Israel, que dirija sus pasos hacia el restablecimiento de
los hijos de su pueblo, Una sola colaCión vespertina, éste
es el ayuno de los tres días de Judit (cf. B,6; 10,5; 12,2),
ayuno considerado roto por la invitaCión al banquete de
Holofernes, Ella interviene en el cuarto día.
La noche del banquete
Desde que Judit ha tomado las riendas en su mano (si se
puede deCir) para salvar a su pueblo, se ha desarrollado
una gran jornada, narrada en varios capítulos (B, 1-12,4);
los acontecimientos se han sucedido atropelladamente:
convocatoria de los ancianos, preparativos para su misión,
encuentro con Holofernes. Después han Sido necesanos tres días para acabar lo
que es a la vez sinceridad
(preparación religiosa) y engaño (puesta en escena de las
salidas nocturnas), Estos tres días abarcan algunos
versículos, El relato va a precipitar de nuevo la acción en una
sola jornada, o más bien en una noche, la última, la noche
decisiva,
37
Orgullo y desmesura
- -- -- - ---- - ------- - --- - - --
La mención del «cuarto día» (v. 10) suena como el anuncio
del fin del plazo de Cinco días al que se había comprometido
Ozías (7,20) y en el que Judit había visto una falta de fe
(8,11). Ella había hecho una solemne promesa: «Antes de
que se cumpla el plazo que habéis fijado para entregar la
ciudad a nuestros enemigos, el Señor visitará a Israel por
mi mano» (8,33b). Estamos, pues, cerca del desenlace.
Intervienen cuatro personajes: Holofernesy su eunuco Bagoas,
Judit y su criada. La introducción de Bagoas, nombrado por primera vez, y su
función, eunuco de confianza, tienen como efecto acelerar los acontecimientos.
La invitación (12,10-15). Holofernes desvela su proyecto a
Bagoas: su vanidad y su orgullo de macho están
en juego (vv. 10-12). Es urgente seducir a Judit. La
iniciativa del banquete ¿procede de Bagoas, que está al cargo
de todos los asuntos de su señor? En todo caso, transmite la
invitación a Judit de manera aparentemente impersonal, en tercera persona (v.
13).
El título de kalé paidiské, «bella sierva», «joven belleza»,
«bella dama», como señalan diversas traducciones, es equívoco: paidiské
significa «pequeña esclava», y puede apuntar
tanto a una muchacha como a una mujer joven. El término es
adulador para Judit, viuda desde hace tres años y medio. Sabemos que, dada la
edad en que se casaban las judías, Judit podía tener apenas dieciséis años, a
pesar de los
tres años y medio de viudez. Pero la palabra paidiské
significa también «prostituta» (como en español a veces y en
determinadas circunstancias el término «chica»). Así pues,
las palabras tienen también un doble sentido. La
continuación de la invitación prolonga la ambigüedad: el honor de
compartir las fiestas con Holofernes se convierte en una
asimilación a las «hijas de las asinas que residen en el palacio
de Nabucodonosor»; es decir, a las que pertenecen al harén.
38
Judit maneja la misma ambigüedad y la misma ironía en su
respuesta, pues el Señor al que ella quiere servir no es
Holofernes, sino el Dios de Israel. Puede concluir verdaderamente: «Será para
mí motivo de alegría hasta el día de mi muerte» (v. 14). Así pues, ella se
prepara (v. 15). El narrador subraya
que se lo juega.todo cuidando los artificios de un arreglo
largamente descrito cuando partió de Betulia, un arreglo destinado a «seducir a
los hombres que la viesen» (10,4).
Los excesos de Holofernes (12,16-20). Precedida por
su criada, Judit hace su entrada. A pesar de las reservas de
los modernos sobre la estratagema empleada y el modo
que tiene Judit de deformar la verdad, el relato menciona
inmediatamente el efecto producido sobre Holofernes: «El
corazón de Holofernes latió con fuerza, su ánimo se turbó
y sintió un ardiente deseo de acostarse con ella» (v. 16).
Como siempre, Judit sigue siendo sabia, prudente, sagaz y
astuta. A la invitación de Holofernes, ella come y
bebe". lo
que su criada había preparado, es decir, alimentos y bebidas
conformes a las prescripciones de la Ley (cf. 10,5; 12,1-
4). En cuanto a Holofernes, «bebió como jamás lo había
hecho desde el día en que nació». La medida en el alcohol,
reclamada con tanta insistencia por los sabios de Oriente
-entre ellos los de la Biblia-, no se toma en cuenta (Prov
23,20-21.29-35 [retrato del borracho]; 31,4-5; Eclo 31,25-
31; Is 5,22; 28,1-4). «El alcohol es tumultuoso», afirma el
sabio (Prov 20,1); ¿qué decir cuando, como aquí, ninguna
moderación refrena al bebedor? El exceso de bebida responde,
continúa, amplifica un primer exceso, el de la violencia del deseo sexual (v.
16).
«El borracho que yace ahí, Inerte, es una bestia y peor que
una bestia. Es un hombre todopoderoso que se ha rebajado a
un estadio inferior al de Nabucodonosor cuadrúpedo, herbívoro y loco de Dn
4,30. Es la imagen de la bestia
apocalíptica opuesta al reinado de Dios. Pero es sobre todo
un sátiro dormido, del que Judit va a liberar a la tierra»
(J.
STEINMANN, p. 96).
La decapitación
- -
Estamos en el momento más esperado, aquel en que DIos
va a visitar a su pueblo por la mano de Judit, como ella
misma había prometido a los ancianos de Betulia (cf. 8,33),
Se divide en dos etapas: el alejamiento de cualquier
espectador (vv, 1-4a) y la aCCIón de Judit (vv 4b-1 Oa).
Por fin solos (13,1-4a). Todos se retiran fatigados: han
bebido demasiado. Pero Judit ha conservado el seso. Recuerda
tanto a su CrIada como a Bagoas su habitual salida «como cada día [...) para la
oraCión» (v. 3; cf. 11,17 Y
12,6-7),
El lugar de la acción es el dormitorio, y más exactamente
la cama, Holofernes había programado en ella una violación,
y Judit un asesinato, Cada uno de ellos había considerado al otro como su
víctima, pero no por las mismas
razones. Holofernes, borracho, está tirado en el lecho (v,
2).
Cerca de la cama es donde Judit rezará en su interior (v,
4b),
del poste de la cama es de donde ella tomará el alfanje (v,
6) y sobre la cama donde ella agarrará la cabellera del
hombre (v, 7), A deCIr verdad, algunos comentaristas no dudan
en considerar verosímil por parte de Judit la conformidad
con el deseo de Holofernes, a pesar de la afirmación
contraria en 13,16, Eso significaría una triple ofensa: al propio
texto, a la personalidad de Judit y al Dios de Israel:
«- al texto, tanto en su forma como en su sentido más
elevado. En ninguna parte aparece el hecho de que Judit se
haya ofreCido o que Holofernes la haya poseído, Todo en el
desarrollo del banquete niega esta hipótesis. Es preciso no
haber visto nunca a un hombre verdaderamente borracho
para imaginario capaz de proezas viriles Instantáneas;
- a Judit, tal como aparece a partir del capítulo 8, donde
es descrita como la mujer por excelenCia, con una insistenCia
particular en su deseo de castidad, Es cierto que
todo es pOSible para la naturaleza tanto femenina como
masculina, y a veces quedamos verdaderamente sorprendidos de
las propias reacciones; pero hay que saber lo que
el autor ha querido encarnar en la persona de JUdit, El
último capítulo nos mostrará hasta qué punto un abrazo
querido o Impuesto entre Judit y Holofernes no tiene nada
que ver con el tema del libro;
- al DIOS de Israel, ese Dios de los pequeños, el defensor
de
los débiles y las Viudas, el Dios de los humildes.. , que
enviaría a su hija preferida en Israel a aquello que es una
"vergüenza". Este Dios, que vengó el ultraje hecho a Diná qUince
Siglos antes y que domina en silencio toda esta historia,
¿dejaría sin socorrer de una forma u
otra a aquella que se
ha levantado para salvar a su heredad? Justamente lo
contrario es lo que hay que considerar y ver en esta preservación de la
castidad de Judit: el cuidado de un Dios atento
a todas sus CrIaturas, hasta en las más pequeñas cosas; ¡y
ésta no es una de ellas!» (G, LABOUÉRIE, pp. 101-102)2.
La cabeza cortada (vv. 4b-10a). Antes de pasar a la
acción, Judit reza, Oración Silenciosa, más íntima y
determinante que la que había hecho subir antes de partir para
el campamento enemigo (cap. 9). «Señor, Dios [...) éste es
el momento de ayudar a tu heredad y de ejecutar mi plan
para destrUir a los enemigos que se han alzado contra
nosotros» (vv, 4b-S), Podemos leer una oración análoga en
Est C, 2-4.8 (texto griego, oración de Mardoqueo), El
anunCIO de la «visita del Señor a Israel» (8,33) hecho a las gentes de Betulia
encuentra un nuevo eco, Judit reza no por
2 En época moderna y contemporánea, la castidad de Judit es
frecuentemente Incomprendida. Algunos pintores han otorgado a Judit
los rasgos de su señora y se representan a sí mismos como
Holofernes. Mlchel Lelrrs, etnólogo y escntor (1901-1990), «hiZO un amplio uso
de las figuras de Salomé y Judit en su autobiografía
amorosa, haCiendo de ellas tipOS femeninos sin tener en cuenta la letra del
texto bíblico» (M. DE LAUNAY, p. 77) En Mots sans mémolre (1969), Lelrls se
atreve con esta provocativa aliteraCión: «Judit: judía JuiCiosa, saca la tija
Justiciera de la yacija putañera de su jubón»
39
Betulia, sino por la «exaltación» de Jerusalén, según el
mismo deseo de los ancianos en el momento de partir
«El DIos de nuestros antepasados te favorezca y lleve a
término lo que vas a hacer para glona de los Israelitas y
exaltaCión de Jerusalén» (10,8).
En el momento de golpear, JudIt lanza una últIma inVOcaCión
«Fortaléceme en este momento, Señor, DIOS de Israel» (v 7). InSiste en el
señorío del tiempo. ahora, en este
momento, en este día. No hay tiempo que perder.
El relato del degollamiento es muy sobno (vv. 6-9). Lo mismo
que DaVid ante el gIgante filisteo (1 Sam 17), Judit se
adelanta para agarrar la cabeza de Holofernes. «Es la
SItuaCión en la que se encuentra esta mUJer, obligada a Ir
hasta el final del acto contra natura de matar a un hombre,
Siendo esa muerte lo opuesto a todo lo que ha VIVido
hasta ahora. En el momento de cortar lo que constituye
la fuerza del ejérCito de Asur, SI ella pide a su DIOS la
fuerza para golpear, se trata de la fuerza que ha descnto como
la de su DIOS, la fuerza de los humildes, los pequeños, la
de todos los hombres cuya sangre clama JustiCia . Entre
el momento de la deCiSión y aquel en que se encuentra la
espada en la mano enCima de un hombre dormido hay un
abismo que, para ser franqueado, eXige "fuerza",
no sólo
por el propiO gesto -le será precIso hacerlo dos veces
(13,8)-, sino para poder VIVirlo el resto de su Vida .» (G.
LABOUERIE, pp 104-105). El ayuno no ha debilitado la muñeca
de Judit Holofernes decapitado, su cuerpo caído en tierra,
el dosel arrebatado (Holofernes descansaba baJO él desde
la llegada de Judit al campamento en 10,21), su cabeza en
la alforja de las prOVISiones
«Todo acaba en suma en el saco de las prOVISiones hasta
la cabeza de Holofernes acabará en el fondo de ese mismo
saco. (No se han acostumbrado los guardias aSinas,
despues de tres días, a verla Ir y venir con el Inocente
saco'
Todo acaba en el alimento, y es al inSistir en estos dos
40
momentos, el Instante en que Holofernes ofrece una pnmera
vez su vino y sus platos, que Judit rechaza en pnnCIPIO (12,1-2), Y el momento
en que renueva su ofreCimiento con más éXIto esta vez (12,10-11), cuando el
narrador expone a Judit a los mayores nesgas» (J. CAZEAUX,
p.208).
«Salió rápidamente y entregó a su criada la cabeza de
Holofernes; ella la colocó en la alforja de sus prOVISIones, y
salIeron las dos Juntas para rezar como acostumbraban»
(vv 9b-10a). Ironía Siniestra la del final de esta escena
Una lectura apocalíptica
«Delegados de DIOS y de Satanás, Judit y Holofernes son los
encargados de Ilustrar los profundos caracteres de estos dos poderes
antagónicos Ahora bien, Satanás es tan bestia que DIOS es
hermoso
La bestia satánica de Holofernes resplandece en el resultado
de
la formidable conqUista que había soñado Monr en medIO de su
propio campamento, la misma noche que debía preceder al tnun
fo, por la mano de una mUjer y de un golpe de su propIO
alfanje,
l.no es de una Ironía suprema? Haber remOVido el mundo
entero
para acabar en este mepto encuentro con la muerte más
mfamante
Porque no hay que olVidar el desprecIO que los onentales -y
con
mayor motivo los guerreros- sentían por las mUjeres
Judit es no sólo delicada y astuta -lo que supone una gracla-,
también es admirablemente hermosa Qué reconOCimiento no
debemos al autor msplrado por haber sabido hacer esta apología de
la belleza En la época en que tnunfaban los gnegos y su
estétl
ca de la armonía, el autor de Judit ha comprendido que los
JudlOs
no podían dejar a los paganos el monopolio de la admiraCión
que
provoca un rostro hermoso, SI envuelve un alma capaz de
heroís
mo Qué humor en su deseo de que la mejor apologética de la
verdadera religión sea la belleza de aquellas que la practican ASI,
eVita el peligro de que el trastorno dlVlno de la escala
gnega de
los valores acabe en la apologla de lo feo»
J STEINMANN, Lecture de Juduh
París, Gabalda, 1953, pp 131-132
6 - Las consecuencias
de la victoria de Judit
J
udit ha ejecutado su plan y DIOS, por su mano, «ha vIsitado
a su pueblo». Su oraCIón de súplica (9,1-14), pasada por
el fuego de los acontecimientos, se convierte en cántico de
aCCIón de graCIas (16,1-17). Pero, antes de regresar a su
casa, ella remata su aCCIón. Una vez ejecutado el general,
queda por aniquilar el eJército. Es lo que cuenta el final del
libro. In fine, Ajlor reaparece. Pagano que exponía la fe
judía, es el pnmero en pedir a Judit que cuente su hlstona. Su fe
y su IntegraCIón en el pueblo de Israel se artICularán en
este relato.
La composIción concéntnca que enmarca los episodiOS del
encuentro entre Judit y Holofernes puede cerrarse ahora.
El regreso de Judit y de su cnada (13,1 Ob-11) responde a
la partida de Betuha (10,9b-10). El encadenamiento de las
escenas que exponen las consecuencias de la ejecuCIón de
los proyectos de Judit (13,12-16,20) responde eVidentemente
a las escenas de elaboraCIón de esos mismos proyectos (8,9-10,8). En cuanto al
epílogo (16,21-25), retoma
y continúa la notiCIa IniCIal sobre Judit (8,1-8).
Regreso a Betulia
El relato del retorno (13,10b-11) es tan breve como el de
la partida (10,9b-10) Pero es más rápido: en pocas palabras
Judit y su cnada pasan del campamento al valle, del
valle a la montaña y de la montaña a las puertas de Betulla
(13,1 Ob) Es al alba aún oscura del qUinto día cuando
ellas llegan En el silenCIO de la noche, la voz de Judit se
hace escuchar desde lejOS a los guardias. Alba de vlctona
Tanto a la Ida como al regreso, ordena abnr las puertas
ante ella. PreCIsa «DIOS, nuestro DIOS, está con
nosotros...» (13,11). Ella ha realizado el deseo de Ozías: «¿Está
el Señor en medio de nosotros Ono?»: la pregunta que se
planteaban los Israelitas en el desler efidín (Ex 17,7;
cf. Sal 95,8-9) y que estaba InSinU en el pi de los cinco
días ha reCibido «hoy» una r. sotJlstllmEri
41
El triunfo de los proyectos de Judit
La victoria es celebrada. Los proyectos anunciados a los
jefes de Betulla, bajo el velo del equívoco, de la ironía, y
confiados a Dios en la oración (8,9-10,8), han sido
ejecutados, Primeras consecuencias: una alabanza multiforme
y, más Inesperada aunque lógica, la conversión de Ajior, el
amonita,
La cabeza de Holofernes
El macabro trofeo sirve de unión entre diversos episodios.
Desde su llegada triunfal (13,12-17), seguida por el elogio
de Ozías (13,18-20), Judit ha sacado la cabeza de la alforja
(v, 15). Para iniciar una acción militar (14,1-4), la suspende desde la
muralla. Ajior, finalmente, se convierte
ante su vista (14,5-11).
Llegada triunfal y acción de gracias (13,12-17). El
alba aún oscura no es obstáculo para la reunión de la
población de Betulia, desde el más pequeño al más viejo:
«Tras encender fuego para ver bien...» (w. 12-13), La voz
de Judit acompaña a la luz: «¡Alabad a Dios [...] que ha
derrotado esta noche a nuestros enemigos por mi mano»
(v. 14), La súplica silenciosa de 13,4-5 ha sido escuchada,
Ahora es la hora de la alabanza.
El trofeo de la victOria es exhibido: no sólo la cabeza de
Holofernes, sino el dosel. ¿Cómo no evocar aquí las escenas de
exhibición en Jerusalén de la cabeza del griego Nicanor,
vencido por Judas Macabeo (1 Mac 7,47; 2 Mac 15,32)? ¿O Incluso la muerte de
Saúl, su decapitación y la exposición de
su cadáver en las murallas de Bet-Seán (1 Sam 31, 1-13)? No
obstante, Saúl había tenido honras fúnebres (por los
habitantes de Yabés de Galaad), Aquí no habrá nada de eso.
La escena acaba con una acción de gracias de la muchedumbre
inclinada ante DIOS (v, 17).
42
Elogio de Judit por Ozías (13,18-20). Por su falta de
fe, Ozías se había atraído los reproches de Judit (8,11-27)
Ydespués había unido sus deseos de éxito a los de los otros
ancianos (8,35 y 10,8), Retoma aquí y desarrolla la acción
de gracias de la muchedumbre bajo la forma de bendición,
La bendición de Dios recae sobre Judit. Está calcada, por
una parte, sobre la bendición de Melquisedec por Abrahán
en Gn 14,9a y, por otra, sobre la de Yael por Débora en Jue
5,24a. El lenguaje de la bendición es también muy utilizado
en la novela de Toblt no sólo para Dios, sino incluso
para las relaciones entre los hombres (cf. Tob 11,10-15 o
13,1-18).
Táctica militar de Judit (14,1-4). Judit presenta su
análisis de la situación y propone una estrategia, Igual que
Débora en Jue 4-5, es ella la jefa guerrera, «El plan de
Judit, en sus líneas generales, es perfecto; supone 'un profundo conocimiento
del alma humana, como se espera de
un buen estratega. El relato mantiene Intacto el interés
de los lectores y de los oyentes, que esperan su exacta
puesta en práctica» (J, VíLCHEZ, p, 427).
Etapa nº 1: suspender la cabeza de Holofernes en las almenas
de la muralla, Es una exhibición cruel e intencionada de las gentes de Betulia:
profanar al jefe del enemigo vencido ofreciéndolo como presa a los carroñeros,
ver
la cabeza de Goliat llevada por DaVid a Jerusalén (1 Sam
17,54) o la de Saúl expuesta por los filisteos en Bet-Seán
(1 Sam 31,10 Y 1 Cr 10,10). Ahora bien, es en Escitópolls,
nombre helenístiCO de Bet-Seán, donde Holofernes y su
ejército vivaquearon (Jdt 3,10), En la tumultuosa historia
del reino de Israel encontramos el asesinato de los hijOS
del rey Ajab por los ancianos de Samaría por orden de
Jehú: «... los decapitaron; pusieron sus cabezas en cestos
y las enviaron a Jezrael [...] y [Jehúj ordenó: Dejadlas en
dos montones en la puerta de la ciudad hasta mañana»
(2 Re 10,7-8). Un destino análogo se le reservó a Nlcanor
(cf. más arriba, p. 42).
Etapa nº 2: tomar cada cual sus armas y salir de la Ciudad
Etapa nº 3: nombrarse un Jefe y fingir que se baja. Etapa
nº 4 los aSinas Irán a despertar a Holofernes y encontrarán
el cadáver decapitado. Etapa nº 5: hUirán, los persegUiréis y los abatiréis.
Estamos en presenCia de un modelo estratégiCO particular. En
efecto, más arriba, el sumo sacerdote Joaquín había pedido a los habitantes de
Betulia y de Betomestaln
que «ocupasen los puertos de las montañas, porque eran
el paso obligado haCia Judá» (Jdt 4,6-7). Descartando el
choque frontal y quenendo detener a las tropas enemigas en
el fondo de una garganta (Igual que Judas Macabeo en Bet Zacarías, cf. 1 Mac
6,28-54; 2 Mac 13,1-22), Judit preconiza la guerrilla tradiCional. Como había
dICho
Joaquín, alias AIClmo, alias Eliaquín (cf. el recuadro de
las
pp. 23-24), son «las aldeas encaramadas las que detienen
al enemigo Impidiéndole tomar el control de las subidas,
y no una batalla en la llanura» (M.-F. BASLEZ, Pofémofogle,
p.376).
Judit y Ajior (14,5-10). Como conclusión de su discurso,
Judit pide encontrarse con AJlor. El encuentro parece
tener ante todo una finalidad práctica: el ÚniCO VIVO que
ha conoCido a Holofernes (cf. Jdt 5,5-6,13), AJlor, es el
único que puede reconocer su cabeza. Pero para el autor es
también la ocasión de expresar su punto de vista relatiVO
a la conversión -y la Clrcunclslón- de un amonita, a pesar
de las diSpOSICiones del Código deuteronómlco, que excluyen
de la asamblea de Israel a amonitas y moabitas (Dt
23,4). Un pagano puede «creer firmemente en DIOS, hacerse
CIrcunCidar la carne de su prepuCio y sumarse a la
Casa de Israel»; finalidad unlversalista «casI evangélica»
(J
STEINMANN, p. 62). Recordemos que en el marco de los caps
1-7, AJlor tiene la misma funCión que la propia Judit en
los caps. 8-16 (cf. los recuadros de las pp. 36 Y 45)
Ajlor «cae de bruces» y su espíntu desfallece (v. 6) Se
puede evocar aquí la reacción de Nabucodonosor después de
la Interpretación del sueño de la estatua (Dn 2,46) o la de
Daniel ante la VISión deslumbradora (Dn 10,8-9) Sin embargo,
lo que podría no ser más que lo fascmans et tremendum ante lo sagrado, ante la
manifestaCión diVina, se
convierte en alabanza y Júbilo análogos a la bendiCión de
Yael en Jue 5,24 o la de Balaán para las tiendas de Jacob
en Nm 24,6: «Que te bendigan en todas las moradas de
Judá y en todos los pueblos. Cuantos oigan tu nombre se
asombrarán».
Ajlor ha mostrado su conOCimiento de la hlstona de Israel en
su discurso a Holofernes (5,5-19), No es sólo el
pueblo de Israel, deSignado aquí por «las moradas de
Judá», el que es invitado a bendecir a JUdit, smo Incluso
las naciones CIrcundantes. El universalismo de la bendiCión
de Judit se enuncia en labiOS de AJlor. Ahora bIen,
este hlstonador afiCionado reclama el relato de la
decapitaCión de Holofernes: Cuéntame no lo que ha sucedido
o cómo ha sucedido, sino «todo lo que has hecho estos
días» (v. 8). ¿Qué has hecho con tu CrIada durante estos
cuatro días? Nadie se lo ha pedido. Ha tenido que ser este
amonita pronto a la alabanza y la bendición el que provoque
el relato.
y Judit cuenta. Subrayemos que la aurora no se levantará más
que en el v. 11. Estamos siempre en esa alba aún
oscura en mediO del qUinto día (pues el día comienza por
la tarde, para terminar a la puesta de sol), La recepción
del relato de Judit tiene dos efectos: grandes gntos y gntos
alegres por parte del pueblo, y CIrcunCiSión de AJlor: «Al
ver todas las cosas que había hecho el DIOS de Israel, creyó
firmemente, se circuncidó y así quedó definitivamente
agregado al pueblo de Israel». Se une así al linaje de pa43
ganas convertidos en creyentes como Rajab (Jos 6,25), Rut
la moabita o Naamán (2 Re 5). En el v. 11, desde que el día
se levanta, los habitantes de Betulia ponen en práctica las
directrices de Judit enunciadas en 14,1-4, comenzando por
la exposición de la cabeza de Holofernes.
Pánico y matanza
- - - - -
En el campamento asirio queda el cuerpo sin cabeza. Lo
que Judit había anunciado en los vv. 3-4 se realiza al pie
de la letra. El zafarrancho de los habitantes de Betulia, la
preparación de un ataque suscita el pánico en el campamento
de los asirios y el recurso a su jefe.
Macabro descubrimiento (14,12-15,7). Bagoas, el
hombre de confianza del general, es el que descubre el
asesinato y la superchería de Judit. Sus gritos y lamentos se
extienden pronto a todos los oficiales. «¿Por qué esta
desesperación de Bagoas? ¿No tenía el general un estado
mayor capaz de reemplazarlo? Ciertamente sí. Pero no hay
que olVidar que en Oriente el poder era absoluto. Los
monarcas y sus todopoderosos ministros gobernaban como
dictadores de inmensos imperios. La desaparición de un
general en jefe provocaba en el ejército un vacío al que era
tanto más difícil de poner remedio cuanto el favor del
príncipe desempeñaba una función determinante en la sucesión. Éste era el caso
de los propios reyes. A finales del siglo 11 a. e, la frecuencia de los
atentados en la corte, la
sangrienta competencia entre herederos de la corona y las
guerras de sucesión hicieron que el imperio de los
seléucidas se deslizara por una escandalosa decadencia. Por otra
parte, los poderes del general, emanación de los del
príncipe, tenían algo de divino. La muerte de un jefe supremo
era no sólo un siniestro presagio; privaba al ejército del
representante del rey divino. Los soldados que dejan asesinar a su jefe eran
solidariamente culpables del crimen de
44
lesa majestad y sacrilegio. En la antigüedad, con estos
asuntos no se bromeaba» (J. STEINMANN, pp. 104-105).
La huida de los asirios lleva su tiempo, puesto que Ozías
tiene tiempo de alertar a las Ciudades míticas de
Betomestain, Betas, Jabas y Cola. La persecución comienza siguiendo un
itiñerario bastante fantasioso. Los guerreros
judíos empujan a los fugitivos hasta Jabas, ¡situada al
norte de Damasco según Gn 14,15! Pero las gentes de Galaad
y de Galilea atacan a continuación a los asirios por el
ftanco hasta la proximidad de la misma ciudad, lo que supone que debía de estar...
en la llanura de Esdrelón. Los
habitantes de Betulia «cayó [¿singular?, ¿plural?] sobre el
campamento de Asur, lo saqueó y se enriqueció mucho.
Se hicieron con mucho botín, pues había allí una enorme
cantidad».
¿Una guerra santa? El saqueo dura
treinta días. En su
cántico, Judit sugiere que todo esto indica una «guerra
santa», sobre el modelo de la conquista de Canaán por Josué,
donde Dios es reconocido como el único jefe y al que
se le debe todo, destrUido o destinado al anatema. En
efecto, Judit exalta al Dios «que pone fin a las guerras»,
al Señor todopoderoso que ha actuado por su mano
(16,5); evoca el grito de guerra y la «batalla del Señor»
(vv.
11-12). Por otra parte, el botín no es entregado al anatema
total: ningún ser vivo, hombres y animales, es masacrado, ni quemado ningún
bien mueble, ni los objetos de
metal セッョ consagrados al Señor (cf. Jos
6,18-24). Pero nos
enteramos de que Judit dedicará la parte de botín que se
le atribuye al Templo de Jerusalén, y que ofrecerá a Dios
«como anatema» el dosel de Holofernes (16,18-19).
Así pues, la victoria aquí contada se relaciona y se
distingue de la gesta de Josué. Pero se distingue aún más de las
acciones deslumbrantes llevadas a cabo por los Macabeos.
No se puede decir que éstas sean signo aquí de guerra santa.
En efecto, Dios no ordena nada a Judas y a sus herma-
nos; muy Justamente envía a un caballero celestial por el
camino de Bet-Sur (2 Mac 11,5-8). Judas ve en él un signo
de aliento, pero para el resto se trata de medIos puramente
humanos. Para expresar la salvaCIón aportada por
DIos se refiere al paso del mar ROJo (1 Mac 4,9) o a la
liberaCIón de Jerusalén baJo Senaquenb (1 Mac 7,40-42; 2 Mac
8,19; 15,22), pero nunca a Josué, a la conquista o a la
época de los Jueces Un abismo separa a Judas de Judit.
Paul BEAUCHAMP, «JUdIth», en Cmquante portra¡ts blbltques
París, SeUII, 2000, pp 242 245
Así, el hbro de JUdIt tiene como verdadero sUjeto el doble
paso de la
frontera que separa a Israel de las naCIOnes, por una
mUjerJudía para
sahr hacia los pueblos y extirpar de ellos el mal, por un
hombre cananeo para entrar en Israel y recIbIr de él los dones, no sm aportar
el
don de sí mIsmo y de su propIa hIstOrIa Ambos motivos van
conJuntamente Una JudIa, un cananeo, de cada parte de una CIUdad ase
diada, cambIando de bando Una vez más aparece que Israel y
las nacIOnes no pueden eVItarse La Imagen de AjIor entregado a la muerte
Junto a las murallas y después hberado merece quedar grabada
en
nuestras mentes como un recuerdo no menos profundo que el de
JudIt y su trofeo Una muralla se derrumba por el hecho de un cuerpo
entregado a la muerte El enemIgo es ehmmado, el extranjero
se conVIerte en hermano
La judía y el extranjero
El deslumbrante gUIón IUterpretado por JudIt y Holofernes no
logra- atraer a las nacIOnes AJIor es, en prImer lugar, con sus nesgos y pería
todo su efecto SI no estuvIéramos atentos a una mtrIga que se de- hgros, el
narrador de lo que había escuchado a proPÓSItO del pueblo
sarrolla en un segundo plano y cuyo protagonIsta es AJlOr,
el cana Judío El propIO AJIor es después el destmatarIO del relato de JUdIt
neo «comandante de todos los hIJOS de Amón» [ JPara mfonnar
a Los dos relatos son muy dIstmtos, como para mostrar que el relato
su Jefe de las oportunIdades del campamento Judío, AJlOr le
hace es- de Israel nunca está acabado El oído del cananeo se abre dos veces
cuchar un relato que se remonta a Abrahán Hacer un resumen
de la PrImero prestando fe al ancestral relato de Israel Después deseando
hIstOrIa de Israel es expresar la fe de Israel La conclUSIón
es que este escuchar cómo se había prolongado ese mIsmo relato hasta «hoy»
pueblo es mvulnerable SI no ha ofendIdo a DIOs Lo que
sIgnIfica que Hora decIsIva, expresamente observada por la palabra «creyó»
Creer
Nabucodonosor, que se ha SItuado como rIval de todos los
dioses, no en el relato de Israel y no solamente escucharlo esto es lo que se
Iguala al de los Judíos Semejantes palabras sólo pueden
ofender a propone a los pueblos «Creer y ser cIrcuncIdado» la secuenCIa de
unos oídos babIlonIos Como castigo, AJlOr es atado y después
aban- estas dos expresiones, tan claramente marcada, apoyada sobre el
donado a los pIes de las murallas de Betuha, donde esperará
ser ma- «creen>, y dIcha de un cananeo, abre a un mundo nuevo Sm estas
sacrado con los habitantes de la CIUdad en el momento del
asalto Pero pocas palabras, qUizá este hbro nunca hubIera entrado en nuestras
los Judíos se percatan, lo recogen y lo recIben como huésped
EscrIturas
Como conclusión, JUdIt, que vuelve a donde los suyos con la
cabeza
de Holofernes, hace llamar a AJlor para que la vea Él
exclama entonces «Que te bendIgan en todas las moradas de Judá y en todos los
pueblos» (Jdt 14,7) Le pIde el relato de su hazaña hasta el
momento de su encuentro Tras lo cual, «al ver todas las cosas que había hecho
el DIOS de Israel, [AJIOrJ creyó finnemente, se circuncIdó y aSI
quedo defimtlvamente agregado al pueblo de Israel» (Idt
14,10)
Parece que la hazaña de Judit no ha acabado hasta que el
cananeo se
ha convertido Obra de DIos en la cual ella no había pensado
cuando
medItaba sólo en salvar a su pueblo El motivo de una adiCIón
al pue
blo Judío está tomado de los relatos de la conqUIsta, con la
entrada
de la prostituta RaJab en el pueblo vencedor [ J
Tanto para RaJab como para AJlor, para estos dos hIJos de
Canaan, el
relato de las hazañas del DIOs de Israel ha Jugado un papel
detennlnante Una funcIOn notable se le reconoce a un relato que parecería
concernir sólo a Israel el relato de Israel es quendo por
DIos para
45
La alabanza unánime
Joaquín (Jdt 4,6.8.14) y la gerousía, consejo de los
ancianos, se desplazan a Betulia. No son las gentes de Betulia
sino las más altas autoridades de Jerusalén las que bendicen
a Judit.
La bendición del sumo sacerdote (15,8-10). Con el
sumo sacerdote está la gerousía. Según el discurso (que
podía ser embustero) de Judit a Holofemes, esta institución
tenía que ser consultada para conceder la autorización para consumir las
primicias a fin de remediar la
penuria de Betulia (11,14). Así pues, ahora tenemos el
reconocimiento y la aprobación de la gesta de Judit por
parte de la propia autoridad. El término gerousía, utilizado
en los LXX del Pentateuco para designar a los ancianos de Israel asociados a
Moisés en la guía del pueblo,
no aparecerá más que en Jos 23,2, en los libros de los
Macabeos y en Judit. Una mención en la carta concedida por
Antíoco 111 a los judíos según Flavio Josefa (Antiguedades de los judíos, XII,
3, 3) ha intrigado a los críticos: «Entre los privilegios concedidos por el rey
a la nación
judía, que podrá vivir según las leyes de sus antepasados,
un lugar especial es para el Senado (gerousía), los
sacerotes, los escribas... exentos de la capitación, del impuesto de la corona
y del impuesto de la sal» (M. DELCOR,
p. 260). Pero es sólo en Jdt donde la gerousía y el sumo
sacerdote constituyen juntos la autoridad por excelencia. No
es trivial observar que ellos llaman a Judit «exaltación de Jerusalén»,
identificando la mujer y la ciudad,
lo salvado y la salvadora. Porque Judit ha actuado por
Jerusalén (10,8 Y 13,4).
Regocijo popular (15,11-13). Después de un saqueo
de un mes estalla la alegría. En términos que no dejan
de recordar el triunfo de David tras su victoria sobre Gohat
(1 Sam 18,6-7), el relato nos hace asistir al cortejo
46
de damas coronadas que exhiben los tirsos (varas de las
bacantes), seguidas por los hombres en armas, coronados
también. Ahora bien, los mismos tirsos en las manos están también atestiguados
-y únicamente aquí en
la Biblia griega- en 2 Mac 10,7, en el momento de la
dedicación tras la purificación del Templo y la muerte de
Antíoco Epífanes.
P.-M. Bogaert, siguiendo a J. de Van Goudoever, ha mostrado
que el conjunto del relato de Judit se desarrolla sobre doce meses con el final
del noveno mes como pivote.
La fiesta de Januká -o de la Dedicación- no es nombrada
por la preocupación de evitar el anacronismo. Pero es entre
dos celebraciones de esta fiesta cuando tiene lugar la
cronología del relato (cf. el recuadro de la p. 11). En el
judaísmo medieval, el recuerdo de Judit se ligó a la celebración de Januká.
Bogaert se pregunta finalmente si Jdt no
habría sido concebido para la fiesta de Januká, como el
rollo de Ester para la de Purim (Calendrier, pp. 67-72).
El cántico de Judit
«Entonces Judit entonó esta acción de gracias...» (15,14).
Acción de gracias que va a extenderse durante diecisiete
versículos (16,1-16). El libro de Judit está atravesado por
oraciones, ruegos y peticiones. A la gran súplica de Jdt
9,2-
14 le siguen los deseos de los ancianos de Betulia en el
momento de su partida (10,8), la invocación en el momento de
ejecutar a Holofernes (13,4-5.7), las bendiciones del regreso a Betulia
(13,14.18-20), la exclamación de
Ajior (Jdt 14,7) y las felicitaciones de Joaquín y del
consejO de ancianos (15,9-10). El cántico de Jdt 16,1-17 es un
himno de acción de gracias. Ahora bien, «ninguna de estas
oraciones es una lamentación. Ninguno de estos salmos contiene la menor
confesión de los pecados. la más
pequeña declaraCión. De un extremo al otro del libro, el
autor de Judit es fiel a su pnnClplo IniCial: los Judíos no
tienen nada que reprocharse, la invaSión de Holofernes no
es un castigo, sino una prueba. Por tanto, a los personaJes
del drama no les queda sino alabar a DIos y darle graCias» (J. STEINMANN, p.
111).
Invitatorio (vv. 1-2). El v. 1 es un Invltatono, una
exhortaCión al corazón: «Alabad a mi DIos con panderos...».
¡Los Instrumentos musicales
(panderos, címbalos) son
nombrados antes que los poetas-compositores y los
orantes! El modelo de esta aCCIón de gracias hay que
buscarlo en el cántiCO de MOisés (Ex 15). ¿No bailaba Mlryam,
la hermana de MOiSés, al son de panderos, arrastrando los
corazones de las mUJeres? «Cantad al Señor, se ha cubierto
de glona, arroJó al mar caballo y caballero...» (Ex 15,20-
21). Otro modelo Igual de épIco es el cántiCO de Débora y
Barac (Jue 5,1-31).
El v. 1 comienza como los salmos de alabanza: Sal 33; 47,
81; 96; 98; 100; 117; 144; 149; 150. «Alegraos, Justos, en
el Señor, / que la alabanza es propia de los buenos» (Sal
33,1).
«Pueblos todos, batid palmas, / aclamad a JIOS con gntos
de Júbilo» (Sal 7,1).
«Cantad al Señor, bendeCid su nombrel» (Sal 96,2a).
En el v. 2, el motivo del InVltatono se desarrolla pnmero
de forma genénca y después se aplica al caso de Judit.
El DIos «que rompe las guerras como el Señor» es una Cita
de Ex 15,3 según el texto gnego. Ya presente en la súplica
de Judit (9,7), la expresión no tiene el sentido de «romper
el combate» o «detener la guerra», significa que DIos es
capaz de romper los brazos de los guerreros (Sal 10,15,
37,17) o de quebrar sus armas (Sal 46,10; 76,4). La
aplicaCión al caso de Judit Introduce el recuerdo hlstónco de los
vv. 3-12: «Me arrancó de la mano de aquellos que me
perseguían [cf. Sal 31,16].. ».
Alabanza al Señor de la historia (vv. 3-12). Los vv
3-12 retoman muchos elementos del relato de Jdt 8-15.
Podemos diVidir el texto en tres estrofas: orgullo y
humillaCión de Asur (vv. 3-5), vlctona de la mUjer Judit (vv. 6-
10) Y vlCtona de los débiles (vv. 11-12).
En los vv. 3-5 no hay necesidad de retomar los oráculos
contra Asur en los libros profétiCOS (Jr 1,13-15, 4,6.15-16;
6,22-23; Ez 38,6.15; 39,2; JI 2,20). Basta con ceñirnos a
nuestra novela, y más particularmente al relato de Jdt 2:
las crueles órdenes dadas en 2,6-8, ejecutadas en 2,23-28.
La oposIción encontrada por los aSinas no es otra que el
propio Señor «por la mano de una mUJer» (la de JUdit,
reléase 9,9-10; 12,4; 13,5.14-15; 14,18). La mano del Señor
estaba en el cántiCO de MOisés (Ex 15,6.12.16), pero era la
de Débora en Jue 4,9 o la de Yael en Jue 4,21; 5,24-26.
«Respondiendo a la misma criSIS que los libros de Daniel y
de los Macabeos, el libro de JudIt se distIngue de ellos
haCiendo de una mUjer el agente humano de la liberaCión del
pueblo. Slgmficaba enlazar en Cierta manera con la tradiCión
de una Débora o una Yael (Jue 4-5). El autor explota
la tipología del Éxodo, acontecimiento bien anclado en la
conCienCia del pueblo por el texto de Ex 14-15 y las
relecturas que se hiCieron de él. El Señor liberó a su pueblo por
su mano, pero también por la de MOisés. Aquí utiliza la
mano de Judit... La liberaCión de Israel por la mano de
Judit es el tnunfo de'la fuerza de DIOS en la debilidad
humana. tイ。ョウヲッイュ。、セ en guerrera adornada con
su belleza, Judit aparece desarmada ante el conqUistador Holofernes. Pero la
ImpotenCia es el arma más poderosa cuando el Señor es el socorro del opnmldo y
el apoyo del débil.
Él es el actor pnnClpal de la guerra santa» (J AUNEAU, pp.
376-377).
En los vv 6-10, Judit canta a las armas que ha utilizado.
La hiJa de Meran repasa la belleza de su rostro (subrayada
tanto más parel narrador: 8,7; 10,7 14 19.23; 11,21.23;
47
16,9) Y el cUidado de su adorno (10,3-4). El Cantar de los
Cantares también menCiona estas armas de seducCión en
la amada (Cant 7,2-7). Están alineadas en seis suntuosos
estlcos. Entonces cae, de golpe, el séptimo estlco: «Pero
el alfanje cortó su cuello». Los persas y los medos, tanto
aquí como en el libro de Daniel, no son sino el cnptograma
para deSignar a los enemigos.
Los vv. 11-12 retoman el relato del combate de los
habitantes de Betulia en 15,3-7, pero en el marco de una guerra santa. DIOS ha
continuado actuando como lo hiZO por
mano de Judit. Ellos lanzan gritos de guerra, la teru'á (cf.
Jue 6,3-20; 7,17-20; 1 Sam 4,5-6): esos humildes y débiles
del Señor que son los Israelitas, pueblo que ha sido
adqUirido (Ex 15,14-16). Imitan a Judit luchando con «los labiOS del engaño»
(Jdt 9,10) tanto como con las armas. Los
Insultos reCibidos antaño (<<esclavos», cf. 14,13.18)
son devueltos a los adversarios: «hiJos de mUjerzuelas [1 Sam
20,30, texto griego], hiJOS de tránsfuga [Jdt 6,5]». No nos
atrevamos a buscar los equivalentes actuales."
Alabanza al Señor de la creación (16,13-17). En los
vv. 13-17, la alabanza se prolonga ahora a toda la creaclón,
en el vocabulario tradiCional de los himnos del salteriO o de Is 40-55. El
señorío universal del DIOS de Judit es
confesado frente a la pretensión Idolátrica de Nabucodonosor
proclamada en Jdt 6,2.
El cántico acaba con un rasgo apocalíptico: «¡Ay de las
naciones que atacan a mi raza".!» (v. 17), que hace estremecer.
«Desearíamos que no se hubiese escrito este versículo terriblemente
naCionalista y racista [.,,] Esta amenaza,
de la que se hacen eco tantos pasajes apocalípticos, es la
explosión de cólera de un pueblo exacerbado por la
persecución. Se comprende, pero habría que guardarse de volverla a deCIr» (E.
OSTY).
Fiestas en Jerusalén (16,18-20). El cántiCO concede
ahora lugar al culto en Jerusalén, después de las fiestas
que duran tres meses. La adoraCión, la proskynesIs,
eVIdentemente ya no se dirige a Holofernes, lugarteniente
de Nabucodonosor, sino a DIOS (eso ocurría ya en el caso
de Betulia al regreso de JUdit, 13,17). El culto sacnfiClal
se
reanuda plenamente. La propia Judit se convierte en
celebrante: dedica el botín tomado a Holofernes y ofrece
como anatema el dosel. Se comporta como un hombre".
es la encarnación de su pueblo.
Epílogo: una viuda famosa
El epílogo (16,13-17) hace pareja con la notiCIa InICial
sobre Judit (8,1-8). Como todos los epílogos, como sucede
en el drama de Job (Job 42,10-17), en la novela de Toblt
(Tob 14,12-15) o en la de Ester (Est 10,1-3), bien está lo
que bien acaba In saecula saeculorum. Algunos autores
han querido ver en los 105 años de duraCión de la Vida un
indiCIO para la dataCión del libro." La argumentaCión
propuesta no me parece convincente. Ciertamente, más vale
48
subrayar, con Marc de Launay, la tonalidad propia de este
epílogo: «Judit festejada, absuelta de alguna forma tanto de
la crueldad de su gesto como de los mediOS IlíCitos
de los que se ha servido para poder llevarlo a cabo, Judit
alabando a DIOS por haber Inspirado su espíntu y su audaCia,
dándole gracias por haber puesto su belleza al serVICIO de la Justicia y de la
hermosura de Israel, Judit mOrirá Sin descendenCia Nada Impedirá a AJlor tener
una
descendencia judía, pero JUdit, a qUien debe ese posible
futuro, no tendrá hiJos. Al entregar a DIos como anatema el
dosel de Holofernes, ese objeto de lUJo cuya belleza es equívoca, puesto que
recuerda el lecho en el que la
protagonista tuvo que comprometer su honra, Judit sugiere
que la sedUCCIón, su mejor arma, no tiene, sin embargo, nada de ambiguo
Judit no tuvo hijoS de su unión con Manasés, y ya no los
tendrá en lo sucesIvo: no se volverá a casar (su
"hijo" es
todo lo más la nueva Vida que ella da a su pueblo). Sólo
esto le confiere un estatuto singular. Además de que, según
la tradICión, ella tenía que sellar normalmente el contrato de otra Unión, esta
ausencia de descendencia es para
ella sola una espeCie de segundo epílogo: la slngulandad
de su aCCión debe quedar Sin ejemplo. La reprobación no
apunta al hecho de que Judit se haya convertido en culpable
de un asesinato -Yaello fue Igualmente al matar a
Sísara-, sino a la espeCie de equívoco que lo ha hecho
poSible; es deCIr, a la arnesgada y dudosa explotaCión de la
mendaz sedUCCión vinculada a la belleza fíSica. Es esta
inclinaCión haCia la sola representación lo que arrastró al diluvIo: cuando los
pervertidos descendientes de Caín se
consideraron semldloses o hijoS de dioses, y se escogieron
mUjeres en funCión del ÚniCO entena de su belleza aparente
(Gn 6,1-4). La condena apuntaba entonces a la raza
de los "gigantes" y los "héroes", y
Judit estaría a punto de
parecerse demasiado a este linaje de héroes. Las
consecuenCias de su heroísmo no podían ser juzgadas malas,
SinO que es su propiO heroísmo el que debe ser confinado
en los prudentes límites de la excepCión.
El libro de Judit se sitúa así en la bisagra entre el
universo
judío de la obedienCia a la Ley y el mundo antiguo, donde,
baja la InfluenCia gnega, la excelenCia es reconocida en
la pandad entre personas virtuosas que temen los celos
de los dioses cuando ellas ceden a la hybns, pero viven en
la nostalgia de acciones heroICas y bellas que estimulen su
recíproca emulaCión» (M. DE LAUNAY, pp. 74-75).
49
Al final de nuestra lectura, es posible precisar algunos
elementos menCionados en la introducción o a lo largo del
texto y abnr algunas pistas de lectura CrIstiana de Judit.
Inculturación. Al pnnClplo del todo está el recurso al
género de la novela. Es en la época helenística cuando aparece esta voluntad de
enseñar distrayendo. Se ha señalado con respecto a la piadosa novela de un
judío emigrado,
el libro de Tob/t, o incluso en la literatura apóCrIfa, la
novela de José y Asenet, construida en torno al personaje de
José. Aquí hemos caractenzado a Judit como novela de
propaganda polítICo-religiosa. Las técnicas de eSCrItura, la
codificaCión de los patronímiCOS, los topónimos y las
SItuaCiones, el recurso al lenguaje arcaiCO, todo esto no deja
ninguna duda: el autor de Judit qUiere convencer a su lector
de la legitimidad de algunas deCiSiones estratégICas,
tanto desde el punto de vista militar como religiOSO. Frente
a Judas Macabeo y a sus deCiSiones de la guerra moderna, la novela construye el
personaje de JUdit, proVIdenCial reencarnación de las heroínas salvadoras de
Israel
en los tiempos de los comienzos y del estableCimiento de
la monarquía. Las reminiscenCias de la guerra santa vienen
espontáneamente bajo su pluma a reafirmar la certeza de la vlCtona final y de
la paz estableCida definitivamente. Después, lo que también hemos descubierto
de la
funCión del sumo sacerdote Joaquín -alias AIClmo- en el
relato, Igual que el clima de oraCión tanto de súplica como
de alabanza y aCCIón de graCias en los labiOS de la heroí50
Conclusión
na, tiende a reafirmar la pnmacía Inflexible de la dimensión
religiosa y esplntual, en mediO de la prueba y la amenaza: el DIos de la
heredad de Israel, Señor de los Cielos y
de la tierra, escucha la oración (Jdt 9,11). Por último,
este
nuevo tipO de literatura completamente adaptado al
mundo cultural del helenismo será Sin embargo recibido
también en la tradiCión del judaísmo tanto en la liturgia
de la fiesta de Januká o Dedicación como en la literatura
mldráslca de expresión hebrea.
Judit e Israel. Teniendo en cuenta el tipO específico de
eSCrItura, muchas preguntas o reticenCias de los autores
modernos mencionadas al pnnclplo de nuestro recorndo
se disipan por sí mismas. Una novela no es un tratado de
moral, y las preguntas por estratagemas empleadas se
convierten en muy secundanas. Al perSOnificar al pueblo
fiel al Señor en la semblanza que esboza de su heroína, y
al darle el nombre de JUdit, «la Judía», la novela Inaugura
una nueva etapa en la refleXión teológica, como subrayó
aquel que es ahora el papa BenedICto XVI (cf. el recuadro
de la página siguiente). ¿Es legítima semejante
perSOnificaCión cuando se trata de la IgleSia de Cnsto? ¿O cuando
la liturgia adopta a Judit para celebrar a la Virgen María?
El texto bíblico puede superar sus propios hOrIZontes y ser
comprendido de manera nueva por los lectores de generaCiones
siguientes. No hay que acudir arbltranamente a
la ESCrItura a cada paso. Pero nos parece que el
procedimiento que consiste en sustituir a una persona o una co-
lectlvldad es ya lo que ha hecho el autor de la novela.
Entonces se entiende mejor que la tradiCión cnstlana no
haya dudado en leer en ella el combate de la Iglesia contra
los poderes del Mal, y la vICtoria de la mUjer humilde
sobre las potenCias del Mundo «La creación misma espera
anhelante que se manifieste lo que serán los hiJos de
DIos [ .] vive en la esperanza de ser también ella liberada
de la servidumbre de la corrupCión y partiCipar así en la
gloriosa libertad de los hiJos de DIos» (Rom 8,20-21)
Ester y Judit, figuras de Israel
En el margen del canon veterotestamentano, en sus escntos
tardíos,
se desarrolla un nuevo tipo de teología de la mUJer, SIn
embargo completamente ongInal las grandes figuras salvadoras de Ester y JUdIt,
que son muestra de la más antIgua tradICión, entran en
escena, en
carnadas antaño en la figura de Juez de Débora (Jue 4,4,
5,7) Ambas
mUjeres tIenen en comun un rasgo esencial con las matrlarcas
una es
vIUda, la otra pertenece al harén de la corte del rey persa,
las dos se
encuentran, aunque de dIferente manera, en una SItuación de
opreSIon, ambas encarnan al Israel batIdo Israel convertido en «Viuda» y
dismInUIdo por el pesar, Israel deportado y deshonrado entre
los pueblos y reducido a la esclaVitud por el despotismo de ellos Las dos
encarnan al mismo tIempo la fuerza moral Inalterada de
Israel, que
no puede desarrollar su Juego como los poderes del mundo y,
SIn embargo, se burla de esos poderes y sabe vencerlos La mUjer que trae
la salvaclOn, encarnación de la esperanza de Israel, camIna
asíJunto
a las madres benditas y Junto a aquellas que están pnvadas
de bendlclOn Es slgmficatlvo que, en el pensamIento y la fe de Israel, la muJer
figure siempre no como sacerdotisa, SInO como profeta yJuez-salvadora, ésta es
su espeCifiCidad, éste es el lugar que se le atnbuye
Lo que hemos dicho antes se repite y se refuerza la mUjer
esténl, la
mUjer Impotente se convierte en portadora de salvación
porque ahí se
encuentra el lugar de la revelación para el poder de DIOs Después
de
todas las caídas del pecado, la mUjer sigue sIendo «madre de
la vIda»
En la figura de las mUjeres salvadoras -según el género de
la novela
teológlca-, ya se supone y se expresa de nuevo la
profundizaCión teológica que el anuncIO profétIco había desarrollado a partir
de la Imagen de las grandes mUjeres maternas Y también supuesto y expresado de
nuevo lo que debe ser conSIderado como el verdadero centro
de la teología veterotestamentarla de la mUjer el propIO
Israel El
pueblo elegido es Interpretado a la vez como mUJer, virgen,
amada,
esposa y madre Las grandes mUjeres de Israel representan lo
que es
el propIO pueblo La hlstona de estas mUjeres se convierte en
la teologia del pueblo de DIOS, y por eso mismo en teología de la Alianza
Cardenal J RArZINGER, La filie de SlOn
ConsldératlOns sur laJol manale de I'Égllse
Pans, Parole el SIlence, 2002, pp 36-38
S1
Para saber más
Introducciones:
J AUNEAU, «Le IIvre de Judlth», en J. AUNEAU (dlr.), Les
Psaumes et
les autres écnts. PBSB AT5. París, Desclée, 1990, pp.
367-379.
M. NAvARRo PUERTO, «El libro de JUdit», en J M SANCHEZ CARo
(ed.),
Hlstona, Narrativa, Apocalíptica. Introducción al Estudio de
la
Biblia 3b. Estella, Verbo DIVinO, 2000, pp 425-451.
C. NIHAN, «Judlth», en T. ROMER / J.-D. MACCHI / C. NIHAN
(eds.), Introductlon al'Anclen Testament. MdB 49. Ginebra, Labor et
Fldes, 2004, pp. 622-636
Texto
A-M. DUBARLE, Judlth. Formes etsens des diverses tradltlons.
1. Études; 11. Textes. AnBlb 24/1-2. Roma, PIB, 1966.
-, «Les textes hébreux de Judlth et les étapes de la
formatlon du
IIvre»: Blb"ca 70 (1989), pp. 255-266.
comentarios y lecturas
J. STEINMANN, Lecture de Judlth. París, Gabalda, 1953.
G. LABouERIE, JUdlth, espérance d'lsrael. Une femme contre
le totalltansme. París, Centunon, 1991.
A. LACOCQUE, Subverslves. Un pentateuque de femmes. LD 148.
París, Cerf, 1992, pp. 45-62.
J. CAZEAUX, La guerresmnte n'aura pas IIeu. LD 185. París,
Cerf, 2001,
pp. 187-217.
J. VILCHEZ LINDEZ, Tobías y Judit NarraCiones 111. NBE.
Estella, Verbo
DIvino, 2000, pp. 229-491 (excelente repertono bibliográfico
en
las pp. 248-253).
C. LEPRONT / M. DE LAUNAY / L. WEIGERT, Judlth et Holopherne
Tnptyque. París, DDB, 2003.
Estudios
H. CAZELLES, «Le personnage d'Achlor dans le IIvre de
Judlth»: RSR
39 (1951), pp. 125-137
M. DELCOR, «Le IIvre de Judlth et I'époque grecque» (1967).
Reimpreso en Re/Iglon d'lsrael et Proche Onent Anclen. Des PhénlClens aux
Essénlens. Leiden, Bnll, 1976, pp. 251-280.
A MOMIGLlANO, Problemes d'hlstonographle anClenne et
moderne.
Blblotheque des Hlstolres. París, Galllmard, 1983, pp.
91-103;
474-482.
B. RENAUD, «Une femme JUlve dans le combat polltlque:
Judlth. FIgure histonque ou représentatlon symbollque?», en Actes du
Colloque de Strasbourg, La femme dans les sOClétés antlques.
Ktema, 1983, pp. 125-138.
L. ALONSO SCHOKEL, «Estructuras narrativas en el libro de
Judit», en
Hemenéutlca de la Palabra, 11. Madnd, Cnstlandad, 1987, pp.
383-404.
P.-M. BOGAERT, «Le calendner de Judlth et la féte de
Hanukka»: Revue Théolog/que de Louvam 15 (1995), pp. 67-72
-, «La Halaka allmentalre dans le IIvre de Judith», en
Nournture
et repas dans les mllleux jUlfs et chrétlens de l'AntlqUlté.
LD
178. París, Cerf, 1999, pp. 26-40.
M.-F. BASLEZ, «Polémologle et hlstolre dans le IIvre de
Judlth» Revue Bib"que 111 (2004), pp. 362-376.
Lista de recuadros
La estructura literaria del hbro de Judit
La cronología del hbro de Judit
FIcción e historia: el sumo sacerdote JoaquínJAlcimo
Una viuda llena de cuahdades
La mujer sagaz
Elena, Judit y María
52
p. 6
p.11
p.23
p.26
p.29
P 31
El midrás de Gaster
¿Una apología del odio naclOnal?
Discursos de Ajior y de Judit, paralelos
Una lectura apocalíptica
La judía y el extranjero
Ester y Judit, figuras de Israel
P 32
p. 34
p 36
p.40
p.45
p.51
ACONTECIMIENTOS
-• 1 ¡J -'"
Boletín: Arqueología y Biblia
Por Phllippe Gruson
Instituto Católico de París
L
OS arqueólogos trabajan con pacienCIa y es raro que sus
publicacIones lleguen a la portada de los penódlcos 3
, Este
boletín se propone llamar la atenCión sobre algunas
excavaCiones, descubnmlentos o debates de estos últimos
tiempos, con una actualIzaCIón bíblIca en cada caso, Para el
lector que desee saber más, remitImos a la revista Le
Monde de la Blble (= MdB), que publIca regularmente
artículos y crónicas arqueológicas accesibles al gran públiCO,
Un santuario siro-hitita al dios de la Tormenta
(1100-900 a. C.)
En Alepo, SIria, baJO la fortaleza arabe medieval,
excavadores alemanes encontraron los restos de un templo dedicado al diOS hl3
cf J BRIEND, «El trabajO del arqueologo», en el Cuaderno Blblico n
131 Estella, Verbo DIVino, 2006, pp 4-19, V MICHEL, «Ce que peut
dlre
I'archeologle blbllque», en J -F BOUTHORS (dlr), La Blble
sans avolr peur
Parls, Lethlelleux, 2005, pp 83-103 Sobre el libro de I
FINKELSTEIN / N
A SILBERMAN, La BIblia desenterrada (ed española Madrid,
Siglo XXI,
2003), pueden leerse las recensiones de O ARTUS (CB 121
Estella, Verbo DIVino, 2004, pp 62-65), J BRIEND (CB 122 Estella, Verbo DIVino,
2005,
pp 21-23) o D NOEL (Bulletln d'lnformatlon Blbllque 59
[diCiembre de
2002], pp 21-23), todas ellas disponibles en
wwwblble-servlCe net
tita de la Tormenta, Teleplnu Grandes losas de basalto
esculpidas
adornaban los muros En ellas se ve a este diOS acompañado
por
otras diVinidades y por animales Simbólicos. El Imperio
hltlta ya
había desaparecido (haCia 1200), pero su cultura y su
religión continuaron Influyendo durante mucho tiempo en el norte de Siria
Más tarde, los palaCiOS aSIriOS seran decorados de forma
Similar
con bajorrelieves murales, como 105 de Korsabad, VISibles en
el
Louvre En los profetas (Siglos IX-VIII), el diOS de la
tormenta, Baal,
es el gran rival de YHWH (cf el sacnficlo de Elías en el
monte (armela en 1 Re 18), como es el responsable de la llUVia se le atribuye
la fertilidad y la fecundidad, tanto de 105 seres humanos como
de los rebaños. [MdB 160, P 541
Los amuletos de Ketef Hinnón
En 1979, durante las excavaCiones de una gruta en el valle
de la
Gehenna (Ketef Hlnnon), al suroeste de Jerusalen, se
encontraron
53
dos pequeñas láminas de plata muy deterioradas, que tenían
InScnpclones en hebreo antiguo (anterior al eXIlio), Una de ellas es
muy pareCida a la bendición sacerdotal de Nm 6,24-25: «Que
YHWH
te bendiga y te guarde Que YHWH Irradie haCia ti su rostro y
te
conceda su gracia», La lámina de plata debía de estar
enrollada
en un collar y llevada como una especie de amuleto. Esta profesión
de fe, Israelita es, por tanto, el más antiguo fragmento de
texto bíblico conocido, al menos Cinco siglos anterior a los
manuscntos de Qumrán,
Un reCiente estudio americano, con nuevos medios técniCOS,
ha
podido profundizar el primer estudio y confirmar que la
escntura data del Siglo VII, Algunos querrían ver en ello una prueba de
que el Pentateuco ya estaba redactado antes del exiliO, pero
este
texto de bendiCión es independiente y puede haber eXistido
perfectamente antes del exiliO, antes de que un redactor sacerdotal
lo Insertara en el libro de los Números, después del exiliO,
[Mdb
163, p, 49]
Las tumbas de Zacarías y Simeón en Jerusalén
Los peregrinos de Jerusalén conocen bien el llamado sepulcro
de
«Absalón», en el valle del Cedrón, más abajo de la explanada
del
Templo, Data del Siglo I a, C. Recientemente, el P. Émlle
Puech, de
l'École Blbllque de Jerusalén, ha podiO leer en su fachada
InscnpClones griegas poco vIsibles, Son éstas' «Ésta es la tumba de Zacarías,
mártir, sacerdote muy piadoso, padre de Juan», «El sepulcro de Slmeón, que era
un hombre muy Justo y un anCiano muy
religiOSO y [que] esperaba el consuelo del pueblo». Se
reconoce el
texto de Lc 2,25, pero en una variante palestlnense
atestiguada
por el códice Slnaítlco (siglo IV) «religiOSO» en lugar de
«piadoso»,
Es la pnmera vez que un texto de los evangelios es
encontrado
grabado en un monumento antiguo,
Estas InscnpClones datan del Siglo IV, cuando los cnstlanos
se esforzaron en localizar todos los recuerdos evangélicos con vistas
a los peregnnos que afluían Zacarías, padre de Juan
Bautista,
era considerado entonces como mártir, En efecto, el
Protoevangello de Santiago, apócnfo del Siglo 11, confundió su muerte con
la del sacerdote Zacarías (Siglo VIII a C, cf. 2 Cr
24,20-22), cuyo
asesinato en el Templo recuerda Jesús (Mt 23,35), En cuanto
a
Slmeón, la tradiCión hace de él el sucesor de Zacarías como
sacerdote en el Templo, Ambos eran venerados Juntos en una Iglesia cercana
desde el año 352 hasta después de las cruzadas Desaparecida esta IgleSia, una
tradiCión Judía, que atnbuía la tumba
54
a Absalón, el hiJo rebelde de DaVid, resurgió y se Impuso,
[MdB
157,p 55,1
La gruta de Juan Bautista en Ain Karim
A los peregrinos les gusta Ir a venerar el lugar de la
VISitación en
Aln Kanm, a 7 km al oeste de Jerusalén, En 1999, un
arqueólogo Israelí, Shlmon Glbson, estudió, a 2 km de allí, dos antiguos
estanques unidos a una Cisterna y una galería subterráneas;
en
la galería observó un dibUJO grabado en la pared, bastante
tosco: un hombre vestido con una piel de animal con un bastón,
Glbson reconoCió en él el modelo de las Imágenes de Juan
Bautista en el arte bizantino y dató el dibUJO en el Siglo IV, Él explica
la gran Cisterna utilizada en el Siglo I como un estanque
bautismal. ¿Está probada esta tradiCión bizantina en torno a Juan Bautista? Hay
que esperar a la publicaCión de las excavaciones para
abnr un debate científico y comprender mejor el conjunto de
las
instalaCiones,
La tradiCión de Juan Bautista en AIn Kanm no procede de los
evangelios, sino de una tradiCión local. Sabemos que en el Siglo v, una
IgleSia estaba dedicada allí a santa Isabel, la madre de
Juan En la
Edad Media, una IgleSia conmemoraba la casa de Zacarías, y
otra
(hoy latina), la VISitaCión, En la época bizantina, la cnpta
de esta
última pasaba por ser el agujero en la roca que se había
abierto
milagrosamente para ocultar a Isabel y al pequeño Juan de
los soldados de Herodes, según el Protoevangello de Santiago (Siglo 11),
[MdB 162, pp, 49-50,1
El lugar del bautismo de Jesús
La preparación del Jubileo del año 2000 permitiÓ excavar en
Jordanla la onlla onental del Jordán, allí donde la tradiCión fijaba el
lugar del bautismo de Jesús. Actualmente, estos lugares
resultan
Inaccesibles a los peregnnos, puesto que el Jordán sirve de
frontera con Israel desde 1948, Los arqueólogos Jordanos han descubierto dos
InstalaCiones bizantinas una en el Jordán y la otra a 3
km al este
Se sacaron a la luz vestigios de tres IgleSias suceSivas, de
los SIglos VI Y VII. La última Incorporaba una escalera que llevaba
directamente al agua, De hecho, permitía a los neófitos subir hasta el coro de
la IgleSia para partiCipar en la eucanstía, En la
desembocadura del río, un gran estanque parece haber Sido un
lugar de bautismos colectiVOs Más al este, remontando el
wadl
Kharrar hasta su fuente, se encuentra un monasteno bizantino
con tres grandes estanques y 105 restos de tres Iglesias
Este lugar de bautismo a distancia del Jordán susCIta aún vanas preguntas no
resueltas; no está atestiguado más que por un solo
texto del siglo VI,
Es Inútil preguntarse en qué nbera fue bautizado Jesús, El
cuarto evangelio habla de «Betanla, más allá del Jordán, donde Juan
bautizaba» (Jn 1,28), pero el Jordán es poco profundo y se
vadea
fácilmente Por otra parte, en la onlla oCCIdental
(perteneciente
hoya 105 Temtonos ocupados) eXistía otra InstalaCión
monástica, que está bien representada en el famoso mosaico de Mádaba
(Jordanla), gran mapa de la Tierra Santa que decoraba el suelo de una Iglesia
del siglo VI. A este emplazamiento, antes de 1948,
105 gnegos ortodoxos acudían desde Jerusalén para festejar
el
bautismo de Cnsto cada 6 de enero; el patnarca, en una
barca,
celebraba bautismos sumergiendo a los niños en el agua [MdB
146, pp, 52-53 ]
La tumba «real» de Jesús
Todo el mundo ha ViStO, al menos en fotografía, la entrada
de una
tumba Judía con la piedra corrida, como, según 105
evangelios, era
la de Jesús, e ImagInamos fáCIlmente que estas tumbas eran
comentes Ahora bien, en Judea, de más de 900 tumbas del siglo I
a, C al año 70 d, c., no conocemos más que cuatro llamadas
«de
muela (o rueda de molino)>>, Se encuentran en
Jerusalén' la tumba de los Reyes, la de la familia de Herodes y su veCina,
cerca del
hotel Klng David, y otra en el valle del Cedrón Una reciente
tesIs
de J -S Call1ou mantiene que sólo la tumba de Herodes es
antenor a la muerte de Jesús, y que sería cunoso que José de Anmatea hubiera
dispuesto para sí mismo una tumba pnnClpesca, La
difusión de estas tumbas «de muela» sólo se hará más tarde,
espeCialmente en Galilea,
SI los evangelistas, en particular Marcos, hablan de una
piedra
«muy grande» que debe ser «comda» sería para evocar una
tumba real, la que le habría convenido al Mesías Jesús, ASImismo, el
jardín del que habla Juan estaría relaCionado no con una
necrópolis ordlnana, sino con una necrópolis real, ,no habla la versión
griega de Neh 3,16 del «jardín de la tumba de David»7 Por
otra
parte, tenemos el ejemplo de la tumba-Jardín de elro el
Grande o
del mausoleo de Augusto, La piedra comda no sería, pues, un
detalle deScriptiVO, sino una expresión teológica que subrayaría la fe
en Jesús Mesías, verdadero Rey de 105 judíos [MdB 161, p,
46]
Séforis, cerca de Nazaret
La antigua aldea de Nazaret se encuentra a sólo 7 km de la
capItal de Galilea, Séfons, y sin embargo los evangelios jamás la nombran Esta
Ciudad fue magníficamente construida, según las regias del urbanismo romano,
por Herodes Antlpas durante la
InfanCia de Jesús; Flavlo Josefa ve en ella «la más poderosa
CIudad
de Galilea», Se construyó sobre una altura que dominaba toda
la
llanura de Bet-Netofa; ¿puede ser la «ciudad situada sobre
un
monte [que] no puede ser ocultada» (Mt 5,14)7 Debía de contar
con más de 20,000 habitantes Las excavaCiones, desarrolladas
desde hace una veintena de años, han sacado a la luz casas e
Inmuebles, pero también un teatro de 4 000 plazas, dos mercados,
una basílica (centro de negocIos y tnbunal), termas y una
pequeña fortaleza, en la Cima de la Ciudad
Séforis, reputada por sus buenas relaCiones con los romanos,
estaba poblada por judíos y paganos Por el Talmud conocemos la
eXistencia de numerosas sinagogas, las dos encontradas hasta
ahora son tardías (Siglos v y VI) Y están adornadas con
bellos mosaicos (con evocación del Templo, carro del 501 y zodíaco, y sobre
todo la Aqedá de Isaac, como en la sinagoga de Bet Alfa) Por
otra
parte, aunque algunas casas estaban decoradas con mosaicos
con
temas paganos (como las leyendas de DioniSia o de las
Amazonas), otras presentaban en el subsuelo mlqvé {baños ntuales JUdíos)
excavados en la roca A partir del Siglo 11, la Ciudad adoptó el
nombre ofiCial muy romano de Dlocesarea, Como Tlberíades (en
la que se está a punto de sacar a la luz un estadiO de época
romana), Séfons estaba ampliamente abierta a la cultura grecorromana, a
diferenCIa de aldeas como Nazaret [MdB 146, pp, 47-50,
Y número extraordinario, «Sur les pas de Jésus, 1», pp,
26-29]
Auténticas antigüedades falsas
En octubre de 2002, un descubnmlento arqueológICo hiZO que
se
hablara mucho de él. un osano del Siglo I que tenía una
Inscripción aramea' «Santiago, hijO de José, hermano de Jesús», El fastidio es
que se Ignoraba completamente la procedenCia de este
osano, aparecido misteriosamente En Junio de 2003, una
comisión de espeCIalistas concluía que se trataba de una falsedad, El
osano era efectivamente del Siglo 1, pero la Inscnpclón e
Incluso su
pátina eran recientes
Al mismo tiempo, una tablilla de piedra negra aparecía
también
mlstenosamente en casa de un coleCCionista Tenía una
Inscripción de diez líneas que deScribía las reparaCiones hechas en el temss
plo de Jerusalen por el rey Joas (803-787 a e) Ahora bien
-COInCldenCla-, estas reparaCiones son mencionadas en 2 Re 12,5-17
,era demasiado bonito para ser verdad l Pero el hebreo de la
mscnpClon no era Ciertamente el del siglo IX antes de nuestra era
El Jarro con rosas fue descubierto por la policía Israelí,
en el verano de 2003, en el domiCilio de un tal Oded Golan, especialista
en la fabncaClón de antlguedades muy lucrativas O Golan y
otras cuatro personas fueron Inculpadas en diCiembre de 2004
por «falSificación y uso de matenal falsificado» Entre sus
otros
«golpes», un pequeño pomo de cetro de marfil, supuestamente
vestigio del Templo de Salomón, que el Museo de Israel (Jerusa len) había
comprado a bastante precIo [MdB 149, pp 62-65,
152, P55, 154, P 57)
«Sur les pas de Jésus, 1» (MdB, número extraordmano, marzo
de
2005) presenta todos los lugares de los evangehos en Gahlea,
Sama
ría y Judea, un segundo número extraordmano (septiembre de
2005)
lo completa dedicándose a Jerusalén Estos dos números
contienen
Igualmente artículos ongmales sobre la geo-teología de los
evange
listas (su teología de los desplazamientos de Jesús, cf ya O
ARTUS,
Geografía de la Blblla Cuadernos Bíblicos 122 Estella, Verbo
DI
vmo, 2005, pp 57-61)
FLORENTINO DIEZ FERNANDEZ, El Calvario y la cueva de Adán
Estella, Verbo DIVIno, 2005
Se trata de un trabajO que recoge los resultados de la
mvestlgaclón
arqueológica de Florentmo Díez dentro del complejO baSilical
del
Santo Sepulcro El autor, ayudándose del análiSIS de la
tradiCión y de
las fuentes hlstóncas, aporta nueva luz a la larga y muy
debatida cuestión de la autenticidad del CalvarIO Incluye numerosas fotogra[¡as
e
ilustraCIOnes
JOAQuíN GONZALEZ ECHEGARAY, Pisando tus umbrales, Jerusalén.
Historia antigua de la ciudad Estella, Verbo DIVIno, 2005
El arqueólogo Joaquín González Echegaray mVlta a adentrarse
en la
CIUdad Santa por excelenCia a través de su hlstona y de los
trabajOS
arqueológicos que la Ilumman Un acercamiento nguroso y ameno
J BRIEND / A CAUBET / P POUYSSEGUR, Le Louvre et la Bible
París, Bayard, 2005
He aquí 45 objetos escogidos entre las coleCCIOnes de
AntIguedades
onentales del Louvre y presentados sucesivamente por dos
arqueólogos y un blblista Este ongmal recorndo nos lleva a atravesar los
milemas del Próximo Onente en diálogo con la Biblia A lo
largo de
las culturas y los remos, desde -7000 al Siglo VI de nuestra
era, la Vida
del antiguo Onente es la que aflora por mediO de las
Imágenes de las
estelas, los bajorrelieves y las estatuas mitos de creaCión,
Imágenes
de dIOses y de religIOnes, Imagenes de hombres (reyes, vlctonas,
palaCIos, tumbas, etc) Los testlmolllOS de la Blbha sobre el antiguo Israel son
así situados en su verdadero contexto hlstónco, la ongmaliApariciones recientes
J BRIEND (ed), La Terre sainte. Cinquante ans d'archéologie,
2 v dad de este pueblo y de su rehglón del DIOs úmco aparece en la meCompact
París, Bayard, 2003 dlda en que se evocan las rehglOnes vecmas
Desde hace unos 50 años, la revista Blble et Terre Samte,
convertida en 1978 en Le Monde de la Blble. no deja de pubhcar descubnmlentos
arqueológicos de los países bíblIcos Estos dos volúmenes recorren toda la
reglón, de norte a sur (l Del Jordán a
Samaría,2 De Judea al Smaí) seleCCIOnando los mejores
artículos
sobre cada lugar (frecuentemente redactados por los propIOS
excavadores) y poméndolos al dIa SI es necesano Se reproducen mapas y planos,
pero eVidentemente no las fotos Esta obra reúne lo
esenclaJ de Jos conocimientos arqueológico, con vistas a un
púbhco ampho, resulta mdlspensable para cualqUier aproximación
hlstónco a la Biblia
56
El libro de Judit o La guerra y la fe. Los artistas han
exaltado con frecuencia a la hermosa
judla cortando la cabeza del oficial que quena abusar de
ella Pero el libro de JUdit, vlendolo
de cerca, no se limita a esta escena Este es un comentano de
lectura agll para gustar de sus
resortes y sus sorpresas Preocupado por el anclaje hlstonco,
remite tamblen a la escntura
blbllca en sus multlples evocaciones la argucia de Tamar, la
gesta de Yael, la lucha de David
contra Gollat, la Intervenclon de Ablgall Trata aSI de
tipificar una nueva literatura en el cruce
entre el mundo helenlstlco yla tradiClon del judalsmo En
efecto, en el siglo II a e , el libro de
Judit es un buen ejemplo de «lnculturaClon"