HECHOS DE PABLO Y TECLA

Hechos de Pablo y Tecla

Un texto apócrifo del Nuevo Testamento

 

 

Traducción del griego, introducción y notas de Plutarco Bonilla A.

El relato conocido como Hechos de Pablo y Tecla (del que existe texto

griego) es parte de un escrito más amplio (Hechos de Pablo), y circuló

independientemente del resto del libro. Desafortunadamente no tenemos el

principio de este. El que nos concierne se inicia con la historia de la subida de

Pablo de Antioquía a Iconio. Es considerado como parte del conjunto de obras

agrupadas bajo la denominación de Apócrifos del Nuevo Testamento.

Existen de este relato diversos manuscritos griegos y traducciones al

siríaco, al copto y al latín. En los manuscritos, esta obrita tiene, también, títulos

diferentes (Hechos de Pablo y Tecla; Martirio de la santa protomártir Tecla;

Pasión de santa Tecla, virgen y mártir).

Los personajes

Al leer este breve texto resulta muy fácil percibir que muchos de los

nombres que en él se mencionan son nombres que también aparecen en el

Nuevo Testamento. Por supuesto, ahí está el de Pablo. También los nombres de

Onesíforo, Tito, Dimas [Demas], Hermógenes, Alejandro, Trifena. Sin embargo

Tecla no aparece en el texto bíblico. Tampoco los nombres de Simea, Zenón y

Lectra (la familia de Onesíforo) ni los de Teoclía, Falconila o Hermias. Excepto

los casos obvios, la identidad de nombres no implica identidad de personajes.

Por ejemplo, la Trifena de este apócrifo no es la de Romanos 16.12. Y es de notar

que casi todos estos nombres eran de uso frecuente en los primeros siglos,

incluso en Roma.

La historia del cristianismo primitivo nos habla de varias mujeres piadosas

llamadas Tecla.1

 La de este relato es conocida como Tecla de Iconio. Debió

haber existido realmente una mártir cristiana de ese nombre, pues el culto a

santa Tecla se extendió tanto en Oriente como en Occidente, hasta el punto de

que fue la más famosa de las vírgenes mártires.

Los “hechos” narrados y su fecha de composición

Los acontecimientos aquí relatados probablemente mezclen hechos reales

 

1

 Véase V. Saxer, “Tecla”, en Diccionario patrístico y de la antigüedad cristiana, dirigido

por Angelo di Berardino (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1992), s.v

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con leyendas piadosas, tan comunes en la antigüedad cristiana y muchas veces

elaboradas a partir de un núcleo original auténtico. Trifena –la reina Trifena–

es un personaje histórico (viuda del rey de Tracia y madre de Polemón II, rey del

Ponto2

). Como se indica más adelante, el texto nos ha llegado en manuscritos

diversos que tienen distinto final. En algunos de estos finales es evidente su

carácter legendario.

Respecto a la fecha encontramos que Tertuliano, en una obra escrita

alrededor del año 200, se refiere a los Hechos de Pablo. Alude también a él

Hipólito (primera mitad del siglo 3) y lo mencionan Orígenes (185-254) y Eusebio

(265- 339). En base a Tertuliano se puede afirmar que ya estaría compuesta hacia

finales del siglo 2.

La traducción

Hemos usado un par de ediciones impresas del texto en su idioma original.

El griego de esta obra sobreabunda en construcciones participiales, que hemos

evitado porque harían la traducción excesivamente pesada y hasta

incomprensible en parte. A veces se hilvanan en la misma oración varios

participios.

También usa mucho la palabra parthenos. De acuerdo con el sentido que

tenga en el contexto, la hemos traducido por virgen o por doncella. Aunque en

este último caso pueda así mismo referirse a una virgen, el énfasis está en el

hecho de tratarse de una persona joven. Lo mismo puede decirse de la palabra

gynē, que en unos casos hemos vertido por mujer y en otros por esposa.

Cuando la repetición de un nombre propio sea innecesaria, porque el texto

resulta claro sin esa repetición, hemos recurrido al uso de los pronombres

respectivos. Buscamos con ello agilizar la lectura.

Plutarco Bonilla A.

1

Mientras Pablo subía a Iconio, después de su huida de Antioquía, se

hicieron compañeros de él, llenos de hipocresía, Dimas y Hermógenes, el

calderero. Adulaban a Pablo como si lo amaran. Pero Pablo, que solo veía la

bondad de Cristo, no les hizo ningún mal, sino que les mostró gran cariño, de

manera tal que les fueran agradables todas las palabras del Señor, no solo de su

enseñanza sino también de su interpretación del nacimiento y de la

resurrección del Amado. Y les mostraba,3 palabra por palabra, la grandeza de

Cristo, tal como le había sido revelada: que el Cristo nació de María,4 de la

 

2

 [The Apocryphal New Testament, translation and notes by M. R. James (Oxford:

Clarendon, 1924)]. Según otros, esposa de Polemón I y madre de tres reyes [A. F. Walls,

“Trifena y Trifosa”, en Nuevo diccionario bíblico, 1ª edición (Buenos Aires: Ediciones

Certeza, 1991)].

3

 Var. latina: enseñaba; copta: anunciaba.

4

 El texto copto añade: virgen.

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simiente de David.

2

Cierto hombre llamado Onesíforo, al oír que Pablo llegaba a Iconio, salió,

acompañado de sus hijos, Semea y Zenón, y de su esposa Lectra, para darle la

bienvenida. Puesto que no lo había visto personalmente, sino que lo conocía

sólo de oídas,5 Tito le había descrito cómo era Pablo en su aspecto externo.

3

Y se fue por el camino real que pasa por Listra, y quedó a la espera de Pablo.

Observaba a los que llegaban, tomando en cuenta la descripción de Tito. Y ve

que también llegaba Pablo: un hombre de baja estatura, cabeza puntiaguda,

arqueado de piernas, robusto, de cejas fruncidas, nariz aguileña,6

lleno de

gracia. Unas veces parecía un hombre; otras, tenía el rostro de un ángel.

4

Pablo sonrió al ver a Onesíforo. Y este dijo: «Salud, siervo del Dios bendito».

Respondió Pablo: «La gracia sea contigo y con tu casa».

Dimas y Hermógenes se pusieron celosos y se les removió aún más su

hipocresía, por lo que Dimas replicó: «¿Acaso no somos nosotros del Bendito7

que no nos has saludado de la misma manera?» Onesíforo les dijo: «No veo en

ustedes frutos de justicia. Pero si de verdad son alguien,8 vengan también a mi

casa y descansen».

5

Cuando entró Pablo a la casa de Onesíforo se produjo un gran gozo, hubo

adoración9 y partimiento del pan, y también palabra de Dios acerca de la

continencia y de la resurrección, pues Pablo habló así:

«Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

»Bienaventurados los que guardan puro su cuerpo,10 porque ellos serán

templos de Dios.11

»Bienaventurados los que practican la continencia, porque a ellos les hablará

Dios.

»Bienaventurados los que renuncian a este mundo, porque ellos agradarán a

Dios.

 

5

 Lit.: ya que no lo había visto en la carne sino sólo en espíritu.

6

 Según variante latina; gr.: un poco narigudo [o: de nariz algo prominente].

7

 Var.: del Dios bendito.

8

 Es decir, si son lo que dicen ser. Var. latina: pero si son merecedores.

9

 Lit.: genuflexiones.

10 Var.: los que tienen corazón puro y guardan su cuerpo [cuerpo traduce la palabra griega

para carne].

11 Var.: templo del Espíritu Santo.

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»Bienaventurados los que tienen esposa como si no la tuvieran, porque ellos

tendrán a Dios por herencia.

»Bienaventurados los que tienen temor de Dios,12 porque serán ángeles de

Dios.

6

»Bienaventurados los que se estremecen ante la palabra de Dios, porque

ellos serán consolados.

»Bienaventurados los que reciben la sabiduría de Jesucristo, porque serán

llamados hijos del Altísimo.

»Bienaventurados los que han guardado el bautismo,13 porque ellos

descansarán junto al Padre y su Hijo.

»Bienaventurados los que han acogido la ciencia14 de Cristo, porque ellos

estarán en la luz.

»Bienaventurados los que se han alejado, por amor a Dios, de las

apariencias del mundo, porque ellos juzgarán ángeles y serán bendecidos15 a la

diestra del Padre.

»Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia16

y no verán el amargo día de juicio.

»Bienaventurados los cuerpos de las vírgenes,17 porque ellos agradarán a

Dios y no perderán el premio de su pureza;18 porque la palabra del Padre será

para ellos obra de salvación en el día de su Hijo, y tendrán descanso por los

siglos de los siglos».

7

Cuando Pablo hubo pronunciado estas palabras en la asamblea19 en casa de

Onesíforo, Tecla, cierta joven virgen cuya madre era Teoclía, que había

contraído esponsales con un hombre llamado Tamírides, estaba sentada en la

ventana de su casa.20 Oía, noche y día, procedente de la ventana vecina, la

palabra que Pablo predicaba acerca de Dios, y también acerca de la castidad, de

la fe en Cristo Jesús y de la oración. No se apartaba de la ventana, sino que,

plena de gozo, era inducida a la fe. Al ver que muchas mujeres21 entraban

adonde estaba Pablo, deseaba ser también ella considerada digna de estar en

presencia de Pablo y escuchar la palabra de Cristo. Nunca había visto la

fisonomía de Pablo, pues solo oía su palabra.22

 

12 Var.: de Cristo.

13 Var.: los que hayan guardado el santo y salutífero bautismo puro e inmaculado.

14 Gr.: synesin: ciencia, entendimiento, inteligencia.

15 Var.: estarán de pie, se mantendrán.

16 Var.: porque los que tienen misericordia servirán al mismo Cristo, [que era] pobre.

17 Var.: los que han practicado la virginidad.

18 Var.: virginidad.

19 Gr.: ekklēsias.

20 Var.: sentada en la ventana cerca de la casa.

21 Var. añade: y vírgenes.

22 Un texto latino traduce logou por vocem [voz].

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8

Y como no se apartaba de la ventana, su madre envió por Tamírides. Este

acude gozoso, como si ya la fuera a recibir en matrimonio. En efecto, le dijo a

Teoclía: «¿Dónde está mi Tecla, para verla?» Y Teoclía le respondió: «Tengo

una nueva historia que contarte, Tamírides. Hace ya tres días y tres noches que

Tecla no se ha levantado de la ventana, ni siquiera para comer o beber,23 sino

que, mirando fijamente como al gozo,24 así está ligada a un extranjero que

enseña palabras engañosas, astutas y vanas,25 hasta el punto que me asombra

cómo perturba peligrosamente el carácter tan pudoroso de esta doncella.26

9

»Tamírides, este hombre perturba la ciudad de Iconio,27 y también a tu

Tecla, pues todas las mujeres y los jóvenes28 acuden a él, quien les enseña que

deben temer a un solo Dios29 y vivir castamente. Incluso mi hija, adherida a

estas palabras suyas como una araña a la ventana, está poseída por un nuevo30

deseo y por una pasión terrible. La doncella atiende fijamente a las cosas que él

dice y ha sucumbido. Pero tú, ve a ella y háblale, pues está comprometida

contigo».

10

Se acercó, pues, Tamírides a ella, pero así como la amaba también temía su

embobamiento.31 Y le dijo: «Tecla, mi desposada, ¿por qué te sientas así? ¿Y qué

embelesada pasión te ha sobrecogido? Regresa a tu Tamírides y respétate a ti

misma».32 También su madre decía eso mismo: «Tecla, hija mía, ¿por qué te

sientas así, mirando hacia abajo y sin responder nada, sino que estás como ida?»

Los que estaban en la casa lloraban desconsoladamente: Tamírides porque

había perdido a su mujer; Teoclía, a su hija; y las sirvientas, a la señora. Por eso,

en la casa reinaba gran confusión y luto.33 Y mientras sucedía esto, Tecla ni se

volvía, sino que prestaba atención a la palabra de Pablo.

11

Tamírides, dando un salto salió a la calle y observaba a los que entraban

 

23 Un ms. latino añade: retenida por el amor de no sé qué Cristo.

24

 …al gozo, es decir, a lo que le producía gozo, al gozo mismo.

25 Las palabras y vana (o: inane) se encuentran en el frag. egipcio.

26 Gr.: parthenou.

27 Lit.: de los iconianos.

28 El frag. egipcio añade: con las doncellas [syn tais parthenois].

29 Var.: temer a un y único Dios (hena kai monon theon).

30 Var. gr.: terrible; var. lat.: vano.

31 Según unos mss. latinos: sus reproches.

32 O: siéntete avergonzada [avergüénzate].

33 Según traducción latina. O: reinaba gran confusión en la casa de luto [es decir, donde

había luto].

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adonde estaba Pablo y a los que de allí salían. Y vio a dos hombres que discutían

entre sí agriamente. Entonces les dijo: «Oigan,34 díganme: ¿quiénes son ustedes

y quién es ese farsante que está con ustedes, dentro, engatusando a jóvenes y a

doncellas35 para que no se casen sino que permanezcan como están?36 Por eso, si

ustedes me hablan de él, prometo darles mucho dinero, pues soy persona

importante en la ciudad».

12

Dimas y Hermógenes le respondieron: «Quién sea ese hombre, no lo

sabemos. Pero él priva de sus esposas a los jóvenes, y a las doncellas de sus

maridos, enseñándoles esto: “Para ustedes no habrá resurrección de otra

manera excepto permaneciendo castos y no mancillando el cuerpo37 sino

manteniéndolo puro”».

13

Entonces Tamírides los invitó: «Vengan, señores,38 a mi casa y descansen

allí». Y participaron de una rica cena, con mucho vino, lujo39 y una mesa

espléndida. Y por amor a Tecla, porque quería hacerla su esposa, Tamírides los

emborrachó.40 Y durante la cena les dijo: «Señores,41 ¿qué enseña ese hombre?

Díganme para que también yo sepa, pues estoy muy angustiado42 por Tecla,

porque ama de esa manera al extranjero y yo soy privado de mi casamiento».

14

Respondieron Dimas y Hermógenes al unísono:43 «Tamírides, llévalo ante

el gobernador Cestilio por persuadir a las multitudes de la nueva44 enseñanza de

los cristianos. Así lo destruirá,45 y tú tendrás a Tecla, tu mujer. Y nosotros te

enseñaremos que aquella resurrección que este dice que habrá, ya sucedió en

los hijos que tenemos, pues resucitamos cuando conocemos al Dios verdadero».

15

Tamírides, habiendo oído esto y lleno de celo y de rabia, se levantó al alba y

 

34 Oigan: lit.: Hombres [o: Señores].

35 Gr. engatusando las almas de jóvenes y doncellas [parthenōn].

36 Es decir, en el estado en que se encuentran; o sea, célibes. Véase 1 Co 7.26.

37 Gr.: carne.

38 Lit.: Hombres.

39 Lit.: gran riqueza.

40 Lit.: los hizo beber

41 Lit.: Hombres.

42

 …pues... angustiado. Lit.: pues no estoy poco angustiado.

43 Algunos mss. no contienen las palabras al unísono [lit.: como de una sola boca].

44 Var.: inútil (o: vana).

45 Unos mss. añaden: según la orden de César. Y los mss. latinos: según senadoconsulto

[senatus consultum].

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fue a la casa de Onesíforo, acompañado de magistrados y funcionarios, y de

bastante gente con palos. Y le dice a Pablo: «Corrompiste a la ciudad de los

iconianos, y a mi prometida para que no quiera casarse conmigo. Vamos donde

el gobernador Cestilio». Y toda la multitud decía: «¡Fuera con el mago!, pues

corrompe a todas nuestras mujeres».46

16

Ya de pie frente al tribunal, Tamírides dijo con voz muy fuerte: «Procónsul,

no sabemos de dónde sea este hombre que no les permite a muestras doncellas

contraer matrimonio. Que diga ante ti a razón de qué enseña estas cosas».

Dimas y Hermógenes le aconsejaron a Tamírides: «Di que es cristiano, y de

inmediato lo destruirás».47 Pero el gobernador,48 manteniendo su opinión,

llamó a Pablo y le dijo: «¿Quién eres y qué enseñas?, pues te acusan de no poca

cosa».

17

Pablo, levantando la voz habló así: «Si hoy soy interrogado acerca de lo que

enseño, escúchame, Procónsul. El Dios viviente, Dios que castiga, Dios celoso,

Dios que se basta a sí mismo, deseando la salvación de los hombres, me ha

enviado para que los arranque de la corrupción y de la impureza, y de todo

placer y de muerte,49 para que no pequen más. Por eso Dios envió a su propio

Hijo, a quien yo proclamo, y enseño que los hombres tienen su esperanza en él,

pues él solo se compadeció de este extraviado mundo, para que los hombres ya

no estén bajo juicio sino tengan fe y temor de Dios, y el conocimiento de su

santidad y el amor de la verdad. Si yo, pues, enseño las cosas que Dios me ha

revelado,

¿en qué hago mal, Procónsul?»

Cuando el Procónsul lo hubo escuchado, ordenó atar a Pablo y enviarlo a

prisión hasta que pudiera escucharlo más atentamente cuando tuviera más

tiempo.

18

Tecla, cuando ya era de noche, se quitó la pulsera y se la dio al portero. Este

abrió la puerta y ella salió hacia la cárcel. Le dio al carcelero un espejo plateado

y entró adonde estaba Pablo. Sentada a sus pies, escuchó de las grandezas de

Dios. Pablo no temía nada, sino que se comportaba con la franqueza que Dios le

daba. Y al besar sus cadenas, la fe de ella se acrecentó.

19

 

46 Unos mss. añaden: y las multitudes fueron persuadidas.

47 Var.: se destruirá.

48 Var.: Procónsul.

49 Algunos mss. latinos, en vez de todo placer, dicen: de toda mala voluntad y de todo

tormento. Y otro tiene: del error de la idolatría.

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Pero como los familiares de Tecla y Tamírides la buscaban por los caminos,

como si ella estuviera perdida, uno de los consiervos del portero les reveló que

ella había salido durante la noche. Preguntaron entonces al portero y este les

dijo que ella había ido a la prisión donde estaba el extranjero. Y fueron, como

les había dicho, y la encontraron como si ella estuviera atada con lazos de

afecto.

Cuando salieron de allí, reunieron a la multitud y dieron a conocer al

Gobernador lo que había sucedido.

20

Y ordenó el Gobernador50 conducir a Pablo ante el tribunal. Tecla se había

acurrucado51 en el lugar donde Pablo enseñaba mientras estaba en la cárcel. El

Gobernador ordenó que también ella fuera llevada al tribunal. Ella partió

rebosante de gozo.

Cuando trajeron a Pablo de la cárcel, la multitud gritaba aún más

fuertemente: «¡Es un mago! ¡Fuera con él!»

Pero el Procónsul escuchó con gusto a Pablo hablar de sus obras piadosas. Y

habiendo celebrado consejo, llamó a Tecla y le dijo: «¿Por qué no te casas con

Tamírides, de acuerdo con la ley de los iconianos?» Pero ella se mantuvo

mirando fijamente a Pablo, y, al no responderle, Teoclías, su madre, dijo

gritando: «Quema a esa criminal, quema, en medio del teatro, a la célibe,52 para

que teman todas las mujeres a quienes este hombre enseña».

21

El Gobernador sufría muchísimo. Después de haber azotado a Pablo, lo

expulsó de la ciudad, y a Tecla la condenó a ser quemada. De inmediato, el

Gobernador su puso de pie y se fue al teatro. Toda la multitud salió [para

acudir] al espectáculo del suplicio.

Como una oveja en el desierto mira a su alrededor en busca del pastor, así

Tecla busca a Pablo. Y observando atentamente a la multitud, vio al Señor

sentado a la manera de Pablo, y [se] dijo: «Como si yo no pudiera soportar

[esto], vino Pablo a verme». Y lo miró fijamente; pero él marchó al cielo.53

22

Los muchachos y las doncellas trajeron madera y hierba para que Tecla

fuera quemada. Al ser ella llevada desnuda, el Gobernador lloró y se maravilló

de la fuerza54 que había en ella. Extendieron, pues, la madera, y los verdugos le

 

50 Las palabras el Gobernador la añaden un par de mss. griegos y casi todos los latinos

51 Gr.: rodaba o se revolcaba, probablemente en señal de sufrimiento. Quizás la idea sea

que “se hizo un ovillo” en el suelo.

52 Gr.: la no casada [ten anymphon].

53 Algunos mss. añaden: viéndolo ella. Otro ms. latino, para explicar la visión del Señor y

la referencia a Pablo, dice: vio cómo era elevado al cielo, y entendió en seguida lo que

había visto [es decir, quién era aquel a quien había visto].

54 Variantes dicen, en lugar de la fuerza [tēn dynamin]: su belleza [tō kallei autēs] o la

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ordenaron que subiera a la pira. Ella, haciendo la señal de la cruz, subió sobre la

leña. Y ellos la encendieron. Brilló entonces un gran fuego, pero el fuego no la

tocó. Dios, movido a compasión, produjo un ruido en el subsuelo, y desde

arriba proyectó su sombra una nube, llena de agua y granizo, y llovió a

raudales,55 de suerte que muchos estuvieron en peligro y murieron. Se apagó el

fuego y Tecla se salvó.

23

Pablo ayunaba, con Onesíforo, esposa e hijos, en una tumba abierta,56 en el

camino por el que se va de Iconio a Dafne. Cuando habían pasado muchos días,

mientras ayunaban, los niños57 dijeron a Pablo: «Tenemos hambre». No tenían

con qué comprar pan, pues Onesíforo había dejado atrás todas las cosas del

mundo58 para seguir a Pablo con toda su casa. Pablo, pues, se despojó de su capa

y dijo:59 «Muchacho, ve,60 compra muchos panes y tráelos». Y cuando el

muchacho iba a comprar, vio a Tecla, su vecina, y se asombró y preguntó:

«Tecla, ¿adónde vas?» Ella respondió: «Busco a Pablo, pues he sido salvada61 del

fuego». El muchacho le dijo: «Ven, te llevaré a él. Él llora tu suerte, ora y ayuna,

ya por seis días».

24

Al llegar a la tumba, vio a Pablo, arrodillado, que estaba orando y decía: «Padre

de Cristo,62 que el fuego no toque a Tecla. Socórrela, pues es tuya». Ella,

colocada detrás de él, clamó diciendo: «Padre, que creaste el cielo y la tierra,

Padre de tu amado Hijo Jesucristo,63 te bendigo porque me salvaste del fuego

para que vea a Pablo». Se levantó Pablo, la vio y dijo: «Dios, que conoces el

corazón, Padre de nuestro Señor Jesucristo, te bendigo porque me has

escuchado, y lo que pedí te apresuraste a dármelo».

25

Y en la tumba hubo muchas expresiones de amor. Pablo estaba lleno de

regocijo, también Onesíforo y todos los demás.

Tenían cinco panes, hierbas y agua,64 y se regocijaban por las obras santas

 

fuerza de su belleza [tēn dynamin tou kallous autēs].

55 Lit.: y se derramó gran cantidad de muchas aguas.

56 Variantes: nueva [kainōi]; vacía [kenōi].

57 Var. añade: de Onesíforo.

58 Un texto latino traduce así: todos sus bienes.

59 Var. añade: a uno de ellos.

60 Var. añade: vende esto y.

61 Var.: he huido.

62 En los mss. hay muchas variantes respecto de las palabras iniciales de la oración de

Pablo: Padre de Cristo; Padre santo, Jesucristo; Padre santo, Señor Jesucristo; Padre, Hijo

y Espíritu Santo, única divinidad; Padre de nuestro Señor Jesucristo; Padre, Jesucristo.

63 Var.: Padre de tu santo Hijo. Hay otras variantes en los mss. latinos.

64 Var. añade: y sal.

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de Cristo. Entonces Tecla le dijo a Pablo: «Me cortaré el cabello y adondequiera

que vayas te seguiré». Pero él le replicó: «Esta época es fea,65 y tú eres hermosa;

que no te llegue otra prueba peor que la primera, no sea que te acobardes66 y no

la soportes». Y le respondió Tecla: «Tú sólo dame el sello que es en Cristo, y la

prueba no me tocará». Pablo le dijo:

«Tecla, sé paciente y recibirás el agua».

26

Pablo envió a Onesíforo con toda su familia a Iconio, y así, tomando a

Tecla, entró en Antioquía.

Pero tan pronto como entran en la ciudad, cierto sirio llamado Alejandro,

personaje importante de los antioquenos,67 al ver a Tecla se enamoró de ella, y

adulaba a Pablo [ofreciéndole] dinero y regalos. Pero Pablo dijo: «No conozco a

esa mujer de que hablas, ni es mía». Y como era muy poderoso,68 él mismo la

abrazó en el camino, pero ella no lo soportaba, sino que buscaba a Pablo. Y

gritando amargamente, decía: «No hagas violencia a la extranjera; no hagas

violencia a la sierva de Dios. Soy mujer importante de entre los iconianos, y por

no querer casarme con Tamírides, fui expulsada de la ciudad». Y echando mano

de Alejandro, le rompió la clámide y le quitó la corona de su cabeza, y lo dejó en

ridículo».

27

Él, que la amaba pero al mismo tiempo se sentía avergonzado por ese

suceso, la condujo ante el Gobernador. Al haber confesado ella el hecho, fue

condenada a ser echada a las fieras69. Pero las mujeres70 se asombraron, y se

pusieron a gritar fuera del tribunal:

«¡Condena injusta!, ¡condena impía!» Tecla le solicitó al Gobernador que le

permitiera permanecer pura hasta que peleara con las fieras.

Cierta mujer, llamada Trifena, que era rica71 y cuya hija había muerto, la

tomó a su cuidado y le fue de consuelo.72

28

Cuando sacaron ante el público las fieras, Tecla fue atada a una feroz leona.

La reina Trifena la acompañaba. Pero la leona, cuando Tecla fue puesta encima

 

65 Gr.: vergonzosa.

66 Var.: tengas miedo.

67 Algunos mss. dan información adicional: ciudadano importante de los antioquenos,

que hizo muchas cosas en la ciudad durante su magistratura.

68 Un ms. añade: atormentado por su pasión.

69 Un ms. griego y varios latinos añaden: Alejandro había donado los animales de caza [es

decir, las fieras].

70 En vez de las mujeres, el texto siríaco dice: todos los habitantes de la ciudad.

71 Variantes añaden: de la familia real o patricia muy ilustre de la familia de Nerón.

72 Como especifica una variante latina: en lugar de su hija.

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de ella, le lamía los pies, por lo que la multitud estaba fuera de sí. Y la

inscripción de su acusación era:

«Sacrílega». Las mujeres con sus niños gritaban desde arriba: «¡Oh Dios, en esta

ciudad se comete un sacrilegio!»

Después de esta ceremonia, Trifena la recibe de nuevo en su casa,73 pues su

hija muerta se le había aparecido en sueños y le había dicho: «Madre, tendrás a

esta extranjera solitaria, a Tecla, en mi lugar, para que ore por mí y yo sea

trasladada al lugar de los justos».

29

Así pues, cuando de la ceremonia la recibía Trifena, se afligía porque al día

siguiente debía luchar con las fieras, y al mismo tiempo la amaba

profundamente, como a su hija Falconila; y dijo: «Tecla, mi segunda hija, ven

para que ores por mi hija, para que viva,74 pues esto vi en sueños». Y Tecla, sin

dudar, elevó la voz y oró así: «Dios de los cielos, Hijo del Altísimo, concédele a

ella, según su deseo, que su hija Falconila viva por los siglos». Cuando oyó esto,

Trifena se afligía al considerar que tal belleza sería lanzada a las fieras.

30

Cuando amaneció, vino Alejandro a tomarla, pues él había donado las

fieras, y dijo: «El Gobernador ya está en su asiento y la multitud nos abuchea.

Deja que yo lleve a la que luchará con las fieras».

Pero Trifena gritó tanto que Alejandro salió huyendo, mientras ella decía:

«Un segundo luto por mi Falconila ha caído sobre mi casa, y nadie me ayuda, ni

mi niña, pues murió, ni un familiar,75 ya que soy viuda. Dios de mi hija Tecla,

ayúdala».

31

El Gobernador envía soldados para llevar a Tecla. Pero Trifena no se

apartó, sino que ella misma, tomada de la mano de Tecla, la condujo diciendo:

«A mi hija Falconila la llevé a la tumba; pero a ti, Tecla, te llevo a luchar con las

fieras». Y lloró Tecla amargamente; gimió ante el Señor, y dijo: «Señor, el Dios

en quien creo,76 en quien me he refugiado, quien me libró del fuego,

recompensa a Trifena, quien se ha compadecido de tu sierva, y porque me ha

mantenido en castidad».

32

Se produjo entonces ruido y rugido de las fieras, y clamor del pueblo y de

 

73 Las palabras en su casa son adición de un ms. latino.

74 Var. añade: para siempre.

75 En vez de familiar, dos mss. griegos dicen hombre [anēr].

76 Var. latina añade: y que sé que es Dios verdaderamente.

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las mujeres sentadas juntas. Los unos decían: «¡Saquen a la sacrílega!»; y las

otras: «¡Sea la ciudad destruida por esta maldad; destrúyenos a todos,

Procónsul! ¡Espectáculo cruel; sentencia maligna!»

33

Y Tecla, separada de la mano de Trifena, fue desvestida, recibió una especie

de faja y fue echada a la arena.77 Y echaron contra ella leones y osos. Una leona

feroz vino corriendo y se echó a sus pies. La multitud de mujeres gritaba

fuertemente. Y corrió contra ella una osa; pero corriendo también la leona le

hizo frente a la osa y la quebró. Y de nuevo, un león amaestrado para devorar

hombres78 —y era el león de Alejandro— se lanzó contra ella. Y la leona,

enzarzada con el león, murió juntamente con este. Las mujeres lloraron aun

más, pues también la leona, protectora de Tecla, había muerto.

34

Entonces sacaron muchas fieras, mientras ella estaba de pie, extendidas sus

manos,79 orando.80 Al terminar su oración, se volvió y vio una gran fosa llena de

agua. Entonces dijo:

«Ahora es el momento de lavarme». Y se lanzó ella misma, diciendo: «En el

nombre de Jesucristo, en mi último día me bautizo».

Y cuando las mujeres y toda la multitud la vieron, llorando dijeron: «No te

tires al agua». Y hasta el Gobernador lloró porque las focas iban a devorar tanta

belleza. No obstante, ella se lanzó al agua en el nombre de Jesucristo. Pero las

focas, viendo el resplandor de un fuego de relámpago, flotaban muertas. Y

alrededor de ella81 había una nube de fuego, tal que ni las fieras podían tocarla

ni [los demás] la veían desnuda.

35

Las mujeres, cuando echaron otras fieras más terribles, prorrumpieron en

un alarido, y unas echaban pétalos de flores, otras, nardo, otras, casio, y otras,

amomo, para que hubiera abundante perfume. Ninguna de las fieras lanzadas

[contra ella] la tocó, como si todas estuvieran dominadas por el sueño.

Entonces Alejandro dijo al Gobernador: «Tengo toros muy terribles.

Amarremos a ellos a la luchadora contra las fieras. Entristecido, lo permitió el

Gobernador, diciendo: «Haz lo que quieras».. Y la ataron de los pies entre los

toros, y colocaron bajo los genitales de los toros hierros candentes, para que,

más enardecidos, la mataran. Ellos, pues, brincaban;82 pero la llama que ardía

quemó las cuerdas y ella quedó como si no estuviera amarrada.

 

77 El texto siríaco añade aquí una extensa oración de Tecla.

78 Lit.: amaestrados contra hombres; pero dos mss. griegos añaden el verbo devorar.

79 Unos mss. griegos añaden: al cielo. El ms. siríaco, añade: en forma de cruz.

80 Mss. gr. y lat. añaden: al Señor.

81 Varios mss. gr. añaden: que estaba desnuda.

82 Unos mss. gr. añaden: dando un mugido terrible.

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36

Y Trifena, estando junto a la arena, en las tablas,83 perdió el conocimiento,

por lo que las sirvientas dijeron: «Murió la reina Trifena». Y se lamentó el

Gobernador y toda la ciudad tuvo miedo. Alejandro,84 cayendo a los pies del

Gobernador,85 le dijo: «Ten piedad tanto de mí como de la ciudad y libera a la

que lucha con las fieras, no sea que la ciudad perezca juntamente. Como César

oiga estas cosas rápidamente destruirá la ciudad junto con nosotros, pues su

pariente, Trifena, la reina, murió junto a las tablas».86

37

Llamó el Gobernador a Tecla de en medio de las fieras, y le dijo: «¿Quién

eres? ¿Y qué es lo que hay alrededor de ti que ni una de las fieras te tocó?» Ella

respondió: «Yo soy sierva del Dios vivo. En cuanto a lo que hay a mi alrededor,

yo creí en aquel en quien Dios se agradó, en su Hijo, por quien ninguna de las

fieras me tocó. Pues este es el único camino de salvación, y el fundamento de

vida inmortal. Él es, en efecto, refugio87 para los azotados por la tormenta,

descanso para los afligidos, protección88 para los desesperanzados y, en una

palabra, quien no crea en él no vivirá sino que morirá eternamente».

38

Después de oír esto el Gobernador, ordenó traer ropa y dijo: «Vístanla». Y

ella afirmó:

«Quien me vistió estando yo desnuda en medio de las fieras, me vestirá con

salvación en el día del juicio». Y tomando la ropa, se vistió.

El Gobernador emitió inmediatamente un edicto89 que decía: «Libero para

ustedes a Tecla, la sierva de Dios, la piadosa». Y todas las mujeres gritaron con

fuerte voz, y como con una sola boca dieron honor a Dios, diciendo: «Hay un

solo Dios, el que salvó a Tecla». Y por el grito, toda la ciudad tembló.90

39

Habiendo recibido Trifena la buena nueva, va con una multitud al

encuentro de Tecla y, rodeándola con sus brazos, le dice: «Ahora creo que los

muertos resucitan; ahora creo que mi hija vive. Ven adentro,91 e inscribiré a tu

nombre todo lo mío».

Por tanto, entró Tecla con ella y se detuvo ocho días en la casa de Trifena,

 

83

 …en las tablas. En gr. abakas, cierto lugar del teatro. Un ms. latino y el texto siríaco

tradujeron: en la puerta.

84 Unos mss. añaden: lleno de temor.

85 Unos mss. dicen: ruega al Gobernador; otros: pide al Gobernador.

86 Un ms. dice: junto a la arena; y otro ms. latino traduce: en público.

87 Var.: puerto de refugio.

88 Var.: esperanza y protección.

89 Algunos mss. latinos y el texto siríaco dicen: heraldo

90 Var.: las bases del teatro temblaron.

91 Var. dice: Hija mía, Tecla, ven adentro, a mi casa.

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enseñándole92 la palabra de Dios, al punto de que también creyera la mayoría de

sus criadas. Y hubo gran gozo en la casa.

40

Pero Tecla añoraba además a Pablo y lo buscaba enviando por todas partes.

Le indicaron que estaba en Mira. Tomó esclavos, jóvenes varones y jovencitas,

se ciñó, cosió93 la capa al estilo de los hombres y partió para Mira. Allí encontró

a Pablo que anunciaba la palabra de Dios, y se puso junto a él.94 Él se asombró al

verla con la multitud que estaba con ella, y pensó que quizás la asaltaba otra

prueba. Ella, al darse cuenta, le dijo: «Recibí el baño, Pablo. Quien te favoreció

para el evangelio también me ha favorecido para ser lavada».95

41

Pablo, tomado de su mano, la condujo a la casa de Hermias, y oyó todo de

ella,96 hasta el punto de que Pablo se maravilló muchísimo, y los que oían

fueron confirmados y oraron por Trifena.

Y levantándose Tecla, le anunció a Pablo: «Voy a Iconio». Pablo replicó:

«Ve y enseña la palabra de Dios». Por eso Trifena le envió mucha ropa y dinero,

para dejar con Pablo, para el servicio de los pobres.

42

Ella misma fue a Iconio. Entró en la casa de Onesíforo y cayó al suelo

donde Pablo, sentado, había enseñado la palabra de Dios, y lloraba diciendo:

«Dios mío y de esta casa, donde me alumbró la luz,97 oh Cristo Jesús, Hijo de

Dios, mi socorro en la cárcel, mi ayuda contra el Gobernador, protector en

medio del fuego, protector98 en medio de las fieras, él es Dios, y a ti la gloria por

los siglos. Amén».

43

Y encontró muerto a Tamírides, pero viva a su madre. La llamó y le dice:

«Teoclía, madre, ¿puedes creer que vive el Señor en los cielos? Ya sea que desees

riquezas,99 el Señor te la dará por mi medio; ya sea que desees a tu hija, he aquí

 

92 Var. dice: enseñando la palabra de Dios a todos los que estaban en la casa.

93 Var.: se echó encima.

94 Var. añade, después de él: con todo el grupo.

95 Var.: el santo bautismo.

96 Vars.: y [la bienaventurada] Tecla le relató [detalladamente] a[l gran] Pablo todo lo que

le había sucedido en Antioquía.

97 Var. añade: verdadera.

98 En el texto griego, las palabras que hemos traducido por “socorro”, “ayuda” y

“protector” son la misma [boēthos].

99 Unas vars. tienen la palabra hrēmata [= palabras] en vez de chrēmata [= dinero,

riquezas].Una de esas variantes completa la expresión así: si, pues, ahora deseas las

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estoy junto a ti».

Y habiendo testificado esto, fue a Seleucia, e iluminando a muchos con la

palabra de Dios, durmió con un buen sueño.

 

palabras de vida eterna.